ESCRITO POR: selene89s
LÍNEA ARGUMENTAL DE: Ayla Black y selene89s
LOVE IS ALL AROUND
Capítulo cinco: Parejas forzadas (II)
El primer día del fin de semana de castigo había empezado mal para Lily, después de desayunar pasó una hora entera discutiendo con James acerca de que hacer a continuación, para acabar yendo a la biblioteca a terminar deberes. En realidad James no se había portado demasiado mal, puede que debido a que en la biblioteca no se pudiese hablar, el problema es que llevaba todo el día con esa estúpida sonrisa de felicidad en la cara, y Lily eso no podía aguantarlo. No podía aguantar que se estuviese divirtiendo a su costa, como si estuviese pasando el mejor día de su vida.
Hacia el mediodía los dos habían acabado todos los trabajos que tenían que hacer para después del fin de semana, si el castigo no servía para aprender a convivir al menos haría subir sus notas. Los dos estaban sentados en la sala común de Gryffindor sin hacer nada y Lily ahora lamentaba no haber metido un libro en su mochila.
- ¿Quieres jugar al ajedrez? – preguntó James algo aburrido.
- No – Lily se dedicó a mirar la pared.
- ¿Y casarte conmigo?
- ¡No!
- Tenía que intentarlo – "Dios mío, este chico no se rinde nunca. Un día le regalaré un diccionario para que busque la palabra no" pensó Lily todavía mirando a la pared.
- ¿Alguien más te ha pedido ir al baile?
- No.
- ¿Quieres venir conmigo?
- No.
- ¿Quieres que me suicide?
- No... Sí.
- Sabía que conocías alguna otra palabra.
- ¿Por qué no quieres venir al baile conmigo?
- Potter, intento concentrarme, ¿te importa dejar de hablar?
- ¿Para qué te estas concentrando? – preguntó el chico extrañado mirando el punto hacia el que Lily dirigía la mirada - ¿Intentas derribar la pared mentalmente?
- Intento asesinarte mentalmente, pero no funciona.
- Eres muy violenta Evans. ¿Por qué no quieres venir al baile conmigo?
- ¿Por qué no dejas de hacer preguntas?
- ¿Por qué me preguntas eso?
- Eres desesperante.
- Me quieres y lo sabes – contestó James sonriendo - ¿Por qué no quieres venir al baile conmigo?
- Uno, dos, tres...
- ¿Por qué cuentas?
- Dicen que cuando estás a punto de asesinar a alguien ayuda contar hasta diez.
- Oh – y se calló.
"Lo conseguí, se ha callado. Deberían darme un premio." Lily sonrió satisfecha.
- ¿Quieres jugar al ajedrez? – "No, otra vez no. Por favor." – También podemos jugar a las cartas, o podemos ir a montar en escoba...
- Potter, sé que te gusta mucho hablar, pero ¿te importaría callarte durante sólo un minuto? Sólo te pido un poco de silencio.
- Para poder seguir mirando tu pared...
- Exacto, para seguir mirando mi pared.
- Eres una chica rara.
Lily estaba a punto de gritar, Potter era desesperante. Podría haber metido su cabeza en el lago de Hogwarts y hubiese seguido hablando. El chico tomaba demasiado azúcar.
James observó a la chica que tenía delante (que seguía mirando la pared). Definitivamente no la entendía. Cualquier chica hubiese dado lo que fuera por ir con él al baile, bueno, tal vez eso era lo que le gustaba, que no era cualquier chica. Por eso no se iba a dar por vencido.
- Podemos ir a Hogsmeade. Podemos hacer lo que tú quieras, pero vamos a hacer algo, por favor – suplicó mirando a la pelirroja.
En ese momento entraron en la sala Remus y Kathleen. En seguida a Lily se le iluminó la cara, podría tener a Potter entretenido durante un rato.
- ¿Qué tal lleváis el castigo? – preguntó Remus sentándose al lado de James, mientras que Kathleen se sentó al lado de Lily.
- Aburrido, no he hecho otra cosa que deberes – James suspiró – Pensé que sería más divertido. Por cierto, ¿y Sirius?
- Tenía una cita – contestó Kathleen.
- ¿Una cita?¿Con quién? Pero, si está pegado a Ravensoul.
- Sí, esa fue más o menos la reacción de Selene.
- ¿Y con quién ha salido?
- Susan Rosehart – explicó Remus, y luego, ante la cara de interrogante de James, añadió – Una chica rubia de Ravenclaw.
- ¿Y Selene ha accedido a ir? – preguntó Lily extrañada.
- Sí, aunque no parecía muy contenta, de hecho parecía que tenía ganas de matar a Black – le contestó su amiga.
