Capítulo 6: Respuestas.
A la mañana siguiente, Harry se despertó sintiendo un golpeteo en la ventana. Alarmado, recordó que Hedwig debió haber ido primero hacia la casa de los Dursley antes de comenzar a buscarlo en su dirección.
Se acercó rápidamente a la ventana y la abrió, dejando entrar a su lechuza, quien parecía estar muy enfadada con su dueño, pues, apenas él abrió la ventana, ella entró directamente a picotearlo, enfadada.
— ¡Au! ¡Au! ¡Sí, me queda claro, no volveré a dejarte atrás! ¡Perdón, Hedwig! — reclamó el chico, con dolor.
Sin embargo, la lechuza lo siguió molestando hasta que entró Alanna, quien parecía muy divertida ante la situación. Sólo después de un momento, se hizo notar cuando dijo:
— Ya es suficiente, pequeña. Te aseguro que tu dueño no te dejó atrás sin motivo. Si quieres molestar a alguien, hazlo conmigo, quien trajo a Harry hasta acá.
La lechuza se detuvo y observó con mirada penetrante a la humana, quien parecía no inmutarse ante la situación. Luego, voló hacia la percha que ya estaba preparada para ella, tomó algo de agua y se acomodó para poder dormitar.
— Tienes una lechuza hermosa, Harry. ¿Escuché que la llamabas Hedwig? — preguntó Alanna, con curiosidad.
— Sí… Fue el primer regalo que recibí en mi vida. Fue de parte de Hagrid — comentó el muchacho.
La mujer frunció el ceño. Era otra situación extraña que encontraba en la vida de Harry, no sólo porque ella misma se había encargado de enviarle regalos cada cumpleaños, sino por el hecho que mencionara que era su primer regalo. ¿Habrá algo en esas barreras en la casa de Petunia que aislaba tanto a Harry?
En fin, otra pregunta para realizar en Gringotts cuando llegase el momento.
— Bueno, como tu lechuza sirvió como tu despertador, sería bueno que desayunáramos y, luego de ir de compras al pueblo, dedicáramos el tiempo en responder algunas de las preguntas que seguramente tienes memorizadas desde ayer — dijo la mujer y sonrió: — Te espero en el comedor.
Harry asintió y, luego que ella cerrara la puerta, se dispuso a vestirse para juntarse con ella.
Cuando el muchacho bajó, notó que ya estaba el desayuno servido. Y, aunque no era un desayuno tradicional inglés, igualmente tenía muchos elementos de uno: huevos, té, tocino, salchichas y tostadas. Además, le acompañaba una pasta verde y tomate crudo.
— Ahm… Sí, no me gusta el desayuno tradicional, así que en lugar de champiñones puse aguacates, y tomate crudo en lugar de cocido… Pero el té nunca falta. De todas formas, los otros días podemos tener cereales y leche, o fruta y jugo… — divagó ella, mientras terminaba de colocar los platos en la mesa junto a las tazas de té.
— ¿Has estado en muchas partes del mundo? — preguntó Harry.
— Bueno… He pasado el tiempo en América, estudiando criaturas mágicas. En el continente europeo estuve en Italia, Grecia, España y Francia, conociendo los diferentes tipos de contrahechizos… así que… Sí, creo que viajé bastante, pero aún no he viajado lo suficiente para que mi corazón se calme — respondió la pelirroja, mientras servía el té. — Además, aún hay formas de magia que se están desarrollando y yo quiero conocerlos, al menos para tener la referencia.
— Realmente eres una Raven — sonrió muchacho con gracia.
— Orgullosamente Raven — y la mujer replicó la sonrisa: — ¿Y a ti? ¿Hay asignaturas en Hogwarts que te gustan?
El resto del desayuno pasó rápidamente conversando de las distintas asignaturas que había en Hogwarts, y ambos estuvieron de acuerdo que los mejores profesores eran McGonagall y Flitwick. Cuando Harry le dijo que pensaba estudiar Adivinación, Alanna tuvo que morderse un poco la lengua para reclamarle que mejor escogiese otra asignatura, pues, si no tenías alguno de tus sentidos desarrollados para la adivinación, estaría cooperando en una nueva generación de fraudes.
