Capitulo 9: Secretos...
Draco tardó un poco en asimilar la situación. Tenía los ojos bien abiertos y la varita aún en alto. Vió a Luna tirada en el piso inmovilizada y se le ocurrió que ella podría ayudarlo. No tenía idea de donde podría haberse metido el idiota de Potter, y tal vez ella supiera mas que él... nunca es su vida aceptaría ayuda de nadie, pero en ese momento no podía hacer otra cosa mas que pensar en Ginny y en que cuando encontrara al cara rajada, le haría una cicatriz del otro lado de la frente para que le haga juego con la otra...
Harry se quedo un buen rato observándola. Por fin la tenía con él, había logrado separarla de Malfoy... pero aún así le faltaba algo...
Comenzó a preguntarse a sí mismo si era eso lo que quería... y no hallaba respuesta... La veía allí, llorando en silencio y le partía el alma... pero no iba a dejar que siguiera al lado de Malfoy...
Ginny no se atrevía a mirarlo. Si lo hacia posiblemente lo escupiría en la cara. ¿Cómo iba a hacer una cosa así? Se había ganado su confianza para tenerla así con él, pero en contra de su voluntad. Y se quejaba de Draco... Nunca creyó que Harry, su amigo de toda la vida, la persona que muchas veces había hecho de hermano mayor (como si ella no tuviera bastantes...), a quien había querido tanto... el que la había protegido de Riddle hacia tanto tiempo... pudiera hacer algo así... ¿Podía ser la misma persona? Ella no lo creía... o no quería hacerlo...
En ese momento sintió que la persona parada en la puerta se sentaba en la cama. Ginny levanto la cabeza. Estaba temblando.
- ¿Qué piensas hacer? ¿Tenerme aquí hasta que me muera? –
- Gin... yo... no quiero que te enojes conmigo... – Harry le hablaba muy sinceramente. Pero ella no entendía como tenia el tupé de decirle eso. Y estallo.
- ¡QUE NO ME ENOJE! ¿Cómo puedes pedirme eso? ¡Me tienes aquí contra mi voluntad, encerrada, separada de las personas que amo y me dices que no me enoje contigo! Hazme un favor y déjame sola.
- Pero Gin... –
- ¡SOLA! – Y Harry se fue. Pero antes, la chica habría puesto las manos en el fuego jurando que una lagrima caía por su mejilla...
Draco se tumbó en la cama. Potter era muy escurridizo. No había ido a trabajar en las ultimas dos semanas y había pedido una licencia de un mes. Su jefe había accedido, porque Harry no era una persona común y corriente. Gracias a él estaban vivos y libres de todo temor... no podían negarle unas vacaciones... y por eso nadie sabía nada de él. Ya había buscado por todos lados y el infeliz no aparecía. Luna le había dicho que lo único que le quedaba era ir a ver a los Weasleys... eran lo que él consideraba más cercano a una familia... ellos tenían que saber algo... pero el se negaba. Eso seria admitir que los necesitaba y no iba a caer tan bajo... pero por ella... no, debía seguir firme en sus convicciones...
Mis convicciones... ja... seguro... pensaba Draco, mientras se daba valor y tocaba la puerta de la Madriguera. Cuando la señora Weasley fue a abrir, casi se cae del susto. Pese a que Ginny ya había llevado a su novio a la casa una vez, aun no se acostumbraba a tenerlo de yerno... y se parecía terriblemente a su padre... por lo que la primera impresión que tuvo, fue la de Lucius Malfoy en la Madriguera... (N/A: ESO SERIA PROPIO DE UN RECORD EN EL LIBRO GUINESS... Luego de reponerse rápidamente, invito a pasar a los muchachos, es decir, Draco y Luna (que había sido la que llevo, prácticamente de los pelos, al rubio a la casa Weasley) y les ofreció algo para tomar. Draco no sabia si decirle a ella que su hija había sido raptada por Harry Potter... tenía miedo que no le creyera... o peor... que se desmayara allí mismo... pero para su suerte, Luna fue la que empezó a palpar el terreno...
