Hola! Y sí. Ya era para matarme, lo sé. Pero más vale tarde que nunca, y antes que nada, el capítulo 7 va muy bien, me está encantando escribirlo, así que tranquilos / as que esto sigue.
Y Ahora vienen las explicaciones de mi tardanza. Y no son excusas, son explicaciones.
Bien, digamos que estoy feliz porque finalmente nos enteramos que J. K. Rowling terminó el HBP, y que será lanzado en Julio... lo que me llevó a una triste realidad. Tengo que acabar con el fic antes de Julio. Lamentablemente, el plan del fic era de alrededor de 35 capítulos, así que de ninguna manera podría llegar. Yo había calculado, ya que los capítulos de Hogwarts son más fáciles de escribir, tenerlo listo en Enero 2006, pero, bueno, si están dispuestos a seguir leyendo, muchas gracias, y seguiré escribiendo. ¿Saben? Amo escribir. Y sobretodo, que las historias sean apreciadas, que sean leídas y comentadas. Porque yo sé, que más allá de que juren y rejuren que cuando salga el de Rowling van a seguir leyendo este... yo sé que a la larga, queramos o no, quedará en el olvido. Y yo sé que a mí mismo me pasará que dejaré de escribir un tiempo, por todo el movimiento del HBP. Y me apena decirlo.
Seguiré y planeo terminarlo, pero sólo si sé que van a estar aquí a mi lado. :blush:
Eso me deprimió un poco, me quitaron las ganas de escribir, así que dejé el Fic por la mitad en 20/12, y recién lo retomé en 1/1... corriendo para llegar a 6/1, la fecha en la que había prometido para la publicación del tan esperado capítulo 6. Esos 13 días que estuve sin escribir, fueron casi la falta que tuve, ya que desde el 1/1 hasta el 15/1 hay, efectivamente, 14 días, uno más de lo que yo suponía.
Espero que sepan entender el retraso, y sino, bueno, también...
Que lo disfruten, y bueno, perdón una vez más.
Agustín --
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Para los que supieron esperar...
Y para Matías, que, finalmente, se dio cuenta de que el que manda soy yo...
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Harry Potter y El Príncipe de la Sangre Mezclada
Capítulo 6: El retorno a casa
Harry siguió a Hermione hacia la planta baja.
Cuando llegó abajo, sacó al baúl hacia fuera de la casa, donde estaba parada Jane.
Hermione lo esperaba junto a la puerta. Harry notó que Dudley la miraba anonadado.
No supo por qué, pero eso hizo que se enojase.
Harry miró a los Dursley.
Ellos estaban como siempre, exceptuando el hecho de la que tomaba el vaso de whisky era Tía Petunia en vez de Tío Vernon.
"Adiós" – les dijo.
Tío Vernon, como de costumbre, no dijo nada. Dudley tampoco se molestó.
En cambio, Tía Petunia se le acercó e hizo algo inexplicable.
Lo besó en la mejilla y lo abrazó.
Harry no supo como reaccionar. Se quedó allí, parado, mientras recibía eso de su Tía. Era raro. No lo podía entender.
Había cosas que para Harry no se relacionaban. Como el amor y los Dursley.
Pero el hecho de que Tía Petunia hiciese eso, rompió la tensión, destruyó un poco más los restos de la muralla que dividía esos dos mundos tan distanciados.
Ese mundo que amaba y ese que detestaba.
Que ahora eran uno solo.
"Y justo al final se unen"Cuando Tía Petunia lo soltó, sintió que se liberaba... comenzó a olvidar...
Olvidó que se iba, olvidó que estaba con Hermione...
Olvidó que deseaba largarse, olvidó la soledad que lo acometía hacía meses, olvidó los 15 años de odio, olvidó como lo maltrataron, olvidó la magia, olvidó la profecía, olvidó a Voldemort, olvidó a Ron, olvidó a Hermione, olvidó que sus padres estaban muertos, olvidó que era el niño que vivió...
Olvidó todo.
Tía Petunia retrocedió, y con lágrimas en los ojos le dijo: "Cuídate mucho. De verdad"
Y Harry asintió. No supo decirle a Tía Petunia todo lo que sentía, pero supo que ella entendería.
Porque era la hermana de su madre. Solo por ello.
Así que Harry se despidió de sus tíos con un gesto de la mano, dio media vuelta, miró a Hermione, quién estaba entre alegre y triste, le pasó el brazo por los hombros y comenzó a salir.
Estaba cerrando la puerta cuando se sonrió a sí mismo, volteó y miró por ultima vez a Tía Petunia. No a los Dursley. A su tía.
Tía Petunia lo miró a los ojos (que seguían con lágrimas) y le hizo un gesto con la mano.
Harry le devolvió el saludo y le dijo una sola cosa. Lo único que pudo decir para expresar todo lo que sentía.
