Capitulo 10: Heridas que cicatrizan...

La sala del hospital daba una terrible sensación de ausencia. Ginny, Luna, Hermione, los Weasleys y (sorprendentemente) Draco Malfoy se encontraban en uno de los pasillos esperando noticias de Harry. Luego de que Luna impidiera que el muchacho se lanzara a sí mismo el maleficio Avada Kedavra, Draco le lanzo un hechizo para hacer que levitara y lo deposito en una escoba. Así, el grupo lo había llevado al hospital, para que alguien lo tratara y le diera la ayuda que necesitaba.

Y el rubio, por mas que quisiera irse a su casa, le había prometido a Ginny que se quedaría con ella... y cuando le propuso irse, la chica le había dicho que si quería marcharse, lo hiciera, pero ella se quedaría allí... y el tuvo que responder a su promesa...

Hermione y Ron se encontraban hablando pacíficamente, los mellizos hablaban por un celular, ambos al mismo tiempo, y los señores Weasleys se tomaban de las manos. En eso estaban, cuando un sanador se les acercó.

- ¿Algún familiar del paciente Potter? – Pregunto el hombre que poseía un extraño bigote sobre el labio superior. Los presentes se miraron sorprendidos. ¿De que planeta era ese tipo?¿Acaso no se daba cuenta quien era el paciente? ¿NO SE HABÍA ENTERADO QUE ERA HARRY POTTER, EL NIÑO QUE VIVIO? Evidentemente, no...

- Umm... disculpe... pero Harry no tiene parientes... vivos... la única "familia" que tiene, somos nosotros y si tiene que hablar de algo serio, hágalo por favor... – Se apresuro a decirle Arthur Weasley. En ese momento, el hombre pasó sus dedos por su bigote, como intentando aplanarlo y comenzó a explicar:

- Bueno, el paciente posee una grave depresión llamada "Post Guerra", y se debe a la tensión y el dolor acumulado en todos estos años. Es muy común en personas que han sufrido grandes perdidas o que han formado parte de duelos, y batallas de ese tipo. Según lo que me han explicado, el joven ha secuestrado, amenazado y hasta intento suicidarse ¿No es cierto? – Ante el asentimiento general y un gruñido de Draco, continuó – Mmm... sí... muy normal... –

- ¿Muy normal? ¿A que se refiere? – Le pregunto atónita Hermione, que ya empezaba a perder la paciencia. (N/A: Todas las embarazadas tienen poca paciencia... )

- Me refiero a que en esos casos de depresión, como la que presenta el joven Potter, tales características son muy normales en su persona. Y agradezcan que no se haya puesto violento... –

- ¿Y que se puede hacer por él? –

Bueno, para empezar se quedara en el hospital unos días, para evitar nuevos ataques hacia su persona... y luego, le pediremos a alguno de ustedes, si puede llevárselo a su casa... para que no corra el riesgo de la recaída... – Todos se miraron. Estaba mas que claro, que nadie quería tener a Harry en su casa, tanto Ron y Hermione que eran casi recién casados, como los señores Weasleys que ya estaban grandes como para andar cuidando a alguien.

Era un problema muy grande, y nadie sabía como solucionarlo... salvo una persona.

- Que se quede conmigo. – Luna se había parado, y con voz decidida capto la mirada de todos los presentes.

- ¿Tu? – le dijo Ron, como si no entendiera como la antigua "Lunática Lovegood" quería hacerse cargo de un tamaño problema como lo era el problema de Harry.

- Sí. Ya que nadie quiere hacerlo y yo tengo una casita a mi disposición, puedo cuidarlo... no tengo otros planes para estas vacaciones, así que... – Ginny sonreía, mientras que los demás parecían preocupados... pero no había otra opción... o era Luna o no era nadie... – ¿Puedo entrar a verlo y comunicarle la noticia? – Le pidió Luna al hombre de bigote.

- Por supuesto. Pero intente no decirle algo que pueda alterarlo... – Dicho esto, la chica caminó unos pasos y penetro en la habitación 312.

Los señores Weasleys decidieron ir a tomar un poco de aire. Ron y Hermione se quedaron sentados hablando, y Ginny se acerco a su novio.

- Draco, gracias por acompañarme – le dijo suavemente.

- Por nada... pero no creas que lo hago sin esperar nada... – le contesto pasando sus brazos por su cintura, acercándola a él.

- Eres malo. –

- Sí. Y te encanta que lo sea... – La besó apasionadamente justo enfrente de sus hermanos...

