Han pasado algunos días. El clima es cada vez más frío, porque el invierno está por llegar, lo cual obliga a las personas a abrigarse más. Andie sale de una pizzería llamada "Pizzas Tony", quien está uniformada y lleva consigo una caja plana y cuadrada. Se sube a una motocicleta, se coloca el casco y justo antes de encenderla alguien le saluda. – ¡Hola Andie!
– Hola Trunks. ¿Qué te trae por aquí?
– Reggie dijo que obtuviste un empleo y quise pasar a saludarte.
– Sí, es cierto. No es gran cosa, pero la paga es buena. Al menos es suficiente para cubrir algunos gastos y para comprar las medicinas del abuelo.
– Ya veo. Y te felicito: El trabajo es la forma más honesta de ganarse la vida.
– Vaya... tenemos todo un filósofo aquí.
– ¿En serio? – La cara de Trunks se pone roja de pena – Bueno... tal vez tenga un pequeño "Platón" dentro de mí. – Después de decir esto, nota que su amiga se ríe. – ¿Sabes? Me agrada verte así. Tu hermosa sonrisa te hace lucir tan llena de vida.
Andie se sonroja, luego mira su reloj – ¡Hay Dios! ¡La pizza! Debo darme prisa – Enciende la motocicleta y se marcha – ¡Adiós! ¡Te veré después!
30 de noviembre: Empiezan a caer los primeros copos de nieve. Un jeep naranja se detiene frente a "Pizzas Tony". La joven Centaury baja del auto.
– Gracias por traerme, Reggie.
– Por nada. Para eso están las amigas. Nos vemos más tarde.
– Claro. ¡Adiós! – Andie entra en la pizzería mientras Regina se dirige a su trabajo como asistente de un abogado. Dentro del local, ella es recibida por un hombre de mediana estatura, gordo y aparentemente de procedencia italiana.
– ¡Andersen! Llegas tarde.
– Lo siento, Sr. Pastrani. No volverá a suceder.
– Más le vale: Por su bien. – En esto suena el teléfono y el Sr. Pastrani atiende, quien luego de colgar el auricular ordena a sus asistentes que se prepare una pizza. Al rato, le entrega a la joven una caja grande y plana, y una bolsa. Sobre la caja hay pegado un pedazo de papel con algo escrito.
– Lleva esta orden a la dirección indicada.
– Sí señor. Enseguida. – Ella toma ambos objetos, los guarda en un compartimiento especial que tiene la motocicleta, se coloca el casco, enciende el vehículo y antes de partir lee el papel. – Veamos: Debo llevar esta orden a... ¿Uh? ¿La Capsule Corp.?
– ¡Cielos! – Andraia admira el gran edificio. – ¡Es enorme! – Luego de decir estas palabras, se dirige a la entrada principal, donde es recibida por un vigilante.
– Disculpe señorita. Identifíquese.
– Vengo de "Pizzas Tony" señor. Llevo una orden para el Dr. Jeffrey Jones.
– Muy bien, adelante: Tome el ascensor que está al final del pasillo y diríjase a la unidad de emergencias. Piso 7.
– ¿Piso 7? Bien. Gracias. – Ella hace lo indicado por el guardia. Una vez allí, pregunta al personal por la oficina del Dr. Jones, quienes amablemente la ayudan. Luego se dirige a una modesta oficina, donde es recibida por un hombre alto, de unos 29 años, con cabellos dorados y ojos de color ámbar, usa anteojos sin montura, viste un traje formal y sobre éste una bata blanca. – ¿Dr. Jones? Aquí le traigo su orden.
– Gracias. – El Dr. Recibe la orden, mientras admira la belleza de la joven – Por cierto: ¿Qué sucedió con Luigi?
– Él regresó a su país. Yo soy su reemplazo.
– Wow... vaya reemplazo. – La conversación es interrumpida por una voz conocida
– Lo siento Jeff. Yo la vi primero.
Andie gira su cabeza hacia la dirección de la voz. – ¡Hola Trunks!
– Oigan: ¿Ustedes ya se conocían?
– Sip. Ella es la chica de quien te hablé. – Luego Trunks presenta a sus amigos – Andie: Él es mi amigo Jeffrey, estudiábamos juntos en la secundaria. Jeff, ella es Andraia.
– Mucho gusto Dr. Jones.
– El placer es mío, preciosa. Llámame "Jeff".
– Claro. – En ese momento, la zionita se acerca a su buen amigo, sorprendida, pero a la vez feliz de verlo otra vez. – Oye: ¿Trabajas aquí?
Trunks está a punto de hablar, pero es interrumpido por Jeff. – ¿Qué si trabaja aquí? Él es el jefe. – Al decir esto, el joven Saiyajin se enrojece de pena.
