Bueno, antes de nada, muchísimas gracias por los reviews... la verdad es que estoy abrumada. Es la primera vez que publico fics en ffnet y me ha hecho mucha ilusión. Los comento al final del capítulo.
Bueno, pues ahí va el segundo capítulo (probablemente el penúltimo) del fic. Espero que os guste, aunque a mí me va más "Ponga una mascota en su vida". Hale, pues ahí va:
LOS PELIGROS DE LLEVAR PUESTAS LAS OREJASCapítulo 2: Lo que Harry dijo en realidad
Harry Potter sentía una gran admiración por Viktor Krum. Le gustaba cómo volaba, cómo arriesgaba en cada movimiento de su escoba, cómo salía disparado hacia el césped y frenaba bruscamente cuando todo el mundo pensaba que se iba a ir de morros contra el suelo. Le parecía terriblemente hábil. Pero además le había cogido un cierto afecto.
Ese afecto, sin saber por qué, había aumentado considerablemente cuando, durante las vacaciones de navidad de sexto, mientras entrenaban juntos, Krum le había confesado que, aunque le gustaba mucho Hermione y habían tenido una breve historia el curso anterior, la chica no estaba dispuesta a reiniciar las cosas donde las habían dejado. Viktor estaba bastante hecho polvo, aunque ya no hizo ninguna insinuación sobre la relación que había entre Harry y Hermione. "Ahorrrrra ya veo que solamente sois amigos; no sé cómo se me pudo haberrrrrrrrrr ocurrrrrrrrido otrrrrrrrrrra cosa. Herrrrrrrrrmione jamás saldrrrrrrrría contigo".
Harry sonrió y no dijo nada, pero se quedó bastante chafado sin saber muy bien por qué. Él nunca se había planteado nada con Hermione, pero ese comentario de Krum lo había mosqueado considerablemente. ¿Acaso Hermione le había dicho algo a Krum? Hermione jamás saldría con él. ¿Se lo había dicho ella? Harry se preguntaba un montón de cosas, pero sobre todo una: ¿por qué?
Era evidente que Ron había pasado una época bastante obsesionado con la chica, pero aquello se le había pasado milagrosamente en cuanto su amor platónico fue sustituido por uno mucho más real en la figura de la cazadora de Ravenclaw, Mandy. Harry se alegraba mucho porque había desaparecido aquella tensión sexual soterrada entre ellos (más bien de Ron hacia Hermione) y por tanto ya no discutían... apenas. Para Harry era evidente que una relación entre Ron y Hermione sería poco menos que imposible, porque aquellas agrias discusiones sólo servían para disgustar a la chica, y no le parecían una base firme sobre la que sustentar una relación.
Pero él era diferente... ¿acaso no tenía una amistad profunda con ella? ¿Acaso no confiaban ciegamente el uno en el otro? ¿Acaso no se encontraban a gusto juntos? ¿Acaso Hermione le había dicho algo a Krum cuando él le había preguntado si el motivo de no querer reiniciar la relación con él era un interés más allá de la amistad con Harry Potter? Debía haber sido así, sin duda, porque si no, Krum no se habría aventurado en afirmar algo así de categórico. Luego, Hermione le había dicho a Krum que jamás podría salir con Harry.
Y la pregunta volvía a ser la misma: ¿por qué?
De modo que Harry se dedicó el resto del curso a analizar la amistad que tenía con Hermione, a ver si veía la causa de aquel rechazo, pero lo que vio fue a una amiga desinteresada que dedicaba todos sus esfuerzos a hacerle la vida más fácil. Recordó todos y cada uno de los momentos del año anterior, cuando no podía menos que reconocer que había estado bastante... er... irritable. Impredecible. Incluso desagradable. En ocasiones lo había pagado con sus amigos, sobre todo con ella (porque Ron tenía la inestimable capacidad de ser bastante impermeable a sus borderías), pero Hermione siempre intentaba calmarlo, apaciguarlo, tranquilizarlo, y poner un punto de serenidad en su vida.