- Señora Weasley... ¿ha tenido algún tipo de contacto de Ginny o de Harry entre ayer y hoy? –
- Mmm... no... ¿Pero porque preguntas, querida? – Inquirió la mujer, que no tenía un pelo colorado de tonta.
- No... por nada... –
- Harry Potter secuestro a Ginny – Draco no aguantó mas, y decidió decir la verdad aunque tuviera que soportar las consecuencias de sus palabras. La señora Weasley abrió mucho los ojos, y luego de un minuto de silencio comenzó a reír ante la mirada atónita de los jóvenes que se miraron entre ellos sorprendidos.
- Pero... que gracioso... Harry... secuestrando a Gin... Ginny.. jajajjaja – La señora Weasley no podía decir una palabra porque la risa se lo impedía. Draco suspiró y se levanto para irse resignado a buscar a Ginny por su parte. Pero antes, mirando seria y fijamente a la mujer le dijo.
- ¿Usted cree que si esto no fuera verdad yo me hubiese tomado la enorme molestia que para mí significa el venir aquí? ¿Cree que vine para tomar el té con usted? Pues, para su información, Potter desmayo a su hija y se la llevo, hace dos semanas que no aparece en su trabajo y obviamente no es casualidad. ¡Y si a usted no le importa, a mí si y si es necesario recorreré el mundo entero hasta encontrarla! – Draco ya no estaba pálido. Estaba sonrojado por tanto gritar y además, había logrado que la mujer dejara de reír. Ahora estaba seria y lo miraba asustada.
- Pero... ¿por qué Harry haría una cosa así? –
- Para separarla de Malfoy y así vengarse de él... – Le dijo Luna despreocupada. Draco seguía parado dispuesto a irse cuando la puerta de entrada se abrió y unas tres cabezas pelirrojas se asomaron. Los mellizos Weasleys y Ron se quedaron estáticos y Hermione que no sabia por que paraban siguió entrando en la casa. Pero también ella se paralizó al ver a Draco Malfoy en la sala de estar junto a una muchacha con cara de soñadora y Molly Weasley sentada y con expresión seria.
- ¿QUÉ DIABLOS HACES AQUÍ? – Le dijo Ron. Hacia mucho tiempo que no veía a Malfoy, y aunque sabia que Ginny estaba de novia con el no se resignaba a tratarlo bien. Para él seguía siendo Malfoy, y tenía que tratarlo como tal.
- Mira Weasley, no tengo tiempo para tus estupideces. – E intentó apartarlo de su camino para irse.
- ¡Ron, Fred, George! Han secuestrado a Ginny... – Dijo la señora Weasley entre preocupada y divertida. Los hermanos se miraron entre sí y asintieron. Entre los tres atacaron al rubio y lo tiraron al suelo. Luna gritó y Molly se enfado. Saco su varita e invocó un hechizo para separarlos a todos. Hermione que hasta ese momento estaba parada en la puerta sin hacer nada se acercó a su marido y lo miro amenzadoramente.
- ¡Ronald Weasley! ¡Sabes perfectamente que no me gusta que te andes peleando con la gente! No quiero que tu futuro hijo tenga como padre a un violento como tu... – le dijo mientras ponía sus manos en su crecido vientre.
- Pero amor... ¡este idiota seguro que tiene secuestrada a mi hermana y ahora viene a pedirnos un costoso rescate! He leído en El Profeta que su empresa esta en Banca Rota... -
- ¡Mi empresa no esta en banca rota! Voy a encontrar al autor de ese articulo... – Murmuro entre dientes pasándose un dedo por el labio partido. Luna hizo aparecer un botiquín y lo ayudo con las heridas. El rubio soltó un gruñido y le saco de la mano el pequeño maletín. No quería que ellos lo vieran siendo ayudado por una ex Ravenclaw... – Y para que sepan estúpidos, ¡yo no secuestre a Ginny! Yo la amo, les guste o no y no seria capaz de lastimarla... pero su amiguito el héroe de Potter, no piensa lo mismo... ¡PORQUE FUE ÈL, EL QUE SE LA LLEVO! – Los pelirrojos se miraron. No entendían nada. La señora Weasley procedió a explicarles a sus hijos lo que Luna y Draco le habían contado. Y cuando termino, Hermione pego un grito.
