Chap 4.
- Te voy a enseñar a darle a Sirius lo que te pide...
Le tomo de la mano e hizo que se colocara en cuatro patas dejando su parte trasera al borde de la cama, Moony, con la excitación que sentía, no estaba dispuesto a negarse a nada, y Lily con un ademán me dio a entender que me aproximara.
Me acerqué y apenas tuvo Lily mi pene a su alcance lo tomo con una de sus manos para aproximarlo al ano que estaría por hundir, como lo solíamos hacer cuando Remus tenía ganas de ello, que eran pocas.
Lily se arrodilló y comenzó a besar el trasero de Moony, esos besos comenzaron a convertirse en lengüetazos que poco a poco, atacaban el centro de ese círculo durito que tantas veces yo había querido penetrar y Remus no tenía humor para ello; cuando menos lo imaginé, estaba dando un largo beso negro a mi novio y con lentas arremetidas Lily insertaba su lengua en ese exquisito ano y de pronto, retiro solo un poco su rostro me miró y dijo:
- Sirius, ésta parte ya es tuya...
Y sin dejar de mirarme a los ojos, comenzó a pasar su lengua por mi capullo y de a poco a introducirlo en su boca, con una mano acariciaba mis testículos, temblábamos de tanto juego y placer... lo que se interrumpió sólo por un instante, cuando sentí que esos carnosos labios abandonaban mi verga, y la mano que acariciaba mis testículos ahora dirigía todo mi cuerpo hacia la puerta de ese culo tan deseado por mí...
Comencé a presionar mi cuerpo contar el de Remus, comencé a sentir como entraba, muy ajustadito, en Remus, aún poco lubricado. Fruncía su culo dificultando el acceso y asiendo que de golpe un dolor le hiciera pedir por favor la sacara, pero esta vez yo no tenía porqué cuidar a mi Remus, y, recordando su enfado, sus cuernos, su ida con Lily... en contra de lo que me pedía, de una sola embestida, metí la totalidad de mi verga haciendo que apretara y mordiera sus labios para no gritar y así, no despertar a James.
Mis arremetidas no se detuvieron y mi excitación aumentó cuando me percaté de que Lily había situado su cuerpo de forma que yo seguía penetrando a Remus, y a la vez, quedaba mi boca y la suya al mismo nivel. Comenzaron los besos apasionados. El placer.
Comencé a excitarme, a sentirlo, ya no podía parar; las entradas y salidas cada vez eran más exquisitas y Moony estaba transformando un inmenso dolor en una fuente de placer inmensa en ese momento, y comenzó a relajarse dispuesto a gozar de verdad como Lily y yo ya estábamos haciendo.
De pronto sentí que estaba llegando a un clímax que terminaría vaciándome en mi novio, Lily, al darse cuenta de ello, me separó de él y se preparó para recibir mi leche en su boca, qué momento más inolvidable, saqué hasta lo que no tenía dentro, llevándose conmigo los suspiros y gemidos que antes de ninguna manera había podido sacar, y quedé agotado con tal acabada que me quedé tirado en la cama, dispuesto ver como seguían mis amantes...
Lily, con su boca llena de semen se dirigió para darle un beso a Remus, que no aceptó, diciendo que la dejara caer sobre sus pechos.
Lentamente, Moony fue recogiendo los restos de todo mi semen por el cuerpo de la pelirroja, y ambos nos miramos y supimos que nuestro pensamiento era común.
Nos dirigimos a la vagina de Lily, que aún derramaba líquidos por mi penetración, y ninguno de los dos dudó en recogerlos y tragarlos. Era un momento de amor compartido, donde se juntaban lenguas con el sexo de nuestra amiga, y nos besamos una o dos veces, besos largos que inspiraban pasión mientras seguíamos también lamiendo la vagina de Lily y penetrándola con nuestras lenguas. Tanto fue el placer que le dábamos que de un momento a otro comenzó a cambiar el sabor, con gemidos mezclados con vibraciones y presiones de las piernas, nuestra amante comenzó a terminar como jamás antes había visto terminar a Remus, ya no podía controlar hasta que sus movimientos y gemidos se transformaron en una sonrisa y en una cara de satisfacción que nos contagió a todos los participantes del juego.
Tras terminar con Lily, ambos atacaron mi verga que no tardó en ponerse tan dura como momentos antes con dos semejantes expertos, dándome una... cuando consideraros que estaba a punto y sin que nadie dijera absolutamente nada, Lily, se me vino encima haciendo que mi polla entrara con facilidad en esa concha que ya no daba más de excitación, apoyando sus ricas tetas en mi torso, y contrayendo sus muslos, dándome así la presión que le faltaba a mi verga para terminar... lo hicimos los dos a la vez, terminamos con un orgasmo que nos hizo vibrar tanto a nosotros como a Remus, que nos miraba enormemente excitado.
Después de unos momentos yo estaba colocado de lado en la cama, nuevamente como me gustaba, de espectador, mirando a mi Remus con mi Lily.
De un momento a otro, noté que comenzaban a venirse mis dos amantes, pero yo preferí dejarles disfrutar a ellos para concluir la noche con algo muy especial... ambos terminaron, y sin perder tiempo, salí del interior de esa fuente de placer, tomé a esos dos y, violentamente, los dirigí a seguir chupándomela; ellos lo hicieron, y comencé a sentir unos temblores que nacían de mi sexo y llegaban a todo mi cuerpo, lo que terminó llenando la boca de Remus leche, para después compartirlo con su amante en un beso casi interminable..
Tanto sexo nos había dejado agobiados por completo e hizo que nos quedáramos dormidos y que ni siquiera pensáramos que, a unos pocos metros, separados por sólo un saloncito que dividía los dormitorios, estaba durmiendo mi amigo James sin enterarse de nada...
Primeros rayos del sol entrando por el amplio ventanal de la habitación.
Y despertamos.
Desnudos, yo, con mi cabeza apoyada en el pecho que tanto había deseado la noche anterior, Remus, abrazado en la parte baja de mi cintura, sobre mi pubis, con su boca a sólo un par de centímetros de mi verga, y Lily con una mano sobre el torso de mi chico.
Para sorpresa, ahora no éramos tres los que estábamos en esa sala, estaba también James.
Dormía, sentado en la silla que yo había dejado para disfrutar en primera persona de la fiesta sexual que habían estado dándose nuestros dos novios.
Hoy, un año después de ese momento, sigo siendo novio de Remus, con quien aclaré todo poco después de esa noche, y además, por razones obvias, soy amante apasionado de Lily Evans, quien en este momento espera una fecha en la Iglesia para casarse con mi mejor amigo, el cual por cierto, nunca llegó a contarnos cómo hizo para entrar en la habitación, a pesar de la silla que trababa la puerta, sin que lo notáramos.., ni siquiera nos dijo cuánto tiempo estuvo presenciando esa escena, la de su novia con sus dos mejores amigos...
FIN
