Disclaimer:
Ranma 1/2 ni ninguno de sus personajes me pertenecen, todos pertenecen a su creatdor Rumiko Takahashi, así mismo ningún personaje de XXXHolic me pertenece, todos son propiedad de CLAMP
Este fanfic se realiza sin fines de lucro, es solamente para entretenimiento y diversión
Capítulo 15
Los días posteriores al año nuevo pasaron con relativa tranquilidad, Ranma continuaba ayudando de vez en cuando a reparar el dojo y Soun agradecía y sonreía cada que lo veía, fue en esas visitas cuando el ojiazul aprendió a jugar shogi y corroboró que simplemente no le veía lo entretenido a aquel juego que su padre y aquel hombre solían jugar por horas, pero, sobre todo, no comprendía el enfado de su progenitor cada que perdía.
En la mente del azabache todo iba bien, le había dado un regalo a Akane y a ella le había gustado, cada vez que se veían se acercaban más y, en esta ocasión, no pensaba desperdiciar esa oportunidad, esta vez le confesaría abiertamente sus sentimientos, sin dudas, sin miedos sin interrupciones de terceros, sólo tenía que esperar el momento y lugar oportunos, y resolver ese detalle de su compromiso con Kuno.
Por experiencia propia sabía que ese tipo de compromisos se podían romper si así lo querían, y él estaba dispuesto a dedicar su vida entera en hacer que el dojo y el hogar Tendou prosperaran si era necesario, de hecho, ese era su nuevo objetivo en la vida, por eso se esmeraba tanto en las reparaciones, quería que el sueño que alguna vez había tenido se volviera ahora realidad, había sido tan torpe, tan obstinado, pero ya no más.
Sin embargo, cuando pasaron más de dos semanas y no hubo noticias de la peliazul, la extraña aura que se había presentado en el hogar Tendou se volvió a hacer presente, el patriarca se encontraba preocupado, Kasumi estaba distraída y Nabiki tenía mal humor, él, por su parte, se sentía demasiado ansioso, según su entendimiento, Nabiki y Kuno tenían algún tipo de acuerdo, no quería pensar mal, quería mantener la calma, pero con cada día que pasaba, la sensación de que algo no estaba bien se hacía más presente.
Cuando más días pasaron y siguieron sin noticias, la preocupación y desesperación se hizo presente ahora en todos, haciendo que tuvieran un comportamiento algo errático, Soun se deambulaba por la casa sin hacer nada en realidad, Kasumi intentaba mantenerlo quieto y en calma, con esa sonrisa gentil que siempre tenía pero, que en esos momentos, no llegaba a sus ojos, Nabiki se comía la cabeza en mil y una ideas, pero la que más se mantenía en su cabeza, era la de reclamarle al castaño la falta del cumplimiento de su trato, sin embargo, el chico no se había mostrado en la escuela en todo ese momento, lo que hacía que sospechara aún más.
Ranma, por su parte, intentaba tranquilizarlos, más a la chica codiciosa, diciéndole que tal vez, en vista de que pasó el año nuevo con ellos y también cuando fueron al templo, Kuno simplemente se había puesto en sus puntos de que no la dejaría salir por un rato o quizás simplemente se la llevó a algún lugar a intentar pasar más tiempo juntos, en vista de lo celoso que suele ser. La excusa no pareció convencer del todo a la chica, pero la mantuvo quieta por unos días, cosa contraria a sí mismo.
Él parecía león enjaulado, iba y venía por todos lados sin mucho sentido, había intentado por todos los medios mantener su mente ocupada, haciendo cuanta reparación fuera necesaria en el dojo, inclusive aquellas que no eran necesarias, en el consultorio, intentaba atender cuantos pacientes pudiera y, cuando no era requerido, se mantenía ocupado limpiando el lugar a un nivel que ya parecía quirófano de lo reluciente que lo dejaba, sin embargo, sin importar lo que hiciera, no podía alejar de su mente aquella sensación en su pecho y, aunque quiso demostrar que él era diferente, que había madurado, su paciencia se agotó. Esa mañana, se levantó de golpe y con sólo un objetivo en su mente, ir a la casa de los Tatewaki y sacar a Akane de ahí, aunque fuera a la fuerza.
