A estas alturas del partido ya saben sobre lo que vamos, así que ahorro desgaste de dedos. Eso y que soy floja.

PG-13: niños normales, aléjense de la pantalla. Conste que yo avisé, luego no me echen la culpa si sus hijos crecen morbosos.

"(-------------------Inserte disclaimer aburrido aquí-----------------------)"

La próxima vez buscaré algún stripper que les haga show para que se entretengan con esta parte, quizá.

Por si les interesa, después de que sucediera lo del capítulo siete (El juego de Dimitri, que nadie parece haber adivinado por cierto), en la noche siguiente para ser más precisos, la historia se divide en el sidestory (La Locura) y la primera charla entre Ginny y Dimitri; o sea, que mientras estos dos platicaban, los otros dos hacían sus cositas X'D ¿Alguna duda?


Red de Memorias

Capítulo Ocho: De tropiezos y obstáculos (O Por qué le quería cuando no le tenía y por qué no le quería cuando le tenía)


And I know I may end up failing too...

Y sé que puedo acabar fallando también...

"Numb—Linkin Park"


Aerandil y Wilwarin, ella riendo como nunca, se metieron al cuarto de Isil y cerraron la puerta.

— Y a esos dos, ¿Qué les pasa?— preguntó Gothmog, sin dejar de hacer trazos en el papel.

— No lo se...—contestó Isil, sonriendo al ver lo bien que se llevaban sus mejores amigos.

— Es sólo que—Wilwarin se reía y no podía hablar al mismo tiempo— Aerandil se encontró con Arwen en el pasillo, y como ella creía que estabas con él, se extrañó de que no fuese así. Entonces le pregunta por ti y él, muy estúpidamente, contesta que estás conmigo... pero yo venía caminando por el otro lado...—más risa— por Eru que jamás había visto un elfo tan rojo.

Aerandil hizo una mueca de fastidio, aunque sin perder la alegría.

— Por cierto, Balrog, ¿Cómo fue que te metiste hasta su cuarto?

El rubio se encogió de hombros, sin dejar el dibujo que obviamente era de Isil.

— Eso no es muy decente, chico. Deberías comportarte mejor, ella es una princesa después de todo— comentó Wilwarin.

— ¿Y tú qué tienes que ver con todo esto?— preguntó Gothmog, sin tacto alguno y ofendiendo a Wilwarin.

— Nada, nada... nomás salvo tu oxigenada cabecita de tener una cita romántica con la horca, como tres veces al día, gracias por preguntar—gruñó.

— Wow... chica, jamás había visto a una elfa tan agresiva—Isil le dio un pellizco por meterse con su amiga. Gothmog le miró adolorido— de acuerdo, lo retiro. Los elfos son más peligrosos de lo que se dice

El comentario hizo sonreír a los tres elfos.

— Es tarde—murmuró Isil— sería hora...

— ...de que me fuera, amor mío, eres mala

— Aprendo de ti

— Yo también te quiero— Gothmog dijo antes de cerrar la puerta.

Aerandil y Wilwarin se miraron, disfrutando de aquel brillo de felicidad en los ojos de Isil.

Unos segundos después, sendos gritos de "¡Intruso!" los sobresaltaron. Gothomg entró de nuevo, visiblemente agitado.

— Lo siento, creo que tomé la vuelta equivocada.

— ¡Lo tenemos! ¡Está en la habitación de Isil!— Uno de los hermanos de ésta gritaba del otro lado de la puerta.

— Eso parece— comentó Wilwarin.

— ¿Te vas a quedar todo el día ahí?— preguntó Aerandil, haciendo reaccionar a Gothmog.

— No—murmuró mientras se paraba en el marco de la ventana, besaba brevemente a Isil y (justo en el momento en que la puerta se abría, dejando pasar los enfurecidos hermanos) saltaba hacia su libertad.

— ¿Pero qué dem...?—La pregunta murió en los labios del elfo guerrero al observar a su hermana menor, su "acompañante" oficial y la dama de la reina sentados como si nada pasara.

— Buenos días— saludó Wilwarin

— ¿Cómo fue que dejaron escapar al intruso?

— ¿Cuál intruso?

— No finjan, yo lo vi saltar por esa ventana... empiecen a explicarse ahora, por favor

Los tres se miraron alternativamente, podían seguir fingiendo demencia...

— Era ese maldito Balrog... Gothmog, estoy seguro— El otro hermano de Isil hacía su aparición en escena.

Definitivamente tenían que seguir fingiendo demencia...

— Y su esencia está impregnada en ti, Isil— Arwen, la mayor y más sabia de todos le miraba con el cariño de hermana oculto tras la duda.

O tendrían que confesar.


... Bendita paciencia la suya. Dimitri se recargó en el calce de la puerta, mientras observaba a Ginny despotricar contra todo ser viviente y no viviente.

— ¿Y tus amigas?

— Ah, eres tú... están de fiesta, creo

— Mmm, interesantes chicas, ¿Por qué tan enojada, princesa?

Ginny le dedicó una mirada furibunda— Te golpearía, si no supiera que es inútil

Dimitri ladeó la cabeza— Eres demasiado inteligente para eso, ma chérie

— Yo no soy tu nada, deja de llamarme cosas en francés... o en cualquier otro idioma, y no pongas esa cara—gruñó, al notar la incipiente sonrisa en Dimitri.

— Vaya, si lo que quieres es practicar para espantar personas, mejor olvídalo. Te sale de maravilla

Ginny arqueó una ceja.

— Te apuesto mis colmillos a que ese es un gesto aprendido, ven acá y cuéntame qué te pasó para que te enfadaras tanto

Ginny torció la boca en desaprobación, pero al final se dejó caer sobre el sofá e hizo un descuidado gesto para invitar al no-humano.

Dimitri le dedicó una sonrisa predatoria, atenuada, mientras se movilizaba en dirección a la chica. Le divertía en sobremanera cuando la bruja-modelo se comportaba tan "anti glamour" sin lograrlo, porque el halo de superioridad lo tenía demasiado impregnado.

— Me mandó flores, el muy... idiota, siempre ha tenido mierda en la cabeza pero esto sobrepasa sus propios estándares. Totalmente estúpido, me mandó 13 tulipanes amarillos hechizados y una tarjeta que casi ponía: ¿Y ahora con quién te vas a meter, zorra? Como si... como si... ¡Argh!

Dimitri alargó el brazo para atraerla junto a él, como si estrellarse contra un pecho que parecía de piedra fuera reconfortante. Y, extrañamente, lo resultó para Ginevra; quien se dedicó a suspirar mientras se tragaba el coraje.

