El Rey Cryus despierta en forma súbita, pálido, con sudoración fría y su corazón latiendo muy rápidamente. Su hijo se le acerca. – ¿Qué ocurre, papá?
– Acabo de tener un sueño muy extraño: Estaba caminando por los alrededores de Imperial City, cuando de repente oí la voz de alguien que me llamó "papá". Al dar la vuelta, pude ver a una joven, pero en ese instante desapareció. Eso fue tan rápido: Nunca pude apreciar su rostro... Quizás ella sea mi hija... – Mientras el rey ordena sus ideas, la nave imperial cruza majestuosamente el espacio.
Sólo faltan 5 días para que se venza el plazo. Los Guerreros Z están entrenando muy duro porque les espera una gran batalla: Trunks y Andie no son la excepción. La pareja se encuentra ahora en la cámara de gravedad simulada. – Has entrenado muy duro, Andie. Tus técnicas han evolucionado mucho, y te felicito. Ahora, iniciaremos una nueva etapa de entrenamiento.
– Bien. ¿Qué debo hacer?
– Debes aumentar tu velocidad de ataque. Por eso entrenaremos aquí.
– ¿Aquí? Y... ¿Qué tiene de especial este lugar?
– Esta es la Cámara de Gravedad Simulada. Aquí deberás adaptar tu cuerpo a una presión de, al menos, 10G.
– ¿10G? Con esa magnitud, mi cuerpo pesaría casi media tonelada. Eso sería imposible.
– Claro que es posible. Créeme: Yo he entrenado con una magnitud de 150.000G. 10G será pan comido.
– ¿Has dicho... 150.000G? Eso significaría que has entrenado con un peso de...
– Alrededor de 12.000 toneladas.
– ¡¿QUÉ?! ¿12.000? Cielos...
– Vamos Andie: Sé que puedes hacerlo. Además, no entrenarás bajo 10G de una vez: Eso será progresivo. Empezarás con 2G. ¿De acuerdo?
– Sí... – En ese momento, Trunks activa la gravedad, y Andie empieza a sentir su cuerpo un poco pesado, ya que ahora pesa el doble de lo normal. Luego, ambos comienzan a usar sus técnicas, iniciando así su entrenamiento.
Es casi de noche. Los jóvenes salen de la cámara especial, muy exhaustos. El pelilavanda observa a su hermosa amiga. – Realmente eres sorprendente, Andie. Has logrado adaptar fácilmente tu cuerpo a una presión de 6G.
– Gracias. ¿Sabes? Ahora que estamos afuera, siento mi cuerpo mucho más liviano.
– Eso es natural,porquetu cuerpose ha estado adaptando a una presión mayor a la normal.Oye: Te propongo algo.
– ¿Qué cosa?
– ¿Por qué no nos tomamos el día de mañana para descansar?
– De acuerdo. – Ellos aún caminan, platicando por un rato más.
Es una fresca mañana: Los árboles están llenos de flores, el cielo está despejado... Hay un bote en medio del lago en donde está la joven pareja disfrutando de esa mañana tan tranquila. La bella princesa toma dos cañas de pescar, entregando una de ellas a su amigo, luego, ambos comienzan a pescar: Andie lo hace de manera extraordinaria, como toda una experta, dado que su abuelo le enseñó ese deporte desde que ella era aún una niña; en cambio, Trunks lo hace muy torpemente, varios peces se le han escapado, el nylon se enreda en muchas ocasiones... ella lo observa, y se ríe. – No has pescado antes. ¿Verdad?
– Bueno... – Él se sonroja. – No.
– No te preocupes: Yo te enseñaré. – La zionita se acerca a su amigo, adiestrándole en la manera correcta de manipular el instrumento con el fin de evitar que se enrede el nylon, además de darle algunos trucos y técnicas de pesca. Al rato, y después de varios intentos fallidos, él logra pescar una pequeña trucha. – Oh Trunks: ¡Lo lograste!
