Circe: ¬¬ yo no dije que...
Aoi: ¿y que El Señor de los Anillos también? Ese es de Tolkien
Circe: ¬¬ oyeme cara de araña, yo nunca dije eso y no se que te propones, pero...
Aoi: ustedes escucharon que dijo que eran de ella, llevensela oficiales - entran unos grandulones con anteojos oscuros y toda la pinta de chicos rudos
Circe: Oo ¡Yo no dije eso! - los oficiales se la llevan - ¡Aoi! ¡Me las pagaras cuando salga! - los oficiales la sacan de escena
Aoi: Excelente - se frota las manos - ¡Galen! ¡Vente pa'ca! (traducción: para acá) ¡Ya podemos hacer la fiesta! o
Sara Fénix Black: Er, hola U siento haberte dejado en un estado de depresión, pero esa era la entrada que tenía preparada para Sirius desde que me dije que iba a regresar, incluso había preparado el terreno (el sueño o mejor dicho pesadilla donde Harry pierde por segunda vez a su adorado padrino) por que me pregunta 'bueno, quiero que Harry desconfie de él, pero ¿por qué? ..?' No te preocupes, el cachorro tendrá sus momentos de felicidad, aunque... ejem U por algo la subcategoría es angts. Con respecto a cuanto duro Sirius cayendo por el velo pongo una explicación general abajo en 'Tiempo' Y sip, Sirius esta indefenso en la Tierra Media XDDD otra de mis adoradas ideas :P que saldrá en este capítulo muajaja er jejeje U pero será por una buena causa. Te dejo para que vayas a leer la explicación (si todavía interesa Oo) y el capítulo. Nos vemos y que disfrutes el capi... er, prometo no muchas lagrimas... espero.
Calanor: Muajajaja si!! XDDD complique más las cosas y todavía tengo otras tantas en mente. Si Oo entiendo eso de lo de tan cerca y a la vez tan lejos :P y aquí empiezan los celos de Sirius Oo pobre, aunque al final del fic de seguro que es feliz Oo espero XDDD Oh, y aquí salen Remus, Ron, Hermione, Draco, Voldemort y otros tantos. Oo juro que quería actualizar pronto [Aoi: como siempre pero nunca lo hace] pero Sirius esta siendo un reto, con eso de que me da miedo no ponerlo como es realmente, es que es uno de mis personajes favoritos. Oka, te dejo para que te vayas a leer el chapi, que ahora si esta larguillo. Chao.
Kei-Kugodgy: Oo er, bueno, Harry trata asi a su padrino por que desconfía que sea su padrino XDD esperemos que pronto se le quite esa duda. Oy, me leí el fic, el principal es Dumbledore ¿no? Suerte y luego me paso a dejarte review
Allison Black: Oo ¿matar a Harry? ¿Como esta eso? Pobrecito, no ves que el pobre anda todo confundido XDD y er no, no puedo sacar a Sirius usando tutú rosa, me hecho encima a er a Sirius XDDD espero que tu maestro te ponga esa canción XDDD aunque espero que ya no babees tanto por el, no ves que luego te resbalas en la pista de patinaje XDDD OKA, nos vemos, aquí sale un Sirius más feliz
LARIENBLACK: XDD si, Padfoot va andar detrás de Harry pero le va hacer cada desprecio Oo XDDD Te agradezco las palabras de apoyo me sirven mucho y me hacen sentir muy bien Nos ¿leemos? Y espero que te guste el chapi
Nelly Esp: Oh ya van varios que me piden que Harry no cambie su relación con Aragorn hum será un si o un no XDD ya lo veremos Oo pero creo que hasta el próximo capi XDDD si, eso es cierto, creo que Sirius se va a quedar ..? cuando los escuche hablar ese idioma tan extraño XDDD Nos vemos, oh, aquí sale una platica con remus Chao
GaRrY: Er U no entiendo la analogía U aunque si lamento que vaya tan lento el fic Oo pero sufro muchos bloqueos mentales. Nos vemos y espero que te guste el capi
Pekenyita: XDDD ¡ARAGORN Y SIRIUS EN UNA MISMA HABITACION! XDDD Si, ye tenía tiempo una amiga pidiéndolo, pero ella ejem, quería algo más cof cof XDD Pero bueno, Oo sí, Harry es muy malo con su padrino [Circe: me deleito haciéndolo sufrir muajaja... ejem] Gracias por el review y, bueno, tarde pero aquí esta el capítulo.
lily evans1: … U ejem, aquí te traigo un capi de 21 páginas para desquitar ¡ah! Y un poco de acción que me lo han estado pidindo y er, Sirius ya no sufre... tanto U y perdona a Harry Oo si muere a Sirius le da ataque. Nos vemos y espero que te guste el chapi.
lucumbus: :P hello ya estoy trabajando en la pelea Oo pero me he encontrado detallitos, si mi musa no me abandona Oo – que lo dudo – lo publico en menos de dos semanas pero para mi suerte con los bloqueos... XDDD cierto!! Un mago no sirve sin varita, y eso se aprende al final del capi XDD bueno, ya no te pico más, espero que te guste el capi
layla kyoyama: ... U ¿un pañuelito? .... Oo ¡no puedes matar a la autora! Er, er, prometo no hacer sufrir a Sirius... hasta cierto capítulo, er, ejem, cof cof... U aquí esta un capi más largo Oo y si, yo también me preguntó como se defenderá Sirius sin varita XDD Chao
Mirug: SIII TT Sirius sufre y yo… yo gozo!! Muajajajajaja Oo ... er, olvidemos eso :P aquí llega el 14, y el capi es largo 21 páginas Oo al menos eso dice mi word. Nos vemos ;) y espero que te guste el final
hermk-kinomoto: ¡No sigan! TT me van hacer que lamente lo que le tengo preparado a Sirius Oo sip es muy lindo, pero... ¡¡que sufra!! Muajajaja Oo ups... sonrojo ¿de verdad crees que es el mejor que haz leído? :'( Me halagas muchiiiiisimo y no sabes lo feliz que me siento U ya no seré tan mala con Siri-boy – Circe cruza los dedos... Chao Bambina :P Saludos desde México
Lily Potter: Oo yo solo lo hice sufrir, no me quiero imaginar lo que le hicieron a la pobre Rowling por matarlo... ¿un fic con James? ;-) ya esta en progreso ¡pero no hasta que acabe este! XDD Nos vemos suegrita, er... Chao
Highelve: Hola, aquí ya sale algo de acción Oo al final del capítulo eso es, espero que no te duermas leyendo lo demás antes de llegar a ella [Aoi: -- yo lo hice – bosteza enormemente] Te agradezco que pienses eso Oo la verdad no se si hago una buena combinación, pero este es un fic que me nació un día escribir Espero que te guste el capi y nos vemos ;-)
hermi567: HOLA! que bien! Oo al menos me haz dado la idea de que tengo lectores U aunque no les gusta poner muchos reviews :P XDD SI ¡Sirius de vuelta! Oo aunque Harry le trata como basura Oo esperemos que cambie eso Oka, te dejo para que leas el capi Oo espero que no te aburra. Chao
Rosemary Black: hola oO er, no eres la primera que me llama mala Oo pero no es mi culpa, es mi musa que juega con mi mente.... -- esta bien, es mi culpa Oo pero, er, Sirius será feliz al final del fic Oo eso es seguro, seguro XDD aquí sale el lobino :P espero que les guste la charla entre Padfoot y Moony XDD Nos vemos
Luin: XDDDD HELLO HENTAI BAKA CHAN XDDD aquí sale tu dulce Remusin XDD y el bello de Padfoot, y el coqueto Draco y mi lindo Harry y... bueno, supongo que ya entendiste :P oh si, Harry frío y calculador ¡tráiganmelo! XDDD Oo y me dicen mala cuando tu dices tan tranquilamente que Sirius esta acostumbrado al sufrimiento Oo XDDD arigatou tomoyo Oo tu me entiendes con eso del tiempo CHAO recuerda, quiero review XDD
LYLI-EVANS: XDD SI, ya me van a cobrar derechos de autor por lo de White XDD Oo aunque no se con que pagarles ¡ya se! ¡les doy a mi latosa musa! [Aoi: y no es mi culpa que este pedazo de escritora sea lenta, yo... yo necesito tiempo para mi TT soy una musa con sentimientos y uñas] ejem... U eres la numero er, no recuerdo, que me reclama lo de Sirius XDD pobrecito, pero llego a la Tierra Media para sufrir muajajaja... er... nos vemos y espero que no te decepcione el capi
Looony Moony: Hola bueno, para saber si Harry deja de querer a Aragorn o no, tenemos que leer el capi :P XDD Personalmente no me gustaría XDD pero ya veremos a quien le toca sufrir muajaja Oo :P Nos vemos
Annya Potter: Sorry por la tardanza, Oo pero me toca cada bloqueo, que para que te cuento XDD Gracias por las felicitaciones, son siempre bienvenidas no sabes como suben el ánimo Chao y espero que te guste el capi
Noir: Hello, miss noche bueno, los problemas de que se solucionan se solucionan pero quien sabe si hasta el fin del fic XDDD Oo que mala ando hoy XDD bueno, nos vemos :P
jessytonks: XDD si, se le olvido, creo que le afecto seriamente el comportamiento de Harry hacia él :P pero sigue siendo un perrito inteligente, algo se le ocurrirá. Nos vemos y espero que te guste el capi
Akirah, la nieta de Vegeta: Hola U pero que adorable te llevas con tu abuelo Oo bueno, ese señor ya debe estar algo cof cof senil cof cof oO que no me escuche Te agradezco que te guste el fic Oo aunque tengas que pelearte con tu abuelito Oo... er, pobre Harry Oo no creo que sea malo a propósito ¿o si? No te preocupes, yo te explico: 0. Escribes fic, ya sea en Microsoft work, o en notepad o en formato html 1. Conseguir cuenta en 2. En una barrita azul justo hasta arriba de la página le picas a 'Login' 3. Una vez dentro le picas a donde dice Document Manager ahí te vas hasta Browse y buscan tu archivo en tu compu, y le poner un título luego picas en Upload Document 4. Cuando aparezca que ya se subió te vas a Create Story que esta debajo de Document Manager una vez dentro te vas hasta abajo y le picas la categoría, si escribiste un fic de libro o de anime, etc 5. Cuando picas la categoría te sale una subcategoría, ahí seleccionas el título del libro o del anime que sobre el cual escribiste 6. Una vez hecho esto se cambia la ventana y ahí seleccionas el genero (romance, acción, general), el subgenero, le pones titulo al fi, selecciones para que edad y 7. donde dice Document seleccionas el que subiste al empezar 8. Picas en Create Story y listo . Ya lo único que tendrás que hacer cada vez que subas un capi nuevo es 1. irte a Document Manager subes tu capi 2. te vas a Edit Story, debajo de Document Manager 3. Seleccionas el fic a editar, picas el botón 4. Te vas hasta abajo donde dice Submit new chapter seleccionas el documento que subiste, pones título y presionas el boton que dice Submit new chapter y ya Espero que te ayude y que entiendas mis locuras, sino, envíame un mail y te responde ahí más específicamente o nos vemos un día en el messenger Chao
OºPriscilla MichelºO: U Eres la primera que me dice eso de las partes del señor de los anillos U pero a pesar de ser LOTR trato de meterle mucha interacción entre los personajes Oo me gusta hacerlos sufrir psicológicamente Oo :P Espero que te guste el fic y que lo sigas leyendo. Nos vemos .
