Tras una complicada maniobra de acople entre ambas naves, la compuerta que unía al SDF-2 y SDF-3 se abrió. Dos mujeres se acercaban desde el SDF-2 para dar la bienvenida a los dos hombres que representaban al SDF-3. Por un lado estaba el Vicealmirante Rick Hunter, primero al mando del SDF-3, junto a su mano derecha y entrañable amigo, el Coronel Max Sterling, Jefe del Mando Aéreo. Por el otro se encontraba una muy embarazada Coronel Vanessa Leeds, segunda al mando del SDF-3, y una de sus tantas colaboradoras, la Comandante Sue Graham.

Ambos hombres sonrieron cuando vieron a su vieja amiga acercarse. Los cuatro se saludaron marcialmente con la venia como indicaba el protocolo. Rick sintió una aguda acidez en el estómago, producto de la desilusión que lo invadió al no ver a Lisa Hayes dentro de la comitiva de bienvenida. Su gran sonrisa ocultaba la tristeza que lo invadía.

–¡Bienvenido a bordo, Vicealmirante! ¡Bienvenido también a usted Coronel! –dijo Vanessa con su voz temblorosa–. En nombre de la Almirante Hayes y toda su tripulación, estamos felices de tener al SDF-3 finalmente navegando a la par de nuestra nave. Por fin tenemos a toda la flota expedicionaria unida.

Los tres amigos se quedaron en silencio por unos momentos, observándose mutuamente, saboreando la alegría del reencuentro. El primero en reaccionar fue Max, quien se acercó a Vanessa y le dio un gran abrazo. Luego de un largo minuto de tener a ambos con los ojos llorosos de la emoción, Rick también se acercó al duo para unirse en un triple abrazo junto a Max y a su vieja amiga.

–No acapares toda la atención, Sterling. Yo también quiero abrazar a la flamante embarazada. ¡Felicidades amiga!

–Me van a asfixiar –replicó Vanessa mientras se desprendía del abrazo conjunto.

La comandante Graham se había quedado inmobil en su lugar. Estaba asombrada por la confianza que esos dos apuestos oficiales del SDF-3 tenían con su jefa inmediata. Ni bien se abrieron las compuertas y vio a esos dos hombres muy apuestos acercarse, no pudo evitar sonreír hacia adentro pensando en la suerte que tenía de haber sido elegida para formar parte de la comitiva de bienvenida.

El oficial que vestía uniforme de coronel, tenía un aspecto apacible. Sue Graham supuso que debajo de esa seriedad que le otorgaban sus anteojos, se escondía un hombre comprensivo y cariñoso. En cambio el hombre que portaba el uniforme de almirante, emanaba un aura de mando arrolladora con su sola presencia. Y cuando él la miró con sus penetrantes ojos celestes, Sue Graham quedó totalmente estupefacta, conteniendo su aliento.

–La Almirante Hayes me pidió que le entregue este mensaje de bienvenida personalmente a usted, Vicealmirante –dijo Vanessa guiñando un ojo hacia Rick de manera cómplice mientras le entregaba un sobre.

Rick recibió el sobre con formalidad, y lo abrió en el momento. No podía contener la curiosidad que lo embargaba para descubrir la razón por la ausencia de Lisa. El saber que ella quería mandarle sus saludos, aunque fuera solamente a través de una nota, calmó un poco su desasosiego inicial. Sacó la tarjeta y leyó el corto mensaje.

"¡BIENVENIDO! Me alegra que finalmente hayan llegado. Lamento no poder recibirlos personalmente como hubiera deseado. LISA"

El mensaje no decía mucho, pero al ver que había firmado como "Lisa" en vez de usar el título de "Almirante Hayes" el corazón de Rick Hunter comenzó a palpitar de felicidad.

–La comandante Graham los guiará por todo el SDF-2 para iniciar con las rondas de intercambio entre ambas naves. La Almirante no quiere que por sus problemas personales se atrase el cronograma diseñado para integrar ambas tripulaciones.

–¿Pasó algo grave con Lisa? –preguntó Max con preocupación.

Rick se puso en alerta, expectante a la respuesta de Vanessa. La ausencia de que Hayes cumpliera con sus obligaciones seguramente se debía a algo bastante serio. Hunter pasó de la tristeza de no ver a Lisa, a la alegría de ver su nota de bienvenida, y nuevamente a la angustia y preocupación por conocer la gravedad de la situación personal de Hayes en menos de un minuto.

–Tuvieron que operar de urgencia a una de las hijas de Lisa, pero recién recibí un mensaje de Jack confirmando que la operación fue realizada con éxito.

–¿Qué fue lo que pasó? –preguntó interviniendo Rick Hunter.

–Una apendicitis que por suerte se detectó a tiempo. El problema fue que la infección avanzó demasiado rápido. Por lo menos ya está fuera de peligro.

Max y Rick intercambiaron miradas con preocupación. Hace dos años los Sterling casi pierden a su hija mayor Dana, por una peritonitis avanzada. Estuvo una semana entre la vida y la muerte y finalmente cuando mejoró, quedó internada en observación por casi un mes.

–Esperemos que se recupere pronto.

–Cuanto antes se recupere, más rápido tendremos a nuestra querida almirante protestando entre nosotros como siempre –agregó Vanessa para aliviar la tensa preocupación que se palpitaba en el ambiente.

Mientras se había desarrollado la maniobra de acople entre ambas naves, Hunter y Sterling habían sido convocados para que hicieran un exhaustivo recorrido por todo el SDF-2. Fueron notificados que cualquiera de ambos hombres debían en caso de emergencia, por orden de la Almirante Hayes, ocupar el mando del SDF-2. Por lo tanto, era inminente que conocieran al dedillo cómo funcionaba cada sector de la misma.

Rick Hunter se percató por los comentarios de Vanessa, que Lisa ya era madre de una hija, y además seguramente Jack Archer sería el padre de la misma. Resignado, decidió seguir a la Comandante Graham para su recorrida por el SDF-2.