ESCRITO POR: selene89s

LÍNEA ARGUMENTAL DE: selene89s y Ayla Black

LOVE IS ALL AROUND

Capítulo cuatro: Parejas forzadas

- Me parece decepcionante que varios de los mejores alumnos de Hogwarts estuvieran dando semejante espectáculo cuando se supone que deberían estar entrenando para un acontecimiento deportivo – la profesora McGonagall, miró a todos los presentes - ¿Tienen algo que decir en su defensa?

- Empezaron ellos – exclamaron todos a la vez.

La profesora McGonagall había aparecido durante el entrenamiento de Quidditch a tiempo para descubrir a Lily intentando estrangular a James mientras Selene y Remus intentaban separarlos y Sirius y Kathleen intentaban hundirse en el barro mutuamente. Ahora, todos estaban en su despacho esperando su sentencia.

- ¿Hay alguna explicación para lo sucedido allí fuera?

- La verdad, no sé lo que pudo pasar, profesora. Estábamos entrenado tranquilamente cuando Evans y Kentsinton decidieron que sería divertido que me cayese de la escoba – dijo James con un tono de voz que pretendía ser inocente – No sé que pueden tener contra mí.

- Oh, por amor de Dios... – exclamó Kathleen.

- Profesora McGonagall, nosotras no tendríamos que haber hecho nada si él pudiese mantener la boca cerrada durante más de cinco segundos – comentó Lily con una mirada de odio hacia James.

- Ustedes dos estaban en las gradas observando el entrenamiento – dijo señalando a Selene y Remus - ¿Les importaría explicarme qué fue lo que pasó?

Selene y Remus se miraron sin saber que contestar.

- Bueno, la verdad es que nosotros... – empezó Selene.

- No vimos nada...

- No, estábamos discutiendo sobre un libro – dijo sonriendo intentando parecer inocente.

- Sí, está leyendo Drácula – comentó Remus señalando a la chica.

- ¿No vieron nada?

- Es que Drácula es muy interesante – contestó sonriendo.

- No habría pasado nada si no hubiesen empezado con sus comentarios machistas – exclamó Kathleen.

- Nosotros no estábamos siendo machistas, sólo estábamos puntualizando vuestra falta de objetividad en el deporte – contestó Sirius.

- ¿Y entonces a qué venía lo de que las mujeres no tienen puntería? – preguntó Lily.

- Es un hecho científicamente demostrado Evans – empezó James – Los científicos muggles...

- Esto no es una clase de biología señor Potter – le cortó tajantemente la profesora – Por suerte para ustedes no descontaré puntos a Gryffindor, pero cumplirán el castigo correspondiente.

- ¿Todos? – preguntó Sirius mirando a Remus y Selene.

- Todos sin excepción señor Black. Cumplirán el castigo este viernes. Les espero a las siete de la tarde en mi despacho, y por su bien espero que esto no se vuelva a repetir.

Salieron del despacho sin decir ni una palabra y preguntándose que castigo tendrían que cumplir.

- Podría haber sido peor – comentó James una vez fuera – Todo por vuestra culpa – dijo señalando a Lily.

- ¿Nuestra culpa?¿Nuestra? Debería haberte matado cuando te tenía por el cuello.

- Calmémonos un poco ¿vale? – Selene sujetó a Lily.

- Sí, todos deberíamos tranquilizarnos – dijo Remus interponiéndose entre Lily y James.

- Vosotros no tenéis derecho a hablar, sois neutrales – observó Sirius.

- Exacto, si queréis ayudar tenéis que escoger bando – dijo Kathleen amenazadoramente.

- Ser neutral es un bando – comentó Selene.

- Eso no es cierto.

- Ahora sí.

- De acuerdo, discutamos esto civilizadamente – comenzó Remus - ¿Quién empezó?

- Ellos – todos se señalaron entre sí.

- Creo que esto no nos va a llevar a ninguna parte – musitó Selene.

- ¿Qué más da quién empezó? El caso es que todos tenemos castigo – dijo Sirius, y luego añadió – Aunque empezaron ellas.

Las cosas se suavizaron un poco desde el entrenamiento de Quidditch, aunque todos sabían que lo que en realidad pasaba es que no podían soportarse mutuamente sin acabar a golpes. Cuando por fin llegó la hora del castigo todos estaban en silencio, preguntándose qué tendrían que hacer. La profesora McGonagall abrió la puerta de su despacho y les dejó pasar, sobre su mesa había tres parejas de pulseras, separadas por colores.

