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Capitulo 2 Reencuentros
PUM! Harry salió directamente despedido al suelo de la cocina de la Madriguera, y un poco aturdido miró a su alrededor, todavía no podía creer que estuviese por fin allí... atrás quedaban esos dos meses de reclusión y tristeza en su habitación de Privet Drive... inmediatamente, mientras Harry todavía pensaba en esto, se abrió la puerta de la cocina y apareció la señora Weasley, con una expresión de preocupación que fue desapareciendo a medida que asimiló que Harry Potter se encontraba en mitad de su cocina.
- ¿Harry...? que... como.... ¿cómo has venido cariño? – preguntó la señora Weasley un tanto desorientada
- Hola Señora Weasley, estoo... ¿es que Ron no recibió mi carta?
- Si, justo ahora discutíamos Arthur y yo como íbamos a recogerte... como has venido?
- Pues he viajado con polvos Flú desde la chimenea de la señora Figg... es que no podía esperar más y tampoco quería causarles molestias... espero que no les moleste por haber venido...
- Tranquilo Harry hijo! Tu nunca nos molestas, Arthur y yo estábamos deseosos de tenerte por fin en casa, sabemos que con tus tíos no estás bien- Y nada más decir esto, con lagrimas asomándole en los ojos se lanzó al cuello de Harry para darle un abrazo con el cual Harry casi se asfixia, pero que interiormente agradeció mucho, realmente necesitaba un abrazo después de todo lo ocurrido los últimos meses.
Cuando por fin la señora Weasley le "dejó en libertad" le indicó que subiese arriba a la habitación de Ron donde encontraría a sus amigos, y sin pensarlo dos veces, Harry empezó a correr escaleras arriba, sin poder contener su emoción, cuando se encontró frente a la habitación de Ron llamó a la puerta con Brío, y un segundo después tras la puerta apareció una mata de pelo rojo tras el cual Harry reconoció la cara pecosa de su mejor amigo, el cual se quedó sin palabras, atónito ante la sorpresa.
- HARRY! HARRY! NO LO PUEDO CREER!! ESTÁS AQUÍ HARRY!!! – y le dio un abrazo muy fuerte, (que le recordó levemente al que le acababa de dar la señora Weasley), antes de que él pudiese contestar – Cuando has llegado?!! Mejor dicho, ¿CÓMO has llegado?!!!
- He viajado mediante la chimenea de la señora Figg, ya sabes mi vecina – Contestó Harry radiante de felicidad, todavía no podía asimilar la felicidad de encontrarse por fin frente a su mejor amigo, pero antes de poder continuar salió de detrás de Ron una Melena roja que se lanzó de nuevo al cuello para darle un nuevo abrazo "Weasley" a los cuales empezaba a estar acostumbrado – Ginny! VAYA! Estás guapísima!!! Cómo has cambiado! Muchísimas gracias por tu carta de cumpleaños, y a ti también Ron, tengo que reconocer que vuestro regalo fue de los mejores que me han hecho!! – Pero al pensar en el regalo le vino a la mente que no había llegado a destapar el regalo de Hermione... – chicos, donde está Herm?
- OH!! Hermione!! Se va a poner muy contenta cuando te vea!!! - exclamó Ginny, todavía levemente sonrojada por el abrazo y las palabras de agradecimiento de Harry
- Ella está en la habitación de Percy, el se ha trasladado a vivir solo, y Herm ha pasado casi todo el verano aquí con nosotros, Dumbledore consideró que seria más seguro, pero vamos!! Vamos a verla!! No imaginas lo contenta que se pondrá de verte!! Ella no sabe nada! Ni siquiera imagina que tú puedas estar aquí... ni yo mismo podía imaginarlo!!!
- Si, peroooo, esto... Ron, te importa si voy a verla a solas? Creo que tengo que disculparme con ella... bueno, también contigo, ya sabes siento mucho mi comportamiento de este verano... pero creo que debería ir solo...
- Si Harry, te comprendo, tienes razón, y por favor, no pienses más en disculparte amigo, está todo olvidado... no hay de que preocuparse – contestó Ron con una sonrisa.
- Gracias, sois los mejores amigos del mundo!!
- Si si, pero basta de sentimentalismos, no la hagas esperar más – respondió Ron riendo, señalando hacia una puerta que se encontraba en el piso de abajo, la habitación de Percy.
