Este capítulo lo admito, es algo lento, pero de hecho me parece muy emocionante, es como que me tuvo en estrés durante todo el momento en que lo escribí, que por cierto fue de un solo golpe que lo escribí.
Ya casi vamos llegando al final... ya más cerca...
Así que gracias a:
Rodriguez Fuentes por tus dos comentarios. Me alegra que ya estés mejor. Pues estoy intentando escribir bajo las reglas del omegaverse, me cuesta porque ese está más ubicado entre hombres y no entre heteros, pero algo es algo, por lo menos estoy tratando de que me entiendan jajajaja. Y ahora nos daremos cuenta qué pasará con los padres de Kagome... uuuhhh qué miedo.
Faby Sama: jajajajaja pues tiene que sobrevivir no? solo a tomar vitaminas, hacer yoga y ejercicio! jajajaja Yo creo que en ese capítulo todo hot ni dudas hubieron! jajajajaja pero ya luego al reaccionar en el 29 fue como... ah chis... y entonces? podrán estar juntos? Y si, tienes razón, la felicidad tiene diferentes matices... espero poderlos encontrar muajajajajajajaja
Yo sé que nunca te perdería como lectora, lo sé amiga, pero de que te me enojas, lo podrías hacer, eso sí lo creo! jajajajaja Cuidate! Por cierto, como siempre gracias x el comentario en cada capítulo. Como debe de ser. jajajajaja
Lo siento haberme tardado, el miércoles pasado estaba lista para subirlo y todo, pero me empecé a sentir muy mal y ya no lo hice, el jueves y viernes casi fue a parar al hospital, pero gracias a Dios con el médico pudimos controlar todo. El sábado me sentía toda idiota y el domingo sí ya estaba mejor pero me di un descanso de todo.
Así que continuemos con la historia.
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Disclaimers:
** Inuyasha le pertenece a Rumiko Takahashi, yo solo tomo los personajes para que hagan mis perversiones.
** No continúo historias, lo que terminó y a lo que le puse FIN es FIN.
** Téngame paciencia, trabajo y tengo vida, escribo en base a la inspiración, pero sobre todo a los comentarios de ustedes, así que mientras más comentarios tengo más escribo, incluso cuando mi vida se pone patas arribas, pero si me dejan muchos comentarios, escribo como loca.
** Recuerden darle like de mi página de romancerotico en Facebook, de esa manera estarán enterados cuando subiré mis fics, si sigo viva o cualquier otra cosa que deseen saber.
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31. No es un secuestro
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Sesshoumaru POV
Debo de admitir que el beta de Kagome es bien eficiente cuando se lo propone. Me ha estado informando el itinerario de sus padres.
A las 4.45 am, han llegado al mismo hotel en donde ella se está hospedando. Los tres han tomado el desayuno pasadas las 8, imagino que no han dormido para adaptarse al nuevo horario.
Kagome ha salido con su padre para tomar el almuerzo en otro hotel a donde tienen algunos negocios, por lo que han dejado sola a la madre que se ha ido a acostar.
Alrededor de las 4 sale para ir a tomarse un café, el cual no lo quiere hacer en el hotel, por lo que le pide a uno de sus guaruras que la lleve a algún lugar y es el beta quien me indica a dónde estará.
No puedo negar que la apariencia y el aura que emite es de una omega, es delicada, cordial y no es tan alta, además que el carácter dulce no es propio de una, incluso hasta Kagome podría pasar por una alfa por su manera de comportarse más que la de su madre.
Tiene la misma táctica que le descubrí en Japón: 2 guaruras sentados como simples comensales, pero sin quitarle la vista y otro que está a un lado de ella (en otra mesa a su costado) sin dejar de pretender que es un guardaespaldas, alejada de los ventanales y sentada en las mesas de en medio, imagino que igual es para su protección en caso de algún atentado que pueda suscitarse en la calle, de esta manera es más difícil acercarse a ella.
Estoy por mi cuenta. En esta ocasión no he involucrado a nadie, excepto al beta para que me indique a dónde estaría y lo ha hecho a la perfección.
