¡Amigos! mi fic esta apunto de comenzar. Cuando lean en el computador preocuren alejarce de vez en cuando y estar con la luz esendida
ADVERTENCIA: La siguiente historia fue inspirada en el libro de la señorita María Gripe denominado ¨ Agnes Cecilia ¨ y los personajes del Fic son propiedad de Kazuki Takahashi, el creador de la serie Yugioh, espero que el tema sea de su agrado y enriquezca su imaginación, se despide Atte:
::(K)::(I)::(M)::(Y)::
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.-. Mudos Paralelos .-.
Todo le perecia extraño al joven Yugi, pues, desde que llego a esa casa extrañas llamadas se han ejecutado preguntando por un tal ¨Atem¨ aparentemente es el mismo viejo que pregunta siempre, y cada vez que inteta daber quien habla, este responde con un ¨ no tiene importancia ¨
Además de no comprender los sucesos extraños de las llamadas, se sentía excluído por su supuesta ¨Familia¨ si... era comprensible, el no era por completo aceptado, ya que desde siempre fue una carga. Por eso justamente se esforzaba en sus estudios y era un buen alumno en la escuela, tenía a sus amigos, aunque la amistad no ocupa el lugar de la familia.
Unque se quisiera.
Recordaba el día en que sus padres adoptivos lo llevaron a un viaje a la ciudad de Carioca.
Dejaron a Tea a cuidado del abuelo Moto, que era el abuelo de parte paterna de Yugi, y fueron ellos al cementerio.
Debía de ser día de todos los santos.Pensaba Yugi. En esa época se acostumbraba a salir con las familia a ver a los fallecidos, pero se extraño de que Tea no los aompañase.
Al principió se encaminaron a una tumba que pertenecía a los padres de Alan, prendió dos velas y dejo unas flores. Luego continuaron su camino.
Yugi se asombró al parar frente a otras dos tumbas, las miró extrañado, pero dejor de estar extrañado al escuchar las palabras de alan:
-anda Yugi. -le dijo- Prende unas velos por tus padre.
Las palabras de Alan fueron como si una flecha hubiera atravezado su fragil corazón, pero no sintió nada para poder llorar...
Aquellas lápidas no eran sus padres... aunque se lo digeran el mantenía el vivo recuerdo de su madre en la mañana con los cálidos rayos de sol envolviéndola y entregando su dulce sonrisa.
Igual recordaba a su padre, un hombre muy serio y maduro quien siempre le hacía ver al pequeño las cosas desde un excelente punto de vista.
Pero desde que vio esas tumbas sus recuerdos se volvieron vagas imagenes de hombres que lo habían cuidado como lo hicieron muchas personas más...
La noche había caído.
Ya eran como las tres de la mañana. El dormía placidamente, sentía que nada lo molestaría.
Ese nada acabo prontamente.
-¡Yugi!. -dijo Tea entrando de golpe a su amada habitación- ¿estás despierto?. -preguntó mientras crusaba el umbral-
-ahora lo estoy. -señalo un tanto somnoliento- ¿Qué sucede?.
-¡tuve un sueño!. -se sentó en su cama- uno muy extraño.
Tea le contó su sueño.
Se encontraba Yugi y ella junto a todos sus amigos en el gimnacio practicando a subir la soga. Ella no podía subir la soga pero Yugi ya estaba en lo más alto.
De pronto el instrucctor de gimnacia la miró y le dijo:
-¡Dile a Yugi que valla a donde yo mismo no sé a buscar lo que yo mismo no sé!.
Allí el sueño finalizaba de golpe.
Yugi le quizo explicar que generalmente los sueños dicen cosas para la misma persona que los tiene, pero se econtraba tan emocionada la joven Tea que quizo no interrumpirla.
La mañana llego.
El se encontraba solo en su casa, estaba leyendo en la biblioteca de Mike un libro muy interesante. ¡Plop! escucho caer algo.
Se lebanto de improviso y observo que era un libro el culpable.
