Nihao a todas! Acá Fuu-chan reportando sintonía ;)

Aún no sé qué pasó con mi fic de Querido Santa de Saint Seiya UoU...Pero ya ni modo...Hago un fic con gotitas de shonen ai y me lo borran UoU

Gracias a Dios su servidora pasó la práctica universitaria (Muerte a la margarina XD) y muy pronto me darán un lindo titulito jojojojojojo :p Sólo falta el trabajo con sueldo y seré feliz jejeje :p

Pero hablemos de este fic (jejeje XD)

Espero les guste y les agradezco a quienes han seguido este fic (Mi hijita Si-chan, Lady Palas, Luna-wood, Nebyura, Silverhell, caliope) y quienes se unen a la lectura(womenvenus, naxhieli y Netflite :p)

Saint Seiya no me pertenece, es de Masami Kurumada, si x mí fuera ni siquiera hubiera revivido a Seiya (¿cómo que está en silla de ruedas? O.o Está muerto, bien muerto XD) y hubiera hecho que Saori se suicidara de nuevo (oh yes! XD) y que todos fuéramos felices viendo a Hyoga, Ikki, Shun y Shiryu y los dorados haciendo una fiesta y de paso torturando a Tatsumi ;)

Este bichito :3 es propiedad (o es usado XD) por Si-chan, pidan permiso antes de usarlo XD XD

Nos vemos abajo (no en el infierno O.o)

Fuu-chan, Kaze no senshi

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Lágrimas de cristal

Capítulo # 9:

El santo olvidado por los dioses

-Sí, les dije que curaran sus heridas...Pero no pueden ir a buscarlo con sus armaduras...Les quedará imposible la entrada ahí...

-¿Qué? ¿Acaso explotaremos si entramos con ellas?-se burló Ikki.

-No tan literal...pero morirían instantáneamente...-murmuró Hades con una sonrisa llena de sarcasmo.

-Nos arriesgaremos...-sonrió decidido Hyoga.-Abre la entrada...

-...De acuerdo...-Hades movió una mano y una especie de agujero negro apareció a su lado.-...Pasen, amigos míos...

-Hasta luego, Eli...-murmuró Hyoga adelantándose y entrando al agujero.

-Cuidate...-apenas murmuró Ikki siguiendo al chico rubio.

-...Chicos...-dijo Eli viendo a Shun.-...Cuídense...

El agujero se desvaneció con la orden de Hades, él avanzó hacia la cama donde Shun estaba acostado, puso su mano en su barbilla y sonrió.

-...Si esos dos no sobreviven...Tu cuerpo será mío...

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Ikki y Hyoga entraron a través del portal creado por Hades y se encontraron en un gran terreno, cubierto únicamente por arena y huesos que parecían humanos.

-Es hora de caminar, pato...-murmuró el joven de cabello azul mientras dejaba atrás al joven ruso.

-Eso no debes decírmelo para que lo haga, Ikki...-las palabras de Hyoga sonaban como un reproche.

-¿Qué te pasa? Supongo que quieres decirme algo, ¿no Hyoga?-Ikki sonrió cínicamente cuando se detuvo y volteó a verlo.

Hyoga se puso frente suyo y le miró de una forma de nunca le había visto al chico, bueno, tal vez sí, cuando hablaba de su madre difunta debajo del hielo macizo de los suelos siberianos.

-¿Puedo preguntarte algo?

-¿Qué? El tiempo es valioso...habla...

-¿Crees que yo tengo la culpa de lo que le pasa a Shun? Porque yo creo que sí...-se lamentó el joven mientras quitaba uno de sus mechones claros que estaba sobre su ojo sano.

-¿Sólo por eso nos detuvimos?- Hyoga brincó ante las palabras del santo del fénix.-Porque si quieres la respuesta ahora...No...La culpa es de ambos...Tú me atacaste con tu Polar Star y yo con Galaxia Explosion... No hay que perder tiempo en acusaciones o culpas, ya que lo único que no lograremos es ayudarle a Shun, es mucho más importante...Vamos pato...-Ikki comenzó a caminar de nuevo, empujando con su brazo sano el cuerpo atravesado del santo de Cygnus.