Harry bajó las escaleras con una mezcla de miedo, por como encontraría a Hermione, de alegría, por volver a verla por fin, y de nervios, pero estos últimos no sabia a que se debían, acercó el puño a la puerta para llamar y justo a un segundo de golpear la puerta, le vino el regalo de Hermione a la memoria, y empezó a revolver entre sus cosas del baúl, hasta sacar un paquetito pequeño, que se apresuró a destapar para encontrar en su interior una cajita, con un anillo de plata, Harry se quedó boquiabierto, no esperaba algo así, y al mirar en la cara interior del anillo encontró grabado en colores muy brillantes que se iban difuminando y cambiando, el siguiente grabado:
- HERMIONE 1 - 7 - 2004
Harry estaba embelesado mirando aquel regalo tan especial, cuando recordó que debía llamar a la puerta de la habitación donde se encontraba Herm, así que se introdujo el anillo en el dedo pulgar, y aunque en un principio pensó que le quedaba demasiado grande, justo después de introducírselo, el anillo disminuyó rápidamente hasta adoptar la medida del pulgar de Harry y asombrado, llamó suavemente a la puerta de la habitación, conteniendo la respiración de los nervios de encontrarse de nuevo con ella... pero pasaron los segundos, un minuto... dos... y la puerta no se abrió, así que con delicadeza giró el pomo de la puerta sin entender a que se debía el temblor de su mano.
Al abrir la puerta tuvo que esperar unos segundos para que su vista se acostumbrase a la oscuridad de la habitación, y entonces fue cuando la vio, el estomago le dio un vuelco y Harry pensaba que se moriría de los nervios, allí, de espaldas, acurrucada en el hueco interior de la ventana se encontraba Hermione, una melena Castaña, de rizos brillantes recorría su espalda, sobre la cual se apoyaba Hedwig, que fue la primera en descubrir a Harry y graznó contenta, Harry se quedo paralizado, inmóvil, no sabia que decir, y tampoco podía hablar, así que se limitó a fingir una pequeña tos:
- Ejem, ejem...
- Ron, déjalo ya, no tengo hambre, no voy a bajar a comer, preferiría estar sola... – Contestó la voz cansada pero firme de Hermione, sin girar la cabeza, permaneciendo allí acurrucada, inmóvil.
- Herrr... Hermione... – Contestó Harry sorprendiéndose de que su propia voz temblase de aquella manera, y aproximándose lentamente hacia Herm, mientras que ella se dio la vuelta de pronto, rápidamente con cara de sorpresa, desorientada, ya que lo último que esperaba era encontrar a Harry en su habitación, y se quedaron mirándose el uno al otro a los ojos, durante un instante en que ella miraba con fuerza los brillantes ojos verdes de Harry como tratando de aferrarlos y detener el tiempo en ese instante para siempre,
y el no podía apartar la vista de la profundidad de los ojos color miel de Hermione, que se encontraban empañados por las lagrimas, durante un instante fugaz Harry deseó que las lagrimas desapareciesen para poder ver mejor aquellos ojos, los ojos que le tenían hipnotizado y preso, pero antes de poder reaccionar, sintió como Hermione se le lanzó encima abrazándolo por el cuello, de manera, que Harry, con la sorpresa, fue incapaz de mantener el equilibrio y calló al suelo de espaldas, con Hermione sobre él, abrazándolo.
Con el estruendo, la lechuza blanca salió volando por la ventana y en el suelo, ninguno de los dos era capaz de moverse, Harry la contemplaba paralizado mientras Hermione permanecía inmóvil, aferrada a él, hasta que de pronto, al cabo de unos segundos, que ha Harry le parecieron horas, Herm rompió el silencio del dormitorio con un sollozo, al cual siguió otro y otro más, hasta convertirse en el llanto más triste y más dulce que Harry había escuchado jamás, y poco a poco, como hipnotizado por las lagrimas de Hermione, que casi podía sentir en el pecho, fue deslizando los brazos hasta estrecharla en un fuerte abrazo, mientras le susurraba:
- Hermione, por favor, no llores por mi culpa, por favor Herm, no puedo verte así, sé que me he estado comportando como un perfecto imbécil, pero no puedo verte así... por favor Herm, me duele el alma por cada lágrima que derramas, deja de llorar.. por favor... siento mucho haber estado atormentándote estos dos últimos meses con mi actuación... pero ahora... te prometo que haré lo que sea para compensarte... lo que sea Herm con tal de que pares de llorar... – pero como estaba hablando, Harry, no se había dado cuenta de que Hermione llevaba un rato sin sollozar, en silencio, abrazándolo en la oscuridad, y escuchando cuidadosamente cada palabra que le decía, y cuando por fin, Harry dijo todo lo que quería decir, ella levantó la cara para ver los ojos de Harry, deslizando su mejilla por el pecho de él.
