Sinceramente este capítulo no pude hacer que me saliera más largo, por más que lo quise, porque la verdad fue como todo lo que tenía que pasar, creo que ponerle más hubiese sido un error.
El otro es el final... sí... llegamos al final después de una larga travesía y una larguísima espera tras mis hiatus y de no saber cómo continuar el capítulo 28, pero siempre dije que no sería un fic largo, aunque fue más largo de lo que yo misma esperé, ya que me salieron casi 9 capítulos más de lo programado.
Así que sin más... continuemos y el siguiente será el final...
Gracias a:
Faby Sama: mi querida amiga, sii... :C he andado bien mal, de hecho casi llego a que me ingresen al hospital y toda la cosa, pero gracias a Dios no llegué a eso y lo pude controlar en caso, aunque no fue nada de este virus, creo que no hubiera sido tan malo, pero bueno, así que medio intentando recuperarme.
Primero gracias por todos tus mensajes, ¡me encanta leerte! De esa manera yo sé que he hecho algo bueno con el fic porque las emociones salen a flor de piel con las expresiones plasmadas. Y sí, yo sé... lo que le pasó a Ban... y a Menoumaru... mira... fue algo taaaaan triste... y es que cuando me posee la inspiración las cosas van saliendo solas y natural y eso fue lo que salió, la verdad es que el pobre Ban creo que fue un daño colateral, pero como dices, aunque sea malo, pero no hubieran podido sobrevivir con él a su lado, creo que necesitan algo más neutral.
En fin... a uno de terminar amiga! solo a uno! ¿te puedes imaginar? ni yo me lo creo!
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Disclaimers:
** Inuyasha le pertenece a Rumiko Takahashi, yo solo tomo los personajes para que hagan mis perversiones.
** No continúo historias, lo que terminó y a lo que le puse FIN es FIN.
** Téngame paciencia, trabajo y tengo vida, escribo en base a la inspiración, pero sobre todo a los comentarios de ustedes, así que mientras más comentarios tengo más escribo, incluso cuando mi vida se pone patas arribas, pero si me dejan muchos comentarios, escribo como loca.
** Recuerden darle like de mi página de romancerotico en Facebook, de esa manera estarán enterados cuando subiré mis fics, si sigo viva o cualquier otra cosa que deseen saber.
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33. El mejor alfa para la mejor omega
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Kagome POV
Nada puede consolar a mi pobre corazón.
Cuando Lehm se aparta para darme paso y entrar a la habitación en donde han hecho todo lo posible por revivir a Ban es como si una ráfaga helada me abrazara. A pesar de los esfuerzos de Akitoki y de los demás médicos que Lehm ha puesto a nuestra disposición ha sido inútil mantenerlo con vida.
Hay un banco metálico a un costado y lo halo para sentarme en él y tomar su mano que todavía está tibia.
—Eres un idiota, ¿lo sabes verdad? —mi voz se empieza a quebrar—. Papá... no iba a tirar a matar... me hubiera dado en el hombro... a un costado... pero nunca me hubiera matado... y tú... tú...
No puedo resistir más y mi rostro lo dejo caer sobre su mano inerte llorando desconsoladamente.
—¡Maldito idiota! —mis lágrimas no cesan de salir y dejo caer mi rostro sobre su cuerpo—. No tenías porqué ser un héroe Ban... lo único que tenías que hacer... era... era permanecer siempre a mi lado... idiota...
No sé cuánto tiempo pasa y realmente no me importa, no tengo deseo de ver a papá, aunque sé que ésta podría ser mi última oportunidad y si no lo hago me arrepentiré el resto de mi vida, pero ¿cómo le digo a mi corazón que deje de latir? ¿cómo le digo que esto pasará en algún momento?
—Kagome...
A mi espalda escucho la voz de Ginkotsu así que levanto mi mirada.
Lleva una tableta en ambas manos y Mok está en la mitad y en la otra está Kikyo.
Cuando la veo niego arrugando mis ojos y moviendo mi cabeza una y otra vez, ¿por qué está pasando esto? Ban tenía que protegerme así como lo hicieron Sui y Renkotsu, pero de mis enemigos, no de mi padre y mucho menos de mí misma.
