Capitulo 7: Deseos

Haruka fumaba el ultimo cigarrillo de la cajetilla, sentada, mirando por la ventana la quietud de la noche, a unos pasos estaba aun el retrato sin terminar de su bella figura andrógina, se levanto y camino hasta ella, la miro detenidamente, era en verdad una sublime pintura, a pesar de aun no estar terminada, podía ver como Michiru había trazado cada rasgo de su rostro remarcando la beldad de la princesa de Urano. Haruka sonrió –Que irónica es esta pintura- dijo en voz alta –Una belleza que se pudre por dentro- dijo dejando ver lágrimas correr por sus blancas mejillas. Se mantuvo de pie, inmóvil, frente a si misma.

Michiru estaba aun esperando un taxi a la salida del aeropuerto, de haber sido de otra manera la chica rubia estaría ahí esperándole en su auto, pero no podía ser así. Al fin logro tomar uno, eran poco más de las diez de la noche, había tenido un largo vuelo de regreso a Japón. Observaba el recorrido de camino a casa, abrazada a su fiel compañero, su violín –Estamos en casa- dijo tomándolo con fuerza entre sus brazos. El taxi se detuvo justo frente al edificio, bajo, pagó el viaje, tomo su maleta y su violín y con un largo suspiro entro al edificio. El elevador sería demasiado veloz, deseaba prensar un poco antes de llegar a su destino, por lo que tomo las escaleras. En realidad no pensó en nada, solo estaba haciendo un poco de tiempo antes de verla de nuevo. Las escaleras, que en un tiempo le habían parecido largas e insufribles, ahora habían sido escasas y demasiado súbitas, así que de pronto se halló frente a la puerta que conducía a su residencia. Busco las llaves nerviosamente dentro de su abrigo, cuando las halló las saco tan de prisa que cayeron al suelo, haciendo ruido, Michiru se apresuró abrir, intentando fingir que no pasaba nada, pero estaba aun más nerviosa que cuando toca a solas frente a una multitud. Al fin logro abrir, la casa estaba en penumbras y un leve olor a cigarro permanecía. Prendió las luces, la casa estaba en orden, lo cual le dio un poco de alivio. Camino, dejo su violín y maleta sobre el piso del corredor y camino hasta la habitación principal, lentamente abrió la puerta, sin hacer mucho ruido entro, en la cama yacía la rubia, dormida quizá, un montoncito de colillas yacía en el cenicero, Michiru lo levantó y tiro los restos en el bote de basura del baño. Miro como Haruka dormía tan placidamente, su cuerpo cubierto de una delicada blusa de seda blanca, que ella le había regalado, lucía tan perfecta y bella, sintió como un leve cosquilleo le recorrió la piel, ese cosquilleo que solía sentir solo de mirarla.

Haruka abrió sus ojos, miro en torno de la habitación, pero se encontraba sola, se levanto, el reloj indicaba las 2 de la mañana, camino hasta el baño, cuando escucho ruido fuera de la habitación, entonces descubrió una luz encendida en el corredor, salió entonces, ahí estaba Michiru, acomodando su ropa en la cómoda del vestidor –Michiru...- susurro Haruka al verle, Michiru sintió su presencia, giro en su búsqueda –Haruka- dijo sonriendo, Haruka sintió su corazón sobresaltarse, feliz de verla –Michiru...- Haruka corrió hacía ella y le abrazo con fuerza -Que bueno que estas aquí- dijo entre lagrimas, Michiru se sintió feliz al saber que Haruka la recibía de esa forma –Lo siento- le dijo al oído –Siento lo que pasó, todo fue mi...- Michiru selló los labios de Haruka con los suyos –No digas más, ya estamos aquí- dijo deslizando suavemente sus manos sobre las espalda de Haruka.

Sus cuerpos se buscaban desesperadamente, sus labios se saboreaban en un ritual de pasión, llenos de deseo. Sus piernas se entrelazaban rozándose, Haruka y Michiru disfrutaban de aquel momento delicioso, Haruka gemía calladamente, los labios de Michiru se adherían con los suyos, sorbiendo sus palabras. Sus manos se recorrían, reconociendo su piel y cuerpo, por un momento nada más importo que aquel momento de lujuria. Yacieron ahí, agitadas por el acto, entrelazadas aun, Haruka recargo su cabeza sobre el sensual pecho de Michiru, acariciándola aun, Michiru acariciaba afablemente el cabello de Haruka, sintiendo aun como el orgasmo pasado la envolvía, cuando Haruka la recorría con las yemas de los dedos haciéndola arder de nuevo. Haruka levantó su cabeza, y la miro a los ojos, sin decir nada, permanecieron mirándose por un momento, Haruka sonrío y le beso los labios –Sólo contigo deseo estar- le susurró antes de volver a besarla y acariciarla vigorosamente.

