Hooooooooooooooooola de nuevo! Gracias por los reviews, que pasaré a contestar al final del capítulo. No es el último, falta un epílogo. En este capítulo... bueno, en este capítulo se resuelve todo. Lo del epílogo es sólo porque estoy cansada y no me apetece seguir escribiendo.

Disclaimer: como todo el mundo sabe, todos estos personajes pertenecen a JK Rowling, Warner Bros., Bloombsbury... bueno, a todo el mundo menos a mí. Si me perteneciese un 1 de los derechos, estaría pasando el fin de año en algún resort paradisíaco del océano pacífico...

LOS PELIGROS DE LLEVAR PUESTAS LAS OREJAS

Capítulo 4: Lo que hizo Malfoy y las consecuencias que tuvo

Evidentemente, los Gryffindor que escucharon las desafortunadas palabras de Harry comprendieron que aquello era un problema privado entre Harry y Hermione y que algo gordo debía de cocerse en la pareja.

Evidentemente, la reacción que cabría esperar por parte de unos alumnos maduros y adultos sería guardar el secreto de lo que habían oído.

Evidentemente, a la hora de la cena, todo Hogwarts sabía lo que había pasado, y esperaban expectantes a que el trío de oro bajase al comedor.

Hermione dejó a sus amigos en la sala común para subir a su habitación. Allí se quitó la ropa, se envolvió en una toalla y se metió en el baño. Escuchó cómo sus compañeras de cuarto se iban a cenar, abrió el grifo de agua caliente y se sentó en el borde de la bañera, mientras esperaba que el agua se calentase.

Alguien golpeó suavemente la puerta del baño.

"Hermione, soy Ginny, ¿puedo entrar?" -preguntó la pelirroja.

"Sssí..." -Hermione, que hasta el momento había estado luchando contra el nudo que tenía en la garganta, se encontró con que la voz le salía muy débil.

La menor de los Weasley abrió la puerta. El vapor inundaba el baño, así que Hermione debía llevar allí varios minutos, sentada. Parecía encontrarse bien, pero tenía tensa la mandíbula... Ginny sabía que Hermione era una chica muy fuerte, pero también sabía que las personas más fuertes aguantan y aguantan hasta que ya no pueden más. Se sentó a su lado y esperó unos instantes antes de hablar.

"¿Te encuentras bien?" -le preguntó.

Hermione la miró como si la viese por primera vez. Estaba como aturdida, y notaba un dolor lacerante en algún lugar entre el estómago y la garganta. Intentó sonreírle a Ginny: le tenía mucho cariño a la pelirroja, tan tímida a veces y tan resuelta otras, y se sentía extrañamente protegida a su lado en aquel momento. Sintió que el dolor del pecho se hacía más opresivo, se tapó la cara con las manos y las lágrimas empezaron a fluir a mares de sus ojos. Lloró en silencio, de forma amarga, sin sollozar ni agitarse: tan sólo dejaba que las lágrimas se deslizasen por las mejillas y el cuello.

"Hermione..." -susurró Ginny mientras la abrazaba tímidamente. Había ido a su habitación pensando que su amiga estaba simplemente molesta por el comentario de Harry, pero nunca habría imaginado que ella...

"¿Tú... Harry... estás...?" -le acertó a preguntar en un murmullo.

Hermione asintió con la cabeza, en silencio. Ginny la dejó llorar un buen rato, todavía abrazándola, hasta que Hermione se fue calmando.

"Tiene que haber una explicación, Hermione" -le dijo en voz suave. "Es imposible que Harry piense realmente lo que ha dicho".

Hermione, después de desahogarse a placer, estaba más tranquila. Se destapó la cara y miró a su amiga.

"Ginny, lo has oído igual que yo" -repuso con un suspiro.

La pelirroja se levantó, apuntó la varita hacia los ojos de Hermione y murmuró: "oculus frigore". Los enrojecidos párpados de la chica volvieron a su tono habitual. "Lo primero es evitar que Harry sospeche que te ha hecho daño" -dijo.

Hermione negó con la cabeza.

"No pienso permitir que ni Harry ni nadie sepan algo de esto. Ahora vamos a ir a cenar, como si nada hubiese pasado" -decidió.

"¡Esta es mi chica!" -exclamó Ginny. "De todos modos, ya verás cómo Harry te explica lo que pasó en realidad".

