TITULO: RIVALRY

QUINTA PARTE.

Serie: Smallville

Pairings

CategorySlash, Nc-17.

Raiting: PG-13, R, Nc-17.

DisclaimerYo no poseo a los personajes de Smallville, e invitados. Ellos pertenecen a sus creadores y respectivos socios comerciales. Esta solo es una historia escrita de fan para fans, sin fines lucrativos.

TiempoTercera temporada. Después del capitulo donde Lex Luthor es ingresado en un sanatorio Psiquiátrico.

En calidad de Universo Alterno.

Lugar:

NOTA: (El siguiente capitulo es parte de la tercera temporada. Muchas de las cosas que aquí describo si pasan en la serie, pero otras son de mi imaginación. Espero lo disfruten )

Abrió los ojos, encontrándose de frente el alboroto que caracterizaba a los adolescentes en una preparatoria.

No hacía falta recordar el porqué había decidido cerrar los ojos y olvidar en dónde se encontraba.

Aun se sentía mareado, pero por la preocupación de sus padres y si, la exaltación en sus rostros, decidió fingir que estaba mejor y regresar a clases después de tres días de inasistencia.

Aun recordaba el cómo en uno de esos simples pasillos lo habían "raptado", para después darle a conocer factores que no deseaba recordar, pero que a fin de cuentas jamás olvidaría.

Kriptonita y armas morales no eran una buena combinación para su cuerpo y menos en grandes cantidades.

Aun sentía el estómago revuelto a causa del veneno que Stuard le había obligado a ingerir.

Aun la cabeza le dolía y aun su visión era borrosa en algunas ocasiones.

Nada que el reposo y la asimilación de sus "aticuerpos" no solucionara. Pero el hecho de creerse inmune y no serlo, era lo que más le impactaba.

-¿Soñando despierto?.

-No, en realidad pensaba.

Sonrió el muchacho, mirando a la rubia que estaba a su lado.

-¿Te sientes bien?. Cuestionó Cloe Sullivan con miedo en los ojos.

-Si, solo...mareado. Confirmó el ojiverde. Sabía que por más que intentara mentir, la rubia no le creería.

-Oh...pues debiste quedarte en casa otro día, al menos. Musitó la chica, caminando al lado del chico alto.

-No podía. No estoy hecho para el encierro. Bromeó Clark, pero el rostro acongojado de Cloe lo hizo callar.- ¿Qué sucede?.

Cloe sonrió negando con la cabeza.

-No es nada, solo que...olvídalo. Mejor apresúrate antes de que perdamos el autobús.

Clark miró correr a Cloe y suspiró hondo.

La rubia jamás se enfrentaría a él para explicarle el miedo que veía en sus ojos. Había escuchado que ella había ayudado en su búsqueda. No le había agradecido, pero tampoco había habido oportunidad.

Ella, Pete y Lana habían hecho una especie de pacto que lo excluía a él. Y en ese momento en verdad necesitaba de amigos.

Cerró nuevamente los ojos y pensó en lo difícil que todo resultaba.

Un simple "secuestro" dirían algunos. Nada anormal tal vez, pero para él había significado mucho. Y no por el hecho de ser aprisionado por un "freak", sino porque ese chico había dicho que estaba enamorado de él y después él mismo comprobó que no era tan "inmune" como siempre lo había creído.

-Creo que solo debo acostumbrarme y...seguir adelante. Se dijo, procurando apresurarse, de lo contrario lo dejarían.

Más él sabía que por mucho que tratara de distraerse, al menos ciertos pensamientos seguirían rondando por su cabeza.

-...Y los nuevos accionistas han dado su disposición para que pueda realizar cualquier proyecto que desee en un plazo de...¿Se encuentra bien señor?.

El muchacho de ojos grises parpadeó y asintió, dejando ver que su costoso traje negro y pulcros modales jamás se denigrarían, aunque él no estuviera atento a las cosas.

-Si gusta podría continuar con esto más tarde. Añadió el joven moreno que hablaba con excesiva preocupación.

-No Aarón, continua. Asintió el joven Luthor. Escuchar sobre los avances de su "imperio" era lo que más gozo le causaba en la vida.

-Como desee señor. Sonrió el moreno, reanudando su comunicado, en un tono neutro y que sabía, satisfacía a su joven amo Alexander Luthor.

Lex giró entonces sobre su silla, juntando después sus largos y finos dedos, en un gesto que provenía precisamente de la persona a quien deseaba desprestigiar sobre todas las cosas.

