Ginny tras la verdad en su obsesión por los ojos verdes… y el mismo cuento de siempre.
Rated PG-13 desde la parte final del capítulo hasta que se me antoje, a este ritmo el final del fic va a ser NC-17 XD
"Sigo sin lucrar con este negocio; aquí todo legal y bonito"
[ Red de Memorias ]
Seis: Lejos de mí (O Ginevra y el mundo mágico)
— Un poco más abajo, Ginevra, me gustaría que pusieras esa cara sexy que tenías cuando la otra sesión —varios destellos de la cámara fotográfica— vendemos perfume para las mujeres escarlatas, querida, no colonia para monjas. Eso está mejor —más destellos— y con esto terminamos. ¿No estás contenta? Acabas de terminar un trabajo bien pagado y ya tienes otro puesto y dispuesto... —
— ¿Por qué todo mundo cuestiona mi vida, Xavier? — Ginevra se levantó grácilmente al tiempo que se cubría con su elegantísima bata de seda japonesa (Un 'pequeño presente de agradecimiento' por parte de Nië). Xavier le obsequió una de sus sonrisas encantadoras cargada con algo de simpatía y comprensión.
— Mi novio trabaja con los Carrano, querida, la información vuela cuando eres leyenda —El joven fotógrafo acomodaba sus cosas en una maleta plateada.
— ¿Leyenda? —Ginny se rió sin pizca de humor— Dile eso a mis padres, en especial a mi madre: Matarse de hambre no es una forma de vida, Ginny, sin importar cuánto te paguen— imitó la voz mientras se vestía, oculta tras un biombo y tan sólo asomando la cabeza para charlar con el ojiazul.
Xavier se rió un poco— ¿Ginny? —
— ¿Xivie? —preguntó en el mismo tono burlón.
— Ea, parece que ya conociste a mi Kyle… ¿No es ilegal que trabajes para dos al mismo tiempo? —
— Para tres; Imogen y Marissa, quienes trabajan juntas pero no revueltas, acaban de empezar con las pruebas hace tres días y como tú dijiste, ya acabé con Nië. No le veo lo ilegal — salió del biombo vistiendo unos abrigadores pantalones de pana, con botas y un jersey cuello de tortuga finísimo. Su abrigo descansaba en un perchero tras la puerta.
— Seguro, bueno cariño, fue un placer conocerte —la besó en la mejilla— Espero verte luego—
— Igual yo —le besó de la misma forma— dale mis recuerdos a Kyle, es un chico agradable—
— El mejor —
Ginny seguía sonriendo mientras salía del edificio, envuelta en la calidez de su grueso y largo abrigo. Se colocó los guantes mientras cruzaba la calle y echó en falta una bufanda al tiempo en que su mente comenzaba a perderse en las usuales divagaciones de quien camina sin interés en el paisaje.
Sentía una cierta aprensión hacia el lugar; no estaba en 'casa', que era a donde todos le habían dado la bienvenida. Más bien, no sentía que su hogar estuviese en ninguna parte.
Pero ahí era peor el sentimiento, no quería estar cerca, sin embargo quería ver a su gente… ¿Quién la entendía?
Verlos y no oírlos, si era posible, porque la mataban las miradas perspicaces, los comentarios de su madre, todo. Cuestionarle la valía de su carrera, sus hábitos alimenticios (si no comía carne era porque el nutriólogo se lo condicionaba a un día por semana; y porque ya casi no le gustaba), la falta de pudor por exhibirse de tal o cual forma… la lista era interminable a pesar de que la habían recibido con los brazos abiertos, haciéndola partícipe de todos los asuntos familiares (entre los cuales estaba el inevitable y espinoso tema de La Guerra, así con mayúscula inicial por lo trascendente que era).
Toda una contradicción.
Llegó al edificio donde le habían ubicado su temporal residencia; departamento 1258 compartido con otras 2 modelos. Pero eso no era molestia, había espacio de sobra y conociendo a la gente de Imogen como la conocía, de seguro le iban a poner a…
— ¡Gin! — La puerta se abrió unos segundos antes de que la alcanzara, pegándole un susto tremendo y mostrando las figuras de Deborah Louis y Kara Parker en todo su esplendor.
