24 de Diciembre: Es víspera de navidad. La gente sale a hacer sus compras navideñas, los niños escriben sus cartas para Santa, y muchas empresas trabajan hasta el mediodía, incluyendo la Capsule Corp. Allí, todos los empleados terminan sus labores y se marchan a sus respectivos hogares, deseándose una feliz navidad. En la pequeña oficina del piso 18, nuestra princesa guarda los documentos que tiene sobre su escritorio y se prepara para irse. Alguien le saluda desde la puerta. – Hola, Andie.
– Hola, Trunks. Estaba preparándome para irme.
– Yo también voy a marcharme. Si quieres te acompaño hasta la entrada principal, así podremos charlar.
– De acuerdo. – La pareja continúa hablando mientras toma el ascensor hasta planta baja.
– Oye Andie: ¿Qué harás esta noche?
– Bueno, yo pensaba pasar la nochebuena con Reggie, pero ella y su familia irán a visitar a unos parientes, así que sólo nos quedaremos el abuelo y yo en nuestro apartamento.
– Ya veo. Espera: ¿Qué tal si ustedes dos vienen a mi hogar? Tendremos una gran cena navideña, así podrías conocer a mi familia y amigos. ¿Qué dices?
– Claro. ¿Por qué no? Pero no sé dónde vives.
– No te preocupes: Iré a buscarlos. ¿Te parece a las 5:00PM?
– Sí. – Ambos amigos ya están en la entrada principal. – Nos vemos a esa hora. ¡Adiós!
– ¡Adiós!
La joven zoinita está sentada en la sala de su apartamento, con un ramo de flores navideñas entre sus manos. De una habitación sale su abuelo, vistiendo un largo abrigo.
– ¿Estás listo, abuelito?
– Sí. – En eso tocan la puerta. – Ve a ver quién es.
– Sí, abuelo. Enseguida – Andie se dirige a la puerta, preguntándose quién será. – Hola Trunks. No te esperaba tan temprano.
– Es que mi hermana y yo salimos a hacer algunas compras, y me preguntaba si querrías acompañarnos. – En ese momento, Andie nota que su amigo va acompañado de una joven adolescente de mediana estatura, con ojos de color azul claro y cabello largo y azulado.
– ¡Hola! Soy Bura. Mucho gusto.
– Es un placer. Mi nombre es Andraia.
– Lo supuse. Eres tal como te describió mi hermano: Él siempre habla de ti.
Al oír estas palabras la cara de Trunks se pone roja de vergüenza. – Jeje... niños.
– ¿Quién es, Andie? – El Sr. Andersen se acerca a la puerta. – ¿Amigos tuyos?
– Sí, abuelo: Él es Trunks, mi jefe. Y ella es su hermana, Bura.
– Mucho gusto, Sr. Andersen. – Trunks amablemente estrecha la mano del anciano.
– Es un placer, joven. ¿Qué le trae por aquí, a este humilde hogar?
– Vine a preguntarle a su nieta si nos acompañaría a hacer las compras navideñas. Usted puede venir también, si quiere.
El anciano está por responder, pero es interrumpido por la zionita. – Trunks: Me encantaría acompañarte, pero mi abuelo y yo estábamos por salir a visitar a mi madre.
– Ya veo. ¿Quieres que te acompañemos? Así después podríamos ir todos juntos al centro comercial.
– No es mala idea. Vayamos. – Todos se dirigen a la planta baja, luego salen del edificio y van hacia donde está estacionado el auto del joven Saiyajin.
Los cuatro están reunidos frente a una lápida en el cementerio de la ciudad. La princesa se coloca de rodillas, a la vez que pone las flores navideñas sobre la tumba. – Hola mamá. Vine a visitarte... y a desearte una feliz navidad. – Luego se levanta y se queda quieta frente a la cripta, un poco deprimida.
Trunks se acerca, colocando sus grandes manos sobre los hombros de la joven. – ¿Sabes, Andie? Ten la seguridad de que, donde quiera que esté, tu madre se sentiría muy orgullosa de tener una hija como tú.