Ese día su padre lo había dejado a cargo de Luthor Corp. El magnate y refinado hombre de cabellos largos, había decidido asistir a una asamblea de empresarios, no importante, pero al parecer de "alto grado de presunción".

Su padre jamás se negaría a pavonearse frente a personas y hablar sobre "pequeñeces", como lo era su fortuna y empresas.

Lex sabía que los labios de su padre jamás lo pronunciarían a él. También sabía que de no haber sido explícitamente necesario aquella falta, él no estaría ahí, escuchando "contrapartes" de las empresas.

Lex sabía que su padre, simplemente no confiaba en él.

El gran secreto de Alexander Luthor era aquel, el "Anhelo de amor que pedía por parte de su padre".

Era su única debilidad y ciertamente mantenerla oculta era su mayor jugada.

Si a eso podía ponerle nombre, entonces la llamaría: "Rivalidad". Una pequeña defensa de su organismo, para poder continuar tan inmutable y perfecto como las apariencias lo requerían.

Miró por la ventana y soñó en poseer todo lo que sus grises ojos miraban. Algún día y gracias a su ingenio, él poseería cada palmo y pequeña piedra de Luthor Corp, e incluso la ciudad Metropolitana completa.

Una sonrisa diabla surcó su delgada boca. Algún día su padre se arrepentiría de no haberle dado eso que tanto anhelaba.

-¿Se le ofrece otra cosa señor Luthor?. Cuestionó el joven a su espalda. Nuevamente había divagado.

-El itinerario de hoy. Reclamó el muchacho de negro y rápidamente el joven recitó lo pedido. Cosa que en realidad a Lex no le importaba.

Si conocía a su padre bien, para esa tarde Lionel estaría de regreso, reclamando sus derechos como Dueño de las empresas.

Pero si tenía suerte y las cosas se tornaban interesantes para su astuto padre, entonces el hombre no se presentaría hasta el día siguiente. Tiempo precioso que Lex utilizaría entonces para encontrar "debilidades" en Luthor Corp.

-...Por último está planeada una visita escolar a las instalaciones. Se supone que el Señor Luthor iba a realizar una pequeña intervención, pero debido a su ausencia, tal vez esto se cancele o usted...

-No me interesa lidiar con chiquillos. Gruñó Lex, girando nuevamente para después levantarse y acudir como siempre, a su trago diario.

-Cómo lo desee señor. Mandaré a alguien del personal para eso. Musitó el moreno, tomando su móvil para realizar el cambio de itinerario.

Lex tomó de su copa y sintió como el amargo y ardiente líquido le atravesaba las entrañas.

Desde muy joven que aquel hábito se había creado en él.

En muchas cosas se parecía a su padre y eso era lo que odiaba.

-Hay cambios de planes. Escuchó Lex que el moreno decía.- El señor Luthor no asistirá a la demostración de la preparatoria de Smallville. Habrá cambios de último...

-Espera. Pronunció Lex con autoridad.

El joven moreno miró a Lex esperando una respuesta. Aquel llamado lo había exaltado un poco.

-¿Cuál escuela dijiste que venía?.

Si Aarón no hubiera estado ocupado en tratar de aparentar serenidad y porte aristocrático, habría notado perfectamente que la voz de Lex temblaba ante la pregunta.

-Preparatoria de Smallville, señor. Respondió con prontitud el moreno.

Lex no tardó demasiado en señalarle al chico que él haría el trabajo que su padre había planeado.

El moreno asintió y salió de la oficina de su patrón. Los Luthor eran muy volubles a su parecer.

Pero Lex no era nada de eso.

Lex en realidad se dejó guiar con inconsciencia, pues No sabía si "él" iría o no en esa "excursión"; pero sí sabía que su corazón había latido deprisa y su mente había recordado entonces los sucesos de hacia tres días.

Él mismo se vio de nuevo con el cuerpo casi inerte de Clark Kent entre sus brazos.

Se miró salvarlo y se miró expuesto a salir lastimado también.

Pero lo único que a él le importaba era el chico de ojos bonitos. El chico que le había dado su amistad y que le hacía la vida menos complicada.

-¿Qué te sucede Alexander?. Se preguntó tras un suspiro.

A pesar de ser un empresario famoso e inteligente, continuaba con pensamientos confusos.

Clark era...no sabía como catalogarlo ya.

Había sufrido indescriptiblemente aquellos días por saber de la salud de su "amigo".

Cloe Sullivan había contactado a los padres del pelinegro y habían impedido que él lo ingresara al hospital aquel terrible día.

Con impotencia los miró llevárselo y debía de admitir, que no había tenido el valor de llamar a casa de los Kent o visitarlos, para saber más sobre la salud de su amigo.

