Capitulo 2: In the Shadows

La fuerte tormenta de la noche anterior, se había ido sin dejar rastro, y los rayos del sol se asomaban cautelosos por la ventana. Ginny despertó. Cuando se levanto, algo se le cayo sobre ella. Cuando observo mejor se dio cuenta que no era algo...sino alguien...

Draco Malfoy seguía durmiendo, y lo peor es que ahora estaba roncando encima de ella...

Con mucho cuidado de no despertarlo (porque sabia perfectamente que despertar a un Malfoy, es algo peligroso...), se levanto y lo dejo tendido en el sofá. Le dolía hasta las falanges de los dedos. Se dirigió a la cocina, y mientras sé hacia un café, meditaba.

De pronto, se encontró asombrada de que la persona que estaba durmiendo como un bebe en el sofá de la sala, era Draco Malfoy, el mismo que hacia imposibles sus días en Hogwarts. Y era el hijo del maldito que puso el diario de Tom Riddle junto con sus libros, haciéndola sufrir por haber abierto la cámara de los secretos, cuando solo contaba con 11 años de edad. Un escalofrío hizo que todo el vello de su cuerpo se le erizara. El recuerdo de aquel año, lo había intentado borrar de su memoria y de su alma por mucho tiempo, sin conseguirlo. Pero Draco no es su padre. Y me lo ha demostrado... se dijo a sí misma.

Y luego sonrió, si no fuera por él, posiblemente no estaría aquí...ni en ningún otro lugar...seguramente estaría muerta...

FLASH BACK

Ginny contaba en ese momento con veinte años. Estaba sentada en su cama, pensando en los hechos mas recientes. La familia estaba de luto. Su hermano Percy, había muerto hacia poco defendiendo a Harry, en una de las tantas batallas que a lo largo de 4 largos años se habían sucedido en el mundo mágico. Voldemort había alcanzado casi la totalidad de su antiguo poder, pero quería más. Aurores de todo el mundo se habían reunido para poder pararlo, y Dumbledore los guiaba. Cada vez eran mas lo jóvenes estudiantes que se preparaban para ir directamente al combate, y algunos otros que dejaban la escuela para poder ayudar a su familia. Pero lo más indignante era que muchas familias se habían pasado al bando contrario, volviéndose mortífagos de un día para el otro.

Sorprendentemente, todavía el mundo mágico y el muggle se resistía a caer a los pies del Lord Oscuro, pero se necesitaban mas hombres. Las mujeres no se quedaban atrás, y sabiendo el peligro de dejar solos a sus hijos en sus casas, salían a luchar a la par de los hombres. Percy, se dio cuenta tarde de que servia a la persona equivocada. Le dio cierta información al ex ministro de la magia, Cornelius Fudge, quien como buen partidario del innombrable fue corriendo a contarle los únicos detalles que había podido obtener. Por eso, ataco el lugar donde se atendían a los heridos, y donde casualmente se encontraba Percy. Este al ver que su jefe era uno de los atacantes, se dio cuenta de su error y lucho como él más bravo intentado remendar su error. En un momento, vio como un mortífago le apuntaba a Harry por detrás, y sin dudarlo se interpuso entre el hechizo y el chico, pero sin tener la suficiente velocidad para esquivar el rayo de luz verde, que le quito la vida.

Los weasleys no paraban de llorar, y Harry no podía creer que Percy hubiese dado su vida por él. Tu hubieses hecho lo mismo. No te sientas culpable Le había dicho Ron en el entierro. Y a Harry, la culpa lo carcomía por dentro...

El mundo era un caos, y Ginny sentía la necesidad de pelear junto a su familia. No quería quedarse en su casa a observar como Voldemort asesinaba a toda su familia en su cara, y ella se escondía como una cobarde. Pero sus hermanos no la dejaban salir. ¡ya no soy una niña!¡No pueden decirme que hacer! Les había dicho aquel día, y fue a encerrarse en su habitación. Una lagrima bajo por su cara, terminando su recorrido en sus labios. Luego otra, y otra. Se puso a llorar como cuando era una niña, y poco a poco, se fue quedando dormida...

El día amaneció gris. En realidad, desde hacia un buen tiempo, todos los días eran grises y lluviosos...Ginny tenia una idea. Iba a salir a luchar. No se pensaba quedar de brazos cruzados, y le iba a demostrar a su familia que ya había crecido, y que estaba lista para ayudar al mundo a recobrar la paz.

Se vistió con un viejo pantalón de jean y una camisa púrpura. Se puso su capa y un sombrero de pico para que no pudiesen ver su cara. Tomo su varita y la guardo segura en una abertura de la capa. Asomo la cabeza para ver si había alguien, y cuando el camino estuvo seguro, bajo las escaleras y salió de la casa a toda velocidad.

Agarro una de las viejas escobas de la familia y voló hacia el ministerio, seguramente allí le dirían que hacer.

Llego al edificio que ahora tenia doce hechizos protectores para impedir la entrada de indeseables. Por suerte para ella, sabia como contrarrestar todos los hechizos porque Harry le había contado todos los pasos para poder entrar. Cuando estuvo adentro, suspiro y se encamino a donde iba una multitud. Cuando llego, había un hombre que no conocía, que con el hechizo Sonorus había amplificado su voz para que todos escucharan.

