Capítulo 3: La cita

Ayane no había vuelto a comunicarse con Pin, ni tenía pensado hacerlo, habían pasado 3 semanas desde su encuentro y si bien le había dado gusto verlo, era demasiado pronto para cumplir su promesa de convertirse en una adulta digna de admirar, por lo cual solo guardo la tarjeta de Pin como recuerdo.

Siguió batallando con llamadas y juntas el resto de la semana y organizando su próximo viaje a Sapporo que sería dentro de un mes. Le gustaba planificar todo con tiempo para así poder darse algunos breaks e ir a algún spa o recibir un masaje en el hotel. Era buena en su trabajo y podía permitírselo.

Finalizó sus pendientes temprano en día viernes y salió de la oficina con permiso de su jefa, fue a comprar algunos víveres, cocinó, cenó y se fue a la cama temprano, sin tomar un baño, para después ver una serie de misterio en la televisión.

Tenía todo su sábado perfectamente planeado.

Quería ir a comprar algunas decoraciones para su apartamento y ropa para su nuevo viaje, necesitaba una falda vino, algunos suéteres de cuello alto, además de nuevas medias y maquillaje.

Ya en la cama no pudo evitar pensar en Dai y recordar los buenos momentos que habían pasado juntos. Su corazón se encogía cada que recordaba cómo habían terminado y se ponía aún más triste al saber que Dai no la había buscado ni siquiera para ofrecerle una disculpa. 4 años y parecía que nada había valido la pena. Levantó su almohada y la dejó caer sobre su rostro, sintió el golpe suave y decidió dejar de pensar en eso y volver a pensar en todo lo que podía y quería comprar al día siguiente.

-Será mi primer cita conmigo misma y voy a consentirme - susurró antes de disponerse a dormir.

Se levantó temprano, desayunó con calma, lavó los trastes del desayuno y de su cena de la noche anterior. Tomó un ducha rápida, secó su cabello y se maquilló con colores un poco más brillantes como a ella le gustaba, pero sin exagerar.

Salió de su departamento y 40 minutos más tarde se encontraba en un centro comercial de Tokio, dispuesta a hacer compras.

Inicio con las tiendas de ropa y seleccionó cuidadosamente lo que se adaptaba a su presupuesto, encontró medias en rebaja, lo que la hizo muy feliz y pasó con tristeza junto a la sección de lencería pensando en todo el dinero que había desperdiciado comprando ropa sexy para Dai.

-Los hombres no saben por lo que pasamos- meditó

Finalmente se dirigió cargando sus compras, hacía la tienda de decoración. La verdad del asunto es que había tirado parte de las decoraciones de su apartamento porque o eran regalos de Dai, o le recordaban a Dai, o eran de los colores que a Dai le gustaban. Necesitaba reponerlos para no deprimirse. Comenzó a buscar unos cojines para su cama, algunos bowls nuevos y una o dos tazas….Recorrió una vez la tienda y como no estaba segura de qué comprar, comenzó de nuevo.

Se detuvo nuevamente en los cojines, había un mueble con varios modelos diferentes, a ella le gustaban los de colores brillantes, pero no estaba segura que quedaran con la decoración actual de su departamento. Se acercó entonces a los de tonos neutros y comenzó a divagar. A su lado se encontraba un hombre con lentes oscuros y gorro, bastante alto. Vestía una Bomber Jacket negra con verde militar y en las mangas tenía unos estampados de Tigre bastante atractivos.

-Totalmente el estilo de ese estúpido- pensó imaginándose a Pin regodeándose sobre su excelente gusto en la moda

Por fin creyó encontrar el cojín adecuado: color natural, de lino, con rayas verticales azul cielo, sabía que quedaría bien con su ropa de cama y además tenía un poco de color, así que no se vería totalmente sobrio. Lo tomó y cuando lo iba a meter a su cesta de compras notó que no podía jalarlo, jaló más fuerte pero sentía algo jalando en su contra.

Volteó y vió el pecho del hombre que había estado a su lado minutos atrás, ambos tomaron exactamente el mismo cojín y ahora peleaban sin darse cuenta.

-Creo que tomamos el mismo- exclamó levantando su rostro

-¡Ehhhhh!, no puede ser. Esto debe ser una broma - gritó el hombre quitándose los lentes oscuros

La cara de Ayane era una mezcla de sorpresa, decepción y abrumación, ahí frente a ella se encontraba Pin nuevamente.