La verdad es que Hermione había aguantado lo inaguantable, tenía que reconocerlo.
Y, sin embargo, jamás saldría con él.
¿Sería por su físico? Harry no se hacía demasiadas ilusiones con eso: no es que fuese Quasimodo, pero tampoco era muy alto y definitivamente nada musculoso. Aunque no le parecía que Hermione fuese el tipo de chica que necesita a un guaperas, y, además, Krum había reconocido que habían tenido algo, y Viktor, aunque muy alto y muy famoso, tampoco tenía nada de guapo.
Misterio. ¿Por qué, por qué, por qué, por qué? ¿Acaso él no era atractivo, no era deseable?, se preguntó a sí mismo.
Y además de a sí mismo, ya que estaba, también se lo preguntó a las casas de Ravenclaw, Hufflepuff y e incluso Slytherin. En un período de dos meses, salió con una chica de cada casa. Ninguna de ellas lo encontró poco deseable.
Entonces, ¿por qué Hermione sí?
Y, sobre todo, ¿por qué eso le fastidiaba tanto?
Harry estaba sobrevolando el campo de quidditch cuando se dio de bruces con la revelación. La revelación estaba en las gradas, saludándolo alegremente, con aquella cabellera que era el terror de cualquier cepillo.
Le gustaba Hermione, obviamente.
Le hubiese gustado darse de bofetadas por no haberlo intuido antes. Por eso le duraban menos las novias que un caramelo en la puerta de un colegio. Cho, que por algo había sido seleccionada para Ravenclaw, se había dado cuenta y había tenido unos celos mortales de Hermione, y las demás también se habían llevado mal con ella, excepto Ariel, la Slytherin, que era partidaria de las relaciones abiertas y por tanto los celos no existían en su repertorio emocional.
Afortunadamente, las vacaciones de verano estaban al caer, y le dejarían tiempo y espacio a Harry para reflexionar. Pero la segunda mitad del verano la pasaron los tres en La Madriguera, y cuando se aproximaba el principio del curso, Harry no era el único que tenía claro lo que sentía por Hermione.
Ron también lo sospechaba.
Cuando comenzó el curso, Harry rompió con Ariel, quien se llevó un disgusto morrocotudo, porque Harry le gustaba de verdad. Malfoy estaba tan furioso con el hecho de que Harry hubiese plantado a una Slytherin que cualquiera diría que lo había plantado a él, y lo pagaba con la pobre Pansy, que no se enteraba de nada. A Ron y a Hermione les apenaba la ruptura, porque le tenían cariño a la chica, pero a Ron le preocupaba especialmente lo que a sus ojos le parecía evidente: que el próximo objetivo de Harry fuese Hermione.
Un día, tras un entrenamiento de quidditch especialmente duro, comenzaron una discusión de la manera más tonta.
Harry estaba intentando peinarse el pelo mojado en las duchas de los vestuarios de quidditch, pero era inútil: cuanto más se pasaba el peine, más alborotado le quedaba el pelo. A su lado, Ron se aplicaba un poco de poción cicatrizante en el labio superior, que había sido machacado sin contemplaciones por una bludger más agresiva de lo habitual.
"¡Auch! Esto duele..." -gimió Ron mientras la piel se cerraba al contacto con la poción. "No podré darle un beso a Mandy en una semana..."
"Pues os va a dar un síndrome de abstinencia..." -murmuró Harry con aire ausente mientras tiraba el peine en su taquilla tras renunciar a poner los mechones en orden.
Ron paró de aplicarse la poción y miró a su amigo de reojo. Harry llevaba semanas de bastante mal humor. De hecho, sólo parecía contento cuando Hermione estaba con ellos. Se giró hasta ponerse de frente a él.
"¿Te pasa algo?" -le preguntó.