-¿Tu brazo está mejor?-Hyoga trató de entablar una nueva conversación.

-...Sobrevivirá...-murmuró un poco sonriente Ikki, pero luego levantó una ceja molesto al ver que Hyoga trataba de quitarse la cara de sorpresa.-¿Por qué esa cara?

-Es aterrante verte sonreír...-rió Hyoga de forma baja.-Puedes golpearme por el comentario, si quieres...

-...No me tientes, Hyoga...Vamos a caminar...-dijo Ikki adelantándose, sin que Hyoga lo notara, él también rió por lo bajo.

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-¡Este sitio es enorme!-murmuró un poco cansado Shun mientras avanzaba junto a Caleb en lo que parecía un sitio sin fin.

-Y eso que apenas hace poco llegaste...-dijo el chico de cabello gris en trenzas.

-¿Hace poco?-dijo Shun mirándolo perplejo.-Siento que han sido como dos días...

-Aquí el tiempo varía constantemente...Bueno Shun, debemos seguir...La ventaja de que estés aquí es que puedes ver algo que yo no he podido ver después de recorrer todo este estúpido terreno y...-murmuró Caleb suspirando tristemente y cruzando sus brazos.

-¡Caleb! ¿Qué es ese resplandor?-dijo el joven de cabellera verdusca señalando al frente de ellos, un resplandor dorado que estaba a diez metros de ellos.-¡Vamos a ver!-fue ahí que comenzó a correr.

-...Creo saber que es ese brillo...-susurró desanimado el chico por lo bajo mientras seguía al santo de Andrómeda.

Frente a ellos se encontraron con una de esas figuras con capucha, levitando en el aire y rodeado por ese mismo resplandor, daba alaridos de dolor, por lo cual, Shun acercó su mano a él, cuando el joven de ojos rojos lo jaló hacia atrás.

-¡No hagas eso!-le dijo el joven.

-¿Por qué?-le reclamó Shun impaciente.-¡Está sufriendo!

-¡No le creas!-murmuró Caleb.-Si lo tocas no vas a sobrevivir...Tuviste suerte de que el grupo que encontraste no te tocaran...¡Hay que irnos de aquí!

-...Pero...-el peliverde dudaba al ver al encapuchado quejándose aún más, bajó la cabeza y suspiró.-...De acuerdo...

Shun se adelantaba, mientras el joven que lo acompañaba miraba la figura flotar y simplemente sonrió.

-Casi lo engañas...

-¡Caleb! ¡Vamos!-le gritó Shun mientras lo llamaba con su mano.

-¡Ya voy!-le dijo el joven mientras caminaba para alcanzarlo.

Lo siguiente que hizo el joven de ojos rojos fue mirar fijamente a Shun, lo cual hacía que el santo pacífico se sintiera incómodo y se pusiera muy sonrojado.

-¿Caleb?-le llamó con voz nerviosa.

-¿Eh? ¿Qué pasa Shun?-el chico volteó a verlo y sonrió ampliamente.

-Pues...Pues...Mmm...-el peliverde no sabía qué decir.-¿Puedo preguntarte...algo?

-Sí, dime...-Caleb entrecerró sus ojos y sonrió nuevamente.

-¿Por qué me miras tanto?-murmuró Shun, luego se avergonzó de la pregunta y trató de arreglar todo.-¡No es que te recrimine o algo por el estilo!

-¿Te digo la verdad?-sonrió apenado el joven.

-¿Verdad?-Shun se sorprendió por lo dicho y quiso saber qué era esa verdad.

-...Te...pareces mucho...a Amara...-terminó finalmente el joven, se sorprendió al ver que el rostro de Shun se tranquilizaba y comenzaba a reír.-¿Ocurre algo?

-No pasa nada...-sonrió Shun más tranquilo.-Eso que me confundan con una chica es más común de lo que crees...

-Ya veo, jejejejeje...-rió amenamente el chico de cabello gris, luego le siguió el peliverde.

