EN EL CAPÍTULO ANTERIOR: Snape se queda vigilando a Dumbledore toda la noche, y falta las dos primeras clases del día siguiente.


CAPÍTULO 7

El miércoles en el cuartel general de la orden del Fénix, sus integrante, estaban eligiendo quien iría a convencer a los gigantes de que no se uniesen a Voldemort, puesto que, según habían informado Snape y MacGonagall, tenía muchas ocupaciones últimamente y no podía ir, como tampoco había podido ir a esa reunión.

-¿Hay algún voluntario? - preguntó Lupin, y se hizo el silencio. - Entonces, lo mejor es que lo echemos a suertes. - Fue a un rincón de la cocina, y sacó de un cajón una bolsa de terciopelo, y volvió a su sitio. Después continuó hablando: - En ésta bolsa, he metido tantas bolas de bingo, como miembros de la orden hay en ésta sala. - sonrisas y alguna risa de casi todos los presentes.

- Y el que cante bingo, va con los gigantes, buena idea Remus - se adelantó Moody.

-No Alastor, no. - Siguió diciendo Lupin - El que saque el número uno, es el que irá.

- ¿Y no es mejor que vaya el que saque eL trece? - preguntó Tonks .- Ya sabes, por eso de la mala suerte.

- Por mí no hay problema, - respondió Lupin - Quien saque el trece es quién ir

Uno a uno, los miembros de la orden fueron cogiendo una bola de bingo de la bolsa. Cuando terminaron Lupin preguntó:

- Bueno, ¿A quien le ha tocado el gordo?

- A mí. - dijo Tonks levantando la mano. ¡Cómo no!. Le había tocado a "mala pata Tonks" que dijo a modo de broma al ver las caras de preocupación de los presentes - ¿No tenía que ir el que sacara el uno? - pero nadie se rió, ni sonrió.

Después de un ratito de silencio incómodo, Hagrid habló:

- Ehhh... Seguro que tú lo harías muy bien Tonks, pero he estado pensando, y ehh... me apetece ver a mi hermano mayor y a mis parientes gigantes, así que si no te importa, iré yo en tu lugar.

- Si es así - se adelantó Moody a las protestas de Tonks - ¿Quién está a favor de que vaya Hagrid? - Todos levantaron la mano, salvo la desilusionada Tonks. -¡Aprobado!, y como no hay otro punto en el orden del día, se levanta la sesión, hasta la próxima reunión.

Casi todos los integrantes desaparecieron. Tonks fue al baño a llorar porque nadie confiaba en ella para ninguna misión, y más desde que no tenía a su primo para defenderla.

Así que en la cocina se quedaron solos Hagrid, MacGonagall, Moody, Lupin y Snape.

- ¿Cómo está Albus, Minerva? - Preguntó Moody mientras abría una fiambrera con filetes empanados, que le había traído Molly Weasley.

- Igual - Contestó MacGonagall observando como Moody conjuraba platos y vasos para cada uno de ellos. Después observó como Moody cogía un filete con las manos, y lo lanzaba a su plato. Lo mismo hizo en los platos de los demás. Cogió una jarra de cerveza, y después de dar un trago de la misma jarra preguntó:

- ¿Queréis una cervecita? - salvo Hagrid, todos negaron asqueados.

Snape apartó la vista de Hagrid y Moody, que comenzaron a comer ávidamente, y se dirigió a Lupin con un poquito de burla en la voz

- ¿Remus, sabes por fin de dónde vinieron las grageas?

- Sí - Contestó Lupin decidido en no caer en ninguna provocación de Snape - Se fabricaron en una fábrica clandestina, por treinta elfos chinos que malviven en 2 metros cuadrados.

- ¡Oh, que triste! - dijo Snape con una sonrisa - Continúa

- Luego las venden a Honey-Dunes por una miseria y éstos a su vez, los venden por dos Galeones a los niños.