… su dúo favorito para que le hicieran compañía.
— ¡Ea! Me han dado un susto de muerte —Se llevó una mano al pecho— Creo que tengo palpitaciones —agregó, jugando un poco.
— Palpitaciones te van a dar cuando veas lo que hizo Deb con el 'depa' —Con un gesto ceremonial bastante fingido, la invitó a que entrara— No pude detenerla, ya sabes cómo se pone cuando trae algo en la cabeza —
Ginny se paró en la puerta y la vista la dejó un poco sorprendida. Deborah había cambiado toda la decoración, sustituyendo los cálidos detalles hogareños con un estilo completamente sintético, moderno, lujoso y, había que reconocerlo, un poco frío. No lucía feo o de mal gusto, pero no era su estilo.
Aunque, ¿Cuál era su estilo? Ciertamente ninguno, siempre se quedaba con las decoraciones que le daban o, cuando mucho, contrataba a alguien para que hiciera y deshiciera con total libertad.
— Eh… pues, no sé, ¿Vamos a jugar a las ricas y desalmadas mujeres de la alta sociedad? —
— No olvides jóvenes y bellas — añadió Kara con una sonrisa.
Deborah se plantó frente a ellas y les sacó la lengua— Casa nueva, vida nueva… pero no creo que quieran jugar a las esnobs ahorita, al menos yo no quiero —
— Ni yo — corroboró Ginny.
— Saben que eso nunca ha sido lo mío —musitó Kara— al menos me alegra tenerlas de nuevo por aquí, ¿No quieren ver la tele? —
— Ya…—Saskia vaciló un poco— ya tenemos las cifras oficiales de… de lo que pasó ayer —Cómo deseaba no ser ella la que hablase con Harry.
El pelinegro dejó el libro en el escritorio para mirarla a ella. Dos enormes círculos oscuros opacaban el usual brillo de sus ojos, la incipiente barba y palidez del rostro estaban sólo para dar testimonio de que no había pasado una buena noche, pero ¿Quién la había pasado? Si ella no lucía peor era por el maquillaje (y por la basta experiencia que tenía en las desveladas, pero eso era cosa aparte).
— ¿Si? —
— Pues, perdimos a dos de los nuestros —Harry se cubrió el rostro con ambas manos, apoyando los codos en el escritorio— hay 7 muggles muertos, la chica tampoco lo logró —El pelinegro levantó la vista— murió en San Mungo —explicó la rubia— y también eliminaron al perro —añadió en voz baja.
Harry se rió amargamente— ¿Al perro también? Santo Cielo, Sas, ¿Qué demonios les hizo el perro para que lo mataran? —
Saskia se sentó en la orilla del escritorio, con una expresión inusualmente seria.
— Pues no era de raza, ya sabes, uno de esos perros callejeros —Harry sonrió con ironía— Si por eso matan a las personas, supongo que para ellos no hay diferencia —
— No me extrañaría, Dios, ¿Viste a ese maldito bastardo? —El chico temblaba por la rabia contenida— dejó fuera de combate a la mitad de los nuestros antes de que pudieran sacar sus varitas —
— Ese mortífago me preocupa, Harry, no te voy a decir que esperaba a unos idiotas cargados de magia oscura, pero la habilidad de ese resulta sorprendente —
— Vamos a tener un mal rato eliminándolo —
— Eh, no es que quiera ser pesimista ni mucho menos, pero dudo que puedan eliminarlo —Harry la miró con los ojos entrecerrados— Vamos, ni siquiera pueden acercársele sin quedar inconscientes, Harry… —Él se había levantado de la silla precipitadamente, los ojos refulgiendo en rabia, e ignorando el intenso dolor que provenía de su costado izquierdo.