— Quizás me estoy engañando, pero tengo entendido que los tulipanes amarillos simbolizan el amor sin esperanza... ahí hay algún mensaje, ¿No te parece?

— No empieces tú también, que eso ya me lo habían dicho. Y no significa nada relevante, no existe ningún dato nuevo que aportar a la historia, Dimitri. Se ha dicho lo que había por decir, se hizo lo que se pudo hacer... él escogió su vida y yo la mía; a diferencia de ti, nosotros tenemos el tiempo contado y ni él ni yo pensamos desperdiciarlo en algo que no se ajusta a nuestras propias expectativas. Eso es todo.

— Vaya, Ginevra, ese fue todo un discurso. Repítemelo tres veces a ver si te lo empiezas a creer... ah, y no me mires así, que minas mi autocontrol y me quedan algunas cosas por decirte aún

Ginny hizo una mueca— Yo no te miro de manera que pierdas el control sobre ti mismo, por favor, jamás he enloquecido a nadie

— Seguro—rió Dimitri— lo que pasa es que los vampiros acostumbramos a pasar el tiempo en las salitas de las brujas convertidas en modelos, tú sabes, para entretenernos un rato

— Tampoco hace falta el sarcasmo—murmuró molesta— ya entendí que no sueles hacer esto

— Ginevra, querida mía, si no me gustaras tanto te zarandearía hasta que recobraras la cordura—Ginny bajó la mirada, avergonzada— ¿Qué? ¿No te lo había dicho?—una risita, mientras colocaba ambos brazos sobre el respaldo del sillón, acorralando a la chica— pensé que era obvio, ¿Por qué si no habría de seguirte hasta aquí y pasar por todas las dudas que me inflinges?

Ginny se iba contrayendo más y más conforme Dimitri se echaba sobre ella, con una sonrisa nerviosa. El ojiverde era tan imponente como apuesto y atemorizante.

— Eh... yo no suelo compenetrar con chicos que me llaman fenómeno—balbuceó, nerviosa pero sin dejar ir la oportunidad de reclamar por ello.

— Pues verás, Ginevra, que yo no compenetro a nadie, desventajas de estar muerto, tú me entiendes—dijo, sonriendo perversamente.

El famoso sonrojo Weasley hizo acto de presencia en la cara de la chica, quien no sabía ni para dónde hacerse.

— Eh, no me refería a eso y lo sabes—

— Igual que yo no te llamé fenómeno, Ginevra...

— ¿Por qué me dices así?—Interrumpió, tratando de desviar la atención.

— Así te llamas, Ginevra, ¿Qué no?

— Sí, pero, el llamarme 'Ginevra', con sus 7 letras, no es un plan que la gente adopte constantemente...

— Soy de otra época, pequeña—Ginny tembló al sentir el contacto frío de los labios sobre su piel— las cosas se hacían diferente entonces

— Ya... ya me di cuenta. Ahora no sueles atraer a nadie metiéndote con su humanidad

— ¿Vamos de nuevo, chérie? Ya sería hora de que fuéramos aceptándolo, las cosas nos suceden diferente

— Eres tú el que va de nuevo, yo no tengo nada... ¿Qué demonios haces?

Dimitri se había puesto de pie en un salto, levantándola en volandas y plantándola frente a un espejo.

— Dime—inquirió seriamente— ¿Qué es lo que ves ahí?

Ginny frunció el ceño. Tras unos momentos de duda, respondió— Veo a una chica y un chico

— ¿Cómo es él?

— Alto, musculoso, tiene el cabello rojizo, tirándole a castaño pero sin perder el tono, rizado, huh... piel morena, ojos verdes...

— ¿Dirías que es un chico común?

— No

— ¿Por qué?

— Porque no es humano

— ¿Y por qué piensas eso?

— Por el color de sus ojos, el brillo de sus uñas, la fuerza que posee y sus habilidades sobrenaturales

— ¡Bingo! Entonces él no es humano, es un...—dejó abierta la frase para que ella la terminara.

— Vampiro

— Precisamente. Ahora, el chico es un vampiro ¿Y ella?

— Una bruja

— ¿Cómo lo sabes?

— Porque nació en una familia de magos, estudió en una escuela de magia... se le daban los encantamientos y las transfiguraciones, pero era malísima en pociones... porque probó sus habilidades en algunas ocasiones...

— Y dime, ¿Ella ha cambiado desde aquellos tiempos en que estudiaba en la escuela de magia?

— S

— ¿Cómo?

Ginny suspiró, no le agradaban los métodos que estaba empleando el ojiverde, pero sentía que no podría escapar de cualquier forma.

— Solía ser diferente, físicamente era más baja, más regordeta, pecosa, su piel tenía una textura diferente y su cabello era rojo... como los tomates.

— Sí—Dimitri no pudo evitar una sonrisa, a pesar de su seriedad— como los tomates. Y ahora, ¿Ves algo de eso?

— No mucho

—Yo diría que nada, porque ahora lo que veo es una cabellera negra, un cuerpo delgado y largo, piel de anuncio... ¿Crees que eso sea común?

— No

— Entonces ella no es una chica común

— Yo diría

— Igual que con el chico, no es común porque no es humano—le susurró al oído— deducción lógica, Ginevra

Cerró los ojos, apesadumbrada, mientras tragaba saliva. Y al abrirlos Dimitri había desaparecido.


— Ustedes deben una explicación

— Aerandil y Wilwarin no tienen responsabilidad alguna, padre, el asunto es conmigo— contestó Isil, seria y decidida.

— ¿Ah si? Entonces explícanos, Isil, qué hacía un Balrog en tu habitación... y por qué encubriste su huida

— ¿Acaso no es obvio, padre? Ya deberías saberlo, siendo tú un ser tan poderoso y tan versado en la lectura de los designios del futuro...

Aerandil dirigió una mirada de genuina preocupación a Wilwarin. No era momento para que la princesa demostrara los hábitos adquiridos del estúpido Balrog.

— No, Isil, no lo es. Agradecería que te sinceraras conmigo y dejaras esos rodeos cínicos que no son propios de ti

— Supongo, padre... ¿Conoces a Gothmog?

— El hijo de Sauron, solía ser un enemigo muy peligroso, pero ¿Qué tiene que ver?

— Realmente, padre, tiene todo que ver. Es Gothmog a quien mis hermanos perseguían hace rato...