- ¿Saben lo que es esto? – les preguntó señalando las pulseras. Todos se encogieron de hombros – Son "discos de la unidad". Cada uno de los discos no puede permanecer a más de tres metros de su pareja. Se desactivan a las doce de la noche y se vuelven a activar a las siete de la mañana, aunque el lunes a las siete de la tarde se desactivarán definitivamente, hasta entonces serán divididos en tres parejas y aprenderán a "convivir" – los seis miraban las pulseras con cara de terror.

- ¿Podemos elegir pareja? – preguntó Sirius temiéndose lo peor.

- No señor Black, no puede elegir pareja. Las parejas serán: el señor Lupin y la señorita Kentsinton – Kathleen suspiró aliviada mientras cogía las pulseras rojas – , el señor Black y la señorita Ravensoul...

- Perfecto – murmuraron los dos mientras cogían las pulseras azules.

- ... y el señor Potter y la señorita Evans. Confío en que no vuelvan a intentar estrangularse.

- Entonces ¿tengo que pasar todo el fin de semana a menos de tres metros de ella? – preguntó James con una sonrisa de oreja a oreja mientras Lily miraba las pulseras como si fueran el mismo diablo.

- Recuerden, hasta el lunes a las siete de la tarde – les colocó a todos sus respectivas pulseras y comprobó el cierre mágico – Si intentan forzar el cierre el campo de atracción se reducirá a dos metros. Pueden irse.

Todos salieron del despacho de McGonagall y vieron a Rhane y a Peter esperando fuera.

- ¿Qué tal ha ido?

- No demasiado mal – contestó Kathleen. Las otras dos parejas le dirigieron miradas de odio – Bueno, yo no tengo la culpa de que os haya tocado el compañero malo.

- ¿Ahora qué hacemos? – dijo Selene exteriorizando los pensamientos de todos.

- ¿Alguien quiere probar qué pasa si nos separamos más de tres metros? – preguntó su pareja. Como nadie levantó la mano intentó separarse de Selene, pero llegado a una distancia, la pulsera, no avanzó más, arrastrando con ello a su portador.

- Por lo menos está demostrado que funcionan – comentó Lily.

- Bueno Evans. ¿Qué haces este fin de semana? – preguntó James y se echó a reír, como si fuera lo más gracioso del mundo.

- Si hay suerte planear un asesinato... – dijo para nadie en particular.

Los ocho se dirigieron a su sala común, James todavía con una gran sonrisa en la cara. Kathleen y Rhane estaban hablando en un sofá mientras Remus, a su lado, leía un libro; James hablaba con Peter sentado a un lado de Lily mientras ésta hacía grandes esfuerzos por ignorarle; y Selene y Sirius sólo se habían sentado en el suelo delante de la chimenea y evitaban tener que hablar.

- Me aburro – dijo de repente Sirius.

Selene le miró un momento, como si le fuera a contestar, pero después apartó la mirada.

- Podríamos jugar a verdad o reto... – sugirió Sirius en alto.

- Yo me apunto – contestó James.

- Supongo que no hay nada mejor que hacer – comentó Selene.

- Si los demás juegan... – dijo Lily.

Uno a uno los ocho fueron aceptando jugar. Cuando todos estuvieron sentados en el suelo discutieron quién empezaría, tras echarlo a suertes, le tocó a Sirius, que se dirigió a James.

- ¿Verdad o reto?

- Verdad – dijo con voz segura.

- Vale... – Sirius se paró un momento a pensar - ¿Qué ha sido lo más vergonzoso que te ha pasado nunca?

- Mmmm... Cuando tenía ocho años mis padres invitaron a unos amigos y a su hija (que me gustaba) a mi casa. Tenía una escoba nueva y quise impresionar a la chica, cuando sobrevolaba un estanque me escurrí de la escoba y me caí. Ha sido lo peor que me ha pasado nunca, no sabía dónde esconderme – hizo una pausa - Me toca a mí, ¿no? Para... – volvió a quedarse en silencio – Ravensoul, ¿verdad o reto?

- Reto.

- Ve al baile de Halloween con Sirius.

- ¡Eh!¡Eso no vale! Yo no quiero ir con ella – protestó Sirius.

- Un reto es un reto Sirius, no haber sugerido el juego.

- No es justo, para un baile que hay y me toca el único idiota con el que no iría ni borracha – comentó la chica – Para Lily, ¿verdad o reto?

- Ver... Reto, sí, mejor reto.

- Pégale a Potter una patada en la espinilla de mi parte.

- ¡Eh! Eso es violencia física, no podemos convivir si hay violencia física.

