Konichiwa, para todos quienes los pedían, capitulo 3 de "En el teatro
de parís". Thank you for your reviews en serio. Bien el fic!!! Para los no
amantes del shonen ai y próximamente yaoi, lime y lemon, mejor ni se
asomen a este y a los siguientes capítulos. Lo que está entre "" es lo que
están pensando
Capítulo 3: Otra forma de ver el invierno.
Poco a poco, paso a paso, les quemaba la piel, como si les hubiesen prendido fuego, pero un fuego invisible, y así más poderoso, en su interior. Pero algo no estaba bien y lo sabían, sus labios rozaban delicadamente.
Pov de Horo.
"¿Que demonios estoy haciendo? Vamos él, es un chico, ba! Como si alguna vez me hubiese importado lo que los demás piensan de mí, eso no tiene NADA que ver, pero acabo de conocerlo, es tan diferente a mí y no se que siento ahora, pero es cálido, reconfortante y a la vez perturbador."
-Lo siento- Horo se alejó de él, pero no lo dejó de abrazar, Len dándose cuenta de lo que habían estado apunto de hacer apoyó su cabeza en el hombro de su compañero, avergonzado y... desilusionado.
-¿Por qué?-Preguntó el ainu
-Por qué, ¿qué?-respondió tan fríamente como siempre.
-¿Por qué estábamos apunto de besarnos, y yo me alejé "aunque no haya querido"?-La pregunta fue directa y dejó perplejo a Len.
-Estábamos apunto de basarnos, tu te alejaste y fue todo, pero no entiendo por qué paso-
-Será, que "¿me gustas?"-Pesando lo último
-Será ¿qué?-
-Olvídalo, tiburón de agua dulce-
-¿¡¡¡¡Cómo me llamaste?!!!- Otra de sus peleas había empezado, logrando olvidar casi por completo el momento de hace un rato. Luego de acabada su pelea, se dirigieron de nuevo a la casa del Chino, ¡Dios! Que hermosa noche era aquella, diferente, pero Horo dejó de admirar el cielo para ver a algo más hermoso, Len. Cuanto daría por saber que pensaba en esos momentos.
Pov de Len
"¿Por qué?, buena pregunta 'por que te atrae' bien eso ya lo sé y no tengo por que negarlo, aunque sea un chico, 'cómo si algo como eso alguna vez te hubiese detenido o es que acaso le temes a la gente' pero claro que no!!! es sólo que se que me atrae pero ¿será que me gusta? 'eso ya es otra cosa' ni que lo digas, ¿y desde cuándo hablo conmigo mismo? 'tú sabrás, míralo, te sigue, y es tan diferente a ti' es eso lo que me atrae 'entre otras cosas, cómo su físico' mira lo que hiciste, al sólo pensarlo me sonrojo!!! Te odio 'y ¿qué harás?, casi se besan, y no creo que pases eso por alto' si" mientras pensaba esto tocaba sus labios como recordando aquel rose, sólo que no sabía que un muchacho lo observaba, lo contemplaba como al más bello amanecer o a la más brillante estrella.
Pov. De Horo
"Que bello, mi "ángel" (pues aún me parece uno) se sonrojó, ¿por qué?, para que me lo pregunto, que ni estando dentro de su cabeza podría averiguarlo, es tan complejo. Se toca los labios, y otro rubor carmín aparece, carmín como las rosas, ¿rosas?, se supone que este parque se llama 'el parque de las rosas' y sólo veo nieve"
-Oye chinito, ¿no qué este parque se llamaba "el parque de las rosas"? yo no veo ni una-
-Cabeza hueca, estamos en invierno-
-No me refería a eso, se que estamos en invierno, pero sólo veo árboles caídos, ni un pequeño rastro de esas rosas-
-Es que son muy especiales, en verano son más rojas que nunca y se las ve con verde de plantas a su alrededor. En primavera se las ve en abundancia y rosadas con rojo, sólo a ellas sin que nada tape su belleza. En otoño se van con las hojas y los pétalos de cerezo, es un espectáculo hermoso, el juego de colores, pétalos y hojas en el viento. En invierno no aparecen, parece como si este parque sólo fuera habitado por árboles secos y fríos-
Se ve que has venido a este parque muchas veces-
-Se podría denominar mi lugar favorito, en especial para huir, o para pensar-
-¿Huir?-
-Huir del mundo, de mi casa, de esos lujos, de mi familia, de todo- Sin darse cuenta se volvieron a detener, Len estaba apoyado de espaldas a un árbol, y Horo parado frente a él viéndolo-Aunque no me gusta venir en invierno. No me gusta el frío-Dijo mientras calentaba sus manos con su propio aliento-
-¿Qué?, quien lo diría al señor "corazón de hielo" no le gusta el invierno-Se arrepintió de sus palabras, ya que vio como su semblante se molestaba y entristecía.-A mi al contrario me encanta el invierno, es mi época del año favorita-
-¿Por qué?-
-No lo se, es que en el lugar donde nací siempre hace mucho frío y nieva. Es que además es increíble que de tantos copos de nieve cada uno sea diferente al otro, que como puede haber tanto frío y después de un tiempo reine el calor, tratar de ganar a la naturaleza, y hacerle ver que no importa que época tenga, siempre seré cálido por dentro-Len estaba asombrado, jamás había visto el frío de ese modo, y de seguro él jamás había visto el frío del modo en que el mismo lo veía, esto se debía tal vez al hecho de que conocía el frío del interior, al contrario de Horo. Pronto, si que se dieran cuenta empezaron a caer suaves copos de nieve, uno tras otro como una melodía.