— ¿Sentidos? Creí que los videntes sólo tienen la Vista — comentó Harry.
— En realidad, todo depende de tu desarrollo espiritual. Por un tiempo tenía bien desarrollado mi oído y por eso podía escuchar las voces de los espíritus con naturalidad. Ahora debo despejar mi mente y volver a practicar si quiero tener nuevamente una real conexión con lo espiritual. Hay otros videntes que se dejan llevar por los espíritus y pueden realizar dibujos o escribir mensajes de parte de ellos. Otros, guiándose por el gusto, saben de la historia de un lugar o de un bosque… Pero nunca quise desarrollar demasiado esa habilidad — y tomó un poco de su té.
Al finalizar el desayuno, ambos se organizaron para ordenar y luego lavar la loza. Después, se dispusieron para salir de compras.
— Antes de salir, tengo que aplicarte un hechizo glamour, y luego aplicaré uno para mí — indicó la mayor.
— ¿Glamour? ¿Y por qué no lo usaste antes? — preguntó el muchacho.
— Porque de otra manera tus tíos Petunia y Vernon no me habrían reconocido. Y para traerte a salvo, tenía que asegurarme de eso — explicó Faewood, con seriedad. — Además de comprar víveres, tenemos que hacer algo con estos estropajos — e indicó la ropa del chico. — Por ahora lo adaptaré a tu tamaño, pero es mejor que tengas algo mejor.
— Pero… No necesitas…
— Sí necesito. Eres mi ahijado y, por lo que veo, debo pagar por años de no darte regalos. Lo mínimo que puedo hacer es darte ropa digna
Y, por el tono de voz con que lo dijo, no le permitió al muchacho seguir discutiendo sobre el tema. Aplicó los hechizos de glamour tanto en Harry como en ella misma, y juntos comenzaron el camino en dirección opuesta a donde habían venido, directo hacia Keswick.
Tal como había visto Harry, el pueblito era pintoresco, lleno de casas antiguas a la orilla del lago, pintadas de colores marrones, blancos y grises, y adornadas con flores de diferentes tipos. Por lo que explicó Alanna, ese sitio era altamente turístico, por lo que era un buen lugar para pasar desapercibido.
Podía notar que los todos los locales eran asistidos por gente del lugar y que, dentro de lo esperable, acogían a todos con una gran sonrisa.
No pudieron comprar mucha ropa (no es que hubiera un Primark allí), pero pudo comprar lo básico para que pudiese tener un guardarropa más variado.
Junto a ello, compraron víveres que alcanzarían para dos semanas — tiempo suficiente para comenzar, de acuerdo a Alanna — y algunos implementos que hacían falta para subsistir en el tiempo de encierro.
— Recuerda: se supone que no debo estar acá — recordó la pelirroja, mientras iban de regreso a Lily's Cottage
— Ésa es una de las preguntas que tendría que hacer… Pero hay cosas más importantes que preguntar — dijo el menor.
— ¿Oh? Bien, ahí me cuentas — y continuaron su camino.
Al llegar a la casa, ordenaron las cosas en la alacena. Colocaron algunos ingredientes en potes que eran de más fácil acceso y guardaron la carne en el congelador de un pequeño refrigerador que había allí, junto con jamón y queso, que era más fácil mantenerlo refrigerado. Después, por haber llegado justo después del mediodía, la mujer se dedicó a recalentar la pasta del día anterior junto a la salsa para poder almorzar.
Sólo después del almuerzo, los dos volvieron a sentarse en la salita de estar para conversar.
— Bien, Harry. Pregúntame lo que quieras. No te prometo dar respuestas a todo, al menos no por ahora, pero en caso de no poder hacerlo, te diré lo básico para que comprendas el motivo para no contestarte, ¿de acuerdo? — anunció Alanna.
Harry asintió y sacó el cuadernito que le había dado el día anterior su madrina. Comenzó a revisar todas las preguntas que había escrito y se detuvo en algunas de ellas que estaban marcadas con un círculo, lo que le permitía recordar cuáles había dejado con mayor importancia y cuáles podía esperar a que fuesen contestadas en su momento.
