Capítulo / Día 12. Aliados.

Fue público que Draco tendría al día siguiente un desayuno con su posible patrocinio en Londres. Había una gran expectativa en la comunidad científica y una aún mayor entre los chismosos de que el hijo de los Malfoy pudiera volver definitivamente al país.

Era el sitio en el que Narcisa podría hablar con su hijo.

Cuando la vio al terminar su desayuno de negocios, Draco apenas y pudo contener la sonrisa de encontrarla fingiendo que sólo estaba por ahí bebiendo el té.

-Tu padre no me deja salir mucho desde que volviste-, confesó apenada entre los brazos de su hijo.

-Mi padre… -repitió Draco un poco burlón.

-No tengo mucho tiempo, hijo.

-Lo sé—aún con su madre pegada a él, Draco estaba atento a su alrededor. No podía precisar lo que su madre sabía, pero percibía a los escoltas de Lucius cerca.

-No te quedes en el país si recuperas a Ginevra—susurró Narcisa.

-Si nos ataca en otro país será un hecho aislado. Si se atreve aquí, ya no podrá evadir la prisión. Odio hablar así, madre.

-Su casa es todavía incontrable, pero hice unas averiguaciones.

-Mamá…

-Huyan.

Draco suspiró estrechando un poco más a Narcisa, podía imaginar los peligros y riesgos que había corrido para encontrarse con él y darle esa información y admiraba el valor que requería para decirle todo eso.

-Gracias, madre. No vuelvas a ponerte en peligro… te lo pido.

-Te pido lo mismo. Huyan.

Los Malfoy no lo sabían, pero del Ministerio también había criaturas trabajando como guardianes de Ginny. Todos eran aliados en el trabajo de protegerla de Lucius y su tropa de radicales.

Todos se habían relajado porque sin Draco de por medio, a Lucius no le interesaba Ginny. Pero ya era el momento de retomar sus labores de protección.

DG

DG

DG

¡Saludos! Este aporte quedó cortito pero espero sepan comprender que por más que quise alargar la escena o poner otra, terminé avanzando en otra palabra o me iba a atorar por siempre.