- Y a ti, con toda tu fortuna, no te alcanza para una bolsa. Lo que he dicho ¡Qué triste! - Se burló Snape. Lupin empezó a perder la paciencia.

- Y a ti Severus, ¿Cómo te va con tus análisis? ¿Has descubierto lo que le pasó a Dumbledore delante de tu enorme nariz?

- Ninguno ha salido positivo, ni siquiera el que hice al caramelo que me dio Dumbledore ayer. Estoy casi seguro que fue la reacción de algo que tomó antes de verme.

- Entonces, si piensas eso - dijo Lupin enfadado . - ¿Por qué me haces dar vueltas por todo Londres averiguando lo del té y los caramelos?

- Lo hago por ti - le contestó Snape con cara de fingida preocupación - para que te sientas útil en la orden.

- Te voy a ... - Lupin se levantó de su asiento - Eres un...- Snape también se levantó.

- Termina las frases Lupin. Ya sabes: sujeto y predicado.

- Asqueroso manipulador de potingues y bichos.

- Patético fracasado, medio hombre.

- Traidor. Acusica, sucio, ¡Guarro!

- ¿Guarro yo? Lupin, mira tu túnica - dijo Snape señalando la mancha pringosa que tenía Lupin en su única túnica, la cual no había podido llevar a la lavandería por falta de dinero. En ese momento intervino MacGonagall riñéndolos como si todavía fueran sus alumnos:

- Señor Snape, señor Lupin, dejen de comportarse como niños, y ¡siéntense!

- Ja,ja... – rió Moody con la comida en la boca - Y diez puntos menos para sus respectivas casas.

Los dos hombres se sentaron asqueados por la boca sin dientes de Moody.

Cuando Moody y Hagrid terminaron de comer, Moody le dijo a Snape:

- Dice Minerva que te caes de sueño en las clases.

- E incluso se da el lujo de faltar a las primeras clases de la mañana - intervino MacGonagall.

- Eso solo me ha ocurrido una vez en todo el tiempo que llevo en Hogwarts. Es que tengo demasiadas clases.

- Eso te ocurre porque sólo a un imbécil como tú, se le ocurre impartir dos materias a los siete cursos. - dijo Lupin

- Cállate ridículo mutante - gruñó Snape

- Ahhh ridículo.... Eso me recuerda a cierto boggart. Eres un fantástico boggart ¿Sabías Severus?

- Y tú ¿Qué haces para vencer a los boggart? ¿Piensas en ti mismo?

- ¡Señores! - Habló MacGonagall - Tenemos que hacer algo con las clases de Severus. No quiere dejar de impartir las clases de defensa. - dirigió a Snape una mirada dura - así que tenemos que encontrar a alguien que enseñe pociones, y que sea de confianza.

- Yo soy muy bueno en pociones - dijo Lupin esperanzado con un nuevo trabajo.

- Eh....Ah..., Remus...- Empezó a decir Hagrid mirando a MacGonagall, y ésta volvió a tomar la palabra.

- Remus, querido, yo.... a ti no te aceptarían los padres de los alumnos, ya sabes por qué. Nosotros pensábamos en otra persona. Pensábamos en ti Alastor ¿Qué te parece?

- ¿Yo? - dijo Moody levantando la vista de las miguitas de pan que comía con ayuda del dedo. - Yo no sé nada de fogones y cacerolas. Los potingues son cosa de mujeres, y de nenazas - Snape lo fulminó con la mirada - Ah... lo siento Severus. No quise ofenderte.

- Pues... - intervino Hagrid - Si Moody no tiene ni idea, Remus no puede serlo por... por eso, y Severus se niega a dejar de dar defensa ¿Quién enseñará pociones éste año?

- Yo lo haré. - dijo Tonks entrando en la cocina sonriente. Había estado detrás de la puerta desde que volvió del baño. Todos los sentados se hicieron una imagen mental de Tonks enseñando pociones, y comenzaron a reír.