Wilwarin abrió los ojos desmesuradamente... ¿Cómo era posible que Isil estuviese tan tranquila?

— Y a quien tú ayudaste a escapar...

— Así es. No iba a permitir que destazaran al hombre que amo

La habitación se congeló. Nadie daba crédito a lo que oía.

— ¡Isil! No es el momento para bromas, niña—siseó Arwen.

— ¡No es una broma!—gritó Isil, con lágrimas en los ojos— ¿Es que no entienden? Les hablo y pareciera que no me escuchan, me descalifican sólo porque no soy como se espera que sea... Pues estoy harta. Le amo y él me ama, fin de la historia.

— Esas son ridiculeces, Isil—intervino el padre, con tono serio y como si se estuviese encargando de algún inconveniente menor— No puedes amar a un demonio, contradice todo lo que tú defiendes...

— ¡Pero es que él no es así! ¡Es mucho más humano que todos ustedes!

—... y sólo estás confundida—continuó como si no la oyera— Tendrás mucho tiempo para recapacitar en ello. El Balrog no volverá a poner un pie en esta casa, bajo pena de muerte; la suya por todas las que ha causado... y ésto no saldrá de aquí. Llévensela—ordenó a Wilwarin y Aerandil.


La mañana no recibió muy bien a Ginny, tenía un ligero dolor de cabeza porque no había podido dormir bien desde que Kara y Deb la despertaran con su escandalosa llegada y ahora era el gran día.

La pasarela comenzaba a las 8 de la noche.

Se levantó de la cama, somnolienta, dispuesta a arreglarse mientras escuchaba los mensajes de su contestadora, que no había revisado el día anterior.

Al tiempo en que un chico expresaba sus deseos de contactar a Kara de nuevo, entró al baño (ya vestida), y se cepillaba los dientes cuando notó algo que la dejó helada.

Se llevó las manos a los costados de la cabeza, horrorizada. Era imposible, eso no le podía estar pasando a ella...

"...seres como tú. Caminan entre la gente, confundiéndose casi siempre aunque brillando con una luz etérea en otras ocasiones, pero son pocos. Mi maestro vio a uno desaparecer y ahora yo te veo a ti, pequeña, convertirte en uno de ellos...Estás cambiando, y sería sano que lo aceptaras"

"¡Estás loco! No me importa que seas el mismísimo demonio... me largo"

...Sí, pero sigo siendo la única puerta al conocimiento que buscas..."

El cepillo dental cayó al suelo, mientras la voz Dimitri (y la suya propia) hacía eco en su cabeza, sin opacar la voz que sonaba en el resto del departamento.

"Ginny, soy Harry, creo que sería bueno que te dieras una vuelta a Grimmauld Place para que habláramos, no te imaginas lo que Sas me contó anoche... bye"

Por Merlín, ¿Cómo rayos iba a ocultar esas malditas cosas en su cabeza?


— Despierta, bello du...¡agh!—la burlona frase que comenzaba a emitir el moreno había sido asesinada por la potente mano que se cerraba en torno a su cuello.

Unos segundos antes de que se asfixiara, su agresor abrió los ojos. Notándose confundido de la escena que se desarrollaba frente a sí, se quedó mirando al moreno que comenzaba a ponerse morado

— ¿Qué pasa?

— Dga... me... as...fi....xi...as—logró articular.

— ¡Oh!

El recién despertado alejó su mano rápidamente, sin ser totalmente consciente de lo que acababa de suceder.

Su amigo cayó al piso, luchando por normalizar su respiración y cuando por fin lo hubo logrado, se volteó a verlo con una mirada totalmente acusadora.

— Dulce Merlín, ¿Así recibes a todos?

— ¿Qué cosa?

— ¡Casi me matas! Y eso que sólo venía a despertarte. De cualquier forma, parece que algo importante te va a suceder, como siempre, el Lord quiere que estés en la reunión de la mañana. Ya sabes, la de los peces gordos...

— Sí...—el chico no pudo evitar la sonrisa de satisfacción que se le pegó a la cara, sobre todo al notar el ligero matiz de envidia que llevaban las palabras de su amigo— Es lo que sucede cuando te dedicas a la causa, mi querido compañero

— Ja... es lo que sucede cuando eres un asesino maniático—replicó el chico, frotándose la gran marca que habían dejado los dedos ajenos en su cuello.

El llamado asesino maniático frunció el ceño, evaluando el hecho para poner una sonrisa perversa al final.

— Tengo buenos reflejos... y un enorme instinto de autoconservación—Dando una palmada en la mejilla de su amigo, salió con paso grácil.

Había esperado mucho tiempo por el reconocimiento...

Alisó las túnicas negras mientras caminaba, con aquel paso que lo diferenciaba del resto de los mortales: ágil, flotante, listo para el ataque. Con aquel paso de predador que había aprendido antes de ser él y que había reforzado con el tiempo.

Repasó mentalmente el hecho de que casi había estrangulado a un compañero... por lo visto cada día desarrollaba nuevos talentos homicidas. Muy bien ocultos, por supuesto.

Su carcajada, carente de humor y cargada de ironía, resonó en los pasillos sobresaltando a los miembros que por ahí se encontraban. Tras observar la cabellera rubia esconderse bajo la protocolaria máscara blanca, decidieron restarle importancia. Después de todo, ese Mortífago en particular era famoso por su excentricidad, casi tanto como lo era por su efectividad.


Aquella mansión había visto sus días de gloria en épocas pasadas, había sufrido un grave abandono poco después y ahora se encontraba de nuevo bajo el cuidado de una extensa familia.

Una extensa familia conformada por decenas de personas que, mayormente, no compartían lazo de sangre alguno. Los mismos ideales de un mundo sin odios injustificados eran los que los unían.

¿Adivinan? El Cuartel General de La Orden del Fénix, anteriormente conocida como la Casa Black.

Y en una de sus múltiples habitaciones se encontraba la dichosa Orden en pleno. Albus Dumbledore presidía, aunque informalmente, sentado a la cabeza de una enorme mesa de madera antigua muy probablemente tallada a mano. El legendario mago portaba una túnica azul oscuro veteada en azul más claro, junto con sus igualmente legendarias gafas de media luna.

Sentado al otro extremo se encontraba Harry Potter, con unos jeans negros, camisa verde y sonrisa boba. Parecía cosa de risa la jerarquía en aquel lugar, pero así es el mundo.