La única palabra que abarcaba a todos sus sentimientos.
"Gracias"Tía Petunia no dijo nada, pero Harry no esperó una respuesta. Cerró la puerta.
Hermione lo miró. Parecía que no sabía como hablar. Harry entendió.
Se estaba por dar vuelta para tomar el baúl cuando Hermione lo abrazó con ambos brazos.
"Estoy contigo"Harry sintió como Hermione le daba todo con ese abrazo. Todo lo que alguna vez deseó tener y nunca pudo.
"A tu lado"Compañía. Amistad incondicional.
"Siempre"
Amor.
Hermione se soltó lentamente. Se miraron. Y comprendieron.
Juntos emprendieron la marcha hacia donde estaba Jane, quién aguardaba sentada en la butaca delantera de un lindo Ford Escort de color Azul Marino.
Hermione sonrió. "Ese es mi auto. Bueno, de mis padres... ya sabes, como trabajan juntos, el auto era ideal, así que lo compraron luego de muchos años de trabajo duro"
Harry nunca había estado en un auto como aquél. Había que admitir que era mucho más bello que el auto de los Dursley y mucho, mucho más moderno que el auto viejo de los Weasley, el Ford Anglia.
Jane se bajó del automóvil.
"Harry. Ayúdame a cargar el baúl dentro del coche"
Cuando Jane y Harry terminaron de meter el baúl, ella se dirigió a la butaca del lado derecho, la del conductor, y desde allí abrió la puerta de atrás.
Hermione, quien seguía cargando la jaula de Hedwig, esperó a que Harry subiese.
Pero Harry no subió.
"Pásame la jaula de Hedwig, Hermione"
Hermione se la pasó.
"Alohomora!" – exclamó Harry apuntando hacia el candado.
Hedwig ululó de contenta, salió de su jaula, aleteó un poco y comenzó a emprender vuelo hacia el cielo azul.
Harry se acercó hasta la puerta, donde lo esperaba Hermione.
"Sube, Harry"
"Las damas primero..."
"Gracias..." – dijo Hermione sonriendo, y subió.
Harry la siguió.
"¿Adónde vamos, Señora Granger?" – preguntó Harry mientras se colocaba el cinturón de seguridad.
Jane se volteó para mirar a Harry. "Regla número 1, Nunca me llames 'Señora'. Tengo nombre. Así que dime Jane."
Harry miró a Hermione, desconcertado, y vio que ella se reía.
"Nunca cambies, mamá" – le dijo Hermione.
Jane sonrió irónicamente y puso en marcha el auto.
"Son idénticas" – Pensó Harry – "en todos los sentidos"
"Entonces... Jane, ¿a donde vamos?" – preguntó.
"A nuestra casa. Allí pasaremos la tarde y la noche, y mañana por la mañana irán juntos a la casa de... ¿cómo se llama el otro chico?"
Harry frunció el ceño. ¿Porqué Jane conocía su nombre y no el de Ron?
"Ron, mamá, Ron Weasley..." – Hermione suspiró, indiferente a la mirada inquisitiva que Harry le lanzó.
"¿Ron? Ah, cierto... bueno ¿qué decía?... ah, mañana por la mañana saldremos para la casa de Ron... Eso significa que pasarás la noche con nosotros, ¿hay algún problema con eso?" – preguntó Jane mirando a Harry por el espejo retrovisor.
Harry sonrió.
"Ningún problema"
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Resultó que los Granger vivían en las afueras de Manchester.
El viaje fue largo, pero entretenido. Harry aprovechó para hablar con Hermione... pero Jane estaba allí con el oído parado, así que hubieron temas que no pudieron ser tocados en la charla.
Temas como Voldemort, la cicatriz, Sirius...
Varias veces, Harry y Hermione debieron interrumpir su charla ya que se iba a temas muy "confidenciales" para los Granger.
Harry supuso que Hermione no les había contado todo lo ocurrido.
Ella siempre parecía pensar en todo. No dejaba ningún detalle librado al azar, no dejaba las cosas de lado cuando eran importantes...
Harry notó que comenzaba, lentamente, a tomar conciencia de sus sentimientos por la niña... que ya no era una niña, por cierto...
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Cuando llegaron a la casa, Harry bajó sin que nadie lo ayudase su baúl, rechazando la ayuda de Jane y Hermione. Cuando Harry les dijo que no necesitaba que lo ayudasen, ambas hicieron el mismo gesto al mismo tiempo, se mordieron el labio inferior y pusieron sus manos sobre la cintura.
Harry no podía entender como se parecían tanto...
Eran iguales, pero distintas... Harry podía definir cual era la diferencia entre una y otra – descontando la edad – pero de una cosa estaba seguro, y era que Hermione era mucho más bella.
