Capitulo 6: Reconciliación y compromiso

Hotaru seguía caminando sin rumbo, buscando un consuelo para el dolor que estaba intentando superar, pero simplemente no lo hallaba. Había estado en ese estado por demasiado tiempo, parecía un zombi en medio de la nada, buscando refugio en la oscuridad. Escuchaba su propio llanto, pero le parecía tan lejano, como si escuchara la tristeza de alguien más, pero entonces, en un sobresalto, salio de su propia prisión, observando su realidad, había caminado sin rumbo por demasiado tiempo, llorando sin parar, por las calles casi vacías de Tokio.

–Moshi moshi??- respondió el teléfono –Hola Ryu, como estas? Disculpa que llame tan tarde, pero quería saber si has visto a Hotaru, si esta contigo??- Pregunto Setsuna preocupa –No Setsuna-san, no he visto a Hotaru desde que salimos de clases, se fue de su casa?- Setsuna estaba demasiado agobiada para responder alguna pregunta –No, gracias Ryu- y colgó. No sabía que hacer, donde buscarla, había desaparecido sin decir nada, estaba muy angustiada, tomó su abrigo, sujeto su cabello y salio en su búsqueda.

Entonces la encontró, en la banca de aquel pequeño parque, acurrucada, desconsolada. –Hotaru?- lentamente Hotaru se giro hacia la voz que la llamaba, estaba húmedo su rostro, había llorado tanto, el corazón de Setsuna se destrozó al mirar a su pequeña hija en aquel estado tan lúgubre. Ambas permanecieron así por unos momentos, sin decir nada, solo mirándose una a la otra, intentando descifrar los pensamientos que había en su mente. Casi sin poder hablar, intentando no caer en ese llanto que la amenazaba, para no dañar más a Hotaru, rompió el silencio –Volvamos a casa- dijo, sonriendo, como en una tonta expresión, no había encontrado más que decir –No quiero regresar- dijo Hotaru, regresando a su posición inicial –Ven conmigo, por favor- suplico Setsuna, intentando hacerla entender –A que quieres que regrese, a que valla a casa y con mi mejor sonrisa te diga adiós, no puedo hacer eso, no soy tan fría como tú- Setsuna ya no pudo oprimirse más, entonces sus lagrimas salieron en un acto deprimente, que entristecería al más frío corazón, pero Hotaru permanecía inmóvil, sin mirarla –No quiero irme...- Hotaru escucho la voz quebrada de su tutora, estaba llorando –No quiero dejarte sola, no quiero irme... pero debo hacerlo- Hotaru en el fondo entendía las razones de Setsuna, había dejado a un lado sus deberes en la puerta del tiempo para cuidar de ella, sabía eso de sobra, pero no lo había notado hasta ahora –Lo sé, lo entiendo- Setsuna la miro sorprendida, Hotaru tomaba sus manos entre las suyas, entrelazadas –Estaré bien, así debe ser - Hotaru abrazó a la mujer que se había dedicada en cuerpo y alma a ver por ella, por más de siete años.

Juntas volvieron a casa, pronto amanecería, Hotaru tenía clases temprano y Setsuna tenía demasiadas cosas que hacer. Así pronto se alistaron para realizar sus respectivas actividades, Hotaru sentía un inmenso alivio en su corazón, había logrado hacer las paces con Setsuna, quien también estaba más tranquila, sabía que Hotaru estaría bien, ahora si estaba segura.