- Harry – Contestó Hermione, con una voz trémula pero segura, y con los ojos empañados todavía – soy yo la que lo siento, siento no haber sabido ayudarte, en realidad nunca he sabido ayudarte cuando me has necesitado... y entiendo tu comportamiento, al fin y al cabo... ¿qué clase de amiga soy?...
- Hermione!! - replicó Harry sorprendido, incorporándose y apoyando su espalda en la pared, mientras seguía sosteniendo a Hermione entre sus brazos – como puedes decir eso? Tú y Ron sois los mejores amig...
- Yo y RON... no lo niegues Harry por que sabes tan bien como yo que cuando has necesitado ha alguien de verdad, el que te ayudaba...
- ERAS TU!, eres TU! Hermione.. no lo entiendes? Tu siempre has estado ahí! Nunca me has dejado solo, ni siquiera cuando Ron y yo te hemos tratado mal, tu eres la única que siempre has confiado en mi, o es que ya no recuerdas cuando me eligieron campeón de Hogwarts hace dos años y Ron me dejó solo... yo a él no le culpo por eso, lo comprendí... pero tu.. seguiste a mi lado... nunca podrás imaginar lo que significó eso para mi... y bueno... en estos momentos eres la persona más importante de mi vida!!! Ron es mi mejor amigo, si, y su apoyo es muy valioso, me anima mucho, y nos divertimos juntos, pero a la hora de la verdad, cuando necesito apoyo verdadero, apoyo incondicional, es a ti a quien necesito, ahora que Sirius ha salido de mi vida.... – y cuando terminó estas palabras, Hermione se secó dos lagrimas armándose de valor para seguir hablando, aunque la voz le seguía temblando:
- Harry, te prometo que a partir de ahora nunca te fallaré, voy a estar aquí siempre que lo necesites... y aunque no lo necesites... – añadió esbozando por primera vez una dulce y pícara sonrisa.
- Vale, trato hecho, no te separes nunca de mí.. pero no vuelvas a llorar nunca más... - respondió Harry sonriendo, mientras le pasaba su pulgar por las mejillas a Hermione eliminando las lagrimas que recorrían lentamente su rostro, y mirándole profundamente a los ojos.
- Harry te quiero mucho, de verdad... – pero Harry no le dejó continuar, se alzó de pronto sosteniéndola a ella en brazos, a la vez que le susurraba al oído
- Ahora tienes que descansar, creo que hace tiempo que no lo haces, pero espero con ansias volver a verte a la hora de la comida, ya sabes... has hecho una promesa y ahora ya no te puedes separar de mí – le susurraba Harry con un punto de diversión en su voz, mientras la depositaba con delicadeza en la cama – Descansa Herm... – y puso su mano suavemente ante la boca de la chica antes de que ella pudiera replicar, le deposito un dulce beso en la frente, y abandonó en el dormitorio sintiéndose una nueva persona, el que acababa de salir de aquella habitación donde había abrazado a Hermione durante casi una hora, era un nuevo Harry, pensaba mientras caminaba al encuentro de Ron y Ginny mirando con devoción el anillo que Hermione le había regalado.
BOOM! Cuando Harry estaba a mitad de camino hacia el dormitorio de Ron, se aparecieron a su lado Fred y George, con un gran estruendo.
- Harry! No te esperábamos!
- Harry Harry! Cuándo has llegado?! Le iba diciendo a Fred que teníamos que enviarte una lechuza!!
- Hola chicos – contesto Harry con una sonrisa, mientras daba la mano efusivamente a cada uno de los gemelos – He llegado hace un rato... - Pero George no le dejó continuar hablando por que empezó a mirarle de arriba abajo, de una manera muy extraña, casi afeminada.
- Harry, por amor de dios!! Si estás guapísimo!!! Como has cambiado chico!! – Dijo George fingiendo una voz de mujer, que resultaba muy estridente y que a Harry le recordó a la voz de la señora Weasley cuando estaba enfadada.
- Uy sí George, este es para mí... y rápido antes de que lo vea Ginny y también se lo quiera ligar!! – Continuó Fred, fingiendo el también la voz de mujer, mientras Harry no paraba de reírse.