Sin embargo, cuando llegaron a la sala común, se encontraron con un Harry y un Ron con cara de funeral, que apenas abrieron la boca. Harry ni siquiera se atrevía a mirar a Hermione a la cara. Juntos, los cuatro bajaron a cenar al Gran Comedor, donde fueron recibidos por un silencio sepulcral y la mirada curiosa de la totalidad de los alumnos de Hogwarts. Se dirigieron a la mesa de Gryffindor y las chicas se sentaron enfrente de los chicos, como siempre, de modo que Hermione quedaba frente a Harry.

"Caramba, mi plato favorito" -exclamó Hermione sirviéndose una enorme tajada de pastel de carne. Y aunque notaba un nudo en la garganta que le hacía difícil tragar, se zampó el pastel sin que se notase el esfuerzo que le estaba costando y sin dejar ni una miga en el plato, mientras Harry la miraba disimuladamente, pensando que Hermione debía de pasar de él hasta tal punto que sus palabras no le habían hecho perder ni un ápice de apetito.

Las semanas siguientes, Harry intentó encontrar por todos los medios un momento a solas para hablar con Hermione. Pensaba explicarle, sin ahondar mucho en el asunto, que todo había sido un error lamentable, pero la gryffindor no se lo ponía demasiado fácil. Lo trataba con corrección exquisita, camaradería e incluso un afecto fraternal, pero huía como de la peste de la posibilidad de encontrarse a solas con él. Harry la encontraba no fría, sino gélida, y notaba cómo ella se iba alejando lentamente de él. Hasta a Ron lo trataba con más ternura.

"Tienes que decírselo" -le decía el pelirrojo negando con la cabeza después de que Hermione se fuese a dormir y se despidiese de Harry con tanto cariño como si fuese Snape. "Como siga tratándote con esa frialdad, vas a coger una pulmonía".

"No hay manera, Ron..." -le respondió su amigo sin despegar los ojos del pergamino que estaba escribiendo. "Ahora sólo está molesta conmigo, ya se le pasará..."

"Pero, ¿por qué no puedes decirle lo que sientes?" -le preguntó Ron.

"Mira quién habla... menos mal que Mandy dio el primer paso..." -respondió Harry tachando con saña la última línea de su ensayo de pociones, tras darse cuenta de que la frase "los ingredientes de la poción levitante son Hermione, Hermione y Hermione" le iba a extrañar un poco a Snape.

Ron se puso rojo hasta que le salió humo por las orejas. Era evidente que su amigo había puesto el dedo en la llaga.

"Harry, dentro de poco será Navidad" -dijo Ron intentando ignorar el comentario-; "no me gustaría veros así en la cena de Nochebuena".

Harry se encogió de hombros.

"Ron, he intentado decirle algo, pero ella no está colaborando demasiado" -le respondió. "Creo que preferiría quedarse encerrada en un armario con Malfoy que conmigo..."

Ron se rascó detrás de la oreja. Tenía serias tentaciones de hablar con Hermione, pero, primero, sabía que ella no le creería. En segundo lugar, pensaba que era Harry el que tenía que solucionar el problema: tenía derecho a decidir qué le contaba y qué no. Y en tercer lugar, Harry lo había amenazado con quemarle la escoba si se iba de la lengua.

Las vacaciones de navidad llegaron antes de lo que esperaban. Hermione y Harry daban una apariencia de total normalidad, pero ella seguía terriblemente dolida, y su insistencia de no quedarse a solas con Harry había abortado todos los intentos de su amigo para aclarar las cosas, de modo que cada vez estaba más convencida de que a Harry le era indiferente que todo siguiese igual. Ron estaba al borde de un ataque, viendo a sus amigos comportarse como preescolares, pero Ginny estaba seriamente preocupada porque intuía que Hermione lo estaba pasando realmente mal.

Los pasillos mostraban ya la decoración navideña. En el vestíbulo, un gran abeto navideño emanaba un fragante olor a bosque, adornado con luces mágicas que parpadeaban en la oscuridad. Las armaduras volvían a cantar tintineantes villancicos al paso de los alumnos, y ramilletes mágicos de muérdago se aparecían súbitamente sobre las cabezas de las parejas más inverosímiles, obligándolas a besarse si no querían acabar con la cara llena de granos, que era la maldición del muérdago mágico a los que se negaban a cumplir con la tradición. Corrían rumores de que habían visto un fugaz beso a regañadientes de Snape a la profesora Sinistra, pero la mayoría de los alumnos pensaba que aquello era una leyenda de Hogwarts sin ningún fundamento.