- Lo siento James, un reto es un reto – le imitó Sirius – Evans, dale fuerte.

- Evans, no creo que sea necesario... – James hablaba a Lily mientras esta le perseguía por toda la sala común.

- Potter, no nos podemos separar más de tres metros, ¿de verdad crees que puedes escaparte?

- No, pero quizá pueda correr hasta el lunes.

Finalmente Lily lo alcanzó y los dos pudieron volver a sentarse en su sitio, aunque James le dirigió más de una mirada de odio a su compañera.

- Ahora yo. Para Remus. ¿Verdad o reto?

- Verdad... – dijo poco convencido.

- ¿Por qué desapareces todos los meses? – el chico se quedó blanco como una sábana.

- Esa pregunta es muy aburrida Lily – dijo Rhane rápidamente.

- Sí, mejor haz otra Evans, a nadie le interesa eso – la secundó Sirius.

- A mí me interesa – le contestó la pelirroja.

- Pero a nadie más, creo que por unanimidad deberíamos cambiar la pregunta – dijo Selene con una sonrisa fingida.

- Sois todos unos aguafiestas. Vale – Remus volvió a respirar - ¿Cuál es tu mayor secreto? – nada más terminar la frase la alarma del reloj de Peter sonó, indicando las doce de la noche – Salvado por la campana – y corrió a separarse lo más posible de James.

Todos quedaron a las siete menos diez en la sala común para dar margen de tiempo a las pulseras para activarse, aunque a nadie le hacía gracia la idea. Para un fin de semana, levantarse antes de las diez es considerado sacrilegio en la mayoría de las culturas.

Cuando llegó la hora de levantarse algunos estaban más dispuestos que otros.

- ¡Venga!¡Todos arriba! – Lily gritaba desde el centro de la habitación, pero sin observar respuestas en sus compañeras de cuarto – Si no os levantáis os juro que me iré yo y dejaré que las pulseras se activen – esto provocó algo más de movimiento por parte de sus amigas.

- A mi no me incluyas en esto, yo no estoy castigada – murmuró Rhane hundiendo su cabeza en la almohada.

- Ni hablar, si yo sufro, tú sufres – dijo Selene destapándola.

- ¿Podemos seguir durmiendo abajo? – preguntó Kathleen mientras intentaba vestirse con los ojos cerrados.

- No me puedo creer que tenga que pasar un fin de semana entero pegada a Black – comentó Selene en voz alta sin hacer caso de la pregunta de su compañera.

- Pues medio colegio mataría por ser tú este fin de semana – contestó Rhane en medio de un bostezo.

- Por mí que se queden a Black. Te lo juro, si tengo que aguantar durante más de cinco minutos sus monólogos es probable que me tire por una ventana y lo arrastre conmigo.

- Claro – dijo Kathleen sonriendo – A ti te hubiese gustado como compañero alguien más callado y neutral.

- No sé de qué hablas.

- Seguro.

Lily ya estaba vestida y se había sentado en el borde de su cama, revisando la mochila que se había preparado para ese día.

- ¿Para qué necesitas un spray? – preguntó Rhane extrañada al ver lo que sacaba de la bolsa.

- Bueno, ¿cómo crees que me voy a defender de Potter si no?

- ¿Y para qué son los tapones de oídos? – preguntó Kathleen uniéndose a la conversación.

- ¿Tú que crees?

Mientras tanto en la otra habitación, James, que llevaba ya levantado y eufórico por el fin de semana, una hora, intentaba sin suerte levantar a sus compañeros.

- ¿Os queréis levantar? Voy a llegar tarde a mi cita.

- No es una cita James, es un castigo. Y te voy a contar un pequeño secreto antes de que te lances al ataque, Evans te odia – le contestó Sirius sin moverse de su cama.

- No me odia, es sólo que no sabe lo que quiere.

- Mira, te voy a decir esto sólo una vez: ¡Cállate!

- ¿Os he comentado que voy a pasar un fin de semana entero con Lily? – cuando terminó la frase una almohada le golpeó la cara.

- Gracias Moony – dijo Sirius levantándose.

- No lo he hecho por ti, lo he hecho por el silencio – le contestó casi dormido Remus.

- En cualquier otro momento me habría enfadado, pero por ser hoy os lo perdono. ¿Por qué tardáis tanto?

- James... ¡Cállate! – le gritaron sus dos amigos a la vez.

Afortunadamente, cuando las pulseras se activaron, ya estaban todos en la sala común, Rhane incluida. Se dividieron por parejas y siguieron durmiendo en los sofás, aunque Lily esperó a que James se quedase dormido antes, sólo por si acaso.