Me he conseguido un traje de los meseros y tomo una de las bandejas ofreciéndoles agua a unos comensales cerca de ella, los cuales agradecen fascinados por el olor de mis feromonas, casi podría asegurar que han quedado hipnotizados.
Me siento de un solo golpe frente a ella que abre sus ojos al verme.
—Imagino que sabe quién soy, así que ahorrémonos alguna escena.
—¿Señora? —interviene de inmediato el guardaespaldas más obvio hablándole en japonés.
Se traga su sorpresa cambiando su semblante de un solo golpe sonriendo de manera casi natural. Mueve su mano y cabeza con elegancia y destreza indicándole que no pasa nada y él se vuelve a sentar.
—Es una sorpresa detective —su máscara para disimular es impresionante, incluso estando tan cerca de ella no puedo notar ningún olor que la delate que es una alfa—, no creí que se atrevería a contactarme directamente —toma la taza de café que está frente a ella con elegancia—. ¿Mi hija lo envió?
—¿Por qué lo haría?
—Para tratar de convencerme que le salve su cabeza.
Eso me hace vibrar el corazón.
—¿Podría controlar sus feromonas por favor? —solicita de manera natural tapándose su nariz con la servilleta de tela que está en sus piernas después de poner la taza en su lugar—. A mis chicos no les importa, ni siquiera podrían detectarlo, después de todo son betas y yo ya estoy marcada —se toca el collar de perlas para bajar un poco la blusa en color morado y así enseñarme su marca.
¡Eso es imposible! Un alfa no puede marcar a otro alfa, a no ser que mi loca teoría sea cierta.
Pero eso no debe de inmutarme, es obvio que ambos deben de haber recurrido a algún truco para aparentar todo este tiempo, de lo contrario alguien los hubiera delatado.
—Pero siempre hay que recordar tener un poco de compasión de los omegas a nuestro alrededor.
—¿Puede sentirme?
—Siento el olor de mi hija, lo cual es más perturbador.
Nos quedamos en silencio unos segundos, ¿realmente esta es mi mejor opción?
—Sabe a la perfección que Menou no dejará que estén juntos.
—De hecho —dejo caer mi espalda sobre el respaldo de la silla—, no es una decisión que puedan tomar ninguno de ustedes dos porque ya estamos enlazados.
Coloca sus dos manos sobre la mesa haciendo un estruendo con los platos que han quedado, el mismo guardaespaldas se levanta acercándose con mirada amenazante contra mí.
—Señora —interviene.
Su mirada es una que quisiera asesinarlo, está bufando enardecida por lo que acaba de escuchar, el tipo se aleja una vez más y luego me vuelve a ver, también hemos llamado la atención de uno que otro comensal.
—Si te levantas otra vez sin mi permiso, Subaru, no sé qué pueda pasar, ¿entendiste?
—S...Sí... señora. Discúlpeme.
El hombre que es incluso de mi estatura tartamudea y creo que puedo verle reflejado el temor en su rostro, sin embargo, eso no me interesa en lo absoluto.
—Como podrá observar, debemos tener una conversación libre y sincera y sobre todo sin interrupciones.
—No tengo libertad para moverme a donde yo lo desee, Menou siempre está controlando cada uno de mis pasos por mi propia seguridad.
—Pero sí posee la libertad para no decirle a su marido ni a Kagome sobre esta reunión. Podemos vernos en su hotel en media hora. En el bar. Sé que no debería de confiar —me levanto tomando el plato con el postre a medio comer—, pero le estoy dando una muestra de fe. Lo único que deseo es estar con Kagome.
Me doy la media vuelta y salgo disparado para la cocina en donde dejo la charola, me quito el corbatín y el chaleco propio de un mesero y salgo por la puerta trasera en donde está una moto que he alquilado.
Salgo del callejón a donde me encuentro y a los pocos minutos veo que ella se sube a una SUV último modelo y la empiezo a seguir. Su trayecto es directo al hotel en donde están hospedados con Kagome.
Si esto no resulta, no sé qué más lo hará.
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Realmente no puedo estar del todo seguro si me ha traicionado o no indicándole a su marido que yo quiero hablar con ella, pero cuando se baja en la entrada del hotel despide a los dos guardaespaldas y solo se queda con ese que la ha estado hostigando en el restaurante.
