Capítulo 7: El tiempo y la distancia II

Ginny se levanto. Luna todavía dormía, y la pelirroja sonrió al notar que tenia la misma cara de soñadora que cuando estaba despierta. Le dio un vistazo a su reloj. Las diez y media de la mañana. Todavía podía acostarse un rato mas, pero ya estaba desvelada.

Había soñado con Harry, y tenia el presentimiento de que algo iba a pasar. Pero no sabia que podría ser. Quizás Draco venga a verme... le gustaba esa idea. Tenia muchas ganas de encontrase con él. No le gustaba estar tanto tiempo separada.

De repente, se le ocurrió despertar a su amiga para terminar de contarle la historia. Aquella historia. SU HISTORIA...

Y con maldad, le pego un grito en la oreja que hizo saltar de la cama a la pobre chica, que miraba por primera vez con atención para hallar a quien hubiese lanzado ese grito. Cuando Ginny terminó de reírse, y Luna de reprenderla severamente porque La próxima vez que me despiertes de esa manera, no habría próxima vez..., la ex Ravenclaw se sentó en la cama y con las manos en su barbilla, se preparo para seguir escuchando.

Y la pelirroja, continuo...

FLASH BACK

Habían pasado dos años desde que Ginny vio por ultima vez a Malfoy. Y cada vez que lo recordaba, una sombra le cruzaba el rostro. Había sabido de él por la revista Corazón de Bruja, en la que lo titulaban como el soltero mas codiciado en la alta sociedad mágica. Ella lanzó un bufido. Por suerte se había dado cuenta de que clase de tipo era. Ella creyó que él la buscaría, se disculparía por haber sido tan grosero y ambos hubiesen comenzado una linda historia de amor. Siempre había soñado con un amor prohibido, como los de las novelas, a escondidas de sus hermanos. Creía que seria emocionante...

Pero no. Draco Malfoy no iba a buscarla a ella... a una pobretona como ella... a una Weasley...

Por eso, hacia dos años que salía con Harry. El chico se había portado muy bien con ella, había estado a su lado, la había ayudado a olvidar a Malfoy. Es mas, muchas veces incluso habían hablado de él y Harry la había escuchado. La había ayudado a no sentirse tan mal por el idiota de Malfoy.

Pero estaba confundida. No sabia si lo que sentía por él era amor... o una amistad muy fuerte...


Hermione y Ron se habían casado y vivían en una linda casa muggle. Como la reciente esposa no había querido separarse mucho de sus padres, se construyeron una pequeña casa en un barrio muggle que se encontraba bastante cerca de la Madriguera. El padre de Ginny, Arthur Weasley, seguía siendo el Ministro de Magia, y las cosas andaban mas que bien para la economía Weasley. La señora Weasley, había decidido arreglar un poco la casa y había quedado todo muy lindo. Bill y Charlie se habían casado y cada tanto visitaban a sus padres con sus esposas.

Ginny estudiaba y cuando no, se encontraba con su novio. Se había convertido en una buena buscadora en el Quidditch y le encantaba jugar contra él y ganarle. Pero en el fondo sentía que él la dejaba ganar.

Un día, luego de un partido, Harry se le acerco.

Gin, tengo que preguntarte algo... – Ginny se estremeció. Si a él se le ocurría proponerle casamiento, ella no sabría como decirle que no. Pero debía hacerlo. No iba a casarse sin amor... ni siquiera con Harry Potter... Había estado temiendo eso durante mucho tiempo y ahora llegaba el momento. Se preparo.

- Harry yo... –

- No, no... déjame continuar... –

- Pero es que todavía soy muy joven y... –

- ¿Podrías dejar que termine? –

- Bueno... esta bien... – Ya estaba resignada...

- Es que me han invitado a una fiesta y me encantaría que vengas conmigo... – La pelirroja abrió los ojos. Suspiro aliviada y dijo:

- Ahhh... era eso... –

- Pues si... ¿Qué creías que era? –

- No, no... nada... –

- Bueno, lo que pasa es que la fiesta la organiza el Auror jefe, y tal vez me den un ascenso... Por eso quiero que estés allí... – Le tomo la mano – Es muy importante para mí que me acompañes... – Ginny le sonrió y lo beso. Ya había aceptado...


El día de la fiesta llego. En la Madriguera todos estaban agitados. Todos creían que la fiesta era un buen momento para que Harry le propusiera casamiento a Ginny, y eso era lo que todo el mundo esperaba... menos ella...

Los mellizos habían regresado de la gira en la que se encontraban promocionando sus nuevos artefactos, y habían traído consigo muchos regalos, producto de sus ventas. A Ginny le habían obsequiado un vestido azul que contrastaba con su cabello rojo. Era un poco corto, pero excepto Ron que protestaba porque era demasiado provocativo, todos los demás decían que le quedaba muy bien. La chica decidió utilizarlo para la fiesta.

