Saint Seiya fic
Hyoga X Shun
¨ Lágrimas de cristal ¨
Mira al infinito...busca una respuesta...¿crees que pueda quedarme así?
¿Mis labios en los tuyos y tus brazos rodeándome?
...No más sufrimiento...no más mentira...no más odio...
Quiero quedarme así...se siente tan bien...sentir tu respiración en mi
cuello...
Notas aclaratorias: Este fanfic se sitúa luego de Hades, Seiya se encuentra bien muerto, bien muerto repito, no hay Tenkai hen, ya que no quiero que Pegaso se aparezca x aquí ^^ (lo odio de muerte, creo que se habrán dado cuenta ^^UUUU).
Disfruten del 1er capítulo de mi fic ^^
Gracias por atención,
Kaze no Senshi, Fuu-chan
///////////////////////////////////////////////////////////////
Capítulo 1: Andrómeda ~ Aquel día en que nos conocimos...
Hyoga miraba con aburrimiento como poco a poco las hojas caían de los árboles desde la ventana de su cuarto en la mansión Kido, ya había pasado un año desde la muerte de Seiya y la batalla contra Hades.
...No había enemigos con quien pelear...todo era paz...todo debería ser perfecto... pero...
-...Debo tomar una decisión...-susurró Hyoga.-...si no hay nada que me ate aquí entonces deberé volver con ella...kasan...-el rubio contempló el rosario en sus manos, que brillase tal si fuese una estrella.-...hablaré esta noche con Saori-san cuando esta haya llegado del viaje que fue a hacer a Atenas...
El joven se puso en pie y se dirigió a la puerta de su cuarto, cuando la abrió se encontró cara a cara con Shun, que lo miraba con ojos amables.
-Konnichiwa, Hyoga...
-Konnichiwa, Shun...-en el rostro del rubio surgió una sonrisa.
-¿A dónde ibas?-el chico de cabello verde le miró interesado.
-Iba a dar un paseo...sólo eso...
-¿En serio? ¿Solo?-Shun se preocupó.
-Claro que no...iba a tu cuarto a ver si querías ir conmigo...
-¿Contigo?-el rostro del santo de Andrómeda se sonrojó levemente.
-...Por supuesto...-Hyoga le sonrió.-...cualquier lado estará bien, puedes ser mi guía, ¿no crees?
-...H-Hai...-afirmó nerviosamente el chico de cabello verde.
-¿Te ocurre algo, Shun?-preguntó preocupado Hyoga.
-...Nandemonai...-mintió Shun con una sonrisa en sus labios.
-...Pues vamos...-Hyoga se adelantó en salir, Shun lo vio partir y suspiró.
*** Sí me pasa algo...estoy enamorado de ti...***
// ¿Cuánto tiempo ha pasado? Mucho...tal vez...lo recuerdo bastante bien... cuando llegaste al lugar donde comenzamos a entrenar...donde nos conocimos nosotros cinco...Seiya, Shiryu, niisan, tú...y yo...
El lugar que decidió Kido-sama antes de que se definieran los sitios adonde iríamos a entrenarnos para convertirnos en Santos...
Recuerdo cuando llegaste, acompañado por unos individuos muy altos y vestidos de negro, enviados de Kido-sama, quizás, todos nos sorprendimos al verte, especialmente yo, era la primera vez que veía a un chico rubio y de ojos azules, a mi niisan no le pareció la gran cosa, pero a mí sí, ya que me llamaron mucho la atención de que aunque fueses sólo un niño como yo, tu mirada era la de un adulto.
//...Ojos tristes...ojos serios...//
Te asignaron al cuarto contiguo al mío y al de mi niisan, con Ichi-san, lo primero que quería era darte la bienvenida, pero mi niisan dijo que no era necesario, que dejara de tener atenciones con cada chico que llegaba ahí, pero no podía, no me gustaba...
-Debe sentirse solo, niisan...
-El sabrá cuidarse, Shun...no puedes seguir pensando que puedes convertirte en un ángel guardián para todos...
-...Pero yo por lo menos te tengo niisan...él no tiene a nadie...viene según me dijeron desde Siberia...eso es muy largo...
-Mañana hablaremos de eso...ahora durmamos...el entrenamiento será más temprano que de costumbre...
-...Está bien...Oyasumi nasai, niisan...
-...Oyasumi, Shun...
Mentiría si dijera que dormí bien esa noche, en mi mente no paraba de ver al chico rubio viendo curioso los alrededores de la casa, de seguro era la primera vez que veía un lugar tan verde, pero siempre que quería acercarme a hablar con él, se alejaba cada vez más y mi corazón se estrujaba ante la soledad que de seguro sentía.