- ¿Susan Rosehart es la que repite la palabra "entonces" continuamente? – continuó preguntando James.
- Sí, si quieres mi opinión es como mantener una conversación con una lámpara, de hecho su pelo tiene el mismo color que una bombilla encendida– comentó Remus.
- Lily, ¿juegas al ajedrez? – preguntó de repente Kathleen.
- Vale – contestó.
- ¿Por qué cuando yo te he preguntado me has dicho que no?
- Porque te odio.
Después de unas cuantas partidas de ajedrez los cuatro decidieron moverse de la sala común e ir a Hogsmeade.
Por el camino, James seguía intentando convencer a Lily para que fuera al baile con él, pero Lily decidió que lo mejor sería ignorarle, lo cual resultaba bastante difícil teniendo que estar a menos de tres metros de él.
Después de una rápida discusión decidieron que lo mejor sería ir a Las tres escobas a tomar algo. De camino al bar Remus se dio de bruces con Susan, que caminaba por la calle indignada y sin mirar por dónde iba. Después de ayudarla a que se levantase Susan dirigió una mirada extraña a Remus y siguió su camino sin dirigirles la palabra.
- ¿Qué habrá hecho Sirius? – preguntó en voz alta James.
- No estoy muy seguro de que haya sido Sirius, a la chica le dan prontos de vez en cuando.
Nada más entrar en Las tres escobas vieron a Sirius en la punta de una mesa y a Selene en la otra punta, leyendo un libro. Tan pronto como los vio, Sirius, empezó a hacer señas para que se acercaran.
- ¿Qué tal la cita Black? Nos hemos cruzado con Rosehart cuando veníamos hacia aquí – le dijo Lily a modo de saludo.
- Ah... Susie... La verdad es que no acabo de comprender como ha terminado la cita, es una chica bastante rara.
- Lo que pasa es que se ha enterado de que tiene pareja para el baile – dijo Selene - ¿Os sentáis?
- ¿Qué habéis estado haciendo? – preguntó Sirius a James.
- Evans ha estado intentando tirar una pared con el poder de su mente – ante esto Lily sólo enterró su cabeza entre las manos para evitar oírle - ¿Y vosotros?
- Ella me ha estropeado la cita – contestó señalando a Selene.
- Eso no es verdad, Barbie girl se ha largado porque ha querido, de hecho he sido yo la que he sufrido por tener que escucharla.
- ¿Quieres dejar de llamarla Barbie girl?
- No.
- Arg... Eres desconcertante.
- Eso me ha herido en el alma.
- ¿Qué habéis hecho vosotros hoy? – preguntó dirigiéndose a Remus.
- Bueno... Hemos hecho deberes y hemos ido a las cocinas... Nada interesante.
- ¿Ves? Como eres neutral no te pasa nada interesante. Deberías elegir un bando.
Volvieron al castillo hacia las siete de la tarde y se dividieron por parejas de nuevo. Remus y Kathleen decidieron dar una vuelta por el castillo hasta que tuvieran que volver a la sala común.
- Sabes, el castigo no ha estado tan mal – comentó Kathleen.
- Creo que si le dices eso a alguno de los demás (excluyendo a James) te tirarán escaleras abajo.
- Es lo más probable.
Al doblar una esquina se encontraron cara a cara con Severus Snape y Tasius Nott.
- Lo siento – dijo Remus, que se había chocado con Snape.
- Mira por dónde vas sangre sucia – luego vio a su acompañante - ¿Qué pasa?¿Paseando con tu novia?
- Sí, ya veo que tú has tenido la misma idea – le contestó el castaño mirando a Nott.
- Remus, no hagas comentarios inteligentes, que no los entienden – le reprendió Kathleen, y luego se volvió hacia los otros – Eso ha sido un insulto – explicó muy despacio, como si estuviera hablando con un niño pequeño.
- ¿Os creéis muy graciosos verdad? – preguntó Nott.
- ¿Tanto se nota? – cuando Kathleen contestó Nott sacó la varita.
- Cálmate un poco Tasius, o llamarán a la sociedad protectora de animales – dijo Snape mirando a Remus, pero éste pareció no darse cuenta.
- Sí, y no queremos que nadie os proteja – comentó Remus.
- Cuando ha dicho eso ha insinuado que los animales sois vosotros – continuó Kathleen con el mismo tono de antes.
- Eh Lupin, ¿con quién vas a ir al baile? Me he enterado de que Caperucita roja está cogida – dijo Snape, aunque ni Nott ni Kathleen lo entendieron.