Haruka estaba sentada, esperando en un silencio incomodo, rodeada de las más extensa desesperanza que hubiese sentido nunca, había estado esperando una llamada, de quien fuese, ya fuera de la hermosa rubia de mirada sincera o de la refinada mujer de cabellos verdes, esperaba impaciente, había estado ahí por más de doce horas, sin recibir lo que tanto deseaba. Michiru había partido después de su enfrentamiento, estaría ahora seguramente sintiéndose feliz tocando su adorado violín, su único y eterno compañero, pero a pesar de lo mucho que luchaba por intentar recuperarla, el amor hacia la rubia, hermosa y refinada ahora, era demasiado insufrible, deseaba correr hacia ella, abrazarla, besarla, hacerla suya, crecía tan rápido aquel lascivo deseo en su mente, provocando su propio enojo contra si misma. Se levanto de la mesa, intentando calmarse un poco, respiro lo más hondo que pudo, había intentado por tanto tiempo evadir aquello que ahora estaba respirando por su piel, sus poros llamaban a gritos el cuerpo delicado de su amada princesa, un deseo que ardía en su piel, le quemaba, la acosaba de manera tan violenta que su propia mente estaba bajo aquel dominio. Trató de controlarse, pero era tal ese deseo que de pronto se nublo todo.

Luna miraba por la ventana del aquel cuarto solitario, hacia un poco de frío, estaba aun esperándola, aunque pensaba que tal vez ya no vendría. Se acomodo en la pequeña almohadita en la que había dormido por años, antes de su partida, lentamente cerro sus pequeños ojos gatunos, meditando, hasta que se quedo profundamente dormida. Aquel sueño fue corto, pero en el pudo ver su mas añorado anhelo, estar con ella como siempre, guiándola en su camino a ser princesa y futura soberana de un futuro próximo. Pero de pronto un ruido la despertó, aunque aquel sueño había parecido tan real, la imagen suya dentro de la habitación oscura le mostró la realidad, pronto una chica entro en la habitación, encendió las luces, caminó alrededor del lugar, entonces la rubia se desplomo sobre la cama, soltando un fuerte suspiro.

Luna se levanto y camino de puntitas hacia la cama, la chica no se dio cuenta de su presencia y en un instante saltó sobre ella, Usagi salto dando un grito, miró a la gata de color oscuro sobre la cama –Estas bien Usagi???!!!- pregunto su madre al entrar en la habitación después de escuchar aquel estrepitoso grito –Oh, si mamá, estoy bien, es solo Luna- dijo señalándola –Ah, ya veo, Luna como estas?? Hacia mucho que no la veía, te la envió Makoto??- dijo –Ah, si ella fue- la madre de Usagi salió de la habitación –Si que me diste un gran susto, pero dime , como has estado- dijo tumbándose de nueva cuenta sobre la cama –Bien- dijo secamente la gata –Bien, que bueno!!- dijo Usagi –Y donde esta Artemis, aun vive con Minako?- Pregunto tratando de hacer plática –No, ambos vivimos con Makoto, Minako esta demasiado ocupada con su carrera- Usagi sintió la frialdad en las palabras de Luna, como si de alguna forma quisiera hablar con ella pero quizá no –Pasa algo malo, Luna?- preguntó de la manera más gentil posible, -He hecho algo malo, dímelo- dijo suplicante, Luna la miró fijamente, como intentando decir las palabras adecuadas –Por qué me dejaste aquí, esperándote, y ahora que vuelve no te interesó más, acaso ya no sientes más por mi que solo parte de tu memoria?- Usagi la miró sin comprender aun por que decía todo eso –No entiendo Luna, tú fuiste una de las personas que me apoyo en la decisión de marcharme, y ahora dices que te abandone?- Luna desvió su mirada –No entiendes?? Tú eres demasiado importante para mí, y cuando volviste estuve muy feliz, pero me dolió que no recordarás nuestro pacto- Usagi estaba confundida, de que pacto hablaba.

Luna se quedo un momento en silencio mirando a su amada princesa, que debía decirle, esta parecía tan confundida –Lo olvidaste??- pregunto, en un acto de tremenda angustia. Usagi miro entonces hacia otro lado, tratando de hacer trabajar su mente, tratando de recordar que tipo de pacto pudo haber hecho y olvidarlo sin importarle.