Pues era algo natural, ya que los camiones pasaban con frecuencia por su casa y acostumbraban a botar cosas.
Tomó el libro y se impresiono que fuera ¨Los cuentos rusos¨ pensó en que se había pasadoa Mike el tras encontrarlo. decidió ponerlo en un lugar seguro, y así lo hizo.
Pero no alcanzo ni a dar dos pasos cuando el libro se volvio a caer.
¿Cómo? pero si él lo había guardado, y no había pasado ningun camión.
Tomó nuevamente el libro, y miró unos versos escritos en la página en que calló:
¨Escucha lo que tengo que dcirte
Tú has sido mi fiel servidor
y Ahora quiero yo que cumplas este encargo
dirigete a donde yo mismo no sé para buscar
lo que yo mismo no sé.¨
-¿Yugi?. -preguntó un muchacho de cabellos rubios de nombre Joey-
- ¿Ah?. -dijo este un tanto distraído montado en su bicicleta-
- ¡hermano andas en las nubes!.
-perdón... sólo pensaba. -bajo de su bicicleta- me debo ir
-claro. -comenzó a andar rápido- ¡nos vemos en el salón!.
-de acuerdo. -entro a su casa como si nada hubiera pasado-
Yugi entro a su casa y pensó en las palabras del libro, eran las mismas que le dijo Tea ue le decía a ella el instrucctor de gimnacia que le digera. Tal vez ella leyo el libro y... no, era tontería.
Tea estaba dentro de la casa, él la saludo y ella le comunicó un recado.
-Un viejo te llamo Yugi. -le dijo-
-¿Me llamo?. -preguntó-
-sí... señalo de que debías dedirgirte en este mism instante a la ciudad de Carioca a buscar un paquete en la parte antigüa de la ciudad, en la ultima tienda de colores rojos. -dijo Tea- no quizo decir su nombre, Además sijo que preguntarás por un tal ¨Atem¨.
- ¿Atem? -dijo nuevamente extrañado- ¿para que quieren que valla?.
- no sé. -le dijo- tal vez sea para buscar lo de mi sueño. -rio la muchacha-
Yugi reflexiono un poco ¿podría ser? recordó lo sucedido esa tarde antes de salir con Joey, los cuentos rusos... el parrafo.
-ven. -le dijo a Tea mientras la llevaba de la mano hacía la biblioteca-
-¿qué quieres?. -se extraño la muchacha-
Allí estaban los dos. Yugi sacó el libro de los cuentos rusos.
pero de pronto dudo en contarle el suceso a Tea.
Así que decidió abrirlo en una página cualquiera y leerle el reglón que dijera.
¨ Acuerdate de mis ultimas palabras.
Voy a morir, y con mi bendición te
hago merced de esta caja. Acultala bien
y no se las enseñes a nadie.
Armala. y cuando este terminado
debe de colgar de tu cuello.
Pero si acurre desgracia,
pídele consejos, ya que él extraño
te ayudará.¨
Tea se sorprendió por las palabras.
Yugi cerró el libro un poco atónito, pero agradecido que las palabras no fueran las que leyo anteriormente. Sin entender, Tea se alejo decepcionada, ya que no entendió.
-mañana iré a Carioca para llevar a mi grupo de alumnos al museo naval. -dijo Alan a la familia mientras cenaban-
-podrías aprobechar de llebar a Yugi y Tea ¿no chicos?. -dijo Mike-
-¿ah Carioca?. -sonrio Tea a Yugi-
- bueno... yo. - asintió- telefonearé a mi abuelo y le diré que lo veré.
Intento llamar a su abuelo. Pero contestó la contestadora comunicandole que regresaría en una semana. Acepto ir a Carioca junto a Alan y Tea, mañana sería un día de lo más extraño.
.-.
Gracias por seguir leyendo mi fic D se los agradezco de corazón sigan leyendo jane!°!°!
Y recuerda: ¨ Tus sueños son las alas que te ayudarán a volar ¨
-.Kimy.-