Según fuente afina, el chico se recuperaba pausadamente y si intuía bien, Clark ya habría regresado al colegio.

-Clark. Pronunció con una sonrisa en sus labios. Estaba comenzando a ver, que el chico realmente le confundía los sentidos. Pero eso...le agradaba.

Bebió de su copa y trató de serenarse. Dentro de poco volvería a ver al pelinegro que había salvado de las garras de la muerte.

-¿Sabes algo?. Si yo fuera un accionista, de inmediato retiraría mi capital de esta empresa. ¿El dueño descansando feliz de la vida y con tremendo trabajo por delante?.

Ts, ts, ts, eso no es muy bueno Lex.

El aludido cerró los ojos. ¿Por qué tenían que molestarlo en su intimidad y confort?.

-¿Qué haces aquí?. Gruñó sin preocuparse de exponer su enfado.

-Lex, eres un anfitrión desconsiderado. Viniste a Metrópolis muy temprano y ni siquiera te dignaste en traerme o invitarme. Que feos modales tienes. Y como yo tengo iniciativa me dije: Tal vez Lexi quiere que lo siga. Sonrió un chico de ojos azules, recostándose en el sofá frente a Lex.

-¿Y que te hizo suponer que quería que vinieras?. Gruñó Lex, incorporándose con enfado del sofá.

-Lex...me rompes el corazón.

Bruce hizo un gesto fatalista, tocando su pecho con aparente "dolor". Pero tras esto una carcajada adolescente se filtró por el silencio de la habitación.

-Maldición. Musitó Lex por lo bajo. Había planeado pasar un día exento de "Wayne", pero al parecer el muchacho era más persistente que las bacterias. Hacen creer que desaparecen, pero jamás lo hacen.

-Lex, Lex, si yo todo lo que quiero hacer es alegrarte la vida un poco. ¿O vas a decir que no te agrado?. Preguntó con rostro risueño Bruce Wayne.

-¿A qué viniste?.

-Ya te dije, vine a visitarte. Me aburro mucho en Smallville. Bruce hizo un puchero que asemejó a un pequeño niño.

Lex estaba al borde de llamar a seguridad.

-Señor, ya está todo preparado para la excursi...¿se encuentra bien?. Preguntó Aarón, mirando al jovencito de jeans sentado muy sonriente, con las piernas sobre el lujoso sofá de uno de sus patrones.

-De maravilla. Lexi siempre estará bien mientras yo esté a su lado, ¿verdad?. Sonrió "angelicalmente" Bruce, haciendo gruñir al aludido.

-¿Cómo entró?. Preguntó el de negro al chico moreno de la entrada.

-No...lo sé señor, pero si gusta...

-Déjalo. Mejor que la pulga se quede encerrada aquí a que cause destrozos por ahí. Dijo Lex, indicándole al moreno que lo seguiría para afinar detalles sobre "la visita".

Bruce sonrió, pero por nada del mundo dejaría solo a Lex.

Se estaba divirtiendo mucho con el chico "frívolo" y más, cuando le recordaba al tierno de Clark.

Cada vez para él eran más evidentes los sentimientos de Lex, pero ahí había también un inconveniente: él mismo.

Le gustaba planear ataques, más jamás involucrarse tan directamente en ellos.

Clark era ciertamente diferente a las personas que había conocido en su vida. El tipo de chico libre que él jamás sería.

A pesar de tener la misma edad, él era Bruce Wayne, empresario famoso y multimillonario.

Jamás sería capaz siquiera de pensar en...

-Mientras regresas a ciudad Gotica, disfruta. ¿Qué puedes perder?. Se dijo en voz alta, preparándose para seguir a su anfitrión.

Más en el fondo una vocecilla le gritó: "Tú corazón.".

-Sinceramente debí quedarme con Pete o con Lana. ¿Qué diablos hago en Luthor Corp?. Se quejó por enésima vez Cloe Sullivan, mientras miraba el alto techo del edificio.

-¿Sabes?, es exactamente lo que me he estado preguntando durante todo el camino. Musitó Clark, haciendo enfadar a la rubia.

-Clark. Se supone que eres mi amigo. Debes comprenderme y apoyarme. Se quejó la chica.

-Si, ya sé. Pero tú también dirías lo mismo después de cien veces de haber escuchado el mismo recital. Rió el ojiverde.

-¡Clark!, ¿qué insinúas?. La chica se detuvo y colocó ambas manos en su cadera, haciendo resaltar su clásica gabardina café.

-Nada. Sonrió Clark, esperando que alguien lo "salvara".