- Querida - dijo MacGonagall - Gracias por querer ayudarnos, pero mejor que Severus siga enseñando pociones. Además tú eres muy necesaria aquí. - Todos asintieron con la cabeza excepto Snape, que no quería dejar sus clases de defensa.

- ¿Creéis que no sé lo que está pasando aquí? - Preguntó Tonks con su orgullo herido - No confiáis en mí. Pensáis que por que soy un poquito torpe, voy a causar un desastre, pero estoy suficientemente preparada: Me gradué en Hogwarts, y llegué a ser auror. Buscáis a alguien conocido en el que podáis confiar para meterlo en Hogwarts ¿No lo veis? Soy yo

- Tal vez no sea tan mala idea - dijo Hagrid - Es una buena chica, y es auror, toda una garantía. ¿Tú que dices, Severus?

- Ehhh... yo... pienso que deberíamos darle una oportunidad. - Todos lo miraron extrañados. Snape continuó mintiendo: - Es absolutamente capaz de llevar una clase de pociones sin muchas dificultades. - Tonks no podía creer lo que oía.

- Severus - dijo MacGonagall - ¿Seguro que era buena alumna de pociones?, Yo no me acuerdo de eso.

- Sí, buena, buena.

- ¿Y qué harás con tu trabajo de auror? - le preguntó Lupin.

- Ah, no habrá problema, pediré una excedencia al Ministerio.

- Yo no me convenzo - dijo Moody

- Ni yo - dijo Lupin. Moody y Lupin la conocían demasiado bien como para permitir esa locura. Esto enfadó a Tonks, que intentó una nueva táctica de persuasión:

- Tal vez se lo podéis pedir a otro miembro de la orden.... ¡Ah! - dijo Tonks poniéndose una mano en la boca, y fingiéndose apenada. - Se me olvidaba, ¡No podéis! ¡Les habéis ocultado lo que le pasó a Dumbledore!, y supongo - se sentó sobre la mesa - que no queréis que se enteren, sino no habríais montado ésta reunión ultrasecreta. ¡Pero sabéis lo torpe que soy! - se golpeó la cabeza con la mano - En cualquier momento se me puede escapar, que tenéis secretos para la orden, y.....no creo que se lo tomen muy bien. - Terminó de sobreactuar con una sonrisa.

- ¡Vaya! - dijo Moody - La niña es una chantajista. ¿Qué hacemos Remus?

- Ceder a chantaje, ¿Qué otra cosa podemos hacer?

- ¿Entonces me elegís a mí?...Bien, bien, bien......

Tonks corría y saltaba por toda la habitación. Ya tenía su misión y era todo un reto. De repente se detuvo y dijo:

- Por cierto ¿Qué le ocurre a Dumbledore?

- Mira Alastor, nos chantajea, y ni siquiera sabe con qué - rió Lupin sonriendo y señalándola con la mano.

- Dícelo Remus, - dijo Moody - total, se va enterar de todas maneras, ¡con lo cabezota que es!

- Bien, - empezó a decir Lupin – te lo diremos. El viernes pasado Albus Dumbledore estaba en el despacho de Snape conversando con él, cuando de repente se desmayó. Al despertarse, su mente era la de un niño de dos años.

- ¡Dios mío! .- exclamó Tonks llevándose las manos a la cabeza - ¡Eso es terrible!

- Sí que lo es - continuó Lupin - Imagínate si el enemigo se entera de nuestra debilidad: Atacaría enseguida. Además sería un golpe muy fuerte para nuestra moral, que ya está bajo mínimos. Por eso, lo mantenemos en secreto.

- Pero ocultar esto es casi imposible - dijo Tonks - El profesor Dumbledore tiene muchos compromisos todos los días, y además está Hogwarts. Remus la gente empezará a sospechar cuando no lo vea.

- No si alguien se hace pasar por él.

- ¿Y quién se está haciendo pasar por él?