Hacia las diez de la mañana los estudiantes empezaron a bajar para asistir al desayuno, extrañándose de que hubiese tantos alumnos durmiendo en la sala común.

Cuando estaban todos sentados en la mesa para tomar el desayuno, una chica rubia de Ravenclaw, llamada Susan Rosehart, se acercó a Sirius.

- Sirius... Me preguntaba si tenias planes para hoy, ya sabes, como hay salida a Hogsmeade...

- ¿Hoy? – Sirius miró a Selene, que estaba a su lado, aunque no parecía interesada en la conversación.

- Sí – contestó la chica sonriendo y mordiéndose un mechón de pelo.

- ¿Te va bien a las cuatro?¿En la puerta principal?

- Vale – Y se alejó riendo tontamente.

- Dime que no acabas de hacer lo que acabas de hacer – al parecer Selene sí que había estado atenta a la conversación y lo miraba con los ojos como platos – Debo estar volviéndome loca, – continuó, riéndose – porque me ha parecido oír que acabas de quedar con Barbie girl para hoy.

- Selene, por favor... – suplicó Sirius con ojos de cordero degollado.

- ¿Ahora me llamas por mi nombre? Esto es increíble, ¿cómo se supone que vas a tener una cita si no me puedo separar de ti más de tres metros?

- Bueno, si tú me acompañases...

- Es una broma ¿verdad?¿Aquí hay cámaras ocultas? Porque esto no puede estar pasando.

- ¿Qué es una cámara oculta? – preguntó el chico confundido.

- No cambies de tema Black. Supongo que ahora sé con certeza que si me pongo a gritar dentro de tu cabeza oiré el eco. ¿Es que tu cerebro de mosquito no tiene ni una sola conexión funcionando?

- Exacto, por favor acompáñame...

- No creas que vas a convencerme Black.

Ese mismo día a las cuatro de la tarde los dos esperaban a que la rubia hiciera su aparición en la puerta principal.

- No sé ni cómo me has convencido para esto – murmuró Selene.

- Porque nadie puede resistir mi encanto.

- Créeme, preferiría salir con Snape antes que contigo.

- Pues vienes al baile conmigo, así que ¿me dejas que prepare el banquete de bodas? – en cuanto recibió el pisotón dejó de reírse.

Por uno de los pasillos apareció Susan sonriente con una minifalda rosa y un top blanco ajustado, cuando vio a la compañera de Sirius la sonrisa desapareció.

- ¿Qué hace ella aquí?

- Es que a Mister Simpatía aquí presente – señaló a Sirius – se le olvidó contarte un pequeño detalle.

- ¿Qué pasa?

- ¿Ves estas pulseras? – Sirius le enseñó su pulsera mientras hablaba y Susan asintió.

- No hacía falta que contestaras, por eso se llama pregunta retórica – le dijo Selene, y la rubia le dirigió una mirada de odio.

- Son parte de un castigo que dura hasta el lunes, mientras las llevemos puestas no podemos separarnos más de tres metros.

- Entonces ¿por qué has quedado conmigo?

- Porque todas sus neuronas estaban en Pompeya cuando el Vesubio entró en erupción, sólo le ha quedado su habilidad natural para decir estupideces – comentó la morena con una sonrisa en la cara.

- ¿Quieres callarte y dejarme terminar? El caso es que ha accedido a acompañarnos y así podemos tener la cita.

- Sí, soy una buena samaritana.

- Oh – contestó Susan algo triste – Entonces ¿sí que podemos quedar?

"Dios mío, esta chica tiene serios problemas para relacionar conceptos" aunque Selene se guardó este último comentario para sí misma.

Sirius llevó a Susan (o Susie, como él la llamaba) a Las tres escobas, y Selene se sentó a su lado, pero a una buena distancia (evidentemente menor de tres metros). Como no había nadie conocido (entiéndase, con el que merezca la pena hablar), abrió su mochila y sacó "Drácula", mientras tanto los dos tortolitos compartían una apasionante conversación.

- Entonces, ¿es muy difícil jugar al Quidditch? – Susan tenía la desesperante costumbre de repetir la palabra entonces en cada una de sus frases.

- Bueno, a veces es muy duro... – dijo melodramáticamente Sirius – Aunque, lo importante es el equipo, allí nadie tiene que creerse el centro del mundo – Selene empezó a reírse por la ironía del comentario, aunque nadie lo notó.

- Entonces, ¿qué piensas hacer cuando termines el colegio? – la chica era realmente desesperante.

