EN EL CAPÍTULO ANTERIOR: Mary Sue confiesa, y junto con Snape preparan el antídoto


CAPÍTULO 21

En las primeras horas del viernes, dieron con el antídoto. No les fue difícil retomar el trabajo que habían empezado muchos años atrás, y que había quedado interrumpida poco antes de su culminación. Con el antídoto se dirigieron los dos a la enfermería donde se encontraron a todos dormidos, tanto los enfermos, como las profesoras, como la muggle.

- Mejor. Así no estorbarán. – apreció Snape mientras llenaba un gotero con la cantidad exacta de antídoto, que según Mary era la recomendada. Sin pensarlo dos veces, obligó a MacMillan a tragarse el contenido mientras aún estaba dormido, y ni siquiera se despertó.

Lo mismo iba a hacer con Tonks que estaba en la cama de al lado, pero cuando miró hacia ella, la bebé Tonks tenía los ojos muy abiertos y lo miraba asustada . Snape se acercó y ésta empezó a llorar. Estaba claro, que había que usar otra estrategia distinta a la que había usado con MacMillan.

- Severus ¿qué pasa? - Dijo MacGonagall al despertarse

- ¿Tienes el antídoto? – preguntó Ponfrey

- Sí, así es. Se lo he dado a MacMillan sin ningún problema, pero la niña se ha despertado. Necesitaré ayuda para dárselo.

Entre las profesoras, Ponfrey, y Snape intentaron hacerle tragar el antídoto a Tonks, pero no hubo manera. La niña lo escupía, mordía y se defendía como una leona. Tuvieron que desistir.

- ¿Y si lo haces por las buenas? – dijo Sprout a Snape en forma de pregunta – Severus, acércate a ella hablándole con dulzura

Snape gruñó. No estaba acostumbrado a hablar dulcemente a nadie, y menos aún con público que pudiera echar por tierra su fama de ogro gruñón. Pero quería curar a Tonks. Eso era lo primordial. Así que, después de meditar un momento, los que estaban en la enfermería lo oyeron hablar con un tono de voz que jamás antes le habían escuchado.

- Tonks. ¡Eh! Tonks. Tranquila. No te voy a obligar a tomártelo, ¿Ves? – Snape puso el gotero en la mesa de al lado de la cama, y le enseñó las manos vacías. Mientras tanto Tonks lo miraba con los ojos muy abiertos. - Te has puesto enfermita en la clase, ¿te acuerdas?

- ¡PUM! - dijo Tonks

- Sí, - le contestó Snape – Es una buena manera de decirlo, el caldero hizo PUM, y a ti te alcanzó. Pero yo quiero que te pongas buena, todos lo queremos ¿verdad? – Todos los que estaban alrededor la miraron sonrientes, y Tonks los miró a todos, y también sonrió.

Snape, viendo la sonrisa de la chica pensó que ese era el momento para dárselo. Se sentó en el borde de la cama junto a ella, y le mesó el cabello con dulzura mientras le decía - Niña buena, niña buena...- Así estuvo un rato hasta que al final dijo: - Y ahora... la niña buena Tonks se va a tomar el jarabe.. – Tonks volvió a apretar los labios. Pero a Snape se le había ocurrido ya una solución. Desde hacía unos días llevaba en los bolsillos caramelos de limón para dárselos a Dumbledore. - .... Y si Tonks es buena, yo le daré éste caramelo ¡Rico! ¡Uhmmm! ¡Qué rico!

- ¡Caamelo ¡ – exclamó Tonks

- Pero primero el jarabe – Dijo Snape sonriendo sabiéndose triunfador. Los ojos de Tonks iban del caramelo al jarabe, del jarabe a Snape, y de Snape de nuevo al jarabe. Por último miró a Snape y sonrió.

Snape pudo darle el antídoto y regalarle el caramelo, y mientras la chica volvía a quedarse dormida, también le regalaba su última sonrisa del día. Después se volvió a mirar al resto que no podía creer que ese fuera el profesor de pociones, pero que terminaron de convencerse en cuanto volvió a gruñir y a fulminarlos con la mirada.