—¿Es todo lo que harás?
La voz tan dura y casi apática de Kikyo me hace limpiarme la nariz con el dorso de mi mano sin gracia alguna.
—Yo...
Por primera vez no sé qué decir. Sui y Renkotsu murieron en el cumplimiento de su deber e incluso no pudieron evitar que sucediera aquel funesto suceso, pero ¿Ban?
—Sabes para lo que todos nosotros hemos sido entrenados.
—¡Claro que lo sé Kikyo! —exclamo descontrolada que incluso puedo ver que Ginkotsu se mueve con la tableta en la mano creyendo que podría hacerle algo—. Mierda... claro que lo sé...
—Bankotsu cumplió con su deber y créeme, porque todos nosotros lo pensamos, sé que debe de haber estado satisfecho al saber que te protegió y que con su vida pudo evitar que te pasara algo.
Su voz es tan rígida, tan severa y dura como si no estuviese hablando de su propio hermano, de su sangre.
Suspiro levantando la mirada y expulsando el aire lentamente como si no tuviera otro remedio y les doy la espalda tomando nuevamente la mano de Ban y entrelazándola con la mía.
—¿Qué esperabas? ¿Qué ustedes dos pudieran vivir eternamente juntos?
Niego porque no puedo hablar, realmente no sé lo que hubiera esperado, Sesshoumaru tenía minutos de decirme que detestaba que ban estuviese a mi lado porque sabía que él había sido parte de mi cama, pero yo... siempre lo vi más allá del sexo, era mi confidente, mi amigo, sí, también era mi amante, pero sobre todo aquella persona en la que podía poner mi vida en sus manos y él lo único que haría sería apreciarla.
Tiene una cicatriz cerca de su hombro, una reciente, la que yo misma le hice la primera vez que me escapé deliberadamente para irme al hotel y quedarme con Sesshoumaru. La textura es abultada, arrugada... y él nunca me reclamó.
—¿Crees que el Amo lo hubiera permitido? —se mofa—. Su instinto asesino estaba a flote cuando descubrió lo de ustedes, estoy segura de que su primer pensamiento fue pegarle un tiro entre ceja y ceja frente a ti.
—¡Ya lo sé Kikyo! —vuelvo a gritarle, pero sin levantarme o sin soltar su mano—. ¿Por qué no lo dices mejor?
—¿Qué quieres que te diga?
—Lo que todos deben de saber, lo que todos parece que deben de pensar sin poderlo decir en voz alta.
—Probablemente es solo lo que tú piensas.
—¡Sé que la cagué! —rompo nuevamente en llanto y escucho como ella suspira.
—Si todos fuésemos perfectos la utopía sería algo real, pero no lo es y cada uno de nosotros estamos muy alejados de serlo.
—Sé que no soy perfecta, pero yo... tenía que unificarlos a todos... tenía que conservar la paz... y ahora...
—Desde mi punto de vista creo que has limpiado. Tu padre tenía entre ceja y ceja a Moryomaru desde hace mucho tiempo, pero no podía actuar. Lamentablemente fuiste el medio para lograr el fin y eso sí es algo que lamento, sin embargo, con ello pude darme cuenta de algo.
—¿De qué? —pregunto casi sin emoción alguna, mis ojos empiezan a arder.
—Que realmente no serías capaz de controlarlos a todos, necesitabas al mejor alfa para poder continuar en el trono y no hay uno mejor que Sesshoumaru Taisho.
Me doy la media vuelta atónita por las palabras de ella.
—¿Él es el mejor alfa para mí?
—El mejor alfa, para la mejor omega que he conocido, y sé que muy a su pesar, Ban también lo supo.
El rostro de Kikyo se acongoja poniéndose completamente rojo saliéndose de su papel de la alfa de su familia, esa mujer dura y casi sin sentimientos que tiene que aparentar que nada le afecta y sus lágrimas empiezan a salir.