— Quizás de todo lo que me contaste ayer, me sorprendió que Snape terminara siendo amigo de mi padre luego que él recibiera tanto daño. Cuando era niño, Dudley me perseguía para lastimarme y no creo que aún sea capaz de perdonarle — comenzó: — ¿Cómo fue que realmente mi papá y Snape se hicieron amigos?
Alanna sonrió con tristeza.
— ¿Recuerdas que ayer te conté que convencí a Severus, James y Lily que conversaran? ¿Qué cada uno de ellos se enojó conmigo por haberlo hecho? — y, al ver que el muchacho asentía, continuó: — Lo primero que debes saber es que Severus amaba mucho a Lily y, aunque él estaba enojado con ella por herir su orgullo, realmente quería volver a estar a su lado. El primer paso para el perdón es recordar que no todos somos perfectos, por mucho que tengamos la pretensión de que fuera así. Sin embargo, tal como dices, tampoco era fácil el acto de perdonar y olvidar, porque el daño que le hizo James fue grande, y eso, sumando a que Sev ya traía mucho daño desde su propia casa, hacía que las cosas fuesen peor.
Se sirvió algo de agua y continuó.
— Cuando conversamos ese día, James admitió que todo lo había hecho por llamar la atención de Lily y que realmente creía que Severus iba a convertirse en un mago oscuro. Le daba mucha envidia que nuestro amigo tuviese el gusto de compartir con Lily todos los días y que él podía notar que ella era feliz a su lado. Además, reconocía que ésa no era la forma de llamar la atención. Por lógica, eso hizo enojar más a Sev y a Lily. Severus, más enfadado aún, le dijo a James que, si quería demostrar su valía, era buena idea realizar un duelo mágico para demostrar quién de los dos tenía más derecho a estar al lado de Lily… Y, como yo era realmente neutra en esta discusión, me pidieron si podía ser su árbitro. No me podía negar, ya que había causado todo esto. Los llevé al Cuarto de Requerimiento y ahí pudieron realizar su duelo.
— ¿El cuarto de requerimiento? — preguntó Harry con curiosidad.
— Es una sala especial que hay en Hogwarts en la que puedes pedir al Castillo todo lo que necesitas. Eso sí, como es un secreto, les pedí que hiciesen un juramento para no mencionarlo a nadie más, aunque creo que con todo lo que vivieron ese día, ellos no estaban en capacidad de recordar el camino hacia ese lugar — y sonrió.
— ¿Me lo presentarás algún día? — insistió el chico, con ilusión.
— Depende de muchas cosas… Pero me encantaría presentarte ese lugar — y su sonrisa se volvió nostálgica.
Ante la respuesta, Potter sonrió más ampliamente.
— En fin, sigamos con la historia — dijo ella, con seriedad. — Lo primero que debo reconocer, es que Sev barrió el piso con tu papá usando sólo hechizos de luz y algunos que están más en el espectro gris de la magia.
Harry no pudo evitar sonreír más ampliamente.
— No puedo negar que tu papá era muy buen duelista, pero con ese combate se dio cuenta que aún le faltaba mucho por mejorar. Tuvo que retractarse de haber tratado a Sev como un mago oscuro y tuvo que pedir perdón por su abuso. Severus, por un momento, mostró demasiado orgullo al destacar a tu padre que no era nada sin sus amiguitos, pero fue detenido por Lily, quien le recordó que a veces ella también le ayudaba a defenderse… Algo que hizo que se avergonzara, pero era cierto. Y bueno, ése fue el primer paso para que terminaran siendo amigos. De todas formas, como aún tenían roces, seguían teniendo duelos entre ellos, pero la mayoría del tiempo su trato era cordial, y en algún momento se sintió que ellos habían alcanzado un mayor grado de entendimiento… Hasta que se dedicaban a cortejar a Lily, claro — concluyó, manteniendo su mirada llena de nostalgia.
Harry permitió que el tiempo pasase sin hablar, ya que podía ver que la mayor estaba con problemas para controlar sus emociones. Pasaron unos minutos, en que la mujer centró sus emociones y bebió algo más de agua, hasta que al fin parecía más calmada.