Jean: U si, bueno, tanto como vida, pues si, si tengo, Oo pero lo que me acaba son los bloqueos mentales Oo pero bueno, aquí traigo el 14 después de muchos tumbos XDD Gracias por el review y espero que te siga gustando el fic
Hola a todos los adorados y amados lectores me alegra que esten por aca leyendo el capitulo catorce de este fic. Por cierto, U siento mucho la depre que deje en el ultimo capitulo, pero... Sirius debia de sufrir para tener contenta a la autora muajajajaja... er, dejemos ese lado mio para otro día. Ahora me esforce por hacer le capitulo mas largo (¬¬ el trece pasaba de 15 paginas en word, no se pueden quejar) y también para ser disfrutable Ejem, pasemos a las explicaciones.
Tiempo: Al final del capítulo 14.- Inglaterra 11.4 días Tierra Media 171 días.
Sirius y el velo. Para quienes se pregunten ¿Qué rayos? ¿Cuánto tiempo tardó cayendo el cachorro? La respuesta es sencilla (espero U). Ya les habia advertido que iba a jugar un montón con el tiempo. El caso es que siempre he pensado que cuando un objeto te transporta en el tiempo, lo hace de una manera caprichosa y no te aleja, por ejemplo, 5 años atras a partir del punto donde estas, eso solo es posible cuando tu dominas el medio (i.e. un giratiempo) asi que si lo vemos de esta manera, bien pudo ser que Sirius fue trasportado a un punto más adelante o bien que Harry fue llevado mucho más atras... espero que se comprenda, sino favor de mandar review a la autora y regañarla por su falta de lógica y explicación.
Harry Potter en la Tierra Media
Capítulo 14
The leave taking
Harry se encontraba recargado sobre un pilar de piedra, con los brazos cruzados sobre el pecho. Su cara era una máscara de frialdad e indeferencia, pero por dentro era un completo caos, incapaz de saber que era lo que realmente estaba sintiendo. Ira le corroía la piel, pensando en que ésta podría ser una más de las jugadas del Innombrable. Esperanza inundaba su corazón con la idea de que ese hombre realmente fuera su padrino. Tristeza de haberle hablado de esa forma se difundía por su cuerpo. Tantas emociones que se encontraban unas a otras, confundiéndole, causándole un terrible dolor de cabeza.
El joven mago, mirando el piso a sus pies, movió negativamente la cabeza, ocasionando que los largos cabellos negros se resbalaran hasta posarse frente a su rostro, inundándolo de sombras. Los delgados y sonrosadas labios se abrieron un poco, ajustando una triste sonrisa en su atractivo rostro moreno. Una mano amiga se poso sobre su hombro, obligándole a alzar la mirada.
Aragorn le regaló una sonrisa, diciéndole con una sola mirada que confiará, que él no dejaría que sufriera más de lo que ya había sufrido. El alma del niño-que-vivió quiso creerle, y le creyó, aunque sabia muy dentro de él que había cosas de las que nadie podría protegerle, no importa cuanto tratarán.
- ¿Cómo te sientes? – le preguntó el montaraz. Harry se quedo en silencio ante la pregunta, confundido de que hacer. Sentía ganas de reírse de ella, pero no una risa burlesca, ni de alegría, sino una triste, apagada de toda la vida y jovialidad que se puede esperar haya en un joven de su edad, que esta aprendiendo a jugar en el tablero de la vida y desea devorarse el mundo en dos mordidas. No. La risa que deseaba saltar de sus labios era aquella de un ser que llevaba el peso del mundo sobre sus hombros, que había tenido que vivir con él desde la temprana e inocente edad de un año de edad, arrancado brutalmente del abrazo protector de sus padres. Pero reprimió la risa, escondiéndola en lo más profundo de su ser.
Harry bajo la mirada, perdiéndose en las runas que conformaban el diseño del exótico piso de enormes baldosas oscuras.
- Si te soy honesto... no lo se – dijo soltando un suspiro – no se que siento... no se que sentir. Tan solo sé que quiero todo eso fuera de mí, que me deje en paz – agregó con un poco de amargura en la voz. Y luego, animado por una súbita emoción desconocida, dijo –me siento como un estúpido, como un maldito ciego extraviado en la inmensidad de una plaza, donde la gente que camina alrededor de ella no nota mi presencia y pasa rápidamente a mi lado, empujándome hacia un destino que desconozco
- Tranquilo – le susurró Aragorn, envolviéndolo en un cálido abrazo, entendiendo como se sentía el joven que rodeaba protectoramente. Y como no iba a entenderlo, si él mismo, el gran Aragorn, capitán de los dúnedain y heredero de Isildur, se sentía asustado de su destino, al cual tantos lo empujaban. Pero él ya había comenzado a aceptarlo. En lo más profundo de su ser, el rey comenzaba a despertar, mostrándolo cada vez más noble y poderoso ¡Un gran rey de los hombres! – verás que todo se solucionará – susurró, sintiendo como el joven hundía su cabeza en el pecho del dúnadan, impulsando a que éste le acariciará el desordenado cabello azabache
Durante el silencio que prosiguió a la confesión del istar, Aragorn no pudo evitar preguntarse si ese hombre resulta ser el padrino de Harry ¿lo perderé? ¿dejará de apoyarse en mí como se ha apoyado hasta ahora? ¿dejará... dejará de quererme?. Trancos deposito un suave beso sobre los cabellos de Harry. A pesar de que sería un bien para el pequeño que ese hombre fuera el verdadero Sirius Black, no podía evitar sentir una punzada en el corazón, le había tomado tanto cariño al chico, que para él sería magnífico que se quedará, que fuera posible criarlo como a un hijo.
- Ah! Aiya! Aragorn, Ezellahen [¡Ah! ¡Hola! Aragorn, Harry] – gritó la melodiosa voz de Legolas, quien venía caminando por el pasillo lado a lado del enano Gimli
- Anda luumello, Legolas! [¡Cuánto tiempo, Legolas!] – exclamó Harry mientras corría al elfo y cerraba sus brazos alrededor del torso del príncipe del Bosque Negro quien se encontraba sorprendido, pues los abrazos eran raros en su raza – Manen natye? [¿Cómo haz estado?] – preguntó el joven mago, pero antes de que Legolas pudiera responder, un fuerte carraspeo llamó la atención del joven mago – ¡Gimli! Alassia an omentielme, mellon nin [Feliz encuentro, amigo mío] – dijo regalándole un abrazo al enano, quien lo respondió afectuosamente
- Nos tenías preocupados, muchacho – le reprendió el enano – sobre todo a cierto montaraz – dijo, señalando con los ojos a Aragorn que se encontraba detrás de Harry
El dúnadan hizo un gesto con la cabeza, y después miro culpablemente al mago.
- No podía evitar el preocuparme. Pero vamos a que comas algo. Debes de estar muy débil de tu extraña travesía a través de la Marca. Además de que me encantaría que me contarás los pormenores de ese viaje – Harry se tensó al instante. No sabia si podría confesar la manera en como Voldemort le torturaba y jugaba con él. Era demasiado vergonzoso admitir debilidad.
Aragorn y Legolas sintieron la tensión en el cuerpo del mago, y el montaraz deseo decir algo para romper el incómodo silencio, pero...
- Tú debes ser Ezellahen – dijo una hermosa voz femenina
En ese momento, los ojos de Harry viajaron hacia la mujer que se encontraba de pie frente a los compañeros. Alta y hermosa era la dama que sus ojos encontraron, y una larga cascada dorada que brotaba de su cabeza se envolvía entorno a ella, formando un elegante peinado, envolviendo sus cabellos en una delgada tiara de oro que descansaba sobre su noble frente. La ceñida túnica de oscura tela aterciopelada se envolvía entorno a un cuerpo esbelto pero a la vez fuerte y vigoroso. Templada como el acero, verdadera hija de reyes. Éowyn, Señora de Rohan.
- Me alegra mucho verte de pie – hablo ella – tenías muy preocupados a todos tus amigos. Mi nombre es Éowyn, hija de Éomund
- Mi señora – dijo Harry, saliendo de su asombro y haciendo una leve inclinación – agradezco su preocupación por mí – agregó, recordando todos los modales que había adquirido en Rivendel
- Supongo que te haz de encontrar con hambre – le dijo ella amablemente, observando con atención los brillantes ojos verdes que cantaban las penurias que había pasado ese joven de moreno rostro de jovenzuelo, con una amplia frente cubierta por mechones de cabello oscuro que cubrían la más extraña cicatriz en forma de rayo – sígueme – y luego se volvió a todos los demás – síganme todos, yo buscaré que se les alimente – dijo la dama, clavando sus azules ojos en el montaraz Aragorn
Con una leve inclinación de cabeza, Trancos extendió la mano, señalando que ella caminará delante de todos ellos.