-Lo sabía, esa chamarra…. Esos tigres… tenías que ser tú- reclamó Ayane levantando su puño con furia -Mi horóscopo no mostraba tan malos augurios -

-Arggg, ¿de qué estás hablando mocosa?- Pin soltó el cojín - llévatelo tú, ya no lo quiero- Ayane hizo caso a lo que Pin le pedía y lo añadió a su cesta.

-¿Qué haces aquí?- preguntó la chica - ¿Acaso me estás siguiendo?- preguntó en broma

-¡Aqwiryabsfak!, ya quisieras- Pin le hizo una seña grosera con la mano mientras le sacaba la lengua- Pues… verás… es un poco difícil de explicar… debido a ciertas circunstancias faltan cosas en mi departamento

-Tiraste todo lo que te recordaba a tu ex y necesitabas algunos reemplazos - aseguró Ayane, sabía que ella y Pin se encontraban en la misma situación

-¡Emmmm!, ¿Qué…..cómo lo sabes?, no solo Sadako tenía poderes sobrenaturles. ¿Tú también?- Pin señaló con miedo a Ayane mientras temblaba

-¡Claro que no, tonto!…. Tú sabes, yo estoy igual, así que, bienvenido al club- Ayane agitó su mano a manera de despedida, no le interesaba interactuar con Pin de nuevo, o a lo mejor sí le interesaba pero estaba un poco asustada de hacerlo- será mejor que me vaya, continua con tus compras…

-¡Oye!, espera un momento, no es necesario que me evites así, Ayane- exclamó Pin

Ayane dió un respingo al escuchar su nombre salir de la boca de Pin

-Será mejor que me llames por mi apellido- murmuró

Pin no alcanzó a escucharla del todo, pero ignoró la parte que sí entendió.

-Oye, ya que estas aquí, podrías ayudarme con algunas compras, la verdad es que no tengo idea de que escoger- Pin se rascó la mejilla de una manera graciosa- Te lo compensaré con un café- dijo haciendo la señal de rezo y ofreciendo una especie de reverencia, Ayane lo pensó detenidamente, no sabía porque, pero aunque ella quería alejarse algo en su interior la impulsaba a seguir a Pin nuevamente.

-Pediré el más café más caro- gruñó mientras giraba para adentrarse de nuevo en la tienda

-Arrggg, mocosa con mentalidad de tiburón (1), ¡qué te crees!- reclamó Pin- El más caro te hará engordar

-No deberías tomar café, podría darte un infarto ojisan (2)- respondió Ayane

-Grrrrrrr, que poco respeto guardas a tus mayores- gritó Pin

Ayane y Pin recorrieron la tienda en lo que sería su segundo encuentro fortuito en menos de un mes. Ayane le preguntó algunas cosas sobre colores y los estilos que le gustaban; al final Pin pudo salir con suficientes decoraciones para bloquear cualquier rastro de su exnovia en su departamento.

-Vaya, en realidad sí haz sido de gran ayuda- exclamó con gusto mientras cargaba sus bolsas. Ayane lo seguía caminando un poco más lento debido al peso de todo lo que había comprado - Espera, las llevaré por ti- le dijo Pin antes de tomar todas las bolsas y cargarlas con facilidad, Ayane se sonrojó un poco al recibir ayuda- Ahora dime, ¿en dónde quieres tomar el café?

La castaña señaló el establecimiento más cercano, su pecho se hundía cada que Pin la miraba y sus sentimientos se confundían, por un lado Pin había sido exageradamente amable con ella en sus encuentros fugaces, por el otro el dolor de perder a Dai seguía extremadamente latente, eso la confundía.

Además aún no se sentía lista para agradecerle a Pin por todo lo que él había hecho por ella y mucho menos mencionar las palabras "gracias por rechazarme", eso le hacía actuar a la defensiva y a "odiar" la compañía del pelirrojo.

Decidió que lo mejor era tomar un café rápido con su exprofesor y salir huyendo rumbo a su departamento. Cambiaría el resto de su día de compras, por un día de cuidado para la piel.

Se sentaron y Ayane pidió un café negro y un pastel de fresas con yoghurt. Pin pidió un expreso doble y un pastel de chocolate amargo.

-¿Pensé que no te gustaba lo dulce?- comentó Ayane y luego se sonrojó al saber el porque de esa información.

-Verás, con los años me ha empezado a gustar el chocolate, pero solo el amargo, todo lo demás no lo tolero- contestó

Ayane quizo pensar que ese gusto adquirido de Pin había sido la marca que ella había dejado en él, pero supuso que en realidad era gracias a su exnovia de 5 años y los chocolates que ella seguro le daba en San Valentín. Se sintió ligeramente triste.