...los mortífagos sorprendieron en una estación muggle de trenes, y ya enviamos tropas a controlar la situación, pero hemos recibido un llamado de auxilio, ya que parece que son demasiados y no pueden contra ellos. Los que estén dispuestos a ir, toquen de inmediato el traslador que esta a mi lado. Tengan mucho cuidado y no olviden que si están solos y necesitan ayuda, solo deben hacer una luz azul hacia el cielo para que alguien la vea y vaya en su ayuda. –

El hombre termino de hablar y se escucharon murmullos. Ginny pensó Esta es mi oportunidad Y con paso firme, se dirigió a un farol que había al lado de la tarima donde estaba el hombre, y con la mano un poco temblorosa lo toco.

Sintió un cosquilleo en la panza, y como todo daba vueltas a su alrededor. De pronto se encontró tirada en el suelo, y muchos rayos de colores que le pasaban por arriba. Se levanto esquivando un haz de luz roja que le rozo la oreja, y saco su varita de inmediato. Empezó a correr por todos lados, ayudando de vez en cuando a alguien que gritaba y de pronto alguien la empujo.

¿Weasley? ¿Qué diablos hace una niña como tu peleando contra los mortífagos? – Esa voz era irreconocible.

Malfoy. Ustedes pidieron refuerzos ¿o no? Así que yo estoy ayudándote. – Ginny sabia que Malfoy había enfrentado a su madre y a su tío, ayudando a la Orden del Fénix cuando a su padre le dieron el "beso". Si no lo supiera, ya lo habría atacado, confundiéndolo con un mortifago.

A mi no me ayuda nadie Weasley.-

Pues no parecía eso cuando pidieron ayuda, desesperados porque no podían ganar...- El rubio la miro con aquellos ojos grises que hacían derretir a todas las muchachas de la escuela, en los días de Hogwarts...pero esa mirada no era para derretirse...sino para temblar...Se le acerco, y sin quitarle la mirada de los ojos le dijo:

Muy bien, pero cuando estés gritando de dolor por un crucius, yo no estaré ahí para salvarte como lo hacia Potter...-

Ginny sentía unas ganas inmensas de golpearlo, y si este no se hubiera ido así de rápido, seguramente lo hubiese hecho. Pero en ese momento, tuvo que realizar un para de hechizos defensivos porque un encapuchado le había disparado. Afortunadamente, se acordó de varios hechizos que le había enseñado Harry en los últimos años, y se defendió bastante bien. De pronto escucho un Avada Kedavra proveniente de su espalda y cerrando los ojos temió lo peor. ¿estaré muerta ya? se pregunto a sí misma abriendo los ojos, y se encontró tirada en el suelo, entre los brazos de un muchacho. Deseo que ese muchacho se llamase Harry y tuviera una peculiar cicatriz con forma de rayo en su frente. Pero sus deseos no se cumplieron, sino que se invirtieron. Su salvador, no era nada mas ni nada menos que Draco Malfoy. Sin embargo, no lo aparto de una patada, ni comenzó a gritar desaforadamente. Al contrario, se sintió protegida, sintió que no quería separarse nunca mas de esos brazos tan fuertes que segundos antes la habían salvado de una muerte segura.

Weasley, la próxima vez, no te salvare – Le dijo Draco, parándose y levantándola del suelo sin ningún problema.

Ya dijiste eso una vez...y aquí estas...¿Por qué lo hiciste? –

Porque la gente que ataca por la espalda merece morir. Y el que ataco, aprovecho que eres mujer y que estabas entretenida peleándote con otro para matarte por la espalda. Eso es de cobardes. Y no lo soporto. –

Parecía que ambos se habían olvidado que estaban en una batalla peleando por sus vidas, porque estaban ahí parados, a muy poca distancia uno del otro, mirándose y sin decir una palabra. Un rayo de luz verde los sorprendió, y los devolvió a la cruel realidad en la que estaban. Ginny lanzo un par de hechizos a un hombre que estaba tras de Draco, y este junto su espalda con la de ella. Estuvieron un rato lanzando hechizos, espalda contra espalda, y cuando notaron que el enemigo retrocedía, se alegraron. Por fin se terminaba.

Cuando volvieron al ministerio, Ginny le lanzo una mirada furtiva a Draco, y se sonrojo al ver que el también la miraba. Pero al notar las miradas mutuas, ambos dejaron de hacerlo y se separaron.

¡Ginebra Weasley! ¿¡Cómo diablos vas a irte de la casa y a meterte en una batalla?! – Ginny reconoció la voz de su madre. Le esperaba una larga reprimenda...pero ella se había demostrado a sí misma que podía luchar...excepto por un pequeño detalle...que nadie tendría por que saber...nunca...

FIN DE FLASH BACK

La adulta Ginny, sonrió. Los recuerdos de su primera batalla, le llenaron los ojos de lagrimas. De golpe, un ruido la despertó. Unos pasos que venían de la sala la sorprendieron, y la hicieron volver a la mansión Malfoy.

¿En que pensabas amor? – Un muchacho rubio de ojos grises, la había tomado por la cintura y besándole suavemente el cuello.

En los tiempos en los que lo único que hacíamos era pelear...- Le contesto con aires de melancolía.

¿Por qué sigues en el pasado? Aunque no puedo negar que me encantaba pelear contigo. Siempre te enojas eres más hermosa todavía...-

¡Así que es por eso que me hacías enojar! –

Draco la volteo y la beso apasionadamente.

Creo que debo algo...por lo de ayer...- Le dijo al mismo tiempo que la tiraba en el piso de la cocina y la seguía besando. Ella no se quedo atrás y le acariciaba el cabello con sus manos.

Entonces, vas a tener que pagarme...y con intereses...-