- ¡Oh... no... – Y se dejo caer en una silla. Draco la miro. Hacia bastante que no veía a la Sangre Sucia... recordaba como la había torturado con ese apodo en Hogwarts... la verdad es que solo lo hacia porque su padre le ordenaba hacerlo... a él no le importaba tanto atormentar a la gente... mientras no se le acercara, estaba todo bien... Pero ahora la veía sumamente preocupada y se dio cuenta de algo.
- Dime lo que sabes, Granger. – La chica levantó la mirada.
- Es que... hace como dos semanas que Harry hablo conmigo por ultima vez... me dijo que iría a visitar a Ginny, pero que era sorpresa que no se lo dijera a nadie... y me pidió prestado un apartamento que me compre cerca de la universidad para poder quedarse unos días... –
- Levántate. Me llevaras hasta allí. –
- ¡Hey! ¡Tu no le das ordenes a mi esposa! – Salto enfadado y ofendido Ron, pero ante una terrible mirada de la chica, se callo enseguida. Los mellizos y Ron fueron en busca de las escobas para acompañarlos. Pero cuando volvieron, Hermione, Malfoy y Luna ya no estaban...
- Gin... tienes que comer algo... te vas a debilitar... –
- Mira cuando se te ocurre pensar en mi. – Le contestó secamente la pelirroja.
- Ginny, todo esto es muy difícil para mí... no quiero lastimarte... –
- Vaya forma que tienes de demostrarlo... –
- ¿Pero es que no entiendes que deseo lo mejor para ti? –
- ¿Y tu no entiendes que lo mejor para mí y para mí bebe es estar junto a al hombre que amo? – Cuando termino de decir estas palabras se tapo la boca con las manos. No podía creer que se le había escapado... ahora Draco no iba a ser el primero en enterarse...
- ¿Tu y quien? – Harry estaba mas que sorprendido. Y agrego. - ¿estas embarazada de Malfoy?
- Bueno... si... pero no quería que nadie se enterara... – Ginny se había sonrojado mucho, y jugueteaba con sus dedos. No quería mirarlo a la cara.
- Oh... Gin... siempre creí que en este momento debería abrazarte y felicitarte... –
- Si, porque te encantaría que este hijo fuera tuyo... – Harry se quedo callado. En realidad nunca había pensado en la idea de tener hijos... Y en ese momento que lo pensaba, no estaba seguro de que ella se convirtiera en la madre de sus hijos...
- Ginny... te felicito... y... quiero que me perdones... – La chica levantó la mirada. Desde que lo conocía, jamás lo había visto de esa manera. Le daba lastima...
- Harry... sé que algo te pasa... debes decirme que es, o no podré ayudarte. Sabes que entre nosotros nunca ha pasado nada... ni siquiera durante esos dos años de noviazgo... nunca nos amamos y de eso me di cuenta cuando conocí a Draco. Lo único que hubo, y que puede llegar a haber es una profunda amistad. Siempre te he querido mucho... y quiero ayudarte. – El chico la miraba fijamente. Veía claramente que lo que decía era verdad. No la amaba... nunca lo había hecho... había estado con ella, porque sentía que era lo correcto... porque quería darle el gusto a los Weasleys que tanto habían hecho por él... y por encima de todo, había estado con ella para no sentirse solo... para sentir que había alguien a su lado... y no quería perderla... no quería volver a quedarse sin nadie como se había quedado sin sus padres y sin Sirius... como quería quedarse como Voldemort... SOLO... Sentía las lagrimas como afloraban en sus ojos, y la chica sintió compasión. Lo abrazo. Y él, comenzó a decirle todo lo que sentía, todo lo que no había podido decirle a nadie, que la quería como una amiga, que se sentía solo, que sus mejores amigos se habían casado y el trío quedaba conformado por uno... le contó que cuando tuvo que llevarse a Voldemort a su prisión, tuvo una charla con el. Y que este lo asusto diciéndole que se quedaría solo como él, que algún día cuando lo vieran acabado, triste y viejo, todos lo abandonarían dejándolo solo... y que el siempre había estado solo...