Los demás lugares estaban ocupados por diversos (y no por ello menos interesantes) personajes; Ojoloco Moody, Nymphadora Tonks, Remus Lupin, Hermione Granger, Severus Snape, Kingsley Shackebolt, Ron, Bill, Molly y Arthur Weasley, además de algunos otros jóvenes aurores, destacados por sus afinidades (y habilidades útiles) a la causa.

— Y ahora que estamos todos—gruñó Snape, quien lucía bastante desmañanado— ¿Podríamos saber a qué se debe esta "asamblea"?

— Sería mejor que te lo explicase la señorita Mihara, dado a que es ella quien posee la información relevante

— Claro—gruñó el pelinegro— si se digna a aparecer

La puerta se abrió de golpe, y como si la hubiesen invocado, Saskia entró rápidamente, con la gabardina rosada flotando tras ella y un maletín negro colgando de su hombro izquierdo.

— Lo siento—dijo, sin aliento— encontré a alguien cuando venía de camino

La figura de Ginny Weasley apareció, vestida de guinda (hasta el sombrero tejido) y sin su usual seguridad en si misma. Caminaba dubitativamente y dedicaba sonrisas nerviosas al impresionado cuerpo de la Orden.

— Señorita Weasley, es un placer verla de nuevo—Dumbledore sonreía magnánimamente.

— Igualmente, profesor—Dirigió un pequeño saludo a sus padres— Eh, hola—murmuró al notar que Tonks (con un bellísimo cabello azul hasta las caderas) la miraba con la boca abierta.

— Sí, muy interesante la señorita Weasley—todo dicho con un enorme sarcasmo, obviamente por parte de Severus— pero sería bueno que Mihara comenzara a exponer su "relevante información"

— Severus—advirtió Dumbledore, evitando que Harry abriese la boca, molesto.

— Sí, Saskia—intervino Tonks para conciliar— nos tienes intrigados

— Sería bueno que esto culminara como una intriga—suspiró la rubia— pero parece que sólo alcanzo la punta del iceberg

— ¿A qué te refieres?

Ginny continuaba de pie, al igual que Saskia, pero se hizo a un lado cuando ésta dejó caer un sobre en la mesa. Y, sin notarlo, se iría moviendo hacia el rincón de la habitación conforme se desarrollara la conversación.

Tonks extrajo unos videos y un fajo de fotografías del mismo sobre, mientras los demás esperaban silenciosamente una respuesta.

— ¿Qué es esto?

— Pruebas, Tonks, pruebas—Saskia avanzó hacia un librero, abrió una de las puertas del mismo y sorprendió a todos con la vista de un televisor de modelo muy reciente— ¿Qué? No me miren así, lo pusimos aquí precisamente para ver esos videos

Ginny tenía un mal presentimiento, ¿Por qué habría tenido que ir a darse una vuelta justo en ese instante?

— Dioses, Sas, ¿Acaso...—la voz de Harry se murió cuando la chica pulsó 'Play' en la videocasetera, al más puro estilo de una película muggle, y apareció aquel personaje que de una u otra forma les había robado los pensamientos durante largo tiempo.

— Este fue mi primer avistamiento—murmuró Saskia— aunque me parece que Harry ya había tenido la oportunidad de conocer a nuestro "Super Mortífago" anteriormente, de cualquier forma, noten la manera en que se mueve. Incluso con la túnica puesta, la manera de manejarse nos hace notar que es bastante diestro en el combate cuerpo a cuerpo—Todos la miraron, sin entender cómo demonios podían darse cuenta de si alguien sabía pelear con tan sólo verlo caminar tras un montón de encapuchados

— Eh... Saskia, la verdad, no puedes darte cuenta de eso sólo con verlo as

La rubia puso los ojos en blanco— En esta segunda toma—adelantó un poco el video— pueden apreciar lo que les decía: Artes Marciales, por lo visto el tipo posee una gran habilidad

— Esto, Sas, ¿Cómo sabes que es hombre?

Saskia miró a Tonks, algo sonrojada, pero determinadamente. Señaló el fajo de fotografías y la peliazul se abalanzó sobre ellas.

— Oh... ¿Cómo demonios consigues estas cosas?

Saskia sintió ganas de golpearse la frente contra la mesa, pero las contuvo—Estudié para ello, soy una Detective en Fenómenos Paranormales graduada con honores, Tonks, mi trabajo es tener pruebas que me respalden. Como decía, la técnica me pareció bastante familiar así que me puse a ello y logré una conexión un tanto extraña...—la rubia no sabía por dónde abordar el asunto— ¿Notan la forma tan ágil en que se mueve mientras los aurores le lanzan hechizos? ¿La manera en que bloquea los ataques con el más mínimo uso de la magia? ¿Los golpes certeros y limpios?

— Sí, ya entendimos

— Pues sólo conozco una persona con esa técnica

Ginny, para esos momentos, estaba embarrada contra las dos paredes del rincón y deseó con toda el alma no estar ahí. Cerró los ojos fuertemente y no notó la mirada de preocupación que alternaba Harry entre Saskia y ella.

— ¿Y se puede saber quién es esa persona? Si no altera la pausa dramática, claro

— Seth Gaarder, mi primo

Ginny cayó al suelo con un golpe bofo. Por un momento había creído que...

¡Un momento!

— ¡Seth! Pero, pero, él no, bueno... Es que él sí... pero no— Ginny balbuceba, aún sentada en el piso y atrayendo la atención de todos.

— Descuida Gin, no insinúo que sea él quien tantos problemas ha causado. Seth tiene el antebrazo limpio, yo misma lo verifiqué esta mañana—volteó a ver a Harry, quien se hacía el desentendido— por eso digo que sólo alcanzo la punta del iceberg. No entiendo la relación y Seth insiste en que nada tiene que ver con la Guerra.

— Pero, y no se ofenda Mihara, lo único que tenemos para relacionar al tal Gaarder con nuestro sujeto es su palabra de que "la técnica era familiar"—intervino Kingsley— ¿No cree que eso es muy poco para una Detective en Fenómenos Paranormales?

Saskia sonrió, para sorpresa de todos, con deleite. Soltando el maletín que colgaba de su hombro, extrajo de él una laptop y la colocó sobre la mesa.

— Y por eso he traído esto—contestó mientras la encendía y tecleaba algunas cosas.

Como por arte de magia, en la pantalla aparecieron diversas secuencias, tanto de Seth como el Mortífago, efectuando casi los mismos movimientos.

Y, tenían que admitir, aún sin contar con las descriptivas notas al calce de la imagen, que la similitud era por demás obvia.

