Surcando a través del espacio, en una majestuosa nave de varios pisos de altura y cientos de metros de ancho, viaja un grupo de soldados de la corte real de Zión, dirigidos por un hombre de unos 31 años de edad, mediana estatura, cuerpo un poco fornido y mucha astucia: El capitán Chronos. En una gran cámara, sentado en un trono, se encuentra un hombre de mediana edad, con ojos grises y cabello castaño, cuerpo atlético y elevada estatura; a su lado está un joven de unos 17 años, cabello marrón oscuro, ojos verdes y mediana estatura. Ante ellos aparece el joven capitán, quien activa un pequeño dispositivo que muestra un holograma de la Vía Láctea, específicamente uno de los brazos de la galaxia, llamado "Brazo de Orión". – Señor: Hemos detectado una pequeña señal en este punto de la galaxia.

Bien, Capitán Chronos. Dirija las naves hacia esa dirección, a toda velocidad.

Como ordene, Majestad. – El capitán hace una reverencia a su rey y se retira.

El adolescente está un poco confundido: – ¿Hay algo especial en esa señal?

Maxwell: Por muchos años he vivido con algo dentro de mí que, no sólo logró desvelarme en varias ocasiones, sino que también me desconcentraba mientras resolvía algunos asuntos del imperio... una duda que nunca he podido arrancar de mis entrañas...

Perdóname, pero no te entiendo.

Lo que quiero decir, es que esa señal podría ser la respuesta a mi eterna pregunta... Porque ella podría pertenecer a mi hijo... Tu hermano.

¿Qué? ¿Tengo un hermano? Papá: ¿Por qué no me lo habías dicho antes?

Eras muy joven, hijo mío, podría haberte confundido. Pero ahora tienes la madurez suficiente para conocer la verdad: Mucho antes de conocer a tu madre, estuve casado con una hermosa mujer, quien estaba embarazada cuando estalló una terrible guerra en nuestro planeta.

¿Y qué sucedió con ella?

Ella... dejó de existir, y nunca supe nada de mi pequeño, no sé si aún sigue con vida. Esos días fueron tan terribles... – El rey Cryus comienza a recordar.


FLASHBACK

Se lleva a cabo una terrible guerra, entre los Arcanianos, criaturas de pequeño tamaño y gran velocidad, liderados por el poderoso General Kron, quien está en las sombras; y los Centauries, poderosos psíquicos de Zión que luchan bajo el mando de su rey, el Emperador Cryus Kentaurus. A medida que lucha, él observa un dispositivo que tiene en su brazo, parpadeando al ritmo del corazón de su esposa, la Emperatriz Máxima. Pasa 1 semana, aún continúa la batalla, el joven rey lucha con todas sus fuerzas con la esperanza de erradicar este mal y tener de regreso a su esposa e hijo.

Muchas criaturas caen, otras aún están de pie, pero el rey no se da por vencido. Lucha por el futuro de su familia y su pueblo, usando todas sus habilidades psíquicas, ya sea en forma ofensiva o defensiva. De repente, cuando mira el brazalete, nota que el cristal rojo parpadea muy lentamente y con escasa fuerza... hasta que se apaga: Su amada esposa ha muerto. Él entra en shock, cayendo de rodillas, desconsolado y a merced de las criaturas; una de ellas arroja un chorro de ácido directamente a su brazo, pero enseguida llegan sus guardias de honor y lo defienden, llevándoselo muy lejos de allí, a un lugar más seguro.

Mientras el médico revisa el brazo herido, los guardias notan la expresión de tristeza en el rostro de su líder. – Majestad: ¿Se siente bien? – No hubo respuesta, porque él está allí, estático, con sus ojos llenos de lágrimas... luego, pudo hablar entre llantos: – Ma... Máxima... ¿Por qué? (sniff) ¿Por qué has dejado de existir? – Todos los soldados se quedaron mudos: No pueden creer que su reina ha muerto. Segundos después, el emperador se levanta, aún con lágrimas en sus ojos. – Debemos ganar esta guerra: Lo haremos... ¡EN SU HONOR! – Todos están de acuerdo, por lo que vuelven a luchar.