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En la mansión Kido, la situación era un "tanto" amenazante para Shunrei y Shiryu, que estaban sentados en la gran mesa de roble negro que se encontraba en el gran comedor, frente a un gran cuadro de Mitsumasa Kido con su típica "sonrisa Colgate".

En la cabeza de la mesa estaba Saori abanicándose sonriente, Shiryu estaba en el primer asiento del lado derecho, mientras Shunrei estaba igual, pero en el lado izquierdo, lo cual implicaba que ambos se miraran directamente, pero no era así. Ambos tenían las miradas bajas, les temblaban las manos y cuando buscaban el contacto visual, trataban de murmurar algo, pero todo terminaba en labios temblando, mejillas encendidas y un silencio que desesperaba un tanto a la diosa y a Tatsumi que se encontraba a las espaldas del santo de larga cabellera.

-¿Qué te parece la mansión, Shunrei? Dime...-murmuró muy sonriente la chica de cabello violeta.

-Cuando Shiryu me contó sobre la mansión pensé que era grande y hermosa, pero creo que sus palabras se quedaron muy cortas... –murmuró nerviosa la chica.

-Eres muy gentil, Shunrei-sonrió de nuevo la diosa.-Puedes quedarte los días que creas conveniente...Shiryu con gusto te llevará a una especie de tour por Tokyo para que lo conozcas bien, ¿verdad, Shiryu?

-...

-¿Shiryu?-las cejas de Saori se fruncieron terriblemente, esa fue la señal para el hombre calvo, que pellizcó al santo del Dragón en la espalda sin que lo notara la jovencita china.

-¿Sí, Saori-san?- Shiryu difícilmente podía sonreír, Shunrei le miró de reojo y no comprendía qué le pasaba a su novio...a su prometido...

-¿Verdad que llevarás a Shunrei de paseo para que conozca Tokyo?-la diosa volvió a sonreír con esa sonrisa tan falsa que Shiryu se preguntaba cómo Seiya podía haberse fijado en ella y hacer "eso" con ella, este último pensamiento lo estremeció.

-¡Claro, claro!-Shiryu le dirigió el mismo tipo de sonrisa, luego miró nervioso a la chica.-¿Te parece bien que comencemos mañana temprano?

-P-por mí está b-bien, Shiryu...-las mejillas de Shunrei se encendieron y Saori notó esa reacción.

-Chicos...¿Podría preguntarles algo?-esa pregunta hizo temblar a ambos al unísono, temían que era el momento de la verdad...

-¡Seguro!-dijeron al mismo tiempo y por ende se sonrojaron terriblemente.

-No es nada malo, créanme...-sonrió ampliamente.-Debo decirles que luego...de...-su voz se quebró levemente.-...la muerte...de Seiya...-volvió a sonar normal-...Me he podido percatar de cosas que antes no podía...Y siento que está pasando algo ahora...en esta mansión...

-¿Pasando algo ahora...?-murmuró sorprendido Shiryu, Shunrei continuó.

-¿...En esta mansión?

-Sí...-sonrió la diosa y los señaló.-...y tiene que ver con ustedes dos...

-¿Eh?-dijeron ambos sorprendidos por fuera, aterrados por dentro.

-Vamos, ustedes tienen algo, ¿no?-les miró curiosa, ambos se sonrojaron pero no emitieron ningún monosílabo como respuesta.

Ella suspiró resignada y se puso de pie, dándoles la espalda caminó hacia su despacho.

-Disculpen por entrometerme, no se preocupen, cenen tranquilamente, debo regresar a mi trabajo...

La diosa avanzaba lentamente a su oficina, mientras que el remordimiento invadía los corazones de Shiryu y Shunrei que comenzaron a mirarse preocupados por la diosa y a susurrar entre ellos.

-¿Qué hacemos, Shiryu?

-No lo sé...

-Pero...¿No ves como está la pobre?

-¿Y si es uno de sus "trucos"?

-¿Cómo puedes decir eso de ella? ¿No es ella la diosa de la sabiduría?

