Siento la tardanza, perdon!!!!!
Capitulo 2.
La Gryffindor sonrio tierna. Su principe oscuro llegaba en su Nimbus, con aquellos cabellos rubio platino mesandose al viento. Se mordio el labio inferior, mientras salia de su escondite en medio de la plaza desertica de Hogsmeade, al amanecer del dia de Navidad. Se miraron en silencio estudiandose con una mirada minuciosa, y Draco internamente tubo que reconocer -no abiertamente- que la ropa Muglle era muy sexy. Demasiado. . .
- Tu es belle, magiquement parfaite, petite (Estas hermosa, magicamente perfecta, pequeña) -la elogio con una sonrisa impetuosa.
Si Hermione Granger hubiera sido del linaje Weasley, a estas alturas, no habria diferencia, entre su rojo cabello y su rostro. Draco asancho su sonrisa diablesa aún mas, a la vez que rodeaba la fina cintura de la Gryffindor con un brazo, y apretaba el traslador, que era su anillo. Ambos desaparecieron en un remolino multicolor, a Francia, Paris. Ciudad del amor.
Aparecieron en un callejon, de una pequeña plaza oscura que daba hasta la Avenida en donde se presentaba el hermoso rio Sena. Se sonrieron complices.
- Jouissons de notre petite liberté (Disfrutemos de nuestra libertad, pequeña) -le ofrecio cuando sus labios se acercaron al oido de la Gryffindor, cosa que aprovecho, para aspirar el aroma de sus cabellos. A Lavanda, esa fragancia, pàrecia enrredarse en sus pulmones, suspiro besando su mejilla.
Hermione se sintio contagiada de aquella sonrisa que pocas veces capturaba en el rostro del Slytherin.
- Draco clair, de la nous jouirons. Nous Allons! (Claro Draco, la disfrutaremos ¡Vamos!) -exclamo cogiendo su mano y hechando a correr.
Y Draco rio, como hacia mucho que no lo hacia. Las bellas calles de Paris tapizadas a la antigua, su fragancia a perfume frances impregnado en el aroma. Mientras. . . ellos corrian detras del otro, persiguiendose, abrazandose, mimandose, al aire libre. La ciudad del ensueño los acogia con su embriagante ambiente que los hacia desear mas.
Pero entonces, la lluvia de invierno, digna de arruinar cualquier fiesta incluida Navidad, los sorprendio.
- Merde! (N/A: No hace falta traduccion verdad? xd) -exclamaron ambos jovenes ocultandose bajo el techo de una heladeria.
Sin embargo Draco demostrando aquella diablesa sonrisa que lo caracterizaba, la abrazo, pero de manera intima. Rodeados de espectadores.
- Draco. . .
- Pequeña, he leido que si el frio te pasa a la sangre y esta va a tu corazón, podrias sufrir una parada cardiaca -se excuso con una sonrisa, ocultando su rostro entre aquellos rizos que encontraba tiernos- Solo te salvo la vida, trasmitiendote el calor de mi cuerpo -añadio en un susurro conspirador.
- Eres un. . .
- ¿. . .encantador Slytherin que hace que todos tus sueños se hagan realidad? -pregunto con una sonrisa incorrecta.
Draco Malfoy era un bribon, de eso Hermione no tenia duda, pero un bribon que cuando queria resultaba irresistible y encantador. ¿Quien podria negarse a aquella sonrisa de seductor empedernido y esa mirada tan profunda que Hermione creía que desnudaba su alma inconcientemente?
- Oui homme (Si hombre) -susurro a la vez que juntaba sus rojizos labios con los de Draco.
- Quoi? (¿Qué?) -pregunto antes de verse envuelto en el beso.
El frio los congelaba, pero parecia que el calor se concentraba en el interior de la boca del otro. Se hayaban calidas, dulces y embriagantes. Ajenos al espectaculo que estaban montando inconcentemente, los brazos de Draco se ciñeron a la cintura de Hermione, mientras devoraba sus labios impetuoso, descarado y bribon, pero con amor, que motivaba aquella pasion dulce y desconocida, que entiviaba el corazón del Slytherin. Que ciego habia sido. Por Salazar, esa chica era a la unica que necesitaba para vivir, el mundo ya habia dejado de existir, cuando ella decidio esa noche confusa de Luna llena, besarlo como tanto habia ansiado, y el habia esperado. Desde aquel baile de cuarto curso. Desde aquella noche, bajo a su infierno personal, la confusion y aquella desconfianza natural que poseia el menor del linaje Malfoy, aún habitaba en él. Pero aquello no bastaba, ni siquiera los mismos Dioses, podrian separarla de su dulce leona, porque ahora que que por fin la habia encontrado, no la iba a dejar escapar facilmente, y que Dios tubiera piedad con quien osara intentarlo, porque la piedad dejaria de prevalecer en él. Ella era suya, y eso nadie podria cambiarlo.