Comieron prácticamente en silencio, mientras miraban a la gente hacer sus compras y pasear a su alrededor. No era un silencio incomodo, pero tampoco había cosas nuevas que se tuvieran qué decir. Pin pidió y pagó la cuenta, Ayane efectivamente había pedido el pastel más caro del menú. Al salir de la cafetería se encontraron con un grupo de chicos, todos hombres, dispuestos a ingresar.

-¿Arai-sensei?- escucharon gritar a uno

-Wow, Kento-kun, ¿qué haces por aquí?- preguntó con naturalidad Pin

-Venimos a encontrarnos con nuestras novias- Dijo el chico, mientras los demás del grupo lo victoreaban

-Ya veo, por supuesto- sonrió Pin haciendo la señal de la victoria

-¿Y usted profesor, no va a presentarnos a su novia?- los jóvenes preguntaron al unísono lanzando chiflidos y porras, Pin se sonrojó.

-Ja, ja, se equivocan mocosos, esta mujer diabólica con mente de tiburón no es mi novia- Negó Pin con los brazos mientras sus alumnos reían

-¡Ehhh!, ¿cómo que mujer diabólica?- reclamó Ayane mientras levantaba su puño con furia - De verdad creen que podría ser novia de un tipo como él - gruño respondiendo a los alumnos de Pin

-Les presento a Yano Ayane , egresada de la universidad de Tokio, mi caso de éxito no.1, gracias a mis sabios consejos y perfecto entrenamiento, ahora es una excelente profesionista- Los alumnos de Pin victorearon

-Además fuí uno de los 10 mejores promedios de mi generación- exclamó la castaña llevándose la mano al rostro de manera presumida- Pero no le crean nada a este tonto, todo fue producto de mi propio esfuerzo - dijo delatando a Pin

-Chstttt, ¿cómo te atreves a decir eso? - reclamó mientras comenzaban a pelear, para asombro y gracia de todos los presentes

-Ja, ja, parece que se llevan muy bien Arai-sensei- sonrió el chico que inicialmente había saludado a Pin y le guiñó el ojo.- espere un momento sensei- dijo levantando su mano haciendo la señal de alto y regresando con sus amigos mientras todos susurraban en silencio -¿Estamos todos de acuerdo?- dijo para finalizar los murmullos

-¡Sí!- respondieron levantado su brazos a manera de victoria.

-Sensei, queremos regalarle estos boletos, nos los ganamos en los videojuegos pero solo son dos y como somos un grupo grande no nos sirven de nada- Kento extendió un par de entradas para el cine a Pin

- Mmmm.¿Están seguros, parecen costosos?

-Claro sensei, puede llevar a Yano-senpai- sonrió Kento antes de salir despavorido e ir con sus demás amigos que lanzaban chiflidos y victorias a su sensei- ¡Los boletos vencen hoy!- gritó antes de perderse dentro de la cafetería.

-Mmmm, parece que, nos han regalado pases para el cine- exclamó Pin sorprendido mientras los veía en la palma de su mano

-¡Ahhh y son VIP!- Ayane se los arrebató rápidamente- Definitivamente hay que ir - dijo mientras hacía la señal del like con su mano. -Vamos, vamos, vamos…- y comenzó a apurar a Pin

-Espera un momento, mocosa, me los regalaron a mí- gruñó el pelirrojo levantando todas las bolsas de compras y corriendo detrás de Ayane

Dos horas más tarde, Pin salió de la película bastante afectado. Ayane por su parte estaba entre feliz y desconcertada.

-Me dejé llevar completamente- masculló entre dientes

Ayane amaba los lujos y cuando vió que los boletos eran VIP ni siquiera dudó en aceptarlos aunque eso significaba pasar el resto de la tarde con Pin, lo cual le resultó un poco incomodo.

Pin compró palomitas y un par de refrescos y ella no puedo evitar sentir que estaba en un cita.

-Mi yo del pasado hubiera amado este momento- pensó

Pin le contó anécdotas que por supuesto ella ya sabía, habló sobre Ryu, Shota y Chizuru dado que los conocía desde niños y su relación era muy cercana. Pin reía todo el tiempo y la trataba con total naturalidad, no existía ningún nerviosismo que indicara segundas intenciones y eso hacía que Ayane se sintiera peor.

-Es un golpe a mi ego- meditó

Ayane fingió escucharlo y no le dijo que estaba al tanto de todo lo que le contaba, Sawako, Chizu y ella seguían hablando bastante seguido, se mensajeaban semanalmente y por supuesto los momentos de chismes no faltaban.