Cuando Harry la vio bajar las escaleras, no pudo ocultar una sonrisa de satisfacción. Mucho tiempo había esperado para tenerla, había tenido que soportar las charlas acerca de Malfoy, había tenido que ayudar un poco en su separación... pero ya estaba... ya la tenia...

Ella era su chica... y nadie se la iba a quitar...

Pero estaba muy equivocado...


Malfoy estaba deslumbrante. Siempre le había gustado sobresalir y ser el centro de la atención. Y como además, tenia por hecho, contaba con un "muy buen físico", no tenía problemas para destacarse. Se había vestido para la ocasión con un traje negro que acentuaba aun más su cabellera rubia. Veía con sumo placer a una mujer que estaba sentada en una esquina, y que no le quitaba la vista de encima. Pero cuando quiso acercarse, algo lo dejo helado. La copa que estaba sosteniendo se resbaló de sus dedos, y cayo al suelo haciéndose añicos.

Ginny Weasley.

La pelirroja estaba mas linda que nunca. No podía creer que la volviera a ver después de tanto tiempo, y ahora no podía cerrar la boca. Pero había algo... Potter... conque venia con él...

Ahora entendía porque nunca había respondido sus cartas. Ella lo había elegido a él, al idiota del cara rajada. No podía creer que ella lo hubiese ignorado de esa forma. Pero no iba a dejarlo así. Ella iba a saber con quien se había metido...


Ginny sentía todas las miradas puestas en ella. Y le gustaba. Vaya, que me estoy pareciendo al egocéntrico de Malfoy... Pero luego se regaño a sí misma por estar pensando en él en aquel momento. Harry estaba hablando con el que parecía ser su jefe.

El hombre era bastante mayor, con una espesa barba blanca y anteojos. Le hacia acordar a Dumbledore, solo que su ex director de escuela, era muchísimo mas flaco.

Como Harry no le daba ni la hora, se excuso y fue a buscar algo para beber. Se acerco a la mesa que se encontraba en una esquina, y tomo una copa de algo que no sabia bien que era. Lo probo. Le gusto, y siguió bebiendo. Se dirigió a donde se encontraba el mozo para pedirle otra, pero el hombre se movió. Lo volvió a seguir, y él siguió caminando. Sin darse cuenta, ya estaba en un jardín. Por fin lo alcanzo y le pidió la ansiada copita. Cuando hubo vaciado el segundo vaso, sintió como alguien le rodeaba la cintura con los brazos.

- ¡Harry! Aquí no... – Dijo soltando una risita, y dándose vuelta. Pero cuando lo hizo se quedó helada. El hombre que la tenia agarrada y que la miraba fijamente, no era Harry sino Draco Malfoy. Ambos se quedaron en silencio unos minutos, estudiándose mutuamente.

- Mucho tiempo sin vernos, ¿eh Weasley? –

- Suéltame Malfoy. –

- Creo haber escuchado eso una vez... o dos... ya no me acuerdo... –

- Ni yo. Pero te advierto que MI NOVIO Harry, esta aquí. –

- Si, desgraciadamente lo he visto... pero dime una cosa... ¿vino contigo o esta enamorado de su jefe? Porque yo no lo veo contigo... es mas, lo he visto toda la noche con él... – Una sonrisa maliciosa la hizo enojar.

- Yo no tengo que darte ningún tipo de explicación. Así que suéltame y ve a buscar alguna niñita tonta que crea en tus palabras. – Eso lo dijo sin darse cuenta. Su inconsciente la había traicionado. El se la quedó mirando sorprendido.

- ¿Alguna niñita tonta que eligió a un cara rajada en lugar de a Draco Malfoy? No lo creo. A mi no me gustan las niñitas... a mí, me gustan las mujeres... – La acerco peligrosamente hacia él.

- ¿Estas insinuando que soy una niñita tonta? ¿Y tú que eres? ¡Una basura, eso es lo que eres! –

- ¡Hey! ¡Tranquila! ¿Por qué me dices eso? –

- ¿Qué por que te lo digo?- Ginny estaba sorprendida - ¿Acaso no te acuerdas de cómo me trataste la ultima vez que nos vimos? –

- Si... yo me quise divertir... tu no quisiste... –

- ¿Y no te parece que con eso basta para calificarte así? –

- Pero yo te pedí que lo olvidaras... ¡y fuiste tú la que no quisiste hacerlo! – Ginny abrió los ojos. ¿Cuándo había recibido disculpas de Malfoy? Y lo peor ¿Cuándo fue que ella no las quiso aceptar?