Aunque en forma de ser y carácter, y en la mayoría de los aspectos físicos, eran muy parecidas.
Cuando entraron, Jane dijo algo de que prepararía el almuerzo, y que mientras tanto esperasen en la sala.
Hermione guió a Harry hasta el armario que había al lado de la escalera que iba a su cuarto, donde él colocó su baúl.
Cuando terminaron, se sentaron uno frente al otro en la pequeña sala, en unos sillones muy mullidos.
Cuando Harry se sentó, sintió algo raro y con un maullido retrocedió: se había sentado encima de Crookshanks, el gato de Hermione.
"¡OH!" – saltó Harry – "Lo siento, Crookshanks..." – miró a Hermione, quien lo miraba con una expresión de mitad compresión, mitad enojo – "No... no lo había visto, Hermione... perdona..."
Hermione hizo un gesto con la mano.
"Ya, Harry, ni que fuese la muerte de nadie como para ir pidiendo disculpas así..." – y le sonrió.
Harry le devolvió la sonrisa. No supo muy bien porque sonreía... Quizá fuese porque finalmente se había podido largar de la casa de los Dursley... aunque recordó que en su momento había pensado que ella y Ron lo habían olvidado... Pobre Hermione, ya debía soportar sus reacciones como para soportar también que él dudase de ella.
"Lo siento" – dijo Harry inconscientemente.
Hermione comenzó a reír fuertemente – "Ay, Harry, ¿es que no oyes lo que digo? ¡Ya está!"
Harry, quien todavía no parecía haber tomado conciencia de lo que había dicho, parpadeó, pero no agregó nada más.
Ambos quedaron en silencio, mirándose.
"Las cosas han cambiado"
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Un rato después, Jane los llamó. El almuerzo estaba listo.
Hermione guió a Harry hacia el patio trasero de la casa. Él ya iba a preguntar por qué iban para afuera, cuando Hermione dijo – "Usualmente, en verano almorzamos en el patio trasero. Ya sabes, es más fresco que el interior de la casa..."
Harry asintió con la cabeza, y siguió a Hermione hacia la cocina, pasando por el pequeño comedor diario que había en el medio. En ese mismo momento, el teléfono sonó. Hermione ya estaba por atender, cuando Jane apareció detrás de una alacena, y con un "Atiendo", se apoderó del teléfono.
A todo esto, Hermione negaba con la cabeza, algo exasperada.
Llegaron afuera, y Hermione se detuvo, mirando un sector cercano a un frondoso árbol que había en el centro del patio.
"¿Sucede algo?" – preguntó Harry.
Hermione sonrió y se volteó para mirar a Harry – "No... es que solo recordaba... lo que sucedió el otro día..."
Por la cara de Hermione, Harry supuso mejor no preguntar el porque.
"¿Te ayudo con algo?" – preguntó Harry luego de unos segundos de silencio.
"No, esta bien... yo me encargo de todo..." – y sacó la varita. Hizo una floritura, un golpe seco, y apareció un mantel en el aire, que cayó prolijamente sobre el pasto.
"Cómo... ¿Cómo hiciste eso?" – le preguntó Harry.
"Pues, haciéndolo... ¿Es que acaso soy la única que practica magia durante el verano?" – respondió Hermione poniendo sus brazos en la cintura.
"Pues, no... pero de todos modos yo nunca he hecho invocaciones... ¿Dónde aprendiste?"
"En la escuela..." – respondió Hermione restándole importancia.
"¿En la escuela? ¿Cuándo?"
Hermione suspiró, exasperada – "Ay, Harry, ya deja de interrogarme acerca de que hago y que no hago en época de clases."
"De acuerdo... Yo sólo preguntaba..." – dijo Harry poniendo sus manos en los bolsillos.
Hermione le sonrió – "Niño terco" – dijo ella, al tiempo que le revolvía el cabello – "Ya. Ahora, ayúdame con los platos y los cubiertos, ¿vale?"
Harry sonrió al tiempo que asentía con la cabeza, dirigiéndose hacia la cocina.
Allí encontró a Jane, quién estaba preparando unos sándwichs. Se sobresaltó con la súbita aparición de Harry.
"OH, Harry, tesoro. ¿Qué necesitas?" – preguntó Jane, pero al tiempo que Harry abría la boca para responder, ella dijo – "Ah, ya sé, ya sé..."
Y sacó un par de platos de una alacena. Se los tendió a Harry.
"Gracias"
"¿Necesitas algo más?" – preguntó amablemente Jane.
"Sí... unos cubiertos..."
Jane rió - "¿Cubiertos? ¡Pero van a comer sándwichs!"
Harry no había pensado eso – "OH... ¡Claro!" – y rió.
Jane sonrió – "Ahora ve, y dile a Hermione que venga."