- Buenos días, Ranma – saludó alegremente el joven médico sentado en uno de los sillones de su recibidor
- Doctor Tofu – su voz denotaba nerviosismo, no lo esperaba ahí
- Hoy te levantaste más temprano que de costumbre
- Si…es que…yo…Quería hacer un poco más de ejercicio de lo usual – rio nerviosamente como cada vez que mentía
- Oh, me alegro mucho – Le sonrió haciendo que el chico continuara su camino – Y me imagino, que tu ruta no tendrá por casualidad alguna parada en la casa de los Tatewaki, ¿o sí?
El azabache detuvo en seco su andar, ¿había sido tan obvio? O es que ¿acaso el doctor era demasiado intuitivo? Supuso que sería una combinación de ambas cosas, ese hombre siempre había sabido leer a las personas. Pensó en mentirle, pero pensó que eso no sería lo más correcto, él le había abierto las puertas de su casa, a un desconocido, confió en él y, aún después de aquella historia que podía resultar para cualquiera inverosímil, el creyó.
- Ya veo – suspiró interpretando su silencio
- Tengo que hacer algo – se justificó
- Piensa bien lo que quieres hacer, Ranma, podría ser contraproducente
- Pero es que Akane está ahí encerrada…
- ¿Y estás seguro de que es contra su voluntad? – interrumpió al chico – Por lo que me has contado, la situación en la familia Tendou es muy difícil por el momento, llevándolos a tomar decisiones muy difíciles para ellos
- Yo puedo ayudarles – defendió
- Y estoy seguro de ello, pero debes escoger bien las batallas Ranma, no puedes actuar de forma impulsiva ya que eso sólo ocasionaría más problemas
- ¿Y usted espera que me quede aquí sentado sin hacer nada al respecto?
- No, claro que no, pero sí te pido, que pienses bien en lo que vas a hacer, en qué acciones vas a tomar y el cómo, porque justo ahora, Akane es la que está en desventaja en todo esto
El silencio se hizo presente entre ellos dos, se notaba como el ojiazul analizaba todo lo dicho por el médico, intentando encontrar la mejor forma de actuar, pero es que estaba realmente preocupado.
- Al menos… - dijo rompiendo el silencio – Al menos tengo que saber si ella está bien
Y se dispuso a salir dejando al castaño solo en aquel lugar, pero no bien había alcanzado la puerta de entrada, cuando alguien le cerró el paso. No era usual que le sorprendieran, sin embargo, en su estado de distracción, hasta el torpe ninja de la familia Tatewaki le había sacado un susto. El corazón del pelinegro comenzó a latir desbocadamente, el ver a aquel pequeño hombre frente a sus ojos no le daba buena espina.
- Sasuke…
- La señorita Tendou se encuentra bien – dijo en forma de saludo
- ¿Qué?
- Traigo un mensaje por parte de la señorita Tendou para usted – dijo entregándole un sobre
- ¿Para mí?
La afirmación con la cabeza del sirviente extrañó al azabache, se suponía que nada más el doctor Tofu y la familia de la peliazul sabían que estaban viéndose en la casa de ésta última, su cabeza comenzó a pensar a toda velocidad y temió lo peor.
- Tengo que ir a verla – dijo sin leer la carta e intentando emprender la carrera
- Ranma…
- Por favor joven – el ninja se interpuso de nuevo en su paso – Le suplico que, antes de cualquier acción, lea la carta que la señorita Tendou le envió, ella… Ella dijo que, en cuanto la leyera, entendería todo y que, si usted pensaba en actuar de forma impulsiva, que hiciera todo en mis manos para detenerle – Miró al azabache a los ojos – Y eso es algo que pienso cumplirle a la señorita
Ranma miró detenidamente al pequeño hombre, si bien ya en muchas ocasiones había peleado con él, y era obvio que su fuerza lo superaba con creces, en esta ocasión podía notar algo distinto en él, era determinación y coraje. Miró el sobre en su mano, observando detenidamente su nombre con una caligrafía bastante pulcra. A su mente vino el recuerdo de aquella vez que peleó contra un tipo con excelente escritura mientras la suya parecía hecha por un niño de seis años, ahora que veía su letra, no entendía porqué no quiso mostrársela, a su parecer era pulcra y hermosa.