— ¿Y cómo se integraron Remus Lupin y Sirius Black al grupo? — preguntó Harry al notar la calma de Alanna.
— Bueno, al igual que con James, Severus demostró su valía luchando contra cada uno de ellos en peleas diferentes. Lupin, aunque se notaba más capaz, cayó incluso más rápido que James, pero sumado el hecho que Remus nunca actuaba abiertamente en contra de Sev, se hizo más fácil la relación con él, incluso más que con James… hasta el momento en que ocurrió el incidente entre Sev, James y Sirius — explicó, con seriedad: — Cuando eso ocurrió, sólo James se juntaba con nosotros… y sólo cuando salimos de Hogwarts, James y Lily comenzaron a reunirse nuevamente con Remus. Yo, como salía de Inglaterra cada cierto tiempo, no me pude contactar nuevamente con él hasta el matrimonio de James y Lily
— ¿Y Black? — insistió el menor.
— Black tuvo que pasar por más de un duelo con Severus, ya que podía llegar a ser peor que James en sus bromas. Incluso yo tuve un duelo con él porque aún no confiaba lo suficiente como para integrarlo por completo en nuestro grupo. Al igual que con Remus, después del incidente no tuvimos mayor contacto con él hasta que nos encontramos en el matrimonio de tus padres, y luego cuando ellos nos buscaron para que fuésemos tus padrinos. Del grupo de tu padre, Severus se llevaba peor con Sirius que con James al final de Hogwarts. Pero debes considerar también que en el colegio todos éramos niños, y luego adolescentes hormonales que necesitábamos de una u otra forma llamar la atención. Unos más que otros… Y si tuviese la forma de proyectar mis pensamientos para que las veas, te lo permitiría — y suspiró, ya que se notaba la inquietud del muchacho. — ¿Tienes más preguntas?
Harry comenzó a revisar su cuaderno nuevamente, descartando otras preguntas y pensando qué preguntas serían buenas para ser contestadas.
— Veamos… ¿Qué es un mortífago? — preguntó Harry.
— Es un nombre pretencioso para quien cree que se puede comer a la muerte — explicó, con una sonrisa divertida: — Pero, seriamente hablando, es el título de los seguidores de Voldemort. Se dice que cada uno de ellos está marcado por Voldemort y que, por alguna razón, se supone que ese vínculo es para toda la vida. Sé que cuando comenzaron su camino se hacían llamar los Caballeros de Walpurgis, pero no sé el motivo para el cambio.
— ¿Has visto la marca? — insistió Harry.
— La he visto en las casas que fueron atacadas por Voldemort, pero también la he visto en el brazo de una sola persona… aunque, con el tiempo, él se arrepintió de su decisión — explicó ella.
— Entonces… ¿Snape sí se volvió mortífago? — continuó insistiendo el menor.
— Sí, pero no por las razones que crees. El abuso por parte de su padre muggle fue demasiado grande. Casi todos los años Lily y yo debíamos encargarnos de aplicarle pociones curativas para que estuviese en óptimas condiciones, pero no siempre se conseguía. Un par de años mi familia logró que él se refugiara unas semanas en nuestra mansión, pero siempre había quien estaba en contra de nuestra decisión y mandaba a Severus de vuelta a su casa, sólo para ser más dañado que antes — explicó ella. — Por otra parte, para que un mestizo como él pudiera entrar en una maestría necesitaba el apoyo de una familia de sangre pura… Pero como la mayoría de las familias del lado de la luz seguían creyendo que sólo el hecho de ser de Slytherin era un sinónimo de ser un mago oscuro, no pudo conseguir apoyo de su lado… — explicó.
— ¿Y la familia de mi papá?
— James le ofreció esa ayuda, pero Sev se negó, sólo porque en esos momentos aún no se llevaba tan bien con tu padre — respondió, algo avergonzada. — Mi familia también se ofreció a ayudarle, pero tampoco aceptó; para él ya era mucha generosidad de parte mía el ofrecerle refugio para escapar de su padre. Pero también reconocía que, si él no estaba en casa durante el verano, su madre sufría las consecuencias… — y la mirada de la pelirroja se volvió triste.
