El Saiyajin se encuentra en un lugar lúgubre y solitario, mirando todo a su alrededor. – Ya estoy adentro. Ahora, sólo me queda encontrarla. – Él camina lenta y cuidadosamente, tratando de hallar a su amada princesa, y así poder despertarla de su largo sueño. Sigue buscando, sigue esperando... De repente aparece una persona envuelta en una luz muy brillante, quien se acerca rápidamente. – ¿Andie?

– Hola, Trunks.

– ¡ANDIE! – Al decir esto, él corre a su lado, abrazándola. – Estaba muy preocupado por ti: Pensé que te había ocurrido algo malo, pero veo que estás bien. ¿Sabes? Deberías despertar del coma: Ya has dormido bastante.

– Claro. Estaba a punto de hacerlo. – Andraia nota cómo él la observa directamente a sus ojos celestes. – ¿Qué ocurre?

– Te extrañé... – En ese momento, ella suelta una carcajada, ante la mirada sorpresiva del joven Briefs. – ¿Uh? ¿Por qué te ríes?

– Perdóname: Es que con tu actitud pareces un chiquillo que acaba de hallar a su mamá.

– ¿Qué? – Él está anonadado: ¿Por qué ella reaccionaría así? – Pero, Andie: ¿Qué ha sucedido contigo?

– No me sucedió nada. Es sólo que lo que dijiste me pareció gracioso. – Luego ella da la vuelta y empieza a caminar. – Bueno: Creo que ya es hora de despertar, así que tú deberías salir de mi mente, de lo contrario me estorbarías.

– Andie... – Trunks está en shock, dado que su compañera se comporta de manera extraña, como si fuese una persona... totalmente diferente. – ¿Quién eres?

– ¿Uh? ¿Por qué me preguntas eso? ¿Acaso te has vuelto loco?

– He dicho: ¿Quién eres?

– Oh, por favor: ¡No me digas que te has quedado ciego! ¡SOY ANDIE! – Al oír esto, el Saiyajin se molesta, por lo que estira su brazo en dirección a ella, preparando un ataque Big Bang. – ¿Acaso estás...?

– Por última vez: ¿Quién eres?

– Te lo advierto: Si me arrojas esa cosa, te arrepentirás por el resto de tu vida. – Enseguida, él arroja su ataque, destruyendo en forma instantánea a quien se suponía que era Andraia.

Al rato, se escucha una voz conocida. – Vaya, vaya... no lograste ser engañado por una de mis sirvientes. Eres mucho más listo de lo que creí.

– Imaginé que estabas detrás de todo esto.

– Así es...

– ¿Vas dar la cara? ¿O piensas permanecer oculto entre las sombras?

– ¿Así que quieres conocerme? Muy bien... – Al decir esto el lugar se ilumina, revelando a un extraño ser de baja estatura, delgado, con una enorme cabeza, ojos pequeños y negros, cabello oscuro y malévola sonrisa, quien viste un traje amarillo. – Mi nombre es Psycho.

– Bien, Psycho: Ahora me dirás dónde se encuentra Andie.

– Tranquilo: Ella está bien... por ahora. – El nuevo enemigo señala hacia arriba: Allí se encuentra la Centaury, quien está envuelta en una esfera psíquica. – Como verás, tu amiguita aún sigue inconsciente, y mientras su parte psíquica no despierte, su parte física tampoco lo hará.

– ¡DÉJALA IR!

– Eso nunca... Aún no me explico cómo ella pudo enviarte esa señal de auxilio, pero no importa: Así podré acabar con ambos elegidos al mismo tiempo.

– Eso está por verse... – En ese instante, ambos inician una gran pelea.


– ¡Trunks! ¡Trunks! ¡Despierta! – Jeff agita a su amigo, le grita y le ilumina los ojos con una linterna, pero el Saiyajin no responde, pues sólo está estático, con sus ojos abiertos y desenfocados. – Dios mío: ¿Qué le sucederá?


El joven Briefs está convertido en Súper Saiyajin, lanzando sus ataques de fuego, los cuales son esquivados por el rival, para luego luchar cuerpo a cuerpo, usan sus esferas de energía y sus técnicas de ataque y defensa... Ambos pelean de manera extraordinaria: Uno, por la destrucción de los elegidos, y el otro, por salvar a la mujer que ama.


Bulma entra rápidamente a la habitación, reuniéndose con el galeno. – Vine lo más pronto que pude, Jeffrey. ¿Qué ha ocurrido?

– Se trata de Trunks. – El doctor señala a su amigo. – No responde a mi llamado: Es como si estuviese en trance.

– Oh... no otra vez...

– ¿Otra vez? ¿Puede explicarse, Sra. Briefs?

– Bueno: Esto había ocurrido hace unos meses. Sucede de manera tan inexplicable...