— Gracias por el voto de confianza, Sassie, pero te recuerdo que tú también eres parte del equipo —
— Claro, el 'equipo', los 'nuestros'… como gustes llamar a la Orden. Y soy parte, no lo niego, pero ahora es tu turno de reconocerlo, Harry, este tipo es realmente peligroso…—
— Entonces para ti soy un idiota que no se da cuenta de lo que tiene frente a los ojos, ¿No es así, Saskia?, el Niño de Oro… pues verás que si "lo reconozco" —Formó las comillas con sus dedos— pero también tengo fe en nuestro poder, vamos a derrotarlos —
— En cuanto puedas levantarte sin sentir que te mueres —Y su tono no era burlón, ni condescendiente, sino la sinceridad encarnada— me llamas y te hago pantalla para que acabes con ese desgraciado —Saskia apoyó su mano en el hombro derecho del chico— ¿Ok? Mientras tanto, camina con cuidado… yo voy a ver si consigo que Seth o Amy me ayuden a hacer investigación, vas a creer que estoy loca, pero ya he visto ese tipo de movimientos antes… —
— Suenas como Hermione cuando sabe algo y no quiere decirnos hasta que se devora la biblioteca para estar segura —
— Buena comparación, pero yo no voy a leer, voy a lanzarme a la calle para investigar en tiempo real —le guiñó un ojo.
— A ti te rechazaron de la facultad de periodismo, ¿Verdad? —Saskia le sacó la lengua, fingiéndose ofendida, pero se despidió con un beso en la mejilla.
— Suerte, Harry —
— Igualmente —
Isil suspiró mientras se recargaba en la baranda del balcón, era un día espléndido y acababa de tomar uno de sus relajantes baños que tanto había extrañado. Su hermana le había cepillado la larga melena negra, adornándola con varias cadenas de diminutas flores silvestres. Con tantos mimos comenzaba a sentirse como la muñeca de aparador que nunca había querido ser.
— Buenos días, su alteza —El joven elfo hizo una reverencia exagerada al notar su atuendo; un largo vestido verde, de diseño élfico y mangas sueltas, regalo de sus lejanos parientes en los bosques del norte. Uno de los que casi nunca vestía, a no ser que el protocolo o la ocasión lo ameritasen.
— Buenos días —Isil inclinó la cabeza en señal de cortesía— Hace mucho tiempo que no te veía —Él se acercó y tomando su mano, depositó un beso en ella.
— Me alegra tanto que estés a salvo —Isil le dedicó una de sus radiantes sonrisas— Sabía que ni Mordor te dañaría, no a ti —
— Debes haber sido el único, entonces —
Aerandil era como un hermano para Isil, un hermano que no desenvainaba la espada a la menor provocación, un hermano comprensivo. No que sus hermanos no lo fueran, pero cada quien a su modo, y Aerandil era bastante más… tranquilo.
— No realmente —El elfo soltó una suave risa— Un chico me entregó algo para ti, creo que es uno de tus amigos —le tendió un sobre.
— ¿Un chico? —Isil tomó el sobre, abriéndolo con cuidado.
— No tendría más de 50( - ver notas al final) años —La pelinegra frunció el ceño— ¿Ocurre algo? —
— Aerandil… yo, te quiero pedir un favor —Ella lucía insegura.
— Claro, lo que quieras —
"Te espero esta tarde cerca del lago en el este, ven sola.
Me lo debes"
Horas más tarde, Aerandil observaba intrigado mientras la princesa desmontaba y se dirigía hacia una figura encapuchada que se encontraba recargada en un árbol. Una figura masculina, de eso estaba seguro.
Pero había algo que no le agradaba, algo en él que no le inspiraba confianza. Menos ahora que se encontraban conversando y aunque no estaban demasiado lejos, si Isil no le quería dejar oír la charla no podría hacer nada, puesto que el poder de la chica era mucho mayor que el suyo, en cuestiones de dominación y velos mentales.
— Veo que decidiste venir acompañada…—Su tono era un poco ¿Dolido?
Isil no lo podía creer.
— Desde el secuestro no me dejan salir sola. Aerandil es el único en quien que confío lo suficiente —Intervino rápidamente.
— …No te culpo —Continuó él como si no hubiera hablado la chica.
Aerandil dejó de escuchar en ese momento, por decisión de ella.
— Gothmog —murmuró ella sin saber qué decir.
— Yo —suspiró— sólo vine a decirte una cosa —
El elfo observó ceñudo cómo la figura se acercaba a Isil. Había algo en su aura que se le hacía infinitamente familiar…
— Tenías razón — Él susurró lentamente mientras se acercaba más y más.