Ami esperaba sus papeles en la ventanilla, John la aguardaba en la sala de espera. –Doctora Ami, esperamos que le vaya muy bien, es una excelente doctora, es una pena perderla- le dijo el encargado –Gracias- dijo Ami con una cálida sonrisa. –Así que te vas ya- escuchó, volteó, ahí estaba Kaede Kaoru, en su bata de doctor –Si, así es- le dijo, él no pudo evitar notar el enorme anillo de diamante que traía Ami –Te casarás?- dijo angustiado, sin poder ocultarlo –Ah, esto... si me casare- dijo mirando la piedra en su dedo – Adiós doctor Kaoru, fue un placer- y dando media vuelta salió del lugar.

–Pasen chicas, son las primera en llegar!!- dijo la joven sacerdotisa al recibir a su invitadas, Makoto y Usagi tomaron asiento en los cojines alrededor de la mesa de té. Usagi miraba las revistas regadas por el piso de la alcoba de Rei –Aun lees esto??- pregunto mientras mostraba algunas revistas de moda –Si, aunque ya casi no las disfruto sin ti- dijo Rei sonriéndole, mientras traía con ella una jarra de té –Chicas, hay algún problema?- preguntó Usagi al mirar a sus amigas, que parecían sumidas en diversos pensamientos.

–Usagi-chan... yo... lo siento mucho- dijo Rei sentándose a su lado –Cuando llegaste me sentí muy mal, extraña, tan incomoda, sentí que por un momento todo podría ir mal de nuevo, que de pronto alguien nos atacaría inesperadamente y entonces la paz que habíamos disfrutado desaparecería- dijo en un tono grave, Rei apenas podía mirarla a los ojos –Pero Rei...- dijo Usagi –Así nos sentimos todas por un momento- enunció Makoto apenada –Tú estabas aquí, la ultima vez que habíamos estado juntas habíamos tenido una cruel batalla donde se perdió mucho, pero sentimos mucha paz después, y cuando partiste parecía que de pronto tú te habías llevado contigo todos los males que nos habían aquejado- continuo Makoto –Y aunque en un principio fue incomodo, también es una verdadera injusticia, porque tu cargaste por mucho tiempo con las penas del mundo... tuviste que pelear sola al final, sin nosotras, y así es como nosotras actuamos, no es justo para ti...- dijo la recién llegada, que portaba unas enormes gafas oscuras –Minako-chan!!- dijeron las tres al tiempo –Lo siento Usagi- dijo mirándola, quitando las gafas que cubrían sus ojos azules –Lo entiendo...- dijo mirando simultáneamente a las tres –Yo también tenía miedo de volver, estar de nuevo con ustedes... me parecía extraño, porque de pronto note que no habíamos estado así nunca, en el camino hasta aquí nos enfrentábamos siempre a retos difíciles, incluso el duelo de mi partida, su ingreso a la universidad, tenía terror, estaba asustada ante el hecho de que tendría que enfrentar demasiadas cosas, era tan sofocante, e intente ser fuerte, de diversas formas, pero aun así no pude resistir la presión... y lo mismo ocurrió con Mamoru, éramos tan diferentes y estábamos tan temeroso de lo que encontraríamos en el otro que no pudimos soportarlo- finalizo Usagi, descargando también su propia angustia.