- Harry, toma, te apetece, una galletita de chocolate? Las acaba de preparar mamá... – le ofreció George, recobrando su habitual tono de voz, y alargando la mano hacia el, con una sonrisa maliciosa, y aunque Harry había aprendido a no aceptar nada de los gemelos, y sabia que aquella galleta se trataba de uno de los "Sortilegios Weasley", la cogió y se la llevo a la boca, por pura curiosidad, se preguntaba que habrían inventado esta vez Fred y George, cuando se escuchó un BOOM!! Y Harry empezó a sentir que le crecía el pelo, y le cambiaba el cuerpo ante las carcajadas de los Gemelos.
Cuando la transformación parecía haber terminado, y los gemelos recobraron el habla, George empezó a decir:
- Lo ves Fred?! Te decía que Harry seria guapísima!! – Volviendo a poner la voz chillona de mujer.
- Harry Harry! Quieres ser mi pareja en el baile de navidad?! O quieres ser mi novia?! Harry cásate conmigo!! – Decía Fred fingiendo pasión en sus palabras, mientras Harry miraba atónito a uno y a otro, sin saber por que decían todo eso y desesperado por saber cuales eran los efectos de esa galleta de chocolate que acababa de comer, los gemelos rompieron en carcajadas una vez más, y señalaron como podían hacia el espejo, lo cual Harry interpretó como una invitación a mirarse.
Se acercó lentamente al espejo temiéndose lo peor, y efectivamente, cuando miró en el espejo, descubrió una chica de larga melena, con unos preciosos ojos verdes que le miraba con cara de susto
- Fred!! George!! Esto se pasa pronto verdad?!! – preguntó Harry muy asustado, era increíble como los gemelos habían avanzado en sus inventos, y sus artículos de broma cada vez eran mas retorcidos, más complejos, más perfectos.
- Tranquilo Harry, te presentamos nuestro nuevo invento, le hemos bautizado las galletas andróginas... si todo funciona como creemos, en unas 48 horas volverás a ser el macho que fuiste – contestó Fred riendo todavía – eso si nuestros cambios han funcionado... por que la última rata a la que convertimos en hembra, para experimentar, tardó en volver a la normalidad...huum... cuanto fue George?...eh... 2 semanas si no me equivoco... – pero Harry no le dejó terminar.
- QUEEE? PERO NO PODEIS HACERME ESTO!! – Harry empezaba a perder la calma y a asustarse de verdad, cuando justo en esos momentos se escuchó a la señora Weasley bajo de la escalera:
- NIÑOS!!! Hora de comer!!! Bajad todos!!!
- Pero... pero... COMO VOY A BAJAR ASÍ A COMER?!! TENEIS QUE HACER ALGO!!! – chilló Harry desesperado, viendo como la puerta de la habitación de Ron empezaba a abrirse.
- Harry... lo sentimos... ahora no podemos hacer nada... solo nos queda esperar... 3... 2... 1...
BOOM!!! Harry volvió a sentir con gran satisfacción como recuperaba otra vez su cuerpo de chico, justo en el momento en que Ginny abandonaba la habitación de Ron y caminaba hacia donde estaban ellos, mientras que Fred y George bajaron corriendo la escalera, riendo a carcajadas.
- ¿De que se ríen esos dos? – preguntó Ginny Haciendo un gesto de curiosidad con la nariz que a Harry le gustó mucho, y se quedó observando el rostro de la muchacha, verdaderamente había cambiado mucho y ahora tenia una sonrisa preciosa...
- ¿Ha pasado algo? ¿Qué tal con Hermione? – esta vez era Ron el que preguntaba
- Eh?... – Harry dejó de mirar los preciosos ojos de Ginny, para mirar con nostalgia hacia la puerta de la habitación de Percy, lo que daría por estar todavía ahí dentro con Hermione... abrazándola... limpiando las lagrimas de su rostro... pero... ¿era eso normal en él? - ... bien, bien. ahora está descansando, creo que bajará más tarde a comer... – se apresuró a decir muy nervioso.
- SI?!! No lo puedo creer Harry!! Llevaba 4 días sin bajar a comer, y no había nada que pudiésemos hacer, nada de lo que yo le dijera... – Al decir esto miró muy serio hacia la puerta de El dormitorio de Percy, ligeramente sonrojado– ...Pero me alegro tanto de que hayas venido, y de que ahora ella ya esté bien! – dijo con un tono de voz entre la alegría y la tristeza
- Yo también me alegro de estar por fin aquí, con vosotros... – y al decir esto último, lanzó una mirada fugaz a Ginny, que también le estaba mirando, y ambos se ruborizaron ligeramente.
