Título: El pasado que vuelve.

Capitulo 5: Recuerdos.

Negación: Siempre se me olvida ponerlo, pero sigue siendo lo mismo: ninguno de los personajes originales de Ranma ½ me pertenecen, sólo aquellos que no tienen nada que ver con la historia original son míos, así como el trama de esta historia, y nada más así que ya saben!!

Resumen: Akane se reencuentra con un viejo amigo de la infancia, pero parece haber más que amistad, Ranma no esta muy a gusto con esto, pero no le queda más que esperar. ¿Qué pasara en el Dojo Tendo?

N/A: Hola a todos!! ¿Cómo están?, pues yo aquí muy contenta porque siguen leyendo esta historia y además me están mandando sus reviews!! =D Me da mucho gusto que les guste y además piensen que es una buena historia, muchas gracias por sus comentarios!! por eso aquí esta el próximo capitulo que por lo cierto pienso que es un capitulo importante para esta historia, y resolverá algunas dudas , hoy tuve tiempo libre y quise aprovecharlo para darles una sorpresa a todos ustedes que lo leen, así que espero que les guste!! =)

Este esta dedicado a todos ustedes que me mandaron su review en el capitulo anterior y a todos ustedes que lo leen, muchas gracias!! =), pero en especial a: Maria T-eres muy linda persona, me gusta leer tus reviews y tus fics, espero que te guste!! Y a mi hermana que apenas esta leyendo esta historia... mm...

Nos vemos! Miriam =)

-Italicas son recuerdos-

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Pasó la noche y la cena había terminado. La familia Tendo le ofreció hospedaje a Ryoga para que no tuviera que pasar la noche en la calle como muchas veces lo había hecho, diciéndole que podría quedarse en la habitación con Ranma y Genma y que no seria ninguna molestia tenerlo con ellos, cuando Ryoga trató de rechazar la oferta. Así que sin más ni menos Ryoga se encontraba acostado en un rincón del cuarto donde la luna entraba directamente por la ventana y daba de lleno en la cara de nuestro desorientado amigo.

Ranma había tratado de negarse a compartir el cuarto alegando que el espacio era muy pequeño y que resultaría muy incomodo para Ryoga dormir junto a ellos, ya que Genma tenia la costumbre de dormir convertido en Panda y muchas veces él mismo tenia que irse a dormir a otro lado, pero cuando Akane le dijo que no fuera ridículo, que el cuarto era suficientemente grande para 3 o 4 personas y que si era necesario, él mismo tendría que cederle su lugar a Ryoga, a Ranma no le quedó más que quedarse callado.

Ranma y Ryoga no habían dejado de discutir hasta que ambos estuvieron listos para acostarse; Ranma amenazaba a Ryoga con decirle a Akane quien era P-chan si se atrevía a salir del cuarto y causar problemas en casa de la familia Tendo, claro que todos sabemos que Ranma estaba siendo paranoico y lo único que le molestaba era que Ryoga intentara algo con Akane, pero nosotros sabemos que Ryoga no es así, ¿verdad?

De pronto todo era silencio, y se podía sentir la tranquilidad caer sobre ellos; Ranma y Genma dormían profundamente y Ryoga podía oír sus respiraciones ir y venir. Ryoga estaba muy agradecido con la familia Tendo, ellos siempre habían sido muy amables con él, y cada cuando sabían que estaba de visita en Nerima, solían invitarlo a cenar o a pasar la noche con ellos, y que decir de su amada Akane, siempre tan linda y tan cordial, aun como cerdo siempre era muy cariñosa con él y sabia defenderlo de los abusos y maltratos que Ranma siempre le dirigía. Era por eso que estaba tan enamorado de Akane, pero después de los acontecimientos de esta tarde, no estaba tan seguro acerca de lo que tendría que hacer con sus sentimientos.

Ryoga había preferido omitir una parte de la historia a los oídos de Ranma, es verdad que él no sabia que Akane era la persona a la que Sutseko se refería, pero es verdad también que nunca habría imaginado que Akane fuera aquella persona. Sin darse cuenta se dejó llevar por los recuerdos de aquella tarde.