– Gracias, Trunks... – En esto, los ojos de Andie se humedecen; él se acerca y la abraza. Ella se queda estática, se sonroja y luego se pone nerviosa, para finalmente devolver el abrazo. Bura y el anciano observan a sus amigos: – Señor: ¿No cree Usted que hacen una linda pareja?
– Sin duda alguna, pequeña. Algo me dice que ellos dos están destinados a estar juntos... y espero que sí sea...
Un rato después, todos se marchan de allí a hacer las compras navideñas.
– ¡WOW! – Andie queda maravillada, admirando la enorme mansión de los Briefs. – ¿Aquí es donde vives? –
– Sip. Bienvenida a mi hogar. – La gran puerta de vidrio se abre y todos ingresan a la residencia. Adentro son recibidos por la Sra. Briefs.
– Trunks, Bura. Llegan justo a tiempo. – Bulma nota la presencia de la zoinita y del anciano. – Hijo: ¿Quiénes son tus invitados?
– Mamá: Te presento a Andraia, la nueva Supervisora de Proyectos. Él es su abuelo, el Sr. Andersen.
– Mucho gusto Sra. Briefs.
– El placer es mío, jovencita. Me moría de ganas de conocerte: Trunks dice que haces un gran trabajo en la Corporación.
– ¿E... en serio? – Andie se enrojece de pena. – No... no es para tanto. – Luego la joven mira hacia otro lado y ve a Vegeta. – Trunks: ¿Él es tu padre?
– Sí. Ven, te lo presentaré. – La pareja se dirige hacia donde está el príncipe Saiyajin, mientras Bulma y su hija llevan al Sr. Andersen a conocer la casa. Enseguida, Trunks presenta formalmente a su compañera. – Papá: Quiero presentarte a mi amiga Andie.
– Mucho gusto en conocerlo, señor.
– Sí... Cómo sea.
– Umm... ¿Sabe? Su rostro me es tan familiar... creo haberlo visto antes, en alguna parte. – La joven Centaury se pone a pensar, hasta que logra recordar – Ah sí... creo que me acordé: Fue cuando era una niña, recuerdo que accidentalmente le ensucié los pantalones con helado.
– ¿Eh? – Trunks se sorprende – ¿Eso quiere decir que tú eras esa pobre niña que lloraba desconsoladamente en la heladería? Vaya... ¡Qué pequeño es este mundo!
– ¡Es cierto! Y tú me obsequiaste tu barquilla... ¿No es esto increíble?
– ¡Ja! Te diré algo: Es increíble que recuerdes mi rostro después de tantos años.
– Perdóname papá, pero es que tu rostro es... digamos... inolvidable. – Los jóvenes empiezan a reír, mientras que Vegeta se mantiene muy serio. Luego Trunks lleva a la princesa a un gran salón lleno de mesas e invitados. Primero se dirigen a una mesa donde se encuentra un grupo familiar, formado por un matrimonio y su hija, una señora de mediana edad y un joven. – Andie: quiero presentarte a nuestros grandes amigos. Ellos son La Sra. Milk, Gohan y su esposa Videl, su hija Pan y mi mejor amigo Goten.
– Es un placer.
– El placer es nuestro, señorita. – Gohan saluda formalmente, pero es interrumpido por su hermano. – Oye: Yo a ti te conozco. ¿No eres la chica del restaurant?
– Sip. Te recuerdo muy bien.
– Veo que ya no estás malhumorada. ¿Eh?
Ella se sonroja, luego empieza a reír. Trunks interrumpe el momento. – Bien Andie, te presentaré a los demás. – Los chicos se dirigen ahora a otra mesa, donde se encuentra una pareja y su hija. – Ellos son el Sr. Krilin, su esposa Nº 18 y su hija Maroon.
– Es un placer, señorita. – Al decir esto, Krilin se levanta y habla al oído de Trunks: – Hey amigo: No tienes malos gustos. ¡Qué belleza!