– Creo que sí... Cielos: Nunca pensé que la pesca fuese tan fácil.
– Te lo dije. – Súbitamente algo empieza a tirar de la caña de Andie, quien empieza a halar con todas sus fuerzas. – ¡Este sí que es pesado!
– ¿Te ayudo?
– No es necesario: No me dejaré vencer tan fácilmente. – La joven sigue halando hasta que, finalmente, sale un gran pez, y el impulso hace que ella caiga justo sobre el pecho de Trunks: Ambos quedan estáticos, con sus rostros muy cerca, mirándose a los ojos, sintiendo sus alientos... De repente, la zionita empieza a sentirse nerviosa. – Oh Dios...
– Andie: Estás temblando: ¿Algo anda mal?
– No... sólo quisiera volver a casa.
– Está bien. – Después de volver a la orilla y, una vez preparadas sus cosas, los jóvenes se suben en la camioneta y regresan a West City.
Al llegar a casa, Trunks y Andie son recibidos por Regina. – ¿Chicos? ¿Por qué llegaron tan temprano?
– Andie se sintió mal y me pidió que la trajera aquí.
– ¿Qué? – La rubia se acerca a su amiga de la infancia. – Andie: ¿Qué te pasa?
– Nada, Reggie: Estoy bien. Sólo me siento un poco cansada, es todo. Ahora, si me disculpan... – La bella princesa corre a su habitación, encerrándose allí adentro, ante la mirada confundida de sus amigos.
Ambos jóvenes se miran a las caras, y ella rompe el silencio. – Trunks: ¿De verdad no tienes idea de lo que sucede?
– No, Reggie. Como te dije: Eso fue algo repentino. Debo volver a casa, así que te pido que por favor la cuides mucho y, cuando sepas algo, no dudes en llamarme. ¿De acuerdo?
– Muy bien. – Ellos se despiden, luego el Saiyajin regresa a su casa. Al rato, Reggie se acerca a la puerta del cuarto de Andie. – Por favor, Andie, dime la verdad: ¿Qué fue lo que pasó? – No hay respuesta, por lo que ella entra allí, encontrando a su amiga temblando y a punto de llorar. – Oh, Andie... Mírate: ¡Estás muy mal!
– Por favor, Reggie: Déjame sola.
– Vamos: Dime lo que te sucede. Quizás yo pueda ayudarte.
– No. No puedes ayudarme en esto... Nadie puede.
– Pero...
– ¡Solo quiero estar sola!
– Bien, si así lo deseas. – Ella da la vuelta y se dispone a retirarse. – Te prepararé un té: Quizás te haga sentir mejor. – Al decir esto, Reggie se marcha.
Es la 1:00 AM: Todos duermen en West City. Reggie se levanta de su cama para ir al baño, y, una vez que hizo sus necesidades, camina por el oscuro pasillo hacia su habitación, hasta que oye un pequeño ruido que proviene del cuarto de su amiga. Ella se dirige allí, abre cuidadosamente la puerta y se asoma, pudiendo ver a la zionita sentada en su cama, hecha un manojo de nervios, buscando algo en un álbum de fotografías... Y allí está: Una foto de su amigo, tomada el día de su cumpleaños. Andie la observa fijamente con sus ojos llenos de lágrimas. – Trunks: ¿Por qué? ¿Por qué cada vez que estoy contigo me siento de esa manera? – Entonces, recorre sus delicados dedos sobre la imagen del Saiyajin. – Cada vez queveo tus ojos, tu mirada tan dulce y a la vez tan peligrosa... cada vez que escucho tu voz... cada vez que me abrazas... cada vez que siento tus manos cuando secas mis lágrimas... Oh, Dios... eres tan fuerte y valiente, tan tierno y noble, tan atractivo y lleno de mucha bondad... Eres tan paciente conmigo, y tan buen amigo... – En ese instante, las lágrimas recorren su pálida mejilla – Mi cuerpo se estremece con sólo tu presencia, y mi corazón se acelera cada vez que me miras de esa forma tan... tan... Oh, Trunks: Estoy tan confundida... esta es la primera vez que me siento así... y todo por tu culpa... ¿Por qué me haces sentir así? ¡¿POR QUÉ TENÍAS QUE SER TÚ?! – Enseguida, ella empieza a llorar sobre su almohada.