El sol se estaba poniendo y el aire comenzaba a desatarse violentamente, el cielo amenazaba tormenta y las olas del mar chocaban contra la orilla en un intento de arrasar con todo lo que pudieran. Las personas corrían de un lado al otro tratando de huir de lo que muy pronto se desataría, todos menos dos personas en lo alto de un precipicio, uno de ellos arrodillado mirando al mar y el otro parado un poco más allá del primero. Cualquiera diría que estaban locos, pero aquellos que eran del lugar y sabían que es lo que pasaba, comprenderían que es una cuestión de honor.

De repente el chico que estaba de pie, con cabello negro y corto, de atuendo amarillo y una banda en la cabeza rompió el silencio.

-¿Eres tú Sutseko Rikoba?- preguntó desafiante el extranjero.

Por un momento hubo silencio, pero después de pasar varios segundos, el que nombraban Sutseko Rikoba, respondió.

-¿Quién eres tú y que quieres?- preguntó Sutseko sin ponerse de pie.

-Mi nombre es Ryoga (N/A: Lo siento no me acuerdo como se apellida!!) y vengo a retarte a duelo.- contestó Ryoga en el mismo tono amenazador.

Sutseko seguía guardando silencio y después de unos minutos en los que Ryoga se estaba volviendo impaciente, Sutseko se puso de pie y dándose media vuelta se encontró frente a frente con Ryoga.

Ryoga se sorprendió al darse cuenta que frente a él se encontraba un muchacho, no más grande que él, podía calcular que tendrían la misma edad de no ser por el aspecto que tenia, parecía cansado y aunque no estaba vestido con harapos su apariencia era un poco descuidada, Ryoga se dijo así mismo que eran las consecuencias de un entrenamiento continuo y eso le hizo querer enfrentarse con aquel sujeto, más que nunca, Ryoga quería demostrarle que él también había sufrido y que había logrado obtener frutos de su esfuerzo.

Después de un silencio que parecía prolongarse, Sutseko al fin respondió.

-Las condiciones no son las adecuadas, esta a punto de estallar una tormenta y es posible que caigas al precipicio si no estas acostumbrado a esto, así que lo siento, no puedo pelear contigo.

Ryoga quedó desconcertado al escuchar lo que Sutseko decía, estaba decidió a pelear a toda costa contra él y el pretexto de una tormenta no lo detendría.

-No te preocupes por mi, se lo suficiente de esto como para sobrevivir.- contestó Ryoga indiferente.

Sutseko guardaba nuevamente silencio, pero no por mucho ya que rápidamente le dijo:

-Esta bien, yo te lo advertí, pero quiero decirte que este es mi último día aquí, por lo que será mi última batalla, así que si pierdes no habrá forma de que haya una revancha.

-¿Qué quieres decir?- preguntó Ryoga intrigado.-¿A dónde te vas?

Sutseko levantó la vista y observó a Ryoga fijamente , ¿sería posible que este sujeto no conociera la razón por la que peleaba?, cada persona en este pueblo sabia él porque de sus encuentros, pero nuevamente este sujeto era extranjero, así que lo más probable es que no supiera nada.

-Hace 7 años,- comenzó Sutseko.- vivía en una colonia cerca de Tokio, en esa colonia vivía una niña a la que quería mucho, sus padres eran dueños de un dojo y pasábamos mucho tiempo juntos, pero un día tuve que irme de la ciudad y no quedó de nosotros más que una promesa, ahora puedo cumplir esa promesa, y la razón por la que cada año acepto pelear con cualquiera que me rete, es en base a esa promesa y al amor que le tengo a esa niña; ahora será mi ultima batalla y el momento en el que podré reunirme con ella, así que ¡EN GUARDIA!

Ryoga que había quedado emotivo por lo que dijo Sutseko, reaccionó bruscamente al oír sus últimas palabras. En seguida se puso en guardia y se preparó a defenderse de Sutseko; el aire se sentía húmedo y golpeaba con fuerza contra los cuerpos de Sutseko y Ryoga; las olas estaban furiosas y se arremolinaban contra las rocas; del cielo caían pesadas gotas de lluvia que pronto se convirtieron en una tormenta; y de todos lados se podían ver los rayos que alumbraban diferentes puntos de la tierra.