– ¿Qué? ¿Acaso eres el presidente de la corporación?
– Bueno... este... – Trunks aún sigue con la cara roja de vergüenza. – Sí.
– ¿Por qué no me lo dijiste?
– Hey, no puedo llegar y decir "Hola, soy Trunks Briefs, el presidente de la Capsule Corp.". Esa sería una actitud muy arrogante de mi parte y eso es desagradable. ¿No crees?
– Sí, tienes razón.
– Bien. Debo irme: Hay una presentación de un proyecto y debo estar allá.
– De acuerdo. Umm... ¿Trunks?
– ¿Sí?
– Uh... yo quisiera... bueno... tengo un poco de curiosidad por saber... este...
– ¿Quieres acompañarme? – Ella asiente – ¿No tendrás problemas con tu jefe, verdad?
– Bueno... creo que podría escaparme unos 5 minutos.
– Si lo dices de esa manera...
La conversación entre la pareja es interrumpida por Jeff. – Oigan, yo iré con ustedes.
– De acuerdo Jeff. Démonos prisa, no quisiera que Andie llegara tarde a su trabajo.
El trío toma el ascensor y se dirige al piso 12. Entran a un gran salón lleno de gente, y en medio de él se observa una mesa con los planos de un prototipo. Frente a ella se encuentra un hombre muy alto, delgado y aparentemente arrogante. – Oh... Sr. Briefs. Al fin ha llegado. Permíteme presentarle mi creación: El XGB300.
– Bien Fred. Continúe.
Mientras Fred explica las "maravillas" que podría hacer su prototipo, Andie observa detalladamente los planos. Al rato, interrumpe al orador: – Perdone que lo interrumpe señor, pero... creo que su robot no funcionará.
– ¿Q... qué? ¿Co... cómo se atreve? – Molesto, el sujeto se dirige a la audiencia – ¿Qué hace una repartidora aquí? ¿Acaso alguien la invitó?
– Fui yo, Fred. – Trunks trata de controlar la situación, un poco molesto por la forma en que es tratada su amiga. Luego habla con ella. – Andie: ¿Estás segura de lo que dices?
– Completamente.
– ¿A sí? Si estás tan segura, jovencita, demuestra lo que dices – Fred reta a la princesa, con el fin de avergonzarla en frente de todos. – Veamos quién tiene la razón.
– Bueno... En primer lugar, las polaridades de los sistemas magnéticos están invertidas, además, usar hidrógeno como combustible es algo riesgoso porque éste es un elemento muy inestable si no se cuenta con las condiciones óptimas de presión y temperatura para que pueda ser manipulado de forma segura, algo que el contenedor que utiliza para almacenarlo aparentemente no ofrece, sin olvidar que dicho dispositivo está peligrosamente cerca de una fuente de calor, lo que provocaría una gran explosión... eh... esa es mi opinión...
Todos están boquiabiertos, especialmente Trunks: Ella tiene razón. – Bien Fred. Ya la oíste. Creo que deberías rediseñar tu proyecto. – Todos están de acuerdo, luego Fred se marcha molesto, porque se siente humillado. Los demás también se marchan, excepto los 3 amigos.
Los muchachos hablan en voz baja, asegurándose que la zionita no les escuche.
– Oye amigo: ¿De dónde la sacaste? No sólo es una belleza, sino que también tiene cerebro.
– Es una larga historia. Pero ignoraba que ella tuviese esas cualidades. – Dicho esto, el joven jefe se dirige a su amiga.
– Se hace tarde, Trunks, y debo irme. El jefe me espera. Disculpa las molestias causadas.
– ¿Molestias? No, Andie, no has causado molestias. Al contrario, fuiste capaz de detectar las fallas de un prototipo con tan sólo ver los planos. En verdad me sorprendiste.
– Bueno... es que yo me especializo en esas cosas... – Al decir esto, Andie se sonroja de pena.
– ¿En serio? ¿Por qué no me lo dijiste?
– Bien, te lo diré tal como tú lo hiciste hace rato: No puedo llegar y decir "Hola, soy la Ing. Andraia Andersen y acabo de culminar un postgrado en Robótica e Inteligencia Artificial". Eso sería muy arrogante de mi parte.
– Sí, por supuesto – Trunks se ríe, luego se acerca a su amiga, colocando sus grandes manos sobre los hombros de la joven. – ¿Sabes? Estamos buscando un supervisor de proyectos y, bueno, quisiera que tú ocuparas ese puesto.
– ¿Hablas en serio? Yo... no sé si podría... es decir, no estaría bien que me contratara sólo por ser tu amiga.
– No es porque seas mi amiga, Andie. Lo digo porque te considero capaz de ocupar ese cargo. Eres inteligente, observadora y muy astuta. No hay mejor candidato que tú. ¿Qué dices? ¿Aceptas?