Desperté lleno de sudor, me percaté que estaba lloviendo muy fuerte, decidí ir a despejarme afuera de la casa, había encontrado un lugar en el gimnasio donde entrenamos que era como una especie de desván, donde podía verse bastante bien las luces de la ciudad de Tokyo, ahí siempre iba cuando me sentía agotado de tanto entrenamiento.
Me puse unas pantuflas y una manta de mi cama, para no mojarme por la lluvia, corrí hacia el gimnasio y subí las escaleras que parecían inadvertidas debido a que no había una luz ahí.
Abrí la puerta con cuidado y dirigí mi mirada hacia la ventana, vi una sombra sentada frente a ella y que temblaba, sólo pude susurrar apenas unas cuantas palabras.
-¿Quién eres?
La sombra volteó a verme y fue en ese momento que un relámpago iluminó su rostro y me di cuenta que era el chico nuevo, el rubio. Su rostro estaba lleno de lágrimas y en sus manos tenía una especie de collar de perlas.
Me acerqué a él, pero él se puso de pie y me miró amenazante, guardó el collar en su bolsillo y cerró sus puños, parecía que quería atacarme.
-...Tranquilo...no voy hacerte nada...
El chico seguía igual, al rato comprendí de que de seguro no me entendía muy bien, ya que no hablaba japonés. Lo miré de nuevo y me percaté que estaba empapado, me preocupé, me quité la manta y traté de nuevo de acercarme.
-...Todo...está...bien...
Susurré lentamente para que oyera que mi voz no era para atemorizarle, los chicos que iban al entrenamiento conmigo decían que mi voz era tan suave como la de una chica, cuando niisan oía eso los perseguía por el lugar hasta lograr que se disculparan frente a mí, usando hasta los puños como una manera para que dejaran de molestarme.
El chico se sorprendió al ver que colocaba la manta en su cabeza y comenzaba a secarle, luego limpié sus lágrimas con las yemas de mis dedos suavemente y por último lo cubrí con la manta para que no sintiese frío.
Me puse en pie y decidí dejarle solo, no quería molestarle, además no podíamos hablar bien, si él no conocía el idioma que yo hablaba, volteé a verle y le sonreí.
-...Oyasumi...
Apenas caminé un poco cuando una voz suave con acento hizo que esas simples palabras sonaran de una forma casi como mágica.
-...Matte...onegai...
Volteé a ver y vi al chico rubio viéndome preocupado, caminó hasta donde estaba, se quitó la manta y quiso cubrirme con ella, sólo le sonreí.
-...Daijoubu...yo estaré...bien...¿hablas...japonés...?
-...Su...ko...sukoshi...-pensó bien esa palabra antes de completarla.
-...Ore wa...Shun...desu...
El chico rubio abrió sus ojos llenos de sorpresa, yo había sido el único interesado en tratar de hablar con él y no en burlarme o golpearle por ser diferente.
Finalmente se tranquilizó y me miró a los ojos, recordó las últimas que había dicho yo y lentamente se me presentó.
-...O-ore...wa...Hyoga...de-de...s-su...
-...Hyoga...-no pude evitar sonreír, a pesar del color de sus ojos y de su cabello, de ser un extranjero, tenía un nombre japonés, un nombre que me gustó mucho.-...¿quieres...volver... a..tu cuarto...conmigo?
-...Iie...-apenas susurró, era comprensible para mí.
//¿Por qué él debía volver a un lugar en el cual lo maltratasen, lo golpeasen sin razón, que lo odiasen por ser diferente? Yo le comprendía, era el más débil de todos los niños que estaban ahí, ellos me rechazaban y hablaban mal de mí a mis espaldas y frente a mí cuando niisan no estaba para ayudarme. ¿Porque ambos no huíamos de ahí y nos olvidábamos de todo? Pero eran ciertas las palabras que le oí decir a Kido-sama cuando hablaba con su nieta Saori-sama... Que todos nosotros teníamos un hado...éste lo habían definido las estrellas y que no había nada que pudiese cambiarlo...//
-...No...temas...Hyoga-kun...si...estamos juntos...no pasará...nada malo...
-¿Kun?-Hyoga me miró intrigado ante mi sorpresa.-...¿Qué...es...kun...?
No pude evitar reír, él me miró más extrañado, me tranquilicé y le sonreí tratando de explicarle.
-...Kun...es para usarlo...en los nombres y... apellidos...de...la gente...como...eres mi amigo...te digo...Hyoga-kun...
Hyoga no cambió en nada la extrañes en su rostro, meditó por un rato y luego decidió hablarme.
-...No entender...entonces no usar kun...watashi...no Shun...tomodachi...
Al oír que Hyoga decía que yo era su Shun no puede evitar sonrojarme, sabía que era que se había equivocado, pero había sonado...no sé...tan bien...le corregí al rato.
-...Iie Hyoga...Shun, watashino tomodachi...