-Si no fuera porque te aprecio, ya te abría dado tú merecido. Musitó Cloe, colocándose mejor la mochila en su hombro.

Clark solo sonrió. Le encantaba hacer enfadar a la rubia, pero también le gustaba su amistad.

-Señorita Sullivan y señor Kent, no se retracen por favor.

La profesora encargada de la visita los retó un poco, propiciando las clásicas risitas adolescentes.

Clark solo asintió y caminó hasta el lugar donde se suponía Lionel Luthor los estaba esperando.

No se había enterado de aquella excursión y tal como Cloe le decía, si lo hubiera sabido en realidad no habría asistido.

La clase de economía no era ciertamente su preferida, y como la profesora gustaba de hacer más "didácticas" sus clases, había planeado una excursión a la más famosa y perfecta empresa del mundo.

Donde a parte de mirar su arquitectura y funcionamiento, aprenderían más sobre el buen manejo de capital.

¿Y qué mejor que una pequeña reseña por parte del maestro de maestros?.

Sinceramente a Clark no le apetecía encontrarse con el mayor de los Luthor. La obsesión del hombre hacia él ciertamente le causaba ansiedad, sin contar los problemas que su amiga rubia había tenido con él.

Pero ahí estaba y no había marcha atrás.

Se incorporó al pequeño grupo de estudiantes y caminó al lado de una chica de cabellera castaña clara.

Alicia era su nombre, la chica arrogante y selectiva de la preparatoria.

Clark la conocía solo porque compartían aquella "interesante" clase, cuya profesora en ese momento les hablaba.

Sabía que era una chica reservada y estudiosa e incluso bonita. Más de media escuela estaba tras su faz. Pero a él no le interesó demasiado, por algún extraño factor.

Alicia miró a Clark y este le sonrió por cortesía, más la muchacha solo desvió su clara mirada.

Ella debía mantenerse al margen del contacto humano y sobre todo de los chicos. El último le había roto el corazón gravemente y aun no se sobre ponía.

Aunque admitió, muy en el fondo, que el chico Kent era bastante atractivo. Sonrió para su interior.

-Me acaban de informar que el señor Luthor no se encuentra...

-¿Puedes crees nuestra suerte?. Susurró Cloe con emoción a Clark.

-Creo que el cielo se va a caer. Imitó Clark, haciendo reír a la rubia.

-Pero no por eso nos privaremos de la presencia de otra gran mente. Continuó hablando la profesora con emoción.- El señor Lex Luthor nos hará el gran honor de dirigir la explicación que su padre iba a obsequiarnos, por favor, un aplauso.

-Auch. Se quejó Cloe, aplaudiendo con cierto desgano.- Ya se me hacía demasiado hermoso para ser verdad.

-Suerte para la próxima. Murmuró el pelinegro, aplaudiendo mientras el aludido Luthor arribaba al lugar seguido al menos por cinco personas.

Lex saludó sonriente y agradeció el cálido recibimiento, pero mientras le daba la mano a la profesora a su lado, sus ojos grises se dedicaron a buscar con interés a un chico alto y de ojos verdes, que encontró rezagado y al lado de Cloe Sullivan. Sonrió al verlo.

Lucía ciertamente más pálido de lo habitual, pero su clásica sonrisa permanecía en sus labios, como un recordatorio de que Clark no se dejaba vencer por nada.

Admiró al chico y su corazón latió con fuerza.

Clark por otra parte no evitó ruborizarse y virar la mirada un momento. Lex le había salvado la vida y no le había agradecido.

Se sentía un poco culpable pero a la vez halagado y feliz.

Su corazón bombeó con fuerza y no ocultó un severo sonrojo al recordar el cómo Lex lo había sostenido entre sus brazos y él, con total conciencia se había alegrado de estar con el chico mayor.

Aun no comprendía nada, pero le gustaba sentirse así.

A la par de esto, unos ojos azules siguieron muy de cerca la escena y con sonrisa en labios y mirando su atuendo sport, decidió comenzar con su "trabajo".

Así que escabulléndose de la vista de un Lex que comenzaba a narrar cosas que no le interesaban, caminó hasta cierta persona que aun no se percataba de su presencia.

-Hola, Clark. Susurró al oído del pelinegro cuando lo tuvo cerca.

Con deleite miró que el chico se estremecía y que se sonrojaba después del sobresalto. ¿Cómo podía existir ser tan sencillo y maravilloso al mismo tiempo?.

-Bruce. Me...asustaste. Sonrió el chico, procurando hablar en susurros.

-Me alegra que te de gusto verme. ¿Cómo has estado?. Cuestionó Bruce, caminando a la par del ojiverde.