"Pero... ¿falta algo más?" – preguntó Harry.
Jane puso los brazos en su cintura. – "Niño terco... ve, ya te dije que Hermione y yo nos encargaremos..."
Harry, confuso, salió de la cocina, y se dirigió hacia donde estaba Hermione.
Ella estaba sentada sobre el mantel, apoyada sobre ambos brazos, mirando al cielo.
Se le acercó sigilosamente, para que ella no lo escuchase.
Apoyó los platos sobre el pasto, y dio un paso más. La tenía tan cerca.
Un paso más...
Crac.
"Pero que demonios..."
Hermione se volteó, y se encontró con un Harry que estaba parado en puntas de pie a tan solo 2 pasos de ella.
"¿Qué hacías, Harry?" – preguntó Hermione al tiempo que fruncía el ceño.
"Eh..." – Harry no pudo mantener el contacto visual con Hermione, la vergüenza lo doblegó. – "quería... quería darte un susto, eso es."
Harry pensó que Hermione no se lo creería, pero sonrió, y, mirando los platos que estaban en el suelo, extendió la mano, pidiéndolos.
Aún sin mirarla, Harry se agachó, tomó los platos que estaban en el pasto, y se los extendió a Hermione, quien los colocó prolijamente sobre el mantel.
Harry se sentó a su lado. Hermione volvió a su posición anterior, recostada sobre el pasto. Sus ojos marrones brillaban un poco.
"Oye" – dijo Harry en un susurro.
"...¿sí?" – respondió Hermione sin dejar de mirar al cielo.
"¿Estás segura de que no ocurre nada malo?" – preguntó Harry. Hermione no acostumbraba a quedarse colgada mirando algo. Ese tipo de cosas sólo le ocurrían a Ron.
En ese momento, Jane gritó "Hermione" desde la ventana de la cocina, y con la mano la llamó.
"¡Ya voy!" – Hermione suspiró y mientras se paraba, musitó – "No me prestes atención, Harry..."
Mientras Hermione caminaba hacia la puerta, Harry dijo en un tono casi inaudible – "lo dices como si fuese fácil... no puedo evitar pensar en ti..."
Hermione se paró en seco...
"Dios mío. ¡Me oyó!"
... pero sacudió la cabeza, se acomodó el pelo, y siguió caminando hacia la puerta, donde Harry la vio desaparecer.
"OH. Algo anda mal. ¿Porqué dije eso? ¿Por qué?" – se dijo Harry, mientras simulaba golpearse la cabeza.
"Quizá porque es lo que sientes" - le dijo esa voz que siempre hablaba por Hermione."OH, cállate ahora mismo. No quiero saber que opinas justo ahora..." – Harry suspiró. La verdad que no tenía en claro que era lo que le sucedía con Hermione.
¿O sí? ¿Realmente sabía lo que sentía?
Pero quizá, en ese momento, no le interesaba tanto saberlo, ya que se dio vuelta y Hermione ya volvía. Estaba haciendo una mueca con el rostro, como si ocurriese algo que le perturbaba.
Llegó junto a Harry, se sentó frente a él y lo miró, siempre con el mismo gesto.
"¿Ocurrió algo?" – preguntó Harry con un hilo de voz. Esta situación de no saber que ocurría lo impacientaba, y mucho.
"¿Eh?" – respondió Hermione saliendo de su transe – "No, nada importante."
Harry frunció el entrecejo – "¿Ah no? ¿Y porqué el gesto?"
"Ay, Harry, no me prestes aten..." – pero se quedó callada, y miró al suelo como intentando recordar algo.
Se pasó la mano por la sien, y dijo – "Bueno, llamó mi padre..."
Harry levantó la ceja, ¿Era eso tan grave?
"Y... era para avisar que vendría más temprano hoy a casa, y es sorprendente, ya que hoy es Viernes, el día que más trabaja" – completó.
Harry seguía sin entender – "¿pero y con eso qué?"
"Eso. Eso... es muy raro. Dijo que vendría a cenar, cuando usualmente él atiende hasta las 10 y media de la noche..."
"Pero yo no le veo lo raro a eso... ¿qué cosa especial ocurre hoy?" – preguntó Harry.
"Pues..." – Hermione se detuvo para suspirar largamente – "pues... digamos que esa cosa especial... eres tú."
Harry tragó saliva. No supo el porque de su repentino nerviosismo, pero le parecía que la "pequeña atención" del Señor Granger era por algo más que el hecho de que él, Harry, estuviese en su casa. Pero tenía el presentimiento inconsciente de que eso también tenía que ver con Hermione.
Harry la miró, ella estaba mirándolo.
Y entonces, cuando sus miradas hicieron contacto, ocurrió algo que nunca había ocurrido...
Hermione se sonrojó.
