Hola!!!
Como siempre tardándome pero, con nuevos ánimos y mas ganas de actualizar el fin de semana que viene...como sabrán está teniendo problemas, si en verdad llegasen a eliminar las historias Yaoi de la Web pues...lamentablemente la mía se iría con el resto, de igual manera les agradezco a todos su apoyo y comprensión, se que no soy una escritora del otro mundo pero si me esfuerzo y tomo n cuenta todos los comentarios que me hacen, los leo y me siento como nunca...en verdad, mis mas sinceras gracias...
Capítulo 19: La navidad tiene sabor...a compañía
"El verdadero modo de vengarse de un enemigo es no parecérsele."
Había estado leyendo esa frase durante toda la noche...el desgastado librito color negro se encontraba abierto entre sus manos, hacía años que llevaba ese pequeño libro y siempre le reconfortaba, hacía dos días que lo había hallado luego de encontrarlo, en un área de la habitación de su padre, olvidado, seguramente, éste se lo había decomisado hacía años para venderlo cuando aun estaba nuevo con la esperanza de conseguir al menos lo suficiente para una botella de valor intermedio, la verdad era que aquel ejemplar de bolsillo de las frases célebres más famosas, le era bastante preciado, el libro forrado en un cuero que había perdido ya su brillo, aun tenía sus páginas intactas, si bien alguna que otra manchada, todas, sin ninguna clase de roto...
("Una persona que quiere venganza guarda sus heridas abiertas.")
Hacía ya aproximadamente un par de horas que Yami se había ido, Seto se encontraba aun tendido en la cama, no se había dedicado a curarlo aún, primero quería que descansase un poco...
("Todos nuestros enemigos son mortales.")
Aun tenía aquella triste expresión, como le desagradaba verla en el rostro del CEO ¿Qué clase de tortura le había dado Yami?...
Yami, lo que aún no comprendía era que le había sucedido... ¿Por qué abandonó la habitación de aquella manera? Un poco más y pudo haberlo matado, a demás... ¿Cómo pudo someter a Seto sin ninguna clase de..."poder", si bien sabía que Yami tenía cierta fuerza, casi juraba que la de Seto era superior, al menos por aquella noche...¿Pero como pudo entrar? El no vio a ningún vigilante malogrado y obviamente la seguridad de Kaiba contaba con más de un armamento...
("El odio es una tendencia a aprovechar todas las ocasiones para perjudicar a los demás.")
Se giró un poco, las sabanas crujían a cada movimiento del Ceo que mostraba un insistente mueca de dolor a cada giro..
Joey: ¿...Seto?
Murmuró por lo bajo, nada, no había respuesta, sin duda Yami le tuvo que haber hecho algo malo...
("Más se unen los hombres para compartir un mismo odio que un mismo amor.")
Se levantó en silencio para cubrir un poco más a Seto, se inclinó hacia delante, su rostro se veía tan pálido, un pálido que incluso le resultaba fantasmal...
("Pasión más viva que la amistad es el odio.")
tanteo torpemente entre la oscuridad las manos, sintió algo húmedo, dirigió su mirada a donde sus dedos se posaban, era sangre, y reciente, Seto estaba sangrado...
("Las maldiciones no van nunca mas allá de los labios que las profieren.")
La ira contra Yami crecía cada vez con renovada fuerza...intentaba evitar todas aquellos pensamientos relacionados con su enemigo y darle toda su atención a Seto, pero le era imposible, lo odiaba demasiado
("El odio es la cólera de los débiles.")
Sintió como el cuerpo de seto comenzaba a temblar, dirigió su mirada con prisa al rostro de este y percibió sus brillantes ojos azules llenos de una mueca de dolor y vergüenza en su rostro...
Seto: ¿¡Que haces aquí?!
Le hizo caso omiso al tan poco cordial saludo el CEO
Joey: ¿Cómo te sientes?...
Seto: Lárgate...
Joey: cállate y dime como te sientes
Seto: HE DICHO QUE TE LARGUES
Pudo ver como el CEO entre lo que se asomaban ser lágrimas giraba su rostro, semi ocultándolo con algunos cabellos que caían desordenadamente en una cascada que brillaba al poder del reflejo de la luna mientras le hacía los más violentos ademanes que le permitía su estado físico para que se retirara
Joey: no pidas lo que no va a suceder...ven, voy a curarte...