La batalla había comenzado, Sutseko se movía con facilidad bajo la lluvia y el viento, cosa que a Ryoga se le dificultaba un poco, ya que no estaba acostumbrado a las pesadas ráfagas de viento que evitaban atacara adecuadamente a su oponente. Pero pronto se definiría al vencedor de la batalla. En un momento en el que Ryoga estaba apunto de golpear a Sutseko con una de sus patadas, se encontró en peligro de caer y chocar contra las rocas, y es que Sutseko había logrado evitar el golpe de Ryoga, y estando casi en la orilla, era lógico que nuestro amigo cayera, pero Sutseko fue más rápido y tomándolo por un brazo, desvió la caída y puso a salvo a Ryoga, que respiraba agitadamente.

Después de eso Ryoga estaba tendido en el suelo con la lluvia golpeándole la cara, Sutseko no se veía por ningún lado y Ryoga dedujo que se había ido, eso no le importaba ahora, lo único que le importaba era que había perdido la batalla y que había sido salvado por su vencedor, cosa que un peleador tan orgullo como él, no lo hacia sentirse muy orgulloso.




Cambiando de posición, Ryoga trató de olvidar lo que acababa de recordar, no le gustaba para nada la idea de volver a ver a Sutseko después de lo que había pasado, y menos aun al enterarse que Akane posiblemente fuera, o más bien es, (no quedaba ninguna duda) la niña a la que Sutseko se refería, quería saber que era exactamente lo que Sutseko y Akane habían prometido, debía de ser algo grande y especial para que después de 7 años Sutseko regresara, y no hablar del amor que le tendrá a Akane, o ¿será sólo amistad? Con este último pensamiento Ryoga se fue quedando dormido, había sido un día muy agitado como para no dormir y descansar un buen rato, así que lentamente sus parpados se fueron cerrando y después de un momento se quedó dormido los vagos recuerdos de aquello que le preocupaba.

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Al día siguiente Akane se levantó temprano, más temprano de lo normal, había estado batallando para conciliar el sueño, y después de un rato decidió levantarse y salir al jardín a tomar algo de aire fresco, de cualquier forma todos en la casa Tendo comenzarían a levantarse en aproximadamente una hora, así que decidiendo aprovechar la tranquilidad que sólo en ese momento del día se podía sentir, Akane se vistió rápidamente y pronto estaba abriendo la puerta del comedor que daba al patio.

Afuera todo era quietud, la brisa era suave y fresca, y eso le ayudó a despejar su mente. La causa de su falta de sueño era Sutseko, con su regreso los pensamientos comenzaron a amontonársele en la cabeza, en un principio no le había tomado mucha importancia a la situación, pero ahora que Sutseko estaba aquí, las dudas empezaban a salir a flote, ¿Por qué habría regresado Sutseko? ¿Seria por cumplir su promesa? ¡Pero si fue hace tanto tiempo!

Akane estaba realmente confundida, claro que estaba feliz por la vuelta de Sutseko, él es una persona muy especial para ella, pero en un principio no había pensado en lo que esto realmente significaba, pero y luego ¿Ranma donde quedaba?

Frustrada por sus propias ideas, dirigió su mirada a la entrada principal y recordó el día en que todo había sucedido.

Era un día muy bonito, el cielo estaba despejado y corría una fresca brisa, en el patio de la Familia Tendo había una pequeña niña sentada a la orilla de un estanque. Era una niña muy bonita y simpática, de cabello negro, cara redonda y mejillas sonrosadas, le daba a la niña un aspecto único y diferente a las demás niñas. Con una mano jugueteaba en el agua y con la otra sostenía una pulsera que podría decirse estaba tejida a mano. De pronto la tranquilidad se vio interrumpida por un niño que en ese momento entraba corriendo directo a la niña.

-¡Akane, Akane!- gritaba el niño.

-¡Sutseko, al fin llegas!- le contestó la niña.- Llevo toda la mañana esperándote, dijiste que vendrías temprano.

-Lo se, es que mis papas me entretuvieron, querían hablar conmigo,- le contestó el niño agitadamente deteniéndose para tomar aire.- ¡Quieren que nos mudemos! -¡¿Qué?!- gritó Akane, la sonrisa que se había formado en sus labios desapareció por completo.- ¿Pero porque?

Sutseko se sentó junto a ella y encogiendo los hombros tristemente, respondió:

-Dicen, que mi papá consiguió un mejor trabajo, y que tenemos que irnos en unos cuantos meses.

-¿Pero a donde?- preguntó preocupada Akane.-¡No te puedes ir, me voy a sentir muy sola!