Isil mantuvo la mirada en sus ojos verdes hasta el último segundo antes de que sus labios se juntaran.
'Algo demasiado familiar en su aura' pensó Aerandil, enfatizando mentalmente el "demasiado"
— Tenías razón —susurró de nuevo— el amor es maravilloso, hermoso y terrible a la vez —le dijo al oído antes de desparecer entre los árboles, dejándola totalmente congelada.
— ¡El hijo de Sauron! ¡El temible Gothmog está enamorado de ti! —Aerandil se aproximaba velozmente hacia ella, completamente asombrado— ¿Sabes lo que esto significa? ¡Podría hacer de espía para nosotros! —declaró, totalmente emocionado con las posibilidades que se abrían en su mente.
Entonces sí lo había reconocido por su aura, justo como ella temía
— ¿Acaso…—la voz se le quebró— no te diste cuenta?... ¡Yo respondí a ese beso! —chilló Isil, medio histérica y al borde de las lágrimas.
Todos los maravillosos planes bélicos de Aerandil se desplomaron en ese justo instante.
'Estos son graves problemas' pensó, demasiado aturdido como para formular respuesta alguna.
— Woo —fue la elocuente exclamación que dejó caer Deborah cuando el taxi se detuvo frente al lujoso edificio departamental. Ginevra comprobó la dirección que llevaba escrita, estaba bien, ahí era.
— Gin, ¿Ahí vive tu hermano? —Kara al habla, en esta ocasión— Creía que tu familia era como la mía: numerosa, afectuosa y pobre, pero esto contradice un poco…—Deb asintió con la cabeza, expresando su apoyo a la declaración.
— Bueno, Kara, mi hermano postizo ¿Se acuerdan de él?, siempre ha tenido una buena herencia en el banco… y su padrino le dejó otro tanto, según me han contado—las tres chicas, apretujadas contra la ventanilla del taxi y vistiendo sus costosos modelitos, daban todo un espectáculo— Ésa es su casa —señaló hacia los pisos superiores.
— Yo quiero un hermano postizo como el tuyo —dijo Deborah.
— Te lo regalo —Ginny se bajó del taxi— ¿Seguras que no quieren acompañarme? —
— ¿Y perdernos una noche de salvaje diversión en los antros de Londres? —Kara negó con la cabeza— Te queremos, pero no tanto —
— Ja, ja. Bueno, que les vaya bien —
— Igual a ti —
— Si vemos algún ojiverde, te vamos a conseguir su número, ¿Ok? —
Ginny negó con la cabeza, sonriendo, mientras cruzaba el vestíbulo del edificio. El "recepcionista" la detuvo.
— Disculpe, señorita, ¿Puedo ayudarla? —
— Supongo, vengo a ver a Harry… erhm, el pelinegro del penthouse —El tipo la examinó de pies a cabeza, cosa que en otras circunstancias la hubiese incomodado mucho, pero como esta vez estaba presentable de acuerdo a la "ocasión" ni se inmutó.
— Sí, el señor Potter tiene una reunión si mal no recuerdo; gente muy peculiar si se me permite decirlo. Pase —le señaló el elevador en un educado ademán— Por cierto, lindo abrigo —
— Gracias —Ginny sonrió débilmente mientras se metía al elevador, aplastó el botón y se recargó en una esquina.
'Gente muy peculiar, bueno, esa era mi señal', pensó burlonamente mientras taconeaba sobre la alfombra del pequeño recibidor. Tocó el timbre.
Casi de inmediato, la enmarañada cabeza de Hermione Granger se asomó para darle la bienvenida.
— ¡Ginny! Creíamos que no ibas a venir, pasa —
— No tienen tanta suerte —sonrió y entró a la casa tras Hermione.
Ginny se sorprendió un poco, a excepción de unos cuantos centímetros, todo el apartamento estaba alfombrado; en lo que estaba a la vista, claro. Hermione debió captar su mirada, porque se rió un poco.
— A Harry le gusta andar descalzo, debiste haber visto cuando recién se mudó. Ni un solo mueble, pero la alfombra y la calefacción en el piso estaban instaladas el primer día —Ginny sonrió ante la excentricidad, notando por primera vez que también Hermione estaba descalza, por lo que se veía bastante chaparra. Tras unos pasos, comprendió la razón; uno no podía traer los tacones de aguja (que tanto le gustaban a ella) sobre estas alfombras sin que se arruinaran.