- Ejem, ejem... – Ron estaba más rojo de lo normal, y si no fuera porque tenia la amenaza de su esposa sonándole en la cabeza, se hubiera abalanzado sobre aquel rubio cabeza de alcornoque que quería aprovecharse de su "hermanita" en su propia nariz.

- ¿Qué pasa Weasley? ¿Acaso tienes miedo de que muy pronto te haga un sobrinito?– El pelirrojo no aguanto y se tiro sobre Malfoy, pero los mellizos lo atajaron a tiempo y lo mantuvieron con los pies en el aire hasta que se calmó... Lo que Draco no sabia era que sus palabras habían hecho que la lamparita de cierta persona se encendiera y recordara algo muy importante que se le había pasado por alto.

- Draco... tenemos que hablar... – El aludido dejó de gozar a su cuñado para prestarle atención a Ginny.

- Bueno, dime lo que sea... aquí estoy para escucharte... – Le dijo muy divertido aun, por el mal momento que le había hecho pasar a Ron.

- A solas... – Le contestó esta, dándose cuenta de que tenia todos los ojos puestos en ella.

- Muy bien... ¿a dónde quieres ir? -

- Mmm... ¿Te parece si nos tomamos un día de vacaciones? –

- ¿Un día? –

- Claro, tú me llevas a algún lugar por solo un día, y hacemos de cuenta que es toda la eternidad... porque la verdad es que necesito vacaciones... pero tu tienes mucho trabajo... - esto ultimo lo dijo con la voz un poco melosa...

- Ya esta decidido. ¡Nos tomamos vacaciones! – Y dicho esto, la tomó con sus brazos y la cargó como hacen los recién casados. Bajo las escaleras del hospital con Ginny subida a él, riéndose como loca, y no la bajo hasta que llegó a su escoba, se subió y se perdieron en el cielo...


Luna entró en la habitación. Estaba oscura, y la ventana cerrada. Parecía todo tan lúgubre...

No le gustaba el encierro ni la oscuridad, por lo que corrió las cortinas y un poco de sol ilumino el lugar.

- No abras la ventana – Le pidió una voz apagada que provenía de la cama.

- ¿Te molesta la luz? –

- Prefiero las sombras. Siempre he visto mas oscuridad que luz, creo que por eso no quiero que lo hagas. – Luna no le hizo caso. Se dirigió hacia la ventana, y la abrió de par en par, dejando que la luz se apropiara de la habitación.

- ¿Por qué has hecho eso? – Le pregunto Harry, muy enojado, sentándose en la cama.

- Porque ya es hora de que salgas de la oscuridad en la que te encuentras. Los ojos color esmeralda del muchacho parecieron brillar. Esa chica parecía irradiar esa luz que el tanto necesitaba. Parecía estar completamente segura de lo que hacia y decía. Y de pronto la vio como si nunca la hubiese visto... y algo en él comenzó a vivir de nuevo...

- Luna... ¿Qué paso? ¿Por qué estoy aquí? –

- ¿Nadie te lo ha dicho? – Ella estaba extrañada.

- No... vino un sanador con un enorme bigote que me dijo "Te quedaras unos días en observación..." y luego se fue... –

- Comprendo... bueno, parece que lo más difícil me toca a mí... ¿Recuerdas que secuestraste a Ginny? –

- Si... y recuerdo que tuve una charla con ella... y luego llegaron ustedes y Malfoy... –

- Así es... bueno Malfoy quiso luchar contigo, pero tu no te defendías, te ataco un par de veces y tu como si nada... hasta le pediste que acabara contigo pero el no quiso... y cuando Ginny decidió pararlos a ti se te ocurrió tomar la varita de Malfoy y tratar de suicidarte... y bueno, yo te partí un florero en la cabeza... lamento eso... – Harry se toco la cabeza, como recordando el golpe. Si, se acordaba de todo eso... jamás lo olvidaría...

- No... no es nada... y, gracias... –

- ¿Por qué me agradeces? –

- Por salvarme la vida... fui un estúpido... con todo lo que hice... lastimé a mucha gente... sobretodo a Ginny... – Dejó caer la cabeza en sus manos y se lo veía sumamente abatido. Luna se apiadó de él.

- Está bien que te sientas así... pero debes saber, que sufres una depresión muy grave... en realidad tu no eras completamente consciente de lo que hacías... –

- ¡Si lo era! Por eso soy un idiota... deberías haberme dejado morir... – Luna se encolerizo. Estaba allí para ayudarlo, y eso era lo que haría.

