Hey hola de nuevo después de …. Un mes jejej de verdad lo siento por no haber actualizado antes pero (típica excusa que juro es verdad) a mi compu le entro un virus y los capis se fueron al caño y por eso hasta ahora lo publico espero que les guste.

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Le dolía la cabeza bastante, sentía que todo le daba vueltas, no podía abrir los ojos y de lo único de lo que estaba seguro era de que estaba sentado en un ligar muy frío.

Decidió quedarse ahí hasta poder abrir los ojos y estar seguro de donde estaba. No tenia idea de cómo había llegado hasta... donde quiera que se encontraba, y entonces se dio cuenta de que no recordaba nada, ni su nombre, ni donde estaba, ni de donde venia, ....nada.

Entonces abrió los ojos y la luz le dio de lleno, dañándole, tampoco reconocía el lugar donde estaba: en medio de una enorme salón con mosaicos, de cuyas paredes colgaban largos tapices con nombres como "Hogwarts" bordados en grandes letras doradas, en medio de ellos habían muchos cuadros que, extrañamente, se movían.

Frunció el ceño y se decidió a levantarse para ver mas de cerca esos cuadros, tal vez le ayudarían a recordar algo.

Se levanto con dificultad y el esfuerzo solo hizo que la cabeza le doliera mas, pero no desistió de su propósito, tal vez esos cuadros le darían una respuesta.

Siguió caminando, cojeando un poco, hasta alcanzar uno de ellos en el que se podía ver a una joven de no mas de 20 años sentada en una hermosa silla de madera. No había ningún otro mueble en la habitación, solo ella, la silla, y un escudo muy extraño en la pared con una animal, un tejon...

Hufflepuff, Cedric Diggory, débiles

Las imagines fueron demasiado para el, pasaron como flashes por su mente y la sorpresa lo hizo retroceder.

- Una de las cuatro casas – murmuro recordando partes de lo que había visto – tal vez... si veo los demás – dijo volteando a ver el resto del cuarto ¡pero habían miles de cuadros!!!

Miro frustrado todos los cuadros de la habitación y se decidió por ver solo los que de verdad le llamaban la atención así que se dispuso a buscar uno, y al tratar de tomar su pierna para ayudarse a caminar, sintió algo en su bolsillo, lo palpo, metió la mano en su bolsillo y saco una vara larga de caoba, de unos 28 cm. de largo, una varita...

Estoy orgulloso de ti Draco, ya eres un mago...

De nuevo volvían las imágenes pero ahora había oído la voz de un hombre que bien podía ser su padre, había pronunciado un nombre... cual había sido? Ah si... Draco... si, ese era su nombre, o al menos eso quería pensar. Ahora, su padre lo había llamado de otro modo... un mago?

Le llegaban luces de todos lados, obligándole a defenderse con luces iguales, pero eran demasiados...

- Vamos hijo – decía su padre – no me defraudes ahora.

- No lo haré – le contestaba el al mismo tiempo que esquivaba y lanzaba hechizos – pero habías dicho que no abría mas entrenamientos.

- Es el ultimo Draco- le dijo observando sus movimientos con un brillo especial en sus ojos, dejando ver lo orgulloso que estaba de su hijo – lo prometo.

- Bien, al menos estos dolores de cabeza están valiendo la pena – dijo tocando su cabeza y observando los demás cuadros, buscando uno interesante.

Ninguno parecía ser lo suficientemente llamativo para el chico, pero finalmente se decidió por uno en el que una serpiente entraba y salía del cuadro con majestuosidad.

Poco a poco se iba acercando al cuadro, como si el cuadro mismo lo jalara con una clase de hechizo y al fin llego a el y ahora si pudo distinguir hasta los mas finos detalles de la serpiente, como las pequeñas formas de su piel, y como su pequeña lengua salía de vez en cuando haciendo su singular silbido.

Y ahí se quedo viendo el cuadro, no supo por cuanto tiempo, pero estaba tan ensimismado que no sintió la presencia de alguien mas en el salón, alguien que poco a poco se acercaba en dirección a el.