- Todavía estoy esperando que me lo pidas Severus, he visto cómo me miras – contestó el moreno con una sonrisa.
En ese momento el profesor Carter apareció en el pasillo en el que se encontraban.
- ¿Algún problema?
- No, profesor, sólo nos estábamos saludando – dijo Snape fríamente.
- Entonces deberían seguir su camino, o no llegarán a tiempo a sus salas comunes.
Carter, Snape y Nott continuaron andando, dejando solos en el corredor a Remus y a Kathleen.
- ¿A qué venía lo de Caperucita roja? – le preguntó la chica cuando todos desaparecieron de la vista.
- Era una tontería.
- Pues no parece que te haya hecho mucha gracia.
- De verdad, no significaba nada. Carter tiene razón, deberíamos volver a la sala común, son casi las diez – replicó Remus algo nervioso.
- Vale... – Kathleen todavía estaba algo confundida con el insulto.
El siguiente día transcurrió sin percances, excepto un momento en el que Lily casi vuelve a intentar estrangular a James por no dejar de pedirle ir al baile con ella. Sin embargo la prueba de fuego de la convivencia fue el lunes, en el que tuvieron que asistir a clase todavía con las pulseras activadas.
La última clase del día fue Defensa contra las artes oscuras. La asignatura era enseñada por Paulus Kendrall, un ex-auror reclutado por Dumbledore después de retirarse.
Todos se habían sentado con sus respectivas parejas y esperaban a que el profesor hiciera su aparición. Cuando Kendrall entró en el aula se hizo el silencio, a ninguno de los presentes les gustaba demasiado, puede que influyera el hecho de que sus calificaciones no eran demasiado altas.
Dedicaron la clase a las arpías, en concreto las malvadas (por algo se llama "defensa" contra las artes oscuras).
- Profesor – Sirius había levantado la mano - ¿Cómo se supone que se vence una arpía? Es sólo por si hubiera una sentada a mi lado – dijo mirando un momento a Selene.
- No creo que te moleste Black, las arpías sólo comen humanos – varias personas se rieron.
- Es verdad, se me olvidaba que soy un dios.
- Señor Black, señorita Ravensoul, creo que debería recordarles que están en clase – les dijo Kendrall con voz seria.
Kendrall continuó con su explicación sobre las arpías mientras Sirius y Selene seguían discutiendo en susurros.
- ¿Qué te pasa?¿Sigues cabreado por lo de Barbie girl? – preguntó la chica.
- Sí, y no la llames Barbie girl.
- Pero si no te gustaba.
- ¿Y tú qué sabes?
- Podría influir el hecho de que me lo dijeses tú.
- Yo nunca dije que no me gustara, sólo dije que era rara.
- Y aburrida, e insoportable...
- Para un momento, lo de insoportable fue de tu cosecha.
- Pero lo era.
- Bueno, ¿y qué si lo era? Al menos tendría pareja para el baile.
- ¿Y qué soy yo?¿Un tiesto? – preguntó ofendida.
- Me refería a una pareja decente, de esas que piensan y todo.
- ¿Y por eso querías ir con Barbie girl? Porque a mí me parece que lo único que ha hecho por si sola en toda su vida es elegir champú.
- ¿Por qué le tienes tanta envidia?
- ¿Por qué siempre le das la vuelta a las cosas? Yo no le tengo envidia.
- Pues entonces ¿por qué tienes que criticar todo lo que hace?
- Porque es insoportable, rubia y me cae mal.
- ¿Y porque te caiga mal tienes que cargarte mi cita?
- En primer lugar, tú no deberías haber tenido esa cita, porque no sé si te habías dado cuenta de que no nos podíamos separar, pero claro, tú no habías pensado en eso porque para pensar hace falta tener cerebro.
- ¿Sabes qué? Estoy deseando que lleguen las siete, para poder lanzarte desde la torre de astronomía sin tener que ir detrás.
- Que miedo Black...
Cuando por fin terminó la clase todos estaban más tranquilos, aunque Lily se había hartado de James y se había puesto sus tapones de oído a mitad de la clase, lo que no impidió que James siguiera hablando. Cuando Lily se cansó de ver que James seguía hablando intentando que le oyera, se quitó los tapones de oídos y abordó el tema directamente.
- A ver Potter, dame una sola razón para que no te mate ahora mismo.
- Que me quieres.
- Me refería a una que tuviera base real.
- Escucha Evans, que no te hayas dado cuenta de que soy el hombre de tu vida no significa que no lo sea. Por favor, ven al baile conmigo – suplicó James.
Lily respiró hondo. Potter era insoportable, le habría dicho que sí sólo para que se callase, pero no podía tirar por la borda todos sus principios.
