Ya tenemos aqui a nuestro primer paciente conocido... nada mas y nada menos que...
!Descubranlo por ustedes mismo!

Capitulo 1

Llevo ya más de un mes en el despacho. Las arañas se han apoderado de mis archivos. Nadie viene, a excepción de ese primer paciente que tuve el primer día, parece que le he caído simpático, pues viene cada dos por tres a visitarme.

Miro el cactus, creo que le falta un poco de luz, lo veo un poco decaído. Lo muevo en la mesa, hacia el otro extremo, ahora si, ya le da el sol de pleno.

Apoyo mi cabeza en los brazos, es muy aburrido estar sin hacer nada…

De repente, la luz roja del teléfono suena, seguro que es Claudia a anunciarme que se va, si yo fuera ella, también lo haría…

- ¿Si?

- Alexander – que manía con llamarme por mi nombre

- Doctor Freud

- Vale, vale, lo que usted diga – creo que esta mascando chicle, un día de estos tendré que hablar muy seriamente con ella respecto de ese tema, no da muy buena imagen a los clientes (¿que clientes?... vale, vale, pero siempre hay que prevenir) - Tengo aquí a un hombre que viene a la consulta.

- No recuerdo que acordásemos ninguna cita – pregunto incrédulo

- No lo hizo, dice que no entiende el funcionamiento de – no se oye sonido alguno, seguramente Claudia ha tapado el auricular para hablar con el recién llegado – el funcionamiento del teléfono – acierta a decir finalmente un poco asombrada – Pero si no le importa atenderle ahora…

Doy un vistazo al despacho, si, creo que estoy muy ocupado y no debería atenderle… las arañas dan mucho trabajo…

- Dígale que pase – al cuerno la limpieza de los archivos, un cliente es un cliente, no hay que desaprovechar la oportunidad.

La puerta que comunica el despacho con la recepción se abre y por ella entra un hombre de aproximadamente cuarenta años, pelo negro (creo que un poco grasiento… espero que no me lea el pensamiento, pero es que se nota a metros… uhmm… mejor voy a dejar de pensar en su aspecto, me esta mirando un poco mal…) y con una gran túnica… negra que ondea cuando anda, parece un murciélago, si se me permite la comparación.

Le invito a sentarse.

- ¿Cuál es su nombre?– me acomodo enfrente de él, con la carpeta sobre mis piernas para tomar notas.

- Persevus… Persevus Evans – me contesta un poco a regañadientes, me da en la nariz que ese no es su nombre, pero allá él si no me quiere contestar con la verdad. Apuntó en el papel ese nombre ficticio.

- Y dígame… ¿Qué es exactamente lo que le ha traído aquí?

- Vera, un amigo de un amigo de un amigo me ha hablado de este lugar – no creo que haya que pensar mucho para deducir quien lo ha informado, de momento este es mi segundo paciente – Espero que todo lo que se hable aquí sea absolutamente confidencial – siento sobre mi de nuevo esa mirada que podría matar.

- Si, nadie conocerá lo que me diga. Estése tranquilo, no saldrá nada de lo que se diga entre estas cuatro paredes.

- Eso espero

- Confié en mi, soy doctor, y eso se llama "secreto profesional" nunca hablaré de nada de lo que me cuente en la consulta.

- Bien – como si se sacara un peso de encima, el hombre pareció relajarse

- ¿Quiere empezar ya? – al asentir, le indique que lo mejor era tumbarse en el diván, hasta ese momento había estado sentado rígidamente al borde de este – Relájese y cuénteme lo que le preocupa – veo que se tumba en el diván que tengo preparado para tal menester (si, como todos los de mi profesión), al principio me mira con recelo pero luego se relaja… ha cerrado los ojos y comenzamos la sesión.

- Vera, soy profesor de pocion… de química en el colegio Hog… en un internado

- Aja – asiento y escribo en mis papeles: profesor, empleo, mucho estrés (es una verdad innegable). Lo que todavía no comprendo es por qué no termina algunas palabras – Continúe – le insto a que siga hablando, parece que se ha parado por algo.

- Llevo unos veinte años en ese puesto, y me gusta mucho, de no ser por los incompetentes Gryff… alumnos de una clase, la materia es muy interesante. Pero no, siempre habrá algún Neville que haga estallar un calder… una probeta y llene todo de humo.

- ¿Es sobre su trabajo? ¿Eso le causa tanto desconcierto?

- Bueno… digamos que antes si, cuando estaba Pott… una de mis alumnas. Ahora ha abandonado el colegio y…

- ¿La echa de menos? Relájese, hombre, no va a salir nada de aquí – con una mano le echó hacia atrás, parece que se había alterado y quería dar por finalizada la sesión, pero como buen psiquiatra que soy, se que ya estamos cerca del problema: uno de los problemas mas típicos que vemos en la carrera es la relación profesor-alumno (aunque en el orden contrario al de este caso).

- Me enamoré de él…ella – dice tan bajo que si no llega a ser por qué capto mucho sonidos, no lo hubiera escuchado – El ultimo año estaba irresistible, su pelo negro, alborotado, cayéndole por la cara, sus ojos verdes mirándome con odio cada dos por tres… Incluso le castigaba después de clases para poder verle mejor… su cuerpo… uhmm… tenia muchas ganas de agarrarle y… tumbarle sobre la mesa del despacho para… para… juntos… su sudor… uhmm… el mío… uhmmm…- veo que pasa su lengua por los labios, si, es bastante profundo el problema…

- Y ahora que ha dejado el colegio no la va a poder ver mas, ¿verdad? Le echa mucho de menos… aunque no haya sido correspondido…

- Bueno… ese el otro problema… vera, Pott… la chica esta saliendo con Dra… con mi ahijado, y el pad… la madre de él también esta lo que digamos muy bien dotad… dotada… - los ojos en blanco.