Joey recostó sus manos sobre los hombros del CEO cosa de la que pronto se arrepintió, Seto al sentir el cálido contacto giró su rostro y lo vio, lo más terrorífico e intimidador que podía haber recaído sobre la tierra, en los ojos del CEO brillaba el odio, sus labios estaba fruncidos, su rostro adquiría rasgos llenos de una intensa crueldad, y su boca lentamente formaba una sonrisa maligna...pero lo más incongruente con aquel plano es que sus ojos no reflejaban vida, el sufrimiento que embargaba el CEO era extremadamente fuerte y había opacado cualquier otro sentimiento que alguna vez habitase en el...
(POV de Seto)
Había desecho lo único que le quedaba en su vida, si bien en aquellos últimos días había mantenido la esperanza de hallar algo ridículamente parecido al amor, ahora aquello solo se veía como una ilusión patética y pasajera (por no decir una debilidad momentánea)
No recordaba muchos hechos de la escena que hacía pocos momentos en aquella misma desgarradora noche le habían ocurrido...
Sentía dolor, sentía un insistente dolor que iban más allá de las fronteras de lo imaginable pero su dolor no era exterior, si bien estaba bastante malogrado físicamente aquello iba más allá de simples heridas, era la vergüenza, sentía como todo su ser era consumido por aquel triste sentimiento que doblegaba a cualquier otro, sentía un inmenso odio, pero no solo hacia Yami que era el origen de todo aquello, si no también hacia Joey, lo odiaba por haber visto su debilidad, por haber visto aquella imagen que llevaba oculta, su imagen como perdedor, imagen que a NADIE le perdonaría ver, no le importaba como, ni cuanto, pero ya no podría ver a la cara a Joey porque sencillamente el rostro con el que antes observaba ya no era el mismo, sus ojos ya no eran los mismos, puesto que ahora que su orgullo estaba devastado, solo le quedaba consumir su alma, y dejarse corromper por la cúspide del poder y el dinero...
Y aquello haría, no dejaría que ninguna clase de...juego infantil se le interpusiera, expuso su honor ante el que solía ser su peor enemigo y con razón, ahora tenía razones para odiarlo todo, odiar a Joey y a todo lo que tuviese que ver con el y a Yami, por supuesto, por ser el que despedazó, aquella pequeña ilusión...los odiaba...
Seto: no me obligues a sacarte...
(POV de Joey)
La voz de Seto era sencillamente aterrorizante, su voz ya no era aquella suave, elegante y sofisticada voz de modales educados aunque con un toque frío, aquella desprendía odio, un odio desbordante de pasiones inimaginables que llegaban desde la ira hasta el dolor, era un siseo vil, casi escupiendo las palabras en un intento no fallido de intimidación...
Era intimidante...
Intentó buscar las palabras acordes a tal situación, tenía miedo, pero conocía bien los sentimientos de Seto...acababa de ser violado...
Joey: Seto, se como te sientes...estas avergonzado por verme aquí...pero...yo...yo puedo ayudarte, en verdad, puedo hacerlo...
Seto: Que sabes tu de esto...maldito perro
Ohhh si el CEO supiera que equivocado estaba...
Una punzada de dolor acudía al los recuerdos del rubio, una mirada triste, y una mueca de molestia eran la clara indicación de que...estaba equivocado...
(Flash Back)
Un apartamento solitario...un niño sollozando...un padre ebrio, cantos navideños fuera del triste ambiente...
Aquella era la bien llamada, la infancia de Joey Wheeler...
Sin familia, sin regalos, sin comodidades...nada
Padre: deja de ver por la ventana, maldito niño!
El sonido de una botella impactada contra una pared, los trozos de cristal brillaban a modo de escarcha mientras caían al suelo, manchados con el brebaje de fuerte olor a alcohol...
Joey: lo siento...padre...
Su padre se sentó en el sillón, tenía aquella mirada perdida típica de un ebrio, aquellas eran sus primeras navidades sin su esposa y su pequeña hija...su vida era un asco, sin trabajo, sin familia, solo, en ese patético departamento...si bien era un hombre joven , la bebida y la falta de sueño ya había hecho su aparición en el cuerpo del hombre, las ojeras, que caian como bolsas flácidas y numerosas, rodeaban los hermosos ojos verdes del hombre, la barba, con notoria falta de rasuración le daban un aspecto antihigiénico muy acorde a su aliento, y sin embargo, el cuerpo se mantenía delgado dadas seguramente la cantidad de peleas y falta de buena alimentación
Y sin regalos...
Padre: Mocoso, que no le piensas regalar nada a tu padre?
Joey abrió los ojos con miedo y duda, su padre siempre desechaba sus regalos, así que le había dado a entender que...no deseaba ninguno ¿o no?