— Pero no son iguales del todo— intervino Remus, por fuertes razones (también conocidas como licantropía) el más observador de todos— Seth tiene un estilo más, digamos, ligero. Los movimientos de nuestro sujeto son un poco más pesados... creo que una comparación acertada sería un esgrimista que utiliza una espada medieval con uno que usa una katana; ambas peligrosas, pero diferentes... ¿Me explico?

— A la perfección, Remus. Y eso es otra línea en el gran misterio... ¿De dónde pudieron haber salido tan parecidos?

— Quizá estudiaron en la misma escuela—sugirió Tonks

— Imposible. La escuela de Seth es de un estilo completamente diferente, siempre nos preguntamos de dónde había sacado esos movimientos. Mi madre solía bromear diciendo que quizá en alguna vida pasada había sido guerrero o algo así, aunque es imposible

— Nunca subestime las intuiciones de su madre, señorita Mihara, podrían resultar bastante acertadas a final de cuentas—comentó Dumbledore, haciendo que Ginny casi se desmayase.

¿Qué tanto sabía él?

Harry, por su parte, miró al anciano con una ligera duda... parecía saber algo, aunque el problema radicaba en que ¿Qué cosa no sabía ese hombre? ¡Siempre se enteraba de todo!

— No lo dudo, profesor—comentó Saskia, notando la palidez en Ginny— pero me inclino a pensar que esa cuestión no se relaciona con nuestros "asuntos", francamente la intolerancia que radica en nuestros queridos congéneres no levanta demasiado interés fuera de nuestras fronteras. Es por eso que la Unidad Especial no permitió mi traslado y tuve que renunciar—sacudió la cabeza— mi punto es que Seth no posee razón alguna para ser un Mortífago, ya les dije que está limpio (tengo pruebas para demostrarlo), pero sin duda existe algún cabo suelto... cuestión de sentimientos y terceros involucrados, me atrevería a decir—La rubia calló para dirigirle una significativa, aunque discreta, mirada a la antaño pelirroja que aún se encontraba sentada en el rincón, apretujando el llamativo sombrero contra su cabeza.

Y entonces Ginny tomó una decisión. Lo más probable era que se arrepintiese después, pero no había remedio.

Después de todo era una Gryffindor, y los Gryffindors se caracterizan por defender el honor sobre todas las cosas... era su turno para defender el honor de un amigo.

Un amigo que alguna vez había hecho muchísimo por ella...

— Ese no puede ser Seth—habló bajito, pero todos la escucharon.

— Ya lo sabemos, Gin, no tiene la marca...

—...porque yo lo conozco—continuó, como si Saskia no la hubiese interrumpido.

— ¿A Seth?

— No, al mortífago. Aunque cuando yo lo conocí no era uno de ellos, aún...

Un silencio mortal se apoderó de la habitación. Ginny no soportaba la mirada de sus padres y sus hermanos.

¿Qué tan lejos tendría que llegar?

— Si lo conociste, Ginevra, sería bueno que nos informaras quién es—comentó amablemente el afamado director.

— Ustedes también lo conocen—murmuró, tratando de retrasar en lo posible toda la avalancha de preguntas a la que sería sometida— sólo que nunca le prestaron la atención necesaria como para darse cuenta de la amenaza potencial en que se convertía

— ¿Nos dará un nombre, señorita Weasley? ¿O se quedará balbuceando sobre este "amigo misterioso" suyo?

Ginny miró a su antiguo profesor de pociones y no pudo evitar una sonrisa carente de humor. Si alguien había sido cercano a este "amigo" suyo, ése era Snape.

Jaló las puntas del sombrero para que se acomodara mejor en su cabeza, no quería llegar a perderlo por algún accidente. Se rió internamente de la pausa dramática involuntaria que acababa de hacer y habló:

— No uno, profesor Snape, sino dos. Draco y Malfoy... ¿Es suficiente para usted?


El lugar donde se llevaba a cabo la reunión importante era un poco más ostentoso que el resto de las habitaciones, pero no por ello menos lóbrego. Sobre todo para él que estaba acostumbrado a lo mejor...

Presidiendo la enorme mesa rectangular, seguramente tallada a mano, se encontraba el mismísimo Dark Lord; un poco más (o menos) humano que siempre, todo dependía del enfoque que se le diera.

El lado derecho estaba ocupado por los Mortífagos veteranos, de alto rango, mientras que el izquierdo era para los segundos al mando, piezas más jóvenes pero que llevaban al servicio del Lord casi lo que él tenía de vida.

Notó con cierto interés, pero no sorpresa, que faltaba uno en la derecha... Y se figuraba quién sería.

Vaya, así que hay reunión en la Orden...¿Acaso no era mínima la diferencia entre los bandos de la luz y oscuridad?

Si hasta se juntaban al mismo tiempo...

Pero lo digno de recordar y plasmar en el lienzo de su memoria, era el otro lugar vacío. Frente al Lord.

Suyo.

Acarició brevemente el descansabrazos de la silla, y con una sonrisa triunfal (que nadie pudo ver) se sentó en ella.

— Bienvenido

El Lord lo seguía con una mirada socarrona. El joven ladeó la cabeza en respuesta.

— Caballeros... y dama—agregó en "consideración" a la única fémina en el grupo— me complace presentarles al dolor de cabeza de La Orden del Fénix...

El rubio alzó la mirada.

Así que Severus seguía cuidando su tapadera después de todo...

— ... nuestro particular Súper Mortífago—sonrisa burlona— ha causado largas y polémicas reuniones sobre su identidad. Y ahora lo tenemos aquí, en exclusiva—al gesto del Lord, se quitó la máscara.

Varios murmullos de incredulidad, justo como lo esperaba.

Muchos no podían creer que un niñato les hubiese ganado el puesto de la gloria, justo como había esperado.

Pocos lo reconocieron, justo como había deseado.

— Pero, por mucho que me complazca, esta cita no es para congraciarnos con las teorías de Los Buenos, sino para planear el siguiente paso...—se dirigió a la dama— ¿Tienes los planos que pedí?

— Ciertamente—La chica se despojó de la máscara, quizá para causar más impacto o por comodidad (no se podía saber) y se levantó del asiento para extender varios (y enormes) pergaminos sobre la mesa.

Ella era joven, 23 años a lo mucho, su estadía en aquel recinto era casi tan sorprendente como la de él. Hablaba con un ligero acento, francés quizá.

— Si ponen atención a los pergaminos, notarán que son los planos de nuestro siguiente objetivo. La Grande...