El hilo musical del local en donde se encontraban franqueandolo con sus cuerpos refugiandose de la lluvia llego a sus oídos. Inconcientemente se balanceaban, dando pequeños pasos, siguiendo el compas de aquella balada.
Con aquella balada aun en sus mentes, decidieron dar rienda suelta a su deseo al llegar de nuevo a Hogwarts. Draco repartia besos veloces por el cuello de la arrinconada Gryffindor, quien se hayaba con la espalda pegada a la pared de su habitación.
- No pares -exigio con voz ardiente la Gryffindor- Nunca lo hagas. . .
Aquel malicioso licor Irlandes llamado Wisky, corria vertiginosamente por el organismo de los dos cuerpos. Las manos expertas de Draco, suave terciopelo, con la caricia de una pluma, recorrieron todo su cuerpo. La cargo a la cama de sabanas de seda verde.
- No lo hare pequeña, nunca lo hare -devoro con ansiedad aquellos labios que se hayaban encendidos de sus propios besos.
La ágil mano de Draco se escurrio en los interiores de su vestido rojo, a la vez que sus labios lamian el escote de la chica que jadeaba incontrolada, presa de aquel deseo. Le creaba instintos nunca conocidos: cariño, lujuria, amor, pasión. . . su cuerpo era un cumulo de sensaciones que deseaba ser vaciado de deseo, del deseo que sentia hacia él.
El vestido rodo a los pies de la muchacha, seguido de los pantalones, camisa y corbata del Slytherin, teniandola bajo su cuerpo desnuda, en las mismas condiciones que se encontraba él.
La noche sabe a tu piel, y quema,
entre tu cuerpo le doy forma al deseo
Nos devora el amor y así me quedo yo.
El viento arranca las palabras que sobran,
Cuando tu cuerpo ya dibuja mis labios,
todo mi cuerpo huele a tí.
Y necesito ser deseo en ti
amanecer desnudo entre tu abrazo
sentir tu cuerpo dulce entre mis labios.
Y necesito descubrir tu piel
latiendo cerca de mi corazón
dejando besos que te has inventado
para hablarme de amor.
Entre el calor tu cuerpo espera mi cuerpo.
Ya somos lo que pide el deseo
y nos que quema el placer entre la piel.
El vientro juega con tu pelo en mis manos,
te toco y siento que soy fragil de nuevo,
todo mi cuerpo huele a tí.
- ¡Papá! -grito Virginia Weasley exasperada por aquel afan de aprender de su padre, por todos los articulos Muglles.
Ron y Harry estallaron a carcajadas al ver a Arthur Weasley con cara de pocos amigos peleandose con el control remoto de su nueva television, regalo de Remus J. Lupin.
- ¡Trae para acá!
Los gemelos Weasley hicieron su aparacion estelar arrebatandole el control a su progenitor, y apretaron como todo unos profesiones de los cacharros muglles el boton del "On".
- Eso señor Weasley se llama un boletin informativo -le informo Harry al ver la mirada desorbitada de Arthur, ¿Acaso la torre Iffel se habia introducido en esa cajita?
"Enamorados de todo el mundo, vienen a disfrutar del bello Paris, como cita ideal de esas fiestas. Nos encontramos frente a la mitica torre Iffel. Y fijaos, miles de enamorados, a los pies de esta magestuosa obra de arte se encuentran en medio de su idilico momento, hecho romance. Acerquemonos a uno de esos enamorados, para que nos digan cuales son sus impresiones."
El silencio cayo sobre la madriguera, no porque estubieran interesados en ver como dos jovenes se besaban descaradamente. Sino al ver las identidades de esos jovenes. El rostro de Ronald Weasley enrrojecio de ira, sus ojos azules brillaron con furia desatada. Una muchacha castaña estaba siendo entrevistada por la reportera, a su vez que unos brazos palidos, de los que era dueño un rubio platino, la abrazaban posesivamente, mirando el microfono con cara de evidente asco.
"¿De donde soys?"
"Somos ingleses" -gruño Draco con una mirada iracunda- "Y queremos intimidad" -añadio en tono de no admitir replicas.
La reportera se recupero de su perplejidad segundos despues, Hermione se apresuro a corregir el mal caracter de su chico.
"Esta ciudad es preciosa" -añadio con una sonrisa luminosa- "Es un placer, estar aquí este dia"
Pero la entrevista no pudo seguir. Ronald Weasley habia arrancado el enchufe de la recien instalada toma de corriente.
- ¡VOY A MATAR A MALFOY! -grito a punto de explotar.