- Espera un momento... ¿Tu me pediste disculpas? –

- De alguna manera... bueno... si... – Ginny no sabia si reír por la manera en la que Draco esquivaba su mirada o llorar porque todo lo que había sufrido, se podía haber evitado...

- Pero es que yo no lo sabia... –

- ¿Cómo que no lo sabias? ¿Si hasta me contestaste? –

- Ah... no... yo no te conteste... te estas equivocando de ex novia... –

- Pero... puedo demostrarte que alguien con tu nombre me contesto por ti... – Metió la mano en un bolsillo, y de el saco un pergamino arrugado y viejo que contenía un texto. Ginny lo tomo y lo leyó.

Mira, Malfoy. Yo no quiero volver a verte. Entre tu y yo ya no puede pasar mas nada. Yo amo a Harry y nada puede separarnos. No vuelvas a buscarme. Ginny.

La pelirroja no podía creerlo. Ante todo, esa definitivamente no era su letra. Y además, no entendía quien podía querer verlos separados a ellos, que hasta inventaba una carta falsa y había saboteado todas las lechuzas que Draco le había enviado. Pensaba y pensaba y no se le ocurría. Esa definitivamente no era su letra. Y además, no entendía quien podía querer verlos separados a ellos, que hasta inventaba una carta falsa y había saboteado todas las lechuzas que Draco le había enviado. Pensaba y pensaba y no se le ocurría quien podía ser.

- ¿Y? ¿Qué me dices ahora? –

- Que hay alguien que no quiere vernos juntos –

- Y ese alguien tiene una cicatriz ridícula en la frente... –

- ¿No estas pensando en Harry, verdad? –

- No... en mi primo, que se cayo de un cuarto piso, y se abrió la cabeza... y le quedó una cicatriz con forma de estrella... – Malfoy la volvió a tomar de la cintura.

- Muy gracioso. Pero Harry no seria capaz de hacer una cosa así... –

- Ya lo hizo una vez... –

- Nunca supimos si fue él... tal vez lo hizo Ron... –

- Si tu hermano hubiese hallado la lechuza que te envié, te habría encerrado con un cinturón de castidad y todo. Y a mí, me habría venido a moler a palos. Y como te darás cuenta, ni yo ni él estamos en el San Mungo... –

- Pero... – No terminó de hablar. Draco la había besado con todas las ganas. Y Ginny olvido todo. Él tenía mucho poder sobre ella, tanto que hacia que con cada beso la trasladara a otro sitio fuera de la realidad. Ella ya no estaba con Harry en una fiesta de trabajo. Estaba con Malfoy en quien sabe donde. Solo sabia que estaba con él y era lo único que importaba.

Continuaron abrazados y besándose hasta que Draco la soltó. No había señales de Harry, por lo que decidieron pasar la velada juntos. Se dirigieron a donde estaba el mozo, y tomaron unas copitas que el hombre tenia en la bandeja.

Sin darse cuenta, continuaron bebiendo... y bebiendo... y luego de unas horas, Ginny ya estaba ebria. Malfoy sabia tomar, por lo menos más que ella, y al verla en ese estado, le pidió que parara. Pero ella no le hizo caso y tomo un trago más. Eso fue demasiado. Todo lo que había ingerido, se lo vomito a su acompañante. Draco, se miró las ropas, y luego a Ginny que reía sin parar. Eso fue todo. Pensó, y alzándola en brazos como si fuera una niña pequeña, se la llevo a su auto donde la deposito suavemente. Condujo hasta su casa, donde luego de estacionar, volvió a tomar a Ginny que ahora contaba las baldosas del patio de Malfoy y la llevo hasta su habitación. Le preparo un baño y la dejo asearse. Ginny salió del baño un poco más sobria que antes, y se tiro en la cama ya vestida con el camisón verde translucido.

Cuando Draco se disponía a dejarla dormir tranquila, la pelirroja lo agarro fuertemente de la corbata. Lo tiro sobre ella, y el rubio no pudo contenerse. Comenzaron a besarse con pasión. Draco subía y bajaba sus manos por el cuerpo de Ginny a su antojo y ella, un poco por los efectos del alcohol y otro poco por su propia voluntad, sentía que quería más.

Y así fue...


Draco se despertó y sintió un cuerpo tibio a su lado. Sonrió. Al fín, luego de mucho tiempo, la había conseguido. La tenía a ella, a Ginny Weasley, y se sentía satisfecho. La observó dormir y pasó su dedo índice por la mejilla de la pelirroja, que ni se inmutó. No podía quedarse con ella, debía ir a trabajar por mucho que quisiera quedarse allí con ella.

Se levantó de la cama, y le echó una mirada... lo que él no sabía, es que sería la última vez...