-Está empezando a nevar, mejor nos apresuramos- Dijo Len poniéndose en marcha.
No señor, quedémonos un rato-Dijo Horo estirando a Len para que se quedara.
-¿Por qué?-
-Me acabas de decir que no te gusta el invierno, y supongo que es mi obligación hacerte cambiar de opinión-
-Pero...-Horo puso un puchero, que hizo en el acto que Len accediera, no muy gustoso-
-Ven-Len fue a donde estaba él.
-Extiende tu mano-
-No quiero- Horo le tomó su mano derecha e hizo que la extendiera para que un copo de nieve cayera a su mano.
-Este copo de nieve aunque no parezca es muy diferente a todos esos copos de nieve que caen, igual que tú y yo, además que yo siempre he creído que tienen vida-Soltó su mano. "Tan diferentes como tu y yo" pensaba Len viendo hacia arriba donde blancos copos caían al suelo. Pero fue interrumpido de su paz por una bola de nieve que dio en su cabeza, volteó, era Horo quien a 6 metros de distancia le había lanzado una bola de nieve.
-Aunque no está mal jugar un poco!!!-Le gritó para volverle a lanzar otra bola de nieve.
-Ya veremos!!!-Len también se unió al juego de "escapar, ocultar y atacar", estuvieron así por varios minutos, jugando como niños traviesos. Hasta que Len en una emboscada corrió hasta un árbol donde Horo lo interceptó y entre bolas de nieve ambos cayeron, Horo encima de Len, prácticamente. Horo ante la que hubiera sido hace unos minutos, vergonzosa situación, rodó por la nieve hasta quedar un metro de distancia.
-Ve más allá- sentenció el chino
-¿Por qué?-Horo se estaba apoyando con su brazo para sostenerse y ver a Len.
-Pues, porque quiero hacer un ángel de nieve-Horo se echó a reír a carcajadas.
-Se que es algo infantil, pero no es para que te rías-
-No me río de tu idea, sólo que no me parece prudente que un hermoso ángel quiera hacer otro ángel en la nieve- Su vergüenza había desaparecido por completo para ambos. Horo se acercó más y acarició su mejilla fría, y Len jugueteó con su cabello celeste unos momentos. Horo se acercó a Len mirándolo y cerrando sus ojos lentamente. El beso que no se habían podido dar por vergüenza, por duda y temor, se lo iban a dar ahora, sin importar el hecho que ambos eran chicos, y que estaban en un parque público encima de la nieve. Para Len había desaparecido su orgullo, para Horo-horo su hermana, en fin todo era para ambos sólo un vago obstáculo. Len lo jaló hacia él con cuidado y también cerró los ojos. Primero se rozaron, pero luego fue un beso, Len sintió unos labios moviéndose con habilidad encima de los suyos, una cálida lengua pidió permiso para entrar a su boca, las lenguas jugaban, mientras en el aire se escuchaban unos suspiros y gemidos por parte de ambos, ese beso era tan cálido, tan fuerte, si antes sólo verse provocaba que algo les quemara por dentro, ahora era mucho peor., el fuego del infierno no quemaba tanto como su apasionado beso. Horo volvió a acercarse más a Len casi hasta quedar encima de él como hace un rato sin dejar de besarlo, Len puso sus dos manos en su cuello y cabeza tratando de profundizar el beso hasta que se desangraran sus labios. Horo fue bajando la mano que antes estaba en la mejilla de Len delineando su figura, hasta llegar al muslo, donde levantó la pierna un poco para acariciarla. Ahora sabían por qué no habían querido separarse antes, porque sabían que ya nada ni nadie los podía separar, o eso pensaban hasta que...
-¡¡¡¡¡¡¿Qué creen que hacen ustedes 2?!!!!- Esa voz fue la que los sacó de su sueño paradisíaco, es voz era la de Pilika.
Continuará...