La orgullosa dama de la Marca caminó con su elegante y altivo paso hasta la sala del trono del rey, donde se encontraban unas rústicas mesas de madera oscura, dispuestas entre los gruesos pilares tallados con extrañas y hermosas runas que se envolvían unas con otras, formando un diseño real y fuerte.
Éowyn señalo una de las mesas con su alargado y blanco brazo, expresando con este gentil gesto que se sentarán.
- Ahora vuelvo – dijo la dama, perdiéndose en una de las innumerables puertas que escondían largos lienzos
- ¿Qué te parece el castillo de Meduseld, la noble morada del rey Théoden? – le preguntó Aragorn a Harry
- Es realmente increíble. Irradia una nobleza y fortaleza con el diseño rúnico de sus gruesas paredes y pilares de madera. Los tapices tienen diseños sorprendentes, todos ellos de grandes batallas – exclamó Harry, emocionado por la excitación que le hacia sentir semejante escenario que solo había visto en películas muggles o leído en los viejos libros de Hogwarts
- ¿Te gusta más que Rivendel? – le preguntó Legolas
- Oh no. Cada uno es hermoso en su diseño. Rivendel es delicado, tallado con la paciencia del tiempo y la belleza de la naturaleza. Vanya Imladris, thalion an tur et nen lindën, vanya elen aim guinet [Bello Rivendel, fortaleza y poder tus aguas cantan, hermosa la estrella que en ti habita] – solfeo Harry
- Ai, Ezellahen, vanya leth ama linden [¡Ah! Hermoso verso haz cantado, Ezellahen] – coreo Legolas
- Nada, nada – decía un sonrojado mago – no es nada, tan solo he dicho lo que Bilbo ha escrito – pero se callo al notar que el enano estaba molesto – Gimli ¿Qué te ocurre? – el señor enano tan solo le tiró una mirada que decía claramente '¡Y todavía preguntas!'
Aragorn soltó una carcajada mientras golpeaba la mesa con su puño.
- Nuestro querido amigo no ha entendido ni una palabra de este corto intercambio y por eso esta molesto – exclamó Aragorn – ¿no es verdad, señor enano?
- ¡Perdona, Gimli! – soltó Harry – Lo siento. Hable tanto tiempo la lengua de los elfos que se me olvida que existen unos que no la saben. Discúlpame. No lo volveré hacer
- No importa, mago montaraz – le dijo el enano – Estoy acostumbrado. Desde que este viaje inició, solo escucho aquí y allá esa lengua de los elfos. Al menos la hermosa dama Galadriel tuvo la gentileza de no hablar palabras que yo no entendiera y nombró a las montañas y ríos con los nombres de mi lengua – exhaló un suspiro – Además, no hagas promesas que no puedes cumplir – reprendió Gimli a un sonrojado Harry – hablas en ese idioma cada vez que te diriges al elfo, y algunas veces a tu mentor. Supongo que es solo cuestión de acostumbrarme
Este preciso momento escogió la señora de Rohan para entrar junto con unas doncellas y lacayos que cargaban unas bandejas sobre la cual descansaba la deliciosa comida que presentarían a los invitados.
Harry se relamió los labios al oler lo delicioso de las gruesas piernas de la roja carne dorada, de la suculenta sopa que aún burbujeaba por haber estado al fuego hasta hace poco. Hasta sus fosas nasales llego el dulce y exquisito vapor que despedían las hogazas de pan de trigo recién horneadas, la recién ordeñada leche y el fresco queso blanco que le seguían, incluso pudo percibir el olor del vino de uva que venía dentro de una jarra de cristal y ese característico perfume de cebada que burbujea la espumosa cerveza.
Cuando la mesa estuvo dispuesta, Harry observó con hambre contenida el banquete que se les servía ¡Oh! Hacía tanto que no probaba una comida caliente y tan bien exquisita.
Una alargada jarra con cuello de cisne fue deposita frente al joven mago, quien elevo los ojos para encontrarse con los azules de la señora de la Marca.
- No estoy segura si el joven montaraz está acostumbrado al vino y la cerveza – dijo ella – pero de no ser así, he traído un poco de jugo de arándano – y a manera de explicación agregó – es el fruto oscuro en forma de baya de un arbusto que crece alrededor de Edoras. Los niños acostumbran a beberlo – terminó, sentándose en una silla que había sido dispuesta para ella, ya que como señora de Rohan, era su deber entretener a los invitados del rey hasta que éste regresará de la tumba de su hijo – Pero coman. La comida esta caliente y comenzó a preparase desde el inicio del funeral, el rey mismo lo había ordenado
Gimli, siendo el más desvergonzado de los cuatro, tomo un plato, sobre el cual depositaba un poco de carne, de queso, de pan, cogía uno de los tarros de cerveza y se servía un poco de sopa en un tazón.
Harry observo como el enano introducía un pedazo de pan en su boca y lo saboreaba lentamente.
Un tazón con humeante sopa fue depositado frente al joven montaraz quien agradeció el gesto regalando una sonrisa a su mentor. El niño-que-vivió tomó entonces uno de los vasos y se sirvió jugo de arándano, pues no era muy afín a la cerveza ni al vino.
En el momento en que Harry había comenzado a comer, Aragorn se despreocupó y él mismo se sirvió un poco de todo. Legolas tan solo probo la sopa, el queso y el pan pues no tenía ganas de carne, además que no acostumbraba a comerla.
La dama estuvo muy callada, intercalando tan solo palabras en la conversación que tenían los cuatro compañeros. La corta plática viajo de las comidas humeantes de los enanos hasta los orcos que atravesaban sin ninguna restricción la tierra de los rohirrím. Fue en ese punto que Éowyn se mostró triste y furiosa, pues su primo había muerto en una emboscada de esas deplorables criaturas.
- Todo eso está a punto de cambiar – le dijo Aragorn – o al menos ya no nos quedaremos cruzados de brazos mientras los orcos invaden la tierra de tus padres
- Quizá sea cierto, pero... el daño ya esta hecho. El mago blanco me ha hecho perder a mi primo y es la causa de que mi hermano, Éomer, haya sido desterrado – suspiró – sólo los dioses saben en que tierras cabalga
- Saruman, el traidor – habló Harry, con un odio en la sibilante voz, pues su odio a los traidores venía desde su mundo – pagará por lo que hizo, de eso debe estar segura, señora
Éowyn le regaló una sonrisa al joven de cabello azabache, y los demás compañeros estuvieron dispuestos a continuar la comida con un nuevo tema de conversación, pero entonces las pesadas puertas de roble de Meduseld se abrieron de par en par, revelando a Mithrandir y al rey Théoden, que venían acompañados de dos pequeños niños.
oOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOo
Sirius limpió su rostro con un suave paño que descansaba sobre un buró al lado de la cama, había también una vasija llena de agua limpia, donde humedeció el paño. Cuando estuvo listo, se encaminó hacia la puerta, pero un brillo en su túnica le distrajo de su tarea.
Sacando el espejo de entre sus ropas, donde lo había guardado, el animago se encontró cara a cara con Remus Lupin, quien le miraba con un brillo en el rostro.
- ¡Remus! – exclamo Black, con la culpabilidad reflejada en su rostro – Me había olvidado de ti
- Pensé que todo había sido un sueño – le dijo el licántropo – por que desapareciste repentinamente y ya no habías vuelto aparecer... no te había llamado... – dijo con la voz débil y entrecortada – por que tenía miedo de comprobar si había sido un ilusión o no
- Oh Remus. Lo siento. No quería preocuparte, pero... – suspiro – Harry esta conmigo
- ¿Qué? – exclamó un sorprendido Remus – ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde esta? ¿Puedo hablar con él?
- Él... no esta precisamente aquí... él... ¡oh, Remus! ¿Porqué no me dijiste que habían pasado seis meses desde lo del departamento de misterios?
- Pero... ¿de qué estas hablando? – preguntó un confundido licántropo – de ello hace dos meses y medio
- ¿Estas seguro?
- Completamente – le dijo Lupin – tanto que ahora mismo estoy en el expreso rumbo al inicio del nuevo año escolar en Hogwarts
- Pero – dijo un pensativo Sirius – pero... ellos me dijeron que Harry lleva aquí seis meses... no entiendo ¿me habrán mentido? – dialogó consigo mismo
- ¿Ellos? ¿Quiénes? No sé quien te habrá dicho semejante mentira, pero donde quiera que estén tú y Harry, él llego ahí hace exactamente once días. Sirius, explícate, no haz logrado otra cosa que ponerme nervioso
- Pero... se veían tan serios cuando charlábamos – siguió con su monologo – hum... – Remus le observaba desde el otro lado del espejo como si estuviera loco... 'un momento' considero Moony 'siempre ha estado loco, no se por que me preocupo ahora de eso' – verás Remus, tuve que cortar nuestra comunicación en ese momento – refiriéndose a la primera vez que el licántropo lo había visto vivo – por que ocurrió un gran escándalo, que no discutiré ahora, el caso es que Harry estaba ahí, pero él... – suspiro – me grito y se desmayo tan solo verme, y luego viene ese tal Aragorn amenazando con una filosa espada y no me dejo ver a Harry sino hasta después de una larga conversación
- ¡Sirius Black! – exclamó Lupin fuera de sí – ¿Cómo es posible tener una plática decente en tan solo ocho minutos? Te advierto que por más que me alegre verte vivo no estoy para bromas con respecto a Harry ¡Ten un poco de consideración hacia mí! – y agregó en un tono débil, cansado – Por favor Padfoot, no estoy para bromas ahora. Desde la desaparición de Harry que no me siento nada bien. Por favor
- Pero no estoy bromeando – le dijo Sirius – estoy siendo lo más serio que puedo
- Que es casi nada – murmuró un malhumorado Remus
- ¡Ey! – exclamó el animago molesto, pues le había escuchado – Te digo que de nuestra primer plática hace alrededor de dos horas, tres cuando mucho
- Eso no es posible – renegó el licántropo – fue hace ocho minutos – y en esto estaba seguro, pues desde que Sirius había desaparecido del espejo, él, Remus, había estado jugando nerviosamente con el reloj de bolsillo
Hubo un silencio durante el cual cada uno estudiaba al otro con ojos críticos. Remus pensaba que a su querido amigo ya se le habían zafado los últimos tornillos bien ajustados que tenía. Sirius era de la idea que la Luna estaba afectando a su lupino amigo, después de todo, aún recordaba las etapas que le habían dado al tranquilo y tímido Moony en su época de estudiante, durante las cuales ni lo merodeadores le aguataban el paso. Como aquella vez que se subió a la mesa de la sala común y comenzó a despojarse de sus ropas al ritmo de la música... ah no, eso había sido por que le habían dado demasiado Whisky de Fuego. Sirius se encogió de hombros. Ahora se acordaba que Remus tenía una baja tolerancia al alcohol ¿qué tal si...?
