Disclaimer: Harry Potter no me pertenece.
When It Hurts So Bad
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Lo que Draco consideró correcto, fue seguir ignorando a Potter. Porque sí, era lo mejor que le había pasado. No tenía detenciones. Ni moretones. Ni culpa comiéndolo por dentro debido a su pasado. Enfrentar verbalmente a sus otros agresores era pan comido. O eso se dijo a sí mismo. No importaba.
Sin embargo, las palabras de Narcissa giraban en su cabeza una, y otra, y otra vez. Quizá por ello empezó a mirar a Potter, un muy indignado Harry Potter que también lo estaba ignorando, o intentaba ignorarlo, pensó divertido. Era poderoso y veía el atractivo en su magia extraordinariamente fuerte, tenía ojos bonitos, un buen cuerpo, incluso su cabello desordenado le daba un aire salvaje que Draco podía considerar, sí, deseable, pero eso fue todo. Era insoportable, impulsivo, mestizo, pero sobre todo desconfiado y con un gran desdén hacia los slytherins y ex-mortífagos. Cosa que, definitivamente, Draco era ambos, pensó frunciendo el ceño. Por tanto, podía ver cómo enamorarse de él llevaba definitivamente al fracaso y la locura emocional.
Si no lo había hecho, bueno, fue inteligente y prudente. Y si lo hizo, fue un idiota.
¿Realmente Draco lo habría hecho? ¿Enamorarse de alguien así?
Podía ver como le gustaba a muchos por su faceta heroica. Era amable y justo con la mayoría de las personas. Cuando les sonreía a las chicas, incluso podía escuchar las risitas o chillidos nada indignos. Incluso la comadrejilla, que se suponía ya no salía con él, se veía anhelante y ponía ese rostro vergonzoso que Draco rogó jamás poner.
Como sea. No es que importara, pensó mirando su pergamino. Tenía unas ganas enormes de dibujar, aunque no sabía qué. Indeciso empezó a girar su pluma; quizá por ello no notó que en su clase compartida en pociones, Longbottom se sentó en la mesa de al lado. Llegó tarde, y Draco vagamente había registrado que alguien lo hizo, pero cuando notó quién era, no pudo evitar mirarlo también.
Su mirada lo recorrió de pies a cabeza y Draco pensó que Longbottom parecía una mejor perspectiva amorosa que Potter. Es decir, no era una mujer, pero parecía que a Draco definitivamente le gustaban los chicos. Recordaba haberse sentido atraído mucho Diggory y Krum en cuarto año.
Tal vez son los jugadores de quidditch, pensó.
Sin embargo, por alguna razón, sabía que los había dejado rápidamente al lado.
Longbottom no era un jugador de quiditch, sin embargo, no se veía para nada despreciable.
Quizá, lo que le gustaba, era los héroes de guerra que no fueran Potter o Weasley.
-¿Puedo ayudarte en algo, Malfoy?-frunció el ceño Neville, ante su obvia observación; y Draco sonrió de lado ante su expresión.
-Está bien. No es nada. Solo pensaba en el hecho de que eres un sangre pura y mataste a la serpiente del Lord. Eso aumentó tu atractivo, quién lo diría,-comentó antes de voltear la mirada y empezar a prestar atención a la clase. Neville abrió la boca sorprendido, pero quien más abrió los ojos fue Harry, sentado a unos asientos de ellos pero definitivamente prestando atención al intercambio.
¿Malfoy le había dado un cumplido a Neville?
La idea quemó el estómago de Harry.
-¿Qué?-tembló Neville.
-No me mires así. Tengo ojos. No significa que quiera tu amor o algo. Solo que me gustan las cosas buenas-Draco rodó los ojos, luego de minutos de una embobada expresión del otro. -Solo digo que eres atractivo. No debo ser el primer tipo que te lo dice. Tal vez cuando no seas un gryffindor te invite a una cita.
Neville se sonrojó.
-Salgo con Luna.