Hermione estaba un tanto deprimida, pero siguió mostrándose impasible cuando llegó la cena de Nochebuena. Seguía oyendo murmullos a su paso, porque los cotilleos no habían cesado desde aquella desastrosa tarde, y sabía que se comentaba todo tipo de teoría sobre lo que había movido a Harry a decir aquello. En cualquiera de esas teorías, ella salía mal parada.

La noche del 24, mientras los alumnos, de pie en el Gran Comedor, estaban esperando a que los profesores llegasen para que Dumbledore leyese su discurso de Navidad, Malfoy miraba a Hermione con una media sonrisa. Había disfrutado como un loco con los cotilleos sobre la parejita feliz... o no tan feliz.

"Vaya, Granger... a pesar de que le das asco a cara-rajada Potter, te sigues sentando a su lado en la cena de Navidad, ¿eh?" -escupió. "Muy lista... siempre puedes tener suerte de que aparezca un poco de muérdago mágico sobre vuestras cabezas".

Hermione suspiró y puso los ojos en blanco. Hasta el momento nadie se había atrevido a decirle nada a la cara.

"Cállate, Malfoy" -le dijo con hastío.

"Vamos, Granger..." -insistió el slytherin. "Es evidente que estás colada por él, pero incluso para el cara-rajada tú no eres más que una sangre-sucia que... ¿cómo era lo que dijo? Ah, sí... "no tenía el estómago de besarte".

Hermione no pudo evitar ponerse colorada y que el labio inferior le empezase a temblar, como cuando Snape la había llamado "sabelotodo". A pesar de que le dolía admitirlo, Malfoy sólo repetía las palabras de Harry. Se giró y se empezó a marchar hacia la puerta del Gran Comedor, bajo un montón miradas curiosas, incluidas las de los profesores, que ya se estaban sentando.

Para Harry aquello fue la gota que colmó el vaso. Ver la expresión dolorida de Hermione era más de lo que podía soportar, y aún encima por su culpa. No podía tolerar que Malfoy la humillase en público una vez más. Corrió detrás de ella y la agarró por el brazo.

"¿Dónde crees que vas?" -le espetó furioso. "¿Acaso vas a hacerle caso a esa sabandija de Malfoy?"

Pero Hermione se dio la vuelta lentamente y Harry vio un brillo sospechoso en sus ojos.

"Harry, esta vez Malfoy ha dicho la verdad..." -repuso lentamente.

Harry se quedó helado. Ahora o nunca, tenía que aclarar las cosas, y si Hermione no sentía nada por él... bueno, qué demonios...

"A la mierda..." -masculló.

La llevó a rastras hasta la mesa de Gryffindor y, cuando pasaban junto a Draco, se paró.

"No vuelvas a llamarle eso a Hermione, Malfoy, si no quieres pasar la navidad con la cara llena de tentáculos" -dijo apuntándolo con la varita. Snape hizo ademán de levantarse de su silla para quitarle 800 puntos a Gryffindor y castigar a Potter, pero sintió cómo la mano de Dumbledore se apoyaba suavemente en su hombro. Se giró y vio cómo el director lo miraba por encima de sus gafas de media luna.

"No, Severus" -murmuró. "Malfoy se lo ha ganado a pulso y Potter no le ha hecho nada. Mañana los dos serán castigados por sus palabras, pero de momento...".

Harry miró a Hermione a los ojos y le dijo: "ese cretino de Malfoy tiene buenas ideas algunas veces, ¿sabes? Llevo mucho tiempo queriendo hacer esto y, dijese lo que dijese en la sala común, no es lo que tú te piensas" -la sujetó firmemente por la cintura con un brazo y con la otra mano hizo un movimiento de varita-: "accio muérdago" -pronunció.

Un ramillete de muérdago mágico, encantado de ser convocado, empezó a revolotear como un loco sobre sus cabezas. Hermione no daba crédito a lo que le estaba pasando, hasta que fijó sus ojos en los de Harry.

Y allí lo vio.

Todos sus sentimientos concentrados en aquellos ojos verdes.

Una vez convocado el muérdago mágico, Harry dejó caer la varita de cualquier manera sobre la mesa y deslizó la otra mano tras la nuca de Hermione. Si ella lo rechazaba, se iba a poner en ridículo delante de toda la escuela, pero estaba dispuesto a correr el riesgo. Sin que ella opusiese resistencia, la besó con pasión difícilmente contenida, maravillado de que ella respondiese al beso, mientras la casi totalidad del alumnado irrumpía en una ovación colectiva y aplaudía hasta despellejarse las palmas de las manos.