El joven dejó que los datos se escurrieran por sus oídos, siempre captando los cruciales por supuesto, pero sin la intención de intervenir en la cátedra.

Si no era una tarea que le fuese asignada a él, realmente no le importaban los fallos que pudiese tener... como ese en la alineación de las fuerzas de ataque posteriores. Eran demasiado débiles. O ese en los equipos de reconocimiento, si entraban por delante estaban dando una oportunidad de escape por el lado posterior de la construcción, que (como marcaban los planos) tenía varios pasajes de escape.

— ¿Algo que desees manifestar, cielo?— La chica le había hablado a él, directamente.

Sonrió con alevosía, ciertamente la estratega que esa mujer llevaba dentro necesitaba ser perfeccionada, pero de todas las opciones que se presentaban ahí (excluyéndolo a él), era la mejor.

Y eso por no mencionar sus demás habilidades.

— Sí, ¿Es este el plan que quieres llevar esta noche?

— Así es, ¿Algún inconveniente?

— No, ninguno—miró al Lord, que seguía el intercambio por demás entretenido— sólo creo que vas a necesitar una...

— Distracción— terminó el Lord—tú encárgate de ello y señala a Michelle sus errores... los demás pueden irse.

Los Mortífagos obedecieron al acto, marchándose entre un ligero tumulto de murmullos y ruidos extraños. El Lord los miraba divertido.

— ¡Gracias! Señor sabelotodo—siseó la chica— ¿Qué es lo que "está mal"?

—Oh, Michelle... tienes que reforzar a tus fuerzas de ataque y los equipos de reconocimiento deben ingresar por atrás y por delante, simultáneamente. Así evitas la posibilidad de que alguien escape, para empezar

La chica le dirigió una mirada de gélida ira con sus ojos azules.

— Ciertamente, Michelle... llévate eso y tráelo corregido en dos horas

— Sí, Mi Lord

El sonoro portazo que dio la tal Michelle no los movió ni un ápice. Sentados en los extremos opuestos de la mesa, se miraban intensamente.

— ¿Ya tienes lista la distracción, Draco?

El rubio echó su cabeza a andar y tras unos momentos de pausa dramática, sonrió malévolamente.

— Del todo, Mi Lord

— ¿Un punto más a tu búsqueda por la gloria?

— Usted me lo prometió, sabe por qué estoy aqu

— Y te lo daré, el mundo entero recordará a Draco Malfoy. Pero no por su apellido, ni fortuna... ¿No era así como me lo recitaste?

— Así era, ciertamente.

— Bien. Sólo recuerda tus prioridades, chico. Adoras caminar en el borde y eso te puede costar caro

— No lo valdría de no ser así. Ahora, si me disculpa, debo propagar un rumor...


Harry miraba a Ginny con una intensidad que bien pudo haberla desvanecido. Pero no era nada comparado a como la miraba su madre... o Ron.

Odió la forma en que le estaban sucediendo las cosas. Odió que Hermione la mirara con ese aire de autosuficiencia que tanto la caracterizaba. Odió que tan sólo Saskia no estuviera formulando juicios prematuros sobre ella...

Pero por algo era una Gryffindor, ¿No?, y si querían destrozarla con la mirada... pues bien, que lo hicieran. Ella no se iba a dejar amedrentar.

Estaba a punto de explotar cuando el sonoro timbre de su celular (Una canción de The Rasmus que Kara le había puesto como tono) le cortó la inspiración. Rebuscó en su bolso hasta que dio con el condenado aparato, que marcaba con focos y señales, dentro de la pantalla, que era Deb quien la llamaba.

— ¡Gin! ¿Dónde demonios te metiste? ¡Son las 11:30! Catherine está a punto de contratar a alguien... no se si para reemplazarte o matarte. Ninguna de las dos perspectivas es muy buena de cualquier forma... ¿Gin?

La antaño pelirroja escuchaba el parloteo de su amiga, tan fuerte que de seguro los demás también lo hacían, se mordió el labio inferior y contestó, pero sin bajar la mirada.

— Sí, voy para all

Colgó, reviviendo el duelo de miradas y sin saber que al otro lado de la línea la pobre castaña se quedaba completamente perpleja.

— Mi madre me mataría si te quedas aquí—murmuró Saskia, ofreciéndole una sonrisa de total apoyo— así que vete antes de que tengas que testificar ante el jurado—agregó en tono de broma.

Ginny perfiló una sonrisa que no pudo completar.

— Sí, adiós.


— ¿Estás segura de esto, Wilwarin?

Isil miraba nerviosa por el resquicio de la puerta, mientras su amiga sonreía triunfalmente.

— Claro que sí, tú sólo sígueme. Y no te olvides de tu antifaz.

La princesa élfica se acomodó el susodicho objeto mientras, con un suspiro de resignación, seguía a la chica mariposa por las escaleras.

No estaba de humor para un baile. Y menos para uno de disfraces.

Pero si te vas a divertir mucho... además sería muy grosero que la princesa no se presentara, ¿No crees?—le había dicho Wilwarin.

Y ahora la arrastraba hacia el bullicio.

— Disculpe, ¿Me concedería esta pieza?— Eru, esa voz.

¡Era él! Volteó a ver a Wilwarin, quien se hacía la desentendida... De pronto sentía unas inmensas ganas de abrazarla.

— Claro—Esbozó una hermosa sonrisa que, sin saberlo ella, afectó el equilibrio del rubio, quien sólo atinó a pasarle un brazo por la cintura y comenzar a bailar.

— ¿Le habían dicho que hoy luce preciosa, mi lady?

— No, no me lo habían dicho.

— Pues debieron, opaca usted la belleza de los astros

Isil soltó una risita— Estamos a pleno día, mi lord—

— Eso no le impide a usted opacarlos

— Te hace falta entrenamiento en materia de conquista, Gothmog—susurró.

— ¿Tu crees? El corazón de la Tierra Media me pertenece... y el alma baila conmigo—susurró él también, con una sonrisa torcida. Tan él.

— No te jactes del sufrimiento de los pueblos que tanto amo, Gothmog—suspiró mientras acomodaba la cabeza en el hueco de su cuello.

— Jamás. Sabes que daría la vida por evitarte el sufrimiento...—Ella apretó inconscientemente sus manos en torno a él.

Si llegasen a descubrir que era él quien saboteaba las jugadas del maldito demonio aquél, estaba perdido.

Y si llegasen a descubrirlo ahí, también estaba perdido.