Su mente entonces recordó aquella tarde lluviosa, la rubia sentada en la cama, su cabello sujetado por dos coletas en forma de bolas de arroz, miraba entonces a su felina amiga –Vendrás conmigo, Luna?- preguntó, aun conociendo la respuesta –No- Usagi se levanto de la cama, mirando por la ventana –Es momento de que tu vallas sola, he visto como has madurado, y ahora es momento que deje de guiarte y tu tomes tu propio camino, por ti misma, sé que lo escogerás bien, porque ya eres una mujer- Usagi sonrío y mirando entonces a Luna –Gracias, te prometo que cuando vuelva...- Usagi entonces lo recordó, como podía haber olvidado semejante promesa –Lo siento, sé que debí buscarte, prometí regresar y cuando lo hiciera ya no nos separaríamos, estarías conmigo y yo contigo- dijo, Luna sonrío.

Usagi miro su reloj, se desperezó un poco, la hermosa gata dormía junto a ella, aun envuelta en el sueño, Usagi la miró con ternura y le acarició, Luna abrió lentamente sus ojos, y entonces miró a la rubio acariciándola –Buenos días Luna- dijo Usagi, se levanto de la cama –Hoy es mi ultimo día de trabajo, ya pronto volveré a Londres- dijo levantándose –Espero que ahora si vengas conmigo- Luna salió de entre la sabanas –Piensas partir??- preguntó –Pues claro, en Londres esta mi vida, además quiero mostrarte mi lindo departamento, lo decoré yo misma, te sorprenderá lo ordenada que ahora soy!!- dijo guiñándole el ojo –Morning!!!- grito estrepitosamente John al entrar a la habitación –Veo que estas muy contento hoy- observó Usagi –Pues claro, ayer pase la mejor tarde de mi vida- dijo, con una cara sonriente –En serio!! No me digas que estuviste con Ami?!- pregunto Usagi –Pues así fue, y fue grandioso!!- dijo plantándole un beso en la mejilla, Luna miro extrañada la escena –Creo que tu gata esta un poco celosa, mira como me observa- Dijo –Luna, John es como mi hermano, somos muy unidos, no creas otra cosa- John miro como Usagi hablaba con ella –Que le dijiste?- preguntó –Nada, ven vamos a checar algo- John y Usagi salieron del cuarto.

Ami se levantó, caminó hasta el baño y se miro en el espejo, había un pequeño destello de felicidad, sonrío, sus mejilla estaban ligeramente rosadas –Que inocente eres, Ami- se dijo a sí misma. Tomó un baño, su cuerpo estaba aun ardiente por lo que había ocurrido hacia algunas horas, recordó aquella escena tan apasionada en aquel mismo lugar, siendo llevada al clímax por un hermoso ejemplar inglés.

Sus labios se separaron, había sido aquel un beso largo, tan dulce que Ami no pudo evitar estremecerse. Cuando abrió sus ojos, se encontró con los bellos ojos verdes de John mirándola tiernamente. Ami le sonrío, intentando separarse de sus brazos, pero no podía, no porque John se lo impidiera, si no por que ella misma no quería salir de ellos –Yo... no sé...- dijo Ami, tratando de convencerse a si misma de algo –Yo solo sé que quiero estar contigo- John volvió a plantarle un beso, pero esta vez más apasionado. Ami no pudo negarse más, no cuando su cuerpo, su mente y su corazón pedían que le correspondiera. Las manos de John la recorrían delicadamente, caricias que Ami sentía a cada paso, sentía como su piel se erizaba de solo sentir el tacto de sus manos sobre su cuerpo, su respiración agitada, lo que nunca había sentido, no aun cuando se había entregado a Kaede tiempo atrás, esta vez era diferente, era como una explosión repentina, que la envolvía sin preguntarle.

Pronto sus cuerpos yacían en la alfombra, enredándose uno con el otro. Ami sentía como su cuerpo pedía más, en suaves gemidos, cuando sintió los labios de John sobre su cuello, su lengua recorriéndolo, sus manos buscaban los botones de su camisa, y lo despojo de ella, admirando el definido torso del chico, lo miro por un momento, y de pronto lo agarro y lo arrojo debajo de su cuerpo, John la miró asombrado, pero su deseo creció más, ahora el desabotono su blusa y la arrojo al aire. Sus labios se buscaban como imanes opuestos, sedientos el uno del otro, ardientes de deseo.