Lo se, poco e insignificante, pero fue todo a lo que alcanzó mi tiempo e imaginación, es que mañana viajo y tengo que alistar el equipaje y todo ese rollo. Sayonara, espero que les haya gustado. Reviews!!!
Capítulo 3: Otra forma de ver el invierno.
Poco a poco, paso a paso, les quemaba la piel, como si les hubiesen prendido fuego, pero un fuego invisible, y así más poderoso, en su interior. Pero algo no estaba bien y lo sabían, sus labios rozaban delicadamente.
Pov de Horo.
"¿Que demonios estoy haciendo? Vamos él, es un chico, ba! Como si alguna vez me hubiese importado lo que los demás piensan de mí, eso no tiene NADA que ver, pero acabo de conocerlo, es tan diferente a mí y no se que siento ahora, pero es cálido, reconfortante y a la vez perturbador."
-Lo siento- Horo se alejó de él, pero no lo dejó de abrazar, Len dándose cuenta de lo que habían estado apunto de hacer apoyó su cabeza en el hombro de su compañero, avergonzado y... desilusionado.
-¿Por qué?-Preguntó el ainu
-Por qué, ¿qué?-respondió tan fríamente como siempre.
-¿Por qué estábamos apunto de besarnos, y yo me alejé "aunque no haya querido"?-La pregunta fue directa y dejó perplejo a Len.
-Estábamos apunto de basarnos, tu te alejaste y fue todo, pero no entiendo por qué paso-
-Será, que "¿me gustas?"-Pesando lo último
-Será ¿qué?-
-Olvídalo, tiburón de agua dulce-
-¿¡¡¡¡Cómo me llamaste?!!!- Otra de sus peleas había empezado, logrando olvidar casi por completo el momento de hace un rato. Luego de acabada su pelea, se dirigieron de nuevo a la casa del Chino, ¡Dios! Que hermosa noche era aquella, diferente, pero Horo dejó de admirar el cielo para ver a algo más hermoso, Len. Cuanto daría por saber que pensaba en esos momentos.
Pov de Len
"¿Por qué?, buena pregunta 'por que te atrae' bien eso ya lo sé y no tengo por que negarlo, aunque sea un chico, 'cómo si algo como eso alguna vez te hubiese detenido o es que acaso le temes a la gente' pero claro que no!!! es sólo que se que me atrae pero ¿será que me gusta? 'eso ya es otra cosa' ni que lo digas, ¿y desde cuándo hablo conmigo mismo? 'tú sabrás, míralo, te sigue, y es tan diferente a ti' es eso lo que me atrae 'entre otras cosas, cómo su físico' mira lo que hiciste, al sólo pensarlo me sonrojo!!! Te odio 'y ¿qué harás?, casi se besan, y no creo que pases eso por alto' si" mientras pensaba esto tocaba sus labios como recordando aquel rose, sólo que no sabía que un muchacho lo observaba, lo contemplaba como al más bello amanecer o a la más brillante estrella.
Pov. De Horo
"Que bello, mi "ángel" (pues aún me parece uno) se sonrojó, ¿por qué?, para que me lo pregunto, que ni estando dentro de su cabeza podría averiguarlo, es tan complejo. Se toca los labios, y otro rubor carmín aparece, carmín como las rosas, ¿rosas?, se supone que este parque se llama 'el parque de las rosas' y sólo veo nieve"
-Oye chinito, ¿no qué este parque se llamaba "el parque de las rosas"? yo no veo ni una-
-Cabeza hueca, estamos en invierno-
-No me refería a eso, se que estamos en invierno, pero sólo veo árboles caídos, ni un pequeño rastro de esas rosas-
-Es que son muy especiales, en verano son más rojas que nunca y se las ve con verde de plantas a su alrededor. En primavera se las ve en abundancia y rosadas con rojo, sólo a ellas sin que nada tape su belleza. En otoño se van con las hojas y los pétalos de cerezo, es un espectáculo hermoso, el juego de colores, pétalos y hojas en el viento. En invierno no aparecen, parece como si este parque sólo fuera habitado por árboles secos y fríos-
Se ve que has venido a este parque muchas veces-
-Se podría denominar mi lugar favorito, en especial para huir, o para pensar-
-¿Huir?-
-Huir del mundo, de mi casa, de esos lujos, de mi familia, de todo- Sin darse cuenta se volvieron a detener, Len estaba apoyado de espaldas a un árbol, y Horo parado frente a él viéndolo-Aunque no me gusta venir en invierno. No me gusta el frío-Dijo mientras calentaba sus manos con su propio aliento-
-¿Qué?, quien lo diría al señor "corazón de hielo" no le gusta el invierno-Se arrepintió de sus palabras, ya que vio como su semblante se molestaba y entristecía.-A mi al contrario me encanta el invierno, es mi época del año favorita-
-¿Por qué?-
-No lo se, es que en el lugar donde nací siempre hace mucho frío y nieva. Es que además es increíble que de tantos copos de nieve cada uno sea diferente al otro, que como puede haber tanto frío y después de un tiempo reine el calor, tratar de ganar a la naturaleza, y hacerle ver que no importa que época tenga, siempre seré cálido por dentro-Len estaba asombrado, jamás había visto el frío de ese modo, y de seguro él jamás había visto el frío del modo en que el mismo lo veía, esto se debía tal vez al hecho de que conocía el frío del interior, al contrario de Horo. Pronto, si que se dieran cuenta empezaron a caer suaves copos de nieve, uno tras otro como una melodía.