-Bien por ella. Apuesto que muchas personas la envidian.-Respondió Draco y volvió a lo suyo. Sin embargo, algo en él sentía que necesitaba algo. Aunque no podía decir qué. Cuando la clase terminó, Draco había llegado a la conclusión de que, quizá, lo que necesitaba era algo de emoción en su vida. Algo que no fuera estudios, responsabilidades, o quidditch. Resuelto a descubrir que era, empezó a buscar qué sería ese algo. Y, por alguna razón, sentía que Longbottom tenía que ver con eso.
-Creo que necesito un némesis, ¿te gustaría ser mi nuevo Potter?-le preguntó al león.
Neville lo miró confundido.
-¿Por qué ya no puedes pelear con Harry?
Draco se alzó de hombros e hizo un sonido desinteresado.
-No me gusta pelear, Malfoy. Creí que parecías cansado de ello. Estabas siendo incluso decente.
Draco hizo una mueca.
-Estoy aburrido. Ser decente es mortalmente aburrido.
-Es halagador que creas que puedo ser un buen rival, pero no voy a poder odiarte como te mereces. Me gustan las plantas, la tranquilidad.
-Buh-dejó salir Draco. -¿Puedes al menos aclararme unas dudas de herbología? Para que la visita no se desperdicie.
-No somos amigos-aclaró Neville, quien había estado leyendo en la sala común, cuando Draco se tiró a su lado.
-Lo sé. De todas maneras, no parece molestarte y necesito sobrevivir a mis exámenes finales o me meterán a Azkabán. Tu amigo Potter lo puso en sus condiciones, que miserable de su parte no dejarme revolvarme en mi misería.
-Nos molestaste por años.
-Y ahora no.
-¿No estás intentando ser mi amigo, o si?
Draco lo miró con la ceja alzada.
-¿Eso parece? Merlín, no. Pansy dijo que intenté ser amigo de Potter y nos volvimos enemigos. Espera, ¿Si digo que sí, vamos a ser enemigos?
Neville sonrió levemente. Draco también lo hizo.
-Eres el único león al que parece que puedo acercarme. No sé por qué. Desearía saber por qué.
-Escuché que perdiste tus recuerdos.
-No todos.
-Los de Harry, él está muy molesto.
-No veo por qué. Tal vez ahora que no pelea conmigo también se aburre. Pero no me pagan por distraerlo. Que busque a alguien más.
Neville alzó la ceja.
-Tu querías no aburrirte y me estabas convenciendo para ser tu enemigo y distraerte.
-¿Quieres que te pague? No tengo mucho dinero, pero puedo darte una cantidad moderada.
Neville rio y Draco sintió que ese algo, ese vacío era menos profundo. Los días pasaron, Neville empezo a saludar a Malfoy, Malfoy continuó con su vida, y mientras más feliz parecía Draco, más infeliz se sentía Harry.
-Creo que él solo, necesita amistades diferentes a las que tenía, e intenta ser mejor-comentó Neville en el desayuno, cuando los leones lo interrogaron.- Es mucho más fácil hablarme a mí que a ustedes.
-También me habla a mí-exclamó Luna, con su voz cantarina.
Harry sin embargo, frunció el ceño.
-Debe estar planeando algo.
Tal vez porque Neville estaba encariñándose un poco con Draco, frunció el ceño y miró a Harry.
-No está planeando nada. Está estudiando para sus exámenes finales. Él no busca información sobre ti o nadie. No dice nada malvado. Solo pregunta sobre herbología o comenta cosas de su día.
Harry respiró profundamente.
-Él quería que Neville fuera su enemigo escolar. -Rió Luna.
-¿Qué?-preguntó Harry, sintiéndose repentinamente mareado.
-Neville prefirió ser su amigo. Es todo.
¿Eso era todo?
Algo en esas simples palabras molestaron a Harry por completo. Se puso de pie y caminó hacia la mesa de Slytherin, donde Draco estaba platicando con una chica, Astoria Greengrass. Su repentina risa, molestó demasiado a Harry.
Sin embargo, no tuvo el valor de enfrentarlo. Así que salió del comedor.
Porque, maldita sea, aquí el único que se esforzaba en enfrentar al otro era el mismo Harry. A Malfoy no le importaba nada.
Digamos que logres que te recuerde, ¿Qué es lo que sigue?