-Shun, watashino tomodachi...
Ambos sonreímos y salimos del desván, nos cubrimos con la manta y nos fuimos a nuestros cuartos, lo dejé en su cuarto y le sonreí.
-Oyasumi...Hyoga...
-...O-oyasumi...Shun...
A partir de ese día, a escondidas de mi niisan le daba clases de japonés a Hyoga y él me enseñaba su lengua, me habló de cómo era Siberia y me habló de su madre...se llamaba Natashia...ella murió cuando el barco en el que iban ambos chocó contra un iceberg, un único bote de rescate salió y Natashia decidió que Hyoga debía salvarse...debía vivir...debía ir...ofreciendo su lugar para su pequeño niño...
Antes de partir le había dado ese collar que antes le vi a Hyoga...él me explicó luego que era un rosario...él y su madre pertenecían a una religión diferente a la de los japoneses...ese rosario tenía una cruz...en la cual el hijo de Dios había dado su vida por nosotros para perdonarnos de nuestros pecados...me explicó Hyoga...
El padre de Hyoga era japonés y había ido a exploraciones a Siberia al pueblo donde vivía Natashia, ambos convivieron un tiempo y surgió una estrecha relación, se casaron y tuvieron un solo hijo, Hyoga...así le pusieron por el nombre de su padre...
Pero el padre de Hyoga tuvo que irse, debido a la finalización de las exploraciones y aún más porque sus padres no concibieron que él se casase con una gaijin...con una extranjera... si ya tenían planeado con quien casarlo...con una chica de un importante empresario del área de Kyoto y que les daría una importante alianza en el mercado de autos...
Al final, el padre de Hyoga fue obligado a casarse con la chica, pero nunca olvidó a Natashia, le mandó cartas y dinero a escondidas para ayudarles, debido a la presión que tenía por su matrimonio y por los problemas de la empresa, el hombre mandó una última carta, en la cual decía que le perdonara...que la amaba a ella y a su pequeño Hyoga...
Natashia recibió una carta de la madre de Hyoga diciéndole que por su culpa, su hijo se había suicidado colgándose del techo de la oficina, lo único que había dejado era una foto de él y Natashia y un papel diciendo que nunca dejó de amar a la mujer...a pesar de todo...
Por eso ella y Hyoga subieron a ese barco, debían ir a Japón al funeral del hombre, pasara lo que pasara, a pesar del rechazo de quienes fuesen a verles, por eso el niño había aprendido más o menos la lengua de su padre por parte de la mujer, pero nunca llegaron ahí debido a ese accidente y a la muerte de Natashia, Hyoga fue regresado a Siberia.
El estuvo solo en esa casa por unos meses, hasta que un día llegaron unos hombres que se lo llevaron sin su consentimiento, lo único que le dijeron que le agradeciera a Kido-sama por salvarlo de seguir viviendo en el infierno...que lograría volverse un santo...
Hyoga se sorprendió por el término...le comprendí al rato...para la religión de él, los santos eran quienes con sus buenas acciones hacia los demás y su lucha por dar a conocer al Salvador...les era brindado la oportunidad de ir al Cielo ... Hyoga no podía comprender que el santo en el que lo querían volver, iba a luchar...por una causa diferente...
Con el pasar del tiempo, Hyoga mejoró en los entrenamientos e hizo que yo no fuera tan tímido, así fue como los dos hablamos con unos chicos que estaban ahí, un chico busca pleitos que no era del agrado de Tatsumi-san, de nombre Seiya y un chico gentil que nació en China llamado Shiryu.
Todo era perfecto para mí, tenía a mi niisan y nuevos amigos, ya no me sentía tan solo, pero todo no puede ser perfecto por siempre, ¿verdad?
Kido-sama finalmente decidió hacer el sorteo, me alegré por Hyoga ya que a él asignaron ir a Siberia, podría volver adonde había nacido, volver junto a su madre, Seiya iría a Grecia para buscar a su hermana perdida, Shiryu iría a las cascadas de Rozan en China. Ahora era mi turno, Tatsumi-san me miró junto a mi hermano y me sonrió.
-...Shun...es tu turno...
Acerqué mi mano a la caja y temblorosamente saqué un papel doblado en ella, se lo entregué a Tatsumi-san, él lo abrió y hizo una cara que asustó a todos, aún más a niisan y a Hyoga...
-...Shun...debes ir a la Isla Reina Muerte....pocos han sobrevivido ahí...dudo que puedas regresar de ella...eres débil...por eso...
-¡Basta!
-¡Ikki! ¡Guarda silencio!
-...¡Yo iré en vez de Shun! ¡Que él vaya a la Isla de Andrómeda! ¡Yo sufriré por él!