- ¿Cuándo hará efecto el antídoto? – Preguntó Ponfrey

- En una hora despertarán completamente recuperados – le contestó Mary Sue

- ¡Vámonos George! – Le dijo Snape –Dumbledore nos espera.

- Mi nombre es Mary

- Y después dicen que yo soy raro...


Lupin se pasó toda la noche sin pegar ojo. Moody había estado con él un rato por la noche, pero tuvo que marcharse al cuartel, porque no había nadie haciendo guardia, pero Lupin se quedó en Hogwarts en su refugio personal, la casa de los gritos. Tuvo muchos pensamientos deprimentes en la deprimente casa, y antes de que el sol saliese volvió al castillo para preguntar como seguían Tonks y MacMillan.

Caminando por los largos y un pelín deprimentes pasillos de Hogwarts, iba pensando en la mala suerte que lo había perseguido en todo lo que había hecho en la vida, y en especial en sus relaciones con las mujeres. Y ahora que por fin había conocido a la mujer de su vida, resultaba que era un hombre. ¡Un hombre! Y además, el que había provocado ese embrollo de Dumbledore ¿Cómo alguien como él había sido tan ingenuo como para no darse cuenta? ¿Le había fallado sus instintos animales? ¿Cómo había estado tan ciego?... y por otra parte era imposible darse cuenta. Era la mujer más femenina que había conocido....

- ¡Qué no es mujer! ¡Es un hombre! – dijo en voz alta sin darse cuenta.

Siguió con sus pensamientos ahora imaginado lo que la gente diría de él. Lupin sabía que en el mundo muggle esas cosas no importaban tanto, pero no aquí ¿quién iba a comprender en el mundo mágico lo que le había ocurrido? ¿Qué diría la gente?

- Si la amo, pero no puedo aceptarlo. Quería que fuera comprensivo con ella, quería que aceptara algo que va en contra de todas las normas establecidas en le mundo mágico. ¡Pues no! ¡Ni hablar! ¡Yo no voy a aceptar nada parecido!

Siguió caminando por el pasillo, y escuchó que de una de las aulas que había en la parte izquierda del pasillo salían dos voces femeninas que estaban hablando. Una de ellas además estaba llorando. Lupin no sabía si entrar por si podía consolar a quien fuera, o pasar de largo para no importunar a quien estaba llorando. Mientras se decidía se quedó escuchando:

- ¡Ánimo Astra! – Le decía Trelawney a Sinistra – que ningún hombre merece las lágrimas de una mujer.

- Pero Sybill. ¡Es que yo lo quiero! – Decía Sinistra entre sollozos desconsolados – Me la ha vuelto a pegar. Ese maldito de Vector está con otra mujer Buahhhhh!!!...... No le basta conmigo, con la niñata de Tonks, con la pendona de Rosmerta la de Hogsmeade, con las elfas domésticas ... Ahora está con una muggle. ¿Te das cuenta Sybill? ¡Una muggle! No se puede caer más bajo. ¡¡¡Buahh!!!

- Sí, es muy duro, tienes razón. Victor se ha portado muy mal contigo. Pero yo lo estaba viendo venir, amiga mía, y mejor que te dieras cuenta ahora que más tarde. Él no te merece, no.

- ¿Pero qué quieres que haga? Yo lo amo. Pero dice que soy muy vieja... No quiere que la gente lo relacione conmigo porque soy mayor que él. Me ha dejado ¡¡¡Buahhh!!!

- ¡Pobre Astra! ¡Qué malo es Vector! – dijo Trelawney con todo el desprecio del mundo en su voz - ¡Ay! El amor. ¡Qué cosa tan complicada! Tanto que la mayoría de los que pasamos por el mundo, no logramos entenderlo realmente....

- Pues yo sí sé que amo a Victor.

- Querida amiga. Los hombres son muy difíciles de entender. Dicen que nosotras somos complicadas, cuando lo único que hacemos es dar cariño y esperar que nos den lo mismo. Mientras que ellos se pasan la vida buscando la mujer perfecta que realmente ni existe, sin darse cuenta que muy probablemente ya la han encontrado. Victor no se da cuenta de lo que tiene. Una mujer inteligente, y bonita que lo adora, y le da todo lo que podría desear.

