Konichiwa!!!! Bien este en el teatro de parís, por favor por lo q más quieran, a los que NO les guste lemon entre chicos o yaoi sólo por lujuria y deseo y pensaron que abría romance, GRAN error SI habrá romance pero al final, final, y por lo menos de parte de Len esto es puro capricho, a los que NO les gusten las violaciones tampoco lean. Pues tanto Horis como Len sufrieron de eso de manera sanguinaria. Asi que ni se asomen.

ADVERTENCIA- lime entre chicos en el final.

Cap. 4 Es tu traición y es mi deseo.

Esa voz logró alertarlos, era la de Pilika, pero para su suerte era un joven que reñía a dos pequeños niños que jugaban en la nieve a estas altas horas de la noche.

-Vuelvan acá y nada de travesuras- Rayos que cerca estuvo eso. Luego de que se fueran sin siquiera notar su presencia se tiraron a la nieve y empezaron a reír como locos.

-Y...¿en qué estábamos?-preguntó Horo, nuevamente encima de Len.

-No lo sé...-empezó a acariciar sus labios y luego su cuello de manera atrevida y sensual. Ahora se miraban distinto, no era con el supuesto cariño que antes los bordeaba, era con lujuria y deseo. Y entendieron los planes del otro, querían estar juntos en la cama, ¿era mucho pedir?, se atraían, los enloquecía el cuerpo del otro y así lo seguiría haciendo hasta que se acostaran y sabrían si realmente se gustan, o es sólo un juego más. El beso fue sólo prueba, no creían que se gustaban, al menos no ahora. Horo se le acercó y mordió su oreja y lo acarició de nuevo pero más detallado, logrando sacar jadeos que se congelaban en el aire frío del chino.

-Espera-Len lo retiró-Me quieres contigo y yo también, pero comprenderás que no es la hora ni el lugar, además-Se relamió los labios y lo miro deseoso- Tendrás que ganártelo, porque sólo el que yo quiero es el que entra a mi cuarto, tus méritos hablaran por ti mismo-

-Pues solo por eso, te lo haré con un trato... especial- Entre una de sus caricias lo arañó intencionalmente haciendo que se arqueara hacia atrás, Len entendió, pues sabía que eso significaba que lo haría sufrir.

-Eso espero, ahora tenemos que irnos- Retomó su actitud, pero no podía negar que el beso lo hizo sentir diferente, y aún no creía que jugó como un pequeño pillo en la nieve, pero era tiempo pasado.

Sin palabra alguna llegaron a la mansión de los Tao, entraron por un amplio vestíbulo hasta la sala donde se encontraban las escaleras para subir a los 3 pisos restantes. Allí los esperaban 2 preocupadas hermanas.

-Hasta que deciden aparecerse-Regañó Pilika, era increible de cómo se parecía a la voz de aquella joven que los había interrumpido.

-Tranquilas ya estamos aquí-Dijo Horo sonriente.

-¿Pero por qué se tardaron tanto?-

-Mañana te daré detalles, tuvimos percances con el atajo que suelo tomar. Ahora vayamos a dormir que es tarde- Dijo cortante y sin más subió por las escaleras seguido de las muchachas y el peli-azul.

-Entra-Antes de llegar al cuarto de Len Horo se quedó en su ahora habitación. Sus maletas estaban a un lado de un ropero alto y fino, encima de una alfombra. Le sorprendió lo grande que podía ser una habitación, y esa que parecía de reyes era ahora SUYA sólo suya. Pero tal vez alguna noche no muy lejana la compartiría con cierto chinito, que ahora veía de reojo.

-Entendiste hermano-Por andar de tonto no escuchó lo que su hermana le decía.

-Si Pilika, ahora-Bostezó fingidamente para que lo dejaran en paz-déjame dormir.

-Ay hermano, de acuerdo vamos Jun- Todos se fueron cerrando la puerta tras de sí.

Se puso su pijama, que no era muy abrigador y se echó sobre las cobijas mirando al techo pensando en cierta forma de obtener méritos para cierto chinito.

No supo cuanto tiempo pasó cuando por debajo de la puerta divisó una sombra, era de Len Tao, pues tenía una agilidad felina. Otra forma de ganar méritos podría ser seducirlo un poco. Una malévola sonrisa de costado adornó su cara en la oscuridad.