Para Saotome Ranma:
Me disculpo de antemano por los inconvenientes que esto pueda ocasionarte y te pido de la manera más atenta que, por favor, no hagas nada que mi familia te pida para rescatarme.
Me encuentro bien, he decidido permanecer en la mansión Tatewaki de forma permanente.
Te ruego, por favor, que veas por mi familia, sé que mi decisión les provocará molestias y dolor, pero esto es lo mejor, para todos.
¿Sabes? Agradezco los momentos que pasamos juntos, fueron muy divertidos, a través de ti pude saber de lugares que, probablemente, nunca conoceré, a través de tus ojos vi combates que jamás podré realizar, a través de tus relatos pude explorar el mundo que hay afuera de Nerima y, aunque fuera muy efímero, gracias a ti, pude vivir.
Sé que esto sonará extraño, pero cuando estoy a tu lado, me siento feliz, relajada y, siento si esto suena mal, pero me siento completa. Es como si tu sola presencia complementara toda mi vida, y la de mi familia, como si pertenecieras ahí.
En ocasiones, me he llegado a preguntar ¿Qué hubiera pasado si hubieras llegado con tu padre? Tal como me contaste ¿Habríamos aceptado aquel compromiso tan fácilmente? Seguramente no. Quizás aún no lo sepas, pero las hermanas Tendou somos algo tercas, aunque no lo aparentemos, así que no lo tendrías fácil.
Sin embargo, algo de lo que estoy segura, es el hecho de que, no importando que te comprometieran con alguna de nosotras a la fuerza, aunque al principio eso nos molestaría, al final, te aceptaríamos, serías parte de nuestro entorno, de nuestra familia, y viviríamos en el dojo, con altibajos, pero siendo felices y, poco a poco, ese rencor o coraje, desaparecería, o al menos, estoy segura de que yo lo haría.
Por favor, cuida de mi padre, no dejes que mi decisión lo consuma, hazle entender que ésta es mi elección, que no importa lo que hiciera, al final, habría elegido esto, que nada de esto es su culpa, que se preocupe por el dojo, por nuestra casa, aquella en la que una vez fuimos una familia, el hogar que construyó con nuestra madre, que lo cuide y lo procure.
A Kasumi, dile que gracias por todo lo que hizo por mí, por nosotras, de cuidarnos como si fuera una verdadera madre, pero que ahora, es momento de que ella busque su propia felicidad, que observe bien a quien ama y verá que es correspondida, que son una hermosa pareja y que él, nunca la hará sufrir, ya que la ama como si fuera su propia vida, y estoy segura que lo es.
Dile a Nabiki, que gracias por éstos últimos momentos que me dio para compartirlos con ellos, pero que ya no es necesario, dile que Kuno sabía de sus esfuerzos por pagar nuestras deudas, que agradezco infinitamente todos sus esfuerzos, pero que ya no es necesario, que es momento de que busque su felicidad y prosperidad, que sus negocios la llevaran lejos, pero que tenga cuidado, no me gustaría verla que alguno de sus tratos salga mal. Dile que, cuando sea lo suficientemente poderosa y rica, que no se olvide de su familia y lo que hemos pasado.
Y a ti, solamente me queda darte las gracias por todos esos momentos en los que me hiciste reír y disfrutar de la vida, me gustaría que, si en algún momento nos volvemos a encontrar, sea en circunstancias distintas, o tal vez…
Tendou Akane
Ranma sujetó fuertemente el papel, no entendía bien cuál era el plan de la chica o qué había pasado, pero esa era una carta de despedida. Su mente trabajaba a toda velocidad ideando el mejor plan, tenía que sacar a la chica de ahí a como fuera lugar, no importando lo que le pedía en la carta, sabía que había gato encerrado, ella no se quedaría con Kuno si no hubiera algo de por medio, así que lo primero era averiguar qué era lo que había hecho el castaño para obligarla a quedarse. Presa de su impulsividad, hizo el intento de salir como alma que lleva el diablo, pero el ninja se interpuso en su camino.