– Sea lo que sea, pienso que es mejor administrarle un sedante...

– ¡NO SE ATREVA! – Ambos giran sus cabezas, logrando ver a una enfermera de elevada estatura, con cabello azul naval y ojos de color violeta. – Eso empeoraría las cosas.

– Disculpe: ¿Es usted nueva aquí? Nunca la había visto.

– No, Dr. Jones. Este traje sólo lo usé para tener acceso a este hospital. Como dije: No administre sedantes al joven Trunks.

– ¿Usted conoce a mi hijo?

– He hablado con él en una oportunidad.

– ¿Tienes idea de lo que le sucede?

– Sí, Sra. Briefs: Mientras su cuerpo permanece aquí en el mundo físico, su alma lucha en el plano astral con el objetivo de salvar a la princesa Andraia. – Luego, la mujer dirige su mirada al galeno. – Si usted administra ese sedante podría debilitar su espíritu, poniendo en peligro su propia vida, e incluso la de ella.

– Entonces... – Interrumpe Bulma. – ¿Qué podemos hacer?

– Esperar a que ambos jóvenes regresen a este mundo.

– Esto es tan extraño...

– Jeff: He visto cosas muy raras, y por eso le creo. Mejor esperemos.

– De acuerdo. – Todos se sienten alrededor del Saiyajin, llenos de expectativas...


Ambos luchadores están exhaustos y algo débiles, pero no se rinden, y continúan luchando por sus ideales. Psycho arroja una esfera psíquica que logra lastimar a su joven oponente. – ¡AJAJAJAJAJA! ¿Acaso creíste que me vencerías tan fácilmente? Yo soy un psíquico, y el plano astral es mi territorio.

– Te venceré... – Trunks está molesto y a la vez preocupado, ya que podría perder a Andraia... para siempre. De repente, siente una punzada en su cabeza. – ¿Pero qué...?

Príncipe Trunks.

¿Oracle? ¿Eres tú?

Sí, soy yo. Me estoy comunicando contigo telepáticamente.

Oracle: Necesito tu ayuda. Debo vencer a un sujeto llamado Psycho, pero no sé qué hacer.

Psycho es un gran oponente, lo sé, pero él tiene una debilidad: Su vida depende de una esencia psíquica. Cuanto más poderosa, más prolongada es.

Ahora que lo mencionas, recuerdo que él dijo que estaba aquí gracias a Andie.

Exacto.

Entonces... Sí... ¡Ya sé qué hacer! ¡Gracias! – En ese instante, Psycho está a punto de arrojarle un ataque, pero él se levanta a tiempo. – ¡Fallaste!

– ¡Demonios! Te salvaste esta vez.

– Pero tú no tendrás la misma suerte. – Al decir esto, el Saiyajin desenvaina su espada y vuela velozmente hacia donde está la zionita, pero antes de llegar a ella, es interceptado por un grupo de monstruos de energía psíquica, quienes lo atacan sin piedad. – ¡No puede ser!


Bulma se levanta rápidamente de su asiento, colocándose al lado de su hijo, quien está sudando y respirando con mucha dificultad. – Trunks: ¿Qué te sucede? – No hay respuesta, por lo que ella dirige su mirada a la pitonisa. – ¿Qué está ocurriendo? ¿Por qué mi Trunks está así?

– Está agotado, y al parecer fue lastimado.

– ¿Lastimado? ¡NO! – La Sra. Briefs se siente nerviosa. – Hijo...

– Escuche... – Acota Jeffrey. – ¿No hay alguna manera de traer a mi amigo de regreso? ¡Él podría morir!

– Estoy consciente de ello, pero no podemos hacer nada... Él es el único quien decide cuándo volver al mundo real. Sé que lo hará: Confíen en mí.


Trunks sigue luchando contra esas criaturas, arrojándoles varios de sus ataques, pero éstas se recuperan muy rápidamente. – Dios mío: ¿Qué haré? ¡Son demasiados! – Él mira por todas partes, tratando de hallar la manera de burlar a sus oponentes, notando que, mientras él es atacado, Psycho mantiene su mirada fija en ellos, sin parpadear... entonces, se le ocurre una idea.

El Saiyajin vuela rápidamente por todas partes, dejándose seguir por las criaturas, tratando de atacarlas con su espada; luego arroja suarma de tal manera que el psíquico crea que la ha perdido, y continúa volando. Después de dar varios giros y piruetas, él vuela en dirección a Psycho. – Umm... ya veo: Piensas volar hacia mí, y cuando sea el momento justo te apartarás para que mis sirvientes me lastimen. ¿Crees que soy tan tonto para caer en un truco tan infantil? – Trunks muestra una astuta sonrisa y luego, utilizando la telequinesis, arroja la espada directamente a su oponente. Éste ve el arma y usa su energía psíquica para detenerla, desenfocando su atención en los monstruos.