Hago uso del valet parking del hotel ofreciéndole una jugosa propina y pidiéndole su número de celular para así indicarle que mi moto debe de estar lista al momento en el que se lo indique, esta es mi única garantía.
El guardaespaldas está en la entrada del bar, pero al mismo tiempo (para mi suerte) entra un grupo de casi 10 personas así que me cuelo entre ellos pasando desapercibido del tipo. Ella está a un costado del bar, cerca de la puerta del baño, así que me siento en uno de los cómodos sillones individuales ovalados frente a ella.
Su primera reacción es de sorpresa intentando jalar todo el aire que puede, pero luego se acomoda con elegancia y seriedad.
—No es mi intención que Menou le quiebre el cuello a nuestra hija por ser una idiota y dejarse marcar por usted, así que por el momento puedo asegurarle que no he hablado con él, sin embargo, tampoco podría asegurarle que él no venga a buscarme aquí, así que prescindamos de cualquier introducción y de lo obvio y vayamos directo al grano: ¿qué quiere?
—Estar con ella —se mofa riéndose y tomando la copa con una aceituna que tiene enfrente.
—¿También quiere que le preparemos una boda y una casa en Mónaco? —yo me rio negando.
—Llegué a Japón porque quería poner a su marido y a todos ustedes tras las rejas por la muerte de mis padres —suelto sin más y esa expresión burlona se borra de inmediato de su rostro—, pero ahora eso ya no me interesa, Touga e Irasue se forjaron su propio destino y yo haré el mío.
—Esa mujer... —masculla como si fuese la primera vez que se da cuenta— sí sobrevivió...
—A pesar del intento que hicieron contra ella, sí —aseguro.
—¿Kagome sabe de su procedencia detective?
—Por lo menos no de mi parte.
Suelta un suspiro de alivio.
—Y creo que tampoco tiene idea de Naomi Higurashi.
Al escuchar ese nombre veo cómo todo su cuerpo se tensa, abre su boca para reclamar algo y niega, toma su copa tomando el último trago y pide otro más a uno de los meseros.
—Me gustaría negar que conozco a alguna mujer con dicho nombre, pero como le he dicho, no sé cuánto tiempo tenemos y a esta altura parece inútil. ¿Qué sabe sobre Naomi?
Veo a todos lados, no reconozco a nadie y casi todos tienen rasgos americanos, así que me siento un poco más confiado.
—Dígalo, estamos solos. Incluso le he pedido a mis guardaespaldas que se queden fuera, no quería ninguna interrupción.
Agarra su pequeña cartera sacando solo su identificación, pasaporte, una tarjeta de su habitación y su celular demostrándome que no tiene nada más que lo común.
—Que era una omega que estuvo más de un año con ustedes, una omega que dio luz a una pequeña hace 22 años, una omega que murió bajo las manos de Touga, una omega que estuvo enamorada de dos alfas provenientes de la casa Myoga —me acerco a ella apoyándome sobre la mesa redonda para bajar un poco mi voz—, una omega infiltrada en las filas de los Myoga para hacerlos caer y al final traicionó a la policía que era de dónde provenía.
La mujer de cabello negro y ojos amatista suelta otro suspiro, pero en esta ocasión lo hace sonriendo, viendo hacia arriba.
—¿Kagome desconoce la existencia de esta mujer?
—Casi 99% seguro que no.
—¿Y usted... a pesar de conocer la verdad, quiere seguir con nuestra hija?
—Sí.
—Sabe realmente quienes somos, ¿no es así?
—Sí —respondo con seguridad.
Ambos nos quedamos en silencio unos minutos cuando el mesero se acerca entregándole su nueva copa de Martini y llevándose la vacía, me ofrece algo, pero niego, este es el día que más sobrio debo de estar.
—Sé que podría alejarla de ustedes durante un buen tiempo, y sé que entre ella y yo podríamos hacernos desaparecer de su radar y de la policía, pero también sé que no lo aceptaría del todo, los ama y eso es algo que respeto.
—¿Estaba dispuesto a huir con ella? —su sorpresa es bastante obvia, aunque realmente no sé distinguir si también hay ofensa en su expresión.