Ami estaba parada, esperando el elevador –Ami, por favor... no te vayas- apareció Kaoru tras ella, suplicante –No puedo, debo irme, es mi decisión y tu aceptaste no interferir más en mi vida de nuevo, así que no lo hagas- dijo, subiendo al elevador –Pero...- la puerta se cerro frente a él, del otro lado de la chica que amaba, pero que no podía tener, ni siquiera era capaz de luchar por ella. –Doctora Mizuno, le llamo Makoto Kino, que le esperaban en el templo Hikawa, que era importante- le informo la recepcionista leyendo una nota –Ah, para que será, bueno, gracias Linn- dijo. Camino por el pasillo, mientras se quitaba la bata, mirando el lugar en el que había trabajado con todo su corazón, no había estado por mucho tiempo, en realidad había sido un plazo corto, pero amo ese lugar con todo su ser, porque a pesar de todo el dolor que experimento en aquel lugar también había experimentado amor: el amor a su trabajo, a los pacientes, el cariño de la gente agradecida y de sus compañeros de trabajo, enfermeras y doctores por igual, todos habían dejado una marca en ella, una cicatriz que llevaría siempre, pegada a su corazón. –Por favor, espera... no te vallas- dijo una voz que ya había escuchado antes –Te amo, Ami, dejaré todo por ti, por que no puedo ya vivir sin ti- todo mundo veía como el doctor Kaoru rogaba, Ami lo miro entonces, sintiendo pena por él –Lo siento, no puedo... ya ni siquiera te amo- dijo Ami con una frialdad que a ella misma asombro –Pasa algo?- preguntó John al acercarse a ella –No, nada, vamos- y caminaron hasta la sala de urgencias. Ami recogía sus cosas del locker, ahí adentro estaba su historia en aquel lugar, y para atestiguar una foto de Kaede –Veo que fue alguien importante en tu vida- dijo John cuando alcanzó a ver la foto –Si, lo fue, pero eso ya paso- dijo, sacándola foto del portarretrato y rompiéndola frente a John –Ahora tú eres mi presente- dijo, besándolo.

Las chicas tomaban alegres el té, había ya pasado la pesada nube que las había abrumado, sonó entonces la puerta que se abría, dos chicas de cabello oscuro arribaban el lugar, una joven adolescente en la flor de la juventud, de cabello corto con matices púrpuras, la otra atisbaba mayor edad que la casi infante, de cabello largo y brillante en una tonalidad verdosa –Hotaru- chan, Setsuna-san, pasen, bienvenidas!!- las recibieron las jóvenes senshi que permanecían sentadas alrededor de la pequeña mesa de té en le centro de la habitación de Rei.

Mamoru caminaba alrededor de la habitación, meditabundo, introduciendo ideas nuevas, antiguas quejas, el dolor de perderla, todo venía a él como en un siniestro plan maquilado por alguien demasiado cruel. Había estado repasando la escena miles de veces, y siempre llegaba a la conclusión: Había sido todo culpa suya. Pero que podía hacer ahora, tenía tanto miedo de enfrentar a la nueva Usagi, esa chica tan fuerte, tan decidida, pero a la vez tan confundida y temerosa, era una mezcla extraña de la Usagi que el amaba y la chica que había llegado de Londres, era un constante duelo en su cabeza. Tomó su abrigo, las llaves del auto y salió del departamento. Bajo por el elevador –Que tontería, donde voy a buscarla?- pensó deteniendo el elevador entre dos pisos –Si tan solo yo no viese sido tan necio...- dejo que el elevador llegará hasta el estacionamiento, camino unos pasos, hasta llegar al Ferrari rojo, titubeaba al introducir la llave, que haría cuando la tuviera frente a él, si ella le rechazaba –Estará en su derecho- dijo. Al fin abrió el auto y subió a él. Salió del edificio.

Haruka secaba su cabello sentada en la cama, Michiru aun estaba bajo la regadera tomando una ducha, había un mensaje en la grabadora del teléfono, Haruka lo escuchó entonces –Haruka-san, soy Setsuna, hay una reunión en el templo Hikawa, las chicas me pidieron que te llamará, espero que Michiru también pueda acompañarnos, te verá allá, Sayonara- Haruka se volvió asentar en la cama –Piensas ir?- pregunto la chica que salía del baño –Porque yo sí- Michiru camino hasta ella –Será bueno verlas de nuevo a "todas"- dijo, Haruka sabía que "todas" se estaba refiriendo –Estas segura?- pregunto Haruka –Claro, vamos, me vestiré rápido- la chica se apresuro a secar su cuerpo.