-Bien, gracias.

-Debo pedirte disculpas. Me fue imposible visitarte, o al menos tus padres te negaron. Debes presentármelos en mejores términos. Guiñó Bruce con coquetería.

Clark entonces se reprendió mentalmente, pero indudablemente las palabras del chico de ojos azules estaban en doble sentido.

-¡¿Me visitaste?!. Exclamó, esperando que su felicidad no se escuchara tan evidente en su voz.

-Por supuesto. Pero como te he dicho ya, tus padres te negaron, argumentando que estabas inconsciente. Y no lo dudo, "aquello" debió de ser terrible para ti. ¿Cómo te encuentras?.

Bruce se mostró preocupado y era la verdad, el ojiverde le simpatizaba y si recordaba el dramático aspecto en que lo "habían" encontrado dentro de la mina, causaba sorpresa.

Clark sonrió. Le alegraba saber que Bruce se había preocupado y que lo había buscado.

Preocupaciones como esas, él las valoraba en el alma y mientras pensaba en la manera más adecuada de agradecerle al chico gótico sus atenciones, este le guiñó un ojo, tan espontáneamente como él era.

El sonrojo que se había esfumado, apareció de nuevo y no supo porque el cielo lo ponía en esos predicamentos.

-¿Puede decirnos cuanto tardó en levantarse este lujoso edificio?. Preguntó la profesora, que estaba encantada con la excursión guiada por Lex.

Más este no respondió de inmediato. Dejó un momento al pelinegro, pero cuando sintió deseos de mirarlo nuevamente, lo observó al lado de cierto muchacho que le hacía hervir la sangre. Y no precisamente de manera positiva.

Ciertamente encontró el autocontrol necesario para no gritarle a Bruce Wayne frente a la concurrencia.

Odiaba verlo al lado de Clark y odiaba que el chico le sonriera y se sonrojara.

Definitivamente odiaba a Bruce Wayne por eso.

-¿Señor Luthor?.

El muchacho de negro sonrió confiado, mientras los por lo menos cinco asistentes de su padre le miraban por si tenían que auxiliar al hijo de su patrón.

Pero Lex era sencillamente Lex Luthor y tan fresco como siempre, continuó hablando, con total inteligencia y elegancia.

Más sus ojos, grises tormentas enfadadas, daban muestra de su verdadero estado de ánimo y todo porque cierto ojiverde, sonreía de más a Bruce Wayne.

Al menos por media hora más, la excursión continuó. Con un Bruce sonriente y dispuesto a acaparar la atención de un Clark que se debatía entre él y el muchacho de ojos grises frente a ellos.

La contienda fue al menos en esa ronda: cincuenta a cincuenta y tal vez un diez por ciento que Cloe les robó, pero equitativamente ambos millonarios tenían a Clark en la mira.

El chico por su lado se debatía mentalmente por sus emociones. Era extraño lo que le ocurría y más cuando todo se había suscitado tan de repente.

¿Qué haría?. ¿Qué era lo que en realidad sentía?.

Eran dos cuestiones a las que debía encontrar respuesta, porque ambos chicos, Bruce y Lex, le hacían sentir cosas extrañamente maravillosas.

-Clark, ¿estás bien?.

-Si Cloe, solo me he vuelto a marear un poco. Se justificó el chico, cuando cerró los ojos en busca de respuestas.

-El recorrido ya ha terminado, si gustas podemos salir un poco. Ofreció la chica, olvidándose del importantísimo Bruce Wayne a su lado.

-No, estoy bien. Sonrió Clark a la preocupación de su amiga.

-Si quieres yo te llevo a dar un paseo por Metrópolis. Ya me han mandado uno de mis autos y sin exagerar, es mejor que cualquiera del afamado Lex Luthor. Susurró Bruce, propiciando una carcajada en el chico de ojos verdes.

-¿Puedo saber el porque tanta felicidad?.

Aquella voz aguda, varonil y ciertamente firme, le erizó a Clark los cabellos de la nuca. Sinceramente jamás había notado que le encantaba esa voz, o al menos, le agradaba.

-Hola, Lex. Saludó Cloe, adelantándose a su amigo.

-Cloe, agradable el verte. Sonrió Lex estrechando la mano de la rubia.- Al igual que a ti Clark.

-Gracias. Musitó el ojiverde,

Bruce gruñó, de nuevo había perdido la atención de Clark. Pero él no se rendía tan fácilmente.

-Le estaba diciendo a Clark que lo busque más de tres veces Lex. Me preocupaba seriamente su salud y ahora que está aquí, es un real placer mirarlo con bien. Sonrió Bruce.