—A cualquier lugar neutral en donde no nos afectara ni su pasado ni el mío.
Toma su copa ingiriendo un trago y luego la vuelve a dejar en su sitio dejando caer su espalda sobre el respaldo del pequeño sillón.
—¿En tus datos también tienes que fue Touga quien asesinó al padre de Menou?
—No —respondo sinceramente y a decir verdad Lehm indicó que había asesinado a dos personas importantes, pero ante la descarga de aquel monumental secreto no tuve tiempo de reaccionar, eso quiere decir que uno de esos dos que mi padre se cargó fue al abuelo de Kagome.
—¿Sabes que la herida que Kagome tiene, una cicatriz que imagino debes de conocer, fue provocada por él también?
—Ella me dijo que no le gustaba recordar eso.
Se mofa bajando su cabeza y negando para luego levantarla.
—Era demasiado pequeña para que lo recordara, casi la perdimos como a Naomi. Tuvo una fuerte hemorragia y la pérdida de su hígado, mi suegro estaba muerto y Naomi agonizando, y nuestra pequeña estaba a punto de morir también. Touga alcanzó a darme a un costado también ocasionando que yo perdiera un riñón, la situación era completamente crítica y lo que más me dolía era perder a Naomi y encima a Kagome también.
Una pequeña lágrima sale de sus ojos y elegantemente se la seca con una de las servilletas blancas de tela.
—¿Siempre supiste que yo era una alfa?
—No. De hecho, toda esta historia nunca la supe hasta hace un par de días atrás —me sincero—. Cuando llegué a Japón con la clara misión de mi venganza solo sabía que mis dos padres habían sido asesinados por los Myoga.
—¿Nunca supiste de la existencia de Naomi? ¿Realmente... nunca sospechaste nada?
—No —me encojo de hombros—, ¿por qué habría de hacerlo? Ellos la hicieron desaparecer de los registros para evitar contar que el propio Touga la había asesinado por ser una desertora y ¿cómo alguien podría sospechar de la "omega" mujer de Menoumaru Myoga?
—Menou y yo coincidimos con lo mismo. Tu padre se había obsesionado a tal grado que no le importaba sacrificar alguna vida con tal de tener a Menou y mi suegro comiendo de sus balas y después de todo, ninguno de nosotros dos deseaba que alguien conociera mi condición, así que sí, —acepta tristemente—, siempre ha sido una buena fachada.
Se queda en silencio durante un par de minutos viendo su reloj de pulsera.
—Menou y Kagome vendrán pronto —sonríe—. Y ahora puedo entender porqué la decisión de Kagome de convencer a su padre para que limpiemos nuestro nombre, aunque desde hace una década Menou nunca estuvo a favor del negocio en que se manejaba ese maldito bastardo de Moryomaru, pero era aceptar o morir en el intento, así que fue la decisión más obvia.
Vuelve a tomar su copa y la misma acción de minutos atrás.
—Me enamoré de Menou cuando teníamos 15 años, era un amor prohibido. Su padre estaba buscando a la mejor omega para él, una que fuera digna de conservar su linaje. Tratamos de mantenernos apartados, pero no funcionó. Así que después de casi 4 años de estar escondiendo nuestra relación decidimos simplemente huir durante un tiempo para casarnos y así presentarnos frente a él.
Su rostro se vuelve gentil y hay una parte que me hace recordar a Kagome.
—Intentamos engañarlo y durante un tiempo, a pesar de su escepticismo, nos creyó, pero al ver que yo no salía embarazada empezó a sospechar. Desde los tiempos de su padre, la práctica de tener a betas para saciar cualquier celo siempre se ha aplicado —acepta sin ningún pudor—, y era obvio que entre nosotros dos siendo alfas, nuestro celo no podía ser saciado por completo, porque no está en nuestra naturaleza, siempre necesitamos a nuestro opuesto.
Eso es correcto, un alfa necesita de un omega y un omega de un alfa, siempre ha sido así.
—¿Qué hay de la marca?
—Mi mejor amigo del colegio era un gran artista y accedió a hacerme un tatuaje que pareciera una marca.