- Ahora se ha enamorado de la madre – apunto en mi libreta "Lío familiar" – ¿Hace cuanto la conoce?

- Desde el colegio, fuimos juntos a la escuela

- Pero…

- Luciu… Lucia se casó y no pudo ser. Pero en los últimos días he tenido muchos sueños donde…

- ¿Fantasías sexuales?

- Si

- Bien, bien, por lo que veo, lo suyo con la alumna solo ha sido un intento por escapar, para intentar ver que ya no sigue enamorado de su amor de juventud…Dígame… ¿hace cuanto no le ve a – miro mis papeles – a Lucia?

- Le veo casi todos los días… es por nuestros trabajos. Coincidimos y pasamos mucho tiempo juntos

- ¿Y aun así?

- Su matrimonio… le obligaron a casarse con quien no quería… esa… esa… se quedo embarazada para poder atraparlo… - las manos del paciente se estaban apretando fuertemente

- Calmese… pero… no me había dicho que estaba casada… no entiendo…

- Er… si – dijo el paciente echándose de nuevo hacia atrás – Lo que quería decir es que se embarazó y su padre le obligo a casarse con quien no quería…

- Y a quien quería era a usted

- Correcto

- Y lleva… ¿Cuánto tiempo enamorado de ella?

- Mas de treinta años – un silbido salio de mi boca, si que es mucho tiempo – Si, empezamos en el colegio, nos escapábamos a las clases por la noche y… y ya se imagina…

- Y ahora esta dudoso porque piensa que la esta engañando con la alumna…

- Si… pero yo no le he tocado ni un pelo a Pot… a la alumna… ya me gustaría a mi, pero cualquiera se acerca al niño de oro… ejem… a ella… siempre ha estrado escoltad… escoltada por sus amigos y amigas… y en el colegio tampoco se ve bien ese tipo de relaciones…

- Aunque sigue enamorado de – vuelvo a mirar los papeles – de Lucia

- Si, es cierto… no consigo olvidarme de su pelo rubio, de sus ojos grises, de sus manos habilidosas… sabe buscar y sabe darme todo lo que necesita… uhmm…. – de nuevo se había quedado en blanco, imaginándose la escena.

- Sigue enamorado de ella a pesar de estar casada

- Su muj… su marido no le da lo que necesita…

- ¿No es su tipo?

- No… Luciu…Lucia es de otro estilo… mas como yo… ambos estamos atrapados en situaciones que no deseamos…

- Uhm… la de ella es el matrimonio y ¿la suya…?

- No le importa – el tono gélido con el que lo dice me anima a cambiar de tema y a centrarnos en el problema que he detectado.

- Vale, vale, no se ponga así. Recuéstese de nuevo en el diván. Si, muy bien, así. Ahora, hábleme de la relación que tienen estos días, ya sabe, ella y usted.

- Ah, bueno, estos últimos días… a veces nos encontramos y… y siento unos tremendos deseos de… de que me pegue a la pared y… y… sentir su cuerpo junto al mío… y… - cada vez el color de mi cara es mas rojo imaginándome al serio hombre que tengo enfrente en la situación que estaba describiendo – y… besarnos… acariciarnos… que su pelo se enrede en el mío… que yo sea suyo… y el mío… y… seguir, seguir, seguir… hasta que ya no podamos mas… y continuar…

- Ejem… si, bueno… Como veo que la sesión esta terminando – miento, faltan unos diez minutos para acabar, pero es que ya no soporto más esta situación… espero que no se entere – Le diré sólo que necesita hablar con ella, con Lucia y solucionar su problema… Si ambos están enamorados uno del otro, y además ella no esta feliz en su matrimonio, yo no veo ningún problema para que ella pida el divorcio y estén juntos.

- ¿Divorcio? ¿Que es eso?

- Ya sabe, pedir la separación de la pareja, que cada uno ande por su camino… ¿de verdad no habían pensado en ello?

- No… no… no sabía ni que existía… - una sonrisa empieza a dibujarse en el rostro del paciente – Si, esa puede ser la solución a nuestros problemas… Gracias doctor, hablaré con "ella" y le expresaré mis sentimientos… ¿seguro que lo de la alumna no es nada?

- No, de verdad. Tranquilícese, muchas veces intentamos buscar una vía de escape, pero veo que en su caso no hay ninguna duda, usted esta enamorado totalmente de Lucia, lo de la alumna sólo fue un intento para ver si era amor verdadero o no, y en su caso, si lo es, usted esta totalmente enamorado de su amor de juventud…

- Me quita un peso de encima. Nunca pensé que seria bueno enamorarse de ese mocoso… de esa chiquilla. Él… ella me odia y yo le odio, su padre fue mi rival de la escuela y no soportaría enamorarme y pasar el resto de mi vida junto a alguien como lo fue él…

- Espero que solucione sus problemas – le acompaño hacia la puerta – y no dude, para algún otro problema, aquí me tiene.

- Muchas gracias, me ha ayudado mucho. Por cierto – se vuelve hacia mí, con un palo de madera en la mano, ¿Qué se propone hacer?

- ¿Si?

- ¡Obliviate!