Sentada en su escritorio, Lisa acomodo las tres cajas de terciopelo negro que contenian esos bellos anillos que recibio de los tres hombres que amo con todo su ser.

El primero era un anillo antiguo. Una reliquia familiar que habia sido el anillo de compromiso de la abuela de su primer prometido. Tenía forma de flor, con un diamante en el centro y otros más pequeños en forma de pétalo. Era absolutamente exquisito y distinguido. Al usarlo durante su juventud mientras estaba comprometida con Karl Riber, sentía con orgullo que llevaba sobre su dedo anular todo el peso de una familia tradicional inglesa a la cual Lisa deseaba con ansias formar parte. Cuando ella se enteró del atentado en Marte, donde su novio había sido declarado muerto, quiso devolverle la reliquia familiar a la hermana de Riber, pero ella se negó. Dijo que ese anillo era el símbolo de la unión de Lisa Hayes hacia la familia Riber, y aunque no se hubiera consumado el matrimonio, ese vínculo era inquebrantable.

Pero para Lisa, ese vínculo inquebrantable fue casi como una condena que no la dejó liberar su corazón en busca de un nuevo amor. Ahora, después de tantos años, sabiendo que Karl efectivamente no habia muerto, e incluso habia rehecho su vida con alguien más, lamentó haber desperdiciado tanto tiempo, tanto sufrimiento por cargar durante años con un corazón roto que no le permitía disfrutar de la vida. Incluso casi muere por la desazón que la invadió cuando llegó a Marte en su primer viaje espacial.

El segundo anillo era de oro blanco con una traslúcida esmeralda verde en el centro, engarzada con dos pequeños diamantes a ambos costados, enmarcando la gema central. Era delicado y hermoso. Cada vez que Lisa lo miraba, contenía su aliento al recordar la emoción que la invadió el día que Rick Hunter se le declaró, pidiéndole que ella sea su esposa. Ese piloto molesto e indisciplinado que la había desobedecido innumerables veces, pero también le había salvado la vida otras tantas. Rick la habia salvado de la muerte física y emocional, despertando nuevamente la chispa del amor en su corazón. Vivieron un amor puro e intenso, pero su separación fue tan inesperada e intempestiva que al momento de reaccionar ya estaba a bordo del SDF-2 alejándose de él dejando una galaxia de distancia entre ellos. A pesar de la inmensidad que los separaba, eso no fue suficiente para borrarlo de su alma. Por más que le pese a Lisa, Rick Hunter estaba tatuado en su corazón y en su alma. Por un tiempo pudo esconderlo y olvidar. Fue cuando Jack Archer ocupó un lugar significativo dentro de su corazón. Pero a la larga, se estaba engañando a sí misma cuando descubrió que sorpresivamente sin darse cuenta, durante su última crisis matrimonial, el amor oculto que siempre sintió por Rick fue determinante para encauzar su relación con Jack Archer a un punto de no retorno, terminando en un juicio de divorcio muy doloroso para ambos.

Su tercer anillo era el más despampanante de los tres, y el cual efectivamente cumplió su objetivo de llevar a Lisa Hayes frente al altar. Contenía un gran diamante, el más grande que los joyeros hubieran traído desde la Tierra a bordo del SDF-2. Cuando Jack Archer se le declaró arrodillado con una gran sonrisa, y abrió esa pequeña cajita negra mostrando el anillo en su interior, el brillo en la sonrisa y ojos de un enamorado Jack Archer hacía juego con el brillo de ese perfecto diamante. Lisa estaba totalmente apabullada por su grandiosidad y no podía salir de su asombro. Era imposible negarse frente a semejante anillo. Ese anillo era la muestra del gran amor que Jack sentía por ella. Después de cortejarla incesantemente, Lisa se animó a abrir su corazón y dejar ingresar a Jack. Vivieron un amor pleno y apasionado. Jack era un amante que la hacía sentirse deseada.

Él siempre había deseado convertir a Lisa Hayes en su mujer. Desde que conoció a Lisa cuando esta se convirtió en una cadete recién recibida, él comenzó a cortejarla hasta el cansancio. Jack constantemente de manera descarada le insinuaba a Lisa que rompiera su compromiso con un hombre que no merecía su fidelidad. Jack no dejaba de recalcarle a Lisa que ese hombre había preferido estar a millones de kilómetros de distancia en Marte en vez de permanecer a su lado. Archer quería lograr enamorar locamente a Lisa. Pero ella continuaba con sus reiteradas negativas, solamente logrando incrementar la fijación que Jack tenía con la inocente y sensual oficial.

El compromiso que Lisa habia asumido al convertirse en la prometida de Karl, más los antecedentes de Archer como un casanova, fueron una traba efectiva para que el piloto del escuadrón Wolf no pudiera avanzar de manera temprana sobre el corazón de Lisa Hayes. Luego cuando Karl murió, Lisa levantó una muralla a su alrededor que terminó de alejar a Archer de su objetivo.

Pero después de dos decepciones amorosas, y estando en el espacio junto a él en el SDF-2, Lisa decidió darle una oportunidad al intrépido piloto. La vida la habia golpeado tantas veces por dejar que sus dudas postergaran demasiado sus decisiones, que prefirió dudar menos y arriesgarse al avasallante amor de Archer. Siempre habría tiempo para arrepentirse después.