- No... Harry... tu nunca has estado solo... tu nos tienes a nosotros... siempre nos has tenido... somos tu familia... y siempre estaremos a tu lado – Ginny también lloraba, y no dejaba de abrazarlo. Ahora entendía el porque su amigo había actuado de esa forma. Toda la culpa la tenia ÈL... aun sin su poder, seguía haciendo daño... maldito Tom Riddle...
Continuaron abrazados mucho tiempo, Ginny intentaba consolarlo y lloraba al mismo tiempo. No podía creer la situación en la que se encontraba. Jamás había creído que tendría que consolar a un hombre llorando... y mucho menos a Harry...
En la entrada del apartamento, la puerta se abrió de golpe. Tres personas irrumpen en el lugar. Se dirigieron corriendo a la habitación, en la cual Ginny y Harry continuaban abrazados y llorando. No se habían dado cuenta de que tenían compañía.
Draco llega y se queda pasmado al encontrar a la pelirroja y al cara rajada abrazados. Con furia contenida, le lanza un "Expeliarmus" al muchacho que sale disparado y se choca contra una pared del cuarto, cayendo estrepitosamente al suelo.
- ¡Draco! – Grito Ginny al verlo y corrió a su encuentro. Se abrazaron como si nunca lo hubieran hecho y se besaron apasionadamente. Pero Draco la soltó, y se dirigió hacia donde se encontraba Harry.
- ¡Levántate, vamos! – Le dijo dándole una fuerte patada en el estomago.
- Mátame, Malfoy. Date el gusto. Haz lo que desde que nos conocemos quisiste hacer. – El rubio no entendía lo que le estaba diciendo.
- ¿Acaso quieres morir? Eres más estúpido de lo que creí Potter... –
- Si, quiero morir. ¡Vamos, hazlo! –El chico se había levantado y Draco tenia la varita en alto. Harry puso la varita de Malfoy en su propio cuello, y lo incitaba a que pronunciara el hechizo que ambos sabían no se podía revertir. Hermione y Luna agarraban con fuerza a Ginny, que estaba desesperada por ir a detenerlos.
- ¡Por favor! ¡Lo va a matar! – Les suplicaba a sus amigas, que no cedían.
- ¡Ginny, no puedes separarlos, corres peligro! – Pero la pelirroja pudo mas que ellas, y con un golpe a cada una logro soltarse y ponerse delante de la Harry y la varita de Draco.
- Draco, por favor, él no esta bien... no quiso hacer daño... déjame llevarlo a que lo vean los especialistas... – Draco se quedó mirando como Ginny defendía al tipo que la secuestro. Y él sabia que por mucho que lo odiara, no iba a matarlo porque el se lo pidiera. No era un asesino. Y no se iba a convertir en uno, solo porque el cara rajada estaba mal de la cabeza y no tenía el valor suficiente para suicidarse... Lentamente bajo su varita, y mirando a los ojos de Harry, le dijo:
- Mira, Potter... no soy un asesino... pero si vuelves a acercarte a Ginny... puedo convertirme en uno... – Harry no perdió tiempo, tomo la varita del rubio que estaba desprevenido, y apuntándose, exclamo:
- Avada Ke... - pero no pudo terminar. Luna que había sido mucho más rápida que cualquiera de los presentes le había propinado un fuerte golpe en la cabeza con una lámpara que encontró en la mesilla de luz.
Y Harry cayó...