-...¡NO PUEDES DECIDIR, IKKI!-Tatsumi le propinó un puñetazo a mi niisan que le hizo sangrar la boca, iba a volver a golpearlo cuando Kido-sama apareció con su nieta Saori-sama.
-Deja marchar al niño, Tatsumi...si él así lo quiere...
-...Así es, yo iré a la Isla de la Reina Muerte...
-¡CÁLLATE!-Tatsumi volvió a pegarle en el rostro, cuando esto pasó salí corriendo del lugar.
-...Niisan...¿por qué? ¿por qué lo hiciste?-no dejaba de llorar en el desván, una voz se oyó desde la entrada del cuarto.
-...Shun...¿puedo pasar?
-...H-hyoga...
Hyoga se acercó y se sentó junto a mí, me limpió las lágrimas con las yemas de sus dedos , tomó mis manos y colocó en ellas el rosario y me sonrió, me habló en un lento ruso mezclado con japonés.
-Daijoubu, Shun...Dios...cuidará de tu hermano y de ti...nunca te olvides de él...
-...¿Y Hyoga?-no pude evitar abrazarle y seguir llorando.-...¿Dios se olvidará de él?
-...Dios...no se...olvida de nadie...-él me sonrió y besó mi frente.
-...¿Hyoga se olvidará de mí?-hablé con el ruso que él me había enseñado.
-...Yo no te olvidaré...¿pero Shun se olvidará de Hyoga?-sus ojos azules me miraron fijamente.
A pesar de lo que pudiera pasar, le abracé más fuerte y le besé suavemente en los labios, ante su sorpresa.
-Iie...yo jamás olvidaré a Hyoga...lo quiero tanto como a mi niisan...
-...Shun...ya es hora...
La voz de mi niisan sonó afuera del desván, ambos nos levantamos, yo le regresé el rosario a Hyoga y le sonreí.
-...Consérvalo, Hyoga...
-...Demo...
-...Es un recuerdo de tu kasan...tu mama...tienes...un recuerdo de ella...yo también tengo uno de la mía...
-...¿Lo...tienes?
Le mostré mi collar con el medallón plateado en forma de estrella con las palabras ¨ tuyo por siempre ¨ y sonreí.
-...Ambos tenemos un recuerdo...
Todos preparamos las cosas para partir muy temprano en la mañana, no duró mucho la noche, cada uno abordaba en distintos autos, mi niisan partió de primero y me dijo que me volviera fuerte...si me hacía fuerte volvería a verle, yo le dije que así lo haría...
Sólo quedábamos Hyoga, Ichi, Jabu y yo esperando la llegada de quien nos llevaría, me alejé junto a Hyoga de los otros dos y creo que ahí fue nuestra despedida.
-...Hyoga...espero que te vaya bien en Siberia, recuérdame, por favor...
-...Yo también digo lo mismo, Shun...cuando vea de nuevo a mi mama...a mi kasan...le hablaré de un niño de cabello verde como el pasto...que me hizo no seguir...desear...morir... –Hyoga ante mi sorpresa me besó de la misma forma como yo lo hice el día anterior.
-...Hyoga-san...vámonos...ya vinieron por ti...
-¡Hai!-Hyoga comenzó a correr a donde estaba la mujer, volteó a verme e hizo una reverencia.-...Arigatou, Shun...Ja na!
-¡Arigatou, Hyoga! ¡Ja na!-le sonreí, extendí mi mano y la seguí moviendo hasta que no hubo rastro del vehículo en el cual se fue Hyoga, cuando no vi nada más comencé a llorar en silencio.
-...Shun-kun...soy Kinomoto-san...vamos... –un hombre tomó mi mano y me introdujo al auto.
-...Ano... Kinomoto-san...-pude hablar luego de un rato.
-...Nani, Shun-kun?-el hombre me vio a través del retrovisor.
-...¿Todos nos volveremos a ver?...
-...Deberán verse...eso es seguro...es lo que dispuso Mitsumasa Kido- sama...
-¿Hountoni?-me sentí feliz cuando dijo eso.
-...A menos que...alguno muera...durante...el entrenamiento...
-...
-...¿Shun-kun? ¿Daijoubu?
-...H-hai...-durante todo el camino lloré en silencio, por el destino de mi niisan, por el de Hyoga, el mío y el de los demás niños con los cuales conviví por todo un año.
Fin del Capítulo 1
**************************************************************************** **************
Notas de la autora: Espero les haya gustado el cap 1 de mi fic ^^V Como bien dicen x ahí, Saint Seiya no me pertenece a mí, es de Masami Kuramada (claro, a Seiya y Saori nadie los quiere :p)
Disculpen si me equivoco en cualquier término en japonés ^^UUU
Se agradecen comentarios/reviews, donaciones para esta autora para mejorar su calidad de vida (^^UUU) o simplemente un "continúalo" estará bien XD
Cuídense mucho,
Fuu-chan (^)________(^)V
Hyoga X Shun
¨ Lágrimas de cristal ¨
Mira al infinito...busca una respuesta...¿crees que pueda quedarme así?