Harry negó con la cabeza y los dos volvieron en silencio al castillo. Cuando llegaron a la sala común, Ron decidió sacar el tema que le rondaba la cabeza.
"Harry, ¿tienes pensada ya una sustituta para Ariel?" -le soltó a bocajarro.
Su amigo ni siquiera lo miró. Se sentó en una butaca frente al fuego y respondió: "eso no es de tu incumbencia".
Ron entornó los ojos. Desde que había superado lo de Hermione se mostraba tan protector con ella como con Ginny.
"Sí es de mi incumbencia... si es Hermione en quien estás pensando" -le contestó con un cierto tono agresivo.
Harry se puso de pie bruscamente y encaró a Ron. El pelirrojo lo miraba fijamente, con la expresión seria y concentrada, y no parecía dispuesto a amilanarse ante un ataque de ira de su compañero. Harry respiró hondo y decidió que ya era hora de una conversación sincera con su amigo.
"Ella... no puede gustarte... tú estás saliendo con Mandy..." -tanteó.
Ron asintió con la cabeza.
"No, ya no me gusta" -reconoció Ron. Harry no pudo menos que reconocer ese "ya" como una confesión tácita de Ron de que en el pasado no había sido así. "Pero es mi amiga, y la quiero mucho. Hermione es alguien excepcional, Harry, y te la verás conmigo si le haces daño".
"Tú te has vuelto loco" -espetó Harry, con un tono de voz cada vez más alto. "¿Qué te crees, que yo podría hacerle daño a Hermione? Es tan amiga mía como tuya, y la quiero igual que tú".
"Puede ser" -reconoció Ron-, "pero tienes que admitir que últimamente te ha dado por salir con varias chicas con las que no has durado ni un mes. No sé lo qué te pasa, ese no es tu estilo. No sé si es la presión, o la profecía, o que te encuentras solo, pero no quiero que Hermione sea la siguiente de una lista".
"¿Quién eres tú para juzgarme?" -inquirió Harry con voz dolida. "¿Acaso me he portado mal con ellas? No. Tú no sabes nada. No tienes ni idea de por qué las cosas han sido así, pero te aseguro que he empezado cualquiera de esas relaciones completamente convencido, y si no han funcionado, no ha sido porque no lo haya intentado. Hermione es mi amiga, Ron, y me he dado cuenta de que me importa demasiado. Jamás se me pasaría por la cabeza utilizar a Hermione para desfogarme..." -hizo un gesto con la mano, como si la mera idea se le hiciese repugnante. "Además, Hermione jamás saldría conmigo..." -concluyó con tono amargo.
"Pues yo no estoy seguro de eso" -repuso Ron. "Estoy convencido de que si se lo propusieses, Hermione saldría contigo encantada. Y no me gustaría verla llorar cuando la dejases plantada al cabo de dos o tres semanas".
"¡Por Dios, Ron! ¡Te he repetido un millón de veces que jamás tendría el estómago de enrollarme con Hermione!" -gritó Harry.
En ese momento, la cara de Ron palideció visiblemente, y Harry tuvo la desagradable sensación de que había metido la pata hasta el fondo. Cuando se dio la vuelta y vio el rostro inexpresivo de Hermione, deseó que aquello fuese un mal sueño. Al cabo de unos segundos de silencio, Hermione se acercó a él y le dio unas palmaditas en el hombro.
"Oye, Harry, guapo, todo el colegio sabe que tú y yo somos sólo amigos, pero tampoco es para decirlo así, que tampoco eres Brad Pitt, ¿eh?" -le dijo con voz despreocupada. "Es un actor muggle que está como un queso" -aclaró para el resto de los Gryffies que estaban detrás de ella, preparados para asistir a una escena de violencia entre ex-amigos.
