Disclaimer: Pucca pertenece a su creador, Boo Kyoung Kim. La trama me pertenece.
Palabras: 365.
Repasó los dibujos impresos en la revista. Sus ojos se deleitaron viendo la variedad de vestidos en aquella sección. Siempre había sido una romántica, desde niña, por lo que en su adolescencia el comprar esas revistas tan populares para chicas no era novedad o sorpresa. Y no se arrepentía.
Disfrutaba cada página, cada consejo, ya sea amoroso o dedicado a ella misma. Gracias a la revista Glamour Chic, su presentación había mejorado. Sentía su piel facial y corporal más tersa, más suave, y al verse en el espejo la veía hasta brillar. También había agarrado coraje para probar más estilos ¡No tan drásticos! Pero algo más además de sus usuales sweaters y odangos.
Pero sin duda la sección que más amaba era la de bodas. Desde muy niña, y antes de conocer a su adorado ninja, se había mostrado bastante emocionada y curiosa sobre las bodas. Primero por las vistas en la Tv, luego por la de sus padres —sus tíos le contaron con lujo y detalle lo acontecido ese día—, luego para con sus amigos y cercanos, y finalmente ella misma.
Esto último se lo imaginaba más seguido, aunque no tan locamente como en su niñez, sino algo más…. realista.
Aún así, seguía soñando despierta. Admiraba toda clase de vestidos de novia, y solía imaginarse con todos puestos, intentando decidir cual quedaba mejor en su cuerpo.
Su elección estaba entre la corte sirena o princesa. ¡Los dos eran bellísimos! Y el cómo los diseñadores de esos vestidos de novia que se lucían en la revista lograban ese efecto tan mágico la tenía encantada.
Lo que sí tenía claro era el color. En los últimos tiempos era común ver los vestidos de novia de distintos colores, desde un precioso rojo pasión hasta un lila de cuento de hadas. Pero aunque ella respetaba los gustos de todas, estaba decidida a usar el tradicional blanco.
Simplemente no podía imaginarse otro color. Tal vez algún que otro detalle rosa, o rojo, pero el blanco debía predominar.
No es que fuera su color preferido ni mucho menos. Pero era algo que sí o sí debía estar en ella el día de su boda.
¡No podía esperar a casarse!
¡Retomando!