"¡Chicos! ¡Está el almuerzo!" – pregonó Jane, caminando hacia ellos, mientras cargaba un montón de cosas, entre las cuales había un par de vasos, una botella de jugo de frutas y una bandeja llena de sándwichs, además de llevar detrás de la oreja el teléfono inalámbrico.
Harry y Hermione se levantaron al mismo tiempo. Se miraron, pero Harry fue más rápido, y empujó con la punta de los dedos a Hermione, quién, luego de tambalearse un poco, cayó al suelo, sobre el mantel.
"¡Tonto!" – exclamó Hermione, que ya no estaba sonrojada – "¡Déjame ayudarte!"
"OH, ni lo sueñes..." – respondió Harry levantando una ceja. Caminó hacia Jane, y tomó la bandeja con los sándwichs con una mano, y con la otra, los 2 vasos.
"Vaya si eres tonto, y además, poco práctico" – musitó Hermione, se aclaró la voz, y, sacando la varita del bolsillo de su jean, exclamó – "Wingardium Leviosa!"
A Harry se le escaparon las cosas de las manos, y Hermione tomó el control, apoyando lentamente los objetos sobre el mantel.
Cuando terminó, sonrió y miró a Harry – "Ya ves, eres poco práctico, Harry"
Harry negó con la cabeza, al tiempo que suspiraba, un tanto exasperado.
"Nunca cambiarás, ¿verdad?" – preguntó con una sonrisa.
"OH... no lo sé..." – respondió ella, haciendo como que pensaba – "Quizá sí, pero alguien tendrá que obligarme..."
Harry levantó la ceja – "Ah si... y supongo que dirás que ese soy yo, ¿o no?"
Hermione rió, pero no respondió a la pregunta de Harry.
Cuando terminó de reír, se volteó a acomodar las cosas que había dejado mal acomodadas con el hechizo, y súbitamente se volteó para arrojarle un sándwich a Harry, que le impactó en la frente.
"¡¿Pero que demonios te sucede hoy?!" – pregunto Harry, algo histérico.
Hermione se rió de su cara – "mmm... no lo sé... ¿tú qué crees?"
"Creo que hoy estás... distinta..."
"Quizá no sea solo hoy..."
Harry y Hermione se miraron en silencio. Pero, luego de unos instantes de silencio, no pudieron contener la risa.
"Me equivoqué. Las cosas no cambiaron."
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El resto del día se sucedió con una inesperada normalidad. Muchas risas, muchas charlas y muchas novedades.
Hermione le contó la historia completa de Crookshanks, que era medio-gato medio-kneazle, y como eso le ayudó a darse cuenta de que Sirius era un animago, y no un mago de verdad. Ese comentario fue una especie de bomba de melancolía que le dio a Harry una oportunidad que nunca se le había presentado...
Contarle a Hermione acerca de la profecía.
Pero decidió no hacerlo, ya habría un mejor momento, lo que menos quería ahora era que ella se preocupase por él. Ya habría tiempo para afrontar eso también.
Luego salió el tema de que Harry sería, posiblemente, capitán de Quidditch para Gryffindor... la verdad que la idea era muy entusiasmante, pero prefirió no hacerse ilusiones, ya que aún no le habían quitado la sanción de por vida... Hermione bufó cuando oyó eso, y Harry supuso que era porque había recordado a la arpía de la Profesora Umbridge...
Pero lo que más sorprendió a Harry fue la reacción de Hermione, quien en vez de ponerse a hablar mal de Umbridge, le tomó la mano.
Harry se quedó paralizado. "¿Qué pasa? ¿Qué estoy haciendo? ¿Qué está ella haciendo?"
Hermione pareció leer su mente, a lo que dijo que había recordado como ella le imponía esos injustos e inhumanos castigos, como el de escribir esa frase con su sangre.
Harry sonrió. Ella siempre se preocupaba por él... por eso era su mejor amiga.
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"¡Que horribles personas!" – exclamó Jane mientras Harry le contaba todo lo que tenía que hacer con los Dursley – "¡Yo nunca haría a un niño cocinar! ¡Y mucho menos panceta! Mira si te hubieses salpicado con el aceite hirviendo, pobre niño..."
Estaban sentados en los mullidos sillones del living, y Harry, Hermione y Jane mantenían una interesante charla acerca de los Dursley.
"Si... pero, mamá... ¡tú no sabes de lo que le ocurrió cuando quiso leer su carta de Hogwarts! ¡Cuéntale, Harry!" – dijo una muy animada Hermione, que parecía encantada por la interacción que había entre su madre y Harry.
"¡OH, no me digas que ellos quisieron evitar que llegasen las cartas!" - exclamó Jane.
"Pues no sólo eso, sino que, al no poder evitarlo, ¡quisieron mudarse!" – dijo Hermione.