- Muévete – su voz sonaba sumamente enojada
- Lo lamento mucho joven Saotome, pero tengo órdenes explícitas de detenerlo
- ¿Órdenes explícitas? ¿De quién? ¿Kuno?
- No… de la señorita Tendou
- ¿Por qué Akane te daría esa orden? Y más importante ¿Qué demonios está pasando aquí? ¿Cómo sabes de mí? ¿Quién te dijo? ¿Acaso Kuno?
- Si me permite, joven Saotome, le podre…
El diálogo del sirviente fue interrumpido de forma abrupta cuando la puerta del consultorio se abrió bruscamente, dejando ver la figura de una chica de cabello castaño que todos conocían muy bien. Su rostro estaba desencajado en una furia, como nunca antes se le había visto, ni siquiera cuando había perdido un gran negocio, según sus propias palabras. Se acercó a pasos agigantados hacia el azabache ignorando a los otros presentes, mientras agitaba un papel en su mano.
- ¡¿Se puede saber qué demonios hiciste?!
- ¿Yo?
- ¡Sí, tú Saotome! – le gritó aventándole el papel en la cara
- ¿Qué es esto? – preguntó recogiéndolo
- ¡Una carta! ¡De Akane!
- ¿Una carta?
- ¡Sí! ¡¿Acaso eres idiota?! ¡¿No sabes lo que es una carta?!
- Nabiki, cálmate por favor – pidió el castaño
- ¡No me pida que me calme doctor Tofu! ¡Le di a este idiota una oportunidad para poder sacar a Akane de ese lugar y ahora lo arruinó todo! – señaló al chico con el dedo - ¡Te di el negocio de mi vida, una oportunidad de oro! ¡¿Y así es como lo aprovechas?! ¡Me debes mucho dinero ahora!
- Señorita Nabiki…
- ¡Tú cállate sirviente de pacotilla!
- Nabiki – regañó el doctor
- ¡No! ¡Yo…!
- Nabiki, por favor – pidió una dulce voz desde la entrada
- Kasumi
- Disculpen a mi hermana – dijo entrando al recinto – No ha tomado muy bien la noticia
- ¿Qué noticia? – preguntó el azabache
- Recibimos una carta de Akane – recogió el papel que yacía en el piso – Diciéndonos que había decidido quedarse de manera permanente con Kuno y que ya no podríamos volver a verla. No dio muchas explicaciones, solamente pidió que respetáramos su decisión – le dio el papel en la mano
El pelinegro leyó rápidamente lo que estaba descrito y, tal y como había dicho la mayor de los Tendou, no estaba tan detallado como el suyo.
A mi familia:
Probablemente esta carta los tomará por sorpresa, he tomado la decisión de quedarme con Kuno, mi prometido, les agradezco mucho las últimas veces que convivimos, fue muy agradable, pero ahora me debo al que será mi futuro esposo. Por eso mismo, ya no volveré a casa, cuando nos casemos, nos iremos de Nerima, para comenzar de nuevo, juntos, nosotros dos, para ser felices. Mucho lamento que no podré decirles a dónde iremos, ya que aún no lo hemos decidido, pero tal vez, en algún momento, nuestros caminos se vuelvan a encontrar.
Los quiere Tendou Akane
El silencio en el lugar era abrumador, se podía sentir la presión aplastándolos, Kasumi no bromeaba al momento de decir que la chica no había dado muchas explicaciones, su carta era mucho más extensa que la de ellos, la peliazul prácticamente le había encargado las explicaciones a él, no sabía si sentirse honrado o frustrado, o tal vez enojado, furioso quizás, pero, lejos de sentir cualquiera de esas cosas, el sentimiento que tenía en ese momento era exasperación y desesperación.