Su padre, consiente de que no había respuesta alguna sencillamente lanzó un resoplido y dirigió una mirada llena de asco al pequeño...estaba tan aburrido...necesitaba alguna emoción y no quería salir a buscar ninguna bebida ahora que estaba nevando...uhm...su mirada divagó por el cuerpo del pequeño, vaya que era un niño hermoso...
Había sacado su cabello, dorado brillante...y los ojos de su madre, del mismo color miel...
Oro y miel...una piel suave, tensa, joven y blanca...oro, miel y terciopelo...que excelente combinación...
Sintió que parte de su cuerpo lo llamaba... ¿Acaso?...
La verdad, no era una mala idea...
Padre: Oye Joey...le debes un regalo a tu pobre padre...ven, siéntate...
Joey dudó, hacía mucho que había perdido el contacto físico con su padre, la no lo acariciaba o revolvía su cabello como antes, tampoco era lo que se llamaba uno de esos padres que jugara con sus hijos, y que quisiese sentarse a su lado lo extraña en grades proporciones...
Sin embargo, todo niño necesitaba el amor de su padre, y Joey era un niño muy cariñoso...
Padre: Joey...vamos ah...hacer un juego, tu relájate y si no quieres perder...no grites...
Una mueca burlona se tornó en el rostro de su padre, el miedo lo consumió y a pesar de ser un niño inconsciente, sabía que lo que le esperaba no era bueno...había caído en su trampa...
(Fin Del Flash Back)
Joey: ¿Ya ves? Se como te sientes...
El ceo abrió los ojos a modo de sorpresa...
(POV de Seto)
La reciente declaración del perro lo había dejado anonadado por momentos, Joey se había girado ocultando su rostro, sin embargo, no tenía que verlo para suponer lo que sucedía, sus ojos se humedecían mientras relataba aquella trágica anegadota así que lo siguiente era de esperarse...
No se esperaba que la vileza de aquel hombre llegase a tan punto de cometer una bajeza como la de violar a su propio hijo, la injuria y la ira llenaron su cuerpo en una nueva oleada masiva de sentimiento que de repente, desaparecieron...dejándolo, en blanco...
Sintió un deseo como nunca lo había sentido, la necesidad de abrazar al perro, de sentirlo junto a el, de sentir aquella calidez tan deliciosa que emanaba su cuerpo, de sentir sus finas manos rodeado su espalda...pero no necesitaba el contacto físico, si no, más bien, el emocional...
Si aquello era el amor pues comprendía el por qué se hablaba tanto de aquel sentimiento, era la esperanza, la alegría y el dolor todos con una misma fuerza, mezclados en una unión en el que la palabra perfecta se sentía mal utilizada y burda, en la que la dependencia era lo primordial, se sintió dependiente, dependiente del joven que se encontraba a escasos metros de el, quiso estar con el, no anhelaba, lo necesitaba, quiso sentir su cuerpo, su voz, su mirada, todo en el lo llamaba, sentía como su vida pasaba a sus ojos como simples hechos que eran fuertemente superados por aquel...
Toda su vida se concentraba en aquel momento...
Y nuevamente, lo que alguna vez fue odio y vergüenza, se transformó en amor...tal cual como ya había sucedido, sin embargo, esta vez...tenia renovada y mayor fuerza...
Seto: Joey...
Joey giró sobre sus talones con una hermosa sonrisa en su rostro, de sus ojos brotaban lágrimas y sin embargo, su sonrisa era transparente, fuera de otro sentimiento que no fuese la calma y la felicidad, su sonrisa competía con el amanecer y la claridad de la nieve, era la sonrisa de un niño en navidad, la sonrisa de ilusión de un niño esperando su regalo, de una mujer al momento de una proposición matrimonial, era la sonrisa del gozo, y de la belleza...la del guerrero luego de la batalla, era la sonrisa...de un enamorado
Jamás vio belleza como aquella, sus cabellos dorados, jugueteando con el aire, en una danza llena de brillos, su rostro estaba iluminado, y es que el cabello de Joey ardía, su sonrisa ardía y sus ojos eran la mecha, porque jamás se sintió tan cálido y reconfortado en ese momento, puesto que los dos...
Estaban ardiendo...
Joey se acercó con delicadeza a la cama brindándole un efusivo abraso al malherido CEO que intentaba de manera inútil contener la torrencial humedad de sus ojos, se sentían liberados, tristes, pero liberados y a su vez, la emoción del momento y la emotividad de la situación, hacían de aquella imagen la más bella en la vida de ambos...
Quien diría que una época tan odiada como la navidad, resultase...
Tan hermosa...
Joey: Ya no estás solo...Seto