Usagi se recargo en el pretil a las afueras de la habitación de Rei, miraba la hermosa Luna creciente, brillante. Suspiró largamente y después recargo su frente sobre la pared –Mamoru...- pensó mientras dejaba escapar una pequeña lagrima, su móvil comenzó a sonar –Moshi moshi- respondió sacándolo del bolsillo de la chaqueta –Hi, It's Richard!- respondió –Ah, Richard, que pasa??- dijo la chica –Dónde estas, vine a tu casa, pero tu mamá dijo que habías salido- preguntó –En casa de una amiga- respondió la chica –Ah, quisiera verte, salgo en una par de horas a Londres, puedo pasar por ti??- Usagi lo pensó un momento –Claro, puedes, quiero que conozcas a mis amigas- Usagi le explico como llegar al templo Hikawa.

Haruka estaciono el auto a las afueras del templo, Michiru sentía como su corazón latía de prisa, había aceptado, deseaba sentir que en verdad Haruka le había dicho la verdad, confiaba ciegamente en ella, pero el hecho era que sabía lo que Usagi representaba en su relación, pero debía enfrentarlo, respiro profundamente y saló del auto. Haruka le ofreció su mano, Michiru la tomo sonriendo, eso era algo positivo, el frío arreciaba y el invierno se hacía presente, pero el tomar su mano la hizo sentir una cálida sacudida. Subieron tomadas de la mano las escaleras, el lugar estaba alumbrado, había poca gente que aun iba al lugar a orar, Haruka y Michiru caminaban como una hermosa pareja, nadie dejo pasar la oportunidad de mirarlos al pasar. Al fin llegaron a la parte trasera, donde se encontraba la casa de Rei, del cuarto de Rei salía un gran alboroto, se escuchaban risas y voces hablando, Michiru escucho la voz clara de Usagi, pero continuo como si nada ocurriese.

Las chicas entraron a la habitación –Buenas noches- saludo Haruka sonriendo, Usagi observo a las recién llegadas –Haruka, Michiru!!- las abrazó efusivamente –Que gusto verlas juntas!!- decía mientras las miraba indistintamente, Haruka sonrió, Michiru sentía la calidez de la princesa, sabía que ella nula culpa tenía de lo que ocurría y que aquel acto era muestra sincera del cariño que ella profesaba por ambas, así que dejo de preocuparse, Haruka parecía normal y eso era ya un alivio para ella.

Usagi miro su reloj, se levanto al notar que habían pasado ya el tiempo calculado de la llegada de Richard –A donde vas??- preguntó Rei al ver que la chica salía de la habitación –En un pmomento vuelvo- dijo. Camino hacia la salida, había ya menos gente, solo un par de personas que salían ya del templo, un chico rubio subía las escaleras, Usagi lo reconoció –Richard, here!!- le llamo Usagi, Richard traía las manos en los bolsillos –Hi, Usagi!!- dijo él llegar a ella y la abrazó. Otro chico caminaba detrás de Richard, Usagi no lo había visto, hasta que se hizo presente mientras Richard la tenía entre sus brazos –Mamoru...- dijo al reconocerlo, Mamoru miraba la escena, la chica abrazada por aquel chico, su rostro estaba pálido y claramente sorprendido –Mamoru yo...- Usagi aparto a Richard de ella, camino hacia él, Mamoru se quedo ahí, sin moverse, mirándola, deseó abrazarla y disculparse, decirle que a pesar de todo la amaba y solo deseaba estar con ella, pero no pudo, si la hubiese encontrado a solas tal vez lo hubiera hecho, pero el encuentro había sido diferente –No puedo...- murmuro –No pudo entenderlo- dijo –Escucha, yo...- Usagi intentó explicarse –No lo hagas, quédate aquí, no me detengas- dio la vuelta y se marcho, bajo de prisa las escaleras y no escucho las suplicas de la chica que le pedía esperar, pero él estaba sordo, estaba herido y cuando estaba parado junto al auto, intentando abrir, deseo que ella hubiese estado ahí, tratando de explicarse, pero Usagi se había quedado allá arriba, por qué ella no le siguió hasta ahí, por qué se había conformado con su petición y no había cumplido su deseo, no quiso preguntarse más, subió al auto y salió del lugar.