- Yo - dijo Snape dejando a Tonks con la boca abierta.

- Tonks, ¡Tonks! - la llamó MacGonagall. Tonks volvió a la realidad y la miró - El lunes empezarás a dar clase, pero pásate el viernes antes de la cena para que Severus te diga lo que tienes que hacer.


Ya en el castillo, Snape se disponía a ponerse su camisón gris de los jueves para acostarse pronto. Se sentó en el borde de la cama y se puso a recordar cierta clase de pociones de algunos años atrás.

- Señorita Nimphadora Tonks. Creo que las instrucciones de la poción están muy claras en la pizarra. ¿Cree que será capaz de leerlas antes de hacer algún desastre? Que no se repita lo de la semana pasada. - Snape señaló a la pizarra dónde se leía "Poción limpiadora de plagas mágicas"

Tonks pensaba en lo mal que sonaba su nombre en boca de ese hombre que la asustaba tanto. Snape se alejó de allí moviendo la cabeza disgustado, para ver como iban otras pociones.

La poción de Tonks que debía ser de un verde azulado, se estaba tornando de color naranja. La asustada Tonks, que a esa edad no dominaba sus poderes todavía, cambiaba de color según su estado de ánimo. En ese momento se estaba volviendo tan naranja como su poción, pero no solo su pelo era naranja, su cara y sus manos también estaban igual de coloreados. Los Slytherin, con quienes compartían las clases de pociones los Huffelpuff no paraban de reirse. Incluso algunos Huffelpuff también se reían de la pobre de Tonks. Tonks, toda teñida de naranja, y con lagrimitas y gotitas de sudor corriéndole por las mejillas anaranjadas, se dispuso a echar en el caldero el último ingrediente que tenía en la mano: Un escarabajo pelotero que estaba todo apretujado, por la presión que había hecho con sus dedos al sentirse tan humillada.

¡ PATAPUM !

Ahora toda la sala y los alumnos estaban teñidos de naranja. El joven profesor Snape, con manchas naranjas en la túnica, fue hacia donde estaba la ultranaranja Tonks, y se puso delante de su caldero con los brazos en jarra.

- Lo siento, pero es que...-– se oyó la voz de la niña sollozando.

- ¡Lea a partir de las larvas de araña! - ordenó Snape señalando la pizarra.

- Añadir dos larvas de araña, remover durante cinco minutos suavemente, y añadir una pata de escarabajo pe....., lo siento.

- Eres una completa inútil. No solo eres la peor estudiante de tu curso, eres la peor estudiante de pociones de la historia de Hogwarts. No se puede ser más torpe y estúpida que tú. Te quedarás a limpiar éste desastre, - Se oían risas de los Slytherin y también de los Huffelpuff – y pobre de ti que no quede bien. Y para mañana quiero un ensayo sobre la poción que se suponía tenías que haber hecho . - Snape se volvió para mirar a sus Slytherin reírse, y también vio a los Huffelpuff - ¡Ah! Y se me olvidaba, cincuenta puntos menos para Huffelpuff. - Todos los Slytherin se reían a más no poder, los Huffelpuff ya no. Miraron con enfado a la que siempre les hacía perder puntos en esa clase.

La Tonks actual recordaba al mismo tiempo que el actual Snape, la horrible clase, preludio de otras peores, mientras se tapaba la cara con la manta:

- Debo volver a Hogwarts a superar éste trauma, y demostrarme a mí misma y a los demás, todo lo que soy capaz de hacer. Mi torpeza y mi inseguridad empezaron allí y allí tienen que terminar.

El Snape actual pensó horrorizado en los desastres que esa niña, haría en su clases:

- No sé. Tal vez debí ser más responsable y no permitir ésta locura. Pero bueno... - encogiéndose de hombros y metiéndose en la cama - no es asunto mío. Porque ahora soy el profesor de defensa. - Y con una sonrisa en la boca, se durmió.


FIN DEL CAPÍTULO 7