Sutseko se volvió a su amiga, y mirándola con tristeza, respondió casi en un susurro:

-Lo se, yo también me voy a sentir muy solo sin ti... no me quiero ir Akane.

Pasaron minutos en silencio y ambos niños se limitaban a ver sus reflejos en el agua, después de lo que parecian años para ellos, Sutseko rompió el silencio.

-Dicen que es en la costa, y que no será por mucho tiempo, sólo hasta que haya aprendido a pelear bien y hasta que a mi padre tenga un mejor trabajo.

Akane sonrió a la idea de que Sutseko mejorara su estilo de pelea, y recordando que hoy era el cumpleaños de su amigo, decidió que no era el momento apropiado para ponerse tristes, después de todo, todavía tenia que darle su regalo, asi que mirandolo a la cara, le dijo sonrientemente.

-Hoy es tu cumpleaños.-

Sutseko sonrío al darse cuenta que era verdad y volviendose a su amiga, le dijo:

-Lo se, ¡hoy cumplo 11 años!- contestó emocionado.

Akane sonrió ampliamente a su amigo, era un niño muy especial para ella, ¡era su mejor amigo! Siempre compartían y hacían todo juntos, secretos, travesuras, incluso dormían juntos cuando ninguno de los dos quería irse, habían experimentado su primer beso cuando a ambos les entro curiosidad por saber que se sentía, era para ella muy importante darle algo único en el día de su cumpleaños, es por eso que le había pedido a Kasumi, su hermana mayor, que le ayudara a hacerle una pulsera a su amigo, quería que fuera especial, y quería hacerla ella misma.

-Tengo algo para ti,-le dijo Akane poniéndose de pie- espero que te guste, Kasumi me ayudo a tejerla.

Sutseko se puso de pie sonriendo a su amiga, y espero a que ésta le tendiera una pequeña pulsera tejida a mano, era muy bonita, con hilos rojos, naranjas y amarillos, sus colores favoritos, y sosteniéndola en su mano, Sutseko dijo:

-¡Oh, Akane es muy bonita!, no tenias porque darme nada, pasando el día contigo es suficiente para mi, ¡me divierto mucho!

Akane le sonrió y después de darle un pequeño abrazo y un beso en la mejilla, (¡lo se Akane tan cariñosa! Eran los buenos tiempos), le dijo a su amigo que faltaba algo.

-¿Qué cosa?- preguntó curiosamente.

-Quiero que hagamos una promesa.-le dijo la niña.-Tu sabes que te amo mucho Sutseko...

-Si Akane, me lo dices todos los días,-le interrumpió Sutseko sonriendo a las palabras de su amiga.-Ya sabes que yo también te amo mucho.

Akane le sonrió.-Siempre hemos soñado en manejar juntos este Dojo algún día cuando seamos grandes, y tú siempre, siempre vas a ser mi mejor amigo...-

-Lo se Akane, tu también eres mi mejor amiga y siempre lo vas a hacer.- le interrumpió de nuevo.

Akane volvió a sonreír.-Es por eso que si tu aceptas, quiero que hagamos una promesa...-

-¿Pero de que?- preguntó más curioso que nunca.

-Quiero que prometamos, que cuando seamos grandes, y cuando tú mejores tu estilo de pelea, los dos nos vamos a casar y vamos a manejar juntos este Dojo.- finalizó Akane.- ¿Qué opinas?

Sutseko sonrió como nunca. -¡Claro! ¡Es una excelente idea Akane! ¡Y como los dos nos amamos mucho, no va haber ningún problema!

-¡Exacto!-contestó Akane igual de feliz.- Y como te vas a ir, quiero que conserves esta pulsera como un recuerdo de nuestra promesa, para que nunca se te olvide.

-Nunca se me podría olvidar Akane, yo siempre voy a pensar en ti.- dijo apretando fuertemente la pulsera entre sus dedos.-Te voy a extrañar mucho...

-¡Y yo también a ti Sutseko! ¡Siento que se me va romper el corazón cuando te vayas!- dijo empezando a llorar y abrazando fuertemente a su amigo.-¡Tu eres mi mejor amigo en todo el planeta!

Sutseko que abrazaba a su amiga, sintiéndola llorar, le dijo con ternura.

