Kyo estaba a punto de subir las escaleras para irse a descansar cuando uno de sus hombres de seguridad se le acercó haciendo una inclinación de respeto.
— Señor Kusanagi, tenemos un problema una mujer extraña pide verlo.
Kyo suspiró cansado pasando la mano por su cabeza. Había tenido un largo día, solo quería ir a su cuarto y dormir.
—No me interesa, dile que se vaya.
—¡No me iré! - habló la mujer, Kyo al verla abrió mucho sus ojos.
— ¿Cómo es que está ella aquí? Los guardias la tenían custodiada en la entrada. - hablo el hombre de seguridad muy avergonzado con Kyo. —En verdad lo lamento señor Kusanagi, la sacaremos de inmediato.
—No es necesario, conozco a la señorita. - hablo Kyo deteniendo que su hombre se fuera. —Por favor déjanos a solas.
— Cómo usted diga señor. - el hombre de seguridad salio de inmediato del lugar.
Hubo un largo silencio en que Kyo no pudo hacer más que observar a Athena pasmado. Ella lavó la vista en un punto vacío ante él, adoptando un aire molesto e inspeccióno a Kyo, el se veía tan guapo como siempre, su cabello castaño estaba bien peinado hacia atrás con una coleta dejando caer solo un mejor en su rostro hermoso, llevaba puesto una playera blanca y un jeans azul, sus gustos no habían cambiando como tampoco sus entrenamientos ya que se notaba sus músculos bien formados en su cuerpo.
En cambio ella tenía su cabello despeinado y con rastros de polvo. Las manos de la chica estaban manchadas con sangre seca, llevaba su vestido desgarrado y había partes de la tela quemada, su piel blanca tenia manchas oscuras y sus ojos rojos e hinchados como si hubiera estado llorando.
— ¿Estas bien? - pregunto el preocupado.
— ¿Tu que crees? - le dijo ella.
Su mirada se cruzó con la de Athena. La expresión en aquellos ojos lilas era una que Kyo no había visto nunca antes.
—No luces bien, Athena.
— Pero tu te vez muy bien Kyo, hasta donde recuerdo tu eras mi mejor amigo y me hiciste un gran daño. -terminó Athena. —¿Porqué mi prima y tu decidieron que era mejor borrarme la memoria y olvidarme de que tenia un hijo? ¿De mi madre? ¿No han tomando en cuenta que era lo que yo quería?
— Solo nos preocupamos por tu bien estar en ese momento, tu madre esta bien. Yo he estado al pendiente de ella -le aseguro Kyo.
Athena dejó escapar una tenue risa amarga.
—Ya veo. ¿Entonces debo agradecerte?
— Sabia que tarde o temprano vendrías a reclamar y no me arrepiento de lo que hice.-respondió el castaño esbozando una sonrisa que pretendía ser desenfadada.
—Eres un maldito imbécil, Kyo -dijo Athena, empujando al castaño hacia atrás y Kyo hacia su mejor esfuerzo por no atacarla, porque las palabras de Athena dolió como un golpe.
—No tergiverses mis palabras, Athena, obviamente me preocupo por ti.
Athena negó levemente con la cabeza.
—No es cierto. No sientes remordimiento ¡Nada! Eres un desgraciado. - Athena empuño su mano y le lanzó hacia el rostro del castaño quien esquivó de inmediato un poco sorprendido, jamás pensó que ella lo atacaría y así comenzó a esquibar sus golpes llenos de furia.
—No puedo creer que realmente me estés haciendo esto ¡Yo salve tu vida, Athena! -se mofó Kyo, ahora era el quien la atacaba pero solo para terminar de una vez con esa absurda pelea.
— Dijiste que me protegerias de cualquier mal sin embargo fuiste tu quien me hizo daño al alejarme de mi hijo tantos años. - ella ahora le arrojó una bola psíquica lo cual el la hizo desaparecer con una de sus llamaradas naranjas.
—Athena... -Kyo quería negarlo pero algo de verdad había en lo que dijo, era mejor que ella sacara todo su odio y esa bronca que sentía para que se sintiera mejor. —¿Qué pasa? ¿No vas a recriminarme el haber tenido que llevarte a Taiwan y dejarlo todo por meces? ¿tan malo soy para ti ?- continuó Kyo con una sonrisa burlona, mirando a Athena de soslayo.
—¡Awww! ¡Cállate, Kyo! - esa sonrisa arrogante la hizo enojar más.
