DÍA 4
CHARCO
—¿Esto es todo? —dijo Malfoy— ¿Un maldito charco?
—Bueno, técnicamente…
—Callate Nott.
—Poza, se llama poza —contestó Nott, rodando los ojos.
—Lo que sea —dijo Marcus Flint, cruzándose de brazos y estirando medio cuerpo cerca de la orilla para intentar mirar "un poco más allá"—. Pues la verdad se ve corriente.
Blaise Zabini soltó una risotada, le dió una palmada en el hombro a Nott antes de cruzar las manos sobre la cabeza y ponerse a silbar mientras daba una pequeña caminata alrededor.
—Eso es porque aún no es hora —se quejó Theodore—. Cerca del atardecer, podremos ver la particularidad…
—¿Y entonces por qué demonios estamos aquí si falta como media hora? —se quejó Pansy Parkinson.
—Porque está prohibido —contestó Millicent Bulstrode, a bastantes pasos más lejos de su pequeño grupo.
Pansy se cruzó de brazos y miró airada a Draco.
—¿Podrías recordarme porque demonios nos unimos al estupido equipo de Nott y Zabini para el proyecto de Astronomía?
—Porque el equipo de Potter planea hacer su proyecto de esto y había que ganarles el tema —dijo Zabini en medio de una risa.
Pansy entrecerró los ojos y miró con rencor a Draco.
—Crabbe y Goyle no son del equipo y Flint es de Séptimo ¿Porque están aquí?
—Curiosidad —contestó Marcus, aún mirando de reojo la superficie de la poza.
Zabini se acercó a Pansy y codeó su costado.
—Cuando Draco dejaba la práctica de Quidditch y Potter ingresaba, le gritó que vendríamos aquí. Esos tres son protección, porque el clan comadreja oyó todo.
—Bola de inmaduros —siseó ella.
—Pensé que lo sabías. ¿No trajiste a Bulstrode por eso?
Pansy arrugó la nariz.
—Daphne y Astoria se fueron a una cita doble, no tenía muchas opciones. Mejor Bulstrode que ser ahogada en medio de tanta testosterona.
Blaise nuevamente se echó a reír; Theodore mientras, con cara de pocos amigos, pergamino en mano y listo para dibujar y escribir acerca del fenómeno, estaba comenzando a cabrearse en serio.
"La poza" era casi una leyenda secreta que había descubierto casi por casualidad mientras leía un viejo libro en la biblioteca. Oculto en lo profundo del Bosque prohibido y rodeado de una zona extraña en el mundo mágico conocido como "antimagia" en donde la magia de varita era inservible. Estar allí era prohibido, como dijo Bulstrode, pues la poza era peligrosa.
"Solo si entras en ella" pensó Theodore mientras garabateaba en el pergamino las caracteristicas de la superficie "Y nadie sería tan idiota para hacer eso".
La leyenda decía que habían varias pozas, no solo esa. Las había por todo el mundo. La teoría decía que probablemente servían como medio de transporte para las criaturas mágicas de antaño. Luego de las guerras Dameonicas de criaturas contra los magos, al parecer las criaturas simplemente dejaron de usarlas y el conocimiento de cómo funcionaban se perdió.
"Tiene sentido que sean una especie de transporte" se dijo Theodore "eso explicaría porque cuando alguien entra allí simplemente… desaparece".
Theodore les había advertido eso a todos antes de emprender el camino y por eso, solo Marcus se había acercado lo posible solo para mirar. De hecho… estaba justo a su espalda en ese momento.
—¿De verdad esto es para astronomía? Me suena más a encantamientos.
Theodore resopló, pero de conformidad. Muchos acusaban a Flint de inculto, pero de todos allí, era el que más preguntas técnicas había hecho hasta el momento.
—Si —contestó Theodore— ¿Vez la superficie?
Flint se encogió de hombros.
—Se ve normal para mi.
Theodore sonrió con suficiencia.
—Mira de nuevo… pero ahora, comparalo con el cielo.
Flint asintió. No tardó en verse confundido y terminó mirando el cielo y la superficie de la poza una y otra vez.
—¿Qué demonios….?
—Así es —dijo Theodore con suficiencia— no coincide. Y espera a que caiga la tarde, las constelaciones tampoco lo hacen. Entonces, mi proyecto tratará acerca de averiguar qué cielo es el que se refleja en la maldita poza mediante las estrellas que allí aparecen.
—Eres un maldito genio —contestó Flint—. ¿Y cómo supiste de esto?
—Encontré un libro en la biblioteca.
—¿Y Potter leyó el mismo libro?
Theodore hizo una mueca.
—Nah. Potter no es dado a la investigación —dijo de inmediato—. Probablemente se lo sonsacó a su amigo el Centauro que da adivinación.