Yo niego y me tiro al suelo llorando, Gin se acerca a mí y lo abrazo con toda la fuerza que puedo soltándome a llorar como una infante, como una niña que lo ha perdido todo, y aunque ya no soy una niña y tampoco lo he perdido todo, pero sé que Ban siempre estará en una parte de mi corazón y que esa parte nunca dejará de doler.
Y por unos minutos, aunque a la distancia, nos unimos en un solo llanto y en un solo canto despidiéndonos del beta, no... del hombre que sé que amé con todas mis fuerzas.
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Gracias a Lehm, no hemos tenido ningún problema con la policía en Los Ángeles, después de todo tiene sus influencias y hemos podido pasar desapercibidos con esta desgracia.
Estuve los últimos minutos con papá, a donde me pidió perdón y yo lo hice también. Ante mi madre, Kikyo por medio de la tableta y todos nuestros guardaespaldas me sucedió el puesto pidiéndome que lo lleve con orgullo siguiendo los cambios que hemos empezado a hacer para poder limpiar así nuestro nombre.
Papá nunca quiso hacerme daño, sabía a la perfección que yo esquivaría la bala o si me pegaba no sería en un punto vital, solo sería como una lección, con lo que no contó fue con mi propia reacción y con la de Ban. He llorado amargamente porque nuestro final no es otro más que trágico, pero con una sonrisa se despidió asegurándome que me había amado desde el primer momento en que di mi llanto, que sabía que yo significaría el cambio para nuestra familia, y así lo es.
No será nada fácil cambiar nuestro nombre y sé que tampoco lograré una blanca y tierna estabilidad como empresaria, pero tengo que encontrar un punto de equilibrio en el cual podamos continuar siendo los Myoga, pero de una manera "menos" fuera de la ley.
Finalmente muere tranquilamente en mis brazos y en los de mamá cuando empiezan a quitarle toda la asistencia y, los pedazos que han quedado de mi corazón tras mi despedida con Ban se vuelven a romper. No sé si algún día podré unirlos otra vez, pero realmente no me importa.
El viejo Hosenki empieza a seguir sus instrucciones y ha sido el primero en reconocerme.
Lehm nos ayuda a que ambos cadáveres regresen a nuestra tierra natal en donde enterramos a papá en la tumba familiar y a Ban muy cerca también.
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Han pasado casi 10 días desde ese fatídico accidente y durante el vuelo, mamá me lo ha contado todo.
Ella realmente es una alfa a pesar de que desde siempre fingió ser una omega.
Para poder estar con papá, él la hizo pasar como a una omega, aunque al abuelo esa mentira nunca lo convenció porque veía con desconfianza a mamá y por eso cuando nací nunca creyó que era hija natural, aunque mis dotes excepcionales siempre le gustaron, pero tuvo mucha desconfianza de mis padres.
Durante todos estos años tuvo que fingir que era una, pareciendo una, actuando como una, lo cual fue muy difícil. Lo malo era cuando llegaban los celos de ambos y al no estar marcados se les complicaba más. Se amaban muchísimo y de eso nunca tuvieron duda alguna, pero era por eso por lo que siempre necesitaban de alguno que otro beta para poderse saciar.
Mi madre se enamoró de la mujer que me dio a luz: Naomi, pero en un arrebato de furia el padre de Sesshoumaru la asesinó y también se llevó al abuelo. Mi padre juró vengarse y eso significaba asesinar al hijo que Touga había engendrado, lo único que nunca esperó es que esos dos hijos nacidos en una trifulca en donde nada teníamos que ver, nos enamoráramos.
No puedo culpar a mis padres, ni siquiera un poco. Ahora yo he experimentado lo mismo y cuando uno cede ante el destino, no hay nada que se pueda hacer.
—¿Sabes? —le digo a papá en la tumba familiar—. Lo peor de todo es que si le hubieras dado la oportunidad a Sesshoumaru, sé que te habría agradado para mí.
Me siento a un lado y coloco unas flores en los floreros fijos de marfil.