La sincronía de sus movimientos era como una danza, el fuego que flotaba en el aire, el apartarse para dejar que el otro atacara, las esferas que buscan en lastimarlo, así estuvieron por un rato hasta que el castaño decidió terminar y encontró el ritmo de los ataques de Athena. Mientras ella llevaba la ofensiva, él tenía tiempo suficiente para buscar un ángulo para tomarla de sorpresa y atacarla por detrás sin embargo en vez de eso la envolvió con sus brazos tomandola de las muñecas para que no pudiera escapar a pesar que sus feroces esferas lo lastimaba. La tenía bien sujeta en un fuerte abrazo de espalda.
— ¡Sueltame, Kyo!
—¡Ya basta Asamiya! ¡Sé acabo! -gruño Kyo irritado, Kyo le había gritado como nunca lo había hecho que la hizo sentir mal, su respiración agitada hace un momento se estaba normalizando y dejó de luchar pero aún asi el no la soltó.
— ¿Entonces? ¿Debo olvidarlo todo?
Kyo sintió una punzada de remordimiento. No había estado pensando en que su decisión la afectaría tanto.
—Ahora todo lo que debes hacer es volver hacer feliz. Lo peor ya pasó -indicó Kyo.
Ella tenía la cabeza caída hacia adelante y los largos mechones de cabello rubio ocultaban su expresión. Sólo sus labios entreabiertos eran visibles. Un delgado hilo de sangre roja caía por su frente y manchaba el brazo de Kyo.
—¡Estas herida...! -exclamó Kyo al ver sangre.
—No es nada- masculló ella, obligándose a no exteriorizar la herida que tenía en la cabeza a causa del accidente de auto.
Kyo insistió y la giro de repente y miró la herida abierta en su cabeza y tocó su frente en un gesto de confort. Athena miró la mano del joven y rio con burla.
— ¿Ahora te preocupas por mi?
—Siempre lo he hecho. - dijo el con una sonrisa casi cansina.
—No necesito de tu compasión -dijo ella indiferente, apartando la mano de Kyo con un ademán brusco.
— Lo sé-murmuró Kyo algo dolido por su acción. —Pero me preocupa tu herida hay que llevarte a un doctor.
Athena esperó un momento antes de hablar. Kyo lo miraba con pesar y suspiró, ya no podía estar enojada con él. Después de todo el solo buscaba su bien estar y estuvo con ella todo ese tiempo de depresión apoyándola.
— No trates de jugar al héroe conmigo Kyo Kusanagi... -susurró ella con un poco de humor lo cual hizo sentir bien al castaño, era la Athena que conocía. —Ya no tienes que salvarme.
— Tranquila ya nadie volverá a lastimarte -interrumpió Kyo y de pronto la abrazo contra su pecho lo cual ella correspondió y lloró con ganas, ya no quería ser fuerte.
—Por favor no vuelvas a dejarme. - dijo entre cortado ella mientras mojaba su playera blanca con sus lágrimas.
—Quiero que sepas que de ahora en adelante siempre estaré a tu lado; siempre estaré contigo para protegerte – dijo Kyo pero luego ella se desmayó en sus brazos. — ¡Athena!
Eran como las dos de la madrugada cuando Dan fue a la oficina de su jefe, era de suma importancia verlo, sabia que el estaría ahí y lo encontró en un estado deprimente con un vaso de whisky en su mano, su ropa desalineada y su cabello rojo revuelto, Iori cuando vio a Dan desvio su mirada desinteresada.
— No quiero ver a nadie, desaparece.
— Señor Yagami, en las pericias en su auto no se encontró restos humanos, además Kyo Kusanagi llamó y dijo que Athena está en el hospital de Tokio, habitación 24. - esa noticia cambió radicalmente el estado de ánimo del pelirrojo y miró con seriedad a su asistente.
— ¿Eso es cierto?
— Así es.
—Pero, tu dijiste que el automóvil exploto con ella adentro- le recordó Iori lo cual su asistente trajo en seco ¿Se habrá equivocado?
— Así fue señor.. tal vez logró escapar antes con sus poderes psíquicos - supuso Dan. Lo cual Iori concordó, Athena tenía trucos como la teletrasnportacion y su escudo psíquico. —Kyo lo espera ahí. Quiere hablar con usted. - le comunicó Dan lo cual Iori dejo aun lado el vaso en el escritorio y se levantó de inmediato, fue al lavado y mojo su rostro con agua fresca para bajar un poco los efectos del alcohol y arreglar un poco su atuendo. Además su antiguo rival no podía verlo en ese estado tan lamentable. Lo importante es que Athena estaba con vida, eso lo lleno de alegría y el dolor que sentía hace unos minutos se disipó.
— ¡Vamos!
Cuando el pelirrojo llegó al hospital vio a Kyo, a quien sólo lo veía en algunas reuniones sociales y trataba de evitarlo lo más que podia, ahora lo tenía frente a frente como en los viejos tiempos, solo que ahora no eran unos jovencitos que peleaban en torneos o callejones oscuros sino hombres de negocios. Iori notó que la playera blanca tenia manchas de sangre, el pelirrojo apretó sus dientes y tomó a Kyo del cuello.