-Claro, mirar a Clark siempre será un gran placer. Contraatacó Lex, mirando retadoramente a su "adversario".

El ojiverde miró a su lado y respiró tranquilo al ver a su amiga rubia enfrascada en una pequeña discusión con la chica de enfrente.

Tal vez era su imaginación, pero estaba comenzando a notar que las peleas de sus dos "amigos" eran específicamente por Rivalidad y lo extraño tal vez era, que eran precisamente por él.

-...Claro que es más sencillo pedir disculpas tras un error. Pero nada te disculpa de no haber al menos, visitado a Clark una vez.

-No todos tenemos como hobbie la ociosidad. Exclamó Lex con furia en la mirada.

-Yo no soy ocioso Lex, soy productivo. Reclamó Bruce ofendido.

-Si, aja, eso exactamente iba yo a decirte ayer, cuando estaba trabajando en un proyecto tuyo.

-No juegues sucio Lex.

-¿Sucio?. Yo jamás juego sucio. Tengo demasiadas cosas que hacer como para jugar con un niño.

-Y yo como para pasar mi día con un amargado como tú. Por eso, Clark aquí presente será mi compañía de ahora en adelante. Dijo el ojiazul, mirando con amabilidad al aludido.

-No voy a permitir que tus influencias recaigan sobre Clark. Él no es como tú Bruce Wayne.

-Haaaa, ¿y cómo soy yo?. Cuestionó con sonrisa burlona el ojiazul.

-Un enclenque. Resumió el de ojos grises, sonriendo ante el enfado del adolescente gótico.

-Eres un...

-Saben, creo que debo marcharme o el grupo me dejará. Intervino Clark oportunamente.

Ambos muchachos lo miraron sonrientes, guardando para después su "charla".

-En verdad siento mucho que...

-Olvídalo Lex. Negó.- Aunque hubieras ido, mis padres me habrían negado. Además estaba inconsciente.

-¿Te has sentido mejor?. Lex procuró acortar la distancia entre él y Clark y su voz sinceramente preocupada avergonzó un tanto al ojiverde.

-Si, un poco mareado pero ya estoy mejor. Por cierto...debo agradecerte. Tú me salvaste.

Bruce notó entonces un especial brillo en la mirada verde del chico Kent. Un brillo que iba dirigido al dueño de unos ojos grises igual de brillantes y atentos a lo que Clark decía.

Aquello no le gustó demasiado.

-¿Qué hay de mi?. Indagó cual niño herido.

-A ti también. Gracias por ayudarme. Sonrió Clark, pero Bruce supo que ese brillo dirigido a su rival, jamás aparecería para él.

-"Mala suerte Wayne". Sonrió Lex en su pensamiento, mientras el aludido lo miraba con enfado.

-Bien, los...veré después. Se despidió el chico Kent, caminando hasta su grupo que se dirigía a los ascensores.

Los dos empresarios le despidieron al visitante, pero en cuanto se perdió de vista ambos pares de ojos centellaron con furia.

-No se que pretendes Wayne, pero no permitiré que le pongas un solo dedo en cima a Clark.

-¿De veras?. En dado caso tú no eres quien decide, galán.

-Estás advertido. Gruñó Lex antes de dar media vuelta.

Bruce sonrió. Al menos Lex ya sabía que formalmente ya eran rivales y aunque el muchacho Luthor no supiera "en que", él si y llevaba ventaja.

Clark corrió, pero las puertas del ascensor se cerraron, lo que significaba que tendría que tomar el siguiente.

Pensó por un momento en "correr", de esa manera se "vengaría" un poco de Cloe por haberle dado un mohín de burla desde el ascensor.

Pero a tiempo se percató de que no era el único que se había rezagado del grupo.

-Parece que tendremos que esperar el siguiente. Sonrió a la muchacha a su lado, que resultó ser Alicia; más esta simplemente lo ignoró.

Clark en realidad estaba de buen humor y no sabía si por que comenzaba a sentirse mejor o porque había visto a Bruce y a Lex después de días sin comunicación.

Minutos después el ojiverde y la chica entraron en el ascensor.

Clark cargado con una espléndida sonrisa y la chica rezagada, deseosa de llegar al piso correspondiente.

Ella debía admitir nuevamente, que el chico de cabellera negra era muy atractivo y que sabía entonces el porque varias de sus compañeras lo admiraban en secreto.

Sabía entonces ya el porque Lana Lang había dejado al desaparecido Witney y el porque Clark tenía fama de chico amable.