- Remus
- ¿Qué? – gruñó éste
- ¿Seguro que no haz bebido Whisky de Fuego últimamente? – preguntó inocentemente el animago
- ¡Claro que no! No serás tú el que se habrá estado emborrachando con que sabe qué cosas
- ¡Oye! Aquí el que tiene más aguante soy yo. Puedo tomar cinco botellas de whisky y seguir como si nada. En cambio, cierto hombre lobo que conozco – dijo mirando de reojo al licántropo – tan solo beber un vaso ya se anda desnudando frente a todo gryffindor
- Eso... yo... fue... algo... no debieron... vergonzoso... – balbuceaba un sonrojado Lupin, recordando perfectamente los acontecimientos posteriores a ese 'pequeño incidente' ¡Jamás se había imaginado que fuera tan popular entre las chicas! – Eso no tiene nada que ver con nuestra plática – reclamó indignado ante el recordatoria de semejante incidente
- Pero estas delirando Moony. ¿Cómo es posible que alguien confunda dos o tres horas con unos pocos minutos?
- ¡Yo no confundo nada!
Hubo otro silencio.
- ¿Y si...?
- Por favor, que no salga con otra de sus brillantes ideas fuera del tema – rogó Remus, aunque sabia que cuando se trataba de Sirius, ningún dios escucharía sus ruegos
- Oy Remus. Estaba pensando que tal vez... ¿Y si ni tu ni yo estamos equivocados? – Lupin alzó una ceja – Si, si. Mira ¿Qué tal si el tiempo corre de diferente forma en este mundo con respecto al nuestro?
El hombre lobo medito esta hipótesis.
- Eso suena lógico – dijo – El tiempo allá avanza más rápidamente que aquí, por eso para Harry han pasado seis meses – alrededor de seis meses le corrigió Sirius – mientras que para nosotros tan solo once días, pero... oh no ¡Lleva seis meses viviendo sólo o entre desconocidos! Eso es mucho tiempo, demasiado ¿Qué tal si le paso algo malo en algún momento? ¡¿o en todo el tiempo?! Por favor Sirius, dime que está bien... dime que... no soportaría que le hubiera pasado algo horrible, que no hubiera tenido comida, o un lugar cálido donde dormir – el hombre lobo se llevo una mano a la frente – Debe de estar asustado, molesto con nosotros por no haberle encontrado antes
- Tranquilo Moony, él esta bien – y agregó mientras bajaba los ojos – bastante bien cuidado – el hombre lobo iba a preguntar algo, pero – Al parecer unas personas lo encontraron cuando él llego a este lugar y creo que han estado velando por él
- ¿Seguro que no le dañaron? ¿No tiene signos de malnutrición, de golpes... de...?
- ¡No! – se apresuró a decir el animago, sin querer imaginar que cosas pasaban por la cabeza de su amigo – Se ve bien, de hecho se ve muy bien – Remus vio como un brillo inundaba su rostro y formaba en los labios una sonrisa de orgullo – ¡Deberías verlo Moony! Ya se ha puesto bastante alto y ya no es ese chico delgado que todos conocíamos. Su cuerpo ha cambiado, esta más sano, varonil. Cambio los delgados músculos por unos más fuertes y firmes. La palidez de su rostro se ha ido y en cambio tiene un tono bronceado que cubre la atractiva y orgullosa cara adolescente ¡Y los ojos, Remus! Los ojos le brillan con un fuego propio ¡y ya no usa las gafas! No sé si los anteojos le apagan ese fiero brillo pero sin duda alguna que vez decisión en ellos. James y Lily estarían orgullosos de él – y agregó en un tono divertido – Aunque no estoy seguro que a Lily le hubiera gustado mucho el aspecto de rudo y rebelde que se carga ¡Con el cabello largo y revuelto! Y se le ve bien, se le ve muy bien
Remus había escuchado con emoción el pequeño discurso de Sirius, bebiendo cada palabra ávidamente, sosteniéndose a ellas como si fueran su único salvavidas en un inmenso mar de emociones. No solo eso, el licántropo había notado que durante toda la descripción de Harry, los ojos de Sirius no habían dejado de brillar ni un solo momento, mostrándose feliz de ser el padrino de ese maravilloso joven que se había ganado el cariño de tantas personas. Pero...
- Entonces ¿porqué te noto tan triste, Padfoot? – le preguntó suavemente
El animago lanzó un largo y triste suspiro, observándolo con unos ojos afligidos desde la lisa superficie del espejo. No, estaban más que tristes, sin el brillo que los había teñido mientras hablaba de Harry, con una mirada de condenado. Sus ojos se veían... dolidos, traicionados.
- Él no confía en mí... para él estoy muerto... y yo... – una sonrisa amarga se dibujo en su rostro – yo solo soy un imbecil enviado por el Lord Oscuro - escupió el título de Voldemort – para atormentarle y dañar a sus nuevos amigos... Y me pongo a pensar, si no sería mejor... – una solitaria lagrima resbalo por su mejilla, mientras un horrible nudo se instalaba en su garganta, amenazando con soltar un doloroso llanto – si no sería mejor que yo desapareciera de su vida para siempre... se ve tan feliz con ese tal Aragorn, mucho más feliz que cuando estaba en Inglaterra... ¡Demonios, Remus! – gritó con furia – ¡Ese desgraciado le ha abrazado más veces de las que yo lo hice! ¡Harry bromea con él! ¡Se ve contento con él! ¡Y yo solo puedo tragarme mi ira, mi desesperación! Observando anhelante como le sonríe, como le habla, mientras que yo, yo debo conformarme con sus frías miradas, su duro tono de voz, su... ¡Pero no puedo conformarme! ¡Soy su padrino! ¡Yo estuve en el maldito hospital durante todo el parto! ¡Estuve con él tanto como James lo estuvo! – Remus entendía la desesperación de la que era presa su amigo – ¡Maldición! – Moony escucho como Sirius pateaba algo con fuerza, con ira. Luego, el silencio, la calma, interrumpida solo por la irregular respiración del animago – Y lo peor es que no puedo odiar al desgraciado – dijo con una mueca amarga – Sé que ha cuidado de Harry, sé que si no hubiera sido por él y sus nuevos amigos el pequeño lo habría pasado muy mal. Y lo que es más importante es que... quiere a Harry, y que éste le quiere a él
- Harry cambió mucho después de tu muerte – dijo el hombre lobo – parecía que ya no quería vivir... supongo que fue bueno que encontrará alguien en quien confiar – y agregó en un débil susurró – aunque me hubiera encantado ser yo
- Oh Moony, Harry te quiere y tú sabes que es as
- Pero nunca hubiera ido al Departamento de Misterios ha salvarme – unos tristes ojos azules le observaron desde el otro lado – y esta bien, digo, tu mismo lo haz dicho, haz estado con él mucho más tiempo, y... – sonrisa – olvida lo que dije, ya estoy divagando ¿Algunas ideas para que sepa que tu eres su padrino? – dijo para cambiar de tema
- Había pensado en transformarme en Padfoot delante de él, pero no sé si funcione
- Es una buena idea, no creo que eso deje lugar a dudas. Además – agregó Lupin con una sonrisa – si eso no funciona podrías pasarle el espejo y dejar que le riña durante unos cuantos minutos ¿Qué opinas?
Sirius soltó una carcajada.
- El pacífico Moony riñendo al hijo de Prongs ¡Eso tengo que verlo!
- ¡Ey! Por si no lo recuerdas mi muy estimado señor Padfoot, yo fui su maestro de DCAO y tengo entendido que fui uno de los mejores
- ¡Ya lo creo!
Sirius escuchó unos extraños ruidos provenientes del lado de Remus.
- ¿Qué pasa? – preguntó rápidamente
- Oh, ya sabes. Lo normal. Al parecer unos alumnos están causando problemas en los pasillos – suspiro – Si esto continua así el resto del viaje supongo que no tendré tiempo de dormir. Nos vemos Padfoot, recuerda que para la próxima vez que hablemos quiero que este Harry contigo – y con una sonrisa desapareció del espejo
Sirius soltó una carcajada y después de decidir que ya era hora de ver a su ahijado, se apresuró por los pasillos de Meduseld.
La idea de Remus era magnífica. Ya no solo tenía a Padfoot para convencer al muchacho ¡también el espejo!
El animago trazó el mismo camino que había seguido cuando le llevaron a este corredor, y aunque al final estaba confundido sobre que ruta seguir – girar a la derecha, a la izquierda o seguir de frente – pronto deshecho sus dudas al escuchar el sonido de voces a su derecha.
- Nadie les advirtió – decía la voz de una mujer – No estaban armadas. Ahora los salvajes avanzan en el Folde Oeste quemando todo a su paso
- ¿Dónde esta mamá? – Sirius llegó a tiempo para ver a la pequeña niña que hacía esta pregunta a la dama Éowyn, según había escuchado el nombre, mientras ella la callaba, arropándola con una gruesa frazada verde
- Esto es solo una muestra del terror que desatará Saruman – le decía el viejito que le recordaba a Albus al rey Théoden, quien se pasaba una mano por la frente, dando señales de desesperación al escuchar las fatídicas pero reales palabras que salían de la boca del anciano – Más potente ahora que está impulsado por el miedo a Sauron – hubo una breve pausa, y el profesor Dum...er, el viejito barbudo mejor conocido como Gandalf dijo – Ve a su encuentro y atácalo de frente – ahora el animago estaba seguro de que se había metido, o lo había metido el velo, en una guerra – Aléjalo de tus mujeres y niños – definitivamente él y Albus tendrían que hacer un concurso para ver quien hablaba con más persuasión – ¡Debes pelear!