"Corrección" – Dijo Harry – "De hecho, si nos mudamos... a una cabaña en una roca en el medio del océano Atlántico... aunque era a unos 5 Kilómetros de la costa, para mí era una distancia enorme... igual que para Tío Vernon... pero eso no evitó que llegasen las cartas. Hagrid mismo la trajo en la noche de mi cumpleaños."
"Que impresionante" – dijo una voz detrás de ellos – "Francamente impresionante"
Harry volteó su cabeza, y encontró allí a la persona que le había producido todos esos dolores de cabeza durante toda la tarde.
Hermione saltó del sillón para abalanzarse sobre el hombre, quien, sometido al peso de la niña, se tambaleó, pero de todos modos logró abrazarla también, y con un beso en la mejilla la saludó.
Jane también se paró, y lo saludó con un beso en los labios. Harry sonrió y miró a Hermione, quien miraba feliz a la pareja.
Cuando Jane y el hombre se separaron, Hermione se acercó a él y le dijo – "Papá, este es Harry... Harry Potter"
El señor Granger dio un paso adelante, acortando la distancia entre él y Harry que se había parado para saludarlo. Lo miró y dijo – "Con que Potter, ¿eh? ¿Y quién es este? ¡Nunca me has contado de él, hija!"
Harry no pudo disimular su cara de sorpresa. ¿Acaso Hermione no le contaba nada a su padre sobre él?
Hermione parecía estar extremadamente nerviosa – "Pero... pero... ¡Papá! ¡Es él! ¡Es Harry! ¡Es... mi mejor amigo!"
Harry abrió los ojos, sorprendido. Era la primera vez que oía a Hermione decir eso.
El señor Granger miró a su hija – "Pues yo no sé de que me hablas" – y luego volteó la cabeza para mirar a Harry. Y fue en ese momento cuando él le guiño un ojo.
Hermione estaba en crisis nerviosa – "Pero... pero ¡Papá!..."
El señor Granger estiró su brazo para saludar a Harry, quien estrechó la mano que él le ofreció.
"Encantado de conocerte, Harry... quienquiera que seas" – dijo el Señor Granger, seriamente.
"Igualmente" – respondió Harry, haciendo un esfuerzo por aguantar la risa que lo acometía desde hacía segundos. Era muy tentadora la idea de mirar la cara de Hermione.
Cuando se soltaron las manos, el señor Granger se dirigió a Hermione, con cara de estar enfadado – "Luego me vas a tener que dar algunas explicaciones, jovencita"
"Pero, pero, pero... ¡¡Pero Papá!! ¡Que estás diciendo!" – Hermione miraba fijamente al suelo, y estaba bastante sonrojada. – "Si tu sabes todo sobre Harry..."
"¿Todo?" – El señor Granger hizo como que pensaba – "Pues no lo recuerdo... Oye, tú." – él se dirigió a Jane – "¿Quien eres?"
Harry no pudo aguantar más, y se largó a reír, al mismo tiempo que Jane. El Señor Granger ponía una cara de confundido que no tenía nada que envidiarle a la cara de confundido de Ron, mientras que Hermione pasaba su mirada de Harry a su padre, y de su padre a Jane, y de Jane a Harry.
"OH, ¡¡ustedes 3!!" – gritó Hermione – "¡Son unos... tontos!"
"¿Cómo me has llamado?" – preguntó el señor Granger, al tiempo que su rostro pasaba de confundido a enojado de nuevo – "¿tonto? Ya verás, niña, ahora te perderás de tu comida favorita, eso te pasa por hablar mal"
Entonces se volteó, y, simulando una risa diabólica, atravesó las puertas que iban hacia la cocina, seguido de cerca por Jane, quien también reía, pero de verdad.
Cuando ambos desaparecieron, Hermione hizo un ademán de lanzarles algo, al tiempo que sonreía. Aún tenía vestigios de haber estado algo nerviosa.
"Vaya tontos, lo único que querían era verme en ridículo..." – dijo Hermione mientras se lanzaba contra el sillón.
"Bueno" – respondió Harry – "pero eso es algo que no se ve todos los días. Hermione Granger en ridículo. Vaya cosas de la vida."
Hermione le sonrió – "pues siempre hay una primera vez para todo" – y lo empujó con la punta de los dedos sobre la frente.
"Eso espero" – respondió Harry – "pero... nunca creí estar vivo para contarlo..."
"Pues creo que aún lo estás" – dijo Hermione, al tiempo que le agarraba la muñeca – "Si, tienes pulso, así que estás vivo, y podrás contarles a todos que, por primera vez, Hermione Granger fue puesta en ridículo."
"Buena idea" – dijo Harry, y le sonrió.