— ¿Dónde está ella?
— Yagami... -la presión en el cuello de Kyo se había vuelto dolorosa, y el joven se dio cuenta de que lori estaba muy enfadado y por el olor que salía de su boca había bebido alcohol. Lo apartó de inmediato.— ¡Ya deja de hacer eso!
— Dime una cosa Kyo ¿Qué hacia Athena contigo?
Kyo vio aquellos ojos que lo observaban con rabia y odio tantas veces lo veía en ocasiones durante sus peleas.
— Ella.. - Kyo dudo en decirle pero ya estaba cansado de ocultar mentiras. — Yagami necesito que me escuches con atención.
Kyo le contó todo lo sucedido al pelirrojo, sobre el trato que tuvo con el señor Akira en intercambiar a Athena por Light con la condición de que Athena se alejara para simple de sus vida haciéndola pasar por muerta, cuando se la llevo a Taiwan y junto con Mikamy decidieron que un hipnotizador borrara todos sus recuerdos que la atormentaban, Athena lo había buscado para reclamarle.
— Ella te odia.. Al igual que a mi. - murmuró Iori ahora sabía todo el dolor por el que tuvo que pasar Athena para que Kyo tuviera que tomar aquella decisión. El castaño espero ver enfado en sus ojos pero encontró nada de eso ahora. Yagami lo observaba con un sosiego impropio, marcado por una clara inquietud.
Kyo tenía unos ojos llenos de confrontación al mirar a Iori a quien nunca había cuestionado tan en serio como en este momento:
— ¿De verdad la amas, Yagami?
— ¿Porqué debería decírtelo?
— Ella me perdono y puedo decirte algo de suma importancia.
Esa respuesta de su rival lo confundió, que más daba decirle sus sentimientos.
— Por supuesto, la amo -contestó Iori, con una mirada y tono sombrios.
— Entonces hazla feliz, no dejes que tus padres vuelvan a dañarla, sé que ella aún te ama.
– ¿De verdad crees que pueda perdonarme?-pregunto con suavidad, pero aún había un tono determinado en su voz.
—Tarde o temprano lo hará Yagami, además ella está embarazada el doctor dice que tiene un mes y como fue novia de Billy pensaras que el niño..
—Es mio. - lo interrumpió el pelirrojo con seguridad, ya no tenía dudas de ella y eso sorprendió un poco a Kyo y a la vez le agrado.
— Se que están saliendo porque Nikaido me informo que fueron juntos a una fiesta, es por eso que te llamé. Siempre estuve al pendiente de ella. - Le informo Kyo posando su mirada en el otro. —¿Y que pasaría si ella decide no estar contigo? - le preguntó, deseando con desesperación que Yagami realmente haya cambiado. Iori se quedo en silencio un momento antes de hablar por más difícil que fuera.
– Respetaré cada pensamiento y decisión -asintió sincero.
— Y si en el caso que ella te aceptara ¿prometes que la protegerás, la cuidarás y la amarás por siempre? - Kyo miraba a su antiguo rival con intensidad.
Iori podia percatarse de lo mucho que Kyo se preocupaba por ella e hizo algo que jamás pensó que haría a su ex rival, le dio una palmada en el hombro.
– Me conoces desde que tenia casi veinte años y sabes la clase de persona que soy y tengo conciencia del daño que hice -Una mirada de disculpa brilló en sus ojos al añadir en silencio. — Lo prometo, Kyo.
No eran tan cercanos como amigos pero ambos se conocian a la perfección como rivales, pero los dos tenían algo en comun, el bien estar de Athena y su felicidad, por su parte Kyo se recargo contra la pared blanca de hospital, que estaba detrás de él, y sonrió con arrogancia.
– Será mejor que cumplas tu promesa Yagami, o esta vez seré yo que vaya a buscarte para matarte.
Iori sabía que su rival bromeaba, pero si fuera el caso el lo estaría esperando preparado como en los viejos tiempos.
— Si volviera a ocurrir... Si por alguna razón yo la lastimo. - hablo lori, su voz áspera y este pasó su mano por el hombro del castaño. — No te rindas. -ordenó.
—Yagami..
Kyo notó que la presión de los dedos de lori aumentaba para luego ver como el pelirrojo se alejaba, él castaño suspiró con cansancio, solo esperaba no tener que enfrenarlo como en en pasado, esta vez no iba a permitir que siguiera haciéndole daño.
Cuando Athena abrió los ojos. No había nadie en la habitación, parpadeó. Sus ojos parecían estar cubiertos con una capa de niebla y no podía ver con claridad.