Los Arcanianos al fin son vencidos después de 2 años de batalla, muchos de ellos han muerto y los sobrevivientes deciden marcharse. Las ciudades han sido destruidas, se han perdidos muchas vidas, pero la guerra ha sido ganada... aún así, todos están tristes porque perdieron a su reina.

Desde ese entonces han pasado 4 años. Una noche, mientras duerme, el rey tiene un extraño sueño: Cryus está en medio de la ciudad, admirando a las personas a su alrededor cuando, de repente, apareció una pequeña niña de 6 años, vestida de blanco y rosa, quien lo observa muy tiernamente, con una dulce sonrisa dibujada en su rostro. Al verla, el rey siente una sensación muy extraña, se coloca de rodillas, extendiendo sus brazos; la niña corre hacia él, dispuesta a abrazarlo y, cuando estaba a punto de hacerlo, desaparece. Él despierta, con su corazón latiendo muy rápidamente: ¿Será acaso su hija?

2 años después, el emperador está en su cuarto, solo y deprimido, pensando en su amada esposa y en su hijo: ¿Estará vivo? Luego recuerda aquella ocasión en que él estaba sentado bajo un hermoso árbol, con la bella reina a su lado, platicando sobre su futuro bebé. – Cryus, amor: ¿Qué te gustaría que fuera: Niño o niña?

Máxima: Sea niño o niña lo querré igual. Este bebé es muy importante para mí, es mi más preciado tesoro... porque es fruto de nuestro amor.

Oh Cryus, eres tan dulce. Por cierto: Ya falta poco para que nazca, deberíamos pensar en un nombre.

Sí, es cierto. Veamos... ¿Qué sugieres?

Umm... ¡Ya sé! Si es niño, se llamará como tú: Cryus.

¿Y si es niña?

Si es niña se llamará como mi madre: Andraia.

Cryus o Andraia... Sí, me gustan ambos nombres. ¿Sabes algo?

¿Qué cosa?

Te amo.

Yo también te amo, Cryus. – Al decir esto la pareja se da un apasionado beso, un beso que perdura en la memoria del emperador, un beso que cruza por su mente cada vez que mira las estrellas, cada vez que se sienta bajo ese mismo árbol, cada vez que recuerda los inicios de esa fatídica guerra.

Sus pensamientos son interrumpidos por una joven de aproximadamente 30 años, alta y esbelta, con ojos verdes y cabellos de color blanco-verdoso, quien está secretamente enamorada de su rey. Se sienta a su lado para hablar con él: – Majestad: ¿Aún piensa en ella? Lo veo tan deprimido.

Sí, Kala. No puedo olvidarla, es algo imposible para mí.

Señor: Sé que perder a su esposa fue algo muy doloroso para Usted, pero pienso que debería iniciar una nueva vida. Estoy segura de que si ella estuviese viva, no le gustaría verlo así. Esa es sólo mi humilde opinión. – Al oír estas palabras, Cryus recuerda la promesa que hace ya varios años le hizo a su esposa: "Si algo le llegara a pasar, él trataría de iniciar una nueva vida... no dejaría de vivir por causa de su muerte". Él reacciona: En verdad está rompiendo su sagrado juramento, la última voluntad de su reina. Kala se levanta y está dispuesta a irse, pero el joven rey toma su mano. – No te vayas.

Pero señor... yo...

Por favor: Quédate aquí, conmigo. – Sin saberlo, él ha sentido una especie de atracción por la joven desde hacía ya varias semanas. Ella se sienta a su lado, ambos se acercan lentamente y se abrazan, luego se miran a los ojos de una manera tan dulce y tierna, una mirada que poco a poco se transforma en un largo y apasionado beso. Unos 9 meses después, la joven da a luz a Maxwell.