- La verdad es que pensaba ser auror, para detener el mal...

- Y con los calzoncillos por fuera, como Superman – susurró Selene.

- Eso es muy bonito. Entonces serías como un héroe.

- Sí bueno, aunque no me gusta alardear... – la morena estaba pensando en transcribir la conversación para luego poder reírse.

- ¿Y tú que piensas hacer Susie? – la había cogido de la mano y la rubia estaba sonriendo como una tonta.

- No lo sé. Podría ser asesora de imagen, y entonces – y era previsible, muy previsible – podría asesorarte para cuando salgas en las revistas.

- Eso estaría muy bien.

- Uff, eso tiene que ser muy aburrido – dijo de repente Susan señalando el libro de Selene - no sé como la gente puede leer libros tan largos.

- Tiene quinientas páginas, y no es aburrido.

- A mí cualquier libro que pase de las doscientas páginas me parece una pérdida de tiempo – dijo suspirando – Porque entonces se te estropea al vista y luego tienes que llevar gafas, es anti-estético. ¿Qué libro es?

- Drácula, de Bram Stocker – contestó Selene sin entender demasiado bien por qué estaba hablando con ella.

- Entonces, ¿Drácula es ese libro de vampiros?

- Sí – decidió que lo mejor era ser lacónica, así a lo mejor se cansaba y no tenía que hablar con ella.

- Los vampiros son los bichos más feos que existen, con esa piel pálida y tan esqueléticos... – entonces se volvió hacia Sirius - ¿Tienes pareja para el baile?

- La verdad es que sí – Sirius parecía haberse molestado con la falta de atención durante unos minutos.

- Entonces, ¿con quién vas? – Susie parecía dolida.

- Con...

- ...migo – terminó Selene.

- Pero no me gusta – añadió rápido Sirius.

- Entonces – "como diga entonces una vez más la mato" pensó Selene - ¿Por qué vais juntos?

- Porque la vida es cruel.

- Bueno, entonces, yo creo que me voy – Susan se levantó indignada, desde luego era muy dramática.

- Pero... – empezó Sirius.

- No, Sirius, creo que es mejor que lo dejemos así – y se marchó altivamente, dejando al chico estático.

Selene no pudo remediarlo más y se puso a reír. Desde luego había sido todo un espectáculo ver al gran Sirius Black quedarse plantado en medio de una cita.

- Que chica más rara. ¿Y tú de que te ríes?

- Así que te gustaría luchar contra el mal, ¿eh, Black?

- No creas que no he oído tus comentarios.

- No creas que no quería que lo oyeras.

- Eres insoportable.

- Idem.

- Era un poco aburrida ¿no?

- Era insoportable, hacéis buena pareja.

- Me parece que estás celosa por que a ti no te ha pedido nadie ir al baile.

- Lo que la gente me pida o me deje de pedir no es asunto tuyo Black.

- Parece que he tocado una fibra sensible. ¿Seguro que no quieres hablar de ello? – Sirius adoptó un tono de voz de psicólogo – Los sentimientos reprimidos no ayudan a las personas.

- Preferiría contarle mis problemas a un chimpancé, me daría respuestas más coherentes.

- ¿Es que no te fías de mi criterio?

- Tienes talento para lo obvio, ¿no te lo habían dicho nunca?

- Evadir los problemas no ayuda en absoluto.

- ¿No te callas nunca?

- No.

- Perfecto – y volvió a su libro.

- ¡Eh! Te estoy hablando.

- Y yo te ignoro.

- Aguafiestas.


Bueno, hasta aquí el cuarto capi, el próximo lunes, más.

Por favor, dejad muchas reviews. Por favor, por favor, por favor... Nos arrodillamos, por favor, por favor...

Bueno, los personajes, como ya sabréis no son nuestros.

Luna210-lupin: Muchas gracias, como ves sí que hemos seguido escribiendo.

tgv: tere, que el cinco lo sacaremos la semana que viene, y no te lo voy a enviar antes hasta que te leas el de stuck in idiotville.

Adla Lanai: Bienvenida al club, todavía me acuerdo de cuando me estuve leyendo uno en inglés que se llama stuck in idiotville, me empecé a reír sin parar y todo el mundo me tomó por loca, y a a Ayla Black (que no puede estar aquí ahora mismo pero que lo revisa minuciosamente) le pasó lo mismo con los de Hermione-Weasley86.

leilawood: Que sigas leyendo siempre nos da esperanzas. Esperamos que te haya gustado el capi. Muchas gracias por la review.