- Tiene dos mil hombres buenos cabalgando al norte ahora mismo – habló Aragorn, haciendo que Sirius girará su cabeza en la dirección de éste, buscando a su ahijado, que encontró sentado al lado del mencionado montaraz y que estaba atento a la importante plática que se llevaba a cabo, pero sin dejar de lanzarle frías miradas. Sirius podría jurar que había tomado clases con Snape, pues sus ojos eran duros y escrutadores – Éomer le es leal. Sus hombres volverán y pelearán por su rey
- Ya deben estar a 300 leguas de aquí – exclamó el rey, poniéndose de pie y abandonando la comodidad de su trono – Éomer no nos puede ayudar
Black vio como Gandalf bajaba rápidamente las escaleras de la plataforma del trono, acercándose rápidamente al rey Théoden, en un intento de persuadirlo de esa tonta idea.
- Ya sé que desean de mí – dijo el rey – pero no le traeré más muerte a mi pueblo. No iniciaré ninguna guerra
El mago observó como los verdes ojos de su ahijado se encendían momentáneamente a pesar de que su rostro y cuerpo se mostraban calmados. Ese brillo lo había visto muchas veces en Lily, cada vez que ellos hacían o tomaban una mala decisión. Sin embargo, Harry se mantuvo callado durante toda la conversación, sabía que al tener dieciséis años no se le tomaría más que por un crío y que su opinión no contaría demasiado, además de que entendía cual era su posición como protegido de Aragorn. Debía de comportarse y mostrar respeto al Señor de la Marca para no poner en ridículo a su maestro. Pero esto no se aplicaba al dúnadan.
- La guerra ya se cierne sobre usted, quiera aceptarlo o no – habló el montaraz, sin escucharse arrogante sino como un verdadero rey, dando su opinión a otro. Sirius no pudo hacer más que estar de acuerdo con el que le arrebataba el amor de su ahijado, y aunque le dolía admitirlo, sabía que Aragorn no era una mala persona, sino todo lo contrario, un fuerte y noble guerrero, sin contar que había sido un lucero en el oscuro camino de su ahijado
- La última vez que mire – habló el rey, mostrando su descontento – Théoden, no Aragorn, era rey de Rohan – dijo, clavando sus ojos en los grises del montaraz
- Entonces – se adelantó Gandalf, antes de que una rencilla floreciera en las dos nobles cabezas – ¿Cuál es la decisión del rey?
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- Por órdenes del rey, la ciudad debe vaciarse – gritaba uno de los guardias reales, ganando la atención de todos lo rohirrím – Nos dirigiremos al refugio del Abismo de Helm – los aldeanos se miraron temerosos y confundidos, habían escuchado que una bandada de orcos cruzaba su país, pero jamás imaginaron que llegarían a esto – No se molesten en cargar tesoros, lleven sólo las provisiones necesarias
- ¿Al Abismo de Helm? – exclamaba Gandalf furioso, dirigiéndose a los establos del rey, pasando a los aldeanos que guadaban rápidamente la comida que tenían en sus alacenas y a los niños ayudando a ensillar los enormes caballos – Huyen a las montañas cuando deberían quedarse a pelear ¿Quién los defenderá, sino su rey? – Aragorn, Gimli, Legolas y Harry corrían detrás de él. Sirius no tenía permitido salir del castillo sino hasta que todos partieran de Edoras, además de que la dama Éowyn le había dicho que se quedase, pues necesitaban revisar su herida y los vendajes debían ser cambiados. Un largo viaje les esperaba
- Sólo esta haciendo lo que cree mejor para su gente – dijo el dúnadan – El Abismo de Helm los ha salvado en el pasado
- No hay salida de esa cañada – exclamó Gandalf, dirigiéndose a trancos hacia Sombragrís – Théoden se está metiendo en una trampa. Cree que los lleva a un lugar seguro, pero lo único que logrará será una masacre – se giro a Aragorn – Théoden es fuerte, pero temo que sucumba... temo la caída de Rohan. Te necesitará antes del final, Aragorn. La gente de Rohan te necesitará. Sus defensas deben aguantar
- Aguantarán – respondió el montaraz
- Ezellahen – se giro a Harry, quien se acercó rápidamente al sabio mago – es una pena que no tengamos tiempo para charlar, pero el momento llegará, no te preocupes por eso – y luego calló, observando al muchacho – Eres fuerte, pequeño, podrás resistir las pruebas que vienen delante de ti. Confió en tu fuerza – Harry bajo la mirada – ¡No temas! Verás que todo tiene solución. Y... sé que es mucho pedir, pero – los ojos verdes se clavaron en los de él – ten fe en ese hombre, estoy seguro que no desea dañarte, sino todo lo contrario – el mago observó benévolamente al muchacho, posando una mano sobre la mejilla de éste – Nai Eru varyuva le, Ezellahen [Que Eru te guarde ,Harry] – dicho esto, montó velozmente el blanco corcel – He caminado 300 vidas de hombre en la Tierra y ahora no tengo tiempo. Buena suerte. Mi búsqueda no será en vano. Esperen mi llegada al despuntar el alba del tercer día. Al amanecer miren al Este
- Vete – le dijo Aragorn, asintiendo con la cabeza las palabras de Mithrandir
- Vamos Sombragrís, muéstranos el significado de velocidad – el anciano mago se acomodo en la montura y salió disparado cual rauda flecha blanca
- Annali len, Mithrandir! [¡Buena suerte, Gandalf!] – gritó Harry
- Estará bien – le dijo Aragorn, apoyando una cálida mano sobre el hombro de su pupilo
- Él lo estará – habló Gimli – nosotros no
- Es un buen jinete, confió en que le veremos pronto – dijo Legolas a Ezellahen, lanzando una mirada al enano para que se quedará con sus comentarios funestos
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Ron y Hermione caminaban juntos por los largos corredores del Expreso de Hogwarts, realizando su deber de prefectos que era mantener el orden en ellos y en los compartimientos.
- Esto es demasiado aburrido – exclamó Ron después de soltar semejante bostezo – desearía que algo pasar
- ¡Ni se te ocurra decirlo en voz alta! – exclamó Hermione horrorizada – por una vez me gustaría que el año escolar fuera pacífico y sin ningún ataque de Voldemort – un escalofrío recorrió la espalda de Ron, haciendo que se detuviese abruptamente – ¿Qué? – pregunto la joven morena
- ¡Y a ti no se te ocurra decir su nombre! – el pelirrojo se llevo una mano al corazón – Date cuenta de los sustos que me pegan Harry y tú cada vez que lo hacen
- Vamos Ron, ya va siendo hora que digas el nombre o que por lo menos no tiembles cada vez que alguien le pronunci
- Vale, vale, pero no te enojes 'Mione
La joven elevó el mentón y giro los ojos. A veces su querido amigo la sacaba de sus cabales, pero era parte de la personalidad que tanto amaba. Así que después de regalarle una sonrisa, siguieron con su patrullaje.
- 'Mione
- ¿Ahora qué?
- ¿Esta permitido besar en los corredores?
La chica se detuvo en su andar, con un rubor cubriendo adorablemente sus mejillas.
- N-no lo se, Ron ¿Porqué? – preguntó mientras jugaba con los pliegos de su túnica
- Por que una pareja está haciéndolo justo ahora – dijo con la voz más calmada del mundo
Hermione soltó indignada su túnica, mientras un bufido salía de su boca, comenzando a caminar rápidamente, ignorando a su compañero y sin siquiera verlo. Molesta con él.
- ¡No lo se! ¡Y ya deja de hacerme preguntas tan tontas cuando estamos trabajando!
Ron soltó una risita y sujetándola de la cintura, la atrajo hacia él.
- Era broma, 'Mione, no tienes por que molestarte tanto
- Hump – fue lo único que el pelirrojo recibió por respuestas, mientras la morena se empecinaba en no mirarle
- Vamos 'Mione, perdóname – dijo divertido, y sin que ella tuviera oportunidad de responder unió sus labios a los delicados de ella, probándolos dulcemente, saboreando el momento
Al separarse...
- ¡Ronald Weasley! – exclamó mientras le daba un pellizco en el brazo – ¡Ni se te ocurra volver hacerme enojar así!
- ¡Ow! ¡Hermione! – gimió sobándose el brazo – ¿Así me recompensas después de ser tan lindo contigo?
- Hump
- ¡Hermione!
La chica soltó una risita juguetona y, jalándolo de la túnica, lo acercó a ella, depositando un suave beso sobre los labios del chico Weasley.
Ron quería tomar venganza, pero unas voces le quitaron el placer de hacerlo.
- ¡... Harry no es ningún cobarde! – se escuchó que un chico gritaba
Risas frías y despóticas siguieron a esta frase.
- ¿Escucharon eso? Harry Potter, el niño-que-no-subió-al-tren no es ningún cobarde – se mofaba una voz que Hermione identifico rápidamente como la de Malfoy – Acéptalo Longbottom, Potter no es más que un cobarde. Por eso no ha venido este año a Hogwarts. Esta demasiado ocupado escondiéndose y lloriqueando como para atender las clases
Neville se llevo una mano al bolsillo del pantalón, furioso de que insultaran a su amigo y deseando defenderlo, pero...