Presa de esas sensaciones, corrió con la firme y única intención de ir a la casa del castaño y probablemente molerlo a golpes hasta casi matarlo y sacar de ahí a la chica, lo quisiera ella o no, no estaba dispuesto a dejarla sacrificarse de esa manera, sin embargo, antes de siquiera alcanzar la puerta, el ninja se interpuso de nueva cuenta en su camino. Ranma tuvo la clara intención de golpearlo, pero antes de poder hacer algo, el doctor Tofu presionó un punto en su espalda que simplemente le hizo perder el control en sus piernas dándole una sensación de deja vu.
- ¡¿Por qué hizo eso?! – reclamó con furia
- Ranma, te pido de favor que te tranquilices y pienses bien lo que harás primero
- ¡Golpear a Kuno y sacar a Akane de ese lugar, aunque sea por la fuerza!
- Por favor, joven Saotome, le suplico me escuche antes de hacer cualquier cosa
- ¡¿Tú estás en medio de todo esto Sasuke?! – Reclamó la castaña
- No, yo…
- ¡No mientas! ¡Tu siempre actúas bajo las órdenes de Kuno! ¡¿Qué demonios está planeando?! ¡Ahora ¿Qué otro brillante plan tuvo?!
- Si me permite…
- Nabiki, deja hablar al pobre hombre
- ¡Debería ser más rápido Kasumi! ¡Por su culpa perdemos valioso tiempo!
- Es que yo…
- ¡Ya verás cuando te atrape Sasuke! – amenazó el azabache arrastrándose con los brazos intentando alcanzarlo
- Si me dieran la oportunidad…
- Ranma, por favor, no hagas eso te lastimarás, si me permites te podría sentar en una de las sillas
- Yo creo que… - notó que nadie le prestaba atención y que la discusión se estaba volviendo incontrolable, le recordaba un poco a cuando los hermanos Kuno discutían, así que, sin otra idea, hizo lo que creyó conveniente - ¡¿QUIEREN GUARDAR SILENCIO TODOS?! – pudo ver que todos posaron la vista sobre él haciéndole sentir un poco cohibido, pero no era el momento de ser tímido – Si pudieran, por favor, escucharme por sólo un momento, podría explicarles bien la situación en la que se encuentra la señorita Tendou, y el porqué de su decisión.
Si las miradas mataran, Sasuke estaría bastante muerto por la forma en la que Ranma y Nabiki lo observaban, pero la dulce mirada de Kasumi y la neutral del doctor Tofu, quien extrañamente había conservado la compostura pese a la presencia de su secreto amor, hacían todo más soportable. Entre el joven médico y el ninja ayudaron al azabache a ponerse en una silla en lo que se recuperaba de su problema temporal.
El ojiazul mascullaba algunos improperios que, si su madre lo llegaba a escuchar, seguramente sacaría su querida katana y lo partiría en dos sin siquiera pensarlo. El solo recordarla le hizo sentir nostálgico, con todo lo que estaba pasando había tenido muy poco tiempo para pensar en ella y, ahora que lo hacía, la extrañaba.
Cuando al fin todo se calmó, el pequeño hombre procedió a relatarles lo que había ocurrido en el hogar de los Tendou, desde como el que solía ser su amo y señor había hecho todos sus movimientos para dejar sin salida a la peliazul, de cómo las deudas del señor Tendou habían crecido hasta puntos exorbitantes, algunos por culpa del castaño, relató cómo dejó sin opciones a la chica al grado de llegarla a extorsionar con el bienestar de él mismo.
También les relató cómo, desde hacía algún tiempo, el castaño había estado intercediendo para que el dojo no pudiera tener alumnos, lo había estado desprestigiando, cómo se había enterado de los problemas económicos que tenían y cómo él los había agrandado, todo eso era nuevo para el azabache, nunca pensó que Kuno podría hacer algo así, no sonaba como él mismo, pero también, en ese mundo, él nunca llegó para interferir en su amor obsesivo con la chica.