¿Mis labios en los tuyos y tus brazos rodeándome?
...No más sufrimiento...no más mentira...no más odio...
Quiero quedarme así...se siente tan bien...sentir tu respiración en mi
cuello...
Notas aclaratorias: Este fanfic se sitúa luego de Hades, Seiya se encuentra bien muerto, bien muerto repito, no hay Tenkai hen, ya que no quiero que Pegaso se aparezca x aquí ^^ (lo odio de muerte, creo que se habrán dado cuenta ^^UUUU).
Disfruten del 1er capítulo de mi fic ^^
Gracias por atención,
Kaze no Senshi, Fuu-chan
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Capítulo 1: Andrómeda ~ Aquel día en que nos conocimos...
Hyoga miraba con aburrimiento como poco a poco las hojas caían de los árboles desde la ventana de su cuarto en la mansión Kido, ya había pasado un año desde la muerte de Seiya y la batalla contra Hades.
...No había enemigos con quien pelear...todo era paz...todo debería ser perfecto... pero...
-...Debo tomar una decisión...-susurró Hyoga.-...si no hay nada que me ate aquí entonces deberé volver con ella...kasan...-el rubio contempló el rosario en sus manos, que brillase tal si fuese una estrella.-...hablaré esta noche con Saori-san cuando esta haya llegado del viaje que fue a hacer a Atenas...
El joven se puso en pie y se dirigió a la puerta de su cuarto, cuando la abrió se encontró cara a cara con Shun, que lo miraba con ojos amables.
-Konnichiwa, Hyoga...
-Konnichiwa, Shun...-en el rostro del rubio surgió una sonrisa.
-¿A dónde ibas?-el chico de cabello verde le miró interesado.
-Iba a dar un paseo...sólo eso...
-¿En serio? ¿Solo?-Shun se preocupó.
-Claro que no...iba a tu cuarto a ver si querías ir conmigo...
-¿Contigo?-el rostro del santo de Andrómeda se sonrojó levemente.
-...Por supuesto...-Hyoga le sonrió.-...cualquier lado estará bien, puedes ser mi guía, ¿no crees?
-...H-Hai...-afirmó nerviosamente el chico de cabello verde.
-¿Te ocurre algo, Shun?-preguntó preocupado Hyoga.
-...Nandemonai...-mintió Shun con una sonrisa en sus labios.
-...Pues vamos...-Hyoga se adelantó en salir, Shun lo vio partir y suspiró.
*** Sí me pasa algo...estoy enamorado de ti...***
// ¿Cuánto tiempo ha pasado? Mucho...tal vez...lo recuerdo bastante bien... cuando llegaste al lugar donde comenzamos a entrenar...donde nos conocimos nosotros cinco...Seiya, Shiryu, niisan, tú...y yo...
El lugar que decidió Kido-sama antes de que se definieran los sitios adonde iríamos a entrenarnos para convertirnos en Santos...
Recuerdo cuando llegaste, acompañado por unos individuos muy altos y vestidos de negro, enviados de Kido-sama, quizás, todos nos sorprendimos al verte, especialmente yo, era la primera vez que veía a un chico rubio y de ojos azules, a mi niisan no le pareció la gran cosa, pero a mí sí, ya que me llamaron mucho la atención de que aunque fueses sólo un niño como yo, tu mirada era la de un adulto.
//...Ojos tristes...ojos serios...//
Te asignaron al cuarto contiguo al mío y al de mi niisan, con Ichi-san, lo primero que quería era darte la bienvenida, pero mi niisan dijo que no era necesario, que dejara de tener atenciones con cada chico que llegaba ahí, pero no podía, no me gustaba...
-Debe sentirse solo, niisan...
-El sabrá cuidarse, Shun...no puedes seguir pensando que puedes convertirte en un ángel guardián para todos...
-...Pero yo por lo menos te tengo niisan...él no tiene a nadie...viene según me dijeron desde Siberia...eso es muy largo...
-Mañana hablaremos de eso...ahora durmamos...el entrenamiento será más temprano que de costumbre...
-...Está bien...Oyasumi nasai, niisan...
-...Oyasumi, Shun...
Mentiría si dijera que dormí bien esa noche, en mi mente no paraba de ver al chico rubio viendo curioso los alrededores de la casa, de seguro era la primera vez que veía un lugar tan verde, pero siempre que quería acercarme a hablar con él, se alejaba cada vez más y mi corazón se estrujaba ante la soledad que de seguro sentía.