Theodore apostaba por ello, en todo caso la alternativa segura era Granger, pero la había visto hace poco buscando información en la biblioteca como una loca. Suponía que quería informarse acerca de La Poza.
"Lastima que ese libro me lo quedé yo" pensó Theodore con suficiencia.
—Oh, carajo —masculló Flint, mirando hacia atrás.
Theodore se giró también y casi rueda los ojos al ver la escena.
Potter, Granger, Longbotton y todo el clan Weasley (los gemelos, la comadreja y la hermana pequeña) estaban marchando hacia ellos. Solo Granger y Longbotton en uniforme, el resto con la ropa de entrenamiento de Quidditch y las escobas en las manos.
—Largo de aquí —dijo Draco con su petulancia característica y su sonrisa de suficiencia—. Nosotros llegamos primero.
—¡Nosotros dijimos que haríamos este proyecto! —gritó la comadreja.
—¿Esta parte del bosque tiene tu nombre? ¿Es de ustedes y no nos hemos enterado? —preguntó Pansy socarronamente— Ni siquiera tienen una casa decente, así que no lo creo.
—Este proyecto lo ideó Theo —dijo Draco cruzándose de brazos—. Mi amigo pasó horas en la maldita biblioteca investigando al respecto. Ustedes no van a arruinar esto.
"Amigo" preguntó Theo alzando una ceja "¿Desde cuándo?".
—Si, Theo se ha desvivido por esto —dijo Blaise, también poniéndose de lado de Draco.
—Debe ser mentira —dijo Potter—. Solo lo haces para molestarnos.
Theodore dejó por un momento el pergamino y quitó los ojos de la superficie de la poza sólo para lanzarle una mirada envenenada a Potter.
—Bueno, de todos modos, yo creo que no es necesario pelear por esto —dijo Granger poniéndose al frente—. Ambos podemos usar La poza como elemento y analizar distintas…
—A la mierda, Sangre sucia. Llegamos primero —cortó Malfoy.
—¡Si vuelves a llamarla así…! —gritó Potter.
—¿Si lo hace qué? —puyó Goyle.
—Vamos a partirle la cara —vociferó Fredd—. A todos ustedes.
—Momento, momento —dijo Zabini en medio de un suspiro—. Mi cara es mi atractivo número dos, así que me haré a un lado y recogeré los pedazos cuando terminen.
—Cobarde —masculló Pansy.
—En eso estamos de acuerdo —rió George Weasley mientras se tronaba los dedos—. Los cobardes y las chicas a un lado.
—Vete a la mierda, comadreja dos. Puedo con cualquiera de ustedes con una mano a la espalda.
Y así, en medio de puras ruidosas amenazas de dos grupos de alumnos en pleno atardecer, Theodore soltó un jadeo de cansancio y hartazgo.
—Oye, mira —dijo Flint.
Flint, advirtió Theodore, quien si se había quedado prestando atención a la superficie de La poza mientras el cambio sucedía con rostro maravillado, viendo al cielo y de nuevo al suelo.
Theodore sonrió. Miró de nuevo al grupo que seguía discutiendo a unos pasos de él y les lanzó una mirada de desprecio antes de centrarse en lo que le urgía: Dibujar las estrellas que se veían en la superficie de La Poza.
Cuando terminó de anotar sus pergaminos, vió que a sus espaldas todos aún continuaban gritándose, con la diferencia de que ahora Blaise intentaba aminorar las pullas. Theodore rodó los ojos y comenzó a enrollar el pergamino y guardar todo en su mochila.
—¿Ya te vas? ¿No vas a buscar las estrellas? —preguntó Flint.
—Puedo hacerlo con los mapas de astronomía de la biblioteca —dijo encogiéndose de hombros.
—¿Ahora? La biblioteca está cerrada.
—No, lo haré mañana.
—¿Puedo ir?
—Claro —dijo Theodore, algo sorprendido por el interés—. Mañana a las nueve.
—Genial —dijo mientras echaba un ojo a su espalda— ¿Crees que se detengan?
—Bueno… —Theodore se aclaró la garganta—. Hey, Potter, he terminado aquí. La Poza es toda suya.
—¡Y una mierda! —gritó Malfoy— ¡No van a robar nuestro proyecto!
Theodore entrecerró los ojos y luego lanzó una mirada cansada a Flint.
—Me largo ¿Vienes?
—Nah —contestó Flint—. Que me parta un rayo si dejo que esos Gryffindor hagan lo que quieran.
—Como quieras —dijo.
Theodore se colgó la mochila al hombro y dió un último vistazo a los que seguían gritándose el uno al otro y Blaise, aún intentando contenerlos a todos haciendo chistes estupidos. Pero también vió La Poza, a peligrosos (al menos) cinco metros.