Hermione lo soltó, y Harry que seguía parado, decidió sentarse al frente de ella. Cuando se sentó, la miró a los ojos, y en ese mismo instante, como si alguien hubiese estado observándolos, Jane se asomó por la puerta de la cocina y dijo – "Está la cena"
Harry miró a Hermione, quien rió y dijo – "Eso te pasa por querer verme en ridículo, tonto"
Se paró y comenzó a caminar hacia la cocina, dejando a Harry pensando en lo que le había dicho al final.
Ya había llegado a la puerta, cuando se volteó, diciendo – "¿vas a venir a cenar?"
"¿Eh? Ah... sí, claro... Lo siento es que me quedé pensando..."
Hermione sonrió y desapareció detrás de la puerta. Harry se paró, y la siguió hacia el pequeño comedor que había en la cocina.
Hermione y el señor Granger ya estaban sentados a la mesa, mientras que Jane estaba detrás de ellos buscando bebidas en el refrigerador. Harry le ofreció ayuda, pero ella le dijo que no la ayudase, que se sentase a la mesa.
Harry se colocó a un lado de Hermione, quedando al frente del señor Granger y de Jane, quien en ese momento se sentaba a la mesa.
"Así que te quedarás a dormir, Harry." – dijo el señor Granger.
"Si... pero no importa donde, luego de 10 años durmiendo en un armario, cualquier lugar es mejor." - respondió Harry con una sonrisa.
"OH, ves, eso si que no lo sabía." – dijo él – "que malvados y retorcidos que son tus tíos"
Harry meditó la respuesta – "La verdad es que lo son"
Jane rió, y dijo – "Harry, dormirás en el cuarto de Hermione"
Harry tragó saliva. Hermione dejó caer el tenedor. El señor Granger miró a su esposa con una sonrisa.
"¿co... cómo?" – musitó Harry – "Pero... es que... Hermione..."
"No hay problema" – dijo ella sin dejar de mirar el plato – "Eso es lo de menos"
Pero, por su tono de voz, eso no era cierto.
"Perfecto, todo muy bien" – dijo el señor Granger.
Harry sonrió nervioso. El señor Granger se dio cuenta de eso.
"¿Qué? ¿Nunca has compartido cuarto con una chica, Harry?"
"Pues... No..."
Nadie dijo nada, pero Harry hubiese jurado que el señor Granger sonrió.
"¿Tienes novia, Harry? Hermione nunca nos contó nada de eso..." – completó Jane.
"No. No tengo..."
"¿Y eso porqué es?" – preguntó Jane.
"Pues... será porque... yo..."
"¡Pero, chico!" – saltó el señor Granger – "Eres el mago más famoso del mundo, ¿qué chica no querría estar contigo?"
Harry sintió el irresistible impulso de mirar a Hermione, pero como estaba a su lado, sería muy notorio hacerlo...
"Pues... pues... digamos que..." – Harry ya no sabía que decir. Se había metido sin querer en un campo minado, y estaba pisando cada una de las minas que había en el suelo.
"Papá, ya basta." – musitó Hermione.
Harry, Jane y el señor Granger la miraron fijamente, había llevado demasiado tiempo callada.
"Déjalo en paz de una vez."
"De acuerdo... Pero que sepas que yo tampoco tuve novia hasta los 17 años..." – agregó mirando a Jane, quién sonrió.
"Esta bien, gracias." – dijo Harry, y siguió comiendo en silencio.
Unos minutos después, Hermione se paró de la mesa, y sin mirar a sus padres musitó – "no tengo más hambre. Gracias por la comida, estaba deliciosa." – y se marchó de la cocina.
Pero sin embargo, su plato seguía casi lleno.
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Harry golpeó la puerta del cuarto de Hermione. Habían pasado 15 minutos desde que ella se había ido de la mesa.
"¿Quién es?"
"Yo"
La puerta se abrió. Harry encontró a Hermione sentada sobre su cama, mirando hacia la ventana.
"¿Qué sucede?" – preguntó Harry.
"Nada. Sólo que mis padres son muy buenos, pero no tienen límites. No pueden preguntarte ese tipo de cosas... no quiero que pienses que yo los mandé a preguntarte ni nada... ya que no es así..."
Harry se quedó en silencio, meditando acerca de lo que acababa de oír.
"Hermione, ni tu ni yo hemos tenido novio alguna vez"
"Sí, ¿y con eso?"
"Con eso, yo quiero decirte que es lo mismo."
"No... Harry, por favor, no mezcles las cosas... mi padre está obsesionado con la idea de que consiga novio o pareja o lo que sea... No me mal interpretes... Pero no es un tema muy agradable para mí..."
Harry se sentó a su lado. Le tomó la mano, y apoyando la mano de Hermione contra su pecho, dijo – "Lo que tenga que venir vendrá. Tranquila ahora. Ya encontrarás a la persona adecuada en algún lugar... No importa donde ni cuando. Solo importa pensar en encontrarla. Eso es lo que tienes que hacer ahora... Estar tranquila, con los pies sobre la tierra."