Harry no sabía, pero como todo, decidió averiguarlo cuando lo lograra. Como las cosas no funcionaron exactamente a su favor con Narcissa, bueno, Harry había decidido visitar al otro progenitor. Lo que lo llevó, inevitablemente a Azkabán el siguiente fin de semana de Hogsmeade.
Lo que menos esperaba fue a risa para nada divertida de Lucius.
-Así que Draco no te recuerda. ¿Y exactamente qué esperas que haga, regañarlo?-Se burló. Harry frunció el ceño.-¿Por qué te interesa tanto, Potter? Estoy seguro que olvidar todo sobre ti es lo mejor que le puede pasar a mi hijo. Ojalá lo hubiera hecho antes.
¿Por qué siempre preguntaban por qué le interesaba?
-Puede que alguien haya jugado con su cerebro para olvidar algo importante.
-Bueno, lo ha olvidado. ¿Qué más da? Mataste al Lord. Yo creo que Draco debe temerle más a ustedes, los seguidores de Dumbledore, que de otro mago oscuro.
-Sé que pasa algo, que tú y su madre saben qué pasa. Uno no acepta que su hijo pierda la memoria y sigue con su vida.
-No puedo ir a ningún lado Potter, aun cuando lograras que me importara un poco el hecho de que mi hijo te ignore. Y sí, creo que sé que le pasa. Pero creo que, por primera vez, fue más inteligente que tú. A veces, si no puedes convertir la frustración en odio, lo mejor es convertirlo en nada. Parece que Draco por fin lo ha entendido.
Molesto, Harry volvió a Hogwarts y decidió ir en busca del Draco, maldito Malfoy. Lo encontró junto a Neville, riendo. Las palabras de Neville, pesaron una vez más en su corazón, amenazando con amargarlo cada vez más. Ni siquiera espero ser reconocido, lo jaló del brazo y lo arrastró a su habitación.
Dentro, algunos chicos platicaban.
-Fuera.
Las palabras no fueron gritos, pero los ojos de Harry los hizo tragar saliva y salir.
-¿Qué diablos, Potter?
-¿Qué quiere decir con que si no puedes convertir la frustración en odio, lo mejor es convertirlo en nada? ¿Vas a fingir que nunca existí? ¿Vas a reemplazarme en todo los aspectos?
-No estoy entendiendo tu berrinche.
-Maldita sea, Malfoy-gruñó Harry- Si lo que quieres es una maldita disculpa por lo que dije aquella vez, lo siento.
Draco empezó a comprender.
-¿Crees que mi falta de memoria es por aquel día? ¿Por ti? ¿Por qué estás tan malditamente obsesionado con eso? Súperalo, Potter.
El slytherin lo empujó para pasar pero Harry lo tomó del brazo.
-No sé por qué, pero no puedo superarlo. Me importa. Me importa que me ignores, y te hagas el maldito amigo de Neville y seas carismático con él cuando fuiste un maldito bastardo conmigo. Bien, entiendo tu punto. Debí tomar tu mano, y no lo hice y me estás castigando.
-No estoy haciendo nada, Potter. Mi vida no gira en torno a ti.
-¿En serio? ¿Entonces por qué acercarte a Neville y pavonearte por aquí y por allá cerca de él si no es para molestarte?
Draco jadeó indignado.
-¿Te estás escuchando? ¿Crees que estoy usando a Longbottom solo porque es parecido a ti?¿Estás loco?
-Incluso le ofreciste ser tu nuevo Potter.
Si, ese comentario estuvo de más, pensó Draco.
-Mira, Potter. Estoy cansado de esto. No te hace feliz que te ignore, tampoco que te preste atención. ¿Qué quieres de mí?-preguntó puntuando cada palabra con determinación.
-No lo sé.
-Y ese es tu maldito problema. No el mío.
Las palabras de Lucius invadieron la mente de Harry.
Si no puedes convertir la frustración en odio, lo mejor es convertirlo en nada.
Harry no podía.
No podía.
Pero no iba a ir y borrar a Malfoy de su memoria.
Haría que Malfoy volviera a mirarlo, que solo lo mirara a él una vez más.
Quizá fue el impulso, la adrenalina, o algo más, pero tomó a Draco de la mandíbula y lo mantuvo quieto. Y cuando Draco abrió la boca para quejarse, lo besó.