— Con lo caro que le debió haber salido y yo echándolo a perder —murmuró, pero Hermione (quien la guiaba a la sala, presumiblemente), varios pasos frente a ella, no la escuchó.
Así que, no teniendo la familiaridad suficiente como para tomar la iniciativa propia de quitarse los botines, la siguió hasta comprobar que sus suposiciones eran ciertas. La llevó a la sala; donde Ron y Harry veían el televisor al tiempo que charlaban y comían palomitas de maíz.
Y pensar que justo en ese momento, de no ser por ellos, estaría contoneándose con Deb y Kara en alguna discoteca…
— He visto funerales más animados que ésto —comentó, atrayendo la inmediata atención de los jóvenes.
— Whoa, Ginny, ¿Eres tú o el animal ese que traes te tragó y hablas desde su estómago? —dijo Ron, haciendo referencia al abrigo que llevaba.
A Ginny no le gustaba vestir otra piel que no fuese la suya, pero con el frío que estaba haciendo tenía que dejar de lado sus preferencias para buscar lo que más se le acomodara.
— Muy gracioso, Ronald —comenzó a desembarazarse del ostentoso trasto, agradeciendo el eficiente sistema de calefacción de Harry— pero ¿Es que tu no sales o qué? Afuera está horriblemente helado, una no puede caminar por la calle sin convertirse en un témpano viviente —dejó el abrigo sobre el respaldo de un sillón.
— Pues si una va a caminar por la calle medio desnuda, ni echándose un Yeti encima…—Ron tenía los ojos desorbitados al observar a su hermana.
Como si una falda larga con abertura a medio muslo y una blusa de hombros caídos fueran la gran cosa…
— Vamos, Ronnie, no te escandalices por tan poco… ¿Verdad, Harry? De seguro tú has visto muchas chicas con atuendos más pequeños —El aludido, tanteando la mirada asesina de su amigo, sólo carraspeó.
— Eh, Ginny, ¿Por qué no te pones cómoda? —Ginny se sentó en un sofá, junto a Hermione— ¿Quieres algo de beber? —
— No, gracias ¿Te importa si arruino tu alfombra…? —miró al piso— ¡Blanca! ¡En la sala! Parece que no te importa —
Harry se rió suavemente— No le pasa nada —
— Ja, ¿Quieres apostar? —le señaló el lugar donde había estado parada, sitio donde sus tacones habían dejado marca.
— Bueno, al menos los zapatos normales no le hacen nada… ¿Sería mucho pedir que te quitaras las cuchillas? —
— Ejem, creo que la gente civilizada los llama 'botines' o 'botines de tacón aguja', pero no es mucho pedir —y procedió a la operación, notando que sus hermanos (tanto el biológico como el "adoptivo") también estaban descalzos.
— La gente civilizada debería llamarlos "castigo" o "tortura" —Harry miró medio alucinado los botines— ¿En serio se pasan horas sobre estas cosas? —
— Así es, y se siente peor de lo que se ve —intervino Hermione— Yo no los uso a menos de que sea completamente inevitable —
— Pues yo no —Habló Ginny, un poco irritada— Los uso a todas horas: botines, botas, zapatillas, sandalias, etc., todos con tacón de aguja. Los uso en las pasarelas, en las fiestas después de las pasarelas, cuando salgo… y aquí me ven, ¿Lucen flagelados? —obviamente se refería a sus pies— pues no. Así que busquen otra cosa con la cual estarme molestando, por favor —
Todos se quedaron en silencio, Hermione balbuceando dubitativamente.
— Ginny, realmente no queríamos ofenderte, no fue nuestra —se detuvo a un gesto de la "pelinegra"— intención —
— Déjalo, Hermione — La chica centró su atención en el televisor, en el cual acababa de comenzar un noticiario.