– Me encantaría
– Bien. Entonces te espero mañana a las 9:30AM en mi oficina. ¡Ah! No olvides traer tu currículum.
– Está bien. Debo irme, no quiero tener problemas con el Sr. Pastrani. Adiós Trunks. Adiós Jeff, fue un placer conocerte.
– Igualmente, preciosa. Adiós.
Trunks besa la mejilla de su amiga. – Adiós. – Posteriormente ella se marcha.
Al rato, Jeff dirige una mirada insinuadora a su jefe. – Amigo: Creo que Cupido está haciendo de las suyas.
– Oye... – Trunks se sonroja de pena: – ¿Cómo crees?
– Secretos del oficio. Bueno, debo volver a mi oficina. Nos vemos.
– Claro. – El joven Briefs se marcha, toma el ascensor hasta el último piso, entra a su gran oficina, se sienta, abre uno de los cajones del escritorio y saca una barra de chocolate. Mientras se come el dulce, suena su teléfono celular: Es Goten.
– ¿Qué? No puedo creerlo. ¿Trunks resultó ser el presidente de la Capsule Corp.? ¡WOW!
– Así es Reggie. Yo también me sorprendí – Andie le comenta a Reggie sobre su experiencia, mientras toman chocolate caliente en su habitación. – Lo más increíble es que él quiere que vaya a su oficina para... darme un empleo.
– ¿De verdad? Cielos Andie: Qué afortunada eres. Esta es tu gran oportunidad.
– Tal vez tengas razón. Debo estar mañana a las 9:30AM. ¿Quieres acompañarme?
– Cuenta conmigo. – Las dos amigas continúan una amena conversación, luego la princesa se acuesta en su cama, mientras Regina lo hace en una bolsa de dormir, ya que pasará la noche acompañando a su amiga.
Reggie espera ansiosa frente a la puerta del baño – Vamos Andie. ¡Date prisa! Se hace tarde. Además quiero ver cómo luces con lo que te acabo de comprar.
– Espera. Enseguida salgo. – Al rato ella sale vistiendo un sweater negro con cuello de tortuga y ajustado a su cuerpo, falda corta a cuadros con tonalidades rojas y largas botas negras hasta la rodilla, con tacones de unos 4cm.
– ¡Wow! Te ves bien amiga. Creo que alguien se va a enamorar de ti.
– No bromees. – Luego de decir estas palabras, la princesa zionita se coloca un largo abrigo. Luego las amigas toman un taxi, ya que el jeep de Reggie está en el taller. Unos 10 minutos después el taxi llega a su destino. Las jóvenes bajan y preguntan al vigilante dónde queda la oficina del presidente, quien les dice que tomen el ascensor y lleguen al último piso. Ellas hacen lo indicado y una vez allí son recibidas por Marge, la asistente de Trunks.
– Buenos días, señoritas. ¿Se les ofrece algo?
– Tengo una reunión con el Sr. Briefs.
– Ah si. Usted debe ser la Srta. Andersen. Pase, él la espera.
– Hey Andie – Se adelanta Reggie – ¡Buena suerte!
– Gracias. – Al decir estas palabras la princesa entra a la oficina, mientras su amiga espera en la recepción. Adentro, el joven jefe está leyendo su periódico, quien al notar su presencia, deja el diario sobre el escritorio y se levanta de su asiento. – Hola Andie: Te estaba esperando. Siéntate, por favor.
– Gracias – Ella se quita el abrigo, revelando lo que usa bajo el mismo. Trunks queda impactado, admirando cómo un atuendo tan sencillo la hace lucir tan hermosa. Posteriormente ambos se sientan, y Andie le entrega al Saiyajin su currículum, quien lo empieza a leer. Luego conversan: Empieza la entrevista.
Ha pasado ½ hora. Reggie espera impacientemente por su amiga, quien al rato sale de la oficina acompañada de Trunks.
– Bien. Te espero mañana. No llegues tarde, ¿De acuerdo? – Ella asiente. Luego él se dirige a la rubia – Gusto en verte, Reggie.
– Igualmente Trunks. Nos vemos.
– Adiós Trunks, digo, jefe – Todos se ríen. El joven se despide. – ¡Adiós chicas!
Es de noche. Las amigas se encuentran reunidas en casa de Andraia.
– Vaya... ¿Una oficina propia? ¡Qué suerte!
– Sip. Es pequeña, pero acogedora.
– ¿Y qué hay del otro empleo?
– Bueno, le entregué una carta al Sr. Pastrani, explicando el motivo de mi retiro.
– ¿Y cómo lo tomó?
– Bien, eso creo, al menos no se molestó. Pero ahora debo descansar, mañana me espera un gran día.