La "cita" continuó y Ayane se sintió más culpable al recordar que sus últimas citas con Dai habían sido un fracaso total, él llegaba tarde o las cancelaba a última hora y ella simplemente lo justificaba como la niña tonta que era. No había visto las señales que le llevaron al terrible final.

Las cosas mejoraron cuando Ayane se enteró que la película disponible era de terror, cine coreano de la mejor calidad, obligó a Pin a entrar y el pelirrojo se la pasó la mitad de la película saltando de su asiento, mientras la castaña reía y todos en la sala los miraban molestos…. Cuando salieron Pin maldecía todo el tiempo…

-¡Nunca más!, nunca más permitiré que me traigas a ver algo así- le gritaba quejándose mientras Ayane seguía absorta en sus pensamientos de felicidad mezclados con culpa

-Sabes, escuché que varias personas que vieron está película, acabaron malditas- dijo intentando asustar más a Pin

-¿Ehhhh!… Tú… tú…. Estás bromeando, ¿no?

-No lo sé…. Sería una pena, que está fuera…. la última vez….que vez una película….¿no?- Ayane se había puesto la lámpara del celular abajo del rostro para parecer un espíritu.

Pin gritó despavorido.

-Como sea, será mejor que me vaya- Ayane intentó arrebatar las bolsas que Pin cargaba, eran sus compras de la tarde. Pin lo evitó levantando el brazo.

-¿Qué haces?- preguntó mientras saltaba intentando alcanzarlas

-Te llevaré a casa- finalizó

-¿Ehhhh?, no es necesario, sabes… puedo ir sola- se quejó ella, Pin la ignoró

-Vamos, camina, mi coche está lejos-

Ayane lo acompañó hasta su auto, subió un poco cabizbaja y bastante nerviosa. Pin guardó las compras en la cajuela, subió al auto y comenzó la marcha. La castaña nuevamente comenzó a darle indicaciones de cómo llegar, media hora más tarde, estaban de nuevo frente al edificio de Ayane. El peso que la joven había sentido en su pecho durante todo el caminó disminuyó nada más salió del auto. Pin sacó las compras del maletero, cerró la cajuela y en lugar de dárselas directamente a Ayane. Comenzó a caminar rumbo a las escaleras.

-Te ayudaré a llevarlas- le gritó, mientras Ayane lo veía claramente desconcertada -¿Qué piso es?

-Es en el tercer piso, departamento 5- respondió mientras lo alcanzaba.

Subieron las escaleras con Pin silbando una melodía conocida, Ayane estaba triste, ¿porqué ella no podía tratarlo con naturalidad?, ¿porqué a pesar de los años seguía sintiéndose incomoda a su alrededor?. Esa clase de preguntas rondaban en su cabeza, al llegar a su departamento Ayane sintió que estaba un poco más cerca de dejar de sentir esa tensión. Abrió la puerta y le indicó a Pin en que parte del recibido podía dejar las bolsas.

-Bueno, gracias- finalizó intentando despedirse. No estaba segura de como actuar

-Oye, préstame tu celular- ordenó Pin, Ayane lo saco de su bolso en un acto reflejo, Pin sacó su celular también y lo extendió a Ayane. -Dame tu número, puedo ver que aún no guardas el mío, ¿perdiste la tarjeta que te dí?- preguntó sin esperar una respuesta.

Ayane lo vio teclear su número y sumarlo a su agenda de contactos.

-Anda vamos, anota el tuyo, también- Pin le sonreía.

-Ok.. ok- le respondió la joven y a regañadientes agregó su número. Le entregó a Pin su celular y abrió un poco más la puerta de su departamento esperando que el pelirrojo entendiera la indirecta. Pin caminó hacía la salida, viendo el número de Ayane con emoción.

-¡Perfecto!, salgamos otro día, esto ha sido muy divertido-

-¿Salir?- fue lo único que pudo repetir la castaña…

-Bueno, me voy, te mandaré un mensaje cuándo llegué a casa- se despidió Pin agitando su mano

-Bye, bye- finalizó Ayane

Ayane sintió que las fuerzas la abandonaron en cuando Pin cerró la puerta, sus piernas dejaron de funcionar y cayó al suelo, estaba roja como un tomate, ocultó su rostro entre sus rodillas.