Ami abrió los ojos, acariciaba su cuerpo bajo el agua recordando el éxtasis que le provoco aquel apasionado encuentro, dejo pronto de hacerlo, se apresuro, tendría que cumplir en el hospital las horas que había faltado el día anterior, además tendría que arreglar algunos asuntos, pues su cambio de hospital vendría pronto. Escuchó el teléfono sonar mientras secaba su cabello con la toalla de color gris, corrió hasta él –Moshi, moshi!!!- dijo de prisa –Morning, Ami- escucho decir, aquel acento inglés solo podía pertenecer a alguien.

Usagi esperaba a John en la cocina, mientras lavaba los platos del desayuno –Y Mamoru, él que ha dicho?- preguntó Luna mientras miraba a su dueña, Usagi palideció un poco al escuchar el nombre, pero mantuvo su postura –Decir?? Él no tiene porque decir nada- dijo despreocupada, Luna la miro sin entender la postura que tenía al respecto –Ya lo sabes?- pregunto Luna –Sabes que salía con otra chica??- El plato que portaba Usagi entre las manos resbaló, se destrozo al chocar contra la orilla del fregadero –Él salía con alguien....- susurró nerviosa –Salía con alguien, con quien, Luna??- pregunto alterada –Are you ok??- pregunto John entrando en la cocina –Yes, I am- dijo, John volvío a salir al notar el estado de su amiga –Dime Luna, quien es??- Luna miro preocupada a Usagi –Bueno, yo... no lo sé, creo que una doctora, Ami la conoce, pero no sé quien es- dijo –Ah, ya veo, todos sabían lo que ocurría con Mamoru menos yo... ah pero si, yo era la que no confiaba, la que no creía, la mala del cuento, mientras él... él salía con alguien!!!!- dijo enfurecida –Usagi, what's happening??- preguntó John entrando de nuevo en la cocina –Nada, no pasa nada!!- grito, arrojo la toalla que traía en las manos, recogió los restos del plato roto, John la miraba preocupado, era obvio que algo le había molestado y alterado demasiado, pero no quiso preguntar, de pronto la Usagi frente a él no era la que él conocía, tenía un aspecto penoso, casi intolerable, su actitud parecía la de una niña haciendo berrinche, Luna le miraba angustiada –Vamonos!!- le grito a John, actuando irascible hacia cualquiera –Si, esta bien- dijo John tomando su pequeña maleta –Bye Luna- dijo John mirando a la gata. Usagi paso de ella, sin decirle nada, tomo su maleta y salió del lugar.

Nadie dijo nada en todo el camino, Usagi lucía un poco más calmada, pero era obvio que el enojo no había pasado, ni pasaría en un buen rato, John podía escucharla susurrar palabras en japonés, pero no entendía lo que la chica iracunda decía. John permaneció calmada, en el fondo estaba más bien demasiado feliz como para dejarse llevar por la extraña actitud de Usagi, sonreía solo, pensando demasiadas cosas, pero todas ellas llenas de felicidad, y de un sueño que por fin veía cumplirse: enamorarse por primera vez.

Llegaron al Hotel, Usagi seguía sin dirigirle la palabra a John, pero a este seguía sin preocuparle. Entraron al salón y cada uno tomo su lugar, Usagi tomo la cámara en sus manos y de pronto decidió olvidarse del asunto, tenía que trabajar, y amaba hacerlo, así que borró su molesta imagen para dedicarse a lo suyo. Usagi sentía como su enojo pasaba al trabajar, de pronto se olvido del asunto, estaba siendo de nuevo ella misma.