Alicia pensó que él jamás se cansaba de sonreír y al mirarlo de lejos, junto a dos magnates de la industria moderna, no supo si envidiarlo a él o al par de empresarios.

No era de las chicas que conversaban. Sabía perfectamente que su sobrenombre de "altiva", se lo tenía más que ganado por su actitud de aparente arrogancia.

Pero solo ella sabía el porque ese alejamiento y mientras ella lo supiera, lo demás no importaba.

Más en ese momento el deseo de charlar con Clark, era bastante poderoso y lo atribuyó todo a la amabilidad del muchacho. Simple reciprocidad.

Más cuando sonrió y volteó su rostro para por fin charlar con el ojiverde, sucedió.

El ascensor se detuvo y ella entonces se exaltó.

-¿Qué sucede?. Cuestionó en voz alta.

-No lo sé. Tal vez una falla. Respondió el ojiverde, mirando al derredor.

-No lo creo. Musitó Alicia. Algo presentía.

Clark trató de oprimir el botón de alarma, pero este simplemente se negó a funcionar. El ascensor estaba totalmente aislado del mundo y en cuanto sintió que el ascensor comenzaba a descender con excesiva velocidad, se sobre saltó.

No tuvo mucho tiempo para pensar. No estaba solo y Alicia estaba aterrada.

Clark debía de hacer algo con prontitud, de lo contrario no viviría para mirar otro día.

Así que dejando de lado el miedo a ser descubierto, miró la pequeña campana de emergencias, arriba de las puertas del ascensor y con su rayo calorífico consiguió que la alarma sonara.

Alicia miró el hecho desconcertada, pero más sobresalto le causó, mirar a Clark atravesar las sólidas paredes del ascensor con un puño, para después tomar los cables del ascensor y tratar de detenerlo con una fuerza sobre humana.

Clark se esforzó en detener el ascensor, pero este no cedió en peso. Aun se encontraba débil y sabía que no tardarían demasiado en tocar el piso de manera violenta.

Se le agotaban las ideas y sus vidas estaban en peligro.

Lex arribaba a la oficina de su padre nuevamente y tras él un Bruce divertidísimo del enfado de su rival.

-¿Aun estás molesto Lex?.

El aludido simplemente se sentó tras el escritorio y comenzó a buscar documentos "perdidos".

-Vamos Lex. No te enfades. ¿De quien me burlaré si no me hablas?. Rió el muchacho gótico, disfrutando cada mueca de disgusto que el menor de los Luthor le regalaba.-Lex...vamos, háblame, Lex...

-Cállate. Ordenó Lex, su paciencia estaba perdiéndose por completo.

-Que bueno que ya respondiste. Sonrío Bruce y en ese momento dio gracias a la aparición oportuna de Aarón en la habitación, de lo contrario Lex seguramente lo habría estrangulado.

-Señor. Llamó el moreno con agitación.

-¿Qué ocurre?. Cuestionó Lex con molestia. Bruce verdaderamente lograba alterarle los sentidos.

-Hubo un inconveniente en uno de los ascensores. La alarma sonó hace un par de segundo. Indicó el moreno, procurando respirar hondo para tomar aire.

-¿Y eso que tiene que ver conmigo?. El desdén del Luthor era clásico, por lo que el chico moreno no se sorprendió.

-Solo quería informarle que al parecer unos estudiantes quedaron atrapados y ahora el ascensor está fuera de control. En pocos minutos se...estrellará contra...

Aarón no pudo terminar la frase, porque Lex inmediatamente se incorporó y salió corriendo del lugar, seguido por un Bruce con rostro pálido.

Ambos entonces concordaron por primera vez en su preocupación e intuición: Clark.

Clark comenzó a preocuparse aun más. Estaba seguro que él saldría librado de aquella situación con apenas minúsculos dolores, pero Alicia no, era ella quien le preocupaba.

Alicia miraba a Clark con desesperación y como última alternativa y mordiéndose el labio inferior antes de hablar, dijo:

-Clark, dame la mano.

El ojiverde se sorprendió un poco, pero cuando la muchacha lo haló con brusquedad y él dejó el agarre de los cables del ascensor, se sobresaltó.

-Escucha bien. Ordenó la muchacha en tono consternado.- Sujétate a mi con fuerza y no vayas a soltarme, ¿está bien?.

Clark asintió cual autómata. Se abrazó a Alicia tal y como ella se lo indicaba y en menos de un segundo, el sonido intenso del ascensor cayendo y de la preocupación del reducido espacio, desapareció.

Por un momento el ojiverde solo escuchó silencio y tranquilidad y tan rápido cual parpadeo, se encontró fuera del ascensor, abrazado a Alicia y con el sonido de algo rompiéndose no muy lejos de ahí.