- ¡Que bonito es lo que has dicho Sybill! – dijo Sinistra enjugándose de nuevo sus lágrimas

- Y es la verdad, mujer. Algún día encontrarás algún hombre con la suficiente inteligencia para comprender lo mucho que vales. Que el amor es algo tan difícil de encontrar, que no se puede rechazar si te lo ofrecen. – sonrió Trelawney mientras lo decía.

- ¡Vaya Sybill! Pensaba que tú solo hablabas de bolas de cristal, y de cartas de tarot. No imaginaba que supiese de éstas cosas.

- ¿Por qué todos pensáis que no tengo los pies en el suelo? A mí también me han roto el corazón alguna vez, pero se aprende de eso. Mañana verás las cosas de otra manera.

Sinistra se calmó un poco, y Trelawney continuó diciendo:

- Ésta noche hay una conjunción muy interesante de mercurio y venus. Es un momento propicio para darle una patada en el trasero a tontos de sexo masculino en general y a novios antiguos en particular. Si te parece podemos ir a mi torre para ver el firmamento, y el acontecimiento celeste. ¿Qué te parece Astra?

- Me parece buena idea, aunque no creo, como tú bien sabes, que las estrellas tengan algún influjo sobre nadie, en éste caso creo que tienes toda la razón. Los hombre que no son capaces de reconocer el verdadero cariño de nosotras, se merecen una patada en el trasero – Dijo Sinistra con una leve sonrisa.

Lupin pasó de largo antes de que las dos que estaban hablando se dieran cuenta. Hasta ese momento, solo había pensado en el problema de su relación con Mary desde el punto de vista de los contra. Pero no había tenido en cuenta que Mary lo amaba. Como Sinistra amaba a Vector. Y Vector no se daba cuenta de lo que estaba dejando pasar al despreciar a Sinistra de esa forma.

Lupin se sorprendió a darse cuenta de que se encontraba en un caso similar al de Sinistra y Vector.

- Vector desprecia a Sinistra porque es mayor que él, y yo estoy haciendo lo mismo con mi Mary, por otra razón, eso sí, pero en el fondo le estoy haciendo lo mismo. – se dijo para sí mismo - Pero yo no soy como Vector. Yo si amo a Mary y no voy a dejar que el miedo a lo que diga la gente vuelva a coartar mi vida. Por lo menos, voy a afrontar esto hablando con ella.

Llegó a la enfermería y todo el mundo estaba celebrando que Tonks ,MacMillan y Dumbledore que lo había trasladado allí, se habían recuperado. Con un gesto le dijo a Mary que saliera, y ésta así lo hizo.

Una vez fuera fue Mary la que empezó a hablar:

- Entiendo como debes sentirte. Te dije en la carta que te envié cuando te marchaste de mi casa el domingo pasado, que si tú no tenías valor para afrontar lo que la gente diga, yo tengo suficiente valor por los dos.

- Yo no sé si soy capaz, Mary. Es muy difícil aceptar eso.

- Lo sé. Pero creo que primero deberías escucharme.

- Para eso estoy aquí. – dijo Lupin - Me gustaría que me dieras una explicación.

- Sí. Tienes todo el derecho del mundo a conocer toda la verdad. Verás: Desde que era un joven, me faltó el valor para todo. Era el perfecto chico, estudioso, callado, educado. Todo para que no descubrieran lo que realmente llevaba dentro. Ésta mujer que ves. Cuando crecí seguí igual. Llevaba una vida perfecta, pero vacía, y todo porque era un cobarde. Esa es la razón por la que no traté de llevar a cabo mi venganza entonces.

No fue hasta éste mismo año en que comprendí que no puedo perder el resto de mi vida mintiéndome, así que tomé la decisión de convertirme en lo que siempre he sido. Una mujer. Y fue entonces cuando todo cambió. Ya no tenía miedo, lo podía afrontar todo, incluso el asesinato de mi padre. Como hombre era un cobarde. Como mujer soy la más valiente de todas.

- Y también la mas linda.

- ¿Eso quiere decir que lo comprendes? – preguntó Mary esperanzada

- No. Sigo sin comprenderte, pero no puedo negar que te quiero. Intenta darme algo de tiempo.