—¿Su suegro nunca lo descubrió? —niega.
—Mi amigo era muy bueno —creo que eso podría aceptarlo porque, incluso a este tiempo, he creído que la marca es verdadera.
Se queda en silencio una vez más y luego empieza a hablar.
—Teníamos a una chica en nuestro staff que había sido contratada como beta, y como todas las que estaban a nuestro alrededor, ella servía para saciar el apetito de Menou. Sin embargo, hubo un día que se me acercó diciéndome que tenía dos secretos que contarme, el primero era que se había enamorado de mí y por eso tenía que renunciar, pero para eso quería mi protección porque ella era en realidad de la policía y había sido infiltrada para obtener las pruebas necesarias y acabar con nosotros.
Vuelve a suspirar, pero en esta ocasión de manera melancólica.
—Me sorprendió saber la verdad, pero más me sorprendió conocer a una omega que realmente me atrajera, porque nadie había encendido mi cuerpo como lo hacía Menou, excepto por ella. Tras hablar con él aceptó a que la incluyéremos en nuestras noches y Menou también empezó a gustar de ella. Finalmente, Naomi quedó embarazada, aunque realmente nunca quisimos saber de quién era, ¿podía ser mío? ¿podía ser de Menou? —se encoge de hombros sonriendo—. No era lo que nos interesaba, esa niña era nuestra salvación en todo sentido y la amaríamos como lo que realmente era: nuestra hija.
—¿Naomi aceptó quedarse siempre como tu sirvienta sin importarle que ustedes pasaran a Kagome como su hija?
La mujer sonríe de par en par.
—Lo único que le interesaba era estar a mi lado —de pronto su rostro se ensombrece—, sin embargo, ya había entregado algunas pruebas para que Menou cayera, así que él intentó "disuadir" a Touga amenazando a tu madre, lamentablemente nada salió como pensamos. Tu padre, se volvió loco y se convirtió en juez y jurado, primero asesinó a mi suegro a sangre fría y Menou decidió darle caza, cuando eso pasó lo único que Touga deseaba era que nuestras cabezas rodaran, Kagome ya había nacido, así que sería ojo por ojo, nosotros íbamos detrás de su familia, entonces él iba detrás de nuestra pequeña.
Arruga sus puños mostrándome una gran frustración.
—La hirió... —su voz se corta—... a nuestra pequeña... a una niña que no tenía ningún motivo para pagar las consecuencias de sus padres, a diferencia de nosotros que nunca te hicimos un daño físico. Intenté protegerla y también me hirió a mí. Cuando eso pasó, Naomi salió en mi defensa develando que no me hiciera nada, porque esa niña era de ella misma, insistiéndole que Kagome era totalmente inocente y enloqueció más, esa traición que su antigua compañera le había hecho hizo que la asesinara.
Nada es negro y blanco, no todas las personas son buenas ni todos totalmente malas, creo que en más de una ocasión Chiquita me dijo eso.
—Menou lo tomó prisionero y empezó a torturarlo día con día —confiesa—. También él perdió sus estribos. Kagome se debatía entre la vida y la muerte, una pequeña que apenas cumpliría 1 año, nuestra querida Naomi estaba muerta, su padre también había sido asesinado y yo... —niega sonriendo, haciendo todo tipo de gestos imagino que para evitar no llorar ante mí.
Hay un silencio entre los dos. No sé realmente qué decir.
En menos de 3 días la perspectiva de todo lo que he creído ha dado un giro de 180° y ahora puedo comprender un poco a Naomi, a la madre de Kagome. Ella se enamoró de un alfa que, además de estar casada, era a quien tenía que darle caza. Vivió feliz durante un tiempo, dio a luz a la hija de ambos, porque realmente puedo entenderlo, no importa quien la preñó ni en qué circunstancias sucedió, simplemente se amaban y era el fruto del amor de ellos.
—Señora Tsubaki —digo en voz alta y con voz decidida—, no sé realmente qué nos espera a Kagome y a mí, y sé que deberemos de emprender una nueva vida alejada de la mía, pero no me gustaría que también sea lejos de ustedes, no por mí, sino por ella.