Siempre supo de los problemas económicos en la casa Tendou, no le eran extraños, pero pudieron solventar todo entre los pocos alumnos que acarreaba el dojo, los trabajos algo esporádicos que tenían sus progenitores, a los torneos que en ocasiones entraba y lograba ganar, los cuales no eran muchos porque en su mayoría terminaban muy mal debido a sus auto proclamadas prometidas y sus atolondrados amigos, a las asombrosas habilidades de Nabiki quien, aunque siempre lo negaba, ayudaba un poco con las ganancias que obtenía de la explotación hacia su persona y de Akane y, por supuesto, a Kasumi, quien conseguía siempre toda la comida a precios a veces absurdamente accesibles, aún no comprendía del todo como lo lograba.
Pero en este mundo, Nabiki no tenía material para vender, Kasumi, quien seguía consiguiendo comida a muy buen precio, no era suficiente para poder sostenerlos y el patriarca no había podido conseguir alumnos para su dojo por, lo que parecía ser, una triquiñuela del castaño. A cada paso descubría más las consecuencias de su deseo, realmente jamás pensó en las consecuencias, había dañado a tantas personas. Cuando Sasuke terminó su relato la habitación se quedó en completo silencio, había mucho que pensar.
- Tengo que ir a verla – dijo el azabache rompiendo el silencio
- Por favor, le pido que no lo haga
- No puedo dejarla ahí, sola
- Si lo hace, el señor Tatewaki se llevará a la señorita Tendou con él y, seguramente, jamás volverán a saber de ella – dijo con pesar – Realmente no sé qué sucede con el señor Tatewaki, desde hace un tiempo actúa de una forma que nunca le había visto, posesiva, egoísta, si bien desde niño había mostrado que, debido a su fortuna, era una persona mimada, la verdad es que ahora simplemente se convirtió en alguien completamente desconocido que, ni siquiera yo, sé de lo que es capaz. Todo había sido una ligera obsesión por la señorita Tendou, pero ahora, esa obsesión es completamente insana.
- Sasuke, de casualidad Kuno ¿no ha encontrado una espada antigua en su casa?
- ¿Espada antigua? No, ninguna
- ¿En qué piensas Ranma?
- No lo sé, tal vez algún artefacto mágico que le haya hecho perder el control o simplemente actuar de forma extraña
- ¿Mágico? ¿Después de todo esto eso es en lo que puedes pensar? Espabílate chico, hablamos de cosas reales no fantasías
- Te sorprenderías la cantidad de veces que he encontrado "fantasías" como tu le llamas y realmente funcionan
- Mágico o no mágico, estamos de acuerdo que, por el momento, no es buena idea casuar ningún disturbio en el hogar de los Tatewaki y, por lo pronto, dejarlos en paz. Yo comprendo que están preocupados por Akane, pero cualquier cosa que hagan pondrá a Kuno en estado de alerta y le hará tomar acciones que podrían llegar a ser dañinas para Akane.
Pese a que no estaban de acuerdo, sabían que el joven médico tenía razón, Kuno estaba fuera de sus cabales en esos momentos y, su mejor estrategia sería, por ahora, no hacer nada. La castaña chasqueó la lengua en frustración y el ojiazul apretó los puños para contener su furia ante el hecho de que no podía hacer nada, y pensó en la peliazul, quien tampoco podía defenderse, y no porque no quisiera, sino porque, cualquier cosa que hiciera, perjudicaría a su familia. Si bien en alguna ocasión se sintió sin poder cuando había perdido su fuerza por culpa del viejo, nunca se imaginó que existiera una forma de ser débil sin realmente perder su poder.
Con un acuerdo tácito de, por lo pronto, no hacer nada, las chicas decidieron retirarse a su hogar, pidiéndole al doctor Tofu que, más tarde, los visitara, para poder revisar a su progenitor, ya que la noticia no le había caído muy bien y, por el momento, Nabiki le dio un somnífero para ayudarle a tranquilizarse, el médico aceptó gustoso. Sasuke hizo lo mismo diciendo que, si no volvía pronto, temía por lo que el castaño pudiera hacer.
- Sasuke – dijo el azabache antes de que desapareciera – Cuida a Akane… por favor
- Con mi vida – declaró
Notas del autor
Muchas gracias por leer este capítulo, espero les haya gustado.
También les agradezco todos los reviews que dejan en mi fanfiction
Espero continuar leyendolos en el próximo capítulo, así que los dejo con un hasta pronto