"¡Potter! ¡Granger" -exclamó McGonnagall visiblemente escandalizada. Parecía a punto de levantarse cuando Dumbledore, con un suspiro, la frenó.

"Basta, Minerva" -dijo. "Si tú y Severus no os quedáis quietecitos, os juro que convoco un ramo de muérdago sobre vuestras cabezas" -concluyó.

Tanto Snape como McGonnagall palidecieron ostensiblemente y se quedaron quietecitos en sus sillas, incapaces de hacer nada que pudiese provocar a Dumbledore a cumplir su amenaza.

----------------------------------------------------------------------------------------------------------

Bueno, pues finalmente serán 5 los capítulos... si hay algún diabético entre los presentes, que se ponga doble dosis de insulina, porque me ha salido una pastelada... en fin.

Y ahora los reviews:

Danna-Potter: yo todo lo hago corto, el fic y los capítulos, pero es que si no tardaría mucho en actualizar, y paso. No tengo paciencia, lo siento. Sí, yo también creo que Carla escribe genial, aunque no he leído la continuación de "Arte de Vengarte"... ¡tengo que ponerme las pilas! Un beso.

Taeko: yo pienso igual que tú, que eso de que en el amor y en la guerra todo vale es mucho morro, pero hay mucha gente que piensa así, incluida una buena amiga mía, que intentaba ligarse al chico que me gustaba a mí sin decirme nada, jajaja... la verdad es que a mí estas cosas me dan risa, y no me molestan nada. No creo que alguien sea malo por hacer eso, pero desde luego no demasiado decente...

Sheamoonie: sí, yo creo que Krum es majo, pero tiene mala fama en los fics, yo creo que por su aspecto. En fin, ya ves que soy más blanda que un pudding y que no he podido evitar juntar a estos dos pardillos...

Maegboriel: a mí también me encantan los fics cortos: por ejemplo, los "Drabbles" de Jbilo, que están en ffnet. Ya he dicho que "Ponga una mascota..." es mi debilidad. Besos...

Mary Katsuya: gracias por la aclaración de lo de las bolas, jajaja. Sí, Krum no se ha portado de modo demasiado honesto, porque además de fastidiar a Harry también perjudica a la chica a la que teóricamente ama... quién los entiende?

CrisHH: hoy mejor que ayer y peor que mañana? Qué mal suena eso, jajaja. Yo, de verdad, me desespero cuando alguien tarda más de una semana en actualizar, y no digamos cuando la gente los deja sin acabar... ¡me muerdo las uñas hasta el codo! La verdad es que soy muy perfeccionista, y si espero mucho tiempo, rehago el texto una y otra vez y acabaría no enviándolo nunca, así que lo leo una vez, corrijo los errores y lo mando. Un besazo y gracias por un review tan largo.

Just-my-soul: gracias por el review, me alegro de que te guste

Hickisu Misaki: gracias por los piropos! Hombre, en parte actualizo tan rápido por las vacaciones, que tengo más tiempo. Dentro de unos días las cosas cambiarán, buaaaaaaaaaa... Y la verdad es que en el fondo soy más romántica que la Barbie princesa...

Cammiel: el fic de "ponga una mascota en su vida" se quedará así, porque si lo toco la fastidio seguro. Pero no descarto otro fic que sea continuación de ese, más adelante. Primero déjame que se me rehidrate el cerebro... Besos...

Rahel Ocean's: Gracias por el review y por lo de im-presionante, jajaja. Krum es para mí uno de los personajes menos comprendidos de los libros de Rowling, y creo que ella lo ideó como un buen chico. Ya el hecho de que le guste Hermione hace que me encante. Lo de que en el amor y en la guerra todo vale... yo no estoy de acuerdo para nada, pero tampoco me parece como para echarle los perros... no queda muy gryffindor pero bueno. Al fin y al cabo el chico es de Durmstrang, y ya se sabe... otro beso para ti.

En fin, el resto de las cosas que pasan en el fic y que me dejo en el tintero las explicaré en el último capítulo, que será un epílogo, porque en realidad la trama ya ha quedado resuelta. Espero que os haya gustado y que hayáis babeado tanto como yo, imaginándome a Harry arrastrando a Hermione de regreso a la mesa y plantándole un beso mayúsculo. Viva HHr!

Lara