- Tranquilo Longbottom – dijo fría y gallardamente el heredero Malfoy mientras le apuntaba con su alargada y recién pulida varita – no queremos que te saques un ojo con esa vara ¿cierto? – cerró con una sonrisa maliciosa en los delgados labios
- Déjalo en paz, Malfoy – intervino Ginny
- Pero si es la pequeña Weasley – sonrió coquetamente a la gryffindor – ni tan pequeña – Ginny elevó el mentón orgullosamente
- ¡Ya es suficiente! – gritó Hermione indignada, plantándose firmemente frente a Malfoy
- Oh, miren nada más que tenemos aquí – dijo Draco a los gorilas, er, a Crabbe y a Goyle, que se encontraban detrás de él – la sangre sucia y su lerdo novio han llegado a defender al grupo de tontos – y decía 'grupo de tontos' por que no solo estaba Neville y Ginny estaban ahí, también Luna, pero ella se había mantenido al margen de la pelea, observando divertida a los contrincantes con sus grandes ojos
Ante el comentario del joven Malfoy, las orejas de Ron cambiaron rápidamente a un tono rojo, pero eso no impidió que sacará la varita para amenazar con ella al trío de slytherins, plantándose frente Hermione, protegiéndola.
- A tu pasillo Malfoy – le dijo con ira – este es el que patrullamos Hermione y yo
- ¿Qué pasa Weasley? ¿La verdad duele?
- Harry no es ningún cobarde, él regresará pronto – lo encaró la pequeña Weasley
- ¿En serio? – preguntó Draco, observando a Ginny de la cabeza a los pies, haciendo que esta se sonrojase – si están tan seguros que su niño dorado regresará, entonces... – hizo una pausa
- ¿Entonces que, Malfoy? – pregunto Ginny
- Entonces no busquen buscador de reserva, claro, si están tan confiados que Potter regresa pero si no quieren perder la copa de Quidditch yo que ustedes comenzaría a pegar volantes
- ¿Qué ocurre aquí? – preguntó la cansada pero firme voz de Remus Lupin
- Nada... profesor – contestó Malfoy, mostrándose orgulloso y petulante ante el licántropo al que consideraba de más bajo nivel que él
- Entonces le sugiero, señor Malfoy, que regrese a su compartimiento
- Ah, pero no podemos hacer eso, profesor – pronunció la palabra con un deje de burla – verá, no se si le habrán dicho pero soy prefecto y es mi deber vigilar los pasillos
- Vigilar no es lo mismo a causar disturbios en él, señor Malfoy – le dijo Lupin – así que o hace bien su deber o lo suspenderé de su cargo ¿entendido?
Draco hizo una mueca de odio. Ya se las pagaría el lobo, ahora lo más importante...
- Un momento, profesor – y se giró a Ron – Entonces que, Weasley ¿aceptas el trato?
- Con mucho gusto, Malfoy – dijo con una sonrisa de autosuficiencia rara en él – ya verás como Harry aparecerá para patearles el trasero a los slytherins
Draco sonrió maliciosamente y después de hacer una caravana ridícula a Remus, desapareció en los pasillos del tren con sus dos gorilas caminando detrás de él.
- Ese Malfoy no tiene respeto por los profesores – se quejo Hermione, enarcando una ceja
- No te preocupes Hermione – dijo Remus – es natural que traten así a un licántropo – dijo con resignación. Aún pensaba que no era buena idea regresar como profesor a Hogwarts, no por que temiera las represalias de los padres, sino por las muestras de odio y temor que seguro mostrarían los alumnos. Su peor temor podría hacerse realidad: ser rechazado.
- No se preocupe, profesor Lupin – habló Neville – yo sigo pensando que usted es el mejor maestro de DCAO que hemos tenido. Yo jamás sería grosero con usted
- Eso es muy cierto – dijo Ginny – si de algo estoy segura es que cuenta con el apoyo de todo Gryffindor
- A mi me gustan los hombres lobos – dijo Luna Lovegood – mi padre conoce a una tribu que vive en América
- Anímese profesor – habló Ron – verá que todo saldrá bien, y que Harry regresará pronto
Remus sonrió, feliz de por lo menos tener cinco alumnos que aún le querían como profesor. Seguro que en el trayecto todo mejoraría, lo esperaba, lo deseaba. Además, sabia que ya no era el ultimo merodeador, Sirius seguía vivo.
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Una larga fila recorría los campos de Rohan, atravesando las blancas montañas que se elevaban a su alrededor, caminando sobre elevaciones y piedras, bordeando ríos y lagos, dirigiéndose al Abismo de Helm en el Folde Oeste del país de la Marca. Se podía ver a las mujeres cargando a los pequeños sobre su espalda, llevando de la mano a los pequeños que ya podían caminar. Sobre las carretas iban los más ancianos, aquellos que ya no se podían valer de sus piernas y que hombres de su familia cargaban bajo la pálida luz solar que se reflejaba en las gotas de sudor que bajaban por los sucios rostros de los campesinos.
Montados a caballo avanzaba la guardia del rey y sus soldados, caminando al final y al inicio de la columna, guiándolos y protegiéndolos por estas tierras salvajes. Otros soldados avanzaban afuera de la columna, paseándose de un lado a otro para mantener el orden y hacer que avanzaran lo más posible antes de la caída del sol.
Al lado del rey Théoden cabalgaba Aragorn, junto con Harry quien montaba una hermosa yegua de cuatro años de edad, de pelaje rojo oscuro, con el crin, el hocico y las patas manchadas de blanco. Fíriel era el nombre de tan briosa yegua, y había sido un regalo para el joven mago.
Legolas cabalgaba atrás de los montaraces, lado a lado con Sirius. El animago iba montado sobre un fuerte caballo completamente negro, de temperamento orgulloso. Harry se había negado en que le dieran una montura, pues para él seguía siendo un enemigo, pero Aragorn le había convencido, argumentando que el hombre estaba herido y que así podrían vigilarle mejor. Ezellahen había aceptado después de esto, pero seguía sin estar convencido, no entendía por que su mentor se molestaba en que ese hombre que se hacia llamar Sirius llegará con bien al Abismo de Helm.
- Yo no creo que seas un sirviente del mal – habló Legolas
- ¿No? – exclamó Sirius – Me extraña. No se por que confías en mí, cuando claramente no le agrado a Harry – el animago no tenía experiencia con los caballos, ya que lo único que había montado en su vida había sido su hermosa motocicleta y las escobas mágicas. Aún así, no había tenido problemas ya que tan solo iban caminando, y el elfo hacia que el caballo le siguiera. Magia élfica, había pensado el animago al ver como su compañero le había cantado una canción al jamelgo
- Puedo sentir cuando hay maldad en las personas – le dijo el elfo – es una cualidad de mi pueblo
Sirius no respondió nada, sus ojos seguían pendientes de los movimientos de Harry.
- Ezellahen fue herido profundamente, es por eso que le da miedo confiar en ti. No desea ser lastimado una vez más
- Lo se... pero – suspiro – eso no impide que me duela como me trata
- Entonces – dijo Legolas, cambiando de tema – tu verdadero nombre es Sirius Black ¿cierto? – el animago asintió – no es muy distinto del que nos diste
- Lo se – se ríe – pero quería ver, si ustedes llegaban a ser aurores, la cara que ponían y si me dejaban libre – el elfo lo miró con confusión – En Inglaterra, mi mundo, estoy acusado de asesinar a catorce personas ¡pero no lo hice! – exclamó al ver la expresión del príncipe de Mirkwood – y como soy un fugitivo, me están buscando por todas partes, aunque creo que ahora ya no lo hacen, han de pensar que estoy muerto
- La vida de fugitivo no debe ser muy cómoda
- No, no lo es. Pero no me importaba por que Harry creía en mí... además que era mejor que la vida que llevaba en prisión – dijo Sirius, regalándole una sincera sonrisa a Legolas
- ¿También eres un mago? – preguntó el elfo
- Si. Igual que Harry – y luego dijo con una mueca al ver la expresión de sorpresa de su nuevo amigo – No tan poderoso, pero me defiendo bastante bien con la magia, bueno, lo haría si tuviera una varita, pero temo que he perdido la mía
El elfo pareció meditar un breve momento y después saco un alargado y hermoso cuchillo que había estado enfundado en la silla de su caballo.
- ¿Sabes como usarlo? – le preguntó a Sirius mientras se lo mostraba. El animago le observó con confusión – No tienes con que defenderte y como una espada sería claramente vista por Ezellahen, te doy este cuchillo élfico – Black tomo el cuchillo, que Legolas había vuelto a envainar, separando la funda de la silla de Arod
- Gracias. Aunque dudo que tenga los mismos usos que una varita, seguro que me será útil
El sol se ocultaba detrás de las montañas, tiñendo el azul cielo de vistosos colores anaranjados y las nubes de tonos rosas. El sol del atardecer reflejaba su luz en la superficie del lago ha cuya orilla habían decidido acampar. Por todo el campo se podían observar las alargadas sombras de los rohirrím que sentados en cerrados círculos, preparaban deliciosos y calientes guisos.
Sirius se encontraba sentado sobre una pequeña colina. Su alargada sombra se confundía con la aún más larga de Legolas, quien se encontraba de pie mirando hacia el oeste, hacia el lugar donde se encontraba el Abismo de Helm.
El animago estaba molesto. Aún no había podido llevar a cabo su plan. Primero por que Harry no se había presentado en Meduseld después de que había salido siguiendo a Gandalf. Aragorn le había dicho que se encontraba en los establos, pero le prohibieron salir del castillo ya que aún no sabían si confiar en él. Después de eso, cuando habían salido de Edoras, pensó que tendría su oportunidad, y aunque había sido bastante difícil persuadir a Beren, su caballo, que se dirigiera a Harry, cuando el chico lo había visto acercarse a él, hizo a su yegua trotar lejos, enseñándolo así a Sirius que él, Ezellahen, si tenía un buen dominio sobre los caballos. ¿Qué tanto aprendió? se preguntó molesto, tirando una mirada asesina a Aragorn, convencido que había sido él quien le había enseñado al chico a cabalgar y por su culpa se había alejado fácilmente del animago. Y ahora que al fin volvía a tener los pies sobre tierra, había hecho otro intento, solo para encontrar su cuello al final de la varita de Harry, quien le ordenó que le dejará de seguir o se encargaría que tuviera que estar pegado al caballo de por vida.
- Es tan testarudo como su padre – exclamó soltando un suspiro – si esto sigue así tendré que decirle a Moony que lo siento mucho
- ¿Moony? – preguntó el elfo
- Mi amigo Remus – le enseñó el espejo – podemos comunicarnos a través de esto. Estaba deseoso de ver a Harry, pero al parecer no podré hacer realidad ese sueño por que Harry me impide acercarme a él – el elfo comenzó a reír – ¿qué es tan gracioso?