Usagi se estiro alegrada –Al fin se terminó!!!- dijo entusiasmada, John la miro, esta si era la chica que conocía –Si, por fin- dijo el chico –Odango...- Usagi miro en la dirección del sonido de la voz, ahí estaba Haruka, envuelta en unos jeans y chamarra, su rostro cansado, mostrando desvelo, preocupo a Usagi –Te encuentras bien, Haruka-san??- preguntó mientras tocaba la frente de la chica, Haruka no pudo evitar que su cuerpo sintiera una ligera agitación al sentir la caricia de su rubia princesa –Si, estoy bien- dijo apartando la mano de Usagi, temiendo que si no lo hacía perdería el control de si misma, John se acerco a las chicas –Ah, Haruka-san quiero presentarte a John, es un amigo de Londres- le dijo señalando al chico, John entendía que estaba siendo presentado e hizo un gesto de saludo a Haruka, Haruka lo miro bien, era un buen mozo, cabello castaño oscuro, ojos verdes, facciones finas, portador de una clara educación, Haruka pudo sentir como él y Usagi estaban claramente conectados el uno con el otro, como almas gemelas, y no pudo evitar sentir celos, suficiente era pensar que Usagi amaba a Mamoru, su príncipe, como ahora verle con un nuevo chico. –Morning- dijo un hermoso rubio, Usagi se giro, mirando al chico –Hi, Richard!!!- el rostro de Usagi se ruborizo, Haruka notó como la chica cambiaba al ver al recién llegado.

Los cuatro estaba ahora tomando un café, sentados juntos, mientras John no paraba de mirar el reloj –Que pasa John, tienes algo que hacer???- preguntó Usagi al ver la actitud del chico –Si, pero aun tengo tiempo- dijo mirando de nueva cuenta el reloj –Si es así, por favor, deja de mirar el reloj!!- le dijo en un tono mandón. Haruka no dejaba de mirar los gestos, movimientos y expresiones de su adorada princesa, parecía una chica entre tres hombres, Haruka aun poseía su porte masculino, pero con ese toque femenino que la hacía una delicia para ambos sexos. Richard notó como Haruka miraba a Usagi, estaba seguro que se trataba de un chico, tal vez el amor de Usagi. De pronto la tensión se hizo entre los dos, ambos habían notado su interés por la misma persona.

–Donde esta Michiru???- Usagi poso su atención en Haruka e hizo la pregunta, John y Richard habían salido un momento –Esta en Lion, Francia- le dijo, Usagi entonces toco a Haruka, esta vez tomo su mano –Pasa algo malo, Haruka?, te notó mal- pregunto acariciándole el rostro –Haruka sintió el estremecimiento de nuevo de su ser al tenerle tan cerca, Usagi acerco su rostro al de ella, de pronto ambas estaban demasiado cerca, Usagi miraba preocupada a su guardiana –Yo... – dijo Haruka temerosa –... yo quiero decirte algo- insistió –Dime, Haruka, que pasa- La belleza de Usagi era cautivadora, había crecido tanto, era una mujer hermosa y refinada, ya no era aquella chiquilla a la que había defendido del mal, y que finalmente fue quien la salvo, frente a ella estaba una mujer completa, una mujer que despedía por los poros amor y despertaba su mas profundo deseo, podía sentir el leve aire que salía de sus labios, al tenerle tan cerca –Yo te amo, Usagi- Usagi la miro, pero sin poderle decir nada, Haruka le beso en los labios, tal como alguna vez en el pasado, cuando se conocieron, cuando la creyó un hombre, pero ahora era un beso más allá de cualquier otro que ella le pudiera haber dado en el pasado, era un beso profundo, pero lleno de dolor al saber que no le sería correspondido como ella hubiese deseado, Usagi no la aparto de ella, sus labios permanecieron unidos por un momento más, Richard y John volvían al lugar cuando miraron la escena entre ambas chicas, donde solo John sabía que era una chica la que besaba a su amiga. Haruka separo los labios de Usagi, llena de Lagrimas en los ojos –Lo siento- dijo sin mirarla, Usagi no supo que hacer, pero sabía que cualquier cosa lastimaría a Haruka –Yo te amo, como amiga- dijo, intentando aliviar el dolor que debía estar experimentando –Y quiero que seas feliz... aunque yo no pueda hacerte feliz- dijo levantando el rostro de Haruka con su mano, haciéndole mirarla a los ojos, intentando hacerle comprender –Michiru también te ama, y tu la amas, lo veo en tus ojos...- beso la mejilla de Haruka –Siento tanto esto, de verdad lo siento- Haruka seco sus lagrimas e intento sonreír levemente –Adiós Odango- dijo, se levanto de la mesa, entonces se topo con dos pares de ojos que le miraban, uno sorprendido y el otro no podía ocultar su descontento. Haruka hizo una reverencia al par de chicos y salió del lugar, Usagi no había salido completamente del estado de estupor, aunque había intentado reaccionar bien, para no herirla, pero aun así sentir aquel beso tan apasionado que le había dado Haruka le había sorprendido.