"No creo que sean tan idiotas" se dijo encogiéndose de hombros antes de dar vuelta y salir de allí pronto.
El primer empujón vino de Gregory Goyle y fué contra Neville, Hermione lo vió claramente… Al igual que Fred, por lo tanto, en medio del griterío y los cuasi insultos, era algo que no podía dejar pasar así que como respuesta inmediata, intentó empujar con más fuerza al chico, pero este se apartó rápido y en su lugar se fué contra Zabini.
Blaise Zabini era mucho más alto que Goyle y Fredd pero mucho más delgado, así que el fuerte empujón pensado para un chico grueso como Goyle terminó derribando a Zabini, el único del bando de Slytherin que con comentarios suaves y graciosos había intentado mantener a los de su grupo tranquilos.
—Hijo de puta —masculló Marcus Flint, antes de lanzarse contra George, creyendo que era Fredd.
Ron saltó en defensa de su hermano, igual que Fredd y pronto se les unieron Gregory Goyle y Vincent Crabe.
Malfoy se fué contra Harry.
Pansy y Ginny se tiraron del pelo la una con la otra.
Extrañamente, en medio de todo, Neville había ido a ayudar a Zabini a ponerse de pie.
Theodore Nott, quien hasta hacía un momento se había ido, había arrojado su mochila a un lado, dado media vuelta desde donde estaba y casi corría de vuelta hacia ellos mientras decía algo que Hermione no alcanzaba a oír.
En medio del caos, sólo quedaba libre Bulstrode quien claramente iba a ir contra ella.
"Mierda, mierda" pensó Hermione, pues la chica era más alta y corpulenta que ella. Y claro, allí no se podía usar magia.
A Hermione no le quedó de otra que esquivar a Bulstrode y correr en medio de las otras peleas para que la chica no la atrapara.
Fredd, George, Ron, Crabbe, Goyle y Flint eran una masa indistinguible de golpes aquí y allá; con Zabini y Neville intentando separarlos. Ginny iba ganando a Pansy y Malfoy había conseguido romperle los anteojos a Harry.
—¡Basta! ¡Es peligroso! ¡Están demasiado cerca!
"¿Cerca?"
Hermione se distrajo y eso bastó para que Bulstrode la alcanzara y consiguiera sujetarle el pelo y tirara de él con tanta fuerza que la tiró al suelo. El dolor la cegó, le ardía el cuero cabelludo, pero no más que la indignación y la rabia en su interior. Como estaba en el suelo, hundió la mano en la tierra y sujetó un puñado. Cuando Bulstrode estuvo lo suficientemente cerca, le tiró la tierra a la cara, pero ella fue rápida para cerrar al menos uno de sus ojos. Aún medio ciega, Bulstrode consiguió sujetarla del cuello del uniforme y ponerla de pie para luego intentar darle una bofetada.
—¡Millicent, no! ¡Estás muy cerca!
Hermione no alcanzó a escuchar lo que gritaba Nott, pues estaba ocupada alzando el pie en un ángulo extraño para comenzar a patear a Bulstrode en las pantorrillas, algo que la hizo tropezar, pero al mismo tiempo… empujar a Hermione lejos de ella.
Ella fué de espaldas hacia el vacío… o al menos eso parecía.
"Estás muy cerca" había gritado Nott.
Por el rabillo del ojo, Hermione vió el reflejo oscuro y brillante tan característico del agua.
"No. No. NO" pensó.
Pero en el último momento, unas manos atraparon una de las suyas y pronto tiraban desesperadamente de ella. Su cuerpo chocó con el de Nott y ella se aferró de inmediato, consciente de que la había salvado de caer en esa Poza mágica y probablemente, maldita.
Nott la había atrapado y ahora la sujetaba para evitar que se cayera.
—Eso estuvo cerca —dijo él en medio de un jadeo.
—Demasiado —susurró ella, con los ojos cerrados, la cabeza prácticamente sobre el hombro de Nott y los brazos aferrándose al cuello del muchacho.
Entonces, ella abrió los ojos.
—No. No. NO.
En ese momento, Flint trastabillaba de espaldas hacia ellos.
Flint cayó, pero al caer, lo hizo contra la espalda de Nott… haciéndole perder el equilibrio e inclinarse hacia adelante. Eso no hubiera bastado para hacerle caer, pero Nott tenía más de cincuenta kilos de peso muerto colgando de su cuello.
La caída fué tan sorpresiva como inevitable. Hermione se aferró incluso más a Nott.
Al final, solo sintió el agua fría en la espalda. Luego, todo se puso negro.
—Despierta —decía alguien a la lejanía— Vamos, despierta.