A medida que pasan los años el rey siente una necesidad urgente por resolver sus dudas, hasta que finalmente decide buscar la respuesta, guiado por una especie de intuición: Quizás su hijo mayor aún sigue con vida. Prepara su gran nave imperial para el largo viaje, llevándose consigo a un numeroso grupo de soldados; su hijo lo acompaña, mientras Kala se queda en el planeta para encargarse de los asuntos del imperio. Tiempo después, los ojos del rey se llenan de esperanza al sentir una pequeña y lejana presencia, una sensación muy familiar, confirmada más tarde por una señal que aparece en el radar: ¿Será él o ella? ¿Dónde estará? Ahora viajan en dirección a esa señal pulsante, que aparece y desaparece, pero que está allí: Se dirigen al Sistema Solar.

FIN DEL FLASHBACK


30 de Diciembre. Los habitantes de West City y del mundo entero esperan ansiosos el día siguiente, ya que será el último día de ese año, haciendo compras de última hora y preparando sus promesas para el año nuevo, tales como escribir un libro, casarse, tener un hijo, o la clásica: Perder peso. En la residencia de los Briefs, el príncipe Vegeta camina plácidamente por un pasillo, dirigiéndose hacia el área subterránea, seguido por su hija.

Papá: ¿A dónde vas tan temprano?

Haré un poco de "ejercicio". Iré a probar la nueva cámara de entrenamiento que diseñó tu madre.

¡Genial! ¿Puedo acompañarte? Quisiera verte en acción.

Ese lugar tiene un cuarto anexo especialmente diseñado para los testigos oculares. Podrás verme desde allí.

De acuerdo. – Minutos después, ambos llegan a la puerta. Cuando Vegeta se dispone a abrirla, nota que en la parte superior hay un pequeño aviso luminoso que dice "Activo". Los Saiyajines se miran uno al otro, luego se dirigen al anexo especial, llevándose una gran sorpresa al mirar por la ventana. – ¿TRUNKS? – Sí, es él, quien lucha contra un grupo de robots, brazos mecánicos y rayos láser, usando sus ataques de fuegos y esferas de energía; aprovechando el momento para entrenar con su espada, debido a que tenía mucho tiempo sin usarla, conservando aún su talento natural con esta arma. Su padre y su hermana están boquiabiertos.

Vaya: Conque al fin decidió entrenar ese holgazán.

Se le ve muy motivado, papá. ¿Qué crees que le pasa?

Vegeta se ríe para sí mismo. – Lo que hace un hombre por una falda...


Alguien toca el timbre. Bulma abre para recibir su visita. – Hola Andie.

Buenos días Sra. Briefs.

Ven, pasa y siéntate, por favor. – Ambas mujeres se sientan en el sofá. – ¿Qué te trae por aquí? ¿Asuntos del trabajo?

No, señora. Sólo vine a visitar a Trunks. ¿Está en casa?

Está abajo, entrenando.

¿Entrenando?

Así es. Te llevaré con él. – Ellas se levantan y se dirigen al área subterránea mientras aún siguen platicando. Al llegar frente a la puerta, esperan a que el anuncio se apague. Luego, se abre la entrada y sale de allí el joven Saiyajin, todo sudado y exhausto, no tiene camisa y usa unos blue jeans. Andie queda estática, viendo cómo el sudor recorre su musculoso pecho, cómo su plano abdomen forma cuadros, admira la contextura de sus fuertes brazos, su marcado y atlético cuerpo, sus fornidas piernas ocultas en esos jeans... y, en contraste, está ese rostro tan limpio y dulce, esa mirada tan profunda y misteriosa, y a la vez muy tierna, de un azul muy brillante, lo que la hace irresistible y extremadamente sexy... esos cabellos de color lavanda, lisos, sedosos, húmedos debido al sudor... en sus labios se dibuja una pícara sonrisa: – ¡Hola, Andie!

Ella se sonroja y empieza a sentirse nerviosa, luego saluda muy tímidamente: – Hola...