Usagi permaneció de pie, Richard no entendía nada, pero el nombre de Mamoru le aclaro que se trataba de la persona que Usagi había amado, y amaba –Lo siento- dijo ella rompiendo el silencio –Ya no puedo más, ya no quiero seguir así- lo miro, sus ojos llenos de lagrimas –Será mejor que te vayas y no vuelvas a buscarme, no quiero herirte, ya no quiero jugar más- Richard no entendía –Por qué me dices eso??- pregunto angustiado –Ya no quiero estar dividida, porque lo amo como no amaré a nadie más, aun antes de cualquier tiempo y espacio que tu conozcas, y lo amaré aun más allá de lo que tu verás, pero.... a ti también te quiero, de otra forma, porque tu representas un presente que me atreví a vivir, porque tu no debes ser parte de mí porque yo soy parte solo de él y de nadie más, porque no quiero herirte ni herirlo más, porque ya no puedo ser alguien que no soy, porque soy una mujer y debo enfrentarme a esto, así que vete, ya no vuelas, no me busques más- Usagi lloraba, aquella era una prueba demasiado dura –Pero me quieres y yo te amo, por qué debes estar con él?- Usagi lo miro –No lo entiendes, yo lo he amado a él desde antes de nacer, nací para él y él para mí!!! Tú eres solo un momentáneo cariño que sentí, tan diferente al amor que siento por él, no puede ser porque si estoy contigo solo será por un breve tiempo, una fugaz fantasía, porque él estará en mí y yo no seré tuya como lo soy de él, entiendes, no deseo estar contigo, solo lo deseo a él para mí- Richard se sintió terriblemente herido, Usagi se mordió el labio –Detén esto, no quiero seguir hiriéndote- le pidió, Richard camino hasta ella, mirándola –Entiendo... me voy, adiós Usagi- Richard camino solo en la penumbra de su propio dolor. Usagi no quiso voltear y verlo partir, sabía la crueldad que había transmitido en sus palabras.

Ami y John llegaban al templo Hikawa, subía las escaleras –Hey, Richard!!- dijo al ver al chico bajar –Hey- respondió un poco desganado –You okay?- preguntó al escucharlo –No... but I gotta go, see ya- Richard salió del lugar –Quién es él??- preguntó Ami –Ah, pues el "novio" de Usagi- respondió John –Y mira ahí esta ella- dijo al notar la figura de Usagi parada al final de las escalera –Hey, Usagi!!!- le llamo, llegando hasta ella, Usagi volteo al reconocer la voz de John, pero su sorpresa fue mayor cuneado noto las manos unidas de los chicos –Que pasa, por qué llegan a esta hora- preguntó cavilando, aunque su voz entrecortado alerto a Ami –Pasa algo, Usagi-chan??- le preguntó –Es que yo...- la chica se abrazo fuertemente a su amiga de cabello azul –Que pasa, Usagi???- preguntó de nuevo –Richard, Mamoru, yo...- decía desesperada –Calamte, calmate!!- le pedía –Haber respira- le pidió apartándola, Usagi seco sus lagrimas con el pañuelo que John le ofreció –Ahora dinos- pidió John. Usagi explico la situación, cuando Mamoru había llegado y la había visto entre los brazos de Richard, Usagi estaba demasiado confundida, como no pudo detener a Mamoru, les repitió las horribles palabras que había dicho a Richard y, aunque John lo tomaba como una metáfora romántica, Ami entendía muy bien lo que Usagi trataba de expresar al decir que amaba a Mamoru aun antes de nacer y más allá de la muerte.

–Lo siento, sé que para ustedes es un momento muy feliz y yo he venido a terminarlo con esto- decía secando sus lagrimas –Esta bien, ni modo, nos toco ser amigos de una niña muy llorona- decía Ami, Usagi sonrío –Es verdad- respondía –Pero me da gusto verlos juntos, aunque allá sido en esta situación.... pero esto es...!!!- dijo al notar el anillo en la mano de Ami –No me digan, en serio!!!- decía emocionada –Si, así es, ella es la elegida- dijo John –Pues.... Felicidades!!!- dijo abrazando a los chicos –Que bien, mis mejores amigos, juntos...- Usagi por un momento dejo que la felicidad de sus amigos la reanimará.

Continuará...

Sailor Padme (amidala(guión bajo)skywalk(arroba)hotmail.com)

Nota: Listo!! Bueno tarde un poco porque estuve muy ocupada, pero al fin he terminad, yuhu!!! Así que por favor léanlo, disfrútenlo, y espero que les guste. Ya saben dejen reviews y manden sus sugerencias y comentarios a mi mail, Vale, Besos.