-Pues...Creo que le quedaría mejor lo de "diosa de la guerra"...

-¡Shiryu!

-¡No me mires así, Shunrei! ¡No sabes cómo es ella!

-¿Qué es lo que te diría el maestro Dohko en estos momentos, Shiryu?

-Pues...-Shiryu agachó la cabeza.-...Que debo proteger a Atena...y...

-¿Y?

-...Y contar con ella en lo crea que necesite su ayuda...

-Entonces...¡Hagámoslo!-sonrió finalmente Shunrei, miró a la diosa y la llamó.-¡Saori-san!

La joven diosa no dudó ni un segundo en acercarse a la pareja, los miró curiosa y sonrió ante la pesadez de Shiryu.

-¿Díganme?

-Pues...Dile Shiryu...Vamos...-le codeó la chica china.

-¿Eh? ¿Yo, por qué?-Shiryu miró sin entender.

-Pues la conoces mejor que yo, ¿no?-sonrió la Shunrei tomándole del regazo.

-Bueno...es...que...yo...-miró a Shunrei y tragó saliva.-...nosotros...queremos...decirle...

-¿Sí?-Saori comenzaba a impacientarse.

-Que pensamos casarnos...-murmuró finalmente Shiryu mientras cerraba sus ojos y suspiraba.

-¡Lo sabía! ¡Lo sabía!-rió eufórica la diosa mientras se abanicaba, ante la sorpresa de la jovencita china, Shiryu ya sabía que haría eso.-¿Y cuándo piensan casarse, Shunrei querida?-en este punto comenzó a pestañear exageradamente.

-Hmm...aún no sabemos...-dijo apenada y de paso confundida la chica.

-Bien, no se preocupen por eso...-sonrió satisfecha, volteó a ver al hombre calvo.-¡¡Tatsumi!!

-¿Sí, Saori-sama?-murmuró asustado el sirviente.-¿Traigo la cena?

-¿CENA? ¿ACASO ESTAS LOCO? ¿QUIÉN TE DIJO QUE HICIERAS CENA?-venas comenzaron a salir en el rostro de la joven de cabello morado, mientras ella cerraba su abanico en un brusco movimiento.

-¿Eh?-Tatsumi parpadeó asustado.-¿Qué desea, mi señora?

-¡BUSCA A LOS MEJORES DISEÑADORES, FLORISTAS, LO QUE CREAS NECESARIO PARA UNA BELLAAAAAAAA BODAAAA!

-¡SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!-Tatsumi salió corriendo desesperado hacia el despacho de Saori.

-Chicos, no se preocupen por nada...Yo me encargaré de todo...-sonrió ampliamente la joven.

-Eso es lo que me preocupa...-susurró nervioso Shiryu a su prometida, ambos se dieron cuenta que tener a la diosa de sabiduría como casamentera no sería una buena idea.

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Hyoga e Ikki seguían caminando por ese largo desierto, suspirando desanimados y un tantos hartos por no poder encontrar a Shun...o mejor dicho...al alma de aquel jovencito de cabellos verdes como el pasto que los quería a ambos y que hasta había dado su vida...su única vida para que ambos vivieran...

Sus ojos se posaron en el horizonte, viendo un resplandor dorado que les llamaba la atención.

No dudaron en caminar hacia allá y se encontraron con una figura encapuchada que gritaba con mucho dolor y que se encontraba levitando.

El ruso caminó decidido hacia ella, pero la mano sana de Ikki lo detuvo por el hombro y él comenzó a gruñir.

-¿Se puede saber QUÉ haces?-la cejas de Ikki se fruncieron.

-¿Eres estúpido o qué? Debemos sacarlo de ahí...-le empujó con rudeza el rubio.

-¿Cómo sabes que no está fingiendo?-el peliazul lo miró de reojo y se interpuso en su camino.

-Somos santos y debemos ayudarle...Hazte a un lado o terminaré lo que no pude hacer allá...-dijo Hyoga invocando su frío cosmo.