Richard y John se sentaron de nuevo, Usagi acariciaba sus labios, intentado comprender lo que había ocurrido, John la miraba sonriente, sabiendo que lo que había pasado había sido algo fuera de lo común para ella, o tal vez no del todo, Richard también la miraba, intentando obtener una respuesta –Debo ir a casa- dijo levantándose de improviso –Te llevaré- se ofreció Richard –No, esta bien, quiero ir sola- dijo, miro a John que no paraba de sonreír –Puedes ir a casa después- le dijo Usagi –Si, todavía tengo una cita- Usagi salió del lugar sin decir más, dejando al pobre Richard muy confundido. John se levantó entonces –Creo que debo irme ya- dijo volviendo a mirar el reloj –Esta bien, yo debo volver a hotel, mañana tengo que regresar a Londres- dijo Richard –Ah, por cierto, quien es ese chico??- pregunto tratando de no mostrar su molestia, deduciendo que John sabia de quien se trataba por la reacción que tuvo –Chico??...- dijo sin comprender –Ah, te refieres a Haruka, él es ella, y es una muy buena amiga de Usagi por lo que se, aunque creo que es algo más ahora- dijo –Una chica???- estaba realmente sorprendido –Si, bueno, hasta luego- y se marchó del lugar, Richard permaneció unos segundos en shock, intentando comprender todo lo que había pasado, pero estaba claro que no era de su incumbencia porque Usagi lo había excluido de ello.

Usagi llego a casa, con un rostro lleno de tristeza, Luna bajo para verla al escucharla llegar, ahí estaba su princesa, tumbada en el sillón con un aspecto deplorable, peor del que tenía al marcharse –Pasa algo malo conmigo, Luna??- le pregunto a la gata –Algo malo??- repitió Luna sin comprender –Mamoru me engaña y de pronto Haruka decide declararme lo que siente, que pasa conmigo???- Luna no entiende lo que dice –Mamoru te engaña?? Pero no salías tu con un chico Inglés que se llama Richard, que es abogado y es muy guapo, eso dijiste en alguna carta- Usagi se mantuvo en silencio por un momento –Pero no es lo mismo- dijo –No es lo mismo???, tú fuiste quien le dijo a Mamoru que podía salir con quien el quisiera mientras tu no estuvieras y tu también lo hiciste, no entiendo por qué tienes ese comportamiento tan infantil, por qué no asumes tus propias responsabilidades??- esas palabras fueron para Usagi como un cubetazo de agua fría, Mamoru no la había engañado del todo, solo que ella había intentado verlo así para no tomar su carga en la situación, después de la discusión con él, lo había puesto como el villano de la historia, siendo que ambas partes tenían la misma culpa. Usagi se soltó a llorar, sabiendo como había fallado, no solo a ella misma, si no a los demás, no había madurado del todo, aun se comportaba como una niña consentida.