- ¿Crees que no vales nada? ¿Qué si te mueres les dará lo mismo a todas las personas? ¡Realmente no sabes nada, Harry Potter! ¡Podrás haber destruido al innombrable! ¡Podrás ser el niño que vivió, pero todavía necesitas muchas lecciones de vida! ¿Por qué crees que ayer evite que te mataras? ¿Por deporte, para hacerme la heroína? No... yo lo hice, porque te aprecio, porque eres una gran persona, y ¡porque yo también me quede sola después de la guerra! ¡Y lo que nunca se me ocurría, seria suicidarme y dejar que Voldemort triunfe sobre mí! Si tu hubieras muerto anoche, todo lo que has hecho, todo por lo que miles de personas murieron, no habría valido la pena... – Harry la observaba hablar. Y escuchaba con atención lo que le decía. Tenía mucha razón. Recordaba una charla tenida con ella hacia muchos años... ella había perdido a su madre, y ahora a su padre... estaba tan sola como él... y seguía de pie, erguida, no se daba por vencida... De pronto sintió como si esa persona que tenía enfrente le estuviera dando un pequeño soplo en el corazón que le encendía el alma... Le estaba dando valor para seguir viviendo...

- Parece que tengo que vivir agradeciéndote... – le dijo con un tono de ironía que hizo que la chica se alegrara.

- Solo intento ayudar... y a propósito... deberás pasar un tiempo viviendo conmigo... – Harry se sorprendió.

- ¿Irme a vivir contigo? ¿Por qué? –

- Porque nadie quiere que intentes matarte de nuevo... digamos que voy a cuidarte... –

- ¡Ey! ¡Ya no soy un niño pequeño! –

- Pues, empieza a demostrarlo, porque Malfoy me ha contado algunos caprichitos tuyos como "Ginny es mía" y cosas por el estilo, que no soy propias de un hombre... –

- Bueno... okay... ya sé que no he sido de lo mejor últimamente... creo que esto es mi "castigo"... – Harry empezaba a volver. Y con el sus chistes malos... o

- ¿Castigo? ¿Crees que vivir conmigo es un castigo? Entonces, te voy a hacer sufrir... – Y con una mirada perdida, se dispuso a irse.

- ¡No te vayas! Quiero decir... quédate un rato... me haces sentir muy bien... no quiero perderme de nuevo... por favor... – Luna se quedó un rato en la puerta antes de contestar. Su mirada perdida fue transformándose en una de ternura. Ella tampoco quería irse, lo ultimo que quería era que él tuviese esa temida recaída. No sabia por que le interesaba tanto su bienestar, pero sentía la necesidad de ayudarlo... y se quedó...

Se quedó junto a él...


Draco organizó todo. En una hora, ya se encontraban en una estupenda playa bebiendo de un coco. Y Ginny trataba de pensar la manera en que le diría a Draco que seria padre... esa idea la asustaba. Tenía miedo de que el no lo aceptara... le reprochara no habérselo dicho antes... o que la dejara por eso... en una ocasión, llegó a temer que él pensara que en realidad ese hijo era de Harry y no de él... pero eso nunca sería posible, porque ella jamás se había acostado con él... ni siquiera durante los dos años que estuvieron de novios...

Pero cada vez que se tocaba el vientre, el temor desaparecía, porque sabia que ese bebé era hijo del amor que sentían uno por el otro. Y eso la tranquilizaba...

- Draco... ¿Recuerdas que tengo que hablar contigo? –

- Mi amor... estamos hablando... - Le dijo él, riéndose de su mal chiste...

- Pero que gracioso... parece que hoy te desayunaste un payaso... – Draco se le acerco y aprovechando que ella se encontraba tirada en la arena, se sentó sobre ella y la besó.

- Draco... vamos... tengo que decirte algo importante... – Al fin Draco la soltó y se sentó a su lado.

- Bueno, a ver... ¿Qué es eso tan importante que tienes para decirme? – La chica suspiró y lo miró directo a los ojos.

- Draco... ¿Has pensado en la idea de tener hijos... algún día? – Le preguntó ella, asustada por lo que podría contestarle...

- Mmm... bueno... la verdad es que creo que soy muy joven para pensar en eso... tal vez a eso de los 40 años... o más... no lo sé... ¿por qué lo preguntas? –

- Porque creo que tendrás que crecer de golpe... – Draco enarcó una ceja... no le gustaba nada esa frase...

- ¿Qué quieres decir con eso? – Ginny volvió a suspirar, y pausadamente, dijo...

- Porque estoy embarazada... y vas a ser pa... – Pero no pudo continuar. Draco Malfoy se había desmayado, justo sobre ella...

Ya nada volvería a ser como antes...