-A..yúde...nme...-apenas murmuró la figura en el aire.

-¿Ves? ¡Hay que sacarlo de ahí!-le gritó el santo del Cisne.

-Cualquiera puede pedir ayuda...-se mofó Ikki.-Pato, en estos casos, no debes guiarte tanto por el corazón...O estarás perdido...

Hyoga tuvo que morderse el labio inferior para no terminar matando a Ikki, estaba furioso, pero no podía hacer nada, pensar que vería a su Shun llorando por la pérdida de su hermano era un martirio...En ocasiones deseaba partirse en dos como lo hacía con el pensamiento para darle su merecido al Fénix.

-...N-no...le haré...d-daño...Lo j-juro...-apenas exclamaba el encapuchado.

-Vaya, vaya...¿Desde cuándo los demonios pueden jurar?-volvió a burlarse el joven de la cicatriz en la nariz.

-...Ikki...-Hyoga cerraba sus puños muy molesto.

-No soy...un...demonio...-exclamó el hombre (¿?).-...Líbrenme...de este martirio...A-ataquen...mis...ojos...

Hyoga suspiró seguro y empujó sin miramientos a su acompañante hacia un lado. En seguida comenzó a invocar su cosmo.

-Creeras que soy un estúpido por querer ayudarle...Entonces lo soy en verdad...No soy capaz de dejar a un inocente sufrir... ¿O serás tú el estúpido, Ikki?-murmuró el de ojos fríos con un gran tono de seguridad.

Ikki entrecerró sus ojos y sonrió ampliamente, dándole espacio entre el hombre encapuchado y el joven rubio.

-Haz lo que quieras...Pero apúrate, hay que buscar a mi hermano...-murmuró finalmente.

El ruso marcó las estrellas de su constelación y concentró su cosmo. Suspiró decidido y lanzó su Rayo Aurora hacia los ojos del hombre. El resplandor dorado se expandió a los lados y por último sucumbió, estallando como si se tratara de una lluvia de estrellas.

El encapuchado se precipitó al suelo y para sorpresa de Hyoga, Ikki lo sostuvo sólo con su brazo sano. El gorro se corrió y mostró la apariencia del hombre. Como de cuarenta años, cabello negro puesto en trenzas y aún conservando las nebulosas en sus ojos.

-G-gracias...-apenas murmuró su nombre.-...S-soy...Ji...reh...

-Bueno, vámonos...Te llevaremos con nosotros y ahí veremos qué hacemos contigo...-murmuró Ikki viéndole.

-Discúlpalo, Jireh...Es que ambos estamos buscando a alguien querido para ambos...-le miró Hyoga apenado.

-D-deben...prote..gerse...del...s-santo...olvi...dado...por...los dioses...-las manos del hombre temblaron y tomaron las del rubio.

-¿Santo olvidado por los dioses?-los ojos de ambos santos de Atena parpadearon sin entender, más Ikki parecía no darle importancia.

-¿Qué clase de estupidez es esa?

-...El...es...un...peli...gro...Ayuden...a...quien...buscan...-en este punto el hombre se desmayó.

-¿Ahora qué hacemos?-murmuró Hyoga viéndole.

¿Qué más? Buscar a Shun antes que ese "santo" lo encuentre...-dijo Ikki poniendo el cuerpo del hombre en su espalda.-Pero no podemos dejar a este hombre aquí estorbando el paso...

-Gracias...-pudo exclamar el ruso con una leve sonrisa.

-Guarda esas sonrisas hasta que veamos a Shun...-murmuró Ikki avanzando y dejando atrás Hyoga con una gran cara de sorpresa por el comentario.

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El joven de cabello verde había juntado varias ramas secas y comenzaba a formar una especie de tienda de campaña para pasar la noche en este sitio tan silencioso. En el caso de Caleb, simplemente estaba acostado en la especie de arena, mirando como al infinito, a lo que parecían ser una especie de estrellas. A su lado, había una especie de lanza, a la cual había sacado filo.

-Caleb...-Shun le llamó.

-¿Hm?-el peligris le miró.