—Es fuerte, astuto y daría todo por mí, sé que me cuidará, porque hasta el momento lo ha hecho y cuando no ha podido, ha dado la cara por mí —suspiro mirando al cielo—. No sé si lo supiste, pero fue el quien castigó a Moryomaru, con sus propias manos.
Desde aquel día, no he podido dejar de llorar.
No quería separarme de Sesshoumaru en Los Ángeles, pero le dije que tenía que regresar a Japón con mamá, hacer los arreglos y hablar con Kikyo sobre la muerte de su hermano, buscando quien pueda hacer su trabajo, nunca sustituirlo, porque Ban siempre será parte de mi historia y de mi corazón.
Vengo dos veces al día a verlo y de paso también a Ban, a Sui y a Ren. Mamá no ha querido salir de la mansión, en parte también ha sido para continuar con la fachada que al romperse el lazo con su alfa ella ha estado a punto de morir. Sin embargo, la verdadera razón es que me culpa de todo esto, pero si no estuviéramos ligados a esta vida, nada de esto hubiera sucedido, todos sabemos a lo que podemos enfrentarnos y lo aceptamos.
—No sé si podré ser digna sucesora tuya papá, pero haré mi mejor intento —me acerco a su tumba dándole un beso y al darme media vuelta lo veo.
Sesshoumaru está parado frente a mí, con un cabestrillo en su brazo izquierdo a donde papá lo hirió. Un fuerte viento mueve su sobre todo y a los mechones de su cabello que ahora están más largos que cuando lo conocí, aunque hay algunos rastros diferentes: sus ojos están azules y tiene mechones negros en su cabello, además de un tatuaje en su hombro izquierdo de un dragón que simboliza la fidelidad ante mi familia.
Se acerca acariciándome la mejilla y simplemente sonrío ante su presencia.
—Te he extrañado Kagome.
Su voz me hacía tanta falta escucharla y eso alegra un poco mi pobre corazón que está totalmente hecho pedazos.
—Y yo a ti Sesshoumaru.
Nos quedamos en silencio viéndonos el uno al otro totalmente paralizados y durante varios minutos, no decimos nada.
—¿Ya has tomado posesión de la mesa? —niego.
—No oficialmente.
—¿Cuándo lo harás?
—Muy pronto.
—Quiero estar a tu lado —su sentencia es tan decidida que incluso me da terror de lo que eso pueda significar.
Intento negar ante su petición cuando veo que se pone de rodillas tomando mi mano izquierda la cual besa con ternura.
—Sé lo que eres y probablemente nuestros padres estén revolcándose en sus tumbas —eso me hace sonreír porque creo que si fuese posible, sería cierto—, pero sé que nosotros también podríamos traer un poco de paz ante el odio previo generado por ellos y aunque no lo fuera, no estoy dispuesto a arriesgarme a vivir alejado de ti, sé quien eres y quiero pasar el resto de mi vida junto a ti, así que Kagome Myoga, ¿me harías el honor de convertirte en mi esposa?
Mi corazón se acaba de estrujar, ha hecho explosión y se ha roto en mil pedazos otra vez y en lo que me parecen horas cuando el viento nos abraza y las hojas caen a nuestro alrededor siendo testigos de esta declaración y simplemente muevo la cabeza sonriendo.
—Sí —acepto entre lágrimas—... sí Sesshoumaru... quiero... convertirme en tu esposa.
Él se levanta sacándose un anillo de su sobre todo y me lo pone en mi mano el cual admiro con amor.
—Este anillo me lo entregó Lehm antes de venir, era de mi madre, de Chiquita Brick.
—¿Y a él le parece lo que estamos haciendo? —se encoge de hombros.
—Solo me dijo que esperaba no volver a rescatarme de una situación igual a la de California y si así fuera, que disfrutara todo minuto de mi vida contigo.
Mi corazón empieza a latir como si estuviese reviviendo después de haber estado muerto durante tantos días. Me abraza con ternura, con pasión, con sigilo, con devoción y con amor, no sé realmente qué sentimiento pueda estar reflejado, lo que sé es que es uno sincero, uno con el cual me está prometiendo que estaremos juntos el resto de nuestras vidas, no importa lo que pase.