— "Hoy, aproximadamente a las 10 de la mañana, fueron descubiertos los cuerpos sin vida de toda una familia en una tranquila zona residencial a las afueras de la ciudad. Hebert Porter y su esposa Marilyn fueron finados ayer alrededor de las 10 de la noche, según los exámenes médicos. Sus hijos Killian, Margaret y Tobey de 10, 8 y 4 años de edad, respectivamente, murieron aproximadamente media hora antes, mientras que Elizabeth y Mark Stanton, padres de Marilyn Porter, fallecieron unas horas después al igual que su perro —la conductora emitió un pequeño sonido de incredulidad— Los detectives declararon su inclinación a pensar que se había utilizado algún veneno o arma biológica, puesto que los cuerpos no tienen el más mínimo daño; pero los informes forenses no han encontrado rastro de químico alguno en los cadáveres, salvo el pequeño detalle de que todos, incluyendo el del perro, tenían una gran cantidad de adrenalina en el torrente sanguíneo…—
Ginny se volteó, los ojos abiertos de par en par, y pidiendo una explicación en silencio. Ellos lo sabían, así como cada brujo (o bruja) que estuviese viendo la televisión en esos momentos. Era obvio para cualquiera que supiera mirar.
Magia. Y La Guerra del Mundo Mágico.
— ¿Pero qué demonios…? —la pregunta murió en los labios de Ginevra.
— "…se desconoce el móvil del crimen, realmente, aunque la hija mayor de los Porter, Sarah, de 17 años de edad, ha desaparecido en circunstancias misteriosas…" —
— Sarah era… —la voz de Hermione tembló un poco— Sarah era sangresucia, Ravenclaw que debió haber sido Slytherin. Ignoramos por qué Voldemort quería secuestrarla dado a que murió en San Mungo…—de nuevo le tembló la voz— no pudimos salvar a la familia, ni a los de la Orden —ésta vez la castaña dio una pequeña risita histérica— los aurores del Ministerio ni se enteraron —
— Dios… ¿Cuántos..? —
— Dos —Harry contestó.
— Y tan sólo había 1 mortífago —Ron tenía el mismo aire de seriedad que embargaba a todos, tan impropio de él.
— ¿Cómo pasó eso? —
— Realmente había cinco mortífagos, pero se quedaron al margen y uno solo asesinó a todos, hechizó a varios y golpeó a otros tantos —Harry se tocó levemente el costado izquierdo. Ginny entendió el gesto.
— Lo que me gustaría saber…—murmuró Hermione— es desde cuándo los mortífagos entrenan en combate cuerpo a cuerpo —
— ¿Combate cuerpo a cuerpo? —
— Sí, ya sabes, patadas altas, giros de 180°, secuencias de golpe-defensa-golpe…
— Estrategia ofensiva y defensiva, completo dominio sobre la capacidad anatómica —Ginny parecía hablar consigo misma
— Sí, ese tipo de cosas —contestó Hermione con el entrecejo ligeramente fruncido.
Nadie más captó el extraño intercambio.
—"… Pero aunque se tomase la vertiente de secuestro, el asesinato de la familia no tiene lógica, ni propósito ¿Quién pagaría el rescate en dado caso?..." —
— Ordené que trajeras a la chica con discreción, y en cambio asesinas a toda la familia y al —resopló burlonamente— perro, ¿Acaso no estás familiarizado con el lenguaje que utilizamos aquí? —la pregunta era todo, menos una exigencia de saber la respuesta.
Y él no pudo evitar sentir un horrible Déja V, si le había dicho casi las mismas palabras. Aunque aquella vez había sido por no cometer una masacre y en esta ocasión era por haberlo hecho, ¿Acaso no era irónica la vida?
— La situación se salió de control, mi Lord —Odiaba tener que mantener una postura sumisa, arrodillarse ante un ser como aquél.
— Me desobedeciste y serás castigado por ello —
Déja V de nuevo.
— Sí, mi Lord —hubiera dicho "Sí, padre" y sería la misma escena de antes.
Escuchó los, inaudibles para cualquier humano normal, murmullos de los demás Mortífagos.
Bueno, quizás no sería la misma escena, pero se le asemejaría bastante.
Ginny se arrebujó en el sillón, faltaba poco para que amaneciese pero no podría conciliar el sueño… además de que Kara y Deborah no habían regresado (cosa bastante normal, a decir verdad). Así que no tenía caso acostarse para que luego sus amigas la levantaran con todo el barullo que hacían siempre.