Mientras tanto un hermoso joven de ojos dorados se quitaba la camisa en el gimnasio del 3 piso para entrenar. No podía dormir con cierto "objeto de deseo" merodeando en su mente, o más precisamente el mismo deseo de tenerlo YA, no lo dejaba dormir. Pero no podía ir y entregarle su cuerpo ahora, se acababan de conocer eso sería acabar con su reputación, y de cierta manera prostituirse. Sacó la última idea de su mente, le daba asco. En frente de la ventana del gran gimnasio había una bolsa de box que empezó a puñetear. Pero ese maldito deseo, y ahora qué, su imaginación imaginaba el momento a la perfección, aquellas maños arañándolo sin importar que implorara más fuerte por su dolor, disfrutando verlo sufrir ante sus caricias. Su ropa tirada y rasgada y su garganta ronca de tanto gemir, su cuerpo lleno de marcas y sus labios sangrantes, de ambos, esas manos frías que lo hacen estremecer delineándolo por completo retirando todo lo que no sea de su propio cuerpo, para llegar hasta su cabeza y tirar de sus cabellos haciendo que esta se vaya hacia atrás para morder su cuello, mientras trataba de separar sus piernas para el momento de su sumo placer, él gimiendo y jadeando, revolviéndose de dolor debajo de su cuerpo. Sólo imaginar todo el acto lo hacía querer desearlo más, aunque con ello se denominara un masoquista.

-¿No puedes dormir?-Esas palabras lo sacaron de sus perversas fantasías donde el dueño de la voz era el protagonista.

-No Hoto-hoto-Len olvidó su fantasía y dejó de golpear aquella bolsa para hacer unos ejercicios de piernas a una de las múltiples "máquinas de ejercicios"

-Oye Rentado, lo estás haciendo mal, mueves mucho la cadera-"tan sensualmente que me enloquece te veo caminar" pensaba mirando a Len como si quisiera hacerlo suyo, en ese momento y lugar. Horo dejó de apoyarse en la puerta del gimnasio oscuro, para ir a donde su "ángel" hacía lo ejercicios.

-Si crees que lo hago mal ¿por qué no me enseñas haber si lo haces mejor?- Entonces sintió como unas fuertes y aún así suaves manos tomaban su cadera y la sujetaban insinuantemente haciendo no sólo que se mantuviera rígida, sino también que Len gimiera un poco y dejara de concentrarse.

-Así- le susurró Horo en su oído.

-¿Por qué no puedes dormir tú?-Preguntó Len saboreando cada vez más los movimientos insinuantes que el ainu le hacía.

-Lo mismo te pregunto, ¿qué haces en un gimnasio oscuro a esta hora?-

-Me gusta entrenar, además no puedo dormir por razones obvias-

-Si, las mismas que yo-

-Ajá-

-¿Nadie te ha dicho que tienes un lindo trasero?-Preguntó en su oído mientras las manos que estaban en su cadera ahora acariciaban esta, las piernas y el trasero de Len.

-¿Sabes que esto es sólo un juego?-

-Si, y en este tú también eres mi juego- Ahora acariciaba no solo las partes mencionadas, sino también parte de su entrepierna.

-¿Sabes que estoy comprometido?-

-O sea que tienes novia-

-Algo así-

-No me interesa, haría cualquier cosa para poseerte- Los toqueteos de Horo se habían convertido en salvajes caricias.

Horo no pudo más con la lujuria, la tentación y el deseo, le dio la vuelta para que lo viera lo atrajo y lo besó en el cuello y en la oreja de la misma manera que sus caricias se convertían en arañazos desesperados y sus besos en mordidas y lamidas que pedían mas de su "ángel". No debía preguntar y lo llevó a otra de esas máquinas donde lo sentó y siguió con su tarea cada vez más dedicado mientras su "ángel" gemía y trataba de normalizar inútilmente sus jadeos, también lo acariciaba y entre tanto se besaron con al lengua no jugando, batallando con la pasión entre el medio y luego de morder aquellos labios y desangrarlos se separaron.

-¿Tanto me deseas?-Preguntó Len con la respiración entrecortada.

-Mucho, mas de lo que te imaginas-

-Si es tanto tu deseo y el mío ¿por qué no lo saciamos de una vez?-

-¿Estás seguro?-

-Vamos a mi habitación- Luego de las palabras salieron del gimnasio bajando silenciosamente. Len abrió la puerta y entró en penumbras a su habitación. Horo entró tras él y la cerró a sus espaldas, Len se sentó en la cama, y sensualmente empezó a acariciarse solo, bajó sus manos desde su cuello, hasta su camisa donde empezó a desabrocharla poco a poco ante la mirada lujuriosa de Horo quien sabía que esta noche apenas estaba empezando.

Continuará...

Bien sólo digo que me manden reviews esto es todo, el próximo capítulo los detalles de su noche y la "novia de Len" hace su aparición, Len NO es de Horo, y NO fue Pilika quien interrumpió, los extras jugarán un papel importante, y Pilika aunque sepa que lo de Len no se rendirá. Bien Sayonara por fin capi 4.