"Sí, yo lo he visto en "Troya"" -explicó Lavander con ojos soñadores. "Está para mojar pan"
"Pues eso" -concluyó Hermione. "Así que no vayas ahora de Casanova, ¿eh? Yo voy a darme un baño y dentro de una hora esperadme aquí para ir a cenar, ¿vale?" -le espetó a Harry y Ron, que sólo pudieron asentir en silencio.
Harry, que se había quedado solo con Ron de nuevo, se dejó caer en uno de los sofás, apoyó los codos en las rodillas y dejó caer la cara sobre las manos, en un gesto de desesperación. La entonación despreocupada de Hermione no lo había engañado: la frasecita le había sentado como un tiro.
"Mierda..." -murmuró. "Ron, voy a matarte..."
El pelirrojo se sentó a su lado y le dio unas palmaditas en la espalda.
"Hay que explicarle lo que pasó" -le dijo a Harry, que no paraba de pasarse los dedos por el pelo.
"Es imposible" -suspiró Harry. "No puedo explicarle la conversación y que entienda el contexto de la frase sin decirle lo que siento por ella. Y no puedo hacer eso".
"¿Y por qué no?" -le preguntó Ron.
"Porque Hermione le dijo a Krum que jamás saldría conmigo" -confesó Harry, que parecía de pronto muy cansado. "No sé por qué le dijo eso, pero evidentemente dejó bien claro lo que sentía por mí".
"¿Ella te contó eso?" -preguntó Ron con voz incrédula, sentándose en el brazo del sillón donde estaba Harry. "No puede ser".
"Ella no, fue Krum quien me lo dijo" -explicó Harry.
Ron se quedó pensando unos instantes y después le apretó un hombro afectuosamente.
"Ella... ¿te gusta... bastante, verdad?" -le preguntó a su amigo.
Harry levantó la cabeza y lo miró a los ojos. Por primera vez, sonrió, con gesto cansado.
"Sí... bastante..." -respondió, dando a entender que "bastante" era una palabra que se quedaba corta.
Bueno, espero que os guste. Y ahora los comentarios de los reviews:
Sheamoonie: bueno, aquí tienes la explicación de por qué Harry dijo lo que dijo... espero que te resulte satisfactoria, ja, ja, ja. Pobre Harry... si es que es gafe... ahora hay que ver si consiguen aclarar las cosas.
Dore-malfoy: más que buena actriz, yo creo que Hermione es muy orgullosa. Bravo por Hermione!
Hickisu Misakiencantada de que me agregues a tus favoritos. Vamos, que se me cae la baba. Espero que el segundo capítulo también te guste.
Taeko: pues sí, claro que lo dejo así porque si no, no tiene gracia, ¿no? Bueno, para que no me llames sádica, ya ves que actualizo pronto.
Danna-potter: efectivamente, como ves, Harry tenía una buena razón para decir lo que dijo... o más bien lo hemos malinterpretado. Por cierto, yo soy de actualización rápida: me gusta tardar poco entre capítulos, y tampoco me gusta dejar las historias inacabadas, porque odio engancharme a un fic y esperar eternamente a que se actualice o incluso que se deje inacabado. Así que espero que te guste la actualización.
Black mermaid: me alegra que te gustase. Aquí tienes la actualización, tan rápido como he podido.
RoHermione: ah... "ponga una mascota en su vida"... es mi debilidad. No me gustaría que pareciese que me echo flores, pero me encanta el tono general que le quedó a la historia, y sobre todo me gustó la imagen de Hermione que salió. Yo creo que ese fic lo escribí en trance, ja, ja, ja, porque me gusta demasiado para ser mío.
CrisHH: ah, el sentido del humor... me encanta. Los fics que más me gustan son los que meten mucho humor, pero no las parodias, sino los argumentos serios con toques de humor. Uno de mis ídolos: Hermione-weasley86.
Hermione-Potter78: bueno, con ese nick es evidente quién es tu pareja favorita, ¿eh? También es la mía, así que espero que disfrutes este fic.