No sabia porque seguía viendo a esa serpiente, pero algo tenia, algo que le llamaba la atención, esa serpiente... algo representaba para el, pero que? Algo que alguna vez había significado algo muy importante para el, algo de lo que el se sentía muy orgulloso, algo de lo que se había jactado ser, algo que decía representar... no tenia idea de cómo sabia eso... solo lo sabia, había llegado a su mente en el momento en el que vio ese retrato, justo como las imágenes...

Ahora había entrecerrado los ojos y se había acercado bastante al retrato, casi rozando la piel del reptil, que ahora había parado y se había erguido ante el, manteniendo su mirada fija, como tratando de decirle algo, podría ella decírselo?

- No, es imposible... – murmuro para sus adentros.

- Que es imposible? - dijo una voz a su espalda que hizo que inmediatamente se volteara a ver a el dueño de esa voz.

Se sorprendió bastante, no por el hecho de que era una chica, sino porque pensaba que estaba solo y nunca se imagino que llegara alguien con el. No sabia que decirle, es decir, ella le inspiraba confianza pero algo le detenía, algo le decía que no debía mostrase ante ella, aparte del hecho que era una total desconocida, y debía estar ocultándolo muy bien porque ahora ella había levantado una ceja y lo veía fijamente, como tratando de encontrar la respuesta en sus ojos, pero no lo iba a permitir.

Se estaba hartando, ella esperaba que el le hubiera contestado algo, pero en vez de eso el solo la miraba, haciendo crecer el silencio tenso.

- ¿Estas bien? – pregunto firmemente.

Por respuesta recibió otros dos minutos de silencio porque el no parecía dispuesto a responder. Decidió mantenerle la mirada pero no movía ni un músculo y ella no se molesto en ocultar su enojo, al contrario, cruzo los brazos.

- Escucha, yo solo vine a ver si necesitabas ayuda o algo pero veo que fue una perdida de tiempo, así que si no tienes nada que decir, me voy.

Dio media vuelta, un paso, otro paso y el la veía alejarse.

- Ella solo quería saber si necesitabas ayuda idiota ¿por qué la alejaste? – se preguntaba a si mismo.

- ¡Espera! – le grito, pero ella no dejo de caminar hacia una puerta que el nunca había visto.

Y como no dejo de caminar salió corriendo hasta llegar al lugar donde estaba ella y se le puso enfrente, obstruyéndole.

Ella, al verle, rodó los ojos y trato de seguir caminando pero el no se lo permitió, un paso a la derecha, el también, a la izquierda, ¡el igual!. Al final, resignada, soltó un gran suspiro, se apoyo en una pierna y cruzo los brazos, mirándolo con enfado.

- ¿Y bien? – le pregunto visiblemente enojada.

- Bueno, es que yo... – balbuceaba Draco, sin saber como expresarse.

- Es que tu... – dijo ella moviendo la mano, haciendo ademán de que siguiera hablando y volviendo a cruzar los brazos.

- Yo... bueno... – seguía balbuceando, ¡¿por qué rayos no podía simplemente decirle que lo sentía?!

Genial, ahora ella había levantado ambas cejas, seguía esperando su respuesta y el ahí, balbuceando como idiota.

- Si no vas a decir nada... – empezó a decir ella con serenidad.

- Lo siento – concluyo Draco de la nada.

Ella solo se limito a entrecerrar los ojos, como analizándolo. No le creía.

- Lo siento ¿esta bien? – dijo Draco al borde de la desesperación – pero no te conozco y no tengo idea de donde estoy.

Se sentía bien después de todo, decir la verdad no es tan malo, pensó. Pero seguía sin poder descifrar sus gestos, pues ahora había fruncido el ceño, entonces dio un gran suspiro y extendió la mano hacia el.

- Yo soy Hailie Potter – dijo aun con la mano en el aire.

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Hola! Ey pues espero que les haya gustado, ya saben: quejas, dudas, sugerencias y demás en reviews porfas :d