- Yo te doy hasta mi vida si la quieres. ¿cómo te voy a negar algo de tiempo? – los dos sonrieron y siguieron hablando del asunto.


A media mañana del viernes, Albus Dumbledore quiso volver a su despacho. Pidió a Snape y a MacGonagall que lo acompañaran para que le contaran todo lo ocurrido desde el "accidente del caldero".

Después de dejar a Dumbledore asombrado por todos los disparates que había hecho durante ese mes, éste se dirigió a Snape:

- ¿Así que dejaste pociones por defensa? ¿Y recomendaste a Tonks como profesora de pociones? ¿¡Y Tonks ha sido la profesora de pociones todo éste tiempo!? ¡Estoy asombrado!

- Sí,... – dijo MacGonagall defendiendo a Snape y asombrándolos a todos aún más - Pero solo temporalmente. Hasta que encontremos un sustituto. O hasta que Severus vuelva a ser el maestro de pociones... , como debe ser.

- Yo no vuelvo a ser el profesor de esa materia en mi vida. ¡Odio pociones!

- ¿Un sustituto? – Dijo Dumbledore pensativo y con mirada pícara típica – Si Severus no quiere volver a ser el mestro de pocioens, tal vez podamos encontrar un sustiturto.... ¡Severus! tráeme a Mary Sue, la encontrarás paseando con Lupin pcerca de la casa de los gritos. – Snape obedeció sin rechistar y se marchó.

- ¿Vas a meter a esa travestí aquí para dar clases? – Preguntó horrorizada MacGonagall - ¿de verdad que te has recuperado, Albus?

Dumbledore rió y no le respondió. En lugar de eso habló de otros temas más triviales:

- Minerva ¿Has visto qué bonita se ha puesto la Abubilla rosa del Damasco que me regaló Rose Sprout? Mira. Éstas púas tan gorditas, son la parte mascul....

Después de un rato esperando llegó Snape con Mary Sue. Ésta al ver al director se deshizo en disculpas. Éste con su voz más severa le dijo a Mary Sue:

- No has obrado bien Mary, y sé que lo sabes. Pero no te vamos a denunciar a los aurores, porque tú misma fuiste la que encontraste el antídoto, y arreglaste lo que habías hecho. Pero después de todo, necesitas un pequeño castigo. Durante lo que queda de año, serás la profesora de pociones para todos los curso. Espero que estés de acuerdo.

Por supuesto que estuvo de acuerdo, y una vez que se hubo marchado la ya nombrada nueva profesora de pociones del despacho, Dumbledore pidió a MacGonagall que hiciese todos los arreglos para celebrar un banquete esa misma noche, como el de la inauguración del curso – Es que yo no estuve – puso como excusa el director, y tanto MacGonagall como Snape aceptaron su orden sin rechistar y felices porque el director y sus excentricidades, había vuelto. MacGonagall se marchó para hacer todos los preparativos, pero Snape no se movió. Se quedó de pie enfrente del escritorio mirando a Dumbledore. Quería decirle algo:

-¿Qué te pasa Severus? ¿Sucede algo más?

- Albus. Tengo que pedirte algo.

- ¿Qué pedirme? Tú dirás.


Por la tarde, un par de horas antes de la cena de inauguración, Tonks terminaba de recoger sus cosas del despacho que había ocupado solo tres semanas. Había conseguido todo un récord: Ser la profesora de Hogwarts que menos había durado en su puesto. Estaba sellando mágicamente la última caja, cuando llamaron a la puerta.

- Adelante.

Era Snape que se quedó mirando asustado el papel de ramajos marrones con el que Tonks había empapelado el despacho

- Veo que conseguiste decorar el despacho. Te ha quedado impresionante.

- Ya sé que es horrible – dijo Tonks con enfado en su voz

- Quizás le guste a la tal Mary Sue. – dijo Snape y esperó a que Tonks dijera algo, pero parecía que ella no quería hablar con él. Así que continuó hablando - ¿Te quedarás al banquete?

- No. Ya me siento muy mal como para tener que escuchar delante de todo Hogwarts la presentación de la nueva profesora: Ésta es Mary Sue – dijo Tonks imitando la voz de Dumbledore – Será vuestra nueva profesora de pociones, y sustituirá a "mala pata Tonks" que ha hecho honor a su apodo.