Ami miro el reloj por décima vez en la ultima hora –Soy una boba- se dijo, al mirarlo de nuevo, de pronto sus ansias fueron calmadas –Hello!- escucho la voz que había estado esperando, se giro de prisa, su rostro sonreía y ahí estaba él, sonriéndole alegremente –John!!- dijo entusiasmada saltando a sus brazos, frente a todos los que miraban la asombrosa actitud de la doctora Mizuno, quien a pesar de que era muy amable nunca se mostraba tan emocional frente a la gente. Por lo que miraron con atención al creador de la actitud, un hermoso joven, que era evidente no era japonés, quien portaba una chamarra de piel color beige, jeans azules y un suéter negro de cuello alto, el rostro de Ami enrojeció al descubrir la mirada de todos sobre ellos, John no se inmutaba por el asunto, pero era obvio que para Ami no era una situación común. –Doctora Mizuno, el jefe administrativo quiere verla en su oficina- interrumpió Karen. Ami aun seguía entre los brazos de John y se sorprendió, pero atendió la llamada de Karen –Esta bien, en un momento voy, Gracias Karen- dijo –Debo hablar con alguien, puedes esperarme en la sala de espera- le dijo a John, mientras le señalaba el lugar, a unos metros de la recepción. John tomo un lugar, pero no pudo evitar notar como la gente y algunas enfermeras y doctores le miraban con curiosidad, John se sentía como un animal de zoológico, pero evito pensar en eso, sabía que tenía que afrontar eso sabiendo lo conservadores que podían ser los japoneses en cuestión de relaciones sentimentales con extranjeros. Pero no le importaba, porque sabía que Ami lo había aceptado y eso era lo que a él le importaba.

Makoto estaba en la pastelería haciendo algunos pasteles, cuando escucho que alguien entaba en el local –Konichiwa- dijo para saludar al visitante –Hola, Mako-chan- dijo Usagi al verla –Ah, Usagi-chan, pasa- dijo emocionada al ver a su amiga –Hola Luna, Artemis no esta, se quedo en casa, esta algo resfriado- le comento Makoto al ver a Luna. Usagi camino hasta Makoto, quien le invito a pasar a la cocina –Estaba preparando un pastel, quieres algo??- pregunto –Si!!! Extraño mucho tus pasteles de fresa, podrías invitarme uno- dijo Usagi entusiasmada –Claro que si- dijo Makoto sacando un delicioso pastel de fresa. Ambas se sentaron a disfrutar del pastel –Y como has estado, Usagi, el otro día en el templo Hikawa no pudimos charlar mucho- pregunto Mako –Bien, si, muy feliz, trabajando en Londres- Usagi comía el delicioso pastel –Wow!!! Creo que ahora cocinas mucho mejor, aunque lo creía imposible- Makoto sonrío ante el comentario de su amiga –Que bueno que te gusto- dijo –Y que paso con Urawa Ryo, el compañero de Mamoru, ya no sales con él??- pregunto Usagi –Pues si y no, a veces salgo con él, pero aun nada serio- le informo –Ah, pero veo que tu vida de empresaria esta muy bien, escuche muy buenas cosas de tu pastelería y la florería ni se diga- Makoto sonrío feliz –Si, no me puedo quejar-. Y así pasaron un buen rato, platicando sobre sus vidas propias, era obvio que Makoto estaba en demasiado Feliz con su vida normal.

–Sabes que, deberíamos llamar a las demás chicas, sería fabuloso reunirnos de nuevo, que dices??- dijo Makoto –Podríamos ir con Rei, llamaré a las demás, espera- Makoto camino hasta el teléfono de la cocina –Ya estas bien, Usagi??- preguntó Luna al quedarse solas –Si, creo que si, gracias a ti- le dijo tomándola entre los brazos –No sé que haría sin ti- le dijo. –Listo, Rei nos espera en el templo, llame a Ami, pero no esta y le deje un mensaje en el hospital, Minako es posible que esta vez si nos acompañe, Haruka tampoco estuvo y Hotaru y Setsuna vendrán, dicen que hay algo que quieren contarnos, así que solo falta Mamoru, debes llamarlo- le dijo, Usagi guardo silencio por un momento –Mejor no, no por ahora- le dijo, Makoto comprendió.