— Entonces, para obtener el apoyo que necesitaba, ¿tuvo que volverse un mortífago? — preguntó el muchacho.
Alanna asintió con pesar.
— La noche después de su iniciación llegó a nuestra residencia y se quedó hasta el día siguiente. Como en ese tiempo aún vivía con mi familia, tuve que explicarles la situación y recordarles que él no era un enemigo. Mi madre se acercó a él para analizar la Marca Oscura en su brazo y desde entonces comenzamos a trabajar en encontrar una manera de remover esa Marca… Y sólo lo encontramos con otras personas hace unos pocos años atrás, pero ya había perdido todo contacto con Sev — respondió, con voz cansada.
— ¿Y si él te pide que lo ayudes? — y, ante la mirada extrañada de la mujer, se apresuró en seguir. — No es que me caiga bien. De hecho, me ha tratado muy mal en lo que llevo en Hogwarts, pero como hablas de él como si siguiese siendo tu amigo…
Ante la declaración, la pelirroja sonrió y abrazó repentinamente a su ahijado, quien se sintió incómodo y avergonzado ante la apresurada muestra de cariño. Sin embargo, podía sentir que su abrazo era mucho menos efusivo que el de la Señora Weasley y se sentía una calidez que desde hacía mucho tiempo anhelaba sentir.
— Te pareces tanto a tu madre, Harry — dijo ella, separándose lentamente: — Su capacidad de compasión era tan grande que creo que habría hecho lo mismo. Si hubiese sido ella quien hubiese conseguido saber el método para sacar la Marca, le habría escrito al primer momento y lo habría ayudado.
— Pero… ¿Mis padres sabían que Snape era mortífago?
Alanna negó.
— Sólo sabían que mantenía el contacto con mortífagos, clamando neutralidad. Sólo Black y yo sabíamos la verdad, porque el hermano menor de Black también era un mortífago. No sabes cuánto tuve que suplicar para que el pulgoso no hablara con tus padres, pero a cambio, él pidió que Sev cuidase de su hermano, ya que, pese a sus diferencias, lo seguía queriendo mucho — y sacó una foto de su álbum donde estaban ella, Severus, Sirius y otro muchacho que se parecía mucho a Black.
— ¿Ese es el hermano de Black?
— Su nombre era Regulus. Desapareció repentinamente un poco antes que los Potter se escondieran en Godric's Hollow, y eso causó una gran discusión entre Sirius y Severus, ya que le echaba la culpa por no haber cuidado de Reg lo suficiente… Y bueno, como James y Lily ya se habían escondido, tampoco se enteraron de todo lo que pasó.
— ¿Y por qué mis padres se escondieron sin alguien que les acompañase? ¿Por qué decidieron eso?
En ese momento, Alanna se mordió los labios. Iba a convertirse en una situación complicada.
— Como te conté, Dumbledore fue quien los convenció. No sé cuáles fueron las circunstancias, pero Sirius me contó que, desde hacía unos meses después que se nos reconociera como tus padrinos, James y Lily parecían mucho más distanciados, y que él no entendía el motivo para tanta distancia. Entonces, cuando Dumbledore les dijo que se escondieran, al parecer ellos obedecieron al instante… Algo parecido al momento en que Lily aceptó pertenecer a la Orden del Fénix, cuando ella no deseaba hacerlo en un principio — explicó, algo aproblemada.
Y Harry, quien sabía observar las situaciones, aunque los demás no lo creyeran, preguntó:
— ¿Y no existe un hechizo que te fuerce a seguir las órdenes de alguien? ¿O una poción?
Alanna sonrió tristemente. Su ahijado tenía una gran inteligencia, aunque parecía que no la quería usar abiertamente.