-¿Pero qué diablos le pasa a este tipo?, no somos amigos, cómo voy a volver a verlo- susurró ignorando los latidos de su corazón. No, eso sí que no, Ayane no iba a caer dos veces en el mismo hoyo. Ayane no estaba dispuesta a enamorarse nuevamente de Pin…

Pin manejó a casa bastante alegre, se había divertido un montón recordando viejos tiempos, incluso había disfrutado la película de terror, la cita había sido como regresar a la tranquilidad de su ciudad natal y no vivir en el ajetreado centro de Tokio, se sentía en calma y eso le gustaba…

-¿La cita?- se repitió pensando como podía definir lo que había pasado, dejo de darle vueltas, simplemente se trataba de dos conocidos, del mismo lugar, pasando un rato juntos. Su corazón saltó. -Definitivamente intentaría ver a Ayane más seguido-

Por su mente paso un recuerdo fugaz.

-¡Estoy enamorada de tí!- recordó la confesión y pudo recordar a la castaña sentada frente a él. Se sonrojó ligeramente.

-Bueno, pero eso fue hace mucho tiempo, las cosas son diferentes ahora, podemos ser amigos- se autoengaño

Ningún hombre heterosexual en su sano juicio sería amigo de Yano, era una mujer atractiva, divertida, inteligente y sexy. El combo completo. Pero claro Pin no pensaba de esa manera. O eso creía él. Cualquier persona externa que lo conociera hubiera notado que la sonrisa de oreja a oreja en Pin no era algo habitual, solo pasaba cuando su equipo ganaba algún partido de beisbol o cuando alguno de sus alumnos superaba un examen difícil. También solía pasar mucho cuando salía con Saori, pero bueno eso ya eran recuerdos del pasado.

El pecho de Pin dio un brinco al recordar de nuevo:

-¡Estoy enamorada de tí!-

Lo ignoró, llegó a su departamento y le escribió rápidamente a Ayane

-Me divertí mucho, no más películas de terror- leyó Ayane que 50 minutos después seguía en el piso meditando y culpando a su suerte por su día tan extraño.

Ayane pensaba mandarle una maldición, un video de exorcismos y con ello castigar a Pin y hacerlo sufrir, pero el único texto que salió de ella fue escribir: Descansa…. Le estaba deseando las buenas noches a Pin, ¿o más bien se las deseaba a sí misma?

Se levantó, acomodó sus compras, sacó una foto de Dai que tenía guardada en su diario y la rompió.

No era culpa de Pin que ella sintiera lo que sentía por Dai.

No era culpa de Dai que ella sintiera lo que sentía por Pin.

Miró con recelo el cojín con rayas azules, se aventó a la cama para abrazarlo y lloró hasta quedarse dormida.

Por su parte la sonrisa de Pin se borró cuando después del mensaje de Ayane recibió uno de Saori.

-Esperó que ya hayas guardado mis cosas, regresaré en un mes a Tokio- leyó

-¡Maldita!, por supuesto que lo tengo todo guardado, para que necesito quedarme con tus cosas…- No contestó nada.

Se fue a dormir después de tomar un baño y releyó 3 veces el mensaje de su ahora amiga Ayane -Descansa…descansa…descansa…

Durmió plácidamente y se despertó sintiéndose fresco…


(1) En México hay un meme muy famoso que se basa en la serie Shark Tank, en dónde emprendedores presentan su idea a inversionistas y los convencen de invertir en sus empresas, acá se suele decir que si eres bueno negociando o emprendiendo tienes "mente de tiburón", también aplica si eres un poco abusivo, como pasa con Ayane que quiere pedir lo más caro a cambio de sus servicios…

(2) Ojisan significa literalmente hombre de mediana edad, para Pin no aplica dado que tiene 33-34 en esta historia pero Ayane se lo dice de burla para hacerlo sentir viejo…


Notas de autor: Otro capítulo más, creo que la relación de ellos se está dando como cualquier relación en donde dos amigos de la infancia o de juventud se reencuentran y simplemente quieren retomar el diálogo pero acaban sintiendo algo más allá de la amistad. A mi punto de vista si bien Ayane ya no debería de estar enamorada de Pin tantos años después, sigue enamorada de la idea de su primer amor, creo que es algo que nos ha pasado a todxs... Ya tengo 5 capítulos escritos, pero los iré publicando paulatinamente para poder descansar la vista y notar más facilmente los errores de ortografía y redacción... espero terminar este fin de año o a principios del 2023, a veces cuando me obsesionó con algo no paró hasta dejarlo hecho... sería mi pequeña victoria personal del 2022

Por cierto gracias al primer review que recibí, como comenté no esperaba reviews, creo que solo esperaba ordenar mis ideas y quedarme con un buen desenlace de estos dos.