Bueno, los dejo solos. Ah, por cierto, hijo...

¿Sí, mamá?

Ponte una camisa: Tienes a la pobre muy nerviosa. – Esta vez la cara de la zionita se pone roja de vergüenza. Una vez que Bulma se ha marchado, Trunks se dirige a un casillero, lo abre y saca una toalla que usa para secarse el sudor, luego saca un sweater negro y se lo pone. Posteriormente, la pareja va a la sala y se sientan a charlar. – Bueno, Andie: ¿A qué se debe el honor de tu visita?

Sólo vine a saludarte, y a conversar un poco.

Ya veo. Oye: ¿Ya se resolvió el problema entre tú y tu abuelo?

Sí. Me puse a pensar en lo que pasó y en las razones del por qué lo hizo. Oh Trunks: Fui muy dura con él, yo... no debí reaccionar de esa manera.

Tranquila, no te preocupes. Él, a pesar de no ser tu verdadero abuelo, te ha cuidado y protegido desde que eras una niña, como si fueses su propia nieta, porque él te ama.

Lo sé, y por eso lo perdoné. Pero ahora hay alguien más de quién preocuparme.

¿De quién?

De mí, Trunks. Cuando me siento mal, reacciono de una manera tan impredecible, y a veces muy agresiva, lastimando a las personas a mí alrededor. Primero fuiste tú, ahora mi abuelo.

Andie: Somos humanos, tendemos a cometer errores, y éstos pueden ser rectificados.

Sí, lo sé... aún así queda esa herida tan profunda... yo... yo... – Los ojos de la princesa se humedecen, el joven coloca su dedo sobre la boca de ella, se acerca y la abraza. Nuevamente, Andie se siente nerviosa, pero a la vez muy confortable.

Todo estará bien, Andie: Te lo prometo.


Los Arcanianos crearon una pequeña base en el lado oculto de la luna, donde ellos pueden recuperar sus fuerzas, crear armas y reproducirse, esperando el momento adecuado para atacar al planeta Tierra y cumplir con su misión: Acabar de una vez y por todas con la Centaury. En una pantalla se transmite un mensaje de Zetch: – Les traigo nuevas órdenes.


31 de Diciembre: Víspera del año nuevo. Ya es de noche, está nevando y los ciudadanos están en sus casas disfrutando la velada con sus familias. En la mansión Briefs se celebra una gran fiesta, esperando las 12 campanadas. Por la nevada ciudad se desplaza un automóvil, el cual es conducido por Trunks, sentada a su lado está su amiga y en el asiento trasero está el Sr. Andersen, quienes fueron nuevamente invitados a la enorme residencia. Ella está preocupada: – Trunks: ¿Y si vuelven a aparecer esas babosas criaturas? No quisiera que esa fiesta se arruinara por mi culpa.

No te culpes, Andie. Si ellos aparecen, tendrán que enfrentarse conmigo y esta vez estoy preparado. Llevo ya una semana entrenando muy duro, sólo para protegerte.

¿En serio? Me da un poco de pena pensar que tomas tantas molestias por mí.

¿Molestias? No, al contrario: Es un placer. Andie: Pase lo que pase, yo siempre estaré allí para defenderte... eso te lo juro. – La joven se sonroja al oír estas palabras. 15 minutos después llegan a su destino. Es una noche perfecta, todos bailan, ríen y disfrutan la celebración. Luego, llega el esperado momento: 12, 11, 10... 5, 4, 3, 2, 1... ¡Ya es año nuevo! Todos se abrazan y se desean un "¡Feliz Año Nuevo!", Trunks recibe en su celular una llamada de Reggie, quien fue a recibir el año con sus familias en Papaya Islands, luego se lo presta a Andie para conversar con su amiga; después recibe otra llamada, ahora de Jeff. Finalmente, todos se asoman por la puerta y las ventanas para admirar los fuegos artificiales. La pareja se abraza, llena de alegría, disfrutando ese maravilloso momento, porque el año 795 DD acaba de comenzar.