Tenía frío y le dolía el pecho, pero por alguna razón no podía abrir los ojos.
—Despierta. ¡Despierta!
"Callate" quería contestar, pero no podía, pues también le dolía la garganta. Era como si… estuviera totalmente irritada. También le dolía la naríz y le costaba respirar al punto de que le ardían los pulmones.
"No puedo respirar" pensó asustado "Me ahogo. Me estoy ahogando".
—¡Despierta!
Theodore entonces, aún aterrado, sintió cómo su mentón era sujetado, su nariz era tapada y pronto su boca estaba siendo totalmente cubierta y el aire era empujado dentro de su cuerpo. La sensación era el doble de asfixiante y el dolor en el pecho demasiado intenso, como si fuera a explotar.
Fué un dolor interminable y agonía lenta antes de que un espasmo diez veces más doloroso barriera con todo lo que tenía en el pecho y por fin escupiera el agua que lo ahogaba.
Entre más espasmos y una tos dolorosa, Theodore consiguió ver el rostro de Hermione Granger con el cabello goteando y con el rostro entre aterrado y aliviado, una luz a su espalda y sobre su cabeza, como si fuera un ángel salvador.
Al menos eso pensó antes de desmayarse de nuevo.
—Despierta —decía la voz con urgencia— Vaaaamos ¡Despierta! ¡Pesas muchooooo!
Theodore abrió los ojos despacio, solo para caer en cuenta de que Granger lo tenía sujeto por debajo de los hombros y lo estaba arrastrando como podía.
—¡Despierta, maldición!
Theodore intentó hablarle, pero tenía la garganta hecha trizas y apenas podía susurrar. Cuando intentó moverse, solo consiguió que Hermione se desequilibre, tropiece y que terminen cayendo ambos al suelo, Theodore de espaldas sobre ella.
—¡Mierda! —gritó Granger.
Theodore intentó rodar lejos de ella y lo consiguió.
—¡Al menos estás despierto! —dijo ella en medio de un ruido de disgusto.
—Si —dijo completamente ronco— ¿Qué demonios Granger…?
Theodore se puso de pie como pudo, y miró alrededor todo cuanto pudo. Sólo entonces… cayó en cuenta de que lo último que recordaba es que estaba anocheciendo, mientras allí hacía un sol radiante.
—¿Dónde…?
Theodore iba a preguntar a Granger; pero ella, hasta entonces totalmente enojada, se quedó de rodillas en el suelo y cuando habló, su voz salió rota.
—Caímos a la Poza —dijo ella, totalmente fuera de sí— Caímos allí, tu te ahogabas y apenas pude sacarte, pero ya no estábamos en el Bosque Prohibido. Ahora estamos… no sé dónde estamos. No lo sé… pero… pero… ellos vinieron y.. y querían que te tire de vuelta a La Poza. Ellos dijeron… que tenía que tirarte a tí de nuevo a La poza o si no iban a tirarnos allí a los dos.
Theodore ocultó un escalofrío.
—¿Ellos? ¿Quienes?
—No lo sé. Los habitantes de aquí, creo. No lo sé… —murmuró ella—. Son del tamaño de los elfos y tienen alas, pero son horribles. Vinieron tocando tambores, flautas y bailando, luego dijeron que me comerían si no te tiraba a La Poza. Que me sacarían los ojos y los iban a coser como huevo frito antes de comérselos… Y yo lo vi, vi como lo hacían, lo vi en mi cabeza. No se como, pero me lo mostraron.
—¿Cómo huiste?
—Les dije que no lo haría. Dije que no y ellos dijeron que me darían ventaja hasta la noche por ser divertida. Luego te arrastré hasta aquí, no parece que nos están siguiendo pero… —dijo ella con la voz afectada— ¿Qué vamos a hacer? ¿Cómo vamos a salir de aquí?
Theodore no tenía la respuesta para eso. Aún era shockeante para él ver a Granger, alguien tan centrada como lo era ella, temblar de y verse llorosa de lo nerviosa que estaba.
—Bueno, aún es de día —dijo Theodore, mirando al cielo y apuntando al sol— Medio día al menos. Pensaremos en algo y…
Pero Hermione tenía mala y pronto también estaba apuntando al cielo.
Theodore volvió a mirar hacia el sol… un sol que de pronto parecía girar sobre sí mismo e iba revelando lentamente una cara oscura.
—¿Qué demonios…? —preguntó Theodore, anonadado.
Pero entonces, a lo lejos se oyeron tambores, flautas y risas.
—Sea donde sea que estemos —dijo Hermione, ahora de pie a su lado y tomándole la mano, tirando de él para seguir avanzando—, hay que salir de aquí.