Desperté lleno de sudor, me percaté que estaba lloviendo muy fuerte, decidí ir a despejarme afuera de la casa, había encontrado un lugar en el gimnasio donde entrenamos que era como una especie de desván, donde podía verse bastante bien las luces de la ciudad de Tokyo, ahí siempre iba cuando me sentía agotado de tanto entrenamiento.
Me puse unas pantuflas y una manta de mi cama, para no mojarme por la lluvia, corrí hacia el gimnasio y subí las escaleras que parecían inadvertidas debido a que no había una luz ahí.
Abrí la puerta con cuidado y dirigí mi mirada hacia la ventana, vi una sombra sentada frente a ella y que temblaba, sólo pude susurrar apenas unas cuantas palabras.
-¿Quién eres?
La sombra volteó a verme y fue en ese momento que un relámpago iluminó su rostro y me di cuenta que era el chico nuevo, el rubio. Su rostro estaba lleno de lágrimas y en sus manos tenía una especie de collar de perlas.
Me acerqué a él, pero él se puso de pie y me miró amenazante, guardó el collar en su bolsillo y cerró sus puños, parecía que quería atacarme.
-...Tranquilo...no voy hacerte nada...
El chico seguía igual, al rato comprendí de que de seguro no me entendía muy bien, ya que no hablaba japonés. Lo miré de nuevo y me percaté que estaba empapado, me preocupé, me quité la manta y traté de nuevo de acercarme.
-...Todo...está...bien...
Susurré lentamente para que oyera que mi voz no era para atemorizarle, los chicos que iban al entrenamiento conmigo decían que mi voz era tan suave como la de una chica, cuando niisan oía eso los perseguía por el lugar hasta lograr que se disculparan frente a mí, usando hasta los puños como una manera para que dejaran de molestarme.
El chico se sorprendió al ver que colocaba la manta en su cabeza y comenzaba a secarle, luego limpié sus lágrimas con las yemas de mis dedos suavemente y por último lo cubrí con la manta para que no sintiese frío.
Me puse en pie y decidí dejarle solo, no quería molestarle, además no podíamos hablar bien, si él no conocía el idioma que yo hablaba, volteé a verle y le sonreí.
-...Oyasumi...
Apenas caminé un poco cuando una voz suave con acento hizo que esas simples palabras sonaran de una forma casi como mágica.
-...Matte...onegai...
Volteé a ver y vi al chico rubio viéndome preocupado, caminó hasta donde estaba, se quitó la manta y quiso cubrirme con ella, sólo le sonreí.
-...Daijoubu...yo estaré...bien...¿hablas...japonés...?
-...Su...ko...sukoshi...-pensó bien esa palabra antes de completarla.
-...Ore wa...Shun...desu...
El chico rubio abrió sus ojos llenos de sorpresa, yo había sido el único interesado en tratar de hablar con él y no en burlarme o golpearle por ser diferente.
Finalmente se tranquilizó y me miró a los ojos, recordó las últimas que había dicho yo y lentamente se me presentó.
-...O-ore...wa...Hyoga...de-de...s-su...
-...Hyoga...-no pude evitar sonreír, a pesar del color de sus ojos y de su cabello, de ser un extranjero, tenía un nombre japonés, un nombre que me gustó mucho.-...¿quieres...volver... a..tu cuarto...conmigo?
-...Iie...-apenas susurró, era comprensible para mí.
//¿Por qué él debía volver a un lugar en el cual lo maltratasen, lo golpeasen sin razón, que lo odiasen por ser diferente? Yo le comprendía, era el más débil de todos los niños que estaban ahí, ellos me rechazaban y hablaban mal de mí a mis espaldas y frente a mí cuando niisan no estaba para ayudarme. ¿Porque ambos no huíamos de ahí y nos olvidábamos de todo? Pero eran ciertas las palabras que le oí decir a Kido-sama cuando hablaba con su nieta Saori-sama... Que todos nosotros teníamos un hado...éste lo habían definido las estrellas y que no había nada que pudiese cambiarlo...//
-...No...temas...Hyoga-kun...si...estamos juntos...no pasará...nada malo...
-¿Kun?-Hyoga me miró intrigado ante mi sorpresa.-...¿Qué...es...kun...?
No pude evitar reír, él me miró más extrañado, me tranquilicé y le sonreí tratando de explicarle.
-...Kun...es para usarlo...en los nombres y... apellidos...de...la gente...como...eres mi amigo...te digo...Hyoga-kun...
Hyoga no cambió en nada la extrañes en su rostro, meditó por un rato y luego decidió hablarme.
-...No entender...entonces no usar kun...watashi...no Shun...tomodachi...
Al oír que Hyoga decía que yo era su Shun no puede evitar sonrojarme, sabía que era que se había equivocado, pero había sonado...no sé...tan bien...le corregí al rato.
-...Iie Hyoga...Shun, watashino tomodachi...
-Shun, watashino tomodachi...