- El hecho de que estés renegando por un niño. Ezellahen es muy testarudo, una vez que se mete una idea en la cabeza no puedes sacarlo de ahí. Es una buena cualidad por que ha aprendido mucho gracias a ella, pero cuando se mete en el camino del entendimiento
- Puede ser un verdadero dolor de cabeza – terminó por él el animago, observando a su ahijado desde su excelente posición
Harry caminaba sorteando las familias y grupos de amigos que se encontraban sentados sobre la hierba. Había ido al lago a lavarse y ahora regresaba al lado de su mentor.
El joven mago se había dado cuenta, para su enojo, que Legolas y el mortífago – como se empeñaba en llamar a Sirius – se estaban haciendo muy buenos amigos. Y mientras los veía charlar, se preguntaba por que no estaba Gimli con ellos, distrayendo al elfo para que éste no hablará con el lame-botas de Voldemort, pero ahora recordaba que había estado charlando muy feliz con la dama Éowyn y que ahora daba vueltas por el campamento.
Resignado, el joven montaraz se acomodo la capa élfica y la gabardina, caminando hacia Aragorn.
Harry iba a llegar a donde su mentor, pero entonces vio como la dama Éowyn se acercaba a él y le ofrecía algo de comer – un estofado caliente – viendo esto, y decidiendo que le robaría un poco de eso a la señora de Rohan, apresuró su paso, pero se detuvo al ver la cara que ponía Aragorn al introducir la primera cucharada en su boca. Aunque la dama no podía ver la expresión de su rostro, el dúnadan claramente mostraba signos de que no era muy buena cocinera, pero, al no querer dañar los sentimientos de Éowyn, trago el pedazo – prácticamente crudo – de carne, recordándose que había comido cosas peores.
Ezellahen se acercó un poco más, escondiéndose entre los grupos de personas.
- Esta bueno – dijo el montaraz. Harry tuvo que cubrirse la boca para ocultar las carcajadas que amenazaban con salir. La expresión en el rostro de Aragorn mostraba todo lo contrario a lo que había dicho
- ¿De veras? – preguntó la dama emocionada, y con una sonrisa de autosuficiencia y orgullo se giro, alejándose del montaraz, quien al verla de espaldas y lejos procedió a tirar el estofado – Mi tío me contó algo muy extraño – hablo la dama, girándose una vez más a Aragorn quien regresó rápidamente el plato con el guiso a su regazo, antes de que la dama se diera cuenta de sus intenciones
Ante esa situación Harry no pudo ocultar su risa, teniendo que hincarse para apretar su estomago, pues comenzaba a dolerle por hacer que no salieran fuertemente las carcajadas.
- ¿Se encuentra bien, mi señor? – preguntó uno de los aldeanos a Harry, dirigiéndose con respeto al joven al verle cabalgar con el señor Aragorn y con el rey Théoden
El joven mago tan solo asintió con la cabeza, limpiando unas lagrimas de sus ojos.
- Por supuesto, no es nada. Gracias – logró decir entre risas y jadeos
El campesino le miró confundido y regresó a lo que estaba haciendo.
- Dijo que fuiste a la guerra con Thengel, mi abuelo – escucho Harry que decía la dama Éowyn – pero debe estar equivocado
Estas sencillas palabras lograron calmar a Harry, quien presto más atención a la conversación, y no podía más que concordar con la señora de Rohan, pues el rey Théoden claramente pasaba de los cincuenta años y Aragorn no se veía más de cuarenta.
- El rey Théoden tiene buena memoria – habló el montaraz – Él era un niño pequeño en ese entonces – esto sorprendió a Harry y a la dama
- Entonces tu debes tener al menos sesenta – exclamó ella. Aragorn negó con la cabeza mientras una sonrisa surcaba sus labios – ¿setenta? – el montaraz volvió a negar – ¡No puedes tener ochenta! – exclamó ella, mientras Harry observaba sorprendido a su mentor
- Ochenta y siete – dijo el dúnadan, dejando a su alumno haciendo la perfecta representación de un pez
- Eres uno de los dúnedain – dijo ella seriamente mientras se ponía de pie. El joven mago vio como su mentor asentía con la cabeza – Un descendiente de Númenor, bendecido con larga vida. Se dice que tu raza es leyenda
- Quedan pocos de los nuestros – habló Aragorn – El reino del Norte fue destruido hace mucho
Ezellahen se puso de pie, pensando en todo lo que había dicho su mentor, y por estar tan distraído no se dio cuenta de que su tutor le había visto y sonreía maliciosamente, ya que gracias a su sensible oído había podido escuchar las risas de su pupilo.
- ¡Harry! – escuchó que le llamaban y cuando vio la expresión de su maestro, se dio cuenta de su error – Éowyn ha sido amable y ha traído algo de estofado caliente
El joven montaraz buscaba una salida a esto, pero cuando la dama cruzó su mirada con la suya, no pudo hacerlo. Resignado y valiente – se suponía que era un Gryffindor ¿no? – se acercó a ellos, tomando el plato que le extendía la dama.
La noche había llegado y los aldeanos descansaban en las improvisadas tiendas que habían dispuesto para sus familias. Los caballos descansaban afuera de las tiendas de sus amos, recostados sobre la verde hierba, observando con sus enormes ojos negros la vastedad del cielo, inundado de luceros titilantes.
Harry se encontraba de pie junto al lago, acariciando la cabeza de Fíriel, que se encontraba al lado de su joven amo, disfrutando de las caricias que éste le daba. Aragorn se había dormido unos minutos antes, arrullado por una voz en el viento.
- Man ta raika, Ezellahen? [¿Qué ocurre, Harry?] – preguntó Legolas acercándose al solitario joven
- Legolas… Aragorn an Arwen… Man ta heri tyarole? [Legolas… Aragorn y Arawen... ¿Qué ocurrirá con ellos?] – preguntó el joven de ojos verdes
- Tollen i lû. I chair gwannar na Valannor. Aragorn groga atar heri, atar eret palan gwannar [Los barcos parten hacia Valinor. Aragorn teme por ella, por ello desea que parta]
- Yo no quiero que se vaya – le dijo Harry – Aragorn la ama, ella lo ama. No se por que no pueden quedarse juntos
- Ter Éowyn laüme? [¿Dices esto por Éowyn?]
- Uma [Sí] – respondió el joven, apoyando su cabeza en el cuello de su yegua
- Es la decisión de ellos dos, pero principalmente la de Arwen – le dijo el elfo – Si el anillo no es destruido y Arwen se queda, podría morir, la maldad que reinará el mundo afectaría su luz y gracia, y cuando la luz de un elfo se apaga, morimos
- Pero tú te quedas, los elfos de tu bosque se quedan ¡Elladan y Elrohir se quedan! – exclamó Harry
- Arwen siente la maldad más que nosotros, su sensibilidad para sentir la belleza es un arma de dos filo, por que no solo percibiría las cosas buenas
- También las malas
- Exacto ¿Ahora entiendes por que teme Aragorn? Sabes tan bien como nosotros, que el poder de Sauron no puede ser conquistado, a menos que el anillo único sea destruido. El trabajo de Aragorn es hacer que su pueblo aguante el más tiempo posible, pero si Frodo falla en su tarea – dijo el elfo, observando a Ezellahen
- Ni el poder de Gandalf será capaz de contener la maldad de Mordor – Harry se mordió el labio el inferior – Entiendo... lo entiendo... Alassea lomë, Legolas [Buenas noches, Legolas] – el joven montaraz se dirigió apresuradamente a su tienda
- Lisse oloori, Ezellahen [Dulces sueños, Harry]
El mago de ojos verdes se dejo caer sobre su improvisada cama, recordando una conversación que había escuchado entre Aragorn y el señor Elrond
- Nuestro tiempo aquí se acaba – decía el medio elfo a su hijo adoptivo – El tiempo de Arwen se acaba. Deja que se vaya. Deja que tome el barco a Valinor. Deje que se lleve su amor a las Tierra Imperecederas. Ahí siempre brotará verde – insistía el señor de Rivendel
- Pero nunca será más que un recuerdo – respondía el montaraz, afligido por lo que realmente quería decir su padre adoptivo
Se observaron mutuamente, Aragorn con una mirada solícita y el señor Elrond miraba con furia a ese humano impertinente. Ninguno se daba cuenta que estaban siendo observados por un chico escondido entre los arbustos.
- No dejaré a mi hija aquí para que se muera – habló Elrond
- Se queda por que tiene esperanza
- ¡Se queda por ti! – le reprendió el medio elfo – ¡Su lugar es con su gente!
El dúnadan le miro una vez más, con una expresión derrotada antes de salir de ese bosque, caminando rápidamente.
Harry no podía entender cómo alguien tan bueno y justo como Aragorn, no podía tener lo que más deseaba en el mundo.
Esa noche, el mago se dio cuenta por que Aragorn le entendía tan bien. Esa noche Harry vio que no era el único con el peso del mundo sobre sus hombros, ya no solo estaba Frodo, también Aragorn el montaraz, el heredero de Isildur.
La mañana había llegado y con ella la caravana de rohirrím se puso una vez más en marcha.
Harry cabalgaba al lado del rey Théoden, quien estaba muy interesado en él, pues se le hacía demasiado extraño que alguien tan joven cargará una espada y cabalgará con el montaraz que había estado en diferentes batallas.
Théoden se preguntaba si el joven no sería también un descendiente de Númenor, pues a pesar de la juventud de su cuerpo, sus ojos contaban una historia diferente. Los brillantes ojos verdes no eran orgullosos, altaneros, como la mayoría de los jóvenes a esa edad, sino que se mostraban nobles y maduros.
El joven hablaba de las aventuras que había pasado la comunidad del anillo desde su salida de Rivendel, sorprendiendo un poco más al rey por que Gandalf le había permitido formar parte de la comitiva.
El rey le contó al historia de Eorl el joven fundador del reino rohírrico.