Los ojos de Hermione estaban llenos de lágrimas que luchaban por no salir.
Harry la abrazó – "Ya encontrarás a tu media naranja. Te lo prometo. Está ahí, en algún lado. Quizá no donde la estás buscando ahora... pero está."
"Gracias, Harry" – fue la única respuesta de Hermione.
"Ni me lo agradezcas, para eso están los amigos"
Hermione miró a Harry a los ojos. En los de ella brillaban las lágrimas reprimidas... en los de él, brillaba su rostro.
"Ahora descansa, mañana ya nos despejaremos, y tendremos la oportunidad de olvidar todo esto para pasarla lo mejor posible..."
"Buenas noches, Harry" – Dijo Hermione acostándose.
"Buenas noches, Hermione"
Harry se acostó en la cama del suelo.
No sabía con claridad como se sentía, pero de algo estaba absolutamente seguro, y era que este día que había pasado con su mejor amiga, quedaría en su memoria para siempre.
Sin soltarle la mano, Harry se volvió a levantar para ver por última vez en esa noche el rostro de Hermione.
Estaba prácticamente triste.
Se inclinó y le besó la frente.
"Buenas noches, amiga"Se volvió a recostar.
Aunque solo por unos segundos, no pudo aguantar la tentación de mirarla una vez más.
Ahora sonreía.
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El viaje hacia Ottery Saint Catchpole fue bastante rápido. Fue un viaje silencioso, plagado de miradas cómplices y suspiros que decían más que mil palabras.
Luego de una colina, la ruta fue haciéndose más angosta, y luego de una curva muy pronunciada, Harry divisó La Madriguera.
Lentamente revivió todos esos momentos gloriosos que pasaron en la casa de Ron.
Todos placenteros, todos felices...
Finalmente, estacionaron junto al buzón oxidado, y vieron a un par de personas con el cabello rojizo saludar con la mano, al tiempo que se acercaban.
Bajó del auto, dio un par de pasos y se encontró bajo el cálido y tan necesario abrazo de la Señora Weasley.
Ese abrazo que él tanto sentía como de una madre, ese abrazo que daba todo pero que no daba nada...
Era tan solo un abrazo.
"Bienvenido a La Madriguera, Harry" – mustió la Señora Weasley, al tiempo que lo abrazaba.
Harry logró ver como unas cuantas cabezas rojas se acercaban, y con una sonrisa saludaban, hacían tan feliz a una persona...
"Bienvenido... a casa"
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Notas del autor:
Bueno, péguenme si quieren.
Espero que lo hayan disfrutado, realmente disfruté mucho escribiendo este capítulo, pese a los contratiempos de ánimo que he tenido en los últimos días, logré terminarlo con un nivel bastante aceptable.
Ya sé, no logré superar al último capítulo en calidad, pero sí en longitud. La cosa es que tenía que publicarlo hoy, y por ello me quedé escribiendo hasta las 6:15 AM, pero me alegra decir que pasó la aprobación de mi Beta, es decir yo mismo, así que lo publico tal como está.
Sé que me he tardado demasiado en publicarlo, y eso por lo mismo que expliqué arriba de todo. ¡Cómo me gustaría poder escribir todo el día sin parar! Pero Matías no está de acuerdo con eso, parece. (Matías es mi inspiración, mi "muso") No, no puedo escribir más de media hora consecutiva, exceptuando Session, que, milagrosamente, está resultando ser algo más simple de relatar. Será que en algunas cosas me he sentido identificado con lo que escribí, pero de todos modos, e inconscientemente, dejé un poco de lado este Fic para seguir con el otro... quizá fui injusto con ustedes, los que siguen este fic tan animadamente como yo, pero espero que hayan disfrutado, estén disfrutando o que disfruten "Session 1" y "Session 2" tanto como a este.
Y sobre los otros fics, ¿les gustó "suspiros o Diario de Medianoche"? Por lo que dicen por ahí, vale la pena una leída... Lo mismo sobre "El Baile de Navidad"... y si ya los leyeron, bueno, obvien este comentario.
Los comentarios sobre este capítulo quedan aparte, los respondo con sus RR's (je, soy malo, y los obligo a dejarlos...)
Y bueno, ya me puse a desvariar, así que mejor, publico esto antes de que los nervios me maten.
Gracias por estar aquí como cada mes... y esperemos que antes de fin de mes esté el capítulo 7... que va muy bien. Espero poder cumplir con mi palabra. Por eso, sin mas que agregar, me despido.
Un beso enorme, y muy feliz año 2005,
Agustín ;)
PD: Ya que estamos, el título del capítulo 7: Emit Remmus.