— Existe más de una forma para forzar a una persona a obedecer. Una es la maldición imperdonable Imperius, o recitada como Imperio. Aunque originalmente se creó para persuadir a una persona a detener sus acciones, muchos magos que usaron su poder para el mal la comenzaron a utilizar para manipular a las personas o para alzarse en el poder. Es por eso que se convirtió en una maldición imperdonable, que te lleva a una sentencia directa a Azkaban si te sorprenden usándola — comenzó a explicar, e instó a Harry a acomodarse. — Después de eso existen los hechizos de compulsión, que, aunque son tan mal usadas como el Imperius, sólo pueden persuadirte y, si tienes una gran fuerza de voluntad, la compulsión puede fallar o, si tu mente siente que algo que estás haciendo va en contra de tus principios, puede romperla fácilmente. Finalmente, de forma más sutil y eficaz, y mucho más difícil de romper, existen pociones que tienen el mismo efecto, y que pueden permanecer en el tiempo, incluso si el que te dio la poción muere. De todas, sigue siendo la opción más peligrosa.
— Entonces… ¿Tú sospechas que mis padres…?
— Es una posibilidad. Pero tanto las pociones como las compulsiones requieren que estés en un estado de relajo superior, o que incluso estés dormido. De otra manera, tu cerebro es capaz de alertarse de que hay algo extraño o anormal en él. Por otro lado, el que realiza el hechizo o crea la poción debe tener un gran poder para mantener el control. Además, se sabe que estos medios dejan una firma mágica, por lo que, si el control es sorprendido, puede dejar evidencia suficiente, un rastro que llevará directamente al mago manipulador… por lo que muy pocas personas son tan arriesgadas de hacer eso, a menos que se sientan demasiado invulnerables para hacerlo — y se quedó mirando al techo, contrariada.
Harry, en tanto, sintió nauseas con solo pensar que, de todo lo que había sabido de sus padres, todo eso se había tejido entre mentiras y manipulaciones. Y sólo quedaba la pregunta… ¿Y qué era él entonces? ¿Un producto de un falso amor?
Alanna pareció darse cuenta del estado del menor, ya que lo miró nuevamente, esta vez con firmeza.
— De todas maneras, de todas las cosas que ellos vivieron, estoy segura de que lo único que los hacía seguir adelante y planificar el resto de sus vidas juntos, fuiste tú, Harry. En el día en que me encontré con ellos para consagrarme como tu madrina, sus ojos brillaban con gran emoción, y siento que en ese momento fueron más honestos que nunca con ellos mismos y con nosotros. Te amaron del primer momento en que te vieron. Nunca dudes de eso — y le sonrió con tristeza.
El muchacho tuvo que luchar para secarse unas lágrimas traidoras y miró con seriedad a la mujer.
— Nuevamente pareciera que lees mis pensamientos. Y, como te dije, eres la persona que me ha dado más respuestas de todos los que conozco. ¿Por qué? — dijo, con la voz entrecortada.
Alanna sonrió tristemente:
— Es simple… Eres mi ahijado. Y siento que, de todas las personas que conozco, eres el que merece la verdad, por muy dolorosa que sea. Estaré contigo hasta que te acompañe en tu cumpleaños, en Gringotts. Allí, in loco parentis, te entregaré el anillo que te identifica como heredero de la familia Potter, y podrás conocer la última voluntad de tus padres… y entonces sabremos cuál es la verdad. Después de eso, te dejaré decidir qué harás con tu vida, pero ten por seguro te apoyaré en todo lo que decidas. Lo juro por Madre Magia.
Y, como si la Madre de Todos hubiese escuchado su juramento, se dejó sentir por los dos, haciendo que Harry se calmara y al fin pudiese respirar tranquilo.
— ¿Te parece si nos detenemos por hoy? Tenemos al menos dos meses para continuar conociéndonos — preguntó la mayor, con una sonrisa triste.
Harry sonrió con cansancio. Ciertamente toda la información fue quizás demasiado para un día, pero estaba seguro de que con la ayuda de su madrina podría comenzar a encontrar respuestas y, quizás, incluso un hogar.
Notitas de autor.
Holis ^^
Ahm... Bueno, gracias por el review y por las visitas de esta semana, me animan a escribir. Perdón si no me extiendo tanto, pero no tengo tanto tiempo como quisiera :P
Del capítulo... Bueno, vamos a suponer que Hedwig si es familiar de Harry (nunca se confirmó, pero nunca se negó, así que...), así que por eso pudo pasar el Fidelius de Lily's Cottage.
¿Más cosas? No sé qué más comentar.
Saludos y nos vemos el próximo capítulo