Cerró los ojos para evitar las lágrimas que pugnaban por salir de sus ojos. Tanto por perder, tanto riesgo por tomar...

Con tan poca esperanza de algún día ver la completa felicidad.

Porque felicidad era estar a su lado. Pero felicidad completa sería no tener que esconderse, no temer por la vida de él... ni por la suya propia, dado el caso.

Felicidad completa era lo que nunca tendrían.

— Pero Isil, ¿Qué ocurre?— La mirada de genuina preocupación en los ojos verdes de Gothmog era otra cosa que le dolía.

Le dolía amarlo.

— Nada—contestó, la voz trémula por el llanto que contenía.

— Vamos—se sintió rodear por el cálido peso del cuerpo masculino— no me gusta que te guardes las cosas...

— No es nada, sólo pensaba... tonterías mías, ya sabes.

— Lo tuyo nunca son tonterías—murmuró, imaginándose por dónde irían sus pensamientos pero decidiendo acabar con ellos de la mejor forma que conocía. Besándola.

Isil cerró los ojos, a pesar de saber que ello no impediría ya que las lágrimas fluyesen por su rostro. Era tan hermoso que dolía.

Dolía que Gothmog la amara tanto, que ella lo amara tanto a él. Que cada roce de sus labios le produjera lo que nunca antes había sentido por ningún elfo. Que su demonio fuese más humano que muchos de los que se encontraban ahí.

Hermoso y terrible. Amor.

Pero de pronto acabó el contacto. E Isil abrió los ojos para encontrarse con que la música había cesado de repente. Los asistentes habían detenido su algarabía. Todos miraban en dirección a ella.

Sus hermanos tenían a Gothmog empotrado en la pared, donde el rubio le dedicaba una mirada triste, resignada.

Y entonces lo supo: ese beso sería lo más cerca que iba a estar de la felicidad completa.

No tenía ningún sentido llorar, nadie notaría la diferencia cuando ya tenía el rostro surcado por las lágrimas; así que se quedó ahí, quieta. Dirigir miradas asesinas a sus dos hermanos era lo único que le nacía del alma.


No había mucho que agregar al asunto, dado a que era un plan perfecto. A veces hasta el propio Draco se sorprendía de la perfección con que las cosas parecían encajar en su vida.

Era aterrorizante. No que fuera a decirlo.

Sus jugadas siempre prosperaban y no pretendía que ésta fuese la excepción. No ahora que el propio Lord le había encargado la operación completa. Se recordó que tendría que someter a Michelle, con lo fiera que era esa mujer, la perspectiva no resultaba demasiado agradable.

— El plan corregido, amo—gruñó sarcásticamente la rubia.

— Muy bien—Draco sonrió— te daría una palmada en la cabeza, pero parece que traes rabia...

— Idiota

— Un idiota que asume el mando de tu proyecto, Ma belle...

— ¡¿Qué?!

— Pero qué poca educación, señorita Saint Jones, está dejando muy malparada a su familia... con la larga tradición que tienen de...

— ¡Cállate, Malfoy! Siempre es la misma mierda contigo, no sé que demonios te metieron en la cabeza, pero parece que te inflaron el ego hasta alcanzar el cielo... ¡Mon Dieu! ¿Es que acaso no soportas que alguien tenga un poco de protagonismo, además de ti?—La rubia habló en menos de tres segundos, seguramente rompiendo algún récord, pero con la rabia impregnada en cada sílaba.

— No mucho, la verdad. Y te recomendaría que no siguieras perdiendo las buenas referencias que tu familia ha hecho para con los Malfoy— La chica apretó los puños furiosa, pero luego se echó a reír sin razón aparente— ¿Qué te ocurre?

— Ah, nada... sólo caía en cuenta de lo poco que valen las personas aquí. Ya ves, en Francia era una noble dama sangrelimpia... pero aquí—se rió sin humor— aquí no soy más que la mascota de un estúpido niño mimado—comenzó a caminar fuera del cuarto.

— No la mascota, Michelle, sino la prometida—la voz de Draco era tranquila y no parecía en absoluto molesto por el insulto. Michelle detuvo sus pasos, pero no volteó— aunque en la práctica resulta ser lo mismo, ¿Qué, ahora no ríes? Ya me lo esperaba—sonrió con superioridad— Te mandaré mis instrucciones, querida, vamos a dar el golpe con una distracción a los idiotas...

— ¿Cómo puedes ser tan...

— ¿Atractivo? ¿Inteligente? ¿Poderoso?

Ella negó con la cabeza. Aún seguía dándole la espalda— No, ¿Cómo es posible que seas tan desgraciado, y aún así representar la única posibilidad para conservar mi linaje?

— Michelle, Michelle ma belle. My Michelle—Draco rió, parafraseando a los Beatles— Así es la vida. Y si vas a reclamarme "tu única posibilidad de conservar el linaje" mejor regresa a Francia; sabes de sobra que tus padres y los míos son los responsables de estos acuerdos... en lo personal me importa un bledo—se encogió de hombros— eras tú o Pansy, supongo que debería sentirme aliviado de que Padre decidiera regresar a nuestros orígenes...

— Eres un cínico... dime, Draco, ¿Me aprecias en lo más mínimo?

— Eres inteligente, orgullosa, ambiciosa, astuta... hubieses sido una muy buena Slytherin, así que sí. Te aprecio, pero no puedes pedir más...

— ¿De ti? ¡Ja! Las personas como tú sólo se aman a si mismas, así que ni creas que te estoy pidiendo amor. Me das lástima.

— El último recurso del perdedor: fingir dignidad ante el vencedor. Admirable, pero no me afecta. Informa a tus equipos sobre el cambio de "jefe" y quédate por aquí, no podemos demorarnos mucho en salir.

— ¿Vamos a ir, juntos?—se rió— pensé que me ibas a mandar a distraer a tus fans para que pudieras jugar a gusto

Draco rió también, cualquiera que los hubiese oído habría sentido escalofríos— No, ma belle, vamos a ir a un concierto. No podemos pararnos en el altar sin haber tenido una cita antes, ¿No te parece?

— Púdrete, Malfoy


A las 7:15, Ginny se encontraba frente al espejo en su camerino. Sola y aterrada como nunca, no sabía que hacer.

Y el que las maquillistas estuvieran aporreando la puerta para que las dejase entrar y hacer su trabajo, no la tranquilizaba en lo absoluto.

No podía salir al escenario así. No podía.

¿Pero acaso no se lo había dicho Dimitri?