- Tú querías marcharte. Tú renunciaste.

- Después de que tu me humillaras otra vez.- Dijo Tonks con una voz muy triste

- Eh... He sido muy amable contigo. Incluso te ayudé con tus clases cuando tú ni siquiera me lo pediste.

- Sí te pedí ayuda. Lo que pasa es que entonces te disfrazabas de Dumbledore

- ¿Así que te diste cuenta de que era yo?

- Eso sí que fue jugar sucio – Tonks estaba muy enfadada – Encima de humillarme te reíste de mí en mi cara. ¡Pero a mí no me engañaste del todo! Porque me di cuenta de que eras tú el último día. ¡Te lo debes de haber pasado en grande riéndote de mí!.

- Sí. La verdad es que me gustó – Tonks lo miró con furia, así que Snape intentó arreglarlo un poco – Me gustó por una vez ser simpático y agradable. Ensayar contigo me ha servido mucho para hacer más creíble mi papel de Dumbledore. Ahora me cuesta un poco menos sonreír.

- Eso no me hace sentir mejor ¿sabes? – Todo el mundo sigue pensando de mí que soy una torpe.

- Eso no es verdad. – Dijo Snape muy serio – Hay una persona en Hogwarts que piensa que no eres tan torpe

- ¿Quién tú? – Dijo Tonks ilusionada.

- ¿Yo? Claro que sigo pensando que eres muy torpe. Me refiero a Dumbledore. Hace un rato ese viejo loco me ha llamado a su despacho para pedirme otra de sus locuras. No está nada convencido de que una "loca" como Mary Sue ocupe el puesto de pociones, así que , me ha pedido a mí que vuelva a mi viejo puesto de pociones y que tú te encargues de defensa. ¿No te parece una locura?

- ¿Yo profesora de defensa? – dijo Tonks ilusionada - ¿Y tú que le has dicho?

- ¡Qué le iba a decir! Que sí. Yo obedezco todo lo que me pide Dumbledore. Aunque yo solo acepto si le puedo devolver la dignidad a mi despacho. Prefiero el negro a eso que tu llamas decoración.

- Y yo – Estuvo conforme Tonks.

- Si estás conforme, ve a decírselo a Dumbledore, que te está esperando en su despacho

- Voy enseguida – Y Tonks salió corriendo hacia la puerta del despacho, pero antes de salir se volvió sonriente hacia Snape diciéndole – Gracias Severus.

- No hay de qué Nymphadora – Contestó Snape que por un segundo sonrió sin darse cuenta, pero que enseguida volvió a su natural mirada de desprecio.


Tres semanas exactas después de lo que le pasó a Dumbledore, los elfos prepararon un banquete con un menú igual al del día de la inauguración. Los profesores y los alumnos se vistieron de gala, aunque salvo tres alumnos, ninguno supo jamás el porqué de ese banquete.

Cuando iba a comenzar el banquete, y antes de que se sentaran los profesores en su mesa, Hagrid apareció por la puerta de regreso de su viaje, para delirio de los tres Gryffindor que salieron corriendo a abrazarlo . Después de los abrazos Hagrid se dirigió a la mesa de los profesores en dónde Trelawney y Sinistra lo agarraron por los brazos:

- Hagrid siéntate con nosotras, por favor.- Le dijo Trelawney

- Sí. Hagrid, por favor – la apoyó Sinistra – que te hemos echado mucho de menos.

Y entre las dos lo obligaron a sentarse en el asiento que antes le reservaban para Vector.

En el centro de la mesa se sentó Dumbledore que sonreía a todos. A ambos lados de él, los jefes de las cuatro casas. Al lado de Sprout, Filch cogidos de la mano, y al lado de Flitwick, Tonks con una sonrisa radiante.

Y Vector tuvo que conformarse con el asiento del final en el que se sentaba antes Grubbly-Plank, y dónde se pasó la noche entera muy calladito y gruñendo.

- Bienvenidos un año más a nuestro querido Hogwarts – dijo Dumbledore levantándose de su asiento.