Reggie está paralizada, después de escucharlo todo, pero, al mismo tiempo, siente un poco de alegría, porque acaba de ser testigo de una confesión muy íntima, confirmando sus sospechas: Andie está enamorada.
Es la hora del desayuno. Regina está preparando una deliciosa comida, pensando en lo que pasó esa madrugada: ¿Por qué su amiga reacciona así, con tanto miedo? ¿Acaso no quiere aceptar algo que ya es evidente?... Aún sigue inmersa en sus pensamientos, cuando al girar la cabeza ve a la zionita. – Buenos días, Andie. Siéntate: El desayuno está casi listo.
– Gracias, Reggie. – La bella princesa se sienta frente a la mesa. Al rato, la rubia coloca allí dos platos con hot cakes, luego un envase con miel y otro con margarina, dos vasos vacíos y una jarra con jugo de naranja, y finalmente ella se sienta frente a su platillo, y empieza a comer.
Minutos después, Reggie levanta su cabeza y mira a su amiga, quien no prueba un bocado porque aún está un poco deprimida. Sus ojos celestes presentan marcas rojizas y ojeras, lo que indica que estuvo llorando toda la noche, algo que preocupa mucho a su compañera. – Andie: ¿Qué te ocurre? Pareces haberte desvelado toda la noche.
– Nada. Es sólo que... que... tuve un poco de malestar.– Ella miente a su amiga para que no se entere de lo ocurrido, pero ignora que la rubia ya sabe la verdad. Esta última prefiere fingir que no tiene conocimiento de nada. – Tal vez pesqué un resfriado.
– Pero... ¿Por qué no me despertaste? Te hubiese dado una aspirina.
– No quise molestarte.
– ¿Molestarme? Andie: Somos amigas. Si te ocurre algo malo puedes contar conmigo.
– Creo que tienes razón. – Acto seguido, se levanta. – Ahora debo ir a trabajar.
– ¡No! Estás muy mal, así que te quedarás aquí. Yo llamaré a Trunks y le diré que no irás hoy. Ve y descansa. – La bella Centaury asiente, luego regresa a su cuarto, se acuesta en su cama y se duerme, mientras Reggina toma el teléfono y habla con el joven Briefs. – Hola, Trunks... ella está un poco enferma y no podrá ir hoy... no es nada grave, en serio... es sólo un resfriado, ya sabes, el clima está húmedo y... no, no te estoy mintiendo, créeme... no es necesario que vengas, yo la cuidaré: No te preocupes, además, tú tienes mucho por hacer... descuida: Si ocurre algo, te avisaré. ¡Adiós! – Ella tuvo que mentir al Saiyajin porque no quiere preocuparlo, no quiere decirle que ella sufre por él, por temor a un sentimiento que nunca había tenido antes: Eso es algo que debe ser resuelto sólo entre ellos dos, sin interferencias de terceros.
Al terminar de comer y de lavar los platos, ella se asoma por la puerta del cuarto, mirando a su amiga durmiendo tranquilamente, después de pasar toda la noche desahogando sus sentimientos ocultos a través de sus lágrimas.
Falta sólo 1 día. Los guerreros Z se preparan para la gran batalla, al igual que un sinnúmero de soldados de todas las regiones del planeta. Trunks está bajo un árbol, practicando un poco de yoga para mejorar su concentración y armonía espiritual. Al terminar su sesión, se relaja y piensa en Andie: ¿Qué le ocurre? ¿Por qué ella está así en esos últimos días? ¿Por qué no le dice nada? ¿Por qué tendrá tanto miedo?... Entonces, decide reiniciar su entrenamiento, preparándose para el siguiente día.