Ginny despertó. La luz que entraba por la ventana, no la dejaba abrir bien los ojos. Le dolía mucho la cabeza. Recordaba pocas cosas. Veía claramente a Harry con su jefe... luego al mozo escurridizo... y luego a Malfoy... sonrió... claro que lo recordaba... como olvidar la noche más maravillosa de su vida... palpó con la mano a su lado, para ver si hallaba al rubio que la había hecho felíz por primera vez... porque si bien no era virgen, jamás había sentido lo que Draco le había hecho sentir...

Pero por mas que buscaba no lo encontraba. Se sentó bruscamente. Frunció el entrecejo y abrió bien los ojos. Definitivamente, Draco no se encontraba en la habitación. Se puso una bata que encontró y bajo las escaleras. Nada. No solo no estaba en ningún rincón de la casa, sino que ni siquiera una mísera nota... nada...

Entonces, todo lo que me dijeron mis hermanos era verdad. Solo lo hacía para acostarse conmigo... y ahora... ya no me necesita... pensó con lagrimas en los ojos. Se vistió apesadumbrada y decidió dejarle una nota a Malfoy. Ella no iba a ser igual que él.


Malfoy llegó a su casa, y al no encontrar a Ginny, se tiró en un sofá. Posó su mirada en la pequeña mesita ratona que se encontraba en la sala, y allí encontró un pergamino viejo y gastado. En su casa, no había pergaminos gastados, ni viejos, ya que solo compraba los nuevos. Enseguida descubrió a quien pertenecería. Sonrió pensando que Ginny le habría dejado escrito que volvería mas tarde... pero se desilusiono al leer el mensaje...

Malfoy: No te preocupes que ya he entendido que no me quieres en tu vida y que solo querías divertirte conmigo, así que no necesitaras echarme de tu casa. Me voy sola. No creas que esto lo escribió Harry ni Ron. Ellos no se tomarían la molestia...Adiós. Ginny.

Draco no cabía en sí del asombro. No podía creer que por una tontería de esas, volvía a perderla. Justo ahora que entendía que la quería... se dejo caer nuevamente en el sofá.

No podía quedarse así. Tenia que buscarla, no podía dejarla que pensara lo que quisiera. Pero no tenía el coraje de hacerlo. Tenia miedo de volver a encontrarla con el cara rajada de Potter... tenía miedo de que ella ya no quisiera estar con él... tenía miedo de muchas cosas... y lo peor, era que no podía enfrentarse a sus temores... se quedaría así... solo...

FIN DEL FLASH BACK

Ginny continuo contándole a Luna, que luego de irse de la casa de Malfoy, sentía que había perdido algo muy importante en su vida. Luego de mucho tiempo, algo de un mes o dos, se había enterado que ya no iba a trabajar y que casi ni salía de su casa. En las revistas, decían que había caído en una profunda depresión y que estaba más agresivo que de costumbre. Sus únicos amigos, que eran pocos, habían dicho que vivía emborrachándose, y todo se debía a problemas amorosos. Pero nadie sabia quien había podía haberle hecho tanto daño a Draco Malfoy, como para dejarlo en ese estado... excepto Ginny... y fue en ese momento que decidió ir a buscarlo. Tal vez había pasado mucho tiempo. Pero ellos necesitaban hablar... y escapándose de su casa y de sus hermanos, fue en su busca.

Cuando lo vió en su casa, borracho y llorando, su pared se derrumbo. Y se dio cuenta de cuanto lo amaba...


Ginny salía de una de sus clases junto con Luna. Caminaban por uno de los pasillos de la universidad, cuando escucho que alguien la llamaba.

- ¡Ginny! – La pelirroja se dio vuelta y sus ojos no podían creer lo que veían. Ante ella, se encontraba un muchacho de unos 25 años, morocho y con unos ojazos verdes impresionantes.

- ¿Harry? ¿Qué haces aquí? –

- ¿Y tú que crees? Vengo a visitarte... –

- Ella es Luna Lovegood... ¿la recuerdas?... –

- Por supuesto... y también recuerdo a su padre... un hombre muy valiente... – Luna se sonrojó. Admiraba a Harry, lo veía como un héroe. – Gin, ¿Te parece que te invite a tomar algo? Te veo muy agotada... –

- Pero es que... –

- Solo de amigos... – Esto la convenció. Hacía mucho que no hablaba con Harry y extrañaba las caras conocidas que le recordaban su familia. Por lo que acepto. Recordo que esa mañana se había despertado tras soñar con su amigo... y le pareció extraño que justo èl halla venido a verla. Pero no le importó. Estaba contenta por eso.

Pero Ginny no sabía era que los planes de Harry, no eran ser simples amigos...