Mientras el señor de la Marca hablaba, Harry notó que el mortífago le observaba detenidamente, siguiendo cada uno de sus movimientos. Pensando que quería atacarlo, Ezellahen giró el rostro en dirección a Sirius, dispuesto a fulminarlo con una mirada de hielo y ¿porqué no?, unas cuantas maldiciones, pero lo sorprendió la mirada triste y dolida que tenía en los azules ojos. Tan parecido a su padrino. El joven mago alejo sus ojos de ese hombre y mientras el rey le contaba cómo había conocido a Aragorn, él pensaba que había sido muy duro con el mortífago – si es que lo fuese – y aunque no estaba listo para confiar que era su Sirius, sería más amable con él.
Un grito se escucho en el aire, y al elevar los ojos Harry vio como su mentor se dirigía rápidamente hacia ellos. El rey Théoden adelantó su caballo.
- ¿Qué es? ¿Qué ves? – preguntó rápidamente el Señor de la Marca
- ¡Huargos! ¡Nos atacan! – a las palabras del montaraz, el pánico inundo a los aldeanos, quienes comenzaron a gritar y dispersarse en busca de un refugio
- ¡Todos los jinetes a la cabeza de la columna! – gritó el rey, apeando su caballo
Harry se acercó rápidamente hacia Aragorn, que ya se encontraba montado en Hasufel, pero antes de que llegará hasta él una mano tomo fuertemente las riendas del caballo.
El mortífago.
- ¡Suelta! – gritó Ezellahen
- ¡No! – exclamó Sirius – Sé que no quieres creerme Harry, pero no quiero que vayas ¡es demasiado peligroso! ¡Podría pasarte algo!
- Fui entrenado por uno de los mejores montaraces y por los elfos. Además, ya antes he peleado
- Pero... – Harry izo al caballo, ocasionando que por la fuerza el animago soltará las riendas – ¡entonces yo voy contigo! – exclam
- ¡No! – gritó Harry, y en seguida una mirada dolida se posó en Sirius – aún estas herido, y no estás armado – el animago se esperaba palabras duras, arrogantes, menos esto – y aunque lo estuvieras no creo que seas muy bueno con la espada
- ¡Eso no me importa! – exclamó, a sabiendas que Harry tenía un punto a su favor – ¡No puedes ir solo ahí!
Harry giró la cabeza y vio como los jinetes ya se alejaban y que al fin Gimli había hecho que Arod avanzará.
- Si realmente eres mi padrino – dijo – te irás con los rohírrim al Abismo de Helm – dicho esto Harry galopo hacia los jinetes, dejando a su padrino entre la espada y la pared
Sirius se quedo de pie, sorprendido por lo que había dicho su ahijado. Éowyn se acercó a él y le jalo, llevándolo con ella.
El fuerte trotar de los caballos se mezclaba con los ladridos de los huargos que se acercaban velozmente, amenazando a la gente de Rohan.
Los jinetes galopaban hacia la pelea contra esas salvajes criaturas y sus jinetes.
Harry vio como Legolas disparaba hábilmente sus flechas, todas dando en el blanco que éste escogía. Cuando Arod estaba a la mano del elfo, este se sujeto de la riendas, y haciendo un sorprendente movimiento, montó el caballo aún galopante.
Los huargos ya estaban a la vista, y Harry, dándose cuenta de lo que iba a suceder cuando el espacio entre los dos grupos despareciera, adelantó la hilada de jinetes, ignorando los gritos de Aragorn que se preocupaba por que su pupilo fuera arrasado por esa ola de bestias.
Ezellahen se detuvo a unos metros de distancia de los veloces huargos, haciendo a Fíriel girar sobre ella misma e izándola, mostrándose imperioso y arrogante a los orcos. Los orcos aceleraron el paso, deseosos de acabar con ese chiquillo que se burlaba tan abiertamente de ellos.
Los desesperados gritos de los demás jinetes no le importaban, sólo el plan que se había apoderado de su cabeza. Empuñando su vara, justo cuando los primeros huargos daban el último saltó hacia su presa, gritó con una voz clara y estentórea... ¡Protego! Las primeras bestias se estrellaron contra un escudo invisible, rompiéndose el cuello al chocar con tanta fuerza y de frente en ella.
Los orcos se habían detenido sorprendidos ante esto, no sabiendo si avanzar o no, dejando al joven de ojos verdes que les sonreía burlonamente en medio de los dos bandos con los cuerpos de cuatro huargos a su alrededor.
Harry grito algo en élfico, entendido por Aragorn y Legolas, y Aragorn regresó el grito en rohírrico. La hilera entonces se lanzó una vez más hacia los orcos, sorprendiéndolos por el ataque.
La pelea comenzó, con la balanza inclinándose a favor de los amos de los caballos por la jugarreta que había hecho el joven mago.
Lanzas y flechas se veían volar de un lado a otro, enterrándose en las enormes cabezas de esas bestias que eran como lobos gigantes o en el torso de los orcos.
Los enemigos enviados por Saruman resultaron ser un arma de dos filos, por que no sólo tenías que cuidar la filosa espada de tu oponente, también las enormes y sedientas fauces de los lobos que mostraban hileras de puntiagudos colmillos.
El campo de batalla se había convertido en un caos, haciendo imposible ubicar a tus compañeros sin temor a que una de esas bestias se lanzará sobre ti y se deleitará con tu cabeza.
Ezellahen había perdido de vista a sus amigos, demasiado ocupado en cortar las cabezas de los orcos, empuñando lo espada con el brazo derecho, sosteniéndose y guiando las riendas con el izquierdo.
Un orco bastante bueno se lanzó hacia el joven, atacándolo rápidamente mientras el huargo amenazaba a Fíriel quien relinchaba y se izaba, golpeando al animal con sus patas delanteras.
- Thaur!! – juraba el mago en élfico, pues tenía problemas controlando al rocín y bloqueando los ataques del orco que reía como un loco
Harry, en un intento desesperado, golpeó fuertemente la espada del orco, descontrolando a su enemigo el suficiente tiempo para tomar ambas riendas de la yegua y hacerla girar, quedando de espaldas a su oponente.
El orco, lanzando un grito de ira, se recupero del golpe del niño, atacando una vez más, elevando la espada manchada de sangre. Pero se detuvo en su golpe al ver la peligrosa y extraña vara apuntando a su cara.
- ¡Serpensortia! – de la vara de Harry salió una serpiente, con la enorme boca abierta, mostrando los alargados colmillos por los cuales destilaba el veneno
El orco cayó de su montura, tratando por todos los medios de alejar esa serpiente que se encontraba clavada en su rostro, pero sus golpes pronto se convirtieron en convulsiones, pues el veneno de la cobra se dispersó rápidamente por su cuerpo, matándolo.
Harry dejo caer el brazo, donde sostenía la espada, al lado de la montura y con un rápido movimiento, elevo la espada, silbando fuertemente el viento y enterrándola en el cuello del huargo.
El mago galopó sobre el campo, buscando a otro enemigo, pero sus ojos se posaron en el rey Théoden que se encontraba en apuros, pues tres de ellos le acorralaban.
El joven se acercó rápidamente. Uno de los orcos lo vio, y dejando al rey para más al rato, se lanzó hacia el joven, girando su espada sobre su cabeza.
Te crees gracioso ¿eh? pensó Harry. El mago sacó la vara y agitándola como si de un látigo se tratará, una enorme cuerda de fuego salió de ella, la cual se enredo en el cuello del orco. ¡Incendio! gritó el mago, el hechizo recorrió la cuerda como si fuera la mecha de dinamita y al llegar a su destino, el orco fue devorado por las llamas, gritando en agonía, siendo lanzado por el huargo que no deseaba compartir el destino de su jinete.
Harry se encontraba demasiado ocupado en esto y no se dio cuenta cuando un huargo sin jinete se lanzaba hacia él, señalando como su presa.
- ¡Harry! – un gritó le hizo voltear a tiempo para cubrirse con ambos brazos el rostro, pero eso no impidió que la bestia lo lanzará lejos de su montura
Aún atontado por la caída, Ezellahen solo tuvo tiempo para ver como las enormes fauces de la bestia se acercaban vertiginosamente hacia él. Oh, Dios.
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Voldemort se encontraba sentado sobre su gran trono, mirando furiosamente a los mortífagos que se encontraban temblando a sus pies, culpándolos de que el niño se le hubiese escapado una vez más, justo cuando lo tenía débil y sólo en esas extrañas praderas.
Todo era perfecto, él hubiese podido tomar el cuerpo del mago cuando hubiera querido ¡pero no! ¡tenía que ponerse a jugar con su presa! Y por esto, una vez más había perdido. Pero el niño había estado demasiado débil para atacarlo, para repelerlo. No, había sido otra cosa. Estaba seguro que el extraño collar alrededor del cuello del muchacho había hecho el trabajo ¿Qué por que estaba tan seguro? ¡Por que tenía el maldito collar marcado sobre la piel de su cuello! ¡Ese estúpido amuleto lo había alejado de su presa! ¡Y no solo eso! ¡Le había quemado! Como si él lo hubiese llevado alrededor del cuello, ardiente.
Tenía que vengarse ¡Tenía que hacer algo! Pero ¿qué? Lo peor de todo es que no podía acercarse a la Tierra Media sin temor a recibir más quemaduras, pues su enlace era el cuerpo de ese mocoso.
Se vengaría. Se vengaría. Pero ¿cómo?
Circe: ¡¡Oh dios!! ¿que pasará ahora? ¡¿Que pasara ahora?!
Aoi: ejem ¬¬ ¿Que no se supone que tu eres la autora y tu lo sabes todo?
Circe: ..? ¿En serio?
Aoi: ¬¬ si
Silencio incómodo.
Circe: entonces, como tienes razón lo siguiente que pasará será... será... TT Aoi
Aoi: ¬¬ ¿Que?
Circe: ... ¡Tengo amnesia! - comienza a correr por todos lados
Aoi: ¬¬ ¿por que me metí de musa y no de angel guardian?... ah si, reprobe el examen psicologico para angel guardian ..
"You are never given a dream without also being given the power to make it true." Richard Bach
