La Sala Común de Gryffindor era un bullicio de alumnos con túnicas negras y anaranjadas, a conjunto con la cálida decoración con tonos rojos y dorados de la estancia. Algunos estudiaban, otros, más afortunados jugaban al ajedrez o simplemente hablaban.

Lucy y Sara eran de las primeras. Ambas chicas tenían gruesos libros sobre sus rodillas, pues el junio y sus TIMO's se acercaban peligrosamente.

Yo ya no puedo más, creo que voy a parar un rato – dijo Sara tras un suspiro. Era una chica rubia de ojos azules. Miró a su amiga, pero se sorprendió al ver que, no solo no la había escuchado, sino que ni tan siquiera estaba mirando su libro. - ¡Lucy!

¿Eh? – la chica de gafas pareció reparar por primera vez en su amiga, y como recién caída de un sueño la miró. - ¿Decías algo?

Que te recojas la baba, que a este paso nos inundas la Torre – le replicó Sara claramente divertida.

Lucy se sonrojó y fingió que se volvía a concentrar en su estudio, pero no tardó demasiado en volver a desviar la mirada hacía el rincón donde cuatro chicos, un año mayores que ellas, charlaban alegremente. En ese instante, uno de ellos, con el pelo especialmente alborotado y unas gafas redondas pareció darse cuenta de que alguien les observaba, pues levantó la vista y miró a su alrededor. La chica desvió rápidamente la vista, fingiéndose muy concentrada en su estudio. Pronto oyó las risas de su amiga, y levantó la vista para mirarla, claramente avergonzada.

¡Vamos, deberías olvidarte de él! Llevas casi tres años mirándolo desde la lejanía y no te has atrevido nunca a cruzar ni media palabra con él – le dijo Sara, mientras un par de ojos color café se clavaban en los suyos azules.

Lo sé... Lo sé… - suspiró Lucy – Pero es que es tan… - desvió la vista un momento para volver a mirarle, pero la apartó rápidamente, con temor a que la volvieran a descubrir.

Pues yo no le veo el encanto – masculló Sara – Parece un egocéntrico que siempre quiere ser el centro de atención y que no ve más allá de sus propias narices.

¡No! – replicó Lucy enfadada, sacudiendo su melena castaña

¡Por dios Lucy, llevas desde tercero mirándolo insistentemente a diario, y él ni siquiera se ha dado cuenta!

Quizá se ha dado cuenta y prefiere fingir que no… Porque… porque claro, yo lo sé, no puedo compararme a esas chicas que siempre le rodean.

Lucy era una chica muy normal, no era especialmente delgada, su pelo liso siempre tendía a coger más volumen del que a la chica le hubiese gustado, y por eso, normalmente lo llevaba recogido en una coleta. También escondía unos ojos marrones muy normales y corrientes tras unas gafas.

Sea como sea… Vale más que dejes de mirarlo y te concentres en estudiar; Black no va a hacerte tus TIMO's

Lucy le echó una mirada furibunda a Sara y intentó concentrarse de nuevo en memorizar las distintas composiciones para realizar correctamente todas las pociones que le entraban en el examen.

James notó que alguien les observaba insistentemente. Paseó la vista por la Sala Común pero su, sin duda hábil, observador, había sido más rápido que él.

¿Qué pasa James? – inquirió Remus

Nada... – dijo el chico dando un último vistazo por el salón.

Lily está en la biblioteca, deja de buscarla – se burló Sirius

No estaba buscando a Lily, gran creído sabelotodo – reprendió James, aunque un ligero rubor le acababa de cubrir las mejillas al oír hablar de la pelirroja. – Alguien nos estaba observando y quería saber quien.

¡Seguro que era otra conquista de este rompecorazones! Tiene a medio Hogwarts enamorado de él – dijo Peter con un deje de envidia en su voz.

Sirius se pasó una mano por el pelo acompañando el gesto por una sonrisa seductora : - ¿Tengo yo la culpa que no se puedan resistir a mis encantos?

Sus tres amigos se echaron a reír ante las ocurrencias de su loco compañero, pero si bien era cierto que con tan solo chasquear dos dedos podía haber conseguido casi a cualquier chica, no solo de Gryffindor, sino de cualquiera de las otras tres casas.

o o o

Estoy como cada atardecer en la Sala Común con James, Remus y Peter. La verdad es que me aburro, no hay nada interesante por hacer. Echo una mirada por la estancia pero no veo nada que valga realmente la pena, unos chicos a nuestra derecha jugando al ajedrez, un grupo de chicas cuchicheando entre ellas y lanzando sus habituales risitas, un par de chicas estudiando junto al hogar... Nada destacable.

Me paso los brazos por detrás de la cabeza y me desperezo.

- Tendríamos que hacer la tarea de Flitwick ¿no os parece? – dice Remus, tan aplicado como siempre

- ¿Ahora? – se me escapa un bostezo – Ya la haré en el pasillo justo antes de la clase

- Buen plan Sirius – asiente James

En ese momento notó que algo cae a mi lado. Bajo la vista y veo que es un libro de pociones. Las dos chicas que antes estudiaban junto al hogar se han levantado y supongo que van a cenar. Recojo el libro y me levanto para devolvérselo. Toco el hombro de una de ellas, tiene el pelo castaño recogido en una coleta y lleva gafas. No me suena de haberla visto nunca, pero por lo que parece se está preparando por los TIMO's o sea que debe hacer quinto.

- Se te ha caído esto – le digo con una sonrisa

La chica lo coge y se pone roja hasta las orejas. Tampoco hay para tanto... A cualquiera se le puede caer un libro, no hay por que tener vergüenza.

- Gr.. gracias – dice con un hilillo de voz, y se va casi corriendo escaleras arriba

Yo me encojo de hombros pensando que tal vez la chica no tenga un buen día.

o o o

Cuando llegamos a nuestra habitación Sara aún se ríe. Yo la golpeo y le recrimino que se ría cuando yo lo acabo de pasar tan y tan mal.

Sirius Black, el chico por el que llevo casi 3 años suspirando me ha dirigido la palabra por primera vez. En realidad... Sólo habían sido cinco míseras palabras pero...

¡Podías haber intentado mantener una conversación digna con él! – me reprocha Sara cuando termina de reír

¿Y que le digo? ¡No sé que decirle! ¿Qué podría decir yo que le pudiera interesar a él?

En serio Lucy – suspira ella – Tienes que dejar todos esos prejuicios que tienes contra ti misma a un lado

¡Pero que dices! – me pongo delante del espejo para que pueda verme bien - ¿Tu crees que el chico más popular del colegio se iba a fijar en mí?

Ahora mismo tal vez no pero... – los ojos de Sara se iluminan con maldad

¿Pero que? – pregunto nerviosa

Si tu quieres podemos intentar algo... Algo que se llama cambio de look

Te lo agradezco pero... ¿Me podrías dejar sola?

Sara asiente y se va sin decir nada. Y yo me quedo sola, sola con mis pensamientos... Lo había tenido muy cerca instantes antes... Y sin embargo estaba tan lejos... No le conozco, no sé nada de él... Me he enamorado del Sirius que yo en mi mente me he inventado... Un Sirius con un carácter y una personalidad que en realidad no sé si tiene... Es como si para mi, el Sirius de carne y hueso no existiera, pues ni le conozco ni le conoceré nunca... Sólo existe un Sirius en mi mente... Mi Sirius particular... ¿Algún día existiria para mi el verdadero y podría conocerlo?