– ¡OYE! – La cara del joven Saiyajin se pone roja de vergüenza. Posteriormente la pareja se dirige a otra mesa, donde se encuentra un grupo muy particular de personas: Un anciano, un hombre alto con tres ojos, acompañado de un pequeño y pálido niño, un hombre de mediana edad con una cicatriz en su rostro, a quien acompaña una especie de gato que flota en el aire, y un cerdo. – Bien: Ellos son Yamcha, Tien, Chaoz, Puar, Oolong y el Maestro Roshi.
– Mucho gusto, caballeros. – Entonces, ella observa detalladamente a Puar, empezando a acariciar su pelaje azul. – Aww... ¡Qué gatito tan lindo!
El Maestro responde al saludo. – Es todo un placer conocerla: Eres una jovencita muy adorable. – Mientras dice esto, el anciano mueve sigilosamente su mano, con el objetivo de "acariciar" el trasero de la joven, pero...
Roshi yace en la mesa, con un enorme chichón en la cabeza, Andie y los demás tienen gotas sobre sus cabezas y Trunks está al lado del anciano, un poco molesto. – ¡NO TE ATREVAS!
Finalmente, se dirigen a una mesa vacía, donde se sientan a charlar. – Qué envidia me das, Trunks. Tienes tantos amigos. En cambio yo...
– Si te lo propones, tú también puedes tener muchos amigos.
– Tal vez. – Andie mira a todas partes. – Por cierto: ¿Dónde estará mi abuelo?
– Está allá, con mi madre – Trunks señala una mesa donde están sentados el Sr. Andersen y la Sra. Briefs.
Un rato después, Bura se coloca en medio del gran salón: – Muy bien todo el mundo: Ya que estamos aquí reunidos... ¡Comencemos la fiesta! – Todos están de acuerdo.
Es una reunión maravillosa, donde todos bailan y ríen sin parar, disfrutan los deliciosos bocadillos y esperan ansiosos la llegada de la navidad. Suenan las doce campanadas, se reúnen en medio del salón y dan inicio a un intercambio de regalos. Luego de concluir la actividad, Trunks entrega una pequeña cajita a su amiga. – Feliz Navidad, Andie.
– ¿Uh? ¿Esto es para mí?
– Aja. Ábrelo. – La princesa abre el obsequio: Es una cadena de oro con un bello dije, representando una rosa. Ella está maravillada admirando su hermoso presente. – Gracias, Trunks. Es muy hermoso. Pero yo... no te pude comprar nada.
– No te preocupes por eso, Andie. Aunque sí voy a pedirte algo.
– ¿Qué cosa?
– Quisiera ver cómo el collar adorna tu hermoso cuello. ¿Puedo ponértelo?
– Claro. – El joven Briefs toma el collar mientras Andie se da la vuelta. Abre el broche, le coloca el medallón y posteriormente vuelve a cerrar el broche. Luego la joven vuelve a girar, permitiendo que su amigo admire cómo su obsequio se combina maravillosamente con el delicado cuello de la zionita.
El momento fue interrumpido por la voz de Krilin. – Hey, Vegeta: No mires arriba, pero tú y Bulma están bajo un ramo de muérdagos. – Todos miran a la pareja.
Vegeta mira hacia arriba: Krilin tiene razón; después observa a Bulma, quien lo mira con ojos insinuadores. – ¿Qué?
– Estoy esperando, Veggie.
– Umm... no lo sé... lo haría, pero en privado.
– ¿Qué? ¿Acaso el Gran Príncipe Saiyajin tiene miedo a ser visto besando a su esposa?
– ¿Miedo? – Él se acerca a su esposa y la besa profundamente. Todos aplauden. Trunks empieza a gritar alegremente. – ¡Muy bien, Campeón!