Ambos sonreímos y salimos del desván, nos cubrimos con la manta y nos fuimos a nuestros cuartos, lo dejé en su cuarto y le sonreí.
-Oyasumi...Hyoga...
-...O-oyasumi...Shun...
A partir de ese día, a escondidas de mi niisan le daba clases de japonés a Hyoga y él me enseñaba su lengua, me habló de cómo era Siberia y me habló de su madre...se llamaba Natashia...ella murió cuando el barco en el que iban ambos chocó contra un iceberg, un único bote de rescate salió y Natashia decidió que Hyoga debía salvarse...debía vivir...debía ir...ofreciendo su lugar para su pequeño niño...
Antes de partir le había dado ese collar que antes le vi a Hyoga...él me explicó luego que era un rosario...él y su madre pertenecían a una religión diferente a la de los japoneses...ese rosario tenía una cruz...en la cual el hijo de Dios había dado su vida por nosotros para perdonarnos de nuestros pecados...me explicó Hyoga...
El padre de Hyoga era japonés y había ido a exploraciones a Siberia al pueblo donde vivía Natashia, ambos convivieron un tiempo y surgió una estrecha relación, se casaron y tuvieron un solo hijo, Hyoga...así le pusieron por el nombre de su padre...
Pero el padre de Hyoga tuvo que irse, debido a la finalización de las exploraciones y aún más porque sus padres no concibieron que él se casase con una gaijin...con una extranjera... si ya tenían planeado con quien casarlo...con una chica de un importante empresario del área de Kyoto y que les daría una importante alianza en el mercado de autos...
Al final, el padre de Hyoga fue obligado a casarse con la chica, pero nunca olvidó a Natashia, le mandó cartas y dinero a escondidas para ayudarles, debido a la presión que tenía por su matrimonio y por los problemas de la empresa, el hombre mandó una última carta, en la cual decía que le perdonara...que la amaba a ella y a su pequeño Hyoga...
Natashia recibió una carta de la madre de Hyoga diciéndole que por su culpa, su hijo se había suicidado colgándose del techo de la oficina, lo único que había dejado era una foto de él y Natashia y un papel diciendo que nunca dejó de amar a la mujer...a pesar de todo...
Por eso ella y Hyoga subieron a ese barco, debían ir a Japón al funeral del hombre, pasara lo que pasara, a pesar del rechazo de quienes fuesen a verles, por eso el niño había aprendido más o menos la lengua de su padre por parte de la mujer, pero nunca llegaron ahí debido a ese accidente y a la muerte de Natashia, Hyoga fue regresado a Siberia.
El estuvo solo en esa casa por unos meses, hasta que un día llegaron unos hombres que se lo llevaron sin su consentimiento, lo único que le dijeron que le agradeciera a Kido-sama por salvarlo de seguir viviendo en el infierno...que lograría volverse un santo...
Hyoga se sorprendió por el término...le comprendí al rato...para la religión de él, los santos eran quienes con sus buenas acciones hacia los demás y su lucha por dar a conocer al Salvador...les era brindado la oportunidad de ir al Cielo ... Hyoga no podía comprender que el santo en el que lo querían volver, iba a luchar...por una causa diferente...
Con el pasar del tiempo, Hyoga mejoró en los entrenamientos e hizo que yo no fuera tan tímido, así fue como los dos hablamos con unos chicos que estaban ahí, un chico busca pleitos que no era del agrado de Tatsumi-san, de nombre Seiya y un chico gentil que nació en China llamado Shiryu.
Todo era perfecto para mí, tenía a mi niisan y nuevos amigos, ya no me sentía tan solo, pero todo no puede ser perfecto por siempre, ¿verdad?
Kido-sama finalmente decidió hacer el sorteo, me alegré por Hyoga ya que a él asignaron ir a Siberia, podría volver adonde había nacido, volver junto a su madre, Seiya iría a Grecia para buscar a su hermana perdida, Shiryu iría a las cascadas de Rozan en China. Ahora era mi turno, Tatsumi-san me miró junto a mi hermano y me sonrió.
-...Shun...es tu turno...
Acerqué mi mano a la caja y temblorosamente saqué un papel doblado en ella, se lo entregué a Tatsumi-san, él lo abrió y hizo una cara que asustó a todos, aún más a niisan y a Hyoga...
-...Shun...debes ir a la Isla Reina Muerte....pocos han sobrevivido ahí...dudo que puedas regresar de ella...eres débil...por eso...
-¡Basta!
-¡Ikki! ¡Guarda silencio!
-...¡Yo iré en vez de Shun! ¡Que él vaya a la Isla de Andrómeda! ¡Yo sufriré por él!
-...¡NO PUEDES DECIDIR, IKKI!-Tatsumi le propinó un puñetazo a mi niisan que le hizo sangrar la boca, iba a volver a golpearlo cuando Kido-sama apareció con su nieta Saori-sama.
