LOS NUEVOS MERODEADORES

¿¿Qué pasa cuando el destino hace concurrir a 7 personas distintas entre sí?? ¿¿Y cuando algunas de ellas no se soportan?? H/G, Hr/R, N/L....

Aviso: Los personajes no me pertenecen, lo sé, lo sabemos, pero por si acaso lo repito.

Abandonó la desierta sala común y bajó al comedor enfadado consigo mismo. ¿Por qué le había pasado a él? Es cierto que detestaba a los mortífagos y que sus veranos consistían en permanecer encerrado en su habitación ignorando lo que hacía su padre, rezando para que no se acordara de él y lo dejase tranquilo; pero eso no significaba que estuviese de parte de Dumbledore. Recordó demasiado tarde que no había bando neutral y que estaba obligado a luchar en el de los sangre sucia...

Golpeó su puño contra la mesa del comedor para alejar ese pensamiento de su mente cuando una voz lo despertó de sus pensamientos:

Malfoy, la mesa de Slytherin no está ahí para que le pegues esos puñetazos, además, es mucho más dura que tu mano...

Draco observó fríamente como su mano sangraba y se volvió a la persona que le había hablado. El joven con el pelo desordenado y ojos verdes tras las gafas le miraba sonriendo burlonamente.

Potter, metete en tus asuntos y vete a besuquearte por ahí con la pobretona... oh, se me había olvidado que sois novios. Tiene suerte, ahora podrá comprarse una túnica para ella sola...

El rostro del joven Potter cambió rápidamente y sacando su varita le apuntó con ella. Draco se adelantó a sus propósitos y se dispuso a marcharse a la enfermería. Echó una última mirada a los pocos compañeros de casa que le quedaban. Todos eran escoria para los Malfoy, familias que se habían mezclado con las clases bajas de magos y cuyos hijos habían sido escogidos para Slytherin.

Quizá el no era diferente.

Un escalofrío le recorrió la espalda cuando recordó la llamada de su padre...

()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()() Flash Back ()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()

La lechuza de los Malfoy había llegado inusualmente cargada. Entre el fajo de chucherías que llevaba había un sobre negro. El joven Slytherin lo guardó y esperó hasta llegar a su cuarto. Una vez allí, con manos temblorosas lo abrió y lo dejó en el suelo. Una nube de humo salió de la carta y tomó la forma de Lucius Malfoy. La imagen de su padre comenzó a darle instrucciones rápidamente, pues el que no debe ser nombrado deseaba tener nuevos miembros entre los mortífagos. Cuando el mensaje del sobre terminó, Draco había tomado una decisión: no sería uno de ellos. Bajó a la sala común con el sobre aún latiendo entre sus dedos y lo tiró al fuego. De las llamas salió un chillido horrible, que Draco ignoró. Se dirigió a su primera clase de la mañana sin mirar atrás. No llegó ni a la puerta del aula de transformaciones. Alguien le agarró por detrás y lo cogió por el cuello, asfixiándole. Draco vio que era su padre. Su cara demostraba una furia tremenda, que el joven Slytherin había aprendido a temer.

Ningún Malfoy desobedece la orden del que-no-debe-ser-nombrado – Dijo Lucius apretando el cuello de su hijo.

No.... pienso.... ser....un mortífago

Si es así, entonces morirás.

Lucius Malfoy sacó su varita y le apuntó directamente en el pecho.

Crucio!

Draco comenzó a sentir un dolor inimaginable en su corazón. Las arterias se le hincharon y amenazaban con explotar. Su padre había elegido una de las muertes más dolorosas para él. Los huesos comenzaron a retorcerse ya crujir, pero casi inmediatamente se pararon.. El corazón recuperó el ritmo y las arterias dejaron paso a la sangre. Cuando pudo abrir los ojos, no había ni rastro de su padre, sólo estaba un alumno junto a él. No pudo distinguir quién era, pero le debía la vida... Sintió como venía más gente, algunos profesores, y le llevaban a la enfermería. Cuando pudo recuperarse, pidió ver a la persona que le había salvado la vida. Su cara demostró odio puro cuando observó al joven con el emblema de gryffindor en su túnica y unos ojos verdes tras las gafas entrar en la enfermería.

()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()Fin del Flash back ()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()

Draco observó detenidamente su mano ya vendada y comenzó a resignarse. Su honor como mago exigía pagarle la deuda al cara-rajada de Potter, pero otro pensamiento más intenso cruzó por su mente. ¿Él, que había renunciado a ser mortífago y a atacar a los hijos de mugles, merecía ser un auténtico Slytherin??

A diferencia de la sala común de Slytherin la biblioteca estaba abarrotada. Todos los libros que trataban temas sobre defensa contra las artes oscuras estaban prestados y casi todos los alumnos consultaban libros de hechizos y duelos. Sólo Neville Longbottom estaba absorto en un libro de herbología cuando alguien le saludó:

Hola, Neville

Ho... hola, Lovegood

Puedes llamarme Luna. Quería preguntarte si.... podías ayudarme.- dijo ruborizada- Me han mandado un trabajo sobre las Adias y Ginny me dijo que tú eres bueno en herbología.

Neville se sonrojó visiblemente y sólo pudo asentir con la cabeza enseñándole el capítulo que contenía información sobre las Adias, extrañas plantas con poderes alucinógenos. Luna le sonrió y se sentó a su lado, dispuesta a realizar la tarea. Todas las dudas que le surgieron, fueron respondidas por el Gryffindor y pronto se enzarzaron en una discusión sobre una planta en peligro de extinción que se parecía a las adias. El padre de Luna había publicado un artículo sobre ellas y a Luna le había parecido fascinante.

Siguieron hablando del tema al salir de la biblioteca y durante el camino al comedor se cruzaron con Malfoy, que llevaba la mano sangrando y rumiaba en sus propios pensamientos. Cuando llegaron, Neville invitó a Luna a sentarse con ellos en la mesa de Gryffindor, pues desde que desaparecieron la mayoría de los slytherins, los alumnos se cambiaban continuamente de mesas y se repartían entre las tres restantes. Luna aceptó encantada y se sentó al lado de Ginny y de Neville. Éste observó tranquilamente la nueva pelea entre Hermione y Ron, y no pareció prestarle mucha importancia al tema del que discutían. Tampoco le sorprendió el aspecto de Harry, al que se le veía bastante preocupado. Luna preguntó a Ginny el por qué, pero ésta no supo que responderle. La pelirroja estaba bastante triste. Últimamente notaba que Harry los evitaba a todos, incluso a ella. Es como si tuviese un gran peso y no quisiese que le ayudaran, sólo que le dejasen solo. Ella quería compartir ese peso y estar con él, pero Harry no parecía comprenderlo. Eran novios, sí, pero era una relación hueca, sin sentido. Al principio había pensado que era por Cho, una joven de Ravenclaw que ya había dejado el colegio, pero luego descubrió que era por miedo. El joven Harry Potter tenía miedo de involucrarlos y que luego sufriesen las consecuencias de estar en el punto de mira del-que-no-debe-ser-nombrado. Con Sirius había pasado eso. Ginny observó esos ojos verdes que la miraban dulcemente, como acariciándola desde la distancia, y se prometió a sí misma que derribaría los muros invisibles que Harry había creado para protegerlos y le demostraría que ellos eran dignos de estar a su lado y luchar junto a él.