- Dumbledore ha perdido la cabeza ¿lo habéis oído? – Dijo Malfoy al resto de los Slytherin

- Definitivamente éste año, algo pasa con Dumbledore – Dijo por su parte Finnigan en al mesa de los Gryffindor.

- Éste curso – continuó Dumbledore – tenemos un par de novedades. La primera es que nuestro querido profesor Snape regresa a su puesto de profesor de pociones – Dumbledore aplaudió solo – La segunda es que tenemos nueva profesora de Defensa contra las artes oscuras: La profesora Tonks. – Hubo un gran aplauso en el salón que Tonks contestó con una sonrisa.

Snape la miró y la vio tan feliz que se alegró de haber pedido a Dumbledore que permitiera a Tonks quedarse, a cambio de que él regresase a su antiguo puesto de pociones. "Seguramente ya nunca más volveré a ser maestro de defensa, pero a cambio podré verla todos los días del curso. Nunca se enterará de lo que he hecho por ella, porque siendo tan despistada no se habrá dado cuenta, pero verla feliz y cerca de mí es compensación suficiente para mí"

Cuando Snape volvió a mirarla, Tonks le sonreía con ternura y sin emitir ningún sonido le decía:

- Gracias Severus – Que Snape leyó en sus labios claramente, y a lo que contestó de la misma manera:

- No hay de qué, Nymphadora.

FIN


Se acabó. Ya solo me queda agradecer que hayáis llegado hasta aquí. Un beso enorme para todos/as

Meilin Me ha encantado conocerte. Lo que más siento es que ya se acabaron los reviews que me mandabas y que me hacían reír mucho. Pero como consuelo me queda que seguiré leyendo tus fics. que supongo que algún día actualizarás... ¿no? Gracias y muchos besos.

Idril ¡Ay! me pides que Lupin no acabe con ya sabemos quién, pero es que me da pena dejarlo solo. Me ha encantado que hayas seguido ésta locura de fict. Te agradezco la paciencia con la que has seguido mi fict. hasta el final, y no dejaremos de estar en contacto, porque yo sigo tu fict, así que a ti te digo hasta luego. Un beso enorme.

Ginny84 Yo sabía que eras vecina mía pq una vez se lo comentaste a Caro Snape, pero se me pasó decirte que yo también soy sevillana. Gracias por leer mi fict. y espero que coincidamos por ahí en otro fict. ¡Ehy! que he terminado antes de feria. No me lo creo ni yo. Muchas gracias y un beso grandísimo.

Dany Black Gracias por los reviews, tú te has unido al fict. al final, pero me alegro de haberte podido conocer. Un beso y espero que volvamos a coincidir.

Black Lady Gracias Por la postal navideña. Y gracias por haber leído el fict. Nos seguiremos viendo en tu fict. que voy muy atrasada. Un beso.

Dimebonitareina Espero no haberte decepcionado demasiado con el misterio, pero una no da para más. Un beso.

Marissastack Ahora empiezo con tu ficrt. Un beso.

Marth No sé si terminaste de leer mi fict, pero por lo menos seguiremos en contacto por que sigo leyendo el tuyo de Voldemort. Un beso.

Vaina ¿qué ha sido de ti? Te eché de menos. Un beso.

Altariel de Valinor Gracias por leer mi fict. Un beso.

Nabiki Espero que te haya gustado mi fic. Un beso enorme.

Eve No sé si leíste hasta el final, pero por si acaso sí, gracias. Un beso.

Mipsy Black Gracias por leer mi fict hasta el final. Besos.

Caroline Holish Gracias por tu review, y leer hasta el final( si lo has hecho)

Rashi Gracias por leer mi fict. Un beso.

Naexass supongo que no leerás esto, pero por si lo lees: lamenté que dejaras de escribir. Un beso.

Edisev No creo que hayas leído esto, pero muchas gracias si lo hiciste.

Lars Black La jefa de la comunidad "historias completas" ¿no? No recordaba que me mandaste éste review, Gracias.

Nariko-chan Dudo que terminaras de leer el fict. pero por si acaso gracias.

Katie-Soul-Sieth He vuelto a leer tu review, y de verdad que te lo agradezco. Un beso enorme.