Esta distracción fue breve, pero el tiempo fue suficiente para que el joven se apartara y las criaturas golpearan a su enemigo. Posteriormente, Trunks toma nuevamente su espada y vuela velozmente hacia la zonita, y con un rápido movimiento de su arma, rompe la esfera psíquica, liberando así a su amada. En ese instante Psycho se debilita y las criaturas desaparecen.

El joven guerrero deja a la princesa en el piso, para luego caminar lenta y decididamente hacia donde se encuentra su rival, quien teme por su vida. – No... no me mates. ¡Ten piedad!

– ¿Piedad? – Al decir esto, Trunks coloca la espada de forma tal que la punta se encuentra a sólo centímetros de los ojos del villano. – ¿Acaso tuviste piedad por Andie? ¿Acaso tuviste piedad por mí? ¿Acaso tuviste piedad por todos aquellos a quienes atacaste?

– Po... por favor... Tú... tú no eres como yo... sé que no quieres hacer esto...

– Tienes razón: No soy como tú. – En esto, él retira su espada, dándole la espalda al psíquico. – Vete de aquí. – Luego, él comienza a caminar hacia donde está la bella Centaury, pero antes de llegar a ella percibe las siniestras intenciones de Psycho, quien iba a atacarlo a traición. – Eres un tonto. – En ese instante, el Saiyajin gira mientras manipula su espada, decapitando a su oponente, para luego regresar nuevamente con la zionita.

Él se coloca de rodillas, tomando a su amada entre sus fuertes brazos, acariciando dulcemente su rostro. – Andie: Despierta. Ya todo acabó, y esta vez es definitivo. – Al rato, Andraia abre lentamente sus ojos. – Hola.

– Oh, Trunks: ¡Viniste!

– Sí, Andie. Ya no hay nada qué temer: Nuestro enemigo ha sido derrotado.

– ¿Lo dices en serio? No me estás mintiendo, ¿Verdad?

– No, Andie. – El joven Briefs se acerca, mirándola directamente a sus ojos. – Yo jamás te mentiría. – Sus rostros están muy cerca, y ella empieza a sentirse nerviosa, por lo que él decide levantarse, con laprincesa entre sus brazos. – Volvamos a casa. – En ese momento, todo a su alrededor se desvanece.


Trunks reacciona: Él está en el hospital sentado junto a su amada, siendo observado por su madre, su amigo y la enfermera, cuando súbitamente siente cómo la mano de Andie que él sostiene se empieza a mover, a la vez que ella abre lentamente sus bellos ojos: Ha despertado.


3 días después: Es de noche. Los Briefs están en la sala, muy impacientes hasta que, al rato, Bura sale de su habitación vestida muy elegantemente con un coqueto vestido de color naranja claro, dado que esa noche es la fiesta de su graduación. Todos quedan boquiabiertos al ver a la jovencita, en especial Vegeta. Trunks se acerca a ella. – Luces muy bien, hermana.

– Gracias Trunks. Hay Dios… estoy tan emocionada: ¡No puedo creer que esta noche sea mi graduación!

– Te has esforzado mucho. – Acota Bulma, quien abraza fuertemente a su hija. – Estamos muy orgullosos de ti. Ahora ve y disfruta de tu día.

– Así lo haré mamá… – La adolescente abraza a sus progenitores, para luego marcharse con su hermano mayor, quien amablemente la llevará a la fiesta.


En el hospital, el Saiyajin se encuentra junto a Andraia, quien duerme tranquilamente. Minutos más tarde ella abre sus ojos, observando a su compañero. Él se acerca y le habla de manera muy tierna. – Hola, Andie. ¿Cómo te sientes?

– Mucho mejor. ¿Sabes? Puedo ver la alegría en tus ojos.

– Sí, es cierto. Acabo de dejar a mi hermana en su fiesta de graduación.

– ¿Es hoy?

– Así es. Ella ha hecho un gran esfuerzo para culminar sus estudios en la preparatoria y… la vi tan feliz hoy, llena de emoción porque hoy disfrutará del fruto de su esfuerzo. Bura tal vez sea un poco atolondrada, pero es mi hermana y la quiero mucho, y su alegría me emociona…

– Aww… Eres tan dulce.

– ¿Tú crees? – Ella asiente, por lo que Trunks se sonroja, lleno de pena, para luego continuar platicando. – Además de ello: Mi alegría es mayor al tenerte de regreso con nosotros… Nos hacías tanta falta.

– Oh, Trunks… – Los dulces ojos de Andraia se humedecen, entonces, él toma su mano y sigue contemplándola con una mirada llena de dulzura. Ella sonríe… – Gracias por todo…