-Deja marchar al niño, Tatsumi...si él así lo quiere...
-...Así es, yo iré a la Isla de la Reina Muerte...
-¡CÁLLATE!-Tatsumi volvió a pegarle en el rostro, cuando esto pasó salí corriendo del lugar.
-...Niisan...¿por qué? ¿por qué lo hiciste?-no dejaba de llorar en el desván, una voz se oyó desde la entrada del cuarto.
-...Shun...¿puedo pasar?
-...H-hyoga...
Hyoga se acercó y se sentó junto a mí, me limpió las lágrimas con las yemas de sus dedos , tomó mis manos y colocó en ellas el rosario y me sonrió, me habló en un lento ruso mezclado con japonés.
-Daijoubu, Shun...Dios...cuidará de tu hermano y de ti...nunca te olvides de él...
-...¿Y Hyoga?-no pude evitar abrazarle y seguir llorando.-...¿Dios se olvidará de él?
-...Dios...no se...olvida de nadie...-él me sonrió y besó mi frente.
-...¿Hyoga se olvidará de mí?-hablé con el ruso que él me había enseñado.
-...Yo no te olvidaré...¿pero Shun se olvidará de Hyoga?-sus ojos azules me miraron fijamente.
A pesar de lo que pudiera pasar, le abracé más fuerte y le besé suavemente en los labios, ante su sorpresa.
-Iie...yo jamás olvidaré a Hyoga...lo quiero tanto como a mi niisan...
-...Shun...ya es hora...
La voz de mi niisan sonó afuera del desván, ambos nos levantamos, yo le regresé el rosario a Hyoga y le sonreí.
-...Consérvalo, Hyoga...
-...Demo...
-...Es un recuerdo de tu kasan...tu mama...tienes...un recuerdo de ella...yo también tengo uno de la mía...
-...¿Lo...tienes?
Le mostré mi collar con el medallón plateado en forma de estrella con las palabras ¨ tuyo por siempre ¨ y sonreí.
-...Ambos tenemos un recuerdo...
Todos preparamos las cosas para partir muy temprano en la mañana, no duró mucho la noche, cada uno abordaba en distintos autos, mi niisan partió de primero y me dijo que me volviera fuerte...si me hacía fuerte volvería a verle, yo le dije que así lo haría...
Sólo quedábamos Hyoga, Ichi, Jabu y yo esperando la llegada de quien nos llevaría, me alejé junto a Hyoga de los otros dos y creo que ahí fue nuestra despedida.
-...Hyoga...espero que te vaya bien en Siberia, recuérdame, por favor...
-...Yo también digo lo mismo, Shun...cuando vea de nuevo a mi mama...a mi kasan...le hablaré de un niño de cabello verde como el pasto...que me hizo no seguir...desear...morir... –Hyoga ante mi sorpresa me besó de la misma forma como yo lo hice el día anterior.
-...Hyoga-san...vámonos...ya vinieron por ti...
-¡Hai!-Hyoga comenzó a correr a donde estaba la mujer, volteó a verme e hizo una reverencia.-...Arigatou, Shun...Ja na!
-¡Arigatou, Hyoga! ¡Ja na!-le sonreí, extendí mi mano y la seguí moviendo hasta que no hubo rastro del vehículo en el cual se fue Hyoga, cuando no vi nada más comencé a llorar en silencio.
-...Shun-kun...soy Kinomoto-san...vamos... –un hombre tomó mi mano y me introdujo al auto.
-...Ano... Kinomoto-san...-pude hablar luego de un rato.
-...Nani, Shun-kun?-el hombre me vio a través del retrovisor.
-...¿Todos nos volveremos a ver?...
-...Deberán verse...eso es seguro...es lo que dispuso Mitsumasa Kido- sama...
-¿Hountoni?-me sentí feliz cuando dijo eso.
-...A menos que...alguno muera...durante...el entrenamiento...
-...
-...¿Shun-kun? ¿Daijoubu?
-...H-hai...-durante todo el camino lloré en silencio, por el destino de mi niisan, por el de Hyoga, el mío y el de los demás niños con los cuales conviví por todo un año.
Fin del Capítulo 1
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Notas de la autora: Espero les haya gustado el cap 1 de mi fic ^^V Como bien dicen x ahí, Saint Seiya no me pertenece a mí, es de Masami Kuramada (claro, a Seiya y Saori nadie los quiere :p)
Disculpen si me equivoco en cualquier término en japonés ^^UUU
Se agradecen comentarios/reviews, donaciones para esta autora para mejorar su calidad de vida (^^UUU) o simplemente un "continúalo" estará bien XD
Cuídense mucho,
Fuu-chan (^)________(^)V