Realmente estaba consternada, ya presentía a quién se referían Ron, Harry y Hermione. Sólo había una persona que podía actuar de aquella manera, a pesar de todo.
No, no debía pensar en eso, debía despejar su mente y concentrarse en lo suyo. Sí, en lo suyo. Había bastante trabajo por aquellas fechas, además de que se acercaba la navidad y aún no había comprado los regalos; quizá mañana, que era domingo y lo tenía libre, se dedicara a ello.
Le compraría alguna joya a su mamá, libros a Hermione, algo muggle para su pap
¿Y si realmente era él? ¿Y si decidía acabar con Harry en su descabellada carrera por conquistar el éxito? Porque eso era lo que siempre había querido, ser alguien en la vida, alguien importante y poderoso, destacado por sus propias habilidades y no por los privilegios de su cuna… pero vaya forma había escogido para alcanzar la meta.
Lo odiaba, odiaba con toda su alma que él fuera tan egoísta, que siempre tuviera que vanagloriarse de todo, que no pudiera estar a la sombra de nadie, que siempre quisiera destacar, que tratara de lucir sus habilidades en cada oportunidad; al menos la última vez había tenido un buen corazón. Ahora, con todo el rollo de ser grande, lo dudaba.
Porque ser grande no incluía multi-homicidios, eso ya se lo había dicho, aunque no la escuchara.
Ahora menos que nunca la había escuchado, a decir verdad, no había sido jamás de los que se detienen a pedir la opinión de todos antes de tomar alguna decisión, pero ahora ni siquiera había prestado atención a sus histéricos gritos de advertencia y desesperados ultimátums.
Le había ofrecido un puesto como su contraparte femenina, bonita cosa, como si ella fuera a zambullirse en una de sus carreras sin sentido por la gloria sólo por que él se lo pedía. Definitivamente no. Ni por él haría tal cosa.
Una solitaria lágrima escapó de sus ojos, no iba a pensar en ello. No más. Y si tenía que noquearse para dejar su mente en blanco, pues bien, lo haría.
— No creo que esa sea muy buena idea —la voz era débil, proveniente de los enormes ventanales modernistas que Deborah había mandado colocar, pero aún así pudo reconocerla.
Se levantó de un salto. Dimitri.
— Por Merlín…—Ginny trastabilló mientras se acercaba a la figura, casi se enredaba con su propio pantalón pijama. Se le desorbitaron los ojos.
Ahí estaba, recargado contra el marco de los ventanales y con la más grande mueca de dolor que jamás hubiera visto; aún así lucía tan magnífico y poderoso como de costumbre.
Lo que sí no estaba como de costumbre era su cabello, una cascada de prolijos bucles que le llegaban hasta los hombros, y su piel, de un tono acaramelado totalmente perfecto. Además de que su usualmente inmaculada vestimenta había desparecido, de hecho no había vestimenta alguna.
Se atragantó mientras desviaba la vista, ligeramente sonrojada
'¿Cómo demonios se broncea un vampiro?'
Ginny se paró, al fin, enfrente del ojiverde. Notaba que éste padecía un gran dolor, o al menos eso parecía.
— ¿Qué demonios te pasó? —
— Larga historia, Ginevra —Hablaba despacio, como si el simple hecho le costara un gran esfuerzo— Necesito tu ayuda —
Ah, mágicas palabras eran esas; Ginevra Weasley olvidó completamente su coraje para con él.
— Claro —le tendió la mano— ya va a amanecer —comentó, más para si misma y sin ser consciente de lo que esto significaba para él.
— No de nuevo —murmuró él, alargando el brazo para tomar la mano de Ginny y cayendo sobre ella en el movimiento.
'Oh, oh'
Ginny imitaba a las amapolas bajo el sobrenaturalmente pesado (y desnudo) cuerpo de Dimitri; o quizás las superaba, porque su rojo comenzaba a ser morado por la falta de oxígeno.
— Me estoy asfixiando —jadeó mientras se retorcía inútilmente, porque era obvio que no podría moverlo.