—Menou no dejará que estén juntos.
—Sé que hay una manera, si usted nos apoya.
—¿Porque conoces la verdad? —muevo mi cabeza afirmando.
—Si lo han ocultado todo este tiempo, es porque realmente importa, y estoy seguro de que hay muchos en las filas de ustedes que no lo aprobarían.
—¿Y crees que los jefes aprobarán que el esposo de la futura heredera sea un expolicía? —se burla—. Sí, por supuesto que lo harán —asegura sarcásticamente.
—Lo harán si saben que fui yo quien le di fin a Moryomaru.
Ella se queda con la boca abierta sin creer nada de lo que estoy diciendo.
—Osó tocar a Kagome —asevero con firmeza—, y nadie que lo haga, puede salirse con la suya.
Parpadea una y otra vez quedándose con la boca abierta y luego empieza a reírse.
—Los omegas... —niega sonriendo—, nos obligan a hacer las cosas más absurdas.
Ella se levanta ofreciéndome su mano.
—No sé realmente qué podré hacer, Sesshoumaru, pero yo también seré una aliada de ustedes dos.
—¿"También"? —ella levanta una ceja con prepotencia.
—¿Crees que pienso que tú solo llevaste acabo el término de ese asunto de Moryomaru? —se burla—. Además de Naraku son pocos nuestros aliados que saben cómo hacer un buen trabajo de limpieza y entre esas personas Kikyo está involucrada y ella es una de las más fieles al nombre de Kagome, lo que significa que Bankotsu y los demás también están al tanto de esto.
A pesar de todo, la mujer, es bastante astuta también, así que acepto su mano.
—No será nada fácil, pero si Kikyo también está de acuerdo, tenemos otro punto a favor.
—¡¿Pero qué demonios está pasando aquí?!
La voz de Menoumaru Myoga nos hace soltarnos de un solo golpe, ¡maldita mierda! Esto me pasa por confiar solo en mis propios instintos, también debería de haber confiado un poco más en Kagome y en Sango quienes insistieron en ponernos siempre unos ojos extras.
—Se... Detective... Taisho... —casi susurra aterrada Kagome viendo a su madre y luego a mí y la misma acción otra vez.
—Buenas tardes —los saludo con una reverencia acercándome a ella para tomar su mano.
Veo que el tipo está a punto de sacar un arma y lo vuelvo a ver.
—Sr. Myoga —sentencio con voz dominante—, no está en Tokio —vuelvo a ver a todos lados—, hay cámaras en cada esquina y todos estos comensales lo único que verán será como un extranjero con tintes no muy afables está con un arma, si descubren nuestros antecedentes usted llevará las de perder.
Veo que el beta de Kagome está casi en la misma posición.
—Esta ciudad me da ventaja Sr. Myoga. Vamos Kagome —le extiendo mi mano para que ella pueda aceptarla voluntariamente.
—¡¿No puedo amenazarlo cuando claramente está secuestrando a mi hija enfrente de mis narices?! —grita.
—¿Te estoy secuestrando? —me giro a ella con voz seductora soltando mis feromonas, sé que no soy justo porque con esta cantidad es fácil que sus rodillas empiecen a flaquear.
Después de unos segundos, que parecen que se convierten en horas, me mira con devoción negando con su cabeza para luego ver a su padre.
—Lo siento papá...
Al mencionarlo toma mi mano dándole la espalda.
—No es un secuestro sr. Myoga, solo es un aliciente para que podamos negociar —les hago una pequeña reverencia y luego vuelvo a ver a su mujer—. Señora Tsubaki, le suplico que hable con su marido y cuando estén dispuestos a conversar, pueden llegar a la dirección que Kagome le hará llegar a su primer guardaespaldas. Espero que podamos llegar a un tipo de arreglo.
Salimos del bar con nuestras manos entrelazadas y nuestros corazones latiendo al unísono, aprovechando que Lehm no está, el Airnbn parece la mejor opción para tratar nuestros problemas de una forma privada.
No estoy muy seguro de lo que debemos de hacer o cómo tratar la situación de lo único que estoy convencido es que ésta, es la mayor locura que he hecho en toda mi vida.
