Capítulo / Día 9. Incomodidad (este cap tiene todo el principio porque es mi día de cumpleaños y me gustan los principios).
Cuando Narcisa Malfoy se materializó en casa del profesor Slughorn al final del verano de 1998, no se imaginaba todavía las consecuencias que esa aparición y la charla que siguieron tendrían en todo su futuro.
Al viejo profesor no le gustaban los Malfoy: sus asuntos y negocios serían sospechosos por siempre, su mansión había albergado un cuartel de mortífagos, habían estado en posesión de horrocruxes a saber cuántos años y habían apoyado abiertamente el régimen oscuro. Incluso podría decirse que relacionarse con ellos era peligroso.
Y, sin embargo, no pudo negarse a recibir a la mujer que apareció para rogarle que apoyara un poco a su hijo.
No que le diera ventajas, lo exentara de sus deberes o fuera especialmente palero hacia él. Pero que no lo tratara como si Draco fuera su padre o un criminal hecho, que Narcisa temía, tratarlo así lo llevaría al resentimiento y a serlo de verdad.
Y el viejo profesor lo medito todo un día, preparó su baúl para volver a Hogwarts diciéndose que no tenía por qué concederle nada a esa mujer ni a su hijo, que ya una vez había apoyado al chico equivocado y había terminado en dos Guerras Mágicas, que no podían obligarlo ni comprarlo y todos los argumentos que encontraba en contra.
Draco ni siquiera se conducía a sí mismo como si quisiera ayuda al inicio del año escolar.
No hablaba con casi nadie, se concentraba en su poción de clase y entregaba las tareas que le pedían. No se sentaba con nadie en el comedor y habiendo perdido a sus guardaespaldas ni los demás Slytherin se le acercaban.
Draco estaba en Hogwarts porque el Wizengamot así lo había decidido. Era un secreto a voces que la medida era tomada para que no volviera a la mansión Malfoy, minada de artes oscuras ni con sus padres, que se hospedaban en una de sus residencias alternas mientras enfrentaban sus juicios.
Una libertad relativa.
Para él, un año de prisión fingiendo que seguía siendo estudiante.
No llevaban ni una semana de curso cuando Draco había visitado por tercera ocasión la enfermería y de paso, enviado a unos cuantos estudiantes que se habían metido con él.
La mañana en que el muchacho se apareció en su clase con un par de dedos inmovilizados y morados después de un puñetazo muy mal ejecutado, Slughorn comprendió a lo que se refería Narcisa: tratarlo como criminal lo estaba volviendo uno potencial. Draco estaba defendiéndose y sobreviviendo terriblemente.
Cuando el profesor mencionó el trabajo en equipo, supo por los murmullos y expresiones a su alrededor que nadie trabajaría con Draco por voluntad propia.
Y así fue como eligió a Ginny Weasley: la más valiente de sus estudiantes seguro que se las arreglaría con ese chico.
Hubo que hacer algunos ajustes y trampas para que pareciera azahar y a Slughorn le dio un poco de pena la expresión tensa y apretada con la que Ginny abandonó su pupitre junto a Hermione para ir a sentarse con quien sería "su compañero" de trabajo. Pero el profesor confió.
¿Cómo más podría ayudar a ese chico?
No le pasó desapercibido que esa mañana Draco continuó trabajando por su cuenta y sólo agregó por fuerza el nombre de "Ginevra Weasley" a la etiqueta de la poción que dejo al final de la clase sobre el escritorio.
-Si no se hablan, ¿supongo que también pretendes entregar tu solo el trabajo al final del trimestre? –preguntó el profesor observando atentamente la poción que se le presentaba. Seguro que era perfecta.
-Weasley es completamente inútil en pociones-. Dejó caer Draco con frialdad.
-Y sin embargo alcanzó la calificación para tomar el curso avanzado.
-Porque tiene a Granger –Draco rodó los ojos-. Y puede memorizar ingredientes y efectos…
-Vamos, muchacho. Sabes que no es tan mala.
-Puede memorizar-. Repitió condescendiente.
-Ayúdale con este trabajo y deja que ella te ayude a ti a…
-Yo no necesito su ayuda.
-Ayúdale desinteresadamente entonces.
-Ya lo hice –Draco miró molesto a la poción que supuestamente habían preparado los dos durante la clase.
-Tal vez pienses que tienes control sobre esto, muchacho. No es así –Slughron abandonó por completo su pose comprensiva, se puso de pie y utilizó el tono más serio que le fue posible—si quieres volver a casa al final del año y que ahí este tu madre esperando, vas a tener que colaborar conmigo porque el Wizengamot pedirá informes sobre tu conducta y tu no quieres que yo escriba que eres incapaz de relacionarte con los demás o tenerles empatía y que por tanto eres peligroso, ¿verdad que no?
-Está amenazándome…
-Exactamente, Draco. Esto es una amenaza y si no comienzas a esforzarte el Wizengamot sabrá sólo cosas que perjudiquen a tus padres—de pronto Slghorn junto sus manos sobre su abdomen y cambió completamente su expresión-. También podrías ser listo y comenzar a caminar tu camino de redención.
Draco volvió furioso a su habitación y no fue a comer.
En la cena, en cambio, a Ginny le pareció evidente que él estaba mirándola fija y amenazadoramente. Dejó que sus amigos se marcharan y fue directo a la mesa de Slytherin tratando de no flaquear ante la mirada fija de Draco.
-No vas a morirte por trabajar un trimestre conmigo—disparó altiva-, así que deja de mirarme así.
-No te miro de ninguna forma—Draco fue el primero en dejar esa contienda y concentrarse en su copa de agua.
-Ah… muy bien, muy bien, menos mal. Pues entonces… -demonios con toda esa incomodidad.
-Pues entonces te veré mañana y después de la clase organizamos el trabajo.
-Pues bien.
-Pues bien -¿Por qué el hecho de que devolviera sus ojos a ella bastaba para descolocarla así?
Ginny suspiró o bufó, plantada frente a Draco que ya tampoco sabía que más hacer.
-¿Algo más?
-No.
-Está bien.
Ginny al fin pudo dar media vuelta y comenzar a marcharse. –Está bien…
Estaba bien. No sería fácil, pero era sólo un trabajo escolar. Sólo eso.
DG
DG
DG
Disculpen la tardanza, en disculpa, traigo 6 capítulos / aportes. Espero que les agraden :P