Clark miró en derredor y se dio cuenta de que estaba en el piso inferior de Luthor Corp, el piso a donde se suponía debían de llegar con ayuda del seguramente destrozado ascensor.

Miró a Alicia pidiendo una explicación, pero algo en sus ojos claros le dijo que en ese momento no le daría sus respuestas.

-No digas nada, por favor. Susurró la muchacha, mientras los pasos y gritos de sus compañeros se acercaban a ellos.

-Tú tampoco. Musitó el de cabellos negros, recordando que él también había expuesto sus "habilidades".

Alicia asintió, alejándose un paso del muchacho, cuando una preocupada profesora llegó a su lado.

-Por Dios, pensamos lo peor. ¿Se encuentran bien?. Cuestionó la mujer mirando a ambos jóvenes que lucían ciertamente pálidos.

-S...Si. Tartamudeó Clark, más en ningún momento sus ojos dejaron los de Alicia.

-Salimos justo a tiempo. Sonrió el muchacho, haciendo suspirar a profesora y compañeros por igual.

La profesora abrazó a Alicia y Cloe a él, murmurando cosas que no alcanzaba a comprender del todo bien.

Más él, se limitó a continuar mirando a la muchacha que los había "salvado" y que al igual que él, le suplicaba silenciosamente por no decir nada de lo realmente sucedido.

Tan absorto en la mirada de la muchacha, que no se percató de que dos chicos arribaban con preocupación en el rostro y que cuyos ojos, al buscar inmediatamente al "chico desvalido" se convirtieron en un mar de sensaciones.

Dolor, preocupación, enfado. Pero sobre todo celos de ver a Clark, mirar a una chica bonita y bastante llamativa.

Lex pidió explicaciones de aquel imperfecto y seguramente más tarde recordaría que había reñido a los hombres de mantenimiento con más fuerza de la que comúnmente utilizaba. Pero estaba...celoso, tal vez, de que Clark no buscara su mirada como siempre lo hacía y de que lo dejara de lado por una...chiquilla tonta.

Bruce sintió un pinchazo. Clark no lo miraba a él ni mucho menos a Lex.

Debía sentirse feliz por eso pero...¿por qué entonces se sentía celoso de que el ojiverde mirara a laguen más?.

-Ciertamente esto es un milagro. Suspiró Martha Kent, abrazando a su unigénito.

-Mamá, sabes perfectamente bien que si el ascensor se hubiera estrellado conmigo dentro, no me habría sucedido absolutamente...

-¿Ya olvidas la kriptonita y el veneno?. Preguntó Jonathan, con el tono preocupado de un padre.- ¿Olvidas que creías eras inmune a varias cosas?.

-Pero esto es diferente. Rebatió Clark, luchando por apartar a su madre de su cuerpo.

-No lo es y perfectamente sabes que ahora más que nunca debes cuidarte. ¿Qué pasaría si la próxima vez no hay nadie que pueda ayudarte?.

Jonathan se acercó al pelinegro y le apretó el hombro, con ello demostraba su preocupación y ponía cierta distancia entre sus sentimientos de terror y la despreocupación de su hijo.

Clark aun debía de conocer al mundo y aprender a no confiar demasiado.

El ojiverde se dejó envolver completamente por la sollozante Martha y recordó entonces su relato de aquel incidente en Luthor Copr.

Sus padres ciertamente habían reaccionado con alarma y con inculpaciones que se dirigían a Lionel Luthor.

Clark trató de explicarse, pero sus preocupados padres solo continuaron con sus hipotéticas deducciones y con sus "consejos".

Había omitido hablar sobre Alicia. Aun no estaba completamente seguro de lo que la chica había hecho para sacarlos de tan tremendo aprieto, pero sinceramente agradecía el hecho de no comprobar con sus propios ojos, si en verdad era tan inmune como creía a accidentes de esa índole.

-"Si soporté ser arrollado por el porche de Lex...seguramente...

Clark, ya no eres tan inmune como creías". Terminó por decirse, cuando su madre lo soltó por fin y su padre ocupó su lugar.

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CONTINURÁ......

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Siento mucho, mucho este retrazo, pero cuando las ideas se van, es difícil recuperarlas.

Agradezco en el alma sus comentarios, sobre todo su espera y paciencia,

Pero ya estoy de regreso en este mundo de Smallville y las ideas son buenas

Así que nuevamente gracias, espero que el capitulo haya sido de su agrado y...

No hagan huelga de hambre, ya estoy aqu

Su amiga:

KATRINNA LE FAY