-¿Puedes buscar algo de comer?

-¿Algo para comer? ¡Claro!-los ojos del joven miraron de nuevo al infinito, viendo como un gran ave negra sobrevolaba sobre ellos.

Sostuvo la lanza y la lanzó como si nada, atravesándole el corazón al animal, para la sorpresa de Shun, que vio venir al ave que cayó cerca suyo.

-¡Fue increíble!-murmuró maravillado Shun cuando se acercó a su acompañante.

-No es nada...-rió el chico, luego miró serio al joven peliverde.-Shun...¿Te cuento un relato que corre por estos lugares?

-¿Relato?-los ojos del santo de Andrómeda pestañearon de forma curiosa.

-...Existe alguien que ataca a quienes llegan a este sitio...Pero no es un ataque este lugar es eterno...bueno...es una tortura eterna...

-¿Lugar eterno?-dijo sin entender Shun.-¿Qué quieres decir?

-¿Acaso no lo comprendes, Shun?-sonrió Caleb tranquilamente.-...Estás muerto...

Los ojos de Shun se abrieron completamente, llenos de terror, al entender todo...

...Por eso no tenía heridas...Por eso no estaba su armadura...Por eso no estaban ni su Nii-san ni Hyoga...

...Había muerto...

-Tranquilo, no hay por qué preocuparse...Tu alma está en un buen lugar...-sonrió el de cabellos en trenza.

-¿Mi alma?-Shun tocó su pecho, tratando de oír el latido de su corazón, pero fue en vano.

-...No te estreses, Shun...-rió el de ojos rojos.-Estás bien cuidado...aunque creo que dentro de unos segundos...no será así...

-¿Eh?-el peliverde no entendía.

-¡Oh sí! Olvidé terminar el relato...-sonrió Caleb mientras colocaba su mano en el hombro del chico.-Quedé en la tortura eterna...Existe en este lugar una persona que se encarga de alimentarse de esas almas para subsistir...Y no sólo cada alma que él consuma es capaz de poder cumplir su deseo de salir de este sitio en el que fue aprisionado...aprisionado...Hmm...no es la palabra...Olvidado ...sí...

-¿De quién hablas, Caleb?-la mirada del peliverde temblaba por aquellas palabras.

-No desesperes Shun...-Caleb lo aprisionó de los hombros.-Ya te diré de quién se trata...Muchos lo conocen como el asesino del alma...Prefiero llamarlo...El santo olvidado por los dioses...

-¿El santo olvidado por los dioses? ¿Quién es tienes ganas de saber...te lo diré...-la mirada de Caleb bajó brevemente, pero al levantarla de nuevo estaba llena de malicia, de ira.-...El santo olvidado por los dioses...Soy...yo...

En ese momento, un cosmo gris comenzó a cubrir al joven de cabello gris, con la misma energía empujó a Shun hacia el suelo y sonrió ampliamente.

-...Caleb...-el peliverde no daba crédito a lo que veía.

-...No...Caleb de Basilisco, mi señor Hades-murmuró mientras aparecía una especie de hoz de color plateado y su cuerpo comenzaba a resplandecer con el mismo color de su cosmo.

Continuará!

Nota de la autora:

¡Vaya! O.o! Luego de tanto tiempo y pongo al pobre Shun a sudar la gota fría con Caleb (No me maten, pero Shun confío mucho en él T.T)

Shiryu y Shunrei están sufriendo gracias a Saori (¿Cómo nadie se da cuenta de todo el conflicto de Shun XD?)

¡Qué sufra Tatsumi! ¡Qué sufra Tatsumi! ¡Qué sufra Tatsumi! (XD)

Ikki y Hyoga siguen peleando como siempre (¿A poco no se ven tiernos? XD) ¿Ikki aceptará que Hyoga esté con Shun? Soy yo o Ikki está igualito a la serie? XD

Espero actualizar muy pronto ;)

Nos vemos! :)

Fuu-chan, Kaze no senshi

PD: Una frase de alivio: Mientras Seiya no esté...todo estará bien XD