- NO. ¿Queda claro?
- No sé lo que falla contigo Evans. Tú me gustas, yo te gusto... No me mires así, es cierto y ya te darás cuenta. ¿Quieres venir al baile conmigo? Te advierto que si no buscaré otra pareja – dijo James como si fuera una amenaza.
- Potter, busca en un diccionario la palabra no y apréndete lo que significa.
- Lo haré si vienes al baile conmigo.
Lily volvió a ponerse los tapones de oídos, todo esto era demasiado para ella.
Al fin dieron las siete y los seis se quitaron las pulseras. Nada más desactivarse la suya, Lily salió corriendo y se metió en su habitación, dejando a James con la palabra en la boca.
- ¿Pero qué le pasa a esa chica? – preguntó extrañado.
- James, eres único – le contestó Sirius.
Las chicas decidieron seguir a Lily para ver si no se había tirado por la ventana y los chicos fueron a las cocinas a robar un poco de comida.
Afortunadamente para James, Lily apareció al día siguiente, lo cual descartaba la teoría del lanzamiento desde la ventana. Aunque la pelirroja le evitó durante todo el día y los días siguientes, y se sentaba lo más lejos posible de él en todas las clases. Así que dos días antes del baile, James decidió que había una pequeña posibilidad de que Lily no accediese a ir con él y consiguió pareja.
Mientras el equipo de Quidditch entrenaba para el partido del día siguiente, Remus fue a la biblioteca a terminar un trabajo para pociones, cuando alguien se sentó a su lado.
- Hola Susan, ¿cómo tú por aquí? – dijo sin quitar los ojos del trabajo.
- ¿Cómo has sabido que era yo?
- Es lo que tienen mis ojos, que ven.
- ¿Estás haciendo un trabajo? – preguntó Susan.
- No, estoy bailando claque... Lo siento, estoy un poco cansado.
- Da igual. ¿Tienes pareja para el baile?
- ¿Por qué? – preguntó desconfiado.
- Porque si no tienes, entonces, podríamos ir juntos.
- ¿Por qué? – volvió a preguntar sin entender muy bien lo que pasaba.
- ¿Por qué tengo que tener una razón?
- Porque eres tú y porque soy yo. Y ahora dime ¿por qué?
- Porque me apetece – contestó la rubia sonriendo falsamente – Entonces, ¿quieres o no?
- Vale – dijo poco convencido y cuando Susan se marchaba añadió - ¿esto es algún tipo de trampa? – la rubia no contestó. "Bueno, por lo menos tengo pareja" pensó y continuó con su trabajo.
Bueno, hasta aquí el capi de hoy, un poco corto, lo sabemos, pero no daba más de sí. El próximo lunes más. Recordar que dejéis muchasssssssssssssssss reviews.
Mariana-Blackforever: Tu nombre no se escribe del todo así, pero es que estamos escribiendo esto a paso rápido. Tranquila, no pasa nada. A nosotras también se nos olvida dejar rr de vez en cuando. Tu eres de las nuestras, estamos de acuerdo en el tamaño del cerebro de Susan y en lo asquerosa, vomitiva, repugnante (ya nos estamos desviando del tema)... que es la rata traidora. Muchas gracias por el rr. Esperamos que te haya gustado el capi.
Xx Beth xX: Wolaaaaaaa. Tranqui, estás perdonada, una no siempre se acuerda de dejar rr. de todas formas muchas gracias por este rr.
Sandra: Holita, gracias. ¿De verdad te gusta? Que bien. En este capi hemos tenido muchas rr, que felicidad. Somos de Madrid. Gracias por la rr, que te guste el capi, y si no te gusta también lo dices.
Adla Lanai: Ya estamos aquí. Pobre James, Lily se pasa un poco a veces, ¿no crees? Bueno, en realidad no (XD). Muchas gracias por la rr, disfruta del capi.
tgv : ¡Pepe!¡Qué sorpresa! Ala, aquí está. ¿Contenta? Pos ahora vas y te lees el de From here to hell, y no somos lentas, es que ahorramos capis.
Luna210-lupin: Tú tranqui, si nos encanta que la gente nos cuente su vida... el caso es que dejen 1 rr, o dos, o tres, o los que hagan falta, cuanto más mejor. Bueno, esperamos que te haya gustado el capi.
lilan: Muchas thanks por el rr, tú tranqui, que como nos lo pasamos muy bien escribiendo lo seguiremos haciendo. Gracie por el review. Besos.
Bueno, muchas gracias de nuevo a todas las personas que nos aguantas todas las semanas. Y el próximo lunes... EL BAILE.