Makoto cerró el local, caminaron hasta el establecimiento de las flores, ahí había solo un par de clientes y su asistente estaba ahí –Joshi como vas??- pregunto Makoto –Ah, Señorita Kino, ya solo son dos clientes más, hoy fue un buen día, a pesar del clima- le informo la chica –Entiendo, tengo un compromiso que atender hoy, podrías cerrar por mí, por favor??- La chica asintió con la cabeza –Esta bien, hasta mañana señorita Kino- Makoto, Usagi y Luna salieron del lugar y caminaron hasta el templo Hikawa.

Ami respiraba agitadamente, su cuerpo palpitaba con el roce de las manos de John, su cuerpo inhalaba la esencia del chico sobre ella. No podía evitar gemir, pero lo hacía calladamente, recordando que se encontraba en un cubículo de hospital donde en cualquier momento podrían encontrarle enredando su cuerpo al de John, no tenía claro como había llegado ahí, solo que había sido embriagada por la fina seducción del chico. Ami no podía pensar en nada que no fuera en disfrutar aquel momento, aunque se salía de todo parámetro impuesto por ella misma, pero estaba harta de cumplirlo, ahora por fin era libre de ser ella misma, y en aquel chico extranjero había encontrado la forma, por eso él era tan especial, y podía amarlo, sin temores, aun sabiendo que quizá el partiría y la dejaría ahí, como al principio, no, como al principio ya nunca más, estaba dispuesta a jugársela, pero sabía que era un juego limpio, sin temor a que alguien llegará y destrozará su realidad, que parecía más un sueño, pero que era meramente la realidad.

No podía dejar de sonreír mientras vestía su desnudez –Qué es tan gracioso?- pregunto John besándole los labios –Yo, tú, todo, nunca había hecho esto, y mucho menos en el hospital- decía con una sonrisa subversiva. John la miro tiernamente, cautivado a cada momento por ella –Ven conmigo- le dijo, Ami lo miró –Ir contigo??- pregunto –Si, ven conmigo a Londres, casémonos, vivamos juntos, tengamos una familia- Ami lo miro, había esperado por esa pregunta por mucho tiempo, aunque había sido otro chico y otro tiempo –Cásate conmigo- dijo John hincado ante ella, con un hermoso anillo entre las manos, por la mente de Ami se repitió la pregunta como un eco insistente –SI!!!, SI!!!- Dijo saltando a los brazos del chico, tomando el anillo y colocándolo en su dedo –Quiero estar contigo- dijo besándole los labios, tirándolo al piso, de pronto alguien abrió la puerta y encontró a los jóvenes amantes sobre el piso –Doctora Ami, aquí esta, la estaba buscando- dijo una joven enfermera –Ah si, y para que?- dijo Ami levantándose y sacudiendo sus ropas –Dice el doctor Kaoru que sus papeles están listos, puede ir a recursos humanos a recogerlos, hoy es su ultimo día, puede marcharse después de recogerlos- le informo –Esta bien, gracias- dijo Ami –Tu ultimo día??- preguntó John –Si, renuncié, encontré un mejor trabajo, aunque ahora no sé- dijo mirando el anillo –Encontrarás trabajo en Londres, te lo prometo- dijo John –Eso espero- dijo abrazándolo –Te amo, Ami- le dijo al oído –Y yo a ti- respondió ella.

Continuará.....

Sailor Padme

Nota: Uff!!! Qué tal les pareció? La verdad es que me avente un buen rato escribiendo el capitulo, casi cuatro meses =P, pero ya por fin lo termine. Espero que les guste. Muchos besos a todos los que lo han leído, esta hecho con todo mi corazón para ustedes. También gracias a los que han dejado reviews y a los que me han apoyado mucho, Serenity, Thanks!!!. Besos.