"Y ahora yo te veo a ti, pequeña, convertirte en uno de ellos" O algo así le había dicho.

Emitió un sonoro gemido mientras se dejaba caer en el piso. —Dios, Dimitri, ¿Por qué no te escuché?— enterró la cabeza entre sus piernas y se puso a llorar.

— Eres algo obstinada, sin duda, pero no es el fin del mundo. Anda—Ginny pegó un bote al escuchar la voz de Dimitri en su oído— aunque me hubieses prestado atención, esto habría sucedido de cualquier modo. Ven.

Ginny se paró, notando que ahora veía los ojos del vampiro incluso más antinaturales... como si...

— Como si tu visión hubiese mejorado. Lo hizo. Y el oído también—le tendió algunos pergaminos mientras Ginny se tragaba el comentario a propósito de leer su mente.

La mayoría eran escritos, a mano, en un idioma que no ubicaba ni reconocía pero que, extrañamente, parecía comprender a la perfección.

Era un diario.

— ¿Y esto?

— Luego lo lees... créeme que te resultará interesante. Ahora mira esto—sacó del montón el único que no parecía pertenecer a la colección.

Era un dibujo. Hermoso. Sentada a la orilla de un lago, bajo la luz de la luna, había una doncella de cabellos oscuros.

— Y—añadió Dimitri— compárala con éste—le tendió otro.

Sin duda era la misma persona, pero dibujada a más detalle. Los cabellos negros lacios y largos, la mirada dulce pero decidida en los ojos castaños, la expresión de serenidad la hacían parecerse...

— A ti, chérie, ¿Sabes qué tan viejos son estos papeles?

— No—murmuró, trémula.

— Yo tampoco, pero te aseguro que me triplican la edad, al menos, y eso ya es mucho decir...

Ginny se pasó una mano por el cabello, alborotándolo sin querer y dejando en evidencia aquellas cosas que tanto la preocupaban.

— Tengo problemas más urgentes de los cuales ocuparme. Después discutimos sobre pergaminos viejos, ¿Quieres? Ahora no se qué voy a hacer con éstas—se señaló la cabeza— cosas.

— Mmm... ¿Qué te vas a poner?

— ¿Disculpa?

— Que si qué te vas a poner, de ropa

— Eh... ¿Y qué tiene eso que ver?... ¡Bah!, la cosa blanca esa que está en la esquina...

Dimitri fue a inspeccionarla.

— Vaya, parece un traje de hada más que otra cosa...

— Sí —se encogió de hombros­— a mí sólo me los dan

— Vamos Ginevra, utiliza tus dones sobrenaturales para adivinar que puedes hacer con esto— Ginny cachó el vestido en el aire.

¿Qué podía hacer con ello? Se miró en el espejo, el traje apretado contra su pecho. Y entonces le llegó la idea.

Sonrió triunfalmente ante la mirada divertida de Dimitri, cuyo cerebro (trabajando a mayor velocidad) ya había asimilado el plan que fraguaba la chica.

Después de todo, a las hadas siempre les ponían esas malditas orejas puntiagudas.


Notas:

Ea! Cuando escribía las escenas de La Orden y los Mortífagos no pude evitar acordarme del fic de mi estimadísima Luadica: "Tentaciones y Consecuencias". Si quieren saber lo que pasa cuando la pequeña Ginny decide pasarse al otro bando (y no estoy hablando de preferencias sexuales X'D), échenle un vistazo. Lo vale.

No tengo beta, así que disculparan los horrores, digo, errores XD.

Reviews:

Lialy: -Meimi retrocede ante la inminente amenaza de golpe- Bueno, no salieron en el otro. Pero aquí tienes 23 páginas de ellos, ¿Te contentas conmigo XD?

Khya: ¿Escalofríos? ¡Ja! Escalofriante fue cuando estábamos en la escuela y de repente un tipo empezó a cantarla en el micrófono para los honores... fuimos a ver y resultó que era ¡El Miguel Yahir! XD (un morro q se iama Miguel, pero se parece al Yahir y le decimos Miguel Yahir, duh!) Eso SI fue escalofriante... y te lo dice una menor pervertidora de menores (neta q me lo voy a poner de nick XD)...

Y, bueno, nunca me das mucho que comentar con eso de "Espero que no pase lo que creo que va a pasar, q por cierto no te diré para que no puedas desmentirme" en fin. Seguiré pervirtiendo menores en otra parte, Ale!!

Laurydarkangel: (disculpa q no combine las mayúsculas XD, llevo prisa) ¡AH! Con que eras tú quien espiaba desde el rincón XD, ia te descubrí!!!!! Muajajajajajajajaja, cof, cof... erh... no me pongas atención XD, acabo de pasar la semana de exámenes.

Y, etto, aquí está el capítulo (antes de q me pegues :S)

Ayumi Weasley: Sorry (saca los kleenex), ya sabía que no te iba a caer bien... pero era algo que tenía en mente desde hacía rato (y vaya q si tuve tiempo para pensarlo, ejem, con lo que me tardé XP)

Cuando menos hacen buena pareja y pues, a mi Saskia me cae bien la vdd... por eso la escogí para Harry nn

Y, bueno, no creo que mi fic sea el mejor... pero me hace mucha ilusión q me lo digan nn

Grax!

Luadica: Weno, chika, no hay mucho que decir aquí. Salvo: CONECTATE!! XD, anda, que mi Harry quiere a tu Draco O.o Santo cielo, espero que no haya niños leyendo esto :P...

Desire Black: Holas!! Pero que review tan largo... no me quejo, no me quejo, al contrario XD..

Me alegra que te guste mi historia , seee, de eso vivimos nosotros... en fin. Pues la historia va cambiando, je, y para no hacer tan brusco el cambio pues le metí ese intermedio de Harry y Saskia... jejeje, ¿No quedó muy perverso? XD Aix, no sabes cómo me reí con lo que dijiste de Luadica, ¿Se te hace muy perversa?, si yo la conozco y es la inocencia encarnada...

Bueno, sobre la continuación de Hazel and Brown... pues, pensaba hacerla... la vdd no se me da muy bien el género, pero yo creo que es lo que voy escribir cuando se acabe Red de Memorias... see, todos queremos ver a Clarkie en Inglaterra ;

P.D. Las letras de las canciones las puedes bajar en ... Esto, pero los archivos así, las canciones propiamente dichas, que yo sepa nada más las puedes bajar con programas como el Kazaa, el Imesh, el Emule y puras de esas... en fin. Byez!