— Lo siento, es la parálisis solar —Comenzó a levantarse, aunque los movimientos eran mucho más lentos y torpes.
Ella se puso de pie en un salto — No puedo dejar que te congeles aquí entonces, pero ¿Dónde? —caminaba en círculos frente a él, pensando— Tengo que encontrar un lugar rápido, porque no podré moverte yo, ¿Y por qué demonios estás desnudo? —dio un manotazo al aire, en seña de que no importaba— Olvídalo… No tenemos desván o sótano, que sería muy útil, además está el asunto de que Kara y Deb rondan por todo el lugar, no puedo evitarlo, es su casa también; no queda más opción que mi cuarto, sígueme —
Dimitri no pudo contener una sonrisa, aunque le dolió, por la forma en que Ginevra había llegado a una conclusión tan obvia desde el principio. Mente de mortal, aunque su esencia no fuera la de uno, vaya cosa más curiosa.
La siguió de todas formas, sintiendo sus miembros más pesados a cada momento; para la hora que era, cualquier otro vampiro hubiese caído paralizado.
La menor de los Weasleys agradeció mentalmente a Deborah por las pesadas cortinas que había colocado en los cuartos, mientras corría a cerrarlas. Ahora ¿Dónde podría yacer su diabólico acompañante?
Quizás en la cama… pero ¿Dónde dormiría ella? Aunque era matrimonial y había espacio de sobra, no podría acercarse, puesto que el riesgo de que Dimitri la estrangulara inconscientemente durante su descanso era bastante alto (Ella sí había puesto atención en las clases de Defensa Contra las Artes Oscuras).
Entonces, ¿En la bañera?.. No, demasiado incómodo y aparte le estorbaría cuando quisiera ducharse, por no mencionar que necesitaba el baño.
En esos dilemas se encontraba cuando Dimitri la pasó de largo, dejándose caer pesadamente sobre la alfombra puesta a un lado de la cama y quedando inmóvil al instante.
El sol había salido ya.
Ginny parpadeó un par de veces antes de asimilar lo sucedido. Bueno, cuando menos el problema del lugar había quedado solucionado.
Suspiró pesadamente mientras quitaba una de las sábanas que había en la cama y la dejaba caer suavemente a lo largo del cuerpo masculino, medida necesaria para preservar su calma.
Porque, vampiro, monstruo y todo, Dimitri estaba buenísimo.
Notas:
(1) La edad de los elfos es diferente, muy a mi pesar desconozco las equivalencias (aproximadas, al menos), pero si viven miles y miles de años, pues un elfo de 50 sería (en este caso y haciendo suposiciones) como un niño pequeño.
Meimi, después de tanto tiempo y tantas cosas, deberías haber escrito algo que lo valiese… pero bueh, ya no queda nada por hacer. Esto es lo que tengo en vista de que Dimitri se enojó porque lo mandé tatemar (es que es medio delicado el niño) y se negaba a hacer acto de presencia.
¿Qué querían que hiciera? '
The Dark: Bien, ahora conozco los X-Files de la clonación humana XD... por cierto que se me aclararon muchas dudas...
Por lo demás, (y para romper con la cadena de los reviews largos XD) pues lo del reitiado (es una nueva palabra, XP) obedece más a mis paranoias y a que no me quiero convertir en pervertidora de menores, al menos no aún... ntc.
Bueh!, sigo luchando con pitas... aunque, para serte sincera, le estoy agarrando gusto a estas cosas :P
Bye!
Luadica: ¡Tú también! (Saca un letrero: Reunión de lectoras de Annie Ricie XD) Sí por aquí era el asunto... Gracias por pasarte por aquí ;
Sarah Fénix Black: Pues, el rollo de Dimitri fue por las constantes peticiones XD... Lelio sigue haciendo de las suyas, aunque eso no es parte de esta historia.
Y si tú te quedas con Cole... ¿A mi qué me toca TT?
Anna: XD Gracias, lo de qué tiene que ver con Gin es la pregunta del millón :P... ntc, se irá sabiendo con el tiempo y pss, ¿Tú que crees, Elfa o vampira? (para lo segundo no encuentro muchas razones, dado a que ningún vampiro le ha hecho nada para convertirla...
Au revoir, mes petites!