-Está empezando a nevar, mejor nos apresuramos- Dijo Len poniéndose en marcha.
No señor, quedémonos un rato-Dijo Horo estirando a Len para que se quedara.
-¿Por qué?-
-Me acabas de decir que no te gusta el invierno, y supongo que es mi obligación hacerte cambiar de opinión-
-Pero...-Horo puso un puchero, que hizo en el acto que Len accediera, no muy gustoso-
-Ven-Len fue a donde estaba él.
-Extiende tu mano-
-No quiero- Horo le tomó su mano derecha e hizo que la extendiera para que un copo de nieve cayera a su mano.
-Este copo de nieve aunque no parezca es muy diferente a todos esos copos de nieve que caen, igual que tú y yo, además que yo siempre he creído que tienen vida-Soltó su mano. "Tan diferentes como tu y yo" pensaba Len viendo hacia arriba donde blancos copos caían al suelo. Pero fue interrumpido de su paz por una bola de nieve que dio en su cabeza, volteó, era Horo quien a 6 metros de distancia le había lanzado una bola de nieve.
-Aunque no está mal jugar un poco!!!-Le gritó para volverle a lanzar otra bola de nieve.
-Ya veremos!!!-Len también se unió al juego de "escapar, ocultar y atacar", estuvieron así por varios minutos, jugando como niños traviesos. Hasta que Len en una emboscada corrió hasta un árbol donde Horo lo interceptó y entre bolas de nieve ambos cayeron, Horo encima de Len, prácticamente. Horo ante la que hubiera sido hace unos minutos, vergonzosa situación, rodó por la nieve hasta quedar un metro de distancia.
-Ve más allá- sentenció el chino
-¿Por qué?-Horo se estaba apoyando con su brazo para sostenerse y ver a Len.
-Pues, porque quiero hacer un ángel de nieve-Horo se echó a reír a carcajadas.
-Se que es algo infantil, pero no es para que te rías-
-No me río de tu idea, sólo que no me parece prudente que un hermoso ángel quiera hacer otro ángel en la nieve- Su vergüenza había desaparecido por completo para ambos. Horo se acercó más y acarició su mejilla fría, y Len jugueteó con su cabello celeste unos momentos. Horo se acercó a Len mirándolo y cerrando sus ojos lentamente. El beso que no se habían podido dar por vergüenza, por duda y temor, se lo iban a dar ahora, sin importar el hecho que ambos eran chicos, y que estaban en un parque público encima de la nieve. Para Len había desaparecido su orgullo, para Horo-horo su hermana, en fin todo era para ambos sólo un vago obstáculo. Len lo jaló hacia él con cuidado y también cerró los ojos. Primero se rozaron, pero luego fue un beso, Len sintió unos labios moviéndose con habilidad encima de los suyos, una cálida lengua pidió permiso para entrar a su boca, las lenguas jugaban, mientras en el aire se escuchaban unos suspiros y gemidos por parte de ambos, ese beso era tan cálido, tan fuerte, si antes sólo verse provocaba que algo les quemara por dentro, ahora era mucho peor., el fuego del infierno no quemaba tanto como su apasionado beso. Horo volvió a acercarse más a Len casi hasta quedar encima de él como hace un rato sin dejar de besarlo, Len puso sus dos manos en su cuello y cabeza tratando de profundizar el beso hasta que se desangraran sus labios. Horo fue bajando la mano que antes estaba en la mejilla de Len delineando su figura, hasta llegar al muslo, donde levantó la pierna un poco para acariciarla. Ahora sabían por qué no habían querido separarse antes, porque sabían que ya nada ni nadie los podía separar, o eso pensaban hasta que...
-¡¡¡¡¡¡¿Qué creen que hacen ustedes 2?!!!!- Esa voz fue la que los sacó de su sueño paradisíaco, es voz era la de Pilika.
Continuará...
Lo se, poco e insignificante, pero fue todo a lo que alcanzó mi tiempo e imaginación, es que mañana viajo y tengo que alistar el equipaje y todo ese rollo. Sayonara, espero que les haya gustado. Reviews!!!