-Lo se Akane, ¡tu eres mi mejor amiga en todo el universo!-Akane rió suavemente.

-Lo se.- dijo Akane secándose las lagrimas.- ¿Nos vamos a escribir todos los días verdad?

-Claro, todos los días recibiremos cartas, me contaras todo lo que pasa en el Dojo y yo te contaré del lugar donde vaya a vivir.- dijo sonriendo y poniéndose la pulsera que Akane le había dado.- Entonces, ¿Es una promesa?

-Es una promesa.- dijo Akane firmemente, volviendo a abrazar a su amigo.



Akane meditó esas ultimas palabras, después de que Sutseko se fue, en todo ese tiempo no había recibido ni una carta de él, y eso la había lastimado mucho, Akane comenzó a pensar que Sutseko se había olvidado de ella, y que por eso se olvidaría también de su promesa, fue cuando decidió que no volvería a confiar en ningún hombre, no quería salir lastimada de nuevo. Pero al parecer estaba equivocada, y ella al contrario de él, si se había olvidado de su promesa, hasta el día en que recibió su carta, y de eso no hace mucho tiempo. Ahora no sabia que hacer, claro que muy en el fondo de su corazón siempre había tenido la esperanza de que Sutseko algún día regresaría, pero pasaron los años y las esperanzas fueron muriendo poco a poco, cuando Akane le dijo a Sutseko que Ranma era su prometido, había visto la decepción en su rostro, ella sabia que estaba lastimado, pero decidió ignorarlo por el momento, al igual que él lo hizo, porque después de eso todo siguió su rumbo normal.

No podía creer que Sutseko estuviera aquí, ¡lo había extrañado tanto!, pero y luego el pensamiento de Ranma le saltó al frente, ¿Qué haría con Ranma?, el ahora era su prometido, pero ¿Y Sutseko?, estaba claro que él no había olvidado su promesa, le emocionaba tanto la idea de poder estar con Sutseko, pero al mismo tiempo le lastimaba, no sabia que pensar o que sentir, no podía distinguir sus sentimientos. Se estaba poniendo triste a la idea de haber perdido a Sutseko, ¡todo seria tan diferente! Una lágrima empezó a caer por su mejilla, pero la apartó inmediatamente al oír que alguien bajaba por las escaleras, no quería que nadie la viera llorar.

-¿Estas bien Akane?- preguntaba una voz preocupada.- ¿Estas llorando?

Akane se volteó para ver de quien se trataba y cuando vio que era Ranma se levantó inmediatamente y se dirigió a las escaleras pasándole a un lado.

-Estoy bien.- contestó secamente agachando la mirada y empezando a subir las escaleras.

-Entonces, ¿Por qué lloras?- preguntó Ranma desconcertado.

-Tú no estabas ahí, Ranma.

Y con eso, Akane se había ido, dejando a Ranma más perdido que nunca, "Tu no estabas ahí, Ranma." Se repetía una y otra vez en su cabeza, y preguntándose si esto tendría que ver algo con Sutseko, se dirigió tristemente y cabizbajo a tomarse un baño, estaba más que claro que Sutseko y Akane si tenían un pasado.

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N/A: Yuju! Por fin termine, como les había dicho pienso que este capitulo es importante para la historia, porque ya vimos que Akane y Sutseko SI tenían pasado, ademas de lo que sucedió con Ryoga y Sutseko y pues esto ya nos complica un poco mas las cosas... =)

Por cierto recibí un mensaje diciendo que este fic estaba nominado a mejor Fanfic General, yo ni sabia nada jeje, por eso quede algo sorprendida cuando me entere!!, y quiero darle las gracias a aquella o aquellas personas que votaron por este fic, muchas gracias!!! ah y me pidieron que les dijera que: "El concurso Anime Awards se pasó a la siguiente pagina los que estén interesados entren y empiecen a votar lo más pronto posible." Por alguna extraña razon no puedo poner la pagina aqui, pero la pueden encontrar en los reviews de esta historia, ahi viene un mensaje de la creadora del concurso, para que si pueden y les interesa vean de que se trata!! ok? y de pasada si alguien sabe bien de que se trata, por favor digame que yo no se!! Y acuérdense REVIEW!!!! =D diganme lo que opinan de este capitulo, ¿bueno, malo, muy dramatico? vamos!!

Miriam =)