Fines de Mayo 1817

Durante las siguientes dos semanas, Darcy tuvo el placer de ver a Elizabeth seis veces. Dos veces fue con ella y la Sra. Barton a pasear por Hyde Park, y posteriormente a tomar el té a su casa; dos veces lo invitaron a tomar el té y ambas veces llevó la torta de chocolate que era la favorita de Elizabeth, otra vez la invitó a ella y a la Sra. Barton a Gunter's a comer 'helados' y dos días atrás fue solo con ella a Hatchard's a comprar el segundo volumen de los cuentos de los hermanos Grimm para su hija y para Rose. Todo iba saliendo muy bien; estaba cada día más enamorado de ella, y tenía grandes esperanzas que si todo seguía de esa manera Elizabeth finalmente iba a aceptar casarse con él.

Pero lamentablemente ese día recibió una nueva carta de su administrador donde le pedía que volviera urgente a Pemberley por unos días ya que había unos problemas con unos inquilinos que tenía que resolver él personalmente.

Con mucho pesar, esa tarde fue a despedirse de Elizabeth, y además deseaba proponerle matrimonio, o al menos permiso para cortejarla. No quería ausentarse por dos semanas sin tener un mínimo entendimiento con ella. Tenía mucho miedo de perderla…

Al llegar a la casa, lo primero que le llamó poderosamente la atención fue el rostro de preocupación e incluso los ojos llorosos de Elizabeth…

"Buen día Sr. Darcy, perdóneme, pero estoy muy ocupada hoy y no voy a poder conversar con usted..."

"Sra. Barton, por su rostro me doy cuenta que algo grave está sucediendo; por favor dígame que está pasando ya que quizás pueda ayudarla."

"Hace unos días vino mi tía Gardiner con su hija mayor de visita, y al día siguiente ambas comenzaron a sentirse mal… Creo que contagiaron a Rose ya que desde hace dos noches comenzó a tener fiebre… No hemos logrado que baje. Esta temblando y delirando…" tragó saliva para contener las lágrimas.

Darcy por impulso la abrazó, y Elizabeth comenzó a llorar, "Elizabeth, ¿ya vino el doctor a verla?"

Elizabeth se tranquilizó y se separó de los brazos de Darcy y negó con la cabeza, "Lo fuimos a buscar anoche, pero está fuera de Londres. No conozco otro doctor, pero la Sra. Shaw salió hace unas horas a casa de los Spencer para averiguar si conocen otro doctor, pero aún no ha vuelto…"

Darcy la miró con ternura y con suavidad le secó las lágrimas, "Elizabeth, por favor no llores. Se me parte el alma al verte así… Conozco muy bien a dos de los mejores doctores de Londres, y voy a ir ahora mismo a buscarlos…"

Salió enseguida rumbo a casa del doctor que desde hacia diez años atendía a Darcy y a su familia. Pemberley podía esperar, era prioritario acompañar a Elizabeth. Esperaba fervientemente que la pequeña Rose se recuperara…

Afortunadamente, el doctor estaba en ese momento en su casa, y en menos de una hora Darcy regresó con él a casa de Elizabeth.

La fiebre de Rose había bajado levemente respecto a la noche anterior, pero estaba aún a niveles alarmantes. El doctor la examinó por completo, y diagnosticó que tenía una infección en la garganta. Era importante mantener controlada la fiebre con paños fríos, y dejó claras indicaciones del tratamiento que debían seguir. Volvió unas horas más tarde con unos remedios para que Rose tomara.

Afortunadamente esa noche la fiebre de Rose no subió a los mismos niveles que la noche anterior, y al día siguiente comenzó a bajar. Al día siguiente, el doctor declaró que Rose estaba fuera de peligro, pero era importante continuar con el tratamiento que les había indicado para que la niña se recuperara lo antes posible.

Durante esos tres días, Darcy fue dos veces al día a la casa de Elizabeth para preguntar por la salud de Rose, e incluso le llevaba comidas y jugos especiales que su cocinera hizo exclusivamente para la niña.

En esos tres terribles días, las últimas dudas que Elizabeth tenía sobre el carácter de Darcy se desvanecieron por completo, y llegó a la conclusión que se estaba enamorando de él y que con gusto aceptaría casarse con él…