Vegeta interrumpe el beso, mirando fijamente a su primogénito. – Umm... hijo... – El príncipe Saiyajin hace señas, así que el joven mira hacia arriba y luego pone una cara de sorpresa: ¡Él y Andie están bajo otra rama de muérdagos! ¡Debía besarla! Goten es el primero en exclamar. – ¿Qué esperas, Trunks? ¡BÉSALA! – La pareja se sonroja.
– Trunks: ¿Debemos hacer esto?
– Bueno... es la tradición... uh... gulp – Ambos rostros se acercan tímida y lentamente, y cuando están a punto de besarse se oye una gran explosión.
– ¿Qué fue eso?
– No lo sé, Andie. – En ese instante, varias criaturas entran por las puertas y ventanas de la enorme residencia.
– ¿Qué son estas criaturas? ¿Por qué no pudimos detectar su Ki? – Krilin está nervioso, en verdad no sintieron su presencia. Los guerreros Z se preparan para enfrentarse a los monstruos, mientras el resto del grupo corre a esconderse.
Trunks lleva a la princesa y a su abuelo a un lugar seguro. – Quédense aquí. Estarán a salvo.
– Pero Trunks: Podrían lastimarte.
– No te preocupes Andie. Confía en mí. – Al decir estas palabras, el joven Saiyajin se reúne con el resto de los senshies. Luego comienzan a luchar.
Mientras nuestros héroes luchan con golpes, patadas y rayos de energía, las criaturas lo hacen con chorros de ácido, ondas sonoras y ataques de súper velocidad. Un grupo lucha en el aire, otro lo hace en el suelo. Los guerreros Z están preocupados: Las criaturas son pequeñas, pero rápidas y muy fuertes. Los primeros en caer heridos son Chaoz y Krilin, luego Yamcha, después Tien y la pequeña Pan. Sólo quedan de pie Vegeta, Trunks, Gohan, Goten y Nº 18. Es allí cuando los hombres deciden transformarse en Súper Saiyajin. Andie, queda impactada al ver cómo su amigo cambia de apariencia: Su cabello cambia de lavanda a un erizado cabello rubio, sus ojos cambian de azul a verde neón, y su cuerpo es rodeado por un aura dorada. Siguen luchando, muchas criaturas son derrotadas, rayos de energía recorren el área, chocando con las ondas sonoras, luego Nº 18 es vencida.
– Oh no. ¡Son demasiados! – Gohan tiene razón. Cada vez que derrotan una criatura, otras dos o tres aparecen en su lugar, como si estuviesen multiplicándose. Goten y Trunks deciden fusionarse para transformarse en Súper Gotenks, pero antes de hacerlo, las criaturas los atacan y vencen al primero de ellos. Ahora sólo quedan tres guerreros, contra decenas de monstruos.
La princesa zionita se preocupa al ver cómo su amigo es rodeado por las criaturas, por lo que toma una arriesgada decisión. – Quédate aquí, abuelo.
– Pero Andie: Ellos son muy fuertes.
– Abuelo: No puedo quedarme aquí cruzada de brazos mientras Trunks es atacado por esas asquerosas criaturas. Debo hacer algo para ayudarlo. – Al decir esto, se quita el collar y se lo entrega al anciano. – Por favor, cuídamelo.
– ¡No vayas! ¡Podrías morir!
– Debo hacerlo. No hay otra opción. – Ella valientemente sale de su escondite, se dirige hacia donde está el joven Briefs, quien en ese momento es atacado. Toma algunas cosas del piso y las arroja hacia los monstruos: – ¡Déjenlo en paz!
– ANDIE: ¿QUÉ HACES? ¡HUYE!
– ¡NO! ¡Haré todo lo posible por ayudarte! – Los extraterrestres se dan la vuelta y deciden atacar a la joven, pero justo antes de poder lastimarla, sucede algo extraño: Una fuerza desconocida detiene a las criaturas. Trunks se queda pasmado: La princesa de Zión está allí, de pie, estática, con los ojos cerrados, y rodeada por un aura blanca.
Una de las criaturas exclama: – ¡Centaury!