Se quedó inmóvil en la cama y miró al techo, sin saber lo que estaba pensando. Athena no tenía idea de cuánto tiempo había estado inconsciente, pero esta vez, se sentía como si hubiera estado separada toda la vida.
Después de mucho tiempo, la puerta se abrió suavemente. Cuando Iori vio que sus ojos se abrían, se llenó de alivio y camino hacia su cama.
—Finalmente despiertas. ¿Cómo te sientes? -preguntó el con suavidad.
Los ojos de Athena brillaron, no esperó que Iori se preocupará tanto por ella. Luego cerró lentamente los ojos y lo ignoró. No sabía qué decir y no era lo suficientemente valiente como para enfrentarse al pelirrojo en este momento, por lo que solo podía evitarlo.
Sin embargo, esto había alertado a Iori. Pensó que Athena no queria verlo, pero tenía que decir algo. De lo contrario, ella lo dejaría. No había forma de que él permitiera que esto sucediera.. había algo que ella tal vez no sabe.
— Piensa en Ryu, nuestro hijo. No te estoy pidiendo que me perdones ahora sino que sigas con nosotros.. además estás embarazada.
—¿Embarazada?
Athena se quedó asombrada, ¿Tenía un hijo de Iori en su vientre.?
—Tienes un mes de embarazo, vamos a tener otro hijo. - Iori la rodeó con sus brazos.
Obviamente no esperaba estar embarazada, solo se habían acostado una vez ¿Qué haría ahora? Athena podía sentir que sus poderosos brazos que la sujetaban temblaban ligeramente. Se mordió los labios con fuerza, sintiéndose cansada de adentro hacia afuera.
—Athena se que no eras lo que esperabas pero te aseguro que lo que sucedió en el pasado nunca volverá a pasar. Ya sea mi padre, mi madre o cualquier otra persona, nunca dejaré que te lastimen.
Ella pensó en todas las cosas que había superado en el pasado, creyó que podría armarse de valor y ignorar las súplicas de Iori pero ya estaba cansada de luchar contra la corriente, lo mejor era aceptarlo, además no podía mentirme así misma, amaba a ese maldito pelirrojo como también a Ryu. Esta emoción de querer volver a ver a su pequeño.
— ¿De verdad? - balbuceo ella, lo cual Iori la miró con esperanza.
— Así es, confía en mí. Dame la oportunidad de probarme a mí mismo...-, suplicó, con un nudo en la garganta.
Cuando Athena lo miró profundamente a los ojos, encontró tensión y nerviosismo, así como un miedo imperceptible. Ella evitó su vista.
Era innegable que... sus súplicas desataron su corazón.
—Hablemos de eso más tarde- dijo en voz baja.
Pero aun así, ella todavía no tenía la intención de perdonarlo. Había demasiados obstáculos entre ellos.
Los viejos asuntos aún no se habían aclarado.
— Athena ... - insistió Iori.
— Iori, es demasiado pronto para hablar de esto. Todavía hay muchas cosas entre nosotros. Tu madre fue la culpable de que Ryu y yo nos separemos. No la perdonaré fácilmente.
— Claro, claro. Tienes razón, simplemente ignorala, como dije antes resolveré todos los asuntos con mis padres. Te seguiré y no interferiré. ¿Puedes darme algo de tiempo? - Iori concedería todos los pedidos ahora, siempre y cuando no se alejara.
Athena frunció los labios y no tenia idea de qué decir sobre la actitud de Iori. Después de todo, esa era su madre biológica.
Aunque lo pensó en su corazón, también lo dijo a propósito. Lo que no esperaba era que Iori estuviera de acuerdo con ella, lo que la hizo no saber qué hacer.
—De acuerdo. Seguiré viviendo contigo pero solo lo haré por Ryu. -le aclaro lo cual el dejó escapar un suspiro de alivio.
Aunque Athena no lo acepto del todo tampoco lo rechazó, significaba que todavía tenía la oportunidad de recuperar sus sentimientos hacia él. Solo era cuestión de tiempo.
En ese momento entro Ryu al cuarto y se acercó a Athena
—Mamá, dormiste mucho tiempo, estaba asustado porque papá dijo que tuviste un accidente- Ryu lloró.
— Lo siento, cariño. No volverá a suceder. Te lo prometo. - Athena lo abrazó con más fuerza.
A pesar de que ya sabía que Ryu era su hijo cuando no había recuperado la memoria, las cosas eran diferentes ahora. Ella recordó lo mucho que habían superado esto.
No importaba lo que pasara entre Iori y ella, Ryu era quien más le importaba, ocupaba el lugar más importante en lo más profundo de su corazón.