- Vamos!! Tengo tanta hambre que me comería un escreguto de cola explosiva!!... bueno... no... creo que me he pasado... – Divagaba Ron, mientras tiraba del brazo de Harry para forzarlo a bajar las escaleras.
Al llegar a la cocina, le recibió el señor Weasley con un abrazo, no tan fuerte ni efusivo como los otros "abrazos Weasley" pero igual de reconfortante.
- Harry, ya me ha explicado Molly lo de tu viaje con los polvos Flú... muy buena idea si... pero, deberías habérnoslo comunicado, para ir a buscarte nosotros... no sé... Harry podrías haber acabado en cualquier lugar...
- Lo siento mucho Sr. Weasley, pero es que no aguantaba más en casa de mis tíos, y no quería causarles a ustedes más molestias.....
Pero en esos momentos se abrió la puerta de la cocina, y todos se quedaron en silencio, observando a la preciosa chica de larga melena ondulada que acababa de entrar en la sala...
- Hermione!! Por fin te has decidido a salir de la habitación cariño! – le dijo efusivamente la señora Weasley mientras le daba un ligero abrazo- estaba muy preocupada por ti cielo...
- Lo siento señora Weasley, AHORA ya me encuentro bien – contestó Hermione dulcemente, sin embargo a Harry le pareció que al decir esto último, Hermione le lanzó una mirada firme, desafiante, significativa... todo en un segundo... no estaba muy seguro de si había imaginado esa mirada cómplice por parte de Hermione, pero de lo que si podía estar seguro era del vuelco que le había dado el estomago al sentir esa mirada.
- Me alegro mucho de que ya estés bien, y ahora a comer, debes tener hambre... FRED! GEORGE!! No os acerquéis ni un milímetro más a las sartenes!! Como volváis a introducir otra de vuestras malditas bromitas en la comida voy a tener que tomar medidas!! Y muy graves!!!
- Mamá... que poco nos conoces, solo queríamos ayudar un poco... – respondió Fred con una voz inocente que no le quedaba nada bien – verdad George?
Pero George no estaba a su lado, Harry vio como Fred recorrió toda la cocina con la vista, extrañado, hasta que encontró lo que buscaba y fijó la vista, primero con una expresión de desconcierto, pero luego en su rostro apareció una sonrisa como de aprobamiento, Harry giró la vista hacia el mismo punto al que miraba Fred y vio a George, sentado en la mesa hablando animada y efusivamente con Hermione, mientras que ella sonreía y asentía con la cabeza, parecía muy divertida, y eso a Harry le alegró, estaba contento de que Hermione estuviese alegre después de todo lo que había pasado ese verano, volvió a dirigir su mirada hacia Fred y lo encontró en un rincón de la cocina cuchicheando con Ginny y Ron, los tres miraban a George y Hermione, y a Ginny se le escapaban pequeñas risitas que intentaba reprimir con la mano, Ron se dio la vuelta y salió de la cocina
Harry miró a unos y a otros un par de veces desconcertado, y de pronto su alegría se desvaneció, y un sentimiento sombrío le recorrió hasta llegar hasta su estómago, que dio un vuelco, empezaba a atar cabos... si esa escena era lo que parecía, solo podía significar una cosa... Fred estaba interesado en Hermione... y sintió un gran escalofrío al pronunciar estas palabras en su mente, empezaba a sentir como se formaba un gran nudo en su estomago, y a tientas cogió una silla y se sentó, observando la extraña situación... George hablando absorto y embobado con Hermione y ella riendo despreocupadamente, con muchísima naturalidad, como si llevasen toda la vida juntos... Ginny y Fred observándolos divertidos ante posibilidad de que Hermione y George pudieran llegar a formar pareja... y Harry en un extremo, pálido como la pared, y preguntándose que demonios le pasaba... desde luego si algo tenia claro es que a él no le parecía NADA divertida la posibilidad de que George y Hermione pudieran formar una pareja... Harry tragó con dificultad la saliva y se dispuso a admitir lo que nunca habría imaginado, y aunque le costase reconocerlo, no podía mentirse a